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Eijun´s Diary por Izaka Ai

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen son de: Terajima Yuuji

Notas del capitulo:

Esta es la primera vez que escribo de esta manera. 

 

¡Feliz Cumpleaños Eijun!

La navidad se acerca y esa es la época donde se pasa el tiempo con la pareja, claro si la tuviera, pero tristemente no la tengo, para colmo con mi triste vida no ha cambiado nada desde que salí de la universidad ya que mi sueño de ser jugador profesional de béisbol nunca pudo ser debido a una lesión con mi brazo en el último año de preparatoria, aunque por lo menos ganamos la final de Koshien y con ello. Las cosas pasan y termine siendo asistente en una agencia que se encarga de administrar a los deportistas.

Sin embargo algo más odioso es tener que ir a la fiesta anual de la familia con sus amigos y demás, donde mi madre se la pasa diciéndome que busque pareja, no quiero ser grosero con ella pero en esta época es casi imposible encontrar alguien bueno con pasar la vida. Ok no les diré más y véanlo por ustedes mismos.

 

De visita a mis padres en Nagano, la familia ha hablado con los amigos para la fiesta de navidad donde como flor en primavera mi madre se la paso arreglando todo pues sus amigas de la escuela cuando estuvo en Tokyo vendrán a verle.

-Cariño ¿Me veo gorda con este vestido?-pregunto a mi distraído padre quien volteo conmigo que terminaba de poner las farolas para el patio.

-¿Qué se supone que le diga, Eijun?

-No sé, dile que no se ve gorda…

-Te ves perfecta cariño, tus amigas te envidiaran ¡Hehehe!-contesto con una leve gota de sudor en la frente, fue cuando el abuelo salió.

-¡Ah! Quítate eso pareces vaca en brama.

-¡Abuelo! ¡Papa!-gritamos mi padre y yo, pero pronto un aura malvada invadió el lugar, temimos por nuestras vidas así que corrimos por todas partes aunque todo se calmó y al voltear a verla ella tenía los ojos llenos de lágrimas.

-¡Wuaaa! Me veo como una vaca.

-¡No, no, no, no! Mama, te ves hermosa, el abuelo ya está viejo y ciego.

-¡Te escuche mocoso!

-¿En serio?

-Si mama, te ves hermosa y nadie puede poder objeción a ello.

-Gracias Eijun, ahora me harías un favor.

-Claro.

-¿Podrías casarte?

-¡Mama!-me queje, aunque esos ojos llorosos solo pude asentar.

 

La noche llego y con ella los copos de nieve, veía el cielo respirando el frio invernal aunque todo la casa estaba llena de personas y muchas que no conocía al menos no tendría que dar respuesta a su soltería extrema.

-¡Eijun!

-Tío Rintarou-sonreí mientras el hombre me tocaba el trasero.

 

Alto ahí, si este hombre siempre así, un pervertido ni siquiera es mi tío, pero tengo que soportarlo es odioso y veces sueño con darle el famoso golpe de la familia pero por mama y papa me callo.

 

Suspire cuando mi mama se me acerco tomándome por el brazo.

-Hijo, vamos me gustaría presentarte a mi mejor amiga de Tokyo, se llama Akane…-nos dirigimos al otro lado donde una mesa llena de aperitivos una mujer junto a un joven el cual solo podía ver de espalda pero al acercarnos se daba vuelta, era algo apuesto así que me impresiono solo que de pronto su cara cambio a la de un tipo yankee, asustándome.

-¡Akane!

-Yumi, pero mírate que bien te ves.

-Gracias, tu tambien. Y déjame presentarte a mi hijo, él es Eijun.

-¡Hola! Mucho gusto, eh…

-Kuramochi, Kuramochi Akane. Y tambien vine con mi hijo, Youichi saluda.

-¡Tsk! Si, hola, bonita fiesta.

-Gracias, que amable-sonrió ella « ¿Amable? ¿De dónde? Su cara da miedo, mama creo que nos asaltara…» pensé, y estreche su mano, tragando saliva.

-Un pla…placer. ¡Hahaha! Todo está bonito, la nieve tambien-mi madre y la señora Kuramochi se alejaron para hablar de viejos tiempos mientras que yo me quede solo con Youichi-¿Te gusta Nagano?

-Shiba es mejor.

-¡Hehehe! Puede ser, pero es menos pesado con la ciudad.

-¿Ah?

-Nada, nada, Shiba es mejor-temeroso que me golpeara.

-Tu, creo que te recuerdo.

-¿Recordar? No recuerdo esa cara de yankee.

-¿Qué dijiste?

-Nada, nada, dime ¿Qué recuerdas?

