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Alter Ego por Alain

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Notas del fanfic:

William es visto por todos como un chico normal; excentrico a veces, pero nada fuera de lo comun. Eso se debe a que William esconde el secreto que podria hacer que todo su vida se fuera al diablo. Hay algo dentro de el que posee un caracter para nada aceptable en la sociedad, problematico e impulsivo, y que el ha tratado de mantener bajo control. Ya en el limite, intenta solucionar las cosas cometiendo un acto que durante toda su vida habia observado como degradante y patetico. Pero algo sale mal y cae en manos de un pervertido algo diferente de los demas.

Alguien le otorgara a William un estilo de vida distinto, desde el cual tendra una nueva perspectiva del mundo.

 

Advertencia: El lenguaje puede llegar a ser ofensivo para algunos, comun para otros. En caso de no entender algun termino, solo pregunte.

Notas del capitulo:

Bienvenidos. Aqui les presento una historia escrita por mi, de la que me considero responsable. En ella encontraran muchas cosas, tanto situaciones de gracia como, a travez de su desarrollo, un profundo analisis de las personalidades de sus personajes y un punto de vista distinto para varias cosas.

Hay mucho de mi en la siguiente historia, quiero a cada personaje sin importarme sus defectos, y estaria encantado si ustedes les tomaran siquiera la mitad del cariño que yo les tengo y supieran comprender a sus singulares almas.

Ahora termino con la palabreria y les dejo con el relato, para que ustedes mismos juzguen si es merecedora de su tiempo. Si aunque sea a una persona le gusta, ya estare feliz y contento. Habre cumplido mi fin de comunicar exitosamente esta historia...

Alain

 

Estaba totalmente decidido... Bueno, no totalmente, pero era la única forma en la que podría vivir con normalidad. Su objetivo era una mujer, que por lo visto no era nada inocente ni inhibida. Llevaba un vestido ajustado con un escote hasta el ombligo, el cual no podía cubrir totalmente su pecho, demasiado proporcionado para ese tipo de prendas. Ella había charlado con varias personas desde su entrada y ahora se concentraba en un hombre de pelo oscuro, que tenia una mascara cubriendo la mitad de su cara. No sabia de que habrían querido disfrazarse esos dos, pues no llevaban lo que se llamaría un disfraz convencional, sino ropa que cualquiera usaría en una fiesta de gala: la mujer con un vestido rojo simple (aunque en realidad le parecía demasiado exhibicionista), y el hombre con un traje que lo hacia parecer casi ejecutivo, a excepción de la mascara. Esperaba que la mujer se fuera tal como llego, sola, pero parecía que aquel tipo se interpondría en sus planes. Si ellos se iban juntos, tendría que seguirlos y esperar el momento adecuado para pod...

--...iam!! ¡¡Hey Will!! Escúchame cuando te hablo, no te quedes mirando como hipnotizado a la gente, es muy descortés de tu parte... ¿Así que ya has visto a aquellos dos? Hagamos una apuesta, veinte dólares a que ella se va con el, ¿aceptas?

William miro casi con desconcierto a su amigo. Creía que se había ido hace unos quince minutos, pero por lo aparente solo había ignorado de una manera total y completa el monologo de aquel. Le era imposible decir como una maldita persona podía hablar tanto en tan poco tiempo y ni siquiera tomar aire. Ahora tendría que hacerle caso por un rato más, hasta que quedara satisfecho y se fuera a hacer apuestas con la gente de alrededor.

-- Acepto tu apuesta, doy veinte a que ella se interesa en otro tipo y lo deja a él en el olvido. Y apuesto diez más a que igualmente ella le da su número antes de irse.

--¡Se ve que estas confiado! Bueno, yo doy diez más a que ella no le dará su número aquí, te lo aseguro. Perdona, ahora tengo que ayudar a mi hermano, organizar esta fiesta el solo le seria imposible Pero antes, ¿que opinas de mi disfraz?¿Crees que alguien me confunda?

William miro a su amigo y le costo reprimir la risa. Se había disfrazado de muñeca, pero realmente se notaba demasiado que era un tipo, así que el traje quedaba casi grotesco. Su contextura no lo ayudaba, y que uno de sus pechos falsos estuviera mas abajo que el otro, tampoco.

