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42. El cazador de vampiros de Junhyung (04) por dayanstyle

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Hyun Seung sentía un fuerte peso. Su mente estaba confundida y no estaba seguro de dónde estaba. Podía sentir algo en la garganta, bloqueando su boca.

Y también podía oír una voz dulce hablándole en voz baja.

Te quiero, Hyun Seung. Por Favor vuelve a mi.

Hyun Seung no estaba seguro lo que le decían, pero se oía lindo. Solo rezaba porque esa profunda y melodiosa voz no fuera una alucinación. El recuerdo de lo que le había sucedido estaba fresco en su mente, y Hyun Seung no estaba seguro si había muerto o si estaba en el hospital.

Votaba por el hospital.

 

Lentamente abrió los ojos y vio a JunHyung sobre él, sonriéndole.

—Hola, bebé. —Podía ver las lágrimas color rojo sangre brillando en los ojos chocolate-café de su amante. Intentó sonreír, pero había algo en su maldita boca.

—El doctor dijo que vas a salir adelante. Me dijo que te puedo llevar a casa en una semana si la recuperación va bien.

 

Hyun Seung podía decir que JunHyung estaba buscando qué más decir. Pero no había necesidad. Sólo ver la bonita cara moka de su amante era suficiente para Hyun Seung. Cerró los ojos cuando JunHyung se inclinó hacia adelante, colocando un suave beso en su frente. — Tienes que lograr mejorar, dulce corazón. Extraño a mi cazador   de vampiros.

 

Hyun Seung casi se carcajeó. Quería hacerlo. JunHyung estaba haciendo su mejor esfuerzo para calmar sus preocupaciones, pero Hyun Seung no podía  encontrarse carcajeándose. No después de lo  que Randy le había hecho. Nunca había odiado a nadie antes en su vida. Randy incluso le había ganado a lo que su padre le había hecho.

Él no estaba muy seguro de por qué, pero lo hizo. La ira poco a poco comenzó a construirse en el interior de él por un hombre al que ni siquiera conocía —por el puro odio que Randy había desatado contra él sólo por ser gay. No, Randy era exactamente como su padre. Cortados  de  la  misma  maldita  tela.  Una  tela  que  necesita   ser quemada antes de que más desalmados bastardos se hicieran de ella. Cerró los ojos, sintiéndose cansado.

 

—Voy a estar aquí todo el tiempo que me sea posible —dijo JunHyung antes de besarlo de nuevo.

 

Con estas palabras de consuelo, Hyun Seung se quedó dormido.

 

JunHyung se sentó en la silla estudiando a su pareja. Quería preguntarle a Hyun Seung si sabía quién le había hecho esto, pero ahora no era el momento. En este momento JunHyung estaba más preocupado por la forma en que su pareja se encontraba.

Tenía un tubo de respiración en la boca, una vía intravenosa clavada en su brazo, y cables que salían por todas partes, suficientes para considerar a Hyun Seung una marioneta. JunHyung apoyó la cabeza en la parte posterior de la silla, con los ojos fijos en el pecho de su compañero, viendo cómo subía y bajaba lentamente.

—¿Alguna novedad? —Jaehyo preguntó entrando en el cuarto privado de Hyun Seung. Tan pronto como JunHyung vio que ponían a su pareja en una habitación con otras dos personas, había insistido en que su pareja fuera cambiado a un cuarto privado, haciéndoles saber que pagaría por todo.

También ayudó que Jaehyo tenía influencias.

 

—Se despertó hace un minuto, pero se durmió de nuevo —dijo JunHyung, mientras se ponía de pie y se acercaba a la cama, acomodando las mantas alrededor del pequeño cuerpo de Hyun Seung. Su corazón dolía al ver a Hyun Seung de esa manera.

 

—Entonces, ¿puedo considerar que no nombró a su atacante?

—Jaehyo preguntó de pie del otro lado de la cama.

Lo deseaba.

—No.

—Quiero saberlo tan pronto como lo haga.

JunHyung levantó la cabeza, acercándose al Príncipe y hablándole en voz baja. —Es mi derecho buscar venganza, no el tuyo. No es mi intención faltarte al respeto, pero es mi pareja quien resultó herido, casi muerto.