-Cuando era niño tu mama visito nuestra casa y había un tonto que se tiro a la piscina inflable desnudo haciendo gritar a las niñas de la colonia.

-¿Eh? ¿Yo?

-No veo otros tontos por aquí, pero si eras tú.

-Jamás haría eso, bueno si pero era un niño-le reclame.

Aunque el nerviosismo me hizo tomar una cerveza de la mesa.

-¿Bebes?

-Sí, bueno algo, ok bastante, pero ya sabes lo que dicen “El último invitado de la fiesta en irse es casi siempre el más borracho” claro que, es más divertido ¿No?-sonreí bebiendo a fondo a lo que Kuramochi se me quedo mirando con algo de asco «Si, claro un yankee seguro que debe saberlo…»

-Yo odio beber, creo que no sería el capitán si lo bebiera como pez fuera del agua.

-¿Capitán?

-¡Hahaha! Sí, mi hijo es el capitán de los Fukuoka SoftBank Hawks, juega como short stop-regresaron nuestras madres.

-¿Qué? ¿El cara de yankee?-alce la voz y todos voltearon a vernos, su madre me pellizco el brazo.

-Wou, me alegro por ti Akane, mi hijo solo es asistente en una agencia de deportiva.

-¡Mama!

 

No podía sentirme peor, resulto que el yankee es el jugador más valioso de la liga de Fukouka, ¿Cómo no me di cuenta? Bien, creo que fue porque solo soy un simple asistente, en estos momentos quiero meterme bajo tierra, en especial porque tengo la mala manía de ser un tonto frente a gente importante, bien casi frente a todo el mundo.

 

La fiesta continúo y fui a beber un poco más, en realidad quería deshacerme de la idea que quede como un tonto frente a una estrella del béisbol, fue cuando me acerque para tomar algo de comida y los escuche hablar a Youichi con su madre.

-Mama ¿En serio teníamos que venir? La señora Sawamura es linda, pero su hijo es un completo idiota fracasado que ni siquiera pudo reconocerme y según trabaja para una agencia de deportes, seguro que es un mensajero que pasa la mayor parte del tiempo bebiendo y lamentándose de su vida.

-Hijo.

-Hablo en serio-contesto ante el regaño de su madre pero al girar me vieron tras ellos con el plato en la mano.

-¡Hehehe! Esta bueno el curry de mama, rico. Con permiso.

 

Regrese a Tokyo esa noche para seguir con mi fracasada vida, me tire en el sofá para mirar películas viejas topándome con una la cual me hizo sentir como la protagonista, tome una botella de vodka y bebí para regocijarme en mi miseria, mientras la veía.

 

Y siendo casi año nuevo la pasare con mis mejores amigos, en un bar dando una vista a nuestras memorias. Digo quien recuerda a Kuramochi Youichi.

 

-¡Kuramochi Youichi! ¿Le pediste su autógrafo?

-¿Ah?

-Lo siento Eijun-kun no te pongas así, digo es solo un tonto.

-Lo se Haruichi, pero un tonto que es capitán del segundo equipo de béisbol más famoso del país y jugador prominente.

 

Este peli rosa es mi amigo de la universidad, Kominato Haruichi o como yo le digo Haruchi, él es abogado, curioso no para alguien tan pequeño solo que su hermano tambien lo es y dicen que en la corte dan algo de miedo.

 

-Al demonio, todos al demonio. Ahora te juzgan por lo imbécil que eres, tú ganarías el premio Wamura.

-¡Hehehe! Se supone es un alago.

 

Este es Kanemaru Shinji, un malhumorado pero algo tsundere aunque periodista, me cae bien lo conocí dos meses después de salir de la universidad.

 

-Creo que deberías, hacer nuevos propósitos de año nuevo.

-¿Cómo qué?

-Tal vez, dejar de beber, buscar empleo y por supuesto pareja. No puedes estar solo para siempre.

 

Toujou Hideaki, él es como la calma en el caos aunque se pone mal cuando corta con una novia y termina por hablarme largas horas hasta que se calme. Su trabajo, conductor de radio.

 

-Chicos, pero los amo ustedes son mis incondicionales.

-¡Otra ronda para los incondicionales!-levanto la mano Kanemaru.

 

Aun así les hice caso, en cuanto regrese a casa compre un diario para escribir lo que hare este año y tal vez pueda recuperar algo de cordura y serenidad. Primero que nada, debo dejar de beber mi barriga está poniéndose algo inflamada así que propósito número uno “Fuera bebida”, ahora el dos, será hacerme notar en el trabajo, digo no seré una estrella pero al menos sé que puedo hacerlo. Propósito número dos “Ser un agente de ensueños”, para cerrar con broche de oro, una pareja pues no pido tanto, solo que sea linda, amable, no este loca y por cierto, no me trate como un idiota. Propósito tres “Buscar pareja”.

