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Una noche para olvidar (CHERIK) por AlatheaMorwellan

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Notas del capitulo:

Bueno, muchas gracias por leer!! el siguiente capítulo será el último así que espero que disfruten éste.

Gracias a todos los que siguen a esta historia, me hace muy feliz leer sus reviews.

Saludos! :)

Charles intentó rehusarse, pero la calidez de los labios de Erik sobre los suyos era algo a lo que simplemente no podía resistirse. 

Erik asaltó la boca de Charles como si fuese el último beso que fuese a dar por el resto de su vida. O tal vez así fuera, si no lograba que el telépata le creyese.

Invadió cada rincón, con ferocidad, con pasión, con desesperación. No estaba dispuesto a perderlo, no ahora que tenían la oportunidad de volver a ser felices.

- Erik...- Charles hizo acopio de las pocas fuerzas que le quedaban para separarse del turbador beso. Intentó continuar hablando, pero Erik lo silenció apoyando un dedo en sus enrojecidos labios.

- No, Charles... no detengas ésto. Me amas y yo te amo a ti...- Erik acercó sus labios hacia la oreja de Charles y le habló en un susurro. - Déjame demostrarte ésta noche todo lo que siento por ti y prometo que nunca lo olvidarás...-

Charles se estremeció ante esas evocadoras palabras, y dio un respingo cuando los labios de Erik atraparon su lóbulo en una aterciopelada caricia. Quería decir algo, responder, replicar, pero lo único que salió de su boca fue un ahogado gemido.

Erik no se hizo esperar y tomó eso como una señal para poder continuar. Con una de sus manos rodeó a Charles por la cintura, para poder pegarlo más contra si mismo, y con los dedos de la otra mano, acarició sus delicados labios.

- Te amo, Charles...- Erik depositó sus labios en la tersa piel del cuello, y lamió y succionó con delicadeza, mientras desprendía lentamente los botones de la camisa de Charles.

- Erik...- Charles lo detuvo abruptamente y lo tomó del rostro para mirarlo fijo.

- Si continúas con ésto, no podrás arrepentirte mañana...- 

- Te amaré hoy, mañana, pasado, y el resto de nuestra vida, Charles. Lo prometo...- Erik tomó una de las manos de Charles y la besó con intensidad, como sellando su promesa.

- Y tú...? Aún me amas? - Erik lo miró, expectante.

- Te amé desde que te conocí, y jamás dejaré de hacerlo.- Charles sintió que un gran alivio recorría todo su cuerpo. Había esperado mucho tiempo a que Erik le dijese que lo amaba y poder responder que él también lo hacía. Unas lágrimas traicioneras comenzaron a deslizarse por sus mejillas y Erik atrapó una entre sus dedos.

- No llores, mi amor. No sabes lo feliz que me hace oírte decir eso...- Erik apresó los labios de Charles contra los suyos, y volvió a fundirse en la suave caricia, esta vez con mayor osadía. Ahora que habían exhibido sus sentimientos, nada podría detenerlos. Borraría cada lágrima, cada palabra mal dicha, y todo el dolor que le había causado. De ahora en más, se encargaría de hacerlo completamente feliz, porque al fin y al cabo la felicidad de Charles, era también la suya.

- No sé si amarte más por lo que dices, o por lo que piensas...- Charles interrumpió el beso y lo miró con ternura. Erik se ruborizó completamente.

- Estabas leyendo mi mente...? - Erik puso cara de ofendido y se cruzó de brazos.

- No, no! Es que estabas pensando muy alto... y era un pensamiento demasiado dulce como para poder evitarlo.- Charles se puso de puntas de pie y despositó un rápido beso en los labios de Erik.

- Eso no te justifica, Xavier. Sabes lo que le sucede a los jóvenes imprudentes como tú...? - Erik se acercó a Charles mientras éste reía y en un abrir y cerrar de ojos, lo cargó en sus brazos.

- No sé que les sucede, pero gracias por lo de joven! - Charles sonrió, algo ruborizado y Erik pensó que era el ser más adorable del mundo. - Les pones una mala nota? -

- Pues... algo mucho peor. Les hago el amor insaciablemente durante horas.- Erik miró con intensidad a Charles y éste se mordió el labio provocativamente.

