Capitulo 6. Canción
Una vez que Anael se marcho de la cafetería el miedo comenzó a invadirme y mentalmente me maldecía por haber enojado a Anael, todo por tratar de sacarle un poco de su pasado, no es algo que generalmente me guste admitir pero la verdad es que soy una miedosa de primera.
Camine lo más rápido que pude por la calle de la cafetería y el cementerio, sentí una mano tomándome de la muñeca lo cual me hizo soltar un pequeño grito. A mi espaldas escuche una pequeña risa – No tengas miedo, soy yo – dijo la persona que me sujetaba, al voltear pude ver a la dueña de la voz era Claire la mesera que había conocido tan solo algunas horas atrás y la que parecía conocer a Anael de antes. Sonreí y le pregunte amablemente que era lo que se le ofrecía pues me convenía hacerme su amiga porque así ella podría hablarme sobre Anael.
- Pues en realidad solo quería hacerte una pequeña pregunta – Dijo con una sonrisa
- ¿Una pregunta? ¿Qué es lo que quieres saber? –
- ¿Crees que soy bonita? – La pregunta de la chica me desconcertó definitivamente no sabía que decirle. Era realmente bonita su cabello le llegaba a la mitad de la espalda y estaba teñido de blanco, sus ojos eran de un bonito color miel, su piel era de un color canela suave, su cuerpo resaltaba con el vestido corto, negro y blanco de estilo gótico que traía puesto además de la botas largas que le hacían resaltar sus piernas y como cereza del pastel era alta definitivamente mirándola bien podía pasar por una modelo. Ciertamente era raro que una chica así me hiciera pregunta tan extraña.
- Era una broma eso no era lo que quería preguntarte – Dijo mientras reía y me sacaba de mis pensamientos.
- Si no es nada, entonces me retiro – Dije un poco molesta
- Vamos no te enojes – Sonrió – Lo que realmente quería preguntarte era ¿Qué eres para Anael? – Su pregunta me cayó como balde de agua fría. Yo desde que conocí a Anael solo había estado buscando la verdad de su pasado, si lo pensaba fríamente que era lo que yo sentía por ella ¿Por qué estaba tan aferrada a descubrir su verdad? Si lo pensaba detenidamente no tenia nada que ver realmente conmigo ¿entonces porque seguía detrás de ella? Fue cuando note que me había enamorado de ella y algo dentro de mi comenzó a doler, mientras una vocecita se instalaba en mi cabeza y repetía una y otra vez “ella no te ama, tu solo eres su juguete” las lagrimas amenazaban con comenzar a salir pero de alguna manera las logre contener.
- Una amiga – Sonreí tristemente, no admitiría que era su juguete.
- mmm… ya veo ¿Quieres que te cuente algo sobre ella? –
- ¿De verdad me contaras sobre el pasado de Anael? – Pregunte bastante sorprendida
- Claro, pero siempre y cuando me acompañes a un lugar. Sígueme – Dijo mientras caminaba rápidamente adentrándose al cementerio, me arme de valor y la seguí, una vez que estuvimos un poco profundo del cementerio, Claire se abalanzo contra mi, dejándome caer sobre la tierra mientras ella se acomodaba sentándose en mi cintura y parte de mi cadera para evitar que me levantara ó hiciera algún movimiento de defensa y con sus manos sostenía mis brazos sobre mi cabeza mientras sonreía
- Pequeña princesita, vamos a divertirnos mucho – Sonrió maliciosamente
- ¡Suéltame! – Grite lo más fuerte que pude
- Lo siento, pero no lo hare – Claire sonrió burlonamente mientras acercaba su rostro al mío para obligarme a besarla, mis gritos no paraban, solamente eran ahogados por los besos que Claire forzaba.
