Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hey. (Kailu) por Sou-Tan

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Hey.


Sé que tal vez esperabas abrir esta carta y encontrarte con un recurrente "hola, oppa soy tu fan". Pero no. Sólo soy yo y un casual "hey" para no sentirme tan estúpido.


Sé que puedo sonar loco, desesperado o tal vez obsesionado. Que quizá no sea yo el indicado para hablar de amor y de promesas. Sé que -aunque no quiero creerlo- tal vez ni recuerdes mi nombre, pero te escribo porque eres lo único que una vez hizo que mi vida valiese la pena.


Mi vida valía por ti.


Tú valías la vida.


No fui tu mejor amigo, tal vez tampoco fui tu mejor compañía, ni mucho menos el amor de tu vida; fui una simple sombra silenciosa que te admiraba de lejos y que se acercaba por ratos.


¿Recuerdas esa vez? Dijiste que te gustaba estar conmigo porque era un respiro entre tanto ajetreo. ¿Y esa otra? Dijiste que ibas a estar ahí siempre que necesitara un lugar donde pasar la noche; ese día me encontraste llorando porque la coreografía no me salía, yo no dije nada, pero todas esas pequeñas palabras de aliento que me diste las sigo manteniendo frescas en mi memoria.


Y duele como los mil infiernos extrañar a alguien cuyos brazos no te necesitan.


Lo más difícil de todo era trabajar duramente en que todos viesen que lo único en mi cabeza era el trabajo, el baile y mis perros. Lo más difícil fue vivir con la idea de buscar tu mirada y nunca encontrar que estaba en mi, y algo mucho más difícil fue saber que ni siquiera iba a poder buscarte porque ya no estarías más.


Y lo peor de mi caso es que extraño de ti las cosas que nunca tuve: La forma en que no me sonreías, la forma especial de no tratarme, las miradas cómplices que no compartimos, todos esos besos que no nos dimos, y un largo repertorio aburrido de cosas que nunca hice contigo; y extraño poder tener la esperanza de que sucediesen mientras estabas aquí.


Pero ahora ya no hay esperanza ni estas tú; y la vida es un lugar un poco más frío por las noches cuando asimilo que te fuiste y que no cabía en esta historia la posibilidad de un extraño comienzo, salvo esos besos titubeantes que nos dimos.


Cómo decirlo sin que parezca tonto, ¿sabes? Tengo la costumbre de tomar por románticos o especiales momentos o cosas comunes de la vida. Y recuerdo con nostalgia la primera vez. Estaba estresado y tu aburrido a la una de la mañana, y casi sin decir nada acordamos salir a caminar. A ti te gustaba conversar mucho, y teníamos esa costumbre de reír y darle manotazos al otro. Hey, tú ya me gustabas; y tenerte cerca esas promociones fue un alivio para mi recurrente necesidad de verte tan solo para saber que miles de personas querrían estar cerca de ti y que; al menos, yo podía.


Nos tumbamos en el césped de un parque cualquiera, para ver las estrellas en una noche cualquiera hablando de temas banales. Pero tú no eras cualquiera, eres Xiao LuHan y aunque no tengo contacto contigo desde hace cinco años -soy demasiado cobarde para enviar un texto- la simple imagen mental de tus ojos decididos me sigue erizando los vellos de la nuca.


Ambos estábamos tumbados de espalda, mis manos me servían de almohada y tu cabeza yacía sobre mi abdomen. Y así nos quedábamos en silencio por horas hasta que parecía demasiado tarde; lo que pareció un momento de ocio se convirtió en mi cosa favorita de la semana. Todos los domingos el mismo camino, tú hablando sin parar; a veces tan emocionado que las frases te salían en chino. No te preguntes porqué me parecías especial o diferente a cualquier otro ser humano, porque ni yo lo sé, sólo sé que eres tú quien sigue instalado en una pequeña parte de mi que duele como el leve pinchazo de una aguja.


