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Alice Human Sacrifice por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

En algún sitio había un pequeño sueño llamado Astral,

 Ni él mismo sabía quién lo había creado o de dónde provenía,

 Solo que era realmente muy pequeño y frágil, a punto de extinguirse.

 Un día, afligido por su existencia, pensó:

 “No quiero desaparecer de esta forma. ¿Qué haré para que se fijen en mí?”

 El pequeño Astral pensó y pensó, hasta que encontró la solución:

 “Si logro que las personas permanezcan dentro de mí, ellos construirán mi  nuevo y glorioso mundo. Mi mundo de las maravillas”

 

Los sacrificios humanos de Alicia

 

-Alice dos-

 

La segunda Alicia tenía una hermosa voz,

Llenó con su dulce canto los rincones de aquel país,

De tanto sonido aquella Alicia enloqueció,

Tanta música arruino a la pobre infeliz

 

Esa Alicia quiso una rosa cortar

Y su fiel amante al verla no se pudo controlar

Florecieron en su pecho rosas carmesí

Que tragedia amar y estar destinada a morir

 

 

-Alice dos-

 

 

El sonido del órgano sonó angelicalmente en conjunto con otros instrumentos, era una pausa que daba indicio al final del concierto para que pudieran presentar a los integrantes.

­—¡Muchísimas gracias a todos! —gritó Judai Yuki, el vocalista del grupo GX— Ha sido un deleite tener a tan maraviloso público esta noche. Ha sido una noche inolvidable. —el públicó gritó de emoción—¡Quiero oir los gritos para Edo en el bajo!

El solo en las cuerdas del bajo sonó con maestría enloqueciendo a un púlbico de fanáticas pubertos.

—En la guitarra eléctrica, la belleza de Venus, ¡Asuka! —el grito vibró el estadio por la gran cantidad de enamorados de  la rubia; su solo fue excelente.

—En la batería, ¡Manjoume! —los tambores y platos dieron un sonido exquisito, aquel pelinegro era todo un profesional.

—En el órgano, el experto en los sónidos raros, el encantador de mujeres, ¡Fubuki!

—¡Kyaaaa! —las chicas resonaron como enjambre al deleitarse con los sonidos eléctricos del órgano.

—Muchas gracias, y con este tema nos despedimos. Yo soy Judai Yuki. —alzó el puño en señal de victoria. La audiencia sin duda apreciaba mucho al vocalista, era una locura de vibraciones fanáticas. —¡Que la música nunca acabe!

La musica suave del tema entonces siguió y Judai comenzó a entonar.

 

—Cuando haces tú mayor esfuerzo, pero no tienes éxito
Cuando obtienes lo que quieres, pero no lo que necesitas
Cuando te sientes tan cansado, que no puedes dormir
Atascado en reversa.


Cuando las lágrimas corren por tu rostro
Cuando perdiste algo que no puedes reemplazar
Cuando amas a alguien, pero se desperdicia ese amor


¿Podría ser peor?

Las luces te guiarán tú camino a casa,
 encenderán tus huesos
y yo intentaré arreglarte.

 

La audiencia enloquecía, algunos lloraron por la profundidad de aquella canción, otros se abrazaron haciendo una danza lenta balanceándose de un lado hacia otro, mientras que otros tantos encendían las luces de sus pantallas de celular para hacerse notar en la oscuridad del estadio como luciérnagas.

 

—Desde las alturas o en el suelo
Cuando estás demasiado enamorado para olvidar
Si nunca lo intentas, nunca sabrás
Lo que realmente vales…

 

El final la audiencia cantó el coro encendiendo el ambiente del estadio; fuegos artificiales se alzaron hacia el cielo y Judai corrió en el escenario para tener un mejor vistazo del público, mientras era seguido por las cámaras que lo presentaban en enormes pantallas a los lados del escenario.

—Las luces te guiarán camino a casa
Y encenderán tus huesos
Y yo intentaré arreglarte.

(Fix you- Coldplay)

¡Gracias a todos! ¡Hasta la próxima, buenas noches!

¡Gootcha!

El espectáculo acabó entre la euforia de un público complacido, las luces se apagaron y todos regresaron lentamente a su hogares.

Detrás del escenario, Judai se encontró con su mejor amigo de la infancia, a quien saludó con un ferviente abrazo siempre que lo veía.

—¡Johan!

—¡Judai!