- Grita todo lo que quieras aquí nadie te oirá y aunque lo hicieran no se acercarían pues estamos cerca del mausoleo de la bruja de Clutterbuck – Claire comenzó a reírse – Pero ahora si, comencemos a jugar – Dijo mientras que con una sola mano detenía mis brazos, con su mano libre comenzó a desabrochar los primeros cuatro botones de mi blusa que dejaban al descubierto mi cuello y mi sujetador. Claire suavemente comenzó a lamer mi cuello para luego darme pequeños besos hasta llegar a mi sujetador, volver a subir para lamer el lóbulo de mi oído izquierdo
- ¡SUELTAME! – Grite con todas las fuerzas que me quedaban de alguna manera sentía mi cuerpo débil e incapaz de gritar mas
- ¡Ya me harte! Deja de gritar, si sabes lo que es mejor para ti. Probablemente ya te diste cuenta pero te puse un poco de droga en tu café para que no te resistieras mucho – Dijo Claire en tono amenazante
- ¡Acaso no lo entendiste! cuando me fui te dije que la dejaras en paz – Oí la voz de Anael gritar a mis espaldas. Me hizo realmente feliz saber que Anael había ido a rescatarme.
- Pero Anael, como es posible que todavía no le hayas echo nada a esta inocente princesita – Dijo Claire tratando de sonar inocente
- No te debe importar el porque, solo se que tu no debes agarrar mis pertenencias y Rose me pertece, es solo mía – Esa frase de Anael me hizo volver a entristecerme pues eso me confirmaba que para ella solo era un juguete
- ¿Quién dice que te pertenece a ti? – Pregunto Claire retadoramente
- Ella me dio su cuerpo a cambio de un favor que la ayudara a satisfacer su gusanito chismoso
- No te creo que me lo diga ella misma – Dijo Claire un poco intrigada pero sin perder el tono autoritario, Anael me miro exigiendo que hablara
- Si, solo le pertenezco a An…ana…el – dije con la cara tan roja como un tomate, después d todo no era mentira por el momento solo era su juguete pero yo me había decidido a cautivar su corazón y que esa hermosa chica fuera mía.
- Veo que la domaste muy bien Aní, ¿cual es esa información? – Pregunto de manera curiosa
- ¡No me vuelvas a llamar así! – Grito furiosa - ¡Soy Anael entiéndelo! si no es que quieres morir a golpes – Anael amenazo a Claire, ahí note algo extraño porque a Anael le molestaba tanto que la llamaran Aní si en realidad solo era un diminutivo de su nombre no era para que reaccionara así a pesar de no gustarle
- ¿Anael porque eres tan mala conmigo?, ¿acaso no te acuerdas del juramento que hicimos en la iglesia del pueblo ante dios? En la salud y en la enfermedad, en la vida como en la muerte, en las buenas y en las malas y en todo lo demás siempre estaríamos juntas – Claire bromeo un poco
- Claro como si creyeras en dios – Anael rió
- Sigues siendo la misma, esa chica que siempre tenia una hermosa sonrisa que alegraba a todos, esa sonrisa en la que se notaba cuanto te alegraba estar viva, en verdad solo pude ver a esa Anael solo unos segundos pero me doy cuenta que tal vez puedas volver a ser la que fuiste de antaño – Se oyó una voz a lo lejos y entre las tumbas, apareció una chica de cabello bastante largo y negro, estaba peinado en una coleta con 2 mechones de cabello suelto a los lados, sus ojos eran de un azul zafiro profundo, sus labios estaban pintados de color cereza, su piel era blanca, traía un vestido negro sin mangas y unas botas largas, rojas y por ultimo una guitarra colgando de su espalda, la chica era la hermana mayor de Anael y su nombre era Érika hablaron de algunas cosas a las que no pude ponerle atención pues me comenzaba a sentir algo mareada pero a pesar de todo algo me llamo la atención. Su hermana le entregaba una carta enviada por una tal Cherry, tan solo con ver la cara de Anael supe que esa persona era alguien importante para ella y tuve el presentimiento de que esa persona podría develar todos los misterios que rodean a Anael.