 

Primero de enero, regrese a mi trabajo en la oficina y mi jefe como siempre me ignora, a veces creo que ni siquiera sabe mi nombre.

-¡Buenos Días Kataoka-san!-le saludo al entrar al elevador.

-Buenos días….Dokimura.

-¿Dokimura?

-¿Dijiste algo?

-Nada, que tenga un bien día.

-Sí.

 

Vaya, ahora estoy seguro que no sabe cómo me llamo, bueno ya que solo quiero sentarme en mi escritorio a trabajar ¿De qué se trata mi trabajo? Bueno, se supone que los deportistas vienen con nosotros para que los promocionemos así como protejamos sus intereses. Ahora mismo está el cliente número uno de la firma, Miyuki Kazuya.

 

La risa burlesca de este cátcher de los Yomiuri Giants invadió toda la oficina pues mi jefe tenía una junta con él a primera hora, es apuesto y genio para el béisbol, además según escuche por las empleadas es un gran amante. Vamos, no puede ser tan.

-Dokimura, ven aquí.

Maldición, mi jefe me llama a su oficina. Al entrar pude oler ese perfume caro que una vez vi en la tienda departamental, no recuerdo su nombre.

-Dokimura, quiero que traigas café para nuestro invitado.

-No, está bien-sonrió tranquilo Miyuki Kazuya.

-Claro que no, para eso está.

-Bueno, en ese caso un mokaccino estaría bien.

-Mokaccino, seguro ahora vengo-conteste pues su presencia era algo abrumadora, nunca había estado tan cerca, solo que paso algo inevitable, al salir me tropecé con un extensión y caí justo frente a su, ya saben. Él estaba ahí sentado y yo entre sus piernas mirando su, ya saben. Me pare enseguida completamente rojo, lo sé porque me vi en la vitrina de la pared de la oficina-Esto, yo.

-¡Hahaha! Descuida me pasa muy seguido.

-¿Caen frente a sus testículos?

-No, caen ante mis pies-sonrió de manera ladina. Mátame Dios, esto no puede ser más vergonzoso, salí casi corriendo de ahí y fui por los dichosos cafés. Al regresar ellos hablaba de su próximo contrato para el equipo.

-Dices que quieres más.

-Kataoka usted y yo sabemos que les hago ganar mucho con los comerciales, exijo lo que es mío, 10,000,000.00 millones no es suficiente.

-¡Mierda tanto!-exclame, los dos seme quedaron viendo y me cubrí la boca, deje los cafés y salía cuando de la nada me golpearon en el trasero, de inmediato volteo con el jefe y este estaba metido en la laptop sacando cálculos así que mire a Miyuki y este me veía con esa maldita sonrisa.

-Buen café.

 

¿Buen café? ¡Este loco! Pensé que solo mi tío que no es mi tío haría algo como eso, quiero partirle la cara, todo el día pase enfurruñado en el escritorio mirando de vez en cuando al idiota ese hablar por sus millones. Fruncí el ceño y mostré mi lengua.

-Eijun.

-¡Ah! Haruno ¿Qué pasa?-me asuste cuando ella me hablo, la otra asistente de la oficina, era linda y hasta tierna, aunque si hablamos de torpezas ella se lleva las palmas.

-Es que me pidieron que te diera esto-entrego una nota.

-Gracias.

 

La leí y casi me caigo de la silla, no, en serio casi me caigo de la silla pues la nota era de Miyuki Kazuya, el cátcher estrella de los Yomiuri Giants.

 

“Hola Sawamura, supongo que no eres Dokimura como dice Kataoka-san, descuida será nuestro secreto. Ahora, me gustaría saber ¿Qué harás hoy en la noche? Este es mi número, mándame WhatsApp”

 

PD: Tu trasero esta tan bueno como el mokaccino”

 

No era broma, él me estaba coqueteando, digo no soy gay, pero no se sentía mal que un hombre te coquetear, ¡Dios! Soy un casanova. ¡Ah! No Eijun regresa a la tierra, él es una estrella del béisbol y todo lo contrario a lo que pediste.

 

“Disculpe señor Miyuki Kazuya, pero no estoy interesado en los hombres. PD: Hago ejercicio por esto está firme”

 

 

Le conteste….

 

Los días pasaron y con ello los coqueteos de este sujeto, paso de mandarme mensajes ha regalos, una pelota autografiada, un fotografía ¡Hahaha! Le hice bigotes y pinte cuernos de diablo, pero este no se rendía, luego me puse a pensar ¿Sería tan malo? No es que sea interesado ni nada pero ¿Sería malo salir con otro hombre?

