- Bill, Bill. ¿Te encuentras bien?- escuche decir de pronto y di un leve sobresalto en la silla, era Gustav quien me había sacado de mi pensamientos.
- Si, todo bien. Te estaba esperando- dije apenas reaccionando y mi rubio amigo se sentó frente a mí en aquel escritorio de la biblioteca.
- Bueno, ahora vamos a repasar Química. Recuerda que ya te debiste haber aprendido al menos la mitad de la tabla periódica y…- comenzó a decir Gus pero deje de escucharlo al repasar una y otra vez el recuerdo de aquel día.
- Fue aquí- lo interrumpí con una frase que escapo de mis labios.
- ¿Qué fue aquí?- inquirió él confundido.
- Donde vi a Tom por primera vez con esa chica. Ella lo tenía acorralado contra aquel estante- exprese meditabundo señalándole el sitio a sus espaldas, Gustav bufó y agacho la mirada negando.
Pasaron un par de minutos de silencio hasta que mi amigo volvió a hablarme, intentando que me enfocara en estudiar, lo logro, pues ya me había cansado de recordar y me auto convencí de que lo mejor por ahora era dejar de pensar en el pasado. Concentrándome en mis notas seguí la explicación de mi camarada, debía pasar los exámenes si quería graduarme, tampoco es que fuera mal en calificaciones, teniendo a Gus como amigo siempre tenía un buen tutor, solo quería terminar con un promedio decoroso para tranquilizar un poco a mis padres.
Día de graduación. Todo eran carreras en mi casa, Gustav había ido para llegar juntos a nuestro último evento escolar y solo sonreía al ver a mi madre de un lado para otro alistándose mientras mi papá caminaba tras ella calmándola. Unas horas después ya nos encontrábamos en el auditorio del instituto, todo era bullicio y desorden con mis compañeros, unos planeaban su vida universitaria, otros se tomarían un año sabático o trabajarían; Gustav iba a entrar a la facultad de Medicina, siempre le había gustado eso y aparte al ser tan listo no se le dificulto ingresar ahí, yo iba a Arquitectura, prácticamente escogí esa carrera al azar porque en ese momento traía muchas cosas en la cabeza y no lo pensé, igual me parecía interesante.
El lugar se lleno al poco tiempo, Georg se acerco a saludarnos y obviamente vi a Tom cuando llegó, no me sorprendía que se hubiese graduado, su primo tuvo que ver mucho con eso. La ceremonia empezó y vi a Tom acercarse a donde estábamos pero se sentó a unas cuantas filas atrás con la vista agachada, venia solo pero lo note incomodo e indeciso.
Una vez finalizada la gala de graduación nos trasladamos a un club que alquilo la escuela para la fiesta, el lugar estaba a reventar y la poca luz sumada a la música tan movida nos envolvió en un ambiente muy intenso. Mark, nuestro compañero mas fiestero, nos mostro a mí y a varios compañeros unas pastillas que traía consigo y nos las ofreció bajo el argumento de que “a falta de alcohol, se necesitaba algo para prender mas la fiesta”, yo acepte tomando una sin pensar y Gustav me miro atónito cuando me la trague, no era la primera vez que me “elevaba” de esa forma, enseguida los demás que estaban con nosotros accedieron de igual forma y a partir de ahí, todo se volvió un caos.
Me sentía feliz, eufórico y muy excitado, bailaba con unas chicas y ellas se movían de una manera tan provocativa que terminaron de calentarme más, me excuse con ellas para ir al baño a liberar un poco de tensión pero en mi camino me tope con Jared, un chico tímido de mi salón que se ofreció a acompañarme al verme tan ido. Una vez en el sanitario me recargue en una de las paredes para desazorarme un poco, enseguida sentí una mano ciñéndose en mi cintura y una lengua recorriendo mi cuello, la mente se me nublo de nuevo y solo seguí mis instintos, enfrentando a aquella persona y besándola salvajemente, la recargue contra la pared y comencé a tocarla desesperado.