Johan Anderson era un chico de cabello turquesa, unos centímetros más alto que él, de ojos esmeralda, tez pálida y apariencia de príncipe, ambos chicos se llevaban muy bien y se conocían a profundidad; casi podían adivinar lo que pensaba uno del otro. Eran demasiado parecidos.

—Esta noche brillaste como un lucero. Cada día me sorprendes, eres más popular.

Judai le guiñó un ojo—Sabes que no sería nada sin ti, o mi equipo. Cada uno tiene su luz en el escenario.

—Sí, es verdad, pero tú siempre sabes como complacer al público; eres el alma.

—Cielos, viejo. Haces que me apene. —dijo avergonzado, rascándose la nuca.

—Chicos, ya nos vamos al bar. —llamó Asuka, ambos afirmaron al mismo tiempo.

—Iré por mis cosas. Espérenme afuera. —dijo Judai animado. Así fue hasta su camarote para cambiarse rápidamente y tomar sus pertenencias.

—Alice…

Escuchó de repente una voz eléctrica, eso lo hizo virarse.

Astral lo miró de forma curiosa haciendo que Judai se alterara.

—¡Ahh! ¡¿Qué cosa eres tú?! ¡¿Gasparin?!

—¿Gasparin?

—¿Eres un alma en pena?

—¿Alma en pena?

—Ya veo, necesitas que alguien te lleve hacia la luz. Te ayudaré a que concluyas tu objetivo inconcluso antes de que murieras.

Astral no entendía lo que su Alice decía, aunque esa Alicia parecía ser muy simpática; seguro esta vez permanecería más tiempo en el “País de las maravillas”

—¡Judai!

—Sí, ya voy.

El castaño escuchó que su amigo lo llamaba, volteó para cerciorarse que no viniera, fue cuando el pequeño sueño se abalanzó sobre él y se metió en su boca. El cambio había sido notorio; los grandes ojos cafés del vocalista se afilaron, y un color ámbar mezclado con el café natural, se había hecho presente.

Sonrió de manera confiada.

—Ya voy.

 

La espera no había sido prolongada, Judai fue hasta su amigo y, tomándolo por la cintura, lo inclinó como si estuvieran bailando tango.

—¡Ju-Judai…! —Johan parpadeó varias veces, su sonrojo había puesto color a su pálido rostro extranjero.

 

—¿Esto es amor lo que estoy sintiendo?
¿Esto es el amor que he estado buscando?
¿Esto es amor o estoy soñando?
Esto debe ser amor
Porque realmente tiene un dominio en mi

(Is this love?- White Snake)

 

Cantó con toda la pasión que le daba su corazón, mientras intentaba acercarse al rostro de su amigo para besarlo.

—¡Ya Judai, no bromees! —lo alejó de él con algo de fuerza por la vergüenza.

Y es que Judai y él siempre se hacían bromas así, simplemente aparentaban tener una relación homosexual ante la gente, sin embargo, sabían que solo era un juego y siempre serían buenos amigos. Se entendían tan bien, que no hacía falta saber el límite de su zona de amistad. Así estaban bien, aunque esos jueguitos servían solo para despistar a los morbosos y divertirse un rato.

—Vamos, o nos dejarán. —Johan siguió hacia el lujoso auto donde estaba la banda. Judai no perdió de vista cada movimiento del chico.

—Brilla y luce, querido Lirón, como tú digas.

Habían llegado a un Bar, Johan fue el único que había sentido la diferencia de actitud en su mejor amigo, los años de conocerlo le habían servido para identificar cada fallo en él. Judai solo lo miraba como si quisiera desnudarlo y comérselo sin importarle nada. Ese sentimiento lo incomodaba.

Después de un par de copas, Judai subió al escenario.

—Buenas noches a todos, quiero dedicarle esta canción a mi mejor amigo que está sentado en la mesa 9. —señaló el sitio. Johan no podía estar más avergonzado por todas las miradas hacia él, no estaba acostumbrado;  esta vez su bromita había llegado muy lejos.— Johan, escucha bien.

Había tomado una guitarra acústica, los reflectores se dirigieron solo a él; comenzó a tocar los acordes improvisados sin acompañamiento.

—Antes, cuando estabas frente a mi,
No pude mirarte a los ojos.
Eres como un ángel
Tu piel me hace llorar
Flotas como una pluma
En un mundo hermoso
Desearía ser especial
Tú eres tan especial
Y yo soy tan extraño,
soy raro
¿Qué demonios hago aquí?
Yo no pertenezco a este lugar.