 

Un día mientras tome el ascensor para bajar e ir a casa tras un día largo de trabajo, el subió tambien, la verdad no sabía que hacer o decir después de todo lo que hizo para llamar mi atención.

-Sabes Sawamura.

Le mire y parecía brillar como un maldito sol ¡Mis lentes!, bueno esa sensación me dio pero no pudo decir mucho porque subió otro de los empleados que se la paso preguntándole por la temporada y los demás jugadores para finalizar con un autógrafo de este. Al fin nos dejaron solos me acorralo contra la pared del ascensor y presiono el paro de emergencias.

-Bien, hablemos claro Sawamura, me gustas.

-Sabe, soy algo claustrofóbico.

-Al diablo eso.

-¿Saldrás conmigo o no?

-No.

-Sabes quién soy ¿Verdad?

-Un mujeriego, egocéntrico y buen amante-dije, aunque eso último se fue de más, cubrí mi boca y trate de empujarle pero puso su mano sobre mí, ya saben.

-¡Hahaha! Así que buen amante.

-¿No escuchaste lo demás?

-Me juzgan sin saber, pero lo de buen amante ¿Te gustaría comprobarlo?

-No.

-Eres terco.

-Y tu un bravucón.

-Gracias.

-¡No era un cumplido!

Como pude presione el botón y no tardo en abrir las puertas, él se quitó de encima y salí tan rápido como mis pies me lo permitieron topándome con mi jefe.

-Oh, Dokimura. La cena del nuevo contrato de Miyuki quiero que me presentes antes que yo lo presente.

-Sí, claro.

 

Después de eso me fui sin ver atrás. Esa noche cuando en el bar donde nos reuníamos siempre les dije a mis amigos al respecto, sus sabios consejos me ayudarían.

-Que te coja.

-¿Qué? Kanemaru estas demente.

-¿Por qué no?

-Dicen que duele mucho.

-Haruchi no es de ayuda.

-A ver, dime una cosa Eijun ¿Te gusta de alguna manera? Lo digo porque no paras de hablar de él.

-Bueno, es que…

-Lo ves Toujou, que le coja y luego decide.

-¡Kanemaru!

Lo sabía, me gustaba su forma de ser conmigo nadie me había tratado así antes, tenía mi atención y no podía negarlo.

-Bien chicos, en el supuesto caso que le haga caso ¿Qué debo hacer?

Ellos se reunieron lejos de mí y luego se acercaron a la mesa muy serios.

-Primero que nada, ese día debes ir mejor que nunca, un buen traje, aseado, deslumbra a todos-me dijo Haruichi.

-Entiendo, deslumbrar.

-Y cierra la boca, a menos que se la vayas a mamar.

-¿Qué?

-Lo que Shinji quiere decir, es que no trates de hacerte el listo que todos sabemos que eres un idiota. Por lo menos lee un poco de la situación mundial, no se para que no parezcas tan tonto.

-Toujou, sabes que te quiero.

-¡Hehehe! No eres mi tipo. Por último, date a desear no seas fácil.

-No ser fácil, anotado. Bien ¿Algo más?

-Sí, rasúrate.

-¿Rasurar dónde?

Todos miraron hacia abajo.

 

El gran evento era esa noche, así que hice todo leí algunos libros en internet, además de artículos deportivos del mundo para parecer interesante y saque mi mejor traje, pero cuando estuve frente al espejo del baño con una rasuradora me petrifique. Digo, jamás me había depilado esa parte, me gustaba como estaba grande y frondoso. Bueno lo hice, se fue. Tras la camisa note que mí me cerraba por completo el saco, no era porque no había comprado un traje de gala desde que iba en primer semestre de la universidad y ahora tenga 27, está bien, puede que sea eso por lo que decidí ir por la vieja amiga de todo el mundo, la faja.

 

A la cena asistieron deportistas de todas partes tanto de la agencia como de otras, beisbolistas de equipos de todo Japón se entregaron a la firma de autógrafos así como de fotografías. Claro que yo, lucía un perfecto traje y rasurado.

-¡Hehehe! A rondar por ahí-me dije a mi mismo, luego mire a Miyuki quien me vio de arriba abajo y señalo con el pulgar en forma de aprobación «Misión cumplida…» pensé. Cuando me topo con él, Kuramochi Youichi.

-¿Qué haces aquí?

-Eres tu-me señalo viéndose menos vándalo con un traje y corbata.

-Lo siento, mejor…-trate de alejarme pero frente a mí se paró Rei, la mejor agente quien me abordo.

-Eijun ¿Lo conoces? ¿Me presentas?-sonrió ella como siempre, claro pues tenía una presa a la vista.

