Capitulo II
Poco a poco fue abriendo los ojos. Lo primero que penso fue que le dolía mortalmente la cabeza. William trato de recordar que había hecho y donde estaba. Parpadeo dos veces para ver con claridad y miro a su alrededor. Era una habitación no muy grande, llena de muebles finos y ostentosos, de detalles en color rojo y oro. El estaba recostado sobre un sillón, también rojo y con el armazón dorado. Una gran araña de cristal colgaba sobre su cabeza, e iluminaba eficazmente las paredes, color durazno. Realmente no tenia idea de en donde podría estar, era la primera vez que veía un cuarto así, y a su alrededor no había ventanas.
Súbitamente recordó todo lo que había pasado y comenzó a desesperarse. Intento sentarse rápidamente pero tenia manos y piernas atadas, por lo que al hacer un movimiento tan brusco cayo al suelo de bruces.
Maldiciendo su mala suerte, busco algo con que romper las cuerdas, pero nada a su alrededor era lo suficientemente afilado como para cortarlas. Escucho el ruido de una cerradura al otro lado del sillón, y de inmediato vio al tipo de la fiesta. Aun llevaba el antifaz, por lo que no debía haber pasado demasiado tiempo inconsciente.
--Veo que ya despertaste. Ja, es una suerte porque no debemos perder mas tiempo. Las horas pasan y la noche se hace día—dicho esto, se saco la mascara que le cubría la mitad superior de la cara y se acerco a William. Utilizando una sola mano, volvió a ponerlo sobre el sillón, --Comencemos, pero antes me gustaría saber tu nombre...
William se encontraba desesperado, estaba a la merced de aquel tipo. Penso en millones de cosas que decirle, cosas que harían que sus antepasados se revolcaran en sus tumbas, pero lo único que salió de su boca fue un fue un entrecortado...
--Wil... William...
--Me gusta ese nombre—dijo el hombre—recuerda al salvajismo de la juventud... Bueno William, yo soy David, mucho gusto. Ya que estamos listos quitaremos estas molestas cuerdas...
William casi sonrío al escuchar eso. Estaba delante de la persona más imbécil que pudo haber imaginado. Le iba a desatar, y por mas fuerte que fuera ese tipo, nada le impediría escapar. Ni siquiera había cerrado la puerta con llave. Además, cuando el tipo se agachase a desatar sus piernas, él le daría una patada tan fuerte que lo dejaría inconsciente.
David se agacho cuidadosamente y desato las piernas de aquel muchacho. Justo cuando William iba a descargar la patada mas brutal de toda su existencia en la barbilla del hombre, este tomo sus dos piernas a la vez, coloco a William horizontal en el sillón, y se sentó en sus rodillas, con las manos apoyadas ahora en sus hombros.
--La put...—comenzó Will, pero David lo interrumpió.
--Oye, ¿acaso piensas que me derribaras con una patada? Eres increíblemente inocente...—dicho esto rodeo a William con los brazos, y acerco su cara a la de el.
--¡Debo hacer algo! ¡Mierda!—penso William, mientras sentía la cercanía de aquel tipo--¡Piensa! ¡¡Piensa en algo!!
Entonces sintió sus dos brazos libres. David había soltado sus manos, pero ahora le agarraba del cráneo, tirándolo hacia atrás y exponiendo su cuello.
--Que torpe, casi olvido algo. —dijo David mirando el cuello de William—No voy a perder esta oportunidad...—Nuevamente acerco su cara a la del joven y lo beso profundamente.
William abrió los ojos maldiciendo. Era la primera vez que le besaban, y algo en el se libró de muchas ataduras. El sabia que era, no podía permitirle ser libre, no totalmente. Con un esfuerzo casi sobrehumano zafo los brazos de abajo de su cuerpo y empujo a David fuertemente. Este abrió los ojos sorprendido y William penso en rodar hacia un lado para escapar. Pero de pronto David apretó su cuerpo contra el William, dejando sus manos atrapadas entre los dos.
--Bueno, ese beso es suficiente por ahora—dijo David tirando hacia atrás la cabeza de William y dejando al descubierto nuevamente el cuello.
Sintió la presión de los labios de ese pervertido sobre su yugular. E inmediatamente después dos afilados colmillos desgarraron piel y vena para dejar fluir la sangre; le dolía horrores el cuello.
--¡Que esta haciendo este psicópata!—penso desesperado mientras sentía que David succionaba su sangre. Estaba perdiendo mucha, a ese paso...
William hizo él ultimo intento por escapar. Aprovechando la distracción del David, quien parecía absorto en su tarea, lo empujo con toda la fuerza que dan las situaciones limite, haciéndolo casi caer hacia atrás. Entonces William rodó para el costado, cayendo al piso de boca, pero se levanto y lo mas rápido que pudo se dirigió a la puerta. Aun seguía saliéndole sangre, había perdido demasiada y se sentía muy débil. Miro hacia el costado y allí estaban la capa de su hermano, la dentadura falsa, y lo que le hizo sonreír: la cuchilla.