 

Siguió cantando, todos sus amigos quedaron impresionados, jamás habían notado la pasión con la que cantaba el castaño, era como si estuviese demasiado inspirado, como si las musas lo hubieran hechizado con un perfume de seducción; era como si estuviera enamorado.



—No me importa si duele
yo quiero tener el control
quiero un cuerpo perfecto
quiero un alma perfecta
quiero que te des cuenta
cuando yo no este por aquí.
Eres tan especial
desearía ser especial.


Cualquier cosa que te haga feliz
Cualquier cosa que desees
Eres tan especial
(Creep -Radio head)

 

Al finalizar, recibió una ovación de pie. A todo el público le había encantado, y esperadamente, fueron varios los que se acercaron a preguntar por el chico y la banda, los autógrafos no se hicieron esperar.

Judai sonrió anchamente como solo él sabía hacerlo, pero las miradas que le dedicaba a Johan eran distintas al del resto del público y Johan se había percatado. Para el oji- esmeralda eran miradas intimidantes y lujuriosas. Estaba confundido.

 

“Ese chico es nuestro sueño, Alice” —Astral le susurró al oído. —“Debemos tenerlo en nuestro país”

 

El resto de la noche pasó confortable como cualquier otro; dentro de una semana estarían de gira, por lo que pasar el mayor tiempo en su país natal los llenaba de inspiración. Sobre todo para Judai, ya que la musa más exquisita del universo la tenía junto a él.

Pero Johan simplemente pensó que estaba de broma, no quería pensar mucho en el asunto y solo pasó un buen tiempo con sus amigos.

Al siguiente día, Judai había pasado a la casa de su amigo muy temprano; golpeó su ventana para indicarle que lo dejara entrar.

Johan, todavía adormilado, abrió la ventana al percatarse que se trataba de él, pero extrañado por su repentina aparición a las cinco en punto, pensó que algo malo le estaba pasando a su amigo.

—¿Judai?

—Uff, sí que está helando.

—¿A qué vienes? ¿Acaso te volviste loco? —el atuendo de Judai era extravagante. Parecía una especie de Hippie elegante con un ridículo sobrero verde oscuro de copa, un moño colorido en el cuello, saco con pines militares y pantalones acampanados en conjunto con zapatos oscuros. Estaba muy animado sin duda y sin pena de vestirse así.

—Quería darte una sorpresa, es por la fecha de hoy, es muy especial. —Se quitó el sombrero y le hizo una reverencia como todo un caballero.

—¿Fecha?

—Ah, claro. Hoy es una fecha muy especial. Mira, — hizo con sus manos unos movimientos como pases de magia sobre el sobrero—¡Kuriri, kuriboh!

Del sombrero sacó un gatito rubio con rayas cafés. Era un bebé aún.

—¡Ahh, es hermoso! —Johan lo estrujó contra su pecho, amaba los animales y siempre quiso un felino.

—Sabía que te gustaría. —volvió a colocarse el sombrero haciendo otra reverencia.

—Sí, los adoro. Pero no es una fecha importante hoy, todavía no es navidad.

Judai lo tomó de ambas manos y dio vueltas con él en la habitación riendo felizmente, Johan también sonrió, pero con un tic nervioso sobre su ojo derecho, seguro estaba en un raro sueño. 

—¿Qué? No puedo creer que te hayas olvidado. Hoy es tu NO cumpleaños.

—¡¿Ehhhh?!

Siguieron dando vueltas, después guio a Johan como en una especie de danza. —Feliz NO cumpleaños, Johan. —le guiñó un ojo, claramente estaba coqueteando con él.

 El oji esmeralda entendió que solo era una excusa para darle aquel gatito; en fin, le seguiría la corriente.

—Jajaja, seguro. Recordaré regalarte algo en tu NO cumpleaños también.

—¡Sí, lo podemos celebrar juntos!

Rieron a carcajadas como los buenos amigos que eran. Cada locura que se les ocurría y su amistad se fortalecería con cada detalle.

—¿Qué dices, viejo? ¿Vamos al centro a comer?

—Claro, pero es muy temprano.

—¿Ah? ¡Tienes razón!—se quitó los zapatos y saltó a la cama, metiéndose bajo las cobijas—¡Durmamos un poco más!

Johan suspiró derrotado—Siempre tan espontaneo, así eres tú.

—Bien, vamos.