Cuando nos besamos por primera vez, fue un accidente. Tropezaste con una piedra -bendita piedra y bendita tu torpeza- y caíste encima de mi, yo reía por tu expresión de pánico puro, pero todo fue silencio cuando algo blando y húmedo se pegó a mi sonrisa. Esa vez nos reímos fuerte de algo que no fue más que un error, pero luego fue como un ritual sin sentido: Cada noche antes de volver a casa, debajo de la luz de la farola de una esquina, con las mejillas encendidas, nos besábamos suavemente con los ojos pequeños de la emoción.


Pero ahora no son nada.


No somos nada.


Yo no soy nada.


Recuerdo que miré al cielo y sonreí, tenía esta foto en mi bolsillo y te vi, y supe que eras esa estrella que no podría alcanzar. Me repetí a mi mismo todas las cosas que deseaba que supieras, y apreté mis puños como si tu mano hubiese estado sosteniendo la mía, lloré como estuviese abranzandote y diciéndote adiós. Al día siguiente sólo te abracé gentilmente, no te apreté fuerte, pero fue el abrazo más largo que dí en mi vida. Y ahora parece muy corto para esa despedida.


Te he visto subir y bajar a lo largo de estos años y estas arriba, muy arriba y me siento orgulloso de ti cada vez que te veo en la televisión o te escucho en la radio. Sé que todos te queremos, que Yixing te ha echado de menos como nadie, que a Sehun aún se le aprieta el corazón al darse cuenta de que ya no estas y que Minseok se encerró muchas veces para llorar por ti. Éramos una familia y sin una pieza como tú nos estábamos desmoronando. Yo sigo desmoronandome; porque no importa si tú no lo haces, nadie te quiso como yo, nadie te sufrió como yo lo hago. Espero que ahora sepas que detrás de cualquier mirada furtiva puede haber un corazón que va a un ritmo de vértigo sólo por ti.


Pero no te sorprendas, eres una estrella, es totalmente normal que alguien como yo caiga por alguien tan maravilloso como tú, Lu.


Si el Luhan del que me enamoré sigue ahí en alguna parte, dile por favor que lo amo; y si está muerto, entrégale esta flor de mi parte (es celeste, recuerdo que te gustaban, la tomé del parque. Es estúpido, lo sé, pero supongo que puedo darme el gusto de ser un melancólico al ser alguien irrelevante en tu vida). Aunque es estúpido decir eso, porque yo anhelaba cada parte de ti, cada pedacito de tu voz, cada imperfección.


Amaba al Luhan que cuando se reía golpeaba lo que sea.


Amaba al Luhan enojado cuando no tenía lo que quería.


Amaba al Luhan apasionado por las cosas que le gustaban.


Amaba al Luhan que nos daba amor a todos sin importar qué.


Amaba al Luhan que cantaba en chino porque sonaba bonito aún si no podía entenderle.


Amaba al Luhan indescifrable de algunos días.


Amaba al Luhan que era mío durante segundos bajo la trémula luz de una farola.


Te amaba en todas tus versiones, con cada una de ellas quise desvelarme mirando el cielo. Con cada una de ellas quise dormir hasta tarde en las mañanas frías, Luhan.


Te extraño.


Y comienzo a darme que cuenta que me he quedado atascado en el tiempo, en el día en que te fuiste, aún siento las sábanas frías y la necesidad de despertar de un sueño. Aún siento la desesperación por mantenerte, por que no te desvanecieras a la distancia. Por favor, entiéndeme, aunque no esté bien, aunque sea un absurdo, un improbable, aunque fuese idiota el decirte cómo me he sentido ahora después de todo.


Dios, no sabes lo que me ha dolido perderte cuando nunca fuiste mío.


Lamento no haberme enamorado de un cactus, habría sido menos doloroso para mi. Alguna vez, ¿notaste que te estaba suplicando silenciosamente que acabaras con mi soledad? Incluso si me sentía bien, bien nunca era suficiente sino estaba contigo.


El universo entero se rendía ante tus pies, y yo no era diferente.


La pregunta no es ¿cómo? Sino ¿cómo no?


No quiero pero, debería dejar de escribir ahora sino quiero acaba llorando en algún rincón. Adiós, lamento mucho, lo siento demasiado; que esta vez si tenga que ser para siempre.


De aquí, desde la oscuridad de mi habitación, deseo que seas muy feliz, Luhan.


Un fuerte abrazo,


 


Jongin.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).