-Esto, Rei él es Kuramochi Youichi short stop de los…

-Fukuoka SoftBank Hawks, es un placer Takashima Rei agente deportivo-ella le entrego su tarjeta.

Me quede parado ahí mientras ella se promocionaba hasta que decidí ir por un trago, suspire ya que era horrible ver a ese tipo después de lo que me dijo en la fiesta de navidad.

-Espero por ver tu discurso.

-Miyuki Kazuya.

-Me llamas por mi nombre completo, tal vez solo Miyuki o Kazuya, voto por el último.

-No puedo, eres un cliente-le conteste haciendo el difícil, bebiendo la copa de vino.

-Oh ¿Y por eso no quieres acostarte conmigo?-contesto, escupí el líquido en la espalda de uno de los clientes y volteo enojado.

-Disculpe, lo siento.

-¡Hahaha! No te enojes, fue un accidente-me rescato, eso fue amable de su parte, aun así su sonrisa parecía guardar algo. Al mirar Kuramochi estaba viéndome, parecía molesto creo que aún me cree un idiota.

 

La hora de presentar a mi jefe llego y con ello, lo que llamo hora de tonto, trate de hablar pero el micrófono no serbia, no sabía que hacer hasta que.

-¡Oigan!-grite y todos por fin voltearon conmigo-.Esto no funciona así que hablare fuerte. El día de hoy presentamos a nuestro jugador estrella-dije, solo que mire a todos los que estaban con la agencia así que trague saliva-.Esto, todos son estrellas, tu Yukimura, tu tambien Kotetsu, todos pero hoy es la noche de Miyuki Kazuya. Pero para presentar a este afamado cátcher Kataoka Tesshin, un aplauso.

Todos aplaudieron, mire a la gente y note a Kuramochi quien parecía estar juzgándome.

-Gracias, gracias, solo tenemos que encender esto-presiono el botón que nunca se me ocurrió presionar y el micrófono encendió, claro que todos se burlaron de mí.

-Maldición.

 

La barra de bufet parecía ser mi único consuelo cuando mire de nuevo a Kuramochi, este seguía teniendo esa mirada de yankee así que trate de disimular cuando alguien tomo su brazo.

-Sawamura, ese discurso fue interesante.

-Sí, claro tanto que me hizo sentir idiota.

-No, para nada-Miyuki miro hacia donde Kuramochi pues podía sentir su mirada como yo y me pregunto-¿Lo conoces?

-Sí, su madre es amiga de la mía, es todo.

-Ya veo ¿Qué dices si mejor vamos a cenar algo mejor que esto?

-Lo que sea por salir de aquí.

 

Miyuki me llevo a un buen restaurante y yo trate de lucir listo hablándole de la situación mundial del deporte pero este solo cubrió mi boca.

-Al demonio con eso, dime una cosa ¿Conoces desde hace mucho a Kuramochi?

-Eso, pues según él una vez jugué desnudo en su piscina inflable de niños aunque yo no lo recuerdo.

-Entiendo, suena pervertido.

-¡Hahaha! Si verdad. Pero ¿Tu de donde lo conoces?

-Digamos que fuimos amigos en la preparatoria por tres años, hasta que.

-¿Hasta qué?

-Se robó a mi novia, un día llegue a su habitación para hablar con el de un juego y me los encontré  en la cama.

-Que bastardo, lo que tiene de yankee lo tiene de sucio.

-¡Hahaha! Tiene una cara de maleante.

 

La cena fue buena y salimos del restaurante, estaba por pedir un taxi cuando me abrazo por la espalda, sentí su cálida presencia muy cerca en especial cuando pego su, ya saben contra mí.

-Creo que es tarde.

-Vamos a mi departamento.

-No creo que sea bueno esto.

-Solo es sexo ¿Qué más puede pasar?

-Yo…-me beso, el me beso llenando mi boca con su saliva e introduciendo su lengua, sabia como moverla me hizo sentir muy extraño, distando a hacerlo con una chica así que termine yendo a su departamento.

 

Ni siquiera recuerdo cómo llegamos a su alfombra, paso su mano por mi entrepierna frotándola en ese punto, no pude evitar gemir un poco por lo que se rio de mí.

-No te rías.

-Me gusta el sonido de tu voz.

-Eso no te lo creo Miyuki.

-Tendré que hacerte gemir más para que lo compruebes-me dijo, retirándose el saco y corbata, luego hizo lo mismo conmigo y al ver que desabotonaba la camisa recordé la faja.

-¡Espera no!-trate de cubrirme pero fue tarde, la vio.

-¿Qué es esto?

-Una faja.

-¡Hahahaha! No puede ser, pero tienes un cuerpo perfecto.