– Yo me llevo a estas 2 a sus casas, tu mientras camina y piensa tranquilamente si quieres ó no leer esa carta, no te voy a obligar a leerla pero, ella dijo que seria su ultima carta – Dijo Erika ayudándome a levantarme y arreglando mi ropa pues yo ya no me sentía para nada bien, a ver esto Erika me cargo estilo princesa pues su guitarra le impedía llevarme en su espalda y en cuanto me sentí segura, perdí la conciencia.
Desperté a las 3 pm del día siguiente según marcaba el pequeño reloj que se encontraba en un pequeño mueble a un lado de la cama, bostece un poco y de repente todos los recuerdos de la noche llegaron a mí, fue cuando me di cuenta que no estaba en mi habitación si no que me encontraba en una habitación que no conocía esta era de un color azul brillante con ventanas amplias y con algunas cortinas blanca adornadas con algunas notas musicales, sus paredes tenían varios posters de diferentes bandas, en un mueble de cristal se encontraban varios instrumentos musicales, había cerca de la puerta de la habitación un librero lleno de libros sobre composición y música además de algunas novelas fantásticas, cuentos de terror e incluso una pequeña sección de leyendas locales sobre este estaba recargada una guitarra en su estuche y a un lado había un taburete para partituras. También se encontraba un escritorio lleno de hojas y útiles de oficina, una computadora y una pequeña lámpara de escritorio, mientras en el suelo se encontraban muchas hojas de papel echas bolita y algunas hojas mal dobladas que parecían contener letras de canciones y por ultimo la cama en la que me encontraba y el mueble junto a mi con un pequeño reloj y una lámpara de noche.
Viendo bien la habitación era bastante amplia además de tener una pared baja que permitía ver la habitación de enfrente que solo tenía un piano y otra cama en la que pude ver a alguien que se revolvía entre las sabanas para luego perezosamente levantarse dándome cuenta de que se trataba de Erika, abrió una pequeña puerta que parecía ser el baño y después de algunos minutos salir completamente arreglada.
-Veo que ya despertaste – Sonrió amablemente
- Buenas tardes – Dije algo dudosa – Me llamo Rose Readfield, mucho gusto en conocerte – Me presente, ya que realmente no sabía que decir
- Yo soy Erika Clutterbuck, soy la hermana mayor de Anael mucho gusto en conocerte y disculpa por las tonterías que hizo Claire anoche – Se presento
- No tienes por que disculparte la que causo todo fue Claire, en todo caso debería agradecerte por las molestias que te tomaste al cuidar de mí –
- Si me tengo que disculpar porque Claire es mi pareja y lo que hizo fue para ponerte a prueba para saber si eras capaza de traicionar a Anael, por supuesto Claire no iba hacer mas de lo que hizo ya que todo era un plan – Dijo Erika arrepentida
- ¡UN PLAN! ¡Dime desde cuando drogar e intentar violar a alguien es una prueba de lealtad! – Dije bastante enojada
- Espera un segundo, ¿Drogar? Eso no me lo comento Claire dijo que iba a poner un somnífero leve en tu café, no dijo nada de drogas poderosas ya se me hacia extraño que te hubiera dejado tanto tiempo inconsciente – Dijo sinceramente – ¡Esa Claire! ¡Cuando la vea voy a castigar a esa pervertida! ya se me parecía extraño que Claire me mandara a vigilar a Ana al mausoleo de la bisabuela – Dijo Erika enojada mientras ponía una cara maléfica. Incluso yo sin conocerla realmente podía sentir pena por lo que le iba a hacer como castigo a Claire
- Ok te creo, pero porque me querías poner a prueba – Pregunte curiosa
- Muy bien antes de contestarte arréglate báñate y cámbiate de ropa para que estés mas cómoda estoy segura que no querrás seguir platicando en ropa interior ó ¿si? , te la quite pues tu ropa estaba toda llena de tierra de cementerio – Dijo burlonamente, vi mi cuerpo y me di cuenta que no mentía se me subieron los colores al rostro y hui al baño. Erika me presto uno de sus vestidos cortos de color verde limón con blanco que quedaba bastante bien con los zapatos de tacón naranjas que traía puestos el día anterior, mi cabello lo deje suelto y era adornado con una diadema con una pequeña rosa blanca en el lado izquierdo de mi cabeza.