Casi aplastando a mi acompañante con el muro me friccione duramente contra su cuerpo, no me reprimí en gemir mientras mis manos acariciaban y besaban a aquel ser, escuchaba el latido de mi corazón retumbando en mis oídos, el mundo se me esfumo y cerré los ojos.
- Tom… Tom... Si, amor… no sabes cómo te extrañe así…- murmure entre jadeos estrujando con mis dedos su parte posterior.
No recibí respuesta alguna, pero sentí que me empujaron fuertemente y parpadeé alejándome, la realidad me cayó como agua fría haciéndome reaccionar al ver quien estaba frente a mí, Jared me miraba desconcertado mientras con una mano en su pecho intentaba controlar su respiración.
- Bill, siempre me gustaste. Creí que tendría una oportunidad contigo pero ya veo que hay alguien más en tu corazón- exclamo el chico arreglándose la ropa y saliendo de ahí con la cabeza agachada.
Al verme solo sacudí la cabeza y me acerqué al lavamanos para echarme un poco de agua en el rostro. Mierda, me había visto como un jodido degenerado frente a Jared y eso me dolió, no quería lastimar a nadie y menos a un inocente que no me había hecho nada.
Sentí las lagrimas a punto de salir de mis cuencas y aspire hondo serenándome, le mande un mensaje de texto a Gustav diciéndole que me iba y él me respondió que estaba bien, que estaba con Georg y se quedaría otro rato, que él se ofreció a llevarlo a su casa, ante eso le dije que se cuidara y que nos veríamos después.
Salí del club y vi el cielo nocturno nublado acompañado de varios truenos y relámpagos, parecía que una tormenta se soltaría en cualquier momento. Camine hacia mi automóvil pero me detuve al escuchar unos pasos tras de mí y volví la vista.
- ¿Te vas tan temprano?- me cuestiono Tom aproximándose a mi lado, mire la hora en mi teléfono y bufe ligeramente.
- Son las tres de la madrugada. Voy a esperar un rato en mi coche para sentirme mejor y luego me iré- respondí serio dándole la espalda y retomando mi andar.
- Espera- exclamo él sujetándome un brazo delicadamente y yo pare girando nuevamente a observarlo- Quisiera hablar contigo antes de que te marches- indico cohibido con una media sonrisa- Prometo no entretenerte mucho, solo lo necesario.
- No me apetece hablar contigo ahora.
- Vamos, solo un momento. Billy, por favor.
- No lo creo, quiero estar solo en este instante- una gota de agua descendió sobre mi frente y endureciendo mi semblante me libere del agarre de Tom- Debo irme ya.
La lluvia se dejo venir en ese instante a un nivel torrencial, como si hubiesen abierto un grifo de agua, así que corrí a mi coche a refugiarme con Tom pisándome los talones, lo deje subirse solo para que no se mojara.
Por un momento el silencio reino, solo se escuchaba el aguacero caer sobre el techo de mi vehículo y algunos impactos sobre los vidrios que empezaron a empañarse por nuestras exhalaciones. Tenía la cabeza recargada sobre mi asiento, podía sentir la mirada de Tom fija sobre mí pero trate de restarle importancia.
- No es por sonar oportunista, aunque aprovechando el momento, podríamos charlar- dijo Tom desde el asiento del copiloto.
- Habla si quieres- murmure vagamente aun sin contemplarlo.
- Vale. Primero que nada, quiero que sepas que en todo este tiempo que no estuvimos en contacto, nunca deje pensar en ti. Te extrañe mucho- murmuro él tranquilo acomodándose mejor en su butaca.
- Claro. Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde- le solté mirando por la ventana lo poco que se distinguía alrededor.