—Estás en lo correcto. Sólo quiero que Hong Bin y Jun te acompañen. Alguien tiene que cuidar tu espalda, JunHyung. Cuando un hombre está enojado, no puede ver a todos a su alrededor. La ira hace a los hombres débiles y los priva de su sentido común. Sólo quiero asegurarme de que Hyun Seung consiga que su pareja regrese.

JunHyung no podría argumentar esa lógica, pero estaba absolutamente seguro de que la venganza era suya. Nadie iba a quitársela. —Te lo haré saber tan pronto como me lo diga.

Jaehyo asintió mientras giraba la cabeza hacia Hyun Seung.

—Cuida de él, JunHyung. Él te necesita más de lo que incluso puedas creer.

JunHyung vio al príncipe irse, preguntándose de qué infiernos hablaba el hombre. Había estado cuidando a su pareja hasta que salió de la casa y alguien lo utilizó para la práctica de bateo.

—Toc,  toc  —dijo  Hong Bin  cuando  entró  en  la habitación—. ¿Cómo está?

 

JunHyung se encogió de hombros cuando volvió a sentarse en su silla. —Igual. —No tenía ganas de atravesar la explicación de que Hyun Seung despertó y luego volvió a dormirse. JunHyung no tenía ganas de hablar, y punto. De lo que tenía ganas era de llorar. Pero él no iba a enloquecer  a  las  enfermeras  cuando  derramara  lágrimas   rojas.

Además, Hyun Seung no tenía necesidad de verlo de esa manera. Tenía que ser fuerte para el pequeño hombre. Una persona cayéndose a pedazos aquí era suficiente.

Él también sabía que si empezaba a llorar, le resultaría difícil detenerse. Nunca en su vida JunHyung había amado tanto a alguien que estuviera dispuesto a matar por él o morir por él. Hyun Seung había llegado a significar todo, y JunHyung iba a hacer pagar a alguien por tratar de separar a Hyun Seung de él.

Hong Bin cruzó los brazos sobre su pecho, viendo a Hyun Seung.

 

—Me han dicho que vas a necesitar mi ayuda pronto.

—¿Por qué estás murmurando? —JunHyung preguntó—. Esto no es una biblioteca.

 

Hong Bin sonrió mientras tomaba la otra silla de la sala y tomó asiento, molestando a JunHyung. Él quería privacidad, pero entendía que al estar en un Aquelarre, eran una familia, y Hong Bin no estaba aquí solo para ayudarlo con su venganza, estaba también aquí para consolarlo.

Por mucho que el segundo al mando supiera cómo, JunHyung se estremeció ante la idea de Hong Bin tratando de consolarlo. Era un pensamiento aterrador.

—No lo sé. Nunca he estado en un hospital antes. Yo pensaba que todos murmuraban —dijo Hong Bin sentándose y estirando los pies—. ¿Cómo voy a saber?

 

JunHyung no estaba seguro de qué decir sobre eso. Esta también era su primera vez en un hospital. Aunque nunca le diría a Hong Bin, que también había estado murmurando cuando llegó por primera vez.

«Debe ser un instinto al entrar en uno de estos lugares».

 

Se levantó de un salto cuando oyó gemir a Hyun Seung. No era un sonido muy fuerte teniendo en cuenta que tenía un tubo de respiración, pero era lo suficiente para que JunHyung lo oyera. — ¿Hyun Seung?

 

Su pareja lo veía con dolor en los ojos. Eso fue todo lo que JunHyung necesitaba saber. Salió de la habitación, chasqueó los dedos señalando hacia la cama de Hyun Seung. La enfermera lo miró fijamente.

—¿Hay algo que necesite, señor?

JunHyung dio un gruñido ante la obvia frivolidad de la enfermera. Él no estaba de humor para eso. Ella tenía que saber lo cerca que estuvo de la muerte, ella tenía que venir aquí para que su pareja no tuviera dolor ni por un segundo.

—Sí, mi novio tiene dolor. Venga a cuidar de él.

—Me encargaré de eso —respondió sarcásticamente y luego le dio la espalda a JunHyung.

 

Estaba a cinco segundos de arrastrarla a la habitación y hechizarla para que hiciera lo que le pedía. No importaba cuál fuera el problema de ella, Hyun Seung no sufriría por eso. Su pareja ya había tenido suficiente.

