Me recogieron en la hora de la salida, a las 2:00 p.m. arribaron mis padres en la vieja pero confiable camioneta de mi padre, aunque no tiene esa clase que me gusta, una Ford Ranger 1995, que repito, no tiene la clase ni el lujo que a mí me gusta... No como mi Stratus, si comparábamos a mi preciado auto con esa camioneta... era como comparar una choza de madera con una mansión de marfil, era mi orgullo, pero... pasó lo que paso y... todo se fue al carajo... esta vida es una mierda... Mi familia está sufriendo... Yo estoy sufriendo... Ojala todos... Paguen por lo que nos hicieron. No es el hecho del auto, pero ya no teníamos la misma seguridad al salir a la calle, ninguno de nosotros, y eso me frustraba.
Antes de subir a la camioneta, Davis me alcanzó y me miro sonriendo, con una sonrisa tan tranquilizante que era difícil ignorarla.
-Cuídate mucho, Takeru- dijo tomando mi mano
-Si, lo haré- dije poniendo mi mano en la manija de la puerta
-Quisiera... ir a visitarte luego, pero no sé dónde vives- me dijo Davis
-Un día te lo diré- dije jalando la manija, abrí la puerta y me monté en el asiento
-Cómo te fue?- preguntó mi padre
-Bien, nada fuera de lo normal- dije sonriéndole un poco
-Amigo tuyo?- preguntó
-Ah... si, un amigo- dije sonriéndole
Mi padre encendió el motor y regresé a casa, tras eso, subí a mi habitación, deje mi mochila y después subí al piso más alto. En este teníamos varias cosas, en ese entonces, vi una gran funda azul, redonda, la tome y vi los tapones/tapacubos de repuesto del Stratus, los que le pusimos cunado nos impactó un colectivo, pues rompió uno de los tapones originales y le montamos unos de repuesto, que yo decía lo hacían verse más viejo, pero... Cuando abrí la bolsa y los vi ahí... Sin nadie que los usara ahora, pensaba en mi posesión más valiosa.
Quizá ahora debía estar en un deshuesadero, quizá a nada de ser destrozada, mis ojos se humedecieron y yo simplemente comencé a llorar, abrazaba aquella funda, llorando silenciosamente, paso cerca de una hora, cuando me sequé las lágrimas con mi camiseta y baje a mi recamara. Sin más que pensar, encendí mis bocinas y me puse a cantar a todo lo que daba mi voz, mi madre había ido a comprar la comida, mi hermano, estaba en la universidad, tenía toda la casa para mí, cantaba una canción que... simplemente quería cantar, me hacía sentir desahogado...
How many times are you gonna try to shut me out?
I told you once, told you twice, I ain't gonna turn back around
You can say whatever, try to mess with me
I don't care, I'm not scared
You don't have to say your sorry, save your sympathy
With a friend like you, I don't need an enemy
I would give you time if you were worth it
But guess what, you're not worth it
Whoa-oh, whoa-oh, I'm always gonna be the last one standing
Whoa-oh, whoa-oh, 'cause I'm never gonna give up trying
And now I'm ready to go, I'm here, I'm waiting for you
And I'm gonna be the last one standing
The last one standing
Did you think that I would surrender easily?
Just like that, you were getting rid of me
Is that the way you saw it all go down?
I don't think, I don't think so
There's not a word you can say I haven't heard before
So give it up, give it up unless you want a little more
You think you're pretty tough, so let's throw down
It's alright, I'm alright
Whoa-oh, whoa-oh, I'm always gonna be the last one standing
Whoa-oh, whoa-oh, 'cause I'm never gonna give up trying
And now I'm ready to go, I'm here, I'm waiting for you
And I'm gonna be the last one standing
I won't give up, I keep trying
(I'm always gonna be the last one standing)
It's not over, I keep fighting
(I'm always gonna be the last one standing)
I won't give up, I keep trying
(I'm always gonna be the last one standing)
It's not over, I keep fighting
I keep fighting!