--Solo te confundiría con una muñeca si me tomara cien wiskyes, aspirara medio kilo de cocaína y estuviera en un lugar oscuro. Aunque aun así dudaría un poco.

--Que mala suerte, creí que estaba lindo—dijo su amigo mal imitando una ofendida voz de niña--Bueno, si no parezco una muñeca estoy en problemas, ese tipo de allá me ha estado mirando toda la noche de manera muy pervertida...

William no aguanto mas la risa, pues en efecto un hombre miraba a su amigo de una forma extraña desde una de las esquinas, aunque mas que perversión su mirada denotaba un horror tremendo. Estaba seguro de que si su amigo se acercaba a aquel tipo, ese saldría corriendo.

--Oye, no te rías de mis desgracias, soy un jovencito demasiado inocente para que me miren de esa forma. Ese tipo me asusta...

-- Si tu eres un jovencito inocente, yo soy la Madre Teresa—dijo aun entre carcajadas William—Y creo que tu estas asustando a ese tipo mas de lo que el pueda asustarte a ti.

--Bueno, podría ser, pero tu tampoco te has disfrazado de la mejor forma—dijo su amigo, que no esperaba horrorizar sino causar gracia—Si el verdadero Drácula te viera, se tragaría una docena de ajos.

Tal vez su amigo no estaba muy equivocado. William había decido ir a esa fiesta en ultimo momento, por lo que su traje no estaba muy logrado. Llevaba unos jeans oscuros, una remera roja y la capa vampirica de su hermano pequeño, que le llegaba solo hasta la cintura. Y si eso no bastaba, tenia una dentadura de plástico con colmillos, que le quedaba demasiado pequeña por lo que la llevaba en el bolsillo. También se había espolvoreado con un poco de maquillaje para parecer más pálido, pero los polvos eran rosas y por más que lo había intentado, el agua no solo no los sacaba, sino que intensificaba el rosáceo. Así que en pocas palabras, debía ser el vampiro más ridículo en la historia de los disfraces. Pero si bien al principio había llamado la atención (y las risas) de varias personas, la entrada en escena de su amigo hizo que se olvidaran casi completamente de el. Quería deshacerse de su disfraz, pero no sabia que haría con la capa y había prometido devolvérsela a su hermano.

--¡¡Will!!

--¿Que?

-- Te estoy tratando de decir que si me necesitas, estoy allá ayudando con la fiesta. Pero estas muy pensativo, ¿que te sucede? ¿Viste a alguien? Si es así, te ayudaría pero creo que tu disfraz no me facilitaría las cosas...

--Andate, no me pasa nada, solo estoy algo... Alejado, no te preocupes, es el cansancio.

Estaba molesto, pues por su amigo había perdido de vista a esa mujer. Lo peor era que el tipo también había desaparecido, así que era probable que ya ni siquiera estuvieran en la fiesta. Dio vuelta la cabeza buscando a su amigo, pero este también había desaparecido. Lo ubico por fin en el otro extremo, ayudando con unas decoraciones que se estaban cayendo. Seguramente eso lo mantendría ocupado largo rato, así que el también se alejo y se perdió entre la gente.

Ahora tenia que encontrar a una nueva victima, pero todas las personas de allí iban de a dos o mas, y mucho eran conocidos suyos. Dio varias vueltas y para su sorpresa, encontró a la mujer y al tipo de hacia un rato. Parecían estar preparándose para irse, por lo que se acerco lentamente a la puerta de salida. Se maldijo a si mismo por no haber agarrado una mascara, así no lo reconocerían tan fácilmente después, pero había sido la mascara o la cuchilla. Y con los planes que tenia para esa noche, la cuchilla era indispensable; fácil de esconder entre las ropas, silenciosa y muy afilada. No era como una pistola, pero el sabia utilizarla de manera rápida. El problema era la cantidad de sangre con la que se mancharía si la usaba. Había dejado un poco de ropa escondida en un lugar de la plaza, pero no sabia si aun estaría allí y tampoco si en la plaza habría tan poca gente como para pasar desapercibido al estar cubierto de sangre. Dejarla allí había sido una de sus peores ideas, era un estupido. Pero no importaba ni la ropa ni la sangre, el igualmente seguiría con lo que tenia planeado...