- ¡Wao! Te queda muy bien mi ropa – Sonrió – He decidido que te la regalare y no voy aceptar un no – Dijo autoritariamente tanto que no dejo que la contradijera
- Gracias – Dije tímidamente
- Ahora si te diré lo que te interesa saber - Dijo para señalar con su mano un asiento en la mesa e indicar que me sentara, continuo – A lo que me refería con prueba es porque Claire y yo queremos muchísimo a Ana y no permitiremos bajo ninguna circunstancia que alguien a quien ella aprecia la vuelva a lastimar. Ella ya ha tenido una vida algo dura por algunas cosas que sucedieron tiempo atrás además de haber sido traicionada por la persona que ella ama y lo peor de todo es que esa solo es una verdad a medias fue traicionada pero a la vez no lo fue, supongo que todo depende del cristal con lo que lo mires. ¿Déjame preguntarte algo, si esa noche en el cementerio Claire te hubiera ofrecido hablar de Ana a cambio de que la dejaras continuar, aceptarías con tal de conocerla mejor para poder comprenderla? – Pregunto seriamente
- Yo hubiera aceptado… porque yo quiero conocerla bien para poder ayudarla y sacarla de la obscuridad en la que vive. No se bien como paso pero puedo decirte con seguridad que yo amo a Anael y si esta en mi poder yo la salvare y me apoderare de su corazón – Dije firmemente, Erika sonrío
- Yo creo que tu eres la persona indicada para salvar a mi querida hermanita de la obscuridad en la que vive, te ayudare en todo lo que pueda pero ya no te contare nada mas del pasado de Ana, de echo creo que ya dije mucho de lo que no debería haber dicho – Dijo sonriendo
- Entonces de nada sirve preguntarte de la traición que mencionaste ¿Cierto? –
- Eso es correcto pero cuando necesites algún tipo de ayuda ven aquí, Claire y yo estaremos aquí y te ayudaremos en todo lo que podamos –
- ¿Claire y tu? – Dije algo confundida pues el lugar donde me encontraba parecía ser el apartamento de Erika
- ¿No te lo dije? Claire y yo vivimos juntas en este apartamento – Dijo con voz de esposa orgullosa que presume de su marido - Si ahora no se encuentra es porque la mande a dormir a casa de sus padres para no alterarte y como castigo por pasarse contigo mas allá de lo que habíamos quedado, creo que con lo que ahora sé, ese no será todo su castigo – Sonrió maliciosamente
- Yo me retiro, seguro mis padres están preocupados por mi – Dije pues no les había dicho que dormiría fuera
- Muy bien pero antes de que te vallas podrías escuchar esta canción estoy segura que te ayudara con Ana – Dijo de forma misteriosa yo acepte, saco rápidamente de su habitación una pista de música grabada, una guitarra eléctrica un amplificador y un micrófono mientras que decía que no preocupara por el ruido porque su apartamento estaba insonorizado, comenzó a tocar junto a la pista su música a pesar de ser fuerte era triste y nostálgica, su voz era limpia y hermosa e incluso me daba pena que el sonido no pudiera salir de esa habitación pues simplemente la música de la canción era hermosa y la letra no se quedaba atrás.
Me robaste el corazón, lo hiciste pedazos
Tratabas de protegerme pero no lo noté
Me encuentro llorando pedazos de cristal
En los que encuentro tu reflejo, pero seamos sinceros
Si ninguno de los dos dijo la verdad
¿Ambos somos culpables?