—Me encargo de eso —dijo Hong Bin, mientras se pavoneaba a la sala y apoyó su brazo casualmente por el mostrador. JunHyung vio cómo Hong Bin mostraba su encanto a la enfermera. Se apoyó contra el marco de la puerta, cruzando los brazos sobre el pecho mientras veía la sonrisa de Hong Bin, la enfermera frunció el ceño, y se alejó bruscamente de Hong Bin enojada.

—Ella no es humana.

—¿Una shifter? —JunHyung preguntó mientras miraba a la enfermera de nuevo. Olía a humana.

—No, ella es un maldito robot. Tiene que serlo. Nadie se me resiste. Creo que un motor bombea aceite por sus venas.

 

JunHyung se rio disimuladamente hasta que oyó a Hyun Seung gemir de nuevo. Esta vez él se acercó e hizo todo lo posible por ser amable con la barracuda. —Mi novio está en el cuarto gimiendo de dolor. ¿Podría por favor hacer algo acerca de eso?

 

—Mire, acabo de recibir el turno. Va a tener que esperar.

JunHyung no iba a aceptar esa mierda. La agarró por la parte de atrás de su cuello y vio fijamente sus ojos de hielo, y la hechizó. Hacía mucho tiempo que había utilizado este método. Había olvidado lo divertido que podría ser. —Te harás cargo de mi pareja y te asegurarás de que tenga la mejor atención posible. ¿Entiendes?

Miró fijamente a JunHyung y luego asintió. —Ahora mismo, señor.

—La soltó y luego regresó a la habitación de Hyun Seung, donde Hong Bin estaba sentado de mal humor.

 

—Tramposo.

JunHyung se encogió de hombros. —Funcionó. —No le importaba lo que tuviera que hacer, pero Hyun Seung iba a recibir la mejor atención que este lugar pudiera proporcionar aunque tuviera que hechizar a todo el personal del hospital.

Hyun Seung no estaba herido hasta el punto que tener que salvarle la vida convirtiéndolo, y JunHyung estaba agradecido. No iba a correr ningún riesgo con su cazador de vampiros. Hyun Seung podría comprar toda una maldita colección de abrecartas si JunHyung rogaba por su conversión.

—Sigo diciendo que ella es un maldita robot —dijo Hong Bin mientras se sentaba de nuevo—. Nadie…

—Te ha rechazado. Lo sé, ya lo dijiste.

—Irritable, ¿no es así?

JunHyung ignoró al hombre mientras caminaba hacia la cama de Hyun Seung, pasando los nudillos por la frente de su pareja. —Vuelve conmigo, amor.

—Discúlpeme, ¿me permite darle su medicamento para el dolor? —dijo la enfermera entrando a la habitación y encargándose de Hyun Seung. JunHyung no tenía la intención de ser un imbécil con   ella. Solo estaba asustado por su pareja. Ella tenía que venir aquí, joder.

 

—Gracias —dijo Hong Bin sonriéndole a ella. La enfermera lo veía mientras salía de la habitación.

—Maldición, incluso hechizada no le agradas —dijo JunHyung mientras se movía de nuevo junto a Hyun Seung. Ahora su pareja se veía más relajado, los ojos cerrados, mientras descansaba, la línea de tensión en las cejas se había ido.

—Eso es porque ella no tiene un corazón que late.

JunHyung se rio. —Sabes, hay algunas personas en el mundo a las que no les vas a gustar o no les importa lo que digas o hagas. Eso sucede. Supéralo. Además, pensé que eras gay.

—No estoy tratando de joder con ella, solo encantarla para que ayude a Hyun Seung.

 

—¿Crees que quizás ella sepa eso? —JunHyung le preguntó mientras veía a su pareja. Frunció el ceño cuando se dio cuenta de que una de las contusiones en la cara de Hyun Seung tenía una forma extraña.

JunHyung se acercó más y estudió la marca, y entonces una ira que nunca había sentido antes lo consumió.

—Sé quién jodidos le hizo esto a Hyun Seung.

Hong Bin se levantó y cruzó la habitación. —¿Cómo?

JunHyung señaló la profunda marca en la mejilla de Hyun Seung. Tenía la forma de una calavera y unas tibias cruzadas con las letras RC invertidas.

—Jodido Randy Caldwell.

—¿Lo conoces? —Hong Bin preguntó.

