Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Típico cliché por Alex M

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Lo cierto es que eran famosos. Una mezcla entre populares y míticos. Toda la escuela los conocía. Y no sólo era por los maliciosos rumores que se solían escuchar a diario, también estaba su ineludible atractivo.


Al primero que conocí fue a Leo. Quede atrapado dentro de su campo gravitacional y fue imposible para mi salir de él. Quede completamente fascinado e incluso podría decir que fue mi primer amor. No podía separar los ojos de él. Y mi sexualidad, ya de por si confundida, termino siendo derribada.


En el momento en que sentí como – mis hormonas -y mi corazón saltaban de alegría con el simple hecho de verlo, lo entendí.


Pero sólo podía mirarlo de lejos. Ya que él, podría decirse que era “popular” y yo, bueno, sólo era uno más de la escuela. Así que siempre lo vi como un imposible.


Entonces sucedió; uno de esos momentos que cambian tu vida por completo. Era tarde, me encontraba – como otras tantas veces – esperando a que llegara mi mamá en su viejo volvo, disculpándose repetidamente por lo tarde que había llegado.


Ya me había acostumbrado.


Así que divagaba por la escuela cuando los escuche.


Me encontraba cerca del Agora, un pequeño anfiteatro al aire libre donde ocasionalmente alumnos de la escuela recitaban poemas o presentaban obras de teatro. Era un lugar realmente estupendo. 


Fue ahí donde los vi. Era Leo. Y otro chico. Uno de último año. Ambos se besaban apasionadamente y no dejaban de suspirar. En ese instante sentí que mi corazón se congelaba.


Instantáneamente retrocedí unos cuantos metros, quedando oculto entre los altos árboles contiguos al Agora.


Por alguna extraña razón, seguramente morbo, me quede ahí. Mirando.


Fue entonces que todo paso, similar a un ciclón.


Repentinamente el tipo que se encontraba con Leo lo golpeo; le soltó un fuerte puñetazo sobre el rostro y luego lo empujó hasta que este cayó sobre el suelo.


El tipo se fue, dejando solo a Leo.


Sin siquiera pensarlo – claro que no – corrí en su dirección y comencé a sacar de los bolsillos del pantalón unos kleenex.


- ¿Estas bien? – pregunté al llegar hasta él – bueno, claro que no estás bien, toma – dije, tendiéndole los pañuelos al ver los restos de sangre sobre su nariz.


Involuntariamente esbocé una mueca.


- ¿Tan mal esta? – dijo, mirándome a los ojos y pude sentir como daba un vuelco mi corazón. Tragué saliva con dificultad y miré hacia otro lado, cualquiera que me salvara de aquello. De aquel sentimiento que me golpeaba con una tremenda fuerza.


Son grises, fue lo único que pude pensar.


- En realidad no, pero tienes… sangre – señalé bajo su nariz.


- ¿Aquí? – preguntó, pero en vez de limpiarse termino aún más embarrado por aquel tono rojizo.


Sonreí.


- Déjame lo hago por ti – y tome el kleenex. Una vez más había actuado bajo puro instinto ¿Qué pasaba conmigo?  - ya está – dije, mirando satisfecho mi trabajo.


- Que amable eres – murmuró – y que suerte que estuvieras cerca.


Si supiera…


- No es nada


- ¿Y puedo saber cómo se llama mi salvador? – al instante sentí como me ruborizaba y no pude evitar la risa nerviosa que brotó de mí.


- Noah


- Bueno Noah – que bien sonaba mi nombre dicho por él – déjame presentarme, yo soy…


- Leo – y lo interrumpí.


Por un momento nos quedamos en silencio, mientras el rubio me miraba con suspicacia.


- Yo… ya sabes… ustedes, tú eres muy conocido – expliqué, intentando salir de aquella incómoda situación.


- Ah… Andrés y yo – murmuró – por cierto, no somos novios.


- Oh


- Pero si somos gays.


- Mmm


- Por si te lo estabas preguntando – en aquel punto, sentí que mi rostro no sólo se ruborizaba, sino que tomaba el color del arcoíris.


Y volví a reír. Y antes de que pudiera decir alguna estupidez más sonó mi celular, aquella estúpida melodía de Fergie rompió el momento.


- Es mi mamá – dije – creo que ya me voy.


Esta vez el que río fue Leo.


- Ok


- Supongo que nos estamos viendo


Y pensé que todo quedaría ahí. Que aquel momento mágico no se volvería a repetir, me imagine que lo más que podía esperar era ser reconocido por Leo, o recibir de vez en cuando un breve saludo por su parte.


Pero en ese momento no sabía lo increíble que era él. Y Andrés. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).