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42. El cazador de vampiros de Junhyung (04) por dayanstyle

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—Es una cosita linda —comentó Hong Bin cuando JunHyung entró al club—. Es una pena que dejaras la comida ir sin comer de él.

Hong Bin podría ser el segundo al mando, pero JunHyung estaba malditamente cerca de empujarle la maldita cabeza contra la jodida pared. Curvando las manos en un puño, JunHyung tomó una profunda y estabilizadora respiración. —Nadie lo cenará —respondió acaloradamente—. Él es mi pareja y si alguien se acerca a él, le arrancaré la jodida cabeza.

Los ojos de Hong Bin se agrandaron viendo fijamente a JunHyung.

—Amigo, ¿por qué infiernos lo dejaste ir?

JunHyung no tenía ni idea. Sabía que no podía obligar a su pareja a quedarse. ¿Qué se suponía que debía haber hecho? No era como si pudiera amarrar al hombre y empujarlo dentro de un armario en alguna parte. No tenía otra opción. Él podría ser grande y duro, pero nunca obligaría a su pareja a hacer algo contra su voluntad.

—Me reuniré con él mañana por la noche.

—Sin ánimo de ofender —dijo Hong Bin mientras se apoyaba contra la pared y se encogía de hombros—. Es demasiado inocente para estar corriendo por la ciudad solo. Muchas cosas pueden saltar sobre él esta noche. Si fuera mi pareja, no habría forma de que lo hubiera dejado salir de aquí.

JunHyung dio un gruñido mientras se dirigía al exterior, buscándolo  en  el  estacionamiento,  pero  Hyun Seung  se  había ido. ¡Maldición! No estaba acostumbrado a salir a buscar a alguien. Eso de emparejarse era complicado. Ahora JunHyung estaría preocupado toda la noche sobre si volvería a ver a su pareja.

—Se fue por allá —dijo Rome, señalando una calle lateral.

 

—Gracias. —JunHyung se fue. Lo menos que podía hacer era asegurarse de que su pareja llegara a salvo a su casa. JunHyung se dio una patada en el culo por no pensar en las crueles personas del mundo a la espera de poner sus garras en su niño granjero.

Corrió hasta que vio a su pareja unos minutos más tarde. Dejó escapar un suspiro de alivio cuando se metió en las sombras para que Hyun Seung no lo viera.

JunHyung sonrió mientras veía las caderas de su pareja balancearse de un lado a otro. Se preguntó qué se sentiría hundirse hasta las bolas dentro del delgado culito del chico. Estaba duro como una roca viendo desde las sombras la manera en que ese culo se movía al caminar.

El hombre era sexy como la jodida y ni siquiera lo sabía.

 

Cuando Hyun Seung giró en una esquina, JunHyung se apresuró a alcanzarlo. Se quedó lo suficientemente lejos, donde Hyun Seung no podía verlo. Era un vampiro, poseía la habilidad de ser rápido y silencioso, podía seguir al pequeño hombre.

Cuando Hyun Seung subió unos escalones de concreto abrió una puerta y desapareció en el interior del sucio edificio, JunHyung se quedó con la boca abierta.

¿Su pareja vivía en un refugio para desamparados?

 

Oh, eso nunca lo haría. Ese lugar estaba llenó de muchas personas sospechosas. Las cosas que podrían saltarle en la noche, probablemente estaban durmiendo al lado de Hyun Seung. La idea hizo que a JunHyung le doliera la cabeza. ¿Cómo demonios había sobrevivido durante seis meses?

JunHyung se deslizó alrededor del edificio, mirando al interior viendo a su pareja quitarse los zapatos y arrastrarse a una pequeña cama, deslizando una fina manta de algodón sobre sus hombros.

¿Por qué infiernos su pareja había dejado la granja para venir a la ciudad para estar en una casa de desamparados? Eso no tenía sentido en absoluto para él. Simplemente no podía entenderlo. JunHyung se quedó en las sombras, vigilando a su pareja cómo se giraba, estirando esa maldita manta más delgada que una hoja de papel sobre su cuerpo y cerrando los ojos.

Una necesidad tan profunda, tan desesperada y tan llena de nostalgia recorrió a JunHyung. Quería saltar y alejar a su pareja de ahí, llevarlo de regreso a la mansión donde residía el Aquelarre. Hyun Seung merecía dormir en una gran y cómoda cama.