-Pero este traje es de la época cuando tenía 19 así que no me quedaba igual. Lo siento-desvié la mirada pues estaba avergonzado, sin embargo el la retiro de un solo tirón, tocando mis oblicuos.

-Te lo dije, tu cuerpo es increíble, tus músculos no son tan prominentes pero puedo sentirlos con mis dedos, y haces que esto, tenga su atención-al decirme eso pude sentir su, miembro, lo dije. Estaba duro y yo no estaba lejos de eso.

-Oye, espera que jamás he.

-Descuida, te cuidare bien-sonrió besándome de nuevo, sus labios eran casi delirantes, tomaba egoístamente cada parte de mi boca, introdujo su mano dentro de mi pantalón para tomar mi miembro, jamás alguien me había tocado así y cuando comenzó a masturbarme fue aun peor pues todo mi cuerpo se estremecía, sentí algo en mi interior como si necesitara que el tocara cierta parte en mí.

-Miyuki…

-Sawamura, voy a meter un dedo en ti.

-Espera ¿Qué?

-Todo está bien, solo dolerá un poco al principio.

Un poco dijo pero dolió horrores, su dedo era gran tanto como el mío y no dejaba de pensar ¿Qué pasaría cuando tratara de insertar su pene? No, me arrepentía cuando no sé qué paso, toco algo dentro, algo dentro que me hizo correrme al instante.

-¿Qué…es…eso?-le pregunte, el me beso y susurro a mi oído.

-Eso, es tu próstata.

Después de eso, me hizo sentarme sobre sus piernas y llevo su miembro hasta mi entrada, me asuste así que trate de quitarlo pero en cuanto entro una parte no pude evitar gemir, cubrí mi boca pero él sonreía como siempre, sabía que estaba provocándome eso, poco a poco entro más hasta llegar a golpear ese mismo punto, no pude evitarlo se sentía tan bien que solo me aferre a su hombros mientras comenzó a moverse, tocando mis muslos para hacer que moviera mis caderas tambien, la presión dentro fue tan satisfactoria llena de placer al tocar una y otra vez ese punto que me perdí, el tiempo paso como si fuesen siglos, mi miembro de nuevo se puso duro y lo tomo en su mano.

-Miyuki, espera no…-trate de evitarlo pero lo hizo de nuevo, me masturbo casi al mismo ritmo con el que me penetraba, estaba teniendo sexo con otro hombre y fue excitante.

Hasta que pude ver como Miyuki tambien se sentía al límite, frunció la boca.

-Me voy a correr.

-Yo…yo tambien.

Los dos nos vinimos, mi semen estaba regado por toda nuestra piel y cuando el saco su pene de dentro mío, algo más salió.

-Miyuki.

-¿Si?

-¿Usaste condón?

-¿Por qué? ¿Temes salir embarazado?

-¡No es eso!

-Tranquilo, lo use, mira lo que sale es el residuo del condón no de tu interior.

-Me alegro-suspiro, luego el me tiro a la alfombra de nuevo y me beso.

-En serio me volviste loco.

-Creo que puedo decir lo mismo-sonreí

 

Y así, comenzó esta relación entre nuestro cliente y yo, cada que visitábamos el estadio para firmar contratos de comerciales Kataoka me llevaba para ayudarlo, Miyuki y yo nos escabullíamos para estar solos, teniendo sexo en los lockers, incluso en el baño. Era genial, se podría decir que tenía novio, no como mi madre hubiese querido pero si, era mi pareja.

 

Así que al día 1 de marzo, tenía pareja y mis unidades alcohólicas bajaron a solo tres cervezas por semana y con la atención de Miyuki hacia mí, el jefe me ponía más atención.

 

Una noche después de tener sexo en mi departamento, me recosté sobre la almohada y le miraba dormir o creí que estaba dormido.

-Sawamura, no me mires así.

-Lo siento, pero quería saber algo.

-¿Qué cosa?

-¿Somos pareja?

-Vamos, llevamos solo un mes así.

-¡Hehehe! Es cierto, es pronto-sus palabras fueron algo desconcertantes, pero algo más se desconcertaba en mi vida. Mi móvil sonó y conteste al ver que se trataba de mi madre.

 

Llamada…

-Mama, es tarde.

-Eijun, me gustaría verte.

-Nagano esta algo lejos.

-Descuida hijo, estoy en Tokyo.

-Mama ¿Qué haces en Tokyo?

 

La respuesta se presentó ante mí con un trabajo en un centro comercial de vendedora, al verla un hueco se abrió en mi estómago.

-¡Eijun!-todo mundo en la tienda me volteo a ver. Fuimos a un café y me solto la bomba.

-Deje a tu padre.

-¿Qué?

-No soy nada para el más que un mueble en la casa.

-Mama, no creo que eso sea cierto.