- Debería ponerme celoso de sus malos alumnos, profesor Lehnsherr...? - Charles lo miró inocentemente mientras Erik lo llevaba hasta la cama.

- Jamás. Esos castigos son exclusivamente tuyos, mi amor...- Erik lo recostó sobre la cama, y lo observó en detalle. Su castaño pelo revuelto sobre el acolchado blanco ofrecía un contraste maravilloso para la vista, al igual que sus cristalinos ojos oceánicos inundados de esperanza y deseo, y sus rojos labios tan seductores... 

- Eres perfecto, Charles. No me cansaré jamás de decírtelo...- El mencionado abrió los ojos sorprendido, sus mejillas se tornaron de un ligero color carmesí, y Erik bajó sus labios hasta unirlos con el objeto de sus mayores deseos. El contacto fue cálido y eléctrico, y a medida que  sus labios se acariciaban, el beso fue intensificándose más y más. 

Charles dio un respingo cuando sintió la traviesa lengua intrusa rozar la suya, pero enseguida se dejó llevar por la danza apasionada que provocaba Erik, tan oportunamente.

Erik continuó desabrochando uno a uno los botones que restaban de la camisa de Charles, mientras descendía sus labios por la cálida piel de la mandíbula y cuando llegó al cuello, besó y succionó dejándolo marcado. Sonrió al pensar lo que diría Charles cuando se viese al día siguiente.

- Erik...- Charles gimió al sentir la ardiente mano acariciar su pecho, y se estremeció aún más cuando sintió la abrasadora boca de Erik rozar uno de sus pezones.
Lamió, succionó, mordisqueó, dando igual atención a uno y a otro. Pero finalmente el menor perdió toda compostura cuando una de las manos de Erik rodeó su miembro. Ni siquiera había notado el momento en que le había desabotonado el pantalón.

Erik sonrió complacido al ver como Charles se retorcía debajo suyo, mientras lo acariciaba y besaba.
Cuando llegó al redondeado vientre, Erik se detuvo de inmediato no sin antes estampar pequeños besos a lo largo de la sensible piel.

- Charles...- Erik lo miró preocupado y el mencionado tuvo que hacer un gran esfuerzo para salir del estado de placer en el que se encontraba.

- Qué sucede...? - Charles se sintió decepcionado al perder el tacto de Erik sobre su miembro.

- Crees... crees que es oportuno hacer esto aunque estés... ya sabes...- Erik se ruborizó y Charles logró divisar la culpa que  se filtraba en su rostro. Si no hubiese estado tan excitado, probablemente hubiese reído por la ternura.

- Estás preocupado por mi embarazo? No tiene nada de malo, Erik... podemos hacerlo.- Charles intentó sonar paciente, pero le estaba costando.

- Seguro...? - Erik lo miró con duda y Charles rió, frustrado.

- Sí, Erik. Jamás pondría en riesgo a nuestra hija. Ahora continúa o me levanto y me doy una ducha...- Charles lo fulminó y Erik sonrió encantado.

- Te he dicho ya lo lindo que te ves cuando te enfadas...? -

Charles intentó retrucar pero Erik en un fugaz movimiento tomó el miembro del primero y comenzó a succionarlo con esmero.

Charles se retorcía ante los pequeños espasmos de placer que sentía y dejó escapar un involuntario gemido cuando Erik hundió uno de sus dedos en su interior.

- Erik...- Charles pronunció su nombre entre jadeos y Erik sintió un tirón desesperante en su entrepierna. Necesitaba estar dentro de su pareja ya. Sumó un segundo dedo y cuando sintió que estaba listo, liberó su miembro adolorido y lo aproximó a su entrada. Estaba a punto de posicionarse entre sus piernas cuando tuvo una mejor idea. Se recostó en la cama, no sin antes despojarse de su ropa a una velocidad incalculable, y miró provocativamente a Charles.

- Ponte a horcajadas, Charles. Tú mandaras esta vez.- Erik le sonrió traviesamente y Charles sintió que una corriente eléctrica le recorría la espina dorsal. Erik se veía tan sexy recostado, esperándolo.

