La cena estaba lista. Charles se sentó junto a David, en frente se sentaron Wanda y Pietro y en la cabecera se encontraba Erik.
David fue el primero en opinar.
- Esta comida está deliciosa! Dudo que papá y yo podamos superarte con nuestras galletas.- El joven parecía haber perdido la parsimonia con la que Erik lo había visto comer en el cine y parecía como si no hubiera comido en una semana.
- Me alegro que te guste, niño. - Erik sonrió mostrando todos sus dientes.
Charles decidió no mirarlo y se enfocó en su hijo.
- David por favor, mastica! - El joven lo miró con la boca llena y no pudo evitar reirse. - Por dios hijo, van a pensar que no te alimento! -
- Bueno, nunca me alimentas con comida casera tan deliciosa! - David meditó unos segundos. Erik soltó una carcajada.
- Bien... lamento no haber nacido con un talento culinario tan demarcado como el de él - Charles señaló a Erik riendo también.
- Charles, con culinario te refieres a las pompas de papá? - Pietro lo miró con curiosidad y Wanda asintió con la cabeza.
- Claro que sí, creo que se refiere a eso - Exclamó la niña con determinación.
Erik y David estallaron en una carcajada.
Charles se puso del color de un tomate y fulminó a los dos mayores. Luego miró a los gemelos sonriendo.
- Para nada, pequeños. El talento culinario tiene que ver con alguien que es muy bueno cocinando! -
Los gemelos lo miraron extrañados. - Así que tiene que ver con la cocina, eh..? - Pietro lo miró con desconfianza pero finalmente asintió.
Para ser un par de niños de tan sólo siete años eran muy despiertos, pensó Charles.
- Bien, aclarada la duda podemos continuar comiendo - Dijo Erik aguantando la risa.
Charles volvió a fulminarlo y se centró en saborear un bocado. David estaba totalmente en lo cierto, la comida estaba deliciosa. Su amigo siempre había cocinado bien, pero con los años evidentemente había mejorado. - En todo sentido...- Pensó amargamente. Ya, Charles. Sabes perfectamente que nunca podrán ser más que amigos. Superalo.- Sacudió sus pensamientos, y continuó comiendo.
- David, una pregunta. Tu mami también murió como la nuestra? - Charles y Erik tosieron al mismo tiempo. David la miró sorprendido.
- Hija... esas cosas no se preguntan así sin más. - Erik reprendió dulcemente a Wanda, pero la realidad era que estaba ansioso por saber la respuesta. No habían hablado de eso con Charles.
Charles se quedó sin habla, intentó decir algo pero quedó en blanco y su hijo respondió con suma tranquilidad.
- No tengo madre, tengo otro padre. Sólo que no lo conozco. -
Charles se puso blanco como un papel.
- Ah, como nuestro compañero Ángel! También tiene dos padres! - Exclamó Wanda alegremente.
Los jovenes continuaron conversando de sus familias sin reparar en la tensión que se había formado entro los dos adultos.
Charles intentaba pasar bocado sin mucho éxito y Erik lo miraba con incredulidad.
Su amigo había tenido un hijo con otro hombre? En qué momento había decidido que le gustaban los hombres? De pronto sintió que no lo había conocido en absoluto.
Si las miradas pudieran matar, Charles habría muerto sin dudas. Erik estaba perforándolo con la mirada. Por qué había aceptado esa cena? Por qué los niños tenian que sacar ese tema? Por qué había tenido que ocultarle a Erik todos sus sentimientos y a su hijo? Charles suspiró amargamente.
- Papá, podemos mostrarle a David nuestras consolas? - Pietro miró a Erik con ojos suplicantes.
- Está bien, pero no vayan a pelear y sean amables con David. -
Los gemelos saltaron de alegría y arrastraron casi literalmente a David hasta su habitación. El joven se fue riendo por el entusiasmo de los más pequeños.
Erik miró fijamente a Charles.
- Y bien? No tienes nada para decir? -
- Yo... bueno. Tuve un hijo...- Charles tragó saliva.
- Sí, Charles. Entiendo perfectamente que tuviste un hijo. Lo que no puedo entender es como jamás me dijiste que te gustaban los hombres, o que tu mutación te permitía concebir. - Erik apretó el puño con furia.