—Como negarme si Judai me lo pide. —rió.

También se metió a la cama, junto con el gato.

Ambos se miraron, estaban acostados cara a cara contemplándose a detalle. Esa mirada lasciva sobre Johan no desaparecía de los orbes del cantante, el peli turquesa volvió a ponerse nervioso.

—Ah, por cierto—dijo Andersen para romper la tensión—¿Cómo se llama el gatito?

—Faraón.

—¿Faraón? Que nombre tan peculiar.

—Es un nombre perfecto, como el tuyo.

Judai tomó sus manos entre las suyas, eso había descolocado al oji verde, después poco a poco cerró sus ojos, pero Johan ya no pudo volver a donde Morfeo.

Algo raro estaba pasando sin duda.

 

………….

 

La salida al centro de la ciudad estaba resultado divertida. Sobre todo por las miradas curiosas sobre Judai al ver su vestimenta. Claro, los artistas a veces hacían cosas raras y el vocalista de Gx no había sido una excepción.

Iba muy orgulloso junto a Johan, caminando como hombre de mucho mundo haciendo lo que se le daba en gana. Posaba frente a mascotas de establecimientos, o imitaba a la gente, decía frases sin sentido al aire que realmente daba comparativos a las ironías de la vida; parecía estar drogado, mas todo era para hacer a Johan reír; algo que lo lograba sin mucho esfuerzo, aunque estuviera haciendo babosadas en público.

 

Restaurante

 

Se habían detenido a tomar la cena, ya les habían servido la comida; tempura para Judai con acompañamientos y Ramen pata Johan con su respectivo refresco.

—Hay algo que me da curiosidad, Judai. ¿Por qué vienes vestido así?

Judai alzó su taza de ochia (té frío) y haciendo una pose elegante, comenzó a recitar.

—Es gracioso como te rompes
Esperando alguna señal
Me acerco hasta tu entrada
Con magia empapándome la columna vertebral

¿Puedes leerme la mente?

Oh bueno
No me importa si a ti no te importa
Porque yo no brillo si tú no brillas
Antes de saltar
¿Puedes leerme la mente?

(Read my mind –The killers)

 

—Compañero, no entiendo nada de lo que estás diciendo, ¿a qué va todo eso?

—Quise experimentar algo diferente porque tú me inspiras a innovar. Mira por ejemplo, tu refresco se ha terminado y tu comida no. Debes pedir otra ¿no?, pero que tal sí…—Judai cambió su taza de te con el vaso de refresco vacío, después sirvió de la jarrita de té en el vaso.

—¿Qué estás haciendo?

—Ya tienes bebida de nuevo, jajaja.

—Sí que estás loco. —rio junto con él.

Era extraño, pero, a pesar de todo el tiempo que llevaban en conocerse, era la primera vez que Johan no adivinaba lo que su amigo estaba pensando, ni sus movimientos. Parecía ser otra persona; alguien que solo le gustaba divertirse sin un gramo de seriedad.

La vista sensual y provocadora de Judai se posó de nuevo en sus esmeraldas. Johan se hizo para atrás por la impresión y sudó frío.

 

¿Por qué me miras así, Judai? —hizo la pregunta en su mente, pues no estaba seguro de querer saber la respuesta.

 

 

La noche pasó tranquila. Judai había guiado a su amigo hasta e mirador. Desde ahí se podía apreciar las luces de la ciudad y la enorme luna llena de Marzo.

—Hace tanto que no veníamos aquí. —Declaró Johan— Parece como si fuera ayer que nos fugamos de casa para ver esa película de terror con Aisawa y por temor a que nos fueran a escuchar nuestros padres al llegar en la madrugada, pasamos la noche aquí. —se le escapó una risilla traviesa—De todos modos nos regañaron.

La risa de Johan se intensificó, pero el castaño no lo secundó. Abrazó al peli turquesa con fuerza, provocando el sonrojo de este.

—¿Ju-Judai?

—En esa ocasión hicimos esto para darnos calor ¿recuerdas? Era una noche tan fría como esta.

—Es verdad. —también lo abrazó permaneciendo de ese modo por varios minutos.

—Te quiero, Johan.

—También yo, Judai.

 

………………

 

 

 

Si no hubiera relojes,

el mundo sería mejor.

Nada de madrugar,

y llegar tarde a todas partes.

¿Porque tantos relojes,

que nos torturan?

 

Talán, talán,

el reloj que va a sonar.