Tal vez nuestros miedos, fueron los
que nos llevaron a mentir
Nos destruimos mutuamente
Sin siquiera darnos cuenta
Pero después de tanto llorar
Pude encontrar lo real en las mentiras
Noté que todo posiblemente fue un malentendido
¿Pero ya será muy tarde?
Para buscar tu perdón
¿Tú crees que podamos confiar?
Y estar juntos de nuevo
Lo que creímos mentiras
Fueron verdades en un mar de ideas
Te amo, pero no lo aceptare
La verdad, se oculto dentro de la culpa
Te amo, pero no estamos destinados
Te amo, pero mis manos ya no te pueden alcanzar
No te pueden tocar.
Tú eres tan pura y honesta
Tu corazón roto, lleno de desilusiones
Te esfuerzas por mantenerte fuerte
Trato de alcanzarte, amor
Trato de acariciar tu cabello
Mis manos se detienen
Sin siquiera tocarte
¿Es correcto tocarte si mis manos
están manchadas?
¿Es correcto tocarte si mis manos tienen sangre?
Mantente pura, Mi hermosa flor
Mantente bella, Mi hermosa flor
Protégete con tus espinas
Y no me dejes tocarte
Mi amada Rosa.
Protégete con tus espinas
Y huye, no me dejes alcanzarte
Mi amada Rosa.
Mantente pura, Mi hermosa flor
Mantente bella, Mi hermosa flor
Protégete con tus espinas
Y no me dejes tocarte
Mi amada Rosa.
E.Holly.
Erika termino de cantar, yo solo podía aplaudir de emoción. Fue cuando la reconocí ella era la vocalista y compositora de un grupo realmente famoso llamado Seiren Rose al que yo admiraba ya de algunos años atrás era como un sueño que su vocalista estuviera frente a mi tocando una canción solo para mí y no solo eso si no una que todavía no era lanzada oficialmente, seguramente la acaba de componer, estaba completamente emocionada y Erika lo notó soltando una pequeña risita.
-Creo que ya te diste cuenta de quien soy aunque ahora no tengo el cabello teñido – Dijo totalmente feliz
- No puedo creerlo eres la vocalista de Seiren Rose mi grupo favorito – Dije totalmente emocionada
-Siempre soy feliz cuando conozco alguien quien disfruta mi música, gracias por apoyarnos – Dijo sonriendo
- Esa canción era muy hermosa pero suena completamente diferente a lo que usualmente compones – Dije emocionada
- Eso es por que esa canción no la compuse yo, la compuso la otra persona que suele componer canciones conmigo aunque esta vez yo no la ayude en nada –
- Pero regresando a lo importante ¿Cómo esta canción me puede ayudar con Anael? – pregunte curiosa
- Esa canción te será muy útil cuando te ganes la confianza de esa personita la letra te revelara todos los misterios ocultos de Ana que no te fueron contados. Digámoslo así te estoy entregando las piezas finales del rompecabezas de mi hermanita, ahora si ya no te entretengo mas pues tu padres seguro estarán preocupados y yo tengo que encargarme de algunos asuntos de trabajo – Sonrió mientras me daba el nuevo disco que sacaría Seiren Rose por supuesto autografiado y que contenía la canción que me acababa de cantar además de una copia impresa de la letra.
Ambas nos marchamos de su apartamento platicamos hasta que me dejo en la parada del autobús y ella se marchó en un taxi, abrí la caja del disco mientras leía la letra una idea llego a mi mente si Erika no ayudo a la escritora o escritor de la canción a escribirla eso quería decir que esa persona conocía a Anael y no solo eso sino que probablemente sabía todo lo que yo quiero saber. Tome la decisión si nadie me quería hablar del pasado de Anael entonces yo encontraría la verdad después de todo ya tenía 2 pistas una era Cherry la escritora de la carta misteriosa y la otra pista el compositor o compositora de la canción al cual me asegurare de encontrar y lo obligare a decirme todo lo que sabe, después de todo esa persona seguramente conoce a Anael y sabe todo sobre ella.
Continuara…