Desgarrador.
Esa sería la palabra adecuada para describir el grito que Jungkook había soltado hace unos segundos, luego de recibir una gran e intencional palmada en el medio de la espalda por parte de Taehyung y otra otra algo más suave en el hombro proporcionada por Jimin, quienes por supuesto estaban al tanto de sus quemaduras en la piel cortesía de su no tan pequeña siesta bajo el sol de Hawaii.
Luego de tal alzamiento de voz los pequeños gemidos lastimeros fueron lo que más llamó la atención de los mayores, quienes si bien estaban al tanto de las quemaduras del más joven, no imaginaban que fueran de tal magnitud como para tenerlo suplicando piedad a todo el que lo tocara.
-Debiste usar bloqueador. Ya quiero ver que harás cuando tengamos que ensayar la semana que viene. -Lo regaño el líder. Y es que varias veces le habían advertido de este posible destino.
-Ponte crema. No recuerdo cual era pero hay una muy buena para él ardor. -Continuó Hoseok mientras cargaba las compras a la cocina junto a un entusiasta Seokjin. -Por ahora recuestate boca abajo y muevete lo menos posible, ya mañana te compraré algo para eso. -Le dijo el mayor del grupo.
Siguiendo el consejo de este último se dirigió a su ahora cuarto propio, al menos gracias al cambio de habitaciones podría sufrir cómodo en su soledad.
Eso habría hecho si minutos más tarde la puerta no hubiera sido abierta dejando ver a su hyung favorito.
-Oh, perdón, pensé que ya estabas dormido. -Comentó apenado al notar que por haber entrado sin golpear encontró al menor quitándose la camiseta entre chillidos de dolor, dejando entrever la acción del sol en su maltratada piel. -Oh Dios, mira nada más. -Comentó Suga acercándose para apenas rozar la espalda ahora rojiza. -Se ve doloroso.
-Es doloroso. -Confirmó Jungkook. -No es que me moleste que esté aquí pero, ¿A que vino hyung?
-Ah si... -Bajó rápidamente su diestra dentro de la bolsa que llevaba consigo. Sacando un pote redondo de crema corporal de color verde. -Compré esto hace un rato, lo creí necesario. -Afirmó encogiéndose de hombro, tratando de restarle importancia. -Leí alguna vez que el Aloe vera sirve para el ardor de las quemaduras y para acelerar la remoción de la piel muerta, tienes suerte de que éste hyung pensara en salvar tu trasero.
-¡Gracias Yoongi hyung! -Agradeció con genuina alegría, pues estaba cansado de los maltratos sufridos por los demás ahora que su cuerpo estaba tan sensible. -Me ha salvado~ -Tomó la crema abriéndola, comenzando a pasarse por cara y brazos, hasta que notó un problema.
-Eh... hyung. -Se aclaró la garganta ganando la atención del otro presente en la habitación. -Mi... espalda... también necesita crema.
Un leve rosado se hizo presente en las mejillas del chico de Busan, la sola idea de que el pálido mayor acariciara su piel pasando aquel frío líquido le encantaba, después de todo, no es algo diario la oportunidad de pedirle eso a tu persona favorita.
-Ah, que bien, pues ve como lo logras o pídele a Seokjin que lo haga. -Ah, ahí estaba, Suga siendo Suga, arruinando los momentos para el maknae.
-P-Para que molestarlo si usted está aquí y ahora, además- mis brazos duelen si los muevo mucho, no llegaría, si eso. -mintió entre risas nerviosas, ganándose una mirada acusadora, antes de finalmente ceder.
-Bien, pero sólo esta vez. Recuestate. -Ordenó imperativo Min, una vez el más joven le obedeció, se posicionó sobre la cama, a un lado de este. -Ugh, mira nada más lo horrible de tu piel.
Bufó quejas y más quejas a su vez abriendo el contenedor del líquido sanador. Hundió dos de sus dedos en este, para luego dirigirlos hasta el área del brazo derecho, su idea era que primero se acostumbrara a su tacto y luego pasar a las zonas más rojizas. Expandía con parsimonia el Áloe por el lugar, repitiendo el proceso hasta hacerse camino a los hombros.