(Fragmento Alicia)

 

 

El tiempo había transcurrido, los últimos días de la banda en Japón habían servido para la inspiración de nuevas canciones, Judai había puesto a trabajar arduamente a su equipo con sus nuevas ideas, y todas ellas sonarían gracias a la inspiración profunda del peli-turquesa. De quién no se apartaba ni un momento ni en los ensayos.

 —Parece ser que Judai por fin va a confesarle sus sentimientos a Johan. —habló la rubia extendiendo a Manjoume una lata de refresco.

—Siempre pensé que esos dos solo estaban jugando con eso. Parece que Judai ya se cansó de esperar. —abrió la lata y bebió su contenido.

—Pero pensé que Judai amaba a ese chico que conoció en Neo Domino. —continuó la rubia.

—Era solo su fan, no creo que se haya “enamorado” si cada que ve a Johan es como si quisiera comérselo a besos. —resopló Edo.

—Sí, pues me alegro por ellos, creo que hacen bonita pareja. —sonrió Fubiki. —¿Estas bien con eso, verdad Asuka?

Los ojos melados de la rubia se resignaron —Sí, yo solo deseo que Judai sea feliz.

 

Aeropuerto.

 

Ya habían documentado su equipaje, viajarían hacia Ámsterdam, la gira comenzaría con sorpresas para los fans; pues el estilo de Gx hablaba de la superación personal y los problemas de la vida; mas esta vez, el giro en las letras iría enfocado a Johan, es decir, al amor.

 

—Cada semana te enviaré un regalo. —agarró ambas manos de su amigo. Johan sonrió de lado.

—Y yo las recibiré con mucho gusto.

La sonrisa en ambos rostros irradiaron sentimientos puros de bienaventuranza, Judai miró los iris esmeralda íntimamente, extrañaría aquel brillo de su musa.

 

“Vamos Alicia, besalo” —Astral estaba disfrutándolo mucho, pues a diferencia de su primer Alice, esta vez no había obstáculos.

 

Judai fue acercándose a los labios del más alto, cerró los ojos para sentir el contacto más profundo, pero Johan se le adelantó y depositó un beso en su frente.

—Que les vaya muy bien, Judai.

El encuentro debía esperar un poco más, pero no se desanimó. Sonrió confiado y después se despidió haciendo un gesto con dos dedos, un saludo desde la ceja hacia afuera.

—¡Gotcha! —hizo reverencia y corrió enérgico hacia sus compañeros de Gx, que ya lo esperaban.

 

La gira por el mundo había aclamado a GX, sobre todo las canciones, todas ellas eran tan perfectas y románticas, todas expresaban el verdadero valor re un corazón enamorado, la verdadera pasión y deseo de amar a alguien con la potencia del universo, elevándose divinamente hacia la presencia de Dios.

 

Los videos filtrados en internet habían hecho mucho más famosa a la banda; todos querían ver a GX en concierto, pues la hermosa voz del vocalista les provocaba una extraña vibración en sus psiquis.

 

—Mira, Johan. —un chico le enseñó un video viral en Youtube. —Este chico canta hermoso.

Johan apreció a Judai, brillando como siempre, pero esta vez con mucho más esplendor.

—Judai… —susurró con la expresión más encantada de todas.

 

Recuerdo los días
Cuando nos conocimos
tome tu mano como una piedra preciosa
Sigue siendo así
Nada ha cambiado
Bebé yo nunca te dejaría solo
Cuando me veo en tus ojos
me doy cuenta
Que todo el amor que estoy sintiendo
es verdadero
Y todo lo que hemos pasado
Bebé, sé que vale la pena
sólo para estar contigo

(All I want, all I need- White snake)

 

 

 

Esa canción no la conocía. —No lo recordaba de los ensayos, esa canción era una improvisación, esa canción parecía hablarle solo a él.

 

Al terminar dio click en otros videos, igual de virales.

 

—Verdadera, loca y profundamente
Yo seré tu sueño,

Tu deseo, tu fantasía.
Seré tu esperanza, tu amor,
Seré todo lo que necesites.

Te amaré más con cada respiro,
Sinceramente, loca y profundamente.
Seré fuerte, seré fiel,
Porque estoy contando con
Un nuevo principio,
Una razón para vivir, un significado más profundo.

(Truly, Madly, Deeply- Savage Garden)

 

Tampoco la conocía de su repertorio. Hizo otro click en otro video.