David no podía creer la magnitud de su estupidez. Estaba tan ocupado bebiendo la sangre de ese muchacho que se había relajado y lo había soltado. Claro, esa sangre era tan deliciosa, tibia, perfecta; como deseaba seguir bebiendo. Esa sangre era su néctar.
Se dio vuelta y vio a Will agachado al lado de la puerta. Si no se daba prisa ese joven moriría, pero no como él quería. Salto el sillón y se acerco a el, dispuesto a seguir bebiendo, pero William giro violentamente con cuchilla en mano. Tenia una expresión desquiciada en su rostro, una sonrisa de locura asesina, y todo esto era resaltado por su cuello y pecho empapados en sangre.
--¡Si! ¡Me encanta esa cara!—exclamo David eufórico--¡Ese carácter! ¡Eres perfecto!—se acerco cuidadosamente a el, no debía perder sangre, la necesitaba.
William retrocedió por el umbral de la puerta. No tenia casi ningún control sobre si mismo, lo único en que pensaba era en matar a ese tipo. Apenas si recordaba las razones, su mente adormilada no le dejaba pensar bien, pero lo que sabía era que debía matarlo sin importar lo que le costara. Mantenía la cuchilla frente a su pecho, ahora empapado en sangre, esperando el momento para atacar.
--¡Nunca me tendrás, maldito hijo de puta! ¿¡Escuchaste!?—Grito con toda su fuerza. Entonces sintió una leve brisa a su derecha y vio que el tipo que tenia adelante había desaparecido.--¿Pero que...?
--Creo que te equivocas, incluso, me parece que seremos muy buenos "amigos"—dijo una voz a su derecha, que agrego con un tono juguetón y pervertido—Pero podríamos ser mas que eso...
Entonces Will se dispuso a hacer callar a ese idiota de un cuchillazo, pero... La cuchilla no estaba ya en sus manos.
--Mejor prosigamos... —dijo David mirando al muchacho, y cuando estaba por agarrarlo de nuevo William se levanto y trato de correr por el pasillo hacia una de las puertas. Pero después de dar los primeros pasos se sintió mareado y cayó al piso.
David se acerco rápidamente, maldiciéndose a sí mismo por no haberse dado prisa y por dejarse llevar por sus emociones. Se arrodillo a un lado de William, quien aun luchaba por levantarse y correr, y siguió succionando sangre, pero se detuvo rápidamente y miro al muchacho.
--Bueno, ya es suficiente... —dijo David con una expresión disgustada—Quisiera seguir bebiendo, pero ya casi no te queda sangre. Ahora tu beberás—dicho esto, se hizo un profundo corte en la muñeca y la apoyo en la boca de William.
--¿Que esta haciendo ahora?¿Acaso cree que dándome a beber su sangre solucionara algo? Es un imbécil—pensaba William, mientras flotaba en una especie de sopor próximo a la inconsciencia, al sentir sangre en su boca—Le voy a devolver el favor haciendo que se desangre, no me iré solo al infierno... —levanto pesadamente las manos y agarro con la fuerza que pudo el brazo de David. Bebió con fluidez y noto que le encantaba el sabor de la sangre. Pero también noto otra cosa: estaba sediento. Comenzó a succionar con desesperación, no creía que la sangre supiera tan bien. Además, comenzaba a recuperar fuerza, no se esperaba aquello. Entonces, ese algo, con el que había lidiado toda la noche, el causante de que el estuviera en esa situación, tuvo un poco mas de libertad. William no podía permitirle ser totalmente libre, pero ya no estaba bajo su control. Al menos debía tratar de apaciguarlo.
De pronto la herida que le proporcionaba sangre se alejo. Trato de retenerlo pero una mano apoyo su cabeza en el suelo. Comenzó a sentirse mareado; le dolía otra vez la cabeza y le ardían los ojos.
--¡Ya basta por hoy o me quedare sin sangre! Tendrías mas si no hubieras hecho tanta revuelta; pero no importa. Lo mejor ahora es que duermas antes de que te empiece a hacer efecto, es peor que la fiebre...
William estaba aturdido, no entendía que le quería decir David, su cerebro no procesaba las cosas como debía. Sintió dolor en el cuerpo; primero en el abdomen, luego extendiéndose por todas sus extremidades. Su cabeza parecía a punto de estallar, era insoportable. Iba a comenzar a gritar, pero una mano impidió que abriera su boca y de pronto se sintió cansado, sumiéndose casi instantáneamente en un estado de sueño similar a la inconsciencia...