-Eijun no soy tonta, tu tambien me sientes como una molestia. Tu abuelo trato de disuadirme pero no pudo, estaré bien un conocido mío de cuando vivía aquí me acogió en su casa.

-¿Segura de eso mama?

-Sí.

 

Mis amigos trataron de consolarme pero fue en vano, y ese fin de semana fui a ver a mi padre, este parecía alma en pena, tomo su viaje guitarra y comenzó a tocar canciones, de esa corta venas en el jardín. El abuelo estaba a punto de darle con el sartén para que fuera por mama pero como estaban las cosas no creo que fuese el momento.

-Ella ya no me ama.

-Papa, te ama pero a veces debes decirle.

-¿Tu que sabes no tienes a nadie?

-Lo tengo papa.

-¿Novia?

-Algo parecido-le dije, claro que no le revelaría que era un hombre porque terminaría acabar con su autoestima.

 

Regrese a Tokyo para continuar mi trabajo, pero cierto día me llego una invitación para una boda, se trataba de una de las amigas de mi madre. Yo no quería ir pero ella no me lo perdonaría así que le dije a Miyuki y dijo que me acompañaría, el evento seria en Nagano. Esa tarde Miyuki me recogió en la puerta de mi departamento.

-No pensé que irías.

-Necesitas apoyo moral, en especial ahora que tu madre esta con ese hombre.

-Papa es quien me preocupa. Gracias por venir.

-Descuida.

El viaje en auto fue genial, sobre todo cuando pasamos cerca del mar pero al dar la vuelta en una montaña un enjambre de abejas paso y una de ellas me pincho, no sabía que era alérgico por suerte Miyuki me al médico del motel donde nos quedaríamos, ahora parecía un maldita ardilla con mis mejillas inflamadas.

-¡Hahahaha!

-¡Cállate!

-Es que ¡Hahaha! Tu cara.

-¡Deja de reírte!

Se burló de mi mientras nos registrábamos cuando llego otro invitado, era Kuramochi Youichi la persona que menos quería me viera así.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a la boda de una amiga de mi madre.

-Significa que la misma boda. Que suerte.

-¿Qué dijiste?-se le hincho la vena y se me acerco pero Miyuki salió al frente.

-No tan cerca Mochi.

-Miyuki.

-Tanto sin vernos.

Casi podía ver como salían chispas de ellos así que interpuse.

-Hey, no deben hacer una escena.

-Nadie hace una escena, idiota.

-¡No me digas idiota!-le conteste, pues ese tipo me hacía sacar canas.

-Youichi, mande que llevaran las cosas-una mujer entro al lobby, este asentó.

-Sí, ya voy Natsukawa.

Ella se nos quedó mirando fue cuando la reconocí, ella era agente deportiva pero de otra agencia.

-¿Eres Sawamura Eijun de AllStar Spokon?

-Sí, tú eres.

-Natsukawa Yui, soy la agente de Youichi.

-Qué suerte tienes-le sonreí aunque se notaba que era mi sarcasmo al flor de piel.

 

Miyuki y yo nos dirigimos a nuestra habitación, este nunca nos quitó la mirada de yankee de encima así que me mostré la lengua y este me hizo una seña con el dedo.

 

En la habitación Miyuki no paraba de reir por la acción de ese tipo, luego nos fuimos a pasear al templo  pues tenía una gran escalinata, este se emocionó y parecíamos niños jugando saltando de un lado a otro. Casi como una pareja de enamorados.

-¡Marco!

-¡Polo!

Los dos reíamos como un par de idiotas escondiéndonos entre las columnas del lugar, Miyuki no conocía el lugar así que debía mostrárselo pues solía jugar ahí de niño. De pronto en un giro me volví a topar con Kuramochi quien estaba parado junto a una banca donde Natsukawa revisaba su móvil tal vez trabajando desde el, por su parte Kuramochi simplemente se nos quedó mirando.

-Que infantiles, una estrella no debería comportarse así ¿No crees?

-No.

 

Miyuki me abrazo por detrás besándome frente a ellos, jamás pensé que lo haría pero lo hizo y ciertamente lo disfrute. Esa noche tuvimos un placentero sexo y al día siguiente la boda, ambos estábamos en la cama mirándonos.

-Miyuki Kazuya.

-Parece que nunca me dejaras de llamar por mi nombre completo.

-¡Hehehe! Me gusta molestar, pero…-me acerque recargando mi barbilla en su pecho-Te amo.

Lo dije, dije que lo amaba pero después hubo un momento de silencio incómodo y al ver su rostro este sonrió.

-¿Quieres hacerlo de nuevo?

-Lo que dije.

-¡Hahaha! Sawamura, mejor dejemos llevar por el momento.