Charles se levantó de su silla y lo miró fijamente. - No sabía que era ese tipo de mutantes hasta que descubrí que estaba esperando a David. Y respecto a mis preferencias en cuanto a gustos, jamás te interesaste por saberlo. Estabas demasiado hundido en tu mar de emociones por Magda. -
Erik se levantó de golpe y se paró a escasos centímetros de Charles.
- Si tú no hubieses jugado como siempre a estar perfecto y a arreglar los problemas de los demás, yo hubiese podido ser un amigo para tí, y no una carga más.-
Charles lo miró con tristeza. Erik tenía razón, se escudó tras su máscara de "todo esta bien" para no sincerarse con lo que sentía.
- Lo lamento, Erik. Tienes razón, nunca fui muy bueno expresándome. Y por cierto, lamento mucho lo de la muerte de Magda también. -
- Te lo agradezco. Ahora dime, quién demonios es el padre de David? - Erik no pensaba andarse con vueltas.
Charles se odió por tener que mentirle. - N-no lo conoces. Fue alguien muy importante para mi, pero las cosas no funcionaron entre nosotros. - Bueno, al menos no era del todo mentira.
Erik ignoró la punzada que sintió en el estomágo y apretó instintivamente los puños. - O sea que básicamente el bastardo te abandonó? -.
- N-no, no. No es lo que piensas. Pero no podía estar con nosotros, así que lo dejé ir. -
Erik enfureció aún más y tomó a Charles por los brazos. - Por qué demonios defiendes a un imbécil que te abandonó junto con su propio hijo? - Su mirada era glaciar.
No lo defiendo, Erik. Pero no es un tema del que me guste hablar. Y ahora por favor, sueltame. Me estás lastimando. - Charles habló con su tono amable de siempre, aunque sentía que su corazón se le iba a salir del pecho. Demasiadas emociones por un día.
Erik gruñó por lo bajo y lo soltó justo cuando los niños volvían de jugar.
- Papá, podemos comer las galletitas que horneamos para hoy? - David miró a su padre sonriendo.
Charles intentó devolverle la sonrisa. - Si Erik está de acuerdo, haremos té para acompañar las galletas.-
- Podemos papi? - Wanda abrazó a su padre y el semblante de éste se ablandó.
- Claro que podemos, será un gusto probar lo que cocinaste hoy, David.- Erik le guiñó un ojo al niño y éste sonrió timidamente.
- Ven Charles, te enseñaremos donde calentar el agua. Papá hace el té horrible. - Pietro lo tomó de la mano y en compañía de Wanda lo llevó a la cocina.
- Bueno, creo que acabo de enterarme de que mis hijos odian mi té. - Erik miró a David sonriendo.
- No te preocupes, mi padre hoy se enteró que prefiero tu comida antes que la del delivery.-
Erik sonrío más ampliamente al joven y se quedó observandolo un momento. Por más de que trataba de encontrarle un parecido con alguien sólo lo veía parecido a Charles. Pensó si sería hijo de alguno de sus compañeros de Universidad, pero su amigo había dicho que no lo conocía. La duda lo carcomía.
- E-erik... Tu conociste a mi padre? - El joven lo miró esperanzado y Erik sintió lástima por él y furia por el bastardo que lo abandonó.
- No, bueno al menos no sabía que tenías un padre hasta hoy. - Erik le sonrió y el joven suspiró apesadumbrado.
- Entiendo que estés triste, se lo que es crecer sin uno de tus padres. Pero al menos tienes a Charles que estoy seguro de que es excelente también. - Erik le revolvió el cabello afectuosamente.
- Gracias Erik - David le sonrió más animadamente y él se sintió extrañamente bien.
- El té esta listo! Repetimos, el té esta listo! - Los gemelos aparecieron cada uno con una olla en la mano y un cucharón en la otra haciendo 'música', seguidos de un Charles sonriente que traía una bandeja con tazas de té y galletas.
Erik miró a sus hijos haciendo alboroto y sonrió abiertamente.
- Qué clase de música es esa? -
- Charles nos enseñó a hacer música con utensilios de cocina - Explicó Wanda seriamente.
-Gran idea, Charles. Gran idea...- Erik lo fulminó.
- Verdad que si fue una gran idea? - Pietro miró a su padre entusiasmado.
- Claro hijo, ahora siéntate. - y murmuro casi inaudiblemente. - Después continúan con su música del inframundo.-
David lo oyó y ahogó una carcajada.