- Y bien...? - Erik alzó una ceja provocativamente. 
Charles tragó saliva y en un impulso de valentía trepó por el regazo de Erik hasta ubicarse a horcajadas sobre él.

Erik soltó un largo suspiro cuando Charles se dejó caer sobre su tieso miembro. Se forzó a dejar sus manos a los costados para que su pareja pudiera marcar el ritmo a su propio placer. Esa noche era para Charles, y lo dejaría marcar el paso. Aunque tuviera que reprimirse las ganas de sujetarlo por las caderas y embestirlo frenéticamente.

Charles se movía en movimientos profundos y lentos. Por supuesto que no podía ignorar los pensamientos de Erik. Y él también moría de ganas por hacerlo con mayor ferocidad, pero decidió que aprovecharía cada momento. Lo que empezaba rápido, se consumía rápido también y ellos tenían toda la noche. Además le resultaba un poquito divertido ver como Erik sufría.

- Charles...- Erik gruñó debajo suyo y acarició el pecho de Charles en un movimiento suave, mientras lo miraba fijamente.

A Charles le resultó sumamente erótica la imágen de Erik completamente rendido debajo suyo, perforándolo con la mirada como lo estaba haciendo, y sin poder contenerse más comenzó a subir y bajar con mayor velocidad. Necesitaba sentirlo aún más dentro suyo, que lo llenase por completo.

Erik soltó gruñido de placer pero se aferró con más fuerza a la sábanas para no tomar a Charles de las caderas. Tenía que dejarlo controlar...

- Creí que el castigo era para mí, profesor Lehnsherr, no para usted...- Charles sonrió traviesamente, mientras subía y bajaba en pequeños movimientos circulares.

- No... no hagas eso...- Erik maldijo internamente.

- Qué no haga qué...? Ésto...? - Charles se movió con mayor velocidad, hundiéndose a lo largo de toda la erección de Erik, mordisqueándose 'inocentemente' el labio.

- Ok, ya basta. - Erik lo tomó firmemente de las caderas y comenzó a embestirlo con fuerza. 
Charles gimió su nombre, agarrándose de Erik para mantener el equilibrio.

Erik contempló el rostro ruborizado de Charles, su boca entreabierta respirando con dificultad y sus ojos completamente nublados por el deseo. La imágen era tan sugerente que comenzó a sentir las señales inequívocas del orgasmo en puerta, pero no se permitiría acabar hasta que Charles alcanzase el suyo también. 

- E-erik...- Charles gimoteó su nombre. Comenzaba a sentir los espasmos de su clímax, Erik friccionaba con fuerza en su punto sensible y cuando ya no pudo resistir más, ambos alcanzaron el orgasmo tan deseado, y Charles se derrumbó encima de Erik, completamente exhausto.

- Te amo, Charles.- Erik lo rodeó entre sus brazos, se sentía completamente feliz por primera vez en mucho tiempo, y no quería tener que soltarlo nunca.

- Y yo te amo a ti, cariño.- Charles se encontró con la mirada de Erik y vio allí reflejado todo el amor que le estaba profesando con sus palabras. Esperaba que Erik pudiese ver lo mismo en la suya, porque amaba profundamente a ese hombre, y siempre lo haría.

Erik tomó el rostro de Charles y estampó un suave pero intenso beso en sus labios. Si tuviese que morir esa noche, pensó, no le importaría porque estaría entre los brazos del amor de su vida.

- Preferiría que no mueras, Erik. Aún tenemos mucho que vivir... y tú también eres el amor de mi vida.- Le sonrió con ternura.

- Debería dejar de pensar tan alto, y tú deberías dejar de captar mis pensamientos, mi amor...- Erik sonrió algo avergonzado.

Como toda respuesta Charles sonrió y hundió su nariz en el cuello de Erik. Se acomodó entre sus protectores brazos y se dejó llevar por la sensación de calidez que lo recorría. Antes que de Morfeo los alcanzase, Charles pensó que a partir del día siguiente comenzaría una vida completamente nueva para ambos, llena de amor, de felicidad y de esperanza. Porque si estaban juntos, nada ni nadie podría detenerlos.


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