No en un pequeño catre en un refugio para desamparados. JunHyung no culpaba a nadie que necesitara utilizar ese   lugar, pero Hyun Seung tenía una casa esperándole y JunHyung se iba a malditamente asegurar que esta fuera la última noche que su pareja durmiera aquí. Se apoyó en la pared de piedra tras las sombras de unos árboles mientras veía a Hyun Seung dormir. JunHyung no se iba a ir hasta el último minuto posible.

Y si alguien intentaba hacer algo contra Hyun Seung, mientras que JunHyung estaba pendiente de su pareja, iba a matar al tonto bastardo lo suficientemente jodido por meterse con lo que era suyo.

 

Hyun Seung metió las manos en los bolsillos, caminando, hasta el lugar de pescados en que él y JunHyung habían acordado reunirse. Su estómago estaba hecho nudos de nervios solo al pensar en ver al grande y robusto hombre de nuevo.

Eran solo las seis de la tarde sabía que aun era temprano, pero no tenía nada mejor que hacer. En su búsqueda de empleo no había encontrado nada, por lo que tenía tiempo para perder. Hyun Seung observó el lugar y vio que había bancos afuera. Estaba agradecido por eso.

¿Quién quería sentarse adentro del área del comedor con un estómago hambriento? Ya era bastante malo que los olores que llegaban al exterior hicieran que su estómago gruñera tan fuerte que algunas personas que pasaban se le quedaran viendo.

Deslizó sus piernas dentro de un banco redondo y se sentó. Hyun Seung cruzó los brazos frente a él y luego apoyó el mentón en ellos.

 

Se quedó viendo el crepúsculo y la noche llegar, la ciudad se iluminó, recordándole que la vida continuaba, incluso si sentía que iba en una espiral descendente hacia ninguna parte.

No importaba a cuántos lugares fuera durante el día, nadie estaba contratando. Este era el tercer refugio en el que se encontraba debido a que su tiempo se había terminado en los demás. Y su tiempo estaba llegando a su fin en donde estaba.

Hyun Seung no estaba seguro de lo que iba a hacer. La idea de encontrar otro refugio para vivir le hacía sentirse mal del estómago.

Él no podía volver a la granja. Sus padres lo habían echado cuando lo sorprendieron en su habitación con Jamie.

Ese había sido el peor momento de su vida.

 

Pensó que su padre iba a matar al pobre chico. Jamie había huido con su ropa bajo los brazos y sus zapatos en la mano. Y entonces su padre había vuelto su ira contra Hyun Seung, golpeándolo hasta que pensó que iba a perder el conocimiento. Después de curarlo le dijo que se fuera y no regresara jamás.

Así que ahora estaba sentado aquí preguntándome dónde iba a vivir y de dónde vendría su próxima comida. Corrección, ahora sentado aquí a la espera de un hombre con el que no tenía absolutamente ninguna posibilidad en el infierno. Era una pérdida de tiempo y Hyun Seung sólo debía salir con un infierno de ahí antes de que JunHyung se enterara que en realidad era un perdedor.

—Veo que no soy el único que llegó antes.

Hyun Seung se estremeció al oír esa voz oscura y sedosa. Si él no hubiera estado en una habitación llena de hombres anoche, se hubiera masturbado recordando el poderoso cuerpo de JunHyung y la hipnótica voz.

Apestaba el compartir el cuarto con una veintena de otros hombres. Ni siquiera había algo de privacidad en el baño. Así que estaba duro como una roca y hambriento como el infierno.

No era una muy buena combinación.

 

Al ver al hombre, a Hyun Seung le dolía en todos los lugares correctos. Pero no era sólo eso. Había algo en el hombre que jalaba a Hyun Seung hacia él. Había odiado dejar a JunHyung anoche. Él hubiera querido pasar más tiempo con el hombre que hacía latir su corazón. Pero si no hubiera llegado al refugio a tiempo lo habrían cerrado por la noche.

Y era más que probable que le hubieran dado su cama a otra persona.

Sin otro lugar adonde ir, Hyun Seung no podía correr el riesgo.

El olor del pescado penetró su lleno de lujuria cerebro, recordándole a Hyun Seung que no había comido nada desde que JunHyung le dio de comer anoche.

El hambre en su estómago superaba su duro pene. Deseaba haber tenido algo de dinero para conseguir algo de comer, pero Hyun Seung había utilizado lo último de su dinero en tomar el autobús para ir a una entrevista de trabajo que no consiguió.