 

—Este amor
No tienes errores
Y cada vez que miro en tus ojos
Sé por qué
Este amor es intocable
Siento que mi corazón simplemente no puede negar
Cada vez que miro en tus ojos
Oh nena, sé por qué
Este amor es irrompible

(Unbreakable.Westlife)

 

¿Qué estaba pasando con su amigo de años?

En los ojos esmeraldas no cabía más la sorpresa.

—Judai…

Las redes sociales no paraban de alabar el trabajo del vocalista de Gx, su canto se llenaba en cada rincón del planeta. Los Auditorios y estadios no podían con la demanda de la gran cantidad de fanáticos que deseaban ver a Gx en vivo. La gira había resultado mejor de lo que esperaban, sería un año de jugosos éxitos y sorpresas; había canciones nuevas y hermosas siempre.

Pero…

 

Un año después. 

Japón.

 

La banda había regresado a su país natal. Estaban en su mejor momento, no había persona que no conociera alguna de sus canciones. Esta vez la fama mundial los estaba volviendo arrogantes.

Asuka se pavoneaba como toda una diva, vestía joyas y un vestido de gala. Los paparazzi enloquecían por ella, y no había otra cosa que ella amara más que la atención de las cámaras y los flashes.

Edo y Manjoume también se volvieron orgullosos; toda su ropa era de los mejores diseñadores y el oro de sus cadenas dejaba claro su estatus social ascendente. Ellos evadían a los paparazi. El lujo los aguardaba en carros deportivos.

Lo mismo sucedió con Fubiki. De tener un grupo moderado de bellas fans; ahora el mundo había reconocido su galanura. Los autógrafos volaron como pan caliente.

Y el vocalista; él era el único que seguía siendo un tipo raro como siempre. Vestía casual, no muy pobre, ni muy rico. Alicia solo tenía un único objetivo en su mente y era apoderarse del corazón de Johan Anderson, solo lo deseaba a él, y ni el dinero ni la fama podrían sustituirlo.

 Judai dio la entrevista de prensa acostumbrada, después se dirigió hacia la casa del chico que le robaba el sueño.

Tocó la ventana, pero nadie le abrió.

Con maña hizo una ganzúa con un alambre, abrió y cayó como ninja sobre el suelo.

Todos los regalos que Judai le había mandado al chico estaban perfectamente colocados; cada uno con el sello del país que visitaba, pero Johan no se encontraba, que era lo que realmente le importaba. Decidió esperarlo.

Miró las fotografías del peli turquesa, siempre que lo veía una nueva melodía sonaba en sus oídos; las musas lo besaban y la composición de una nueva expresión de amor, fluía de sus labios.

 

—Destapa el champaigne,
apaga la luces
dejemos las velas encendidas
y afuera las heridas
Ya no pienses más,
en nuestro pasado
hagamos que choquen nuestras copas
por habernos encontrado


Y porque puedo mirar el cielo
besar tu manos
sentir tu cuerpo
decir tu nombre
y las caricias serán la briza
que aviva el fuego de nuestro amor
... de nuestro amor.

(Luz de día- Enanitos verdes)

 

 

Las risas de dos chicos se escucharon amenas, una de ellas era sin duda de su musa. Johan había vuelto, así es que quiso jugarle una broma y se escondió en el armario.

—¿Jaja es en serio? —era la voz de Johan, pero…

—Sí, lo derribé de un solo golpe. —Judai se asomó por la rendija de la puerta semi abierta del  armario. ¿Quién era?

Era un muchacho más grande que ellos, a simple vista, cabello azul oscuro dividido en tres capas; ojos afilados azules posicionados directamente debajo de los flequillos de la capa más cercana a su rostro, tez blanca.

Johan se colgó del cuello de aquel extraño, se sonreían y se veían con ojos que él no podía entender, sostenía unas rosas rojas que seguramente le había dado aquel tipo.

—Johan...

—Ryo…

Lentamente la distancia se acortaba, los ojos cafes-ambar se agrandaron, y el ósculo vehemente se hizo presente entre esos dos.

La música en su cabeza enloqueció, las bellas melodías estaban cambiando a ruidosas guitarras eléctricas, tamborazos y platillos estridentes, voces graves y letra de muerte.

Apretó los puños hasta hacerse sangrar, su rabia excedía cualquier sentimiento de ira; pero no salió.

Torturado por la expresión de amor, se acarró la cabeza fuertemente intentando, desesperadamente tocar un poco de cordura.