—Solía pertenecer a una pandilla de motociclistas antes de venir al Aquelarre de Jaehyo. Conozco a la rata bastarda. Él siempre ha tenido el peor carácter. Se le quedaba viendo a Hyun Seung cuando fui a La cueva del zorro. No pensé nada extraño en ese momento — dijo JunHyung mientras le besaba la mejilla de Hyun Seung y luego se dirigió hacia la puerta.

—Voy a llamar a Jun —dijo Hong Bin a toda prisa mientras seguía a JunHyung.

—Hazlo porque Randy no va a pasar vivo la noche.

 

JunHyung subió a su auto y salió a toda velocidad sin esperar a Hong Bin. Le había dado el nombre del lugar al que se dirigía.

«Vamos Hong Bin averígualo con eso».

 

Corrió por la ciudad, haciendo caso omiso de los semáforos mientras corría hacia La cueva del zorro. La rabia se formaba en su interior mientras movía los cambios apresurándose al lugar al que encontraría al único responsable de que el cuerpo de Hyun Seung estuviera roto.

No estaba seguro de cuál era el problema de Randy con Hyun Seung, pero JunHyung estaba a punto de solucionarlo esta noche. Metiendo los frenos a fondo, el carro patinó en el estacionamiento, JunHyung saltó y se dirigió hacia el interior.

JunHyung entró en el bar de motociclistas, disparando una mirada asesina a todo el mundo que veía hasta que divisó a Randy en un rincón riendo con un par de tipos. La sangre le hervía al ver al bastardo pasando un buen momento, mientras que Hyun Seung estaba en el hospital con jodidos tubos saliendo de él. JunHyung hizo caso omiso de los gritos que lo saludaban mientras caminaba hacia Randy.

Sus labios se curvaron hacia arriba cuando se detuvo frente a la mesa de Randy, tomó al humano del frente de la camisa y lo jaló sobre la mesa. —Jodidamente lastimaste a mi pareja —JunHyung gruñó, su cara a un par de centímetros de la del humano.

—¿De qué estás hablando, hombre? —Randy preguntó mientras empujaba las manos de JunHyung—. Apártate con una jodida de mí.

 

JunHyung agarró la mano de Randy, levantándola para mostrar el anillo en el dedo medio del humano. Era exacto al moretón en la cara de Hyun Seung. —¿Dime cuántos otros chicos tienen este anillo, Randy? —JunHyung preguntó con un  tono de voz calmado y    letal—. ¿Dime quién más tiene una calavera y tibias cruzadas, con las letras RC en un anillo?

 

—¿Cómo diablos voy a saberlo? —dijo Randy alejando su mano—. Ahora, apártate de mí.

JunHyung se giró y lanzó al bastardo contra la pared.

 

—¿Cuál infiernos es tu problema, JunHyung? —uno de los otros chicos preguntó en voz alta—. Sabes que no es así como arreglamos las cosas.

 

Sintiendo sus ojos cambiar a color carmesí, JunHyung se dio la vuelta, cuando sus colmillos se alargaron. Tiny abrió más los ojos y dio un paso atrás. —¿Qué infiernos eres?

JunHyung vio hacia la puerta al ver a Jun y Hong Bin entrar. Tan pronto como ellos vieron su estado de estrés, cerraron la puerta y se colocaron frente a él, dándole a JunHyung una ligera inclinación de cabeza.

—Lo que sea que quieras hacer, te cubriremos —dijo Jun mientras veía alrededor del cuarto.

 

JunHyung se giró de nuevo hacia Tiny. —Él dañó a mi pareja. Randy lo golpeó dejándole un hilo de vida. —No tenía que explicarse. A JunHyung realmente no le importaba en este momento lo que cualquiera en ese lugar pensara de él. Pero él y Tiny se conocían desde hace muchos años.

JunHyung le daría una pequeña explicación antes de matar a Randy. Se giró hacia el hombre al que había venido a matar.

—Vas a morir esta noche.

—¿Es eso cierto? —Tiny le preguntó a Randy.

—¡Es un jodido loco! No sé de lo que está hablando.

—No mientas —intervino Hong Bin—. Lo único que harás es hacer las cosas más difíciles para ti. ¡Confía en mí!