- No lo digo por eso. Me refiero, a que no he dejado ni deje de amarte. Creo que te amo más de lo que creía que te amaba, aunque suene absurdo, siempre estuviste en mi corazón y en mi mente, pero era importante lo que tenía que hacer- menciono Tom y yo lo mire de reojo, lo que lo incito a proseguir- Hace unos tres meses más o menos, cuando fuimos a una fiesta, conocí a alguien, no vale la pena decir su nombre, así que lo omitiré. El punto es que, esa persona me invito a salir y yo por supuesto me negué. Días después descubrí que iba en nuestra escuela, solo que en un grado menor, y se la pasaba acosándome para que saliéramos y buscaba la mínima oportunidad para que estuviéramos solos. Terminé por decirle la verdad, que yo ya tenía a alguien, pero no me creía, decía que siempre me veía solo y que solo estaba inventando excusas. Decidí distanciarme de tu lado un momento para quitarme a esa persona de encima y no te descubriera ni te hiciera daño, ya que me amenazaba diciéndome que si era verdad que tenia pareja y me descubría con alguien más, no dudaría en hacer todo lo posible por separarnos. Ahora, que todo ha pasado y que estoy seguro que no puede alejarnos, si puedo obtener tu perdón, me gustaría que lo intentáramos de nuevo- narro tomando una de mis manos entre las suyas.
Cerré los ojos y escuche como los latidos de mi corazón aumentaron sutilmente, un revoloteo en mi estomago comenzó a sentirse y aquel dolor en mi pecho aminoraba, convirtiéndose en un calor aliviador que me abrazaba. Aun con eso el recuerdo me abofeteaba, libere mi mano de entre sus dedos y volteé en su dirección parpadeando confundido.
- No sé qué quieres que te diga, pero te escuchaste muy marica- insinué severamente en un resoplo.
- Vamos, Bill. Yo se que lo que te hice no estuvo bien, reconozco que te lastime y me siento terrible yo también. Incluso supe lo de tu accidente, y créeme que estuve a punto de mandar todo mi plan al carajo si algo te hubiera pasado. Golpéame, humíllame, desquítate, anda. Aceptare y soportare lo que sea con tal de tener la esperanza de volver a estar juntos- dijo Tom con angustia notoria en su voz y agachando la cabeza.
- Dices que lo hiciste fue por protegerme entonces- enuncie en un murmullo- Todo esto nos lo pudimos haber evitado si no hubiéramos ocultado lo nuestro desde un principio, o bien, pudiste contarme tu problema con esa chica y lo hubiésemos resuelto entre los dos. ¿No crees que a mi también me acosaban? Claro, no tanto como en las escuelas anteriores en que estuve, pero igual no había un día en que alguien no me invitara a salir o tuviese algún gesto conmigo- le explique pensativo.
- Lo sé, es solo que tu estas acostumbrado, yo no. Intente manejarlo, al final hice lo que creí que era lo mejor- argumentó él y esta vez gire mi cuerpo en su dirección.
- No tienes ni idea- resople meditabundo- Ni siquiera te imaginas como me sentí cuando me dejaste, como mi corazón se rompía en pedazos y el dolor me sofocaba tanto que supuse que la muerte me aliviaría, y no es por oírme dramático, solo te explico para que comprendas cómo me sentía por dentro.
- Por supuesto que te comprendo, no piensas lo difícil que era para mí verte a lo lejos y tener que reprimir el instinto de acercarme, me dolió tanto como a ti el que estuviéramos separados. Tú eres lo único que me da fuerzas para levantarme cada mañana, tú eres la única persona por la que haría lo que fuera, te amo a ti, Bill Kaulitz. Una vez más, solo te pido una vez mas entonces, déjame sentirte y demostrarte que mi corazón no te miente.
Dicho esto tomo mi rostro entre sus manos viéndome fijamente y nos acerco rozando nuestros labios. Un impulso repentino me inundo y profundice el contacto uniéndonos en un beso, que se fue volviendo ávido y necesitado.
La pasión del momento nos dominó y comenzamos a acariciarnos escrupulosamente sobre la ropa, como reconociéndonos. Tal contacto nos llevo a movernos a la parte trasera del coche, donde proseguimos sin interrupciones dejándonos llevar por todo aquello que teníamos contenido de tanto tiempo sin el otro, besos, caricias, roces que se volvían más intensos encendiendo las cenizas de un amor que al parecer nunca murió.