Whoa-oh, whoa-oh, I'm always gonna be the last one standing
Whoa-oh, whoa-oh, 'cause I'm never gonna give up trying
And now I'm ready to go, I'm here, I'm waiting for you
And I'm gonna be the last one standing
And I'm gonna be the last one standing
Whoa-oh, whoa-oh, the last one standing
Whoa-oh, whoa-oh, the last one standing
Termine de cantar y golpee bruscamente el muro de mi cuarto, cuando escuche el timbre sonar, no estaba de humor para visitas, al abrir, era Ken, uno de mis amigos de la infancia. Algo no se sentía bien, parecía que en su rostro se reflejaba una sonrisa burlona, sentí odio, un sentimiento de odio incomparable y lo peor, sin fundamentos, una mirada seca en sus ojos, seguida de unas palabras que no escuche, pero fueron cortadas por un puñetazo de mi parte, dejándolo sorprendido en el piso, me acerqué para empezar a azotar su cabeza contra el muro hasta cansarme... Lo solté cuando él ya me pedía que parara, le dije que se largara y así hizo, desde entonces... No he vuelto a hablar con él, lo paso por alto, ya me da igual, volví a entrar y poco después llegó mi madre y comimos los 2 juntos
-Subiré a mi recamara, mamá- dije sonriendo
-Si, adelante- dijo sonriéndome
Yo me encerré, me quite la playera y me tumbe en la cama, puse música, para perderme en mis pensamientos, pero... pasadas un par de horas, paso la canción de Rio Roma, "Tú me cambiaste la vida" inmediatamente mis pensamientos me llevaron a ver a Davis, ese chico que e apenas unas horas antes, me había declarado su amor, comencé a pensar en su propuesta y... en cómo me defendió lo medité un buen rato, pero... aunque el alumbre mi alma, mi corazón y todo mi ser... jamás desaparecerán las sombras... que me perseguirán y atormentaran por siempre... porque... entre más intensa la luz... más profunda la oscuridad... pero le dejaré intentar... pero más le vale no herirme... o lo mato...
Pasado un rato, me levanté para hacer tarea, debía hacerla, pero la verdad es que mi mente estaba en todo menos en las ecuaciones que dejó el profesor de Matemáticas. Mi mente divagaba en los recuerdos de ese momento, ahora no sabía bien lo que había sucedido.
— ¿Acaso yo lo vi? — me pregunté mientras pensaba en lo que había sucedido, recordaba ir sentado en el asiento trasero, y mi mente me traía la imagen de ver esa motocicleta entre los autos.
— ¿Por qué me quedé callado? — me volví a preguntar, convenciéndome a mí mismo de que si lo había visto segundos antes del impacto, me levanté, mirándome en el espejo de cuerpo completo, mis cabellos rubios, mis ojos azules, mi piel clara, mi desnudo torso, ligeramente trabajado por el basquetbol, deporte que no podría volver a jugar.
-:-FLASHBACK-:-
Justo en el momento de la colisión, era ese momento preciso, yo no tenía puesto el cinturón de seguridad, el impacto contra el poste me lanzó un poco hacia adelante, y lo único que sentí fue como mi rodilla se lastimaba, al golpearse contra el pilar central del auto, que dividía las dos puertas del lado derecho.
Tras la llegada de los paramédicos, uno de ellos me puso un vendaje en la rodilla, y me recomendó no hacer mucho esfuerzo por unas horas.
Esa misma noche, mi abuelo consideró prudente llevarme al médico, para revisar el golpe, afortunadamente no tenía ninguna fractura o lesión demasiado grave, pero el golpe había sido suficiente para que mi rodilla sufriera daños considerables en algunas zonas, como el cartílago y ligamentos, podría caminar normalmente, pero en cuanto a correr y saltar, no por más de 20 minutos seguidos.
Dicha noticia terminó de arruinar mi día, eso significaba que no podría soportar un partido de basquetbol completo, ni siquiera una cuarta parte, mi abuelo me miró algo triste, yo solo suspiré y me levanté, apoyándome en las paredes, pues mi terquedad y orgullo no me dejaban usar muletas u otro soporte.
-:-FIN DE FLASHBACK-:-
—Todo fue mi culpa entonces— dijo gruñendo y dando un fuerte puñetazo a la pared, seguido de otro más, y otro, y otro, así hasta que el dolor en mis ahora sangrantes nudillos no me dejó seguir golpeando, miré mi mano cubierta de sangre y corrí hacia el baño, tomando el botiquín de primeros auxilios, para tratar mis heridas.
Al día siguiente, Davis me saludó muy amablemente, angustiándose de inmediato al ver la venda en mi mano derecha.
— ¿Estás bien, te pasó algo? — me preguntó sujetando mi mano vendada.
—Nada importante, descargué mi rabia contra la estúpida pared, es todo— dije secamente —Hablaré con la profesora, no creo poder escribir así— dije caminando al escritorio y sacándome una excusa con la profesora para la herida en mi mano.
—Bueno, pues siendo así ¿Quién podría tomar apuntes por Takeru? — Preguntó la profesora y el primero en alzar la mano fue Davis —Gracias, Motomiya— dijo la profesora con una sonrisa, yo me sorprendí un poco, más por el hecho de que Davis a veces no tomaba notas ni para sí mismo.
—Gracias— fue lo único que dije antes de tomar mi lugar nuevamente, algo pensativo.