Sobresaltado, se dio cuenta de que otra vez había perdido de vista a la mujer. Se maldijo en silencio por haberse sumido en sus pensamientos, quizás ahora ya la había perdido para siempre. Miro a su alrededor y la vio salir de la mano con el tipo del traje. Si hubiera tardado unos segundos mas la habría perdido definitivamente, pero ahora sabía hacia que lado habían ido y podría seguirlos. Salio cuidadosamente por la puerta, aprovechando que la atención de todos estaba puesta en otro punto, seguramente algún hecho ridículo.
Miro en la dirección en la que habían desaparecido aquellos dos. Los siguió cuidadosamente, viéndolos desde las sombras. Después de un rato de recorrer las calles, vio hacia donde se dirigían.

--No lo creo—decía para si—están yendo a la plaza...

William estaba casi eufórico, todo estaba saliendo muy bien. Ahora lo que le preocupaba era quien podría estar en la plaza. Casi enloquece cuando vio que esta totalmente desierta, y que sus victimas se dirigían hacia una zona oscura y alejada. Era todo perfecto para el, no podría haber conseguido mejor escenario para lo que tenia planeado hacer.

Volvió rápidamente a ubicar a la pareja. El hombre estaba besando el cuello de la mujer, y esta mantenía los ojos profundamente cerrados. Mientras se iban acercando mas a las sombras, si no se apuraba los perdería totalmente de vista.

Se siguió acercando a los dos, ubicándose cuidadosamente detrás del tipo. Mantenía firmemente sujeta la cuchilla, y cuando estaba por atravesarla en la garganta de aquel sujeto, este repentinamente dejo caer a la mujer, que en ningún momento volvió a abrir los ojos, solo se desplomo en el suelo. El hombre rápidamente se dio vuelta y quedo de cara a William, quien inmediatamente, olvidando cualquier plan que se le hubiera pasado por la cabeza, lo apuñalo en el estomago. Fue cuando sintió una mano alrededor de su cuello. El hombre arranco la cuchilla de su vientre, pero apenas cayeron una gotas de sangre.

-- Es una suerte que me hayas apuñalado el estomago y no la garganta, habría perdido demasiada sangre como para hacerlo esta noche—le dijo el hombre con una sonrisa amistosa.

--¿Que carajo es este tipo?—Pensaba William, ya que no podía pronunciar nada; aquel hombre por poco lo estaba estrangulando ¿Acaso sabia que el había planeado atravesarle la garganta con la cuchilla o solamente lo había supuesto?¿Y que pasaba con la mujer? Ella estaba aun en el piso, pero demasiado pálida e inmóvil como para estar viva y no tenia ninguna marca apreciable ¿la había envenenado?

-- No, no la he envenenado—Le respondió el hombre--¿como crees que lograría hacer eso? Aunque tal vez tu sabes como, pero no importa. Lo que si es importante ahora, es a donde debemos ir...
William palideció ante este comentario. Definitivamente aquel tipo podía leerle la mente, lo cual era de por si sorprendente. Pero lo que mas lo aterraba era que el tipo quería llevarlo a algún lado,¿para que? ¿Acaso iba a ser victima del crimen que quería cometer? Maldijo por lo bajo...

--Si esto no es justicia poética, que me castren—penso—No me pudo ir peor, me he encontrado con el único pervertido en kilómetros a la redonda que tiene poderes telequineticos...

Nuevamente se maldijo por su torpeza. Debía callar a su mente si no quería que aquel tipo...

--Oh, eres muy mal pensado—dijo el tipo sonrojándose—Soy una personita muy inocente...

--Si,--penso Will--definitivamente estoy en problemas...—Entonces se dio cuenta que hacia ya largo tiempo que estaban los dos en la misma posición: el hombre erguido, agarrandolo a el por el cuello y separándolo del suelo. ¿Por que no dejaba de pensar idioteces y oponía un poco de resistencia? No se iba a entregar así nada más...

--Tienes razón—le dijo el hombre—hace ya demasiado rato que te escucho pensar y no hago nada. Es que eres tan encantador... Pero no debemos quedarnos aquí toda la noche, si alguien aparece me causara problemas. A volar de una vez...

No lo podía creer, aquel hombre estaba totalmente loco. Intento zafarse, pero lo único que logro fue que aquel apretara aun más su garganta. Comenzó a sentirse mareado, y lo ultimo que vio antes de quedar inconsciente fue una sonrisa de parte de ese misterioso sujeto.

 


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