Debido al espacio reducido solo nos deshicimos de nuestras chaquetas y pantalones sin romper mucho la cercanía, creí ver empañarse aun mas los vidrios del auto pero con el clima que hacía afuera no había forma que alguien pasara por ahí y sospechara así que me entregue absolutamente al instante que estaba teniendo, aun podía oír el eco de las gotas de agua cayendo mientras Tom me besaba y yo despacio lo recostaba sobre el asiento haciéndome espacio entre sus piernas.
- Solo hazlo, me prepare para ti- lo escuche susurrar contra mi oído cuando mi lengua recorrió su cuello, asentí finamente retirando su ropa interior al igual que la mía y me coloque sobre él apoyando mis brazos a sus costados y uno de mis pies sobre el piso para sostenerme.
Entre en Tom con cuidado, sentí el calor interno de su cuerpo atraparme y suspire profundo, estaba tan apretado que me asfixiaba y luche por controlarme. De a poco fui comenzando un vaivén lento, ninguno de los dos decía nada, solo se escuchaban nuestros débiles jadeos y uno que otro gemido producto del placer que sentíamos.
Comencé a aumentar la velocidad conforme me acercaba al clímax y Tom arañaba mi cintura intentando contenerme, no podía, el deseo me había cegado en algún momento y ahora solo buscaba llegar al final, cerré los ojos y alce el cuello tratando de tomar más fuerzas, pero una simple frase me detuvo:
- Bill, mírame- pronuncio mi amante y así lo hice, encontrándome con sus ojos marrones ligeramente aguados- Si esta será la última vez que estemos juntos, deja que dure, quiero disfrutar yo también- murmuro apesadumbrado poniendo sus manos en mi pecho.
Aquello hizo mella en mí y volví a moverme pero más despacio, prolongando lo más que se pudiera ese intimo lapso. No, definitivamente no quería que fuera el final de lo nuestro.
Ahora lo veía todo claro, y recordando note que fueron más los instantes hermosos que pase a su lado, fui feliz al fin con alguien que me hacía sentir especial, único, y amado, y él también para mí lo era. No lo podía dejar ir, no después de estar esperando por mi amor verdadero y que este me encontrara de forma inesperada volteando mi vida de cabeza, no veía mi mundo sin Tom.
Después de intentar retardar ese momento, con un grito ahogado, el orgasmo nos llego mutuamente desvaneciéndonos y refugiándonos en los brazos del otro, Tom repartió besos cortos en mi frente y yo acariciaba sus brazos con vehemencia. Pasamos varios minutos así, sin movernos, recuperando el aliento.
- Tengo que irme. La lluvia ya se detuvo- dijo Tom con voz afligida intentando levantarse, cosa que evite y él me miro confundido.
- No, quédate. Quédate conmigo toda la vida. Sé que somos jóvenes, y tal vez tengamos más pruebas como estas en el futuro, pero quiero que las enfrentemos juntos- mencione decidido, Tom me sonrió y me dio un abrazo tan fuerte que nunca olvidare.
Decir que todo fue como antes y tuvimos nuestro final feliz es mentira, Tom y yo somos pareja, pero ahora nuestras familias, amigos y conocidos lo saben. Nadie nos juzgo y en la escuela menos, pues sabían que no les convenía.
Por supuesto que ayude a Gustav con Georg, al parecer ambos se entendieron muy bien en la fiesta, me entere que a mi compañero castaño también le gustaba mi amigo desde hace tiempo, así que solo fue cuestión de hacerles una cita. Desde ahí, se volvieron inseparables.
En cuanto a mí, en lo personal, me siento mejor ahora que he contado esto. Ahora sé que el amor no va a quebrantarme de nuevo, no debo tener miedo y enfrentarme a todo lo que venga, porque estoy convencido que siempre habrá alguien conmigo, alguien que me quiere, y que me amo sin yo habérselo pedido, sin yo habérmelo planeado.
“Uno entiende la vida sólo mirando hacia atrás, en mi opinión. Al mirar hacia atrás y conseguir que, todo tenga un sentido al final.”- Bill Kaulitz