 

No sabía que pensar, la mañana siguiente al despertarme estaba mirándome sentando en una silla, vestido y no precisamente con lo que llevaría a la boda.

-¿Qué pasa?

-Lo siento, el entrenador me llamo resulta que el equipo está pasando por algo grave, un compañero se lastimo.

-No puede ser ¿Esta bien?

-Sí, pero no puede jugar el lunes así que seré yo quien decida quien será el pitcher, debo regresar ahora mismo.

-Pero la boda.

-Sawamura, esto es importante.

-Yo lo entiendo-era mentira, no lo entendía pero no podía disuadirlo pues sabía perfectamente lo que era lastimarse para un pitcher.

-Me iré pero mandare un taxi por ti para que no tengas que viajar en tren ¿Este bien?

-Gracias.

 

Lo despedí en la puerta, ya me había cambiado así que fui a la boda donde me topé con mi abuelo quien parecía decepcionado.

-¿Qué pasa abuelo?

-Tu padre esta como Magdalena llorando en aquella columna.

-¿Por qué?

-Tu madre trajo al hombre con quien vive.

-No me digas-suspire y fui a verle. No me gustaba verle así pero me senté a su lado.

-Tu madre me acaba de matar.

-Papa.

-Vamos se valiente y no le hagas ver que estas mal, seguro que ella regresara.

-Hijo-me miro a los ojos y luego la pregunta del millón-.Dijiste que vendrías acompañado.

-Sí, bueno tuvo que regresar a Tokyo.

-¿Una novia?

-Es que no quiero hablar de eso así.

 

Regresamos a la ceremonia y al terminar dio inicio la fiesta en un jardín japonés muy bello, todos parecían estar alegres, mi madre se paseó con su amigo y yo solo tuve que tolerarlo, hasta que mi tío apareció.

-Mi querido Eijun.

-Tío, se le ve bien.

-¿Y tú? Pensé que traerías a una linda chica.

-¡Hehehe!

-Sí, Eijun dijiste que traerías a alguien ¿Dónde está?-pregunto mi tía, de pronto me sentí el centro de atención de todos, Kuramochi incluso se acercó para ver mejor mi muerte social.

-Él tuvo que irse.

-¿El?

-Sí, “el” yo salgo con otro hombre-cerré los ojos pues sentía que la familia completa como amistades me juzgarían pero al abrirlos sonrieron.

-Vaya, pensamos que te quedarías solo, nos asustaste.

-Esperen ¿No importa que sea otro hombre?

-Hijo, te amo.

-Somos familia.

Nunca espere eso, pero me alegra que no me hayan juzgado aunque siempre alguien lo arruina.

-¿Y quién es él?

-El, ok…

-Miyuki Kazuya el cátcher titular de los Yomiuri Giants.

-¡Oh! Hijo.

-Eijun, bien hecho.

-Que suertudo.

-Gracias.

-No puedo decir lo mismo-comento Kuramochi, claro que me enojo eso.

-Creo que Miyuki diría lo mismo que tu-le mire fieramente.

 

Por fin la tortura termino así que regrese a Tokyo ya noche, decidí ir al departamento de Miyuki, con lo tarde que era pensé que estaría ahí así que decidí sorprenderlo con una pizza y cerveza para aliviar su estrés.

-Sawamura-me recibió en la puerta.

-Cena.

-Sabes que no puedo comer eso ahora.

-Solo es un poco, además…-de alguna manera no me dejaba entrar-¿Puedo pasar?

-Estoy ocupado.

-Pero el estadio cerro hace una hora.

-Lo sé, solo que…

De pronto lo vi, un abrigo en la puerta, uno que no era de él. Lo empuje dejando la pizza y cerveza en la mesa.

-Oye, Sawamura.

-No estás solo.

-¿Qué?

Fui hasta su cuarto y al abrir la puerta no había nadie, me sorprendí.

-No hay nadie.

-Te lo dije.

-Pero el abrigo.

-Me lo regalaron hoy por eso no lo conocías, decidí ponérmelo.

-Sí, que tonto-sonreí pero al dar un paso fuera escuche ruido, me regrese hasta el baño y ahí estaba una mujer desnuda, que se metió a la tina-¿Solo?

-Puedo explicarlo.

-No lo creo.

-Kazuya dijiste que era Eijun era un linda chica.

-¿Qué?

 

No podía creerlo, me sentí un completo idiota salí de ahí y él ni siquiera me siguió. Mi apartamento se veía tan vacío pero creo que dentro de mí estaba aún peor, una total soledad. Tome una botella que guardaba para emergencias y bebí hasta fondo.

 

Continuara…

Notas finales:

Muchas gracias por leer!

Nos vemos.


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