Dedicatoria
A los escritos que, escondidos en mi memoria,
hacen eco en mi cabeza.
A las travesuras de niña que solía realizar
y, ahora, son la musa de mis obras.
A los mundos a que visité con sólo mi imaginación
y un poco de música para comer y beber.
Al lector, siempre al lector.
Arco I: La apertura del fin.
Acto 1—Tell me a story.
En el 17 de Agosto de 2091, ha quedado escrito, en la historia y las memorias de todo un continente, el primer avistamiento de los «zombies».
Aquellas criaturas echaron por tierra un cuarto de las infraestructuras de la NASA y, junto a ello, los cuerpos de más de la mitad de todos los trabajadores. La otra mitad pareció haberse evaporado por más de 3 días hasta el desencadenamiento de la epidemia en Florida, siendo los intérpretes de la difusión en todo el estado. Los medios de comunicación estallaron, todos los reflectores se conseguían hallar en Estados Unidos de América, el presidente Feather pretendía liar las mentes de todos con el uso de una impresionante verborrea y su conocida labia, mas nadie consiguió librarse de la imagen de aquellas personas siendo devoradas por otras. La incertidumbre sólo incrementó con la reclusión absoluta del estado, los compatriotas exigían respuestas.
¿Qué estaba sucediendo en Florida?
Y un 28 de Noviembre del mismo año, Estados Unidos de América dio su más fuerte grito de auxilio. La gente sucumbía cada segundo, ningún arma era capaz de retener los avances de la epidemia ni a sus víctimas, nada marchaba como se debía. Florida no se desmoronó hasta transmitir su enfermedad a sus hermanos estados, como si esta reprochara la felonía de sus padres. La fuerza militar de la potencia entre potencias fue reducida a la simple nada, los políticos se largaron con el viento y la ONU sólo fue capaz de salvar un quinto de toda la población estadounidense, quienes corrieron a brazos de países como México y Cuba. Los medios de comunicación anunciaban a viva voz que el «apocalipsis» había pisado la tierra en una cruenta epifanía.
¿Qué estaba sucediendo en Estados Unidos de América?
México fue el primero en caer junto a su colindante, Canadá y Guatemala siguieron sus huellas en el camino carmesí. Con el objetivo de sobrevivir, Argentina, Chile, Perú y Brasil se dieron la mano para construir ciudades subterráneas, prediciendo el futuro sanguinolento que les deparaba la vida, de caso contrario. En el 21 de Marzo de 2098, se decidió bombardear los países de Norteamérica y Centroamérica, sin misericordia ante todos los sobrevivientes que, aún, batallaban por sus vidas. Japón y Alemania brindaron su apoyo hacia la decisión, pese a las protestas de Gran Bretaña y Rusia. Se les concedió 3 meses a la fuerza militar para rescatar la mayor cantidad de sobrevivientes, aún, si estos no sobrepasaran el número 50. Todos callaron y evadieron miradas, la humanidad carga en su espalda con el peso de los más de 10 000 sobrevivientes que no fueron rescatados por su pavor a morir.
¿Qué estaba sucediendo en América?
La bomba no tuvo efecto alguno, nada ocasiona un daño colateral en aquellas bestias. Los investigadores de América capturaron un espécimen vivo y descubrieron que sólo podían ser heridos por una sustancia segregada por ellos mismos, la llamaron «Utopía», aquel líquido reducía a cenizas todo lo que acariciaba. América creyó salvarse, enviaría a los civiles a Japón y Alemania por barcos que ellos, al sentirse seguros con los nuevos descubrimientos, decidieron enviar, después de más de 10 años. Sin embargo, la bomba no fue el único plan que no tuvo frutos. Las criaturas podían moverse por tierra, mar y cielo. Su evolución fue rauda, llegando a infectar no sólo a humanos, sino a cualquier ser vivo capaz de ser aprehendido por sus dientes. Los barcos fueron hundidos y los tripulantes, contaminados. En dos zancadas, Europa cayó en manos de las criaturas y Asia, su hermana, no tardó en imitar la estrategia americana.