—¿Ya comiste? —JunHyung preguntó mientras tomaba asiento junto a Hyun Seung.

—No tengo hambre —Hyun Seung mintió, al mismo tiempo que su estómago rugía. Podía sentir el ardor en sus mejillas al ser descubierto en la mentira.

—Vamos —dijo JunHyung, una leve sonrisa en sus labios mientras se ponía de pie, ofreciéndole la mano a Hyun Seung.

 

Hyun Seung curvó los dedos alrededor de los de JunHyung, viendo la gran diferencia en el tamaño de sus manos a medida que se acercaban a la ventanilla.

—¿Qué quieres comer?

—No puedo, uh... —Hyun Seung raspó el labio inferior con los dientes, mirando a otro lado

—Hey —dijo JunHyung mientras le daba un ligero apretón a la mano de Hyun Seung—. Cualquier cosa del menú. Está bien para mí. El cielo es el límite.

Hyun Seung se echó a reír. —Gracias, teniendo en cuenta que es algo caro para mi.

—Soy un gran gastador —bromeó JunHyung.

Hyun Seung, junto con JunHyung, ordenó un poco de comida, y luego tomaron de nuevo asiento ante la mesa. Hizo todo lo posible por no comer desesperadamente.

Hyun Seung comió lentamente mientras observaba a JunHyung por debajo de sus pestañas, babeando por el hombre.

—¿No vas a comer? —Hyun Seung le preguntó cuando se dio cuenta que JunHyung no había tocado nada de la bandeja.

—No, comí antes de venir aquí. Pero odio desperdiciar comida —dijo mientras deslizaba su bandeja hacia Hyun Seung. No estaba seguro de si el hombre lo había hecho a propósito, pero con tanta hambre como Hyun Seung tenía no iba a desperdiciar segundos.

—Gracias. —Tomó la bandeja y continuó con la comida de JunHyung tan pronto terminó la suya. Estaba esperando a que JunHyung le preguntara una vez más sobre su apetito, pero el tipo no dijo ni una palabra.

—No puedo estar mucho tiempo fuera del club —dijo JunHyung—. ¿Vienes conmigo?

 

Hyun Seung negó con la cabeza mientras se terminaba lo último de su sándwich. —Ese lugar me da escalofríos.

JunHyung levantó una de sus gruesas cejas. —¿Cómo es eso?

Hyun Seung recordó todas las veces que su padre había golpeado a su madre cuando el bastardo estaba borracho. Se había escondido en su armario la mayor parte de su infancia para escapar de los sonidos de su padre gritando y de su madre llorando. Los lugares oscuros sólo le recordaban aquellos años de hace mucho tiempo.

 

—No me gustan los lugares oscuros —susurró al tiempo que tomaba las bandejas y las colocaba de nuevo en el mostrador. Él siempre se había sentido impotente y temía que las luces se apagaran. Era un miedo estúpido, pero uno que Hyun Seung aún llevaba con él hasta el día de hoy. No tenía miedo a la oscuridad en sí misma, pero siempre le recordaba una época de su vida cuando él había deseado unos padres diferentes y una vida diferente.

—¿Qué si me quedo contigo todo el tiempo? —JunHyung preguntó acercándose a Hyun Seung—. ¿Qué pasa si te prometo nunca separarme de tu lado?

 

Hyun Seung no estaba seguro de qué hacer con la oferta de JunHyung. El hombre no había sido más que amable con él. Él estaba absolutamente solo en el mundo en este momento, y tener a alguien ahí con él le dio una pequeña esperanza. —¿Lo prometes?

No tenía ganas de regresar a ese extraño club pero si JunHyung mantenía su palabra, Hyun Seung estaba dispuesto a renunciar a su temor de regresar.

—Lo dije en serio y nunca me retracto de mi palabra —JunHyung gruñó—. Recuerda eso, Hyun Seung.

Bueno, está bien entonces. El hombre era un poco tenso, pero Hyun Seung lo siguió de todos modos. Cuando llegaron al club, Hyun Seung vaciló.

Si él pensaba que estaba lleno ayer por la noche, no era nada comparado con lo que veía delante de él.

—Es viernes por la noche —dijo JunHyung como si estuviera leyendo su mente—. Siempre repleto el fin de semana.

—¿Qué es exactamente lo que haces aquí? —Hyun Seung le preguntó mientras veía la línea de humanos a la espera de entrar. Preferiría sentarse en el estacionamiento con JunHyung toda la noche.