 

JunHyung rugió, golpeando un lado de la cabeza de Randy con su puño, viendo cómo el humano se estrellaba contra el suelo. — ¡Llámame mentiroso de nuevo! Llámame mentiroso. Si te atreves —dijo JunHyung mientras levantaba a Randy y lo lanzaba de nuevo contra la pared—. Ahora dime por qué lastimaste a mi pareja.

 

—¿Tu qué? —Randy gruñó mientras sus dedos se cerraban alrededor de las muñecas de JunHyung.

—Mi pareja. El único hombre con el que planeo pasar el resto de mi vida. Dime ¿por qué lo lastimaste? —Sólo debería de matar al humano y acabar de una vez. El bastardo no merecía respirar por otro segundo. Pero tenía una profunda necesidad de saber por qué el hombre había lastimado a Hyun Seung. JunHyung iba a obtener las respuestas aunque se las sacara a Randy.

Lenta y dolorosamente.

 

Randy entrecerró los ojos a una rendija. Un ardiente odio tan profundo y tan insolente ardía en ellos haciendo que JunHyung quisiera arrancarle las órbitas. —Porque él es un jodido marica y te infectó con su pervertida enfermedad. —Escupió las palabras, con una expresión desafiante.

JunHyung lo golpeó, arrojando a Randy al otro lado del cuarto, el humano se estrelló contra un cuadro y cayó al suelo. —¿Lo lastimaste porque él me ama? —JunHyung gritó con rabia mientras se acercaba—. ¿Lastimaste a un hombre inocente porque él ama a otro hombre?

 

Los hombres en el cuarto se dispersaron alejándose cuando JunHyung siseó mostrando completamente sus colmillos. Tomó la cabeza de Randy entre sus manos, listo para quebrarle las vértebras.

—¡Espera! —Tiny gritó. JunHyung levantó la vista viendo al hombre, preguntándose qué tenía que esperar. Para él era blanco y negro. No había ninguna zona gris.

 

—¿Qué?

—Vamos a encargarnos de él —dijo Tiny dando un paso adelante—. Nos aseguraremos de que pague por lo que le hizo a tu… pareja.

 

JunHyung sacudió la cabeza. —Nadie tomará venganza por   mí. Merece morir.

 

Tiny se acercó con cautela, poniendo su mano sobre el hombro de JunHyung. —¿Vas a regresar con Hyun Seung con sangre en las manos?

Joder, si.

 

—Vamos a encargarnos de él, hermano. Porque confía en mí, JunHyung. Incluso si matas a Randy, aun así eso no va a satisfacer a la bestia dentro de ti, la bestia que está pidiendo ser saciada. Lo sé.

—Tiene razón —dijo Jun desde la puerta—. No somos los monstruos que todo el mundo nos hace ver. Que sus hombres manejen esto. Tú puedes quedarte aquí y ver.

JunHyung sacudió la cabeza, tratando de borrar la imagen de Hyun Seung sonriéndole con esos inocentes ojos azules que llegaban a su mente. Él sabía que a Hyun Seung no le gustaría que él fuera el monstruo que todo el mundo creía que era.

No quería ser el monstruo, pero este hombre había herido a su niño granjero, el cazador de vampiros. JunHyung estaba dispuesto a arrancarle la cabeza de los hombros.

—Vamos a encargarnos de eso —dijo Tiny un poco más fuerte, apretando los dedos en el hombro de JunHyung—. Prometo que va a pagar por lo que hizo.

 

JunHyung lanzó la cabeza de Randy y dio un paso atrás. —La única jodida razón de que no estés muerto en este momento es debido a Hyun Seung. Es mejor que seas agradecido —dijo JunHyung girándose hacia los vampiros en la puerta—. No limpies su memoria hasta que ellos se encarguen de ese pedazo de escoria.

Hong Bin bajó la cabeza mientras se movía a un lado, lo que permitió a JunHyung salir. Él salió a la calle, frotándose las manos sobre su cara varias veces, tratando de calmar a la bestia en su interior, la bestia que quería regresar y hacer que Randy muriera dolorosamente.

La pequeña voz en su mente le recordó que Hyun Seung no querría que tuviera sangre en sus manos.

 

En su lugar, regresó y golpeó la madera al lado de la puerta una y otra vez tratando de deshacerse de la rabia que lo recorría antes de regresar a su carro y conducir de nuevo hacia su pareja.

 

 

 

 continuara...

 


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