Charles le pasó una taza de té a Wanda, una Pietro y una a David. Cuando llegó el turno de Erik éste se sorprendió.
- Café? - Erik lo miró verdaderamente sorprendido.
- Si, bueno creí que seguías prefiriendolo. Odiabas mi té.- Charles se mordió el labio y lo miró incómodo. Al ver que Erik no decía nada, agregó. - Si quieres puedo traerte un té-.
Erik pensó que si Charles volvía a morderse el labio así lo golpearia. Por qué eso era lo que sentía verdad? Ganas de golpearlo.
- Claro que no, sigo prefiriendo el café - Erik tomó su taza algo fastidiado sin saber porque.
Los gemelos lo miraron con reprobación.
- Qué se dice, padre?
Erik suspiró. Los había educado muy bien.
- Gracias, Charles...-
Los pequeños asintieron alegremente y Charles sonrió.
- De nada, Erik...-
- Las galletas están deliciosas! - Exclamaron los gemelos al unísono.
- Todo es obra de David - Aclaró Charles sonriendo a su hijo.
- Pues déjame decirte que eres un gran cocinero - Erik le guiñó un ojo y David sonrió timidamente.
- Muchas gracias, tal vez algún día pueda cocinar como tu para que mi padre no muera de hambre -. David sonrió maliciosamente y Charles lo fulminó.
- Pues te enseñaré cuando quieras. Y si quieres también podríamos darle una lección a tu padre de como vestirse a la moda vol 1.- Todos rieron a carcajadas.
Charles sonrió maliciosamente.
- Al menos no necesito usar cuellos altos para taparme las arrugas del cuello-.
Los niños estallaron en carcajadas.
- Te recuerdo Xavier que sólo estas dos años por detrás mío. Las arrugas podrían esperarte a la vuelta de la esquina - Soltó Erik ácidamente. -
Charles sonrió y todos continuaron bebiendo sus infusiones en silencio. Lo único que se escuchó fue la voz de Erik diciendo "Igual no tengo arrugas'. Y una catarata de risas en respuesta.
Terminaron de comer y los gemelos estaban bostezando. Charles miró a David que también estaba soñoliento y decidió que era momento de marcharse.
- Bueno, es hora de irnos. Ve a buscar tu abrigo hijo, mientras ayudo a juntar todo esto.
David asintió con la cabeza y caminó a paso lento, escoltado por los gemelos, hacia la habitación a buscar sus cosas.
- Deja Charles, yo juntaré las cosas.-
- Seguro? No me cuesta nada.-
- Dejar de ser tan amable, Charles. Nadie esta exigiendotelo. - Erik se reprendió mentalmente. Por qué demonios había dicho eso?
Charles lo miró dolido y se acercó a Erik. - Mira, entiendo que estés molesto por mi falta de confianza, pero no eras tú. Yo nunca me he llevado bien con mis propias emociones y...-
Charles volvió a morderse el labio inferior buscando las palabras y Erik no pudo soportarlo más. Maldito Charles. Se acercó aún más a él, y sin pensar lo tomó por la barbilla bruscamente y lo besó. Fue un beso duro, y frío.
Charles se quedó aturdido. Erik era implacable, sus labios rozaban los suyos con furia contenida. Comenzó a intensificarlo más, intentando dominarlo cuando se oyó la voz de los niños regresando.
Erik lo empujó instintivamente.
Los jovenes no parecieron notar nada.
- Ya estoy listo, papá. - David término de cerrar su abrigo.
Charles tomó aire y miró a Erik confundido. El hombre lo miró fríamente y se volvió hacia David.
- Espero que la hayas pasado bien - Le sonrió amenamente.
David le devolvió la sonrisa. - Claro que sí, y si quieren el viernes que viene pueden venir uds a casa! Verdad, papá?
Charles deseó que lo tragara la tierra.
- Claro hijo, después lo organizamos bien.
Los gemelos saltaron entusiasmados y abrazaron a Charles.
- Yupi! - Charles les devolvió el abrazo. Para ser hijos criados por Erik no podía negar que eran muy cariñosos.
David le estrechó la mano a Erik y éste le revolvió el pelo como había hecho antes.
- Adiós Pietro, adiós Wanda- David saludó alegremente seguido por su padre.
- Adiós Erik - Susurró Charles sin mirarlo.
- Adiós Charles - El tono de Erik era frío.
Salieron de la casa y se marcharon a su hogar.