¿Qué estaba pasando en el planeta Tierra?
Jane Willson, «Memorias del Planeta Tierra».
[…]
Tras meses de investigaciones, hemos confirmado nuestra teoría: Los seres corpóreos que vemos no son más que el recipiente de algo más oscuro. No es una enfermedad ni «zombificación», como se le conoce vulgarmente, es mucho más que eso. Estamos hablando de criaturas de otro planeta, seres que han venido a la tierra con un propósito desconocido. Hemos teorizado que su actual intención es exterminarnos para obtener el planeta a su entera disposición, mas no parecen dar signos de elaborar armas o fortificaciones. Son seres completamente herméticos, lo único que hemos alcanzado a descifrar es su fragilidad ante el más mínimo contacto con una «Utopía» ajena a la suya, esta parece calcinarlos hasta convertirse en un montículo de cenizas, como si quemaras una hoja de papel. Mis compañeros y yo hemos decidido clasificar a las criaturas y, tras horas de debate, se ha determinado el clasificar a los seres en 4 categorías.
- 1. Tercera Clase: Son los humanos que no han sido capaces de ser el recipiente perfecto (En un rango de 50 %a 70%) para las criaturas y han sido abandonadas a su libre albedrío, siempre actuando por instinto. Carecen de fuerza, velocidad y otras habilidades, mas son tan letales como para «infectarte» de un mordisco, si le concedes la oportunidad. Esta clase conforma el 40% de la población de criaturas.
- 2. Segunda Clase: Son, a largos pasos, más peligrosos que los «tercera clase», estos son los recipientes que las criaturas han dejado al no ser compatibles en un rango de 70% a 80% (Hemos deducido que tienden a dejar más de su ser, mientras mayor sea el rango de compatibilidad). Un dato curioso de ellos es su disposición a seguir órdenes dadas por «primeras clases», los mencionados emiten un pitido tan agudo que sólo animales y criaturas de clases menores son capaces de escucharlo a distancias remotas. Hemos deducido que con el pitido y su desprendimiento de feromonas, logran controlar a los «segunda clase». Respecto a sus capacidades, hemos visto que su fuerza es como la de un humano y de igual manera con su velocidad, reflejos y agilidad. Son carentes de inteligencia propia y, al extraviarse del control de su líder (Como la gran mayoría), comienzan a actuar por instinto. Ellos conforman el 50% de la población de criaturas.
- 3. Primera Clase: Los más mortíferos en el grupo de clasificación. Su velocidad, fuerza, inteligencia, destreza y resistencia sobrepasan el límite humano, hemos supuesto que son los recipientes que ha sido compatibles desde el 80% a 100%, siendo que teorizamos que los aliens no han abandonado su cuerpo. Como se ha expresado en la sección de «segunda clase», estos poseen la capacidad de comandar un ejército de su clase anterior. La característica más especial de estos es el desarrollo de una capacidad que atribuimos al uso del cuerpo por un alien, hemos visto 3 en nuestra experiencia con la fuerza militar: El primero, era capaz de volar; el segundo, era capaz de aumentar su tamaño a su apetecer y el tercero, capaz de escupir fuego de su boca.
- 4. Damians: En una de nuestras últimas expediciones, vimos un recipiente del tamaño de un buque. Al comienzo, deducimos que era el «primera clase» que vimos hace unos años, mas, casi al instante, el cuerpo se deshizo en «segundas clases». Hemos teorizado que los recipientes son capaces de formar un solo cuerpo mil veces más grande y fuerte.
Puedes ser contaminado con una simple mordida, pensamos que […]
Diario de Investigación de Bianca Crispino, 2133.