-Mocoso muevete más al borde, no puedo ponerte en el otro brazo de esta forma. -Habló neutro Yoongi. Aunque le doliera admitirlo, físicamente hablando, el menor era más grande lo cual lo imposibilitaba a la hora de abarcar su cuerpo.
-Lo haría si pudiera pero me duele hyung. -Jungkook volteó su rostro observándolo con un adorable puchero comprador. -Si no puede llegar sólo... subase... Así podrá llegar a todas partes. -Habló apenas audible. Sabía que estaba tentando su suerte, pues Min podría creer que era una tomada de pelo e irse.
Pero contrario a todo pronóstico este sólo rodó los ojos, tomando posición sobre su cadera, con las piernas a cada lado, situándose a horcajadas muy cerca de su trasero, demasiado para la cordura y el corazón de Jeon. Yoongi mantuvo su pose sin apoyarse en el cuerpo debajo de él en ningún momento antes de hablar.
-Me deberás mucho por esto niño. Y sin más continuó religiosamente su labor, poniendo de los nervios al muchacho debajo de él sin saberlo.
Cuando le había pedido eso nunca imaginó llegar hasta esas instancias, lo agradecía, sí, pero no sabía como manejarlo. Tanto se perdió en sus pensamientos que no escuchó cuando el otro le advirtió que comenzaría a frotar sus hombros.
El gemido agudo y dulce que soltó tomó desprevenidos a ambos, uno por vergüenza y el otro con ganas de morirse.
-L-Lo siento, está muy fría, c-creo que usé demasiada pero es que los hombros bueno los tienes-
-Podría no decirle a nadie que yo-
-Totalmente. No hay problema.
-Bien.
Un silencio incómodo se mecía en la habitación hasta que Yoongi decidió retomar su acción, esta vez advirtiendo a Jungkook y esperando su respuesta.
-Aquí voy. -Comenzó pasando una generosa cantidad de crema en ambas manos para frotar los hombros, sorprendiéndose nuevamente por los gemidos involuntarios del menor. -Por favor para, no hagas eso. -suplico.
-N-No puedo controlarlo, es que- Ah~ duele. -Se quejó. Era cierto, dolía el contacto de la zona irritada con el gelido líquido pero a su vez era placentero el tacto del mayor en su piel.
Min exasperado por la bizarra situación empleó más fuerza de la debida, consiguiendo que el cuerpo bajo él temblara, liberando tiernos y ahogados gimoteos.
-¡Lo siento! ¿Te lastime? -El menor negó desde su posición.
-Para nada, de hecho hasta se sintió bien... -Soltó en un arrojo de sincericidio. -Por favor sigue, hyung~ -Habló algo sumiso provocando que un escalofrío recorriera la columna del azabache.
Continuó su labor aún oyendo los dulces sonidos salientes de entre los labios resecos, volviéndose estos cada vez más acompasados y suaves hasta ser prácticamente susurros. Siguió descendiendo cada vez más hasta posicionar sus manos en la mitad de la espalda de Jungkook, en este punto los gimoteos eran apenas audibles pero le seguían resultando inquietantes.
Utilizó el último poco de crema (Y cordura propia) para masajear con esmero la morena espalda recibiendo pequeños jadeos que fueron regularizándose hasta dar paso a una delicada respiración.
-Ya está. -Habló luego de mucho un furiosamente sonrojado Suga, sin moverse de su lugar. -Sé que fue extraño pero... tranquilo, esto... esto quedará entre tu y yo. -Tomó una bocanada de aire antes de continuar. Sopeso la que iba a decir, tal vez el olor de la crema le había afectado. -Si quieres... puedo volver a hacerte el favor mañana y... pasarte crema otra vez, digo, si tu quieres y- por favor di algo.
Y por supuesto que el menor dijo algo.
Claro, si se pueden tomar a los ronquidos como una respuesta.
Fin.
O tal vez no(?)