 

“Vaya, quién lo diría, Alice. Un intruso está tocando lo que nos pertenece. Debemos actuar” —Astral le daba ánimos, pero extrañamente Alicia se resistía.

 

 

Aquel hombre llevó a Johan hasta la cama, donde continuaron con caricias y besos, las ropas comenzaban a faltar y Judai a volverse loco.

Sí, estuvo ahí, torturándose con los gemidos, con los sonidos frenéticos, con los gritos de pasión y marcas en la piel. Sí, Judai estaba cayendo en un abismo insano, la epifanía venía como ruido de Metal pesado.

 

“!Vamos, Alicia, Acaba con el intruso!” —Astral no ayudaba.

 

“!Vamos, hazlo!”

 

Tenía los ojos excesivamente dilatados, algunos cabellos arrancados de lo insoportable que había resultado su realidad.

 

¿Cómo había pasado eso?

 

Se había quedado ahí hasta el final.

 

A la mañana siguiente, Johan se despedía de su amante.

En ese tiempo, libre de la presencia de esos dos, le dio tiempo al vocalista de salir nuevamente por la ventana.

 

En seis días nadie supo nada de él.

 

---

 

La policía comenzó a buscarlo, se había dado un alerta en los medios, los fanáticos habían acudido al monumento de Tokio con velas encendidas para rogar que apareciera. Y la banda no podía estar más preocupada. Entre los acongojados, Johan era el que sufría más.

 

Residencia Andersen.

 

La preocupación de Johan por su amigo no lo dejó concentrarse. Ryo había parado de penetrarlo en cuanto se percató que el bello chico había escapado hacia otro lugar en su mente, lejos de él.

—¿Sucede algo?

—Es Judai. Aun no saben nada de él.

—Amor — besó su frente y salió de él con delicadeza—Sé que es como un hermano para ti, pero debes tenerle fe. Él volverá.

—Se que sigue con vida, puedo sentirlo, no creo que lo hayan secuestrado, pero…en mi pecho, siento que está caminando en un túnel oscuro.

—Vaya que lo conoces bien.

Repentinamente, unos golpecitos en la ventana los hizo alterarse. Tímidamente Johan cubrió su sexo con una toalla y abrió.

—¡Judai!— justo de quién estaban hablando.

El castaño había entrado más increíble que nunca; es decir, venía vestido en un fino traje sastre, con el fleco recogido y mirada sensual. Sus manos traían un enorme manojo de rosas blancas.

—¿Ahora me veo más decente para ti, mi pequeño Lirón?

Era verdad que se veía espectacularmente atractivo, pero en ese momento, las seis en punto de la tarde, parecía como si el tiempo se hubiera detenido para todos.

Johan no pensó encontrárselo en esa situación.

—Todos están preocupados por ti, ¿dónde has estado?

—Buscando la forma de convencerte a que vuelvas a brillar junto a mí, mi pequeña ratita alada.

—¡¿Qué?!

—¡¿De qué está hablando? —la voz de Ryo había puesto el rostro del vocalista como un demente.

—¿Quién es él? —señaló Judai sosteniendo las lágrimas en sus ojos, apuntandolo con el dedo.

—Judai, quería presentártelo en cuanto volvieras de la gira. Él es Ryo Marufuji, es mi novio.

Judai sonrió de oreja a oreja, algo en su cabeza estaba sonando, era una canción ruidosa y oscura. Sacó un revólver y apuntó sin objetivo fijo.

—¡JUDAI, CÁLMATE! —Johan se hizo hacia atrás poniendo sus manos al aire, intentando tranquilizar a su amigo.

—¡Está loco! —gritó Ryo.

La voz de Judai parecía una mezcla de decepción, de dolor e ironía.

—Todos aclaman las canciones que tú me escribiste, Johan. A todos les gusta la melodía de mi amor por ti.

—Yo no te escribí nada.

—Claro que sí…en tu tono de voz, tus ojos verdes, tu sonrisa; en todo tu maravillosos ser están escritas las palabras de la verdadera música.

—¡Sí, sí…lo entiendo, lo entiendo. Mira, hablemos, por favor! —trató de acercase pero Judai le disparó.

—¡Johan! —gritó Ryo, sin embargo no había pasado nada, solo había logrado ponerle los pelos de punta a los enamorados.

Judai comenzó a reírse estruendosamente, por varios minutos.

—¿Otra de tus bromas? —Johan no estaba seguro, pero quería creerlo para darse valor.