[…]
Los gobiernos se venían abajo, junto a sus pueblos, todo era descontrolo. El pavor se apoderaba de las mentes de los ciudadanos y, aún, ahora. Las familias de los extranjeros exigían a bramidos puros el apoyo de su gobierno a quienes nacieron en su patria y viajaron. La humanidad sintió extraviarse entre el miedo y la ofuscación. Entonces, el 30 de Marzo del 2096, un hombre reunió el valor para tomar un cargo que todos trataban con vilipendio: El gobernador de la Sede de América. Reunió a la población y tomó el control de sus miedos para convertirlos en necesidad de vivir un día más con un solo discurso. Su nombre era José Francisco Díaz, un varón de 40 años de edad con la voluntad de cargar con la vida de más de 1 millón de personas y sus escaseces. Pronto, Asia y lo poco que quedaba de Europa, imitaron a su hermana.
Se creó el «Cuerpo de Ataque y Protección de la Humanidad», conocido como CAPH, como reemplazo de las fuerzas militares y se otorgaba grandes recompensas por la unión a esta entidad. Se dividió en 5 equipos: Red Hand, los soldados entrenados en la erradicación de las criaturas para disminuir su población y protección de la humanidad en caso de ataques como el de la «Masacre de Irán»; Blue Hand, equipo de rescatistas y paramédicos, tienden a ser los grupos de apoyo de Red Hand; Yellow Hand, protectores de las entradas a las ciudades subterráneas; Green Hand, equipo encargado del entrenamiento de los próximos cadetes y su reclutamiento; y Helping Hand, un grupo de mecánicos y científicos especializados en la investigación de los alienígenas y la creación de herramientas que puedan contrarrestar su ataque a la humanidad y asegurar la victoria en una batalla contra ellos.
En el ámbito político, el gobernador le concedió al pueblo la libertad de escoger quién los representaría en el parlamento, mientras, él escogería a los ministros: Ministro de defensa (Siendo el líder del CAPH), ministro de justicia y derechos humanos, ministro de relaciones internacionales […]
Tai Zheng, octavo gobernador de la Sede en Asia.
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Base militar en Xìngfú, 26 de Noviembre del 2279.
«—Interrumpimos la transmisión para dar pase libre a la perentoria conferencia del Ministro de Defensa—Comentaba la periodista del Indiras’s news con un semblante circunspecto, digno de aquel que prevé la calamidad inminente, mas es incapaz de ser sólo un espectador.
—Me veo en el apuro de obviar todo saludo a alguna entidad y a ustedes, mis sinceras disculpas—Comenzábamos con pésimo paso desde el empiece del discurso, los periodistas sudaban a mares junto a la población en sus casas—, pero lo que hoy vengo a revelar es un asunto muy delicado—Dio un suspiro y murmurando unas palabras al cielo, añadió—. El gobernador, los congresistas y yo hemos decidido enviar 900 personas de la Sede de Asia a la Sede de América, no planeo prorrogar más el punto—El ministro levantó la mirada y fijó su vista en una cámara—. Son libres de vociferar, llorar, rogar e insultar al planeamiento, mis compañeros o yo—Y el mutismo reinó en la sala de conferencias—, pero, escuchen y vean más allá de sus narices por una vez en su vida.
— ¿Qué deberíamos ver, señor Ministro de Defensa?—Exclamó el periodista de alguna radio con la mano en el corazón, y mirada desconcertada, como si estuviera presenciando el quiebre de alguna mente brillante y, sólo quizás, lo era—¿Como empuja a los hijos de la Sede al suicidio o como tira al vacío vidas que no son suyas?—Y cuestiona, dolido con el representante del ministerio que tenía la obligación de defenderlos—Dígame, señor Ministro de Defensa, ¿Qué debo ver? ¿Cómo arrastraran el cuerpo sin vida de mi hermano y padre al retornar de la, ya sabida fallida, misión? ¡Salir de las ciudades subterráneas es el off de la vida de todos! ¿Qué razón es tan valiosa como para enviar miles de vidas a un campo de batallas que no está hecho para su victoria?
