Dos días de placer intenso no era suficiente para la pareja de amantes la cual por quinta vez ese día consumían su matrimonio, el alfa tenía a su merced a su omega contra la mesa del comedor de la sala donde se disponían a desayunar pero por X razón terminaron sobre esta amandosen.
La puerta principal fue abierta haciendo que ambos amantes vieran hacia la entrada y se ruborizaran, las reinas estaban frente a ellos sonrojadas con unas cajas en sus manos, sin decir nada ellas salieron para esperar que sus hijos se vistieran, 15 minutos después entraron para ver a el omega apenado terminando de limpiar la mesa y a el alfa ayudándole.
-madre que hacen aquí?- pregunto el alfa mientras las saludaba con un beso en la mejilla a cada una.
-bueno esta noche es la fiesta y traemos sus trajes- entregaron las cajas- alistecen que nos esperan en el carruaje y yuri no te tapes ninguna marca ya que hoy se celebra la unión de los futuros reyes- el omega se sonrojo para asentir y marcharse a darse un buen baño.
-madre puedo hablar con tigo- el asintió para llevar a su hijo a una habitación aparte, cuando estaban solos él lo vio a los ojos.
-si es sobre la beta mantente alejada de ella acaso tu esposo no es suficiente para ti- el alfa se mordió el labio su madre lo conocía muy bien.
-yuri es magnífico pero la amo a ella- la madre del alfa soltó un sonoro suspiro para acariciar su rostro.
-hijo sabes que significa un destinado y más si ya lo marcaste- victor miro a su madre con una gran preocupación- piénsalo bien ese omega inocente y puro no merece que le rompas el corazón- ambos salieron para ver al omega ya vestido con ese hermoso traje blanco de dos piezas con ese hermoso lazo rojo en su pecho y unos zapatos hermosos blancos, el alfa quedo atónito con tal hermosura frente a él.
-no sé si luzca bien tan hermoso vestido en mi- susurro sonrojado haciendo que el corazón del alfa se sonrojara.
-oh mi dios no digas eso te vez hermoso!-grito la madre del alfa para abrazar al tierno omega el cual se sonrojo sonriendo tímidamente, el alfa se dirigió a la alcoba a prepararse vistiendo un traje negro en su totalidad, sin dejar de pensar en que pasaría a su regreso, tenía miedo ya que lo que le provocaba ese omega en él era tan misterioso, al término se marcharon al castillo llegando al ocaso.
La fiesta era enorme todo el reino festejaba con comida y cerveza a montones, la pareja se santo junto a los reyes, para comer y beber un poco aunque el omega no tomo más de una copa de vino, la música inundaba el ambiente haciendo feliz al omega quien gozaba de esos festejos, el omega vio una mano frente a el la cual lo invitaba a bailar mirando a su madre frente a el.
-mi príncipe me concedería una pieza, claro si su esposo se lo permite- el omega sonrió mirando a su esposo quien lo aprobó viendo marcharse a su omega junto a los demás, quedo hipnotizado por lo angelical que se veía en esa danza donde realzaba su belleza.
-quiere más vino mi señor?- el alfa asintió acercando su copa sin mirar a quien la serbia, sintió un roce de la mano de una mujer volteando encontrándose a la beta que capturo su corazón sonriendo, el simplemente volteo su rostro borrando su sonrisa.
-suficiente gracias- dijo al ver su copa llena, ella asintió marchándose.
Ya no sabía que hacer miro a ese omega inocente el cual sonreía tiernamente y pensaba en la mujer que amaba para sentir como algo lo carcomía por dentro, no quería hacer sufrir a ninguno pero al final todo sería un torbellino y uno saldría herido.
-estas bien mi alfa- estaba tan concentrado en sus pensamientos que no vio a su omega frente a el con una preocupación intensa en su rostro.
-si pero creo que deseo descansar- el omega sonrió para acompañar a su alfa hasta su recamara la cual compartían, ayudo al alfa a quitarse el traje masajeando sus hombros lentamente.
-lo noto muy tenso, desea un masaje?- el alfa sonrió para atraer por las caderas a su travieso omega para tumbarlo en la cama y empezar a besarlo apasionadamente mientras sus manos se colaban por sus ropas, se deleitó con los suspiros que soltaba su omega mientras se desasían de esas prensas que estorbaban.
-lo único que deseo es estar dentro de ti haciéndote el amor mientras gritas mi nombre- gruño al oído el alfa para colocarse entre las caderas de su omega penetrándolo de una sola estocada haciendo que su omega se arqueara de placer y soltara un grito de placer.
-oooh dios- grito mientras aferraba sus manos a las sabanas, el alfa acariciaba los muslos de su esposo para lamer su cuello hambrientamente gozando la estreches de este la cual lo envolvía succionándolo en un mar de placer.
-me encantas yuri- ronroneo para empezar un vaivén violento disfrutando cada roce, cada caricia que ambos se daban mientras sus bocas se devoraban en un intenso baile de placer junto con sus lenguas las cuales saboreaban cada centímetro de sus bocas.
Cambiaban de posiciones una y otra vez deleitándose con esa sensación que solo ambos se podrían dar, el sudor empapaba sus cuerpos mientras su habitación se llenaba del sonido de sus gemidos, sus cuerpos se unieron hasta consumirse por completo quedando exhaustos entre las sabanas de su cama envolviendo sus cuerpos desnudos, sus bocas estaban aún unidas por la pasión.
-victor te amo- el alfa sintió algo en el que lo hizo inmensamente feliz.
-yuri también te amo- susurro para volver a besar esos deliciosos labios sin medir la consecuencia de sus palabras y el dolor que estas podrían proporcionar.
----al día siguiente----
Victor se despertó temprano para dirigirse a un área del castillo la cual estaba despejada, entro a una habitación donde una beta lo esperaba con una sonrisa.
-mi amor- la omega corrió a abrazarlo siendo correspondida por el alfa quien por dentro dudaba si estaba haciendo bien, la beso lentamente mientras ella gustosa acepto sus labios- te extrañe mi amor- susurro la beta mientras se aferraba a el.
-cariño por favor guarda las apariencias frente a mi pareja, no quiero que sospeche o se entere- la beta lo miro asombrado apartándose de el.
-pero me dijiste que hablarías con el de mí y que el nos ayudaría- el alfa se mordió el labio- victor lo marcaste?- el alfa desvió la mirada.
-su celo me cegó y fue un error pero te amo a ti- ella empezó a llorar para ser abrazada por el- te prometo que eres la única en mi corazón.
-y que are esperar migajas y vernos a escondidas como delincuentes!- grito dolida haciendo sentir mal a el alfa.
-dame tiempo para pensar que hacer- seco las lágrimas de la beta- te prometo que buscare una solución para estar juntos- ella asintió para besarse, sin saber que eran vigilados por un rubio quien ardía de rabia por la traición de el alfa hacia su príncipe.