—¿Broma? Te amo, Johan. Estoy enamorado de ti, estoy loco por ti, mi musa, mi oxígeno, mi ángel.

—Cálmate por favor.

Judai volvió a disparar, pero esta vez al amante en la cama.

—¡AHH!

Volvió a reírse a carcajadas.

Nuevamente había logrado que intentaran protegerse, solo les había puesto los nervios de punta, pues no había salido bala alguna.

Judai entonó mientras lloraba:

 

Brilla, luce, ratita alada,

¿En qué estarás tan atareada?

Por encima del Universo vuela

Como una bandeja de teteras.

Brilla, luce...

Un murciélago pasó

No sé dónde se escondió

(Fragmento Alicia)

 

 

Incoherencias, Judai estaba completamente loco.

—Judai, baja el arma, por favor, hablemos.

El castaño lo interrumpió.

—Busqué y busqué, Johan, rosas que superaran a las que ese hombre te había regalado. Busqué superarlo, quería conquistarte, quería probar de tus labios el elixir de los Dioses. Yo quería ser el hombre que te hiciera feliz en mi país de las maravillas. Encontré un prado de rosas, pero ninguna superaba a las de ese sujeto. Quise una rosa cortar, pero al hacerlo me pinché el dedo, y sabes, supe entones que color es el que podría conquistar tu amor, el único que no podría fallar

—Judai…—Johan comenzó a sentir el verdadero terror.

El cantante acercó el ramo de rosas blancas a la altura de su pecho y con la otra volvió a tirar el gatillo.

Un estruendo hizo que aquel metal disparara la bala, las rosas blancas se tiñeron de carmesí.

—¡!JUDAI!! —Johan acudió hacia su amigo que todavía tenía fuerzas para mantenerse de pie.

—¿Ves? El rojo siempre representará el amor y la pasión. Sé que estas rosas rojas te encantan; tomaremos té mientras festejamos tu No cumpleaños.

—¡UNA AMBULANCIA! ¡Judai, ¿Qué has hecho? ¿Qué has hecho?!—traía a su amigo en los brazos, intentó alentarlo a que resistiera, rogo porque no lo abandonara, le prometió incluso que lo amaría por siempre, pero que no cerrara los ojos.

Judai sonrió felizmente, pues por fin pudo escuchar los sentimientos de Johan como una canción de amor solo para él.

 

A dónde tú vas, yo voy
lo que tú ves, yo veo
sé que nunca estaré sin la seguridad
de que me mantendrán tus amorosos brazos
lejos del sufrimiento.
Pon tu mano sobre mi mano
y nos levantaremos.

Deja que el cielo caiga,

Cuando este se desmorone
permaneceremos de pie
y lo enfrentaremos juntos.

(Skyfall – Adele)

 

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 Astral miró las ambulancias y prensa fuera de la casa del oji esmeralda. Su Alicia estaba detenida en el tiempo ahora.

 

Que impredecibles son los humanos” —aunque no lo entendía bien.

¿Por qué no acabó con Ryo en vez de enfurecer al “padre tiempo”? Era otra curiosidad más anotada en su lista de aprendizaje.

 

La noticia de la tragedia del vocalista de Gx quedaría marcada en la historia de la humanidad, el sueño no desaparecería pues había tomado más fuerza.

Un estruendoso ruido lo hizo voltear a ver hacia la calle más adelante. Había un motociclista que iba a toda velocidad.

Nuevamente Astral se exaltó, su emoción vibró por la velocidad de aquel chico.

 

“!Mi nueva Alicia!”

 

Notas finales:

 


Judai no estaba enamorado de su mejor amigo, eso estaba claro para los dos; sin embargo Atral llegó para mal interpretar las cosas y caprichosamente deseaba unir a esos dos.


Por eso Johan se sentía incómodo, puesto que no sabía lo que su amigo quería decirle con cada gesto y canción. Judai siempre había bromeado con sus declaraciones, hasta que en el último minuto(y bajo la influencia de Astral), su mente se volvió loca; en  parte luchaba su cordura contra la imposición de sus sentimientos forzados debido al capricho pequeño sueño.


...


Hay muchas referencias del cuento de Alicia desde el primer capítulo; Atem se volvió obseso, creyendo que él siempre tenía la razón; y Judai se volvió simplemente loco.


 


Astral seguiría haciendo de las suyas.


 


-Fin de Alice dos-


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