—Vivir, esa es la razón valiosa que busca debajo de la tierra y no, allá en la superficie—Su semblante sereno nunca se trastorna, pese a notarse lo húmedo de su frente—. Nuestra gente está pereciendo en las calles y no hacemos nada para impedirlo, ¡Hacer pobre al rico no hará rico al pobre, señores! Nuestra única opción es enviarlos a una sede con mayor territorio utilizable o dejarlos morir aquí, ¡La sobrepoblación es un problema que venimos enfrentando desde los 20s y no acabamos de solucionar! Hablamos de gente que ya no podemos mantener aquí, sus condiciones de vida no son favorables y el gobierno no está con los brazos cruzados—Al observar el mutismo de los periodistas, decidió continuar—. Se ha decidido que todas aquellas personas con baja calidad de vida y que hayan aceptado tomar el riesgo, sean acompañadas por una extensa lista de miembros del CAPH hasta la base militar en Mawja y enviados a la Sede en América por otros miembros.
— ¿Es consciente de la cantidad de riesgo de la misión?—Preguntó una periodista en un transparente intento de no continuar con los reclamos de su compañero de profesión— Las criaturas que habitan en la superficie son letales, incluso, para sus soldados, ¿Nos asegura que toda esa gente ingresará sana y salva a la sede? Desde que se empezó a seguir los pasos de la Sede de América e incursionar en territorio de aquellos seres, pocos hombres regresan con vida—Y no se pudo callar un ligero reproche en recordatorio de su hermano en los batallones—, ¿O es que no conoce las cifras de hombres y mujeres fallecidas en las búsquedas? Nadie ha podido viajar muy lejos en las exploraciones sin más de la mitad de equipo como baja o heridos.
—Qué interesante declaración, señorita—Comentó el ministro con un semblante sonriente, como aquel que va a casa de sus amigos para una serena charla—, ¿El territorio de las criaturas? ¿Cuándo empezó a pertenecerles algo que es, por derecho y decreto de Dios, de la humanidad?—E incrementando el tamaño de su sonrisa, añadió—Oh, pero aquello no es el tema, usted habla de cantidad de riesgo, estoy en la obligación de sincerarme con ustedes: No vivirán todos—Al público en masa, se les escarapeló el cuerpo—, pero valdrá la pena el sacrifico. A nadie le apetece hablar de «El Sacrificio de la Humanidad» y, en muchas escuelas, ha dejado de enseñarse, mas es necesario que recordemos aquella fatídica fecha. Después de esto, podrán reclamar lo que les parezca conveniente, mas se ha tomado una decisión y hoy mismo parten a Mawja.—Dio un suspiro al cielo, esperando que Dios lo escuche—, «El Sacrificio de la Humanidad» fue necesario para…»
Se escuchó el sonido característico de la televisión al apagársele.
—Esa es la situación, miserables perros—Escuchando los murmullos infelices de los soldados, añadió—, «los de arriba» han decidido arriesgar pellejos que no son suyos, mas sólo somos capaces de acatar mandatos—Y siendo recibido por los aullidos de rabia y miedo de los soldados, agregó burlón—, ¿Alguna queja, perros?
—Comandante Mikhail, usted no es ajeno de las torturas físicas y psicológicas que hemos sufrido en cada entrenamiento con Green Hand, pero aquello sobrepasa a varios—Procuró apaciguar su voz y no permitirse ceder a sus impulsos de supervivencia—. Pereceremos en cuestión de días, usted ha visto a sus hombres morir a manos de esos infelices monstruos, ¿Cuánto más piensa empujarnos a la locura?—El soldado sabía que debía callarse sus pavores, mas era incapaz de intentar vivir unos años más—Nunca hemos ido tan lejos de la Sede en Asia, la sede de Mawja no ha sido visitada en 10 años por su dificultoso camino, ¿Y ahora pretende embarcarnos a tal viaje con la excusa de enviar a un par de muertos de hambre?—Una navaja colisionó contra su rodilla y el soldado se encontró a sí mismo en el piso.
— ¿Muertos de hambre?—Preguntó con sorna un muchacho de cabellera rubia—Cuida tus jodidas palabras, pequeña pieza de mierda—Escupió sin remordimiento alguno hacia el rostro de su compañero—. Calla y obedece al gobierno, por eso, ellos son «los de arriba» y nosotros, «los perros»—Añadió con un deje de resentimiento y una mirada que ocultaba impotencia.