Si tan sólo JunHyung pudiera.

JunHyung realmente no quería contestar a esa pregunta. Hyun Seung ya parecía lo suficientemente tímido como estaba, y él no quería asustar al niño y que se alejara.

Pero mentirle a Hyun Seung no era algo que JunHyung pudiera hacer.

—Yo soy el guardia de las salas de BDSM. —No había estado trabajando la noche del fiasco con Jaehyun y Min Hyun. Si lo hubiera hecho, Sang Gon no habría llegado a ninguna parte cerca de los dos hombres. Desde esa noche, Jaehyo se aseguró de que los clientes siguieran las reglas y que hubiera un guardia que estuviera ahí en todo momento.

Se estremeció al pensar en el embarazado Min Hyun cayendo de culo cuando Sang Gon trató de alejar a Jaehyun de su pareja. Tener a un guardia ahí tenía sentido para él. Le había pedido a Jun, el tercero al mando, que vigilara los cuartos traseros hasta que regresara con su pareja. JunHyung no iba a enojar al príncipe al dejar el pasillo sin vigilancia.

—Oh —respondió Hyun Seung, viéndose un poco confundido ante la confesión de JunHyung de su profesión.

—Relájate —dijo JunHyung mientras tomaba la mano de Hyun Seung, jalando a su compañero hacia la puerta principal. Si esperaba a que Hyun Seung caminara de forma voluntaria, estaría parado ahí toda la noche. El  lugar estaba  lleno, como  lata  de  sardinas. El  muro  de humanos que buscan algo distinto de lo que actualmente tenían en la vida era sofocante mientras JunHyung empujaba a la gente a un lado.

Vio a un sinnúmero de vampiros acechar a la multitud en busca del donante perfecto mientras llevaba a Hyun Seung con él  hacia la puerta trasera.

Cuando la mano de Hyun Seung se escapó de la suya, JunHyung de inmediato se giró.

—¿A dónde vamos? —Hyun Seung le preguntó sobre el fuerte ritmo de la música.

 

—Tengo que suplir al chico que me cubrió mientras no estaba — respondió él, acercándose para no tener que gritar—. Confía en mí, pareja. —JunHyung se había estado muriendo por utilizar dicho título con Hyun Seung. Sintió un escalofrío sensual que recorrió su cuerpo cuando la palabra salió sus labios.

 

—¿Estás seguro? —Hyun Seung lo veía con desconfianza.

—¿Estoy seguro de qué?

—¿Esto no es una estrategia para que vaya ahí, verdad?

JunHyung se echó a reír mientras sacudía la cabeza. —No te estoy engañando. Si quisiera llevarte a una de las habitaciones, simplemente te pediría que me acompañaras. —JunHyung podía ver el calor en la mirada de Hyun Seung, pero estaba mezclada con un poco de miedo—. Solo me ayudaras a ser guardia.

Hyun Seung se echó a reír. —¿Y voy a ser guardia? —preguntó mientras señalaba con su mano su delgado cuerpo—. No tengo músculo para ser guardia de una maldita cosa, excepto para rebotar en la pared.

 

A JunHyung le gustaba el sentido del humor de Hyun Seung. Era refrescante. —Sólo sígueme, pequeño hombre. —Guió el camino hacia la puerta trasera, dando a Jun una inclinación de cabeza en agradecimiento. El vampiro vio a Hyun Seung, pero no dijo nada dejando el trabajo a JunHyung.

 

—¿Cuántos cuartos hay aquí? —Hyun Seung le preguntó mientras tomaba asiento en la silla alta de JunHyung. Su pareja se veía bien sentado ahí.

—Alrededor de una docena. Se mantienen ocupados toda la noche. —Y la idea de llevar a Hyun Seung a uno de ellos tenía a JunHyung cada vez más duro.

—¿Todos ellos?

—Sí.

Escondió una sonrisa cuando una pareja salió de una de las habitaciones, con una sonrisa saciada en la cara del sumiso mientras caminaba detrás del Dominante. JunHyung podía ver ronchas rojas en toda la espalda expuesta del chico.

—¿Qué infiernos? —Hyun Seung dijo en voz baja, pero JunHyung lo oyó fuerte y claro. Los ojos de su pareja estaban muy abiertos mientras veía al sumiso caminar alejándose—. ¿La gente se golpea aquí?

Si eso sorprendía a su pareja, JunHyung sabía que iba a ser una noche larga.

 

 

continuara....

 


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