—Es suficiente, Plisetsky, no se me antojan más de tus escándalos, yo sé lidiar con mis perros—Bramó Mikhail en un intento de acallar al muchacho ruso—. Recemos al Dios que no existe y no nos acompaña en estos momentos, porque lo que les voy a decir sea procesado por sus pequeñas cabezas: O PERECEN ALLÁ O PERECEN AQUÍ—Nunca fue amante de dar explicaciones a sus perros, porque sus propios amos nunca se las dieron a él—No desconocen el coste de la «Felonía a la patria». Lamento, o quizá no, brindarles la sublime noticia que la única decisión que les pertenece es en dónde preferirían observar el cielo una última vez, ¿Aquí, sonriendo a los suyos, o allá, saludando a esas criaturas?
El silencio de la resignación se sobrepuso ante sus hermanas, la ira y la indignación. Ser el perro del gobierno nunca fue un trabajo que le agradase a ninguno, o por lo menos, a los que conservan su cordura en aquella pradera de locura. A los ojos de los ajenos al CAPH, los soldados eran desquiciados. Indudable, ellos desconocen las razones de una persona desesperada por obtener lo que desea.
— ¿Ya no aúllan? Es agradable tener conocimiento de que no son ciegos a su posición—Y con un ademán de mano, les indicó que se marcharan—. Sólo me apetece ver a los 7 capitanes de Red Hand en este auditorio, tienen 5 minutos, ¡FUERA, PERROS!
— ¿Y ahora qué, Mikhail?—La voz del muchacho rubio se hizo presente junto a la última pisada del último soldado, indicando que el espacio sólo los albergaba a ellos—Necesitamos empacar y somos conscientes de que eres tan miserable que nos despertarás a la 2 de la mañana.
—Me encantaría que cerrases tu puñetera boca, Plisetsky—Golpeó al joven en la cabeza y sin ningún miramiento con los presentes, llamó un nombre— ¡Katsuki, niño, ven aquí!
— ¿Qué está sucediento, comandante?—Cuestionó un joven de piel trigueña con recelo, siempre con una mano en su navaja.
—Lo mismo iba a preguntar, Chulanont—Comentó un hombre perteneciente al antiguo clan de Kazajistán viendo que su superior no contestaba pregunta alguna—, ¿A quién llama con tanto empeño? ¿Es uno «los de arriba»?
— ¡Katsuki Yuuri, mocoso del demonio, ven aquí!—Se calló al oír pasos en la lejanía, imaginado que era el poseedor del nombre que exigía venir.
—Comandante, ¿Quién es Katsuki Yuuri?—Preguntó un muchacho de mirada sombría y al ver virar los ojos a Mikhail, tomó la postura de un buen perro: Callado y obediente.
—Hey, comandante, no ignore las preguntas, exijo respuestas—Exclamaba un muchacho de rasgos extranjeros—Eso no es cool, ¿Cierto, korean boy?
—No me metas en tus asuntos, Leroy, no me apetece ser el dueño de tu circo—Respondió el mencionado con un tono gélido, él sólo ansiaba irse a dormir.
— ¡Cierren sus jodidas boca, miserables perros!—E iba a blasfemar más al cielo, pero se calló inmediatamente al percibir la presencia de aquel hombre que llamaba.
El sonido de la puerta abriéndose tímidamente hizo eco en el lugar, un muchacho de rasgos japoneses emergió de ella con un semblante nervioso y una postura tensa, podría ser fácilmente comparada con la de aquel conejo que conoce, por primera vez en su vida, a un animal que fácilmente podría despedazarlo y posee pleno conocimiento de aquello. A Mikhail, aquello le pareció jocoso en su máxima expresión, ironías de la vida.
—Este es Katsuki Yuuri—Rodeó sus hombros con su cuerpo, pese a lo incómodo que era, y lo sabía, para el japonés—, pertenece al equipo principal de Helping Hand y nuestra última esperanza de recuperar la tierra, ¡Recíbanlo con los brazos abiertos, perros!
Oh, este iba a ser «uno de esos días» para la humanidad.