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Camino a Best-Seller por Richie Ness

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Notas del capitulo:

He visto que más personas se animan a comentar y eso me hace muy feliz. ¡Gracias a todas las personas que me leen y dejan su comentario!

Disfruten la lectura. 

Camino a Best-Seller

Capítulo Siete

—Donde nace la leyenda—

 

     La nueva casa de Sasuke era de tamaño medio, dos recámaras, la cocina y sala de buen tamaño, el baño estaba equipado con inodoro y bañera inteligentes, en resumen, una casa de última generación japonesa a un precio accesible. Cuando usas el renombre de Konoha en algunas cosas puedes obtener ventaja. Aunque el premio lo conseguía por mucho el amplio y cómodo estudio, consistía en tres paredes revestidas de roble, mientras que la cuarta pared era únicamente de puro vidrio. Una ancha ventana de suelo a techo con control remoto para polarizarse, entre otras tantas opciones. Tenía vista completa a gran parte del distrito, las calles y callejuelas se deslizaban entre los edificios como venas de asfalto, incluso podía ver a la gente pasar, haciendo su vida.

     No se sentiría solo.

     —¿Cuánto costó todo esto? —preguntó Sasuke con la boca abierta, apretaba el botón del control remoto viendo al vidrio oscurecerse y aclararse.

     —Lo suficiente, asegurándome de que no sufras por la comida y las necesidades básicas hasta el lanzamiento de tu próxima novela. —Arranqué el control de sus manos. —Así que evita descomponer cualquier cosa.

     —Todo es tan… lujoso —barrió el estudio en todas direcciones.

     —Y no has visto lo mejor, prueba la silla del escritorio.

     —Es confortable, pero ¿no crees que es muy voluminosa? —Sasuke se arrellanaba una y otra vez buscando el punto perfecto entre tantos cojines.

     —A tu lado hay un control, diviértete con él.

     Sasuke tomó el control y modificó las diferentes características de la silla, entre ellas hacerse más suave, dar masajes en diferentes partes del cuerpo o calefacción.   

     —¿No es el lugar perfecto? —miré a través de la ventana, admirando el hermoso paisaje urbano. —Transmite tranquilidad e inspiración. Aquí nacerá tu leyenda, Sasuke. ¡El más grande escritor de Konoha! —extendí mis brazos, dramático.

     —Esperas mucho de mí, me sentiría mal si no lleno tus expectativas —dijo con voz trémula debido al agitado movimiento de la silla.

     —Lo harás, tienes al mejor editor a tu lado.

     —Egocéntrico…

     —Las cosas como son —sonreí confiado. —Haruno y Nara no sabrán qué los golpeó.

     —Es verdad, ya pasó un mes desde mi debut, ¿cómo están los números? —Sasuke detuvo el masaje y se reincorporó serio.

     —Nara te aplastó sin misericordia —dije sin dudar. —Tu novela se estancó en la segunda edición, mientras que la de Nara ya va por la tercera y lo traducirán al inglés, mandarín y coreano —por un segundo en los ojos de Sasuke se reflejó temor. Supongo que, por primera vez, comprendió al semejante titán que estaba enfrentando. —Lo harás bien —dije para animarlo.

     —Lo sé —suspiró. —Me siento capaz de escribir algo que competir contra Nara.

     Me acerqué a Sasuke, apoyé mis manos sobre los reposabrazos de la silla y me incliné hacia adelante.

     —Pero… —lo incité a terminar.

     —Pero al ser un novato es probable que me limiten a la hora de publicar la novela —dijo titubeando, —y no estemos en igualdad de condiciones.

     —No te preocupes por eso, tú solo céntrate en escribir —susurré con el corazón acelerado. ¿Sasuke siempre había olido tan bien? ¿Siempre se había visto tan apuesto de cerca?

     ¿Tan maduro y seductor?

     Sasuke inició un caluroso beso, nuestras lenguas se entrecruzaron. Me senté de frente sobre sus piernas, nos abrazamos fuerte, le quité la camisa y deslicé mis manos por su tonificado cuerpo. Sasuke hizo lo mismo, nuestras ropas terminaron dispersas por toda la oficina. Yo me preparaba para mamársela, pero él me detuvo. De un solo movimiento me recostó boca abajo sobre el brillante escritorio de cedro, escupió en su endurecido pene y me lo metió de una potente embestida. Grité de dolor que rápidamente se convirtió en placer. Me tomó del cabello y tiró fuerte de él. El escritorio se sacudía descontrolado, las embestidas de Sasuke tiraban al suelo los lapiceros y papeles. Yo gritaba pidiendo más de todo. Me nalgueaba dejando marcas llameantes en mi lascivo culo que tragaba complacido la enorme verga de Sasuke.

     Cuando creí que mi mente se perdería en un mar blanco de placer, Sasuke me arrastro hasta la cuarta pared, presionándome fuerte contra el vidrio que despolarizó de inmediato.

     —¡No, Sasuke, nos van a ver! —exclamé con la verga bien metida.

     —¡Cállate! ¡Que todos sepan lo sucio que eres! ¡Solo mira esa cara lujuriosa que tienes!

     Y era verdad, en el reflejo del vidrio me podía ver con una expresión obscena.

     —Está bien —gemí. —Que me vean siendo tuyo, que todos sepan que soy de Uchiha Sasuke.

     Como si hubiera encendido el instinto de un toro desbocado, Sasuke comenzó a metérmela con ímpetu. Nuestras pieles chocaban. En mi ano sentí una insaciable hambre de verga. No sentía suficiente placer, necesitaba más y más.

     —¡Azótame! —rugí ferviente. —¡No te contengas!

     Sasuke tomó el cinturón de su pantalón y blandiéndolo en el aire, comenzó a flagelarme. Con cada golpe sentía que mi conciencia escapaba a otro lugar lejos de mi mente. Mis piernas flaquearon, caí rendido al piso desparramando mis jugos.

     El cinturón abrazó mi cuello, presionándolo, la asfixia se sentía tan bien. Babeaba, mis palabras salían como meros balbuceos. Me imagina a Sasuke igual a una bestia sexual, usándome a su antojo. El chorro de semen atestó mi ano, pero Sasuke siguió manteniéndolo adentro, todo escurría por mis muslos temblorosos al borde del colapso, el exceso caía al suelo en pedazos viscosos. Estaba abatido sobre el suelo con una expresión de extremo placer.

 

     Nara había permanecido en la misma página al menos por una hora.

     —Sigo sin verle el problema—dije después de releer esa parte por enésima vez.

     —No es el borrador —ni se dignó a mirarme. —Hay algo que no me cuadra.

     —¿A qué te refieres? —pregunté irritada.

     —A Uchiha y esa novata. Leí el borrador que dejaste mientras ibas al baño.

     —¿Qué hiciste qué? No puedes andar por ahí agarrando mis cosas —ahora estaba indignada.

     —Técnicamente no son tuyas. Desde esa vez la idea me está dando vueltas en la cabeza —alzó su mirada y la posó sobre mí. —¿Piensas ir a la editorial?

     —¿Qué tienes planeado? —lo que fuera que pensara Nara, no era nada bueno.

     —Te contaré si me llevas, no tengo ganas de tomar taxi ni ir en transporte público.

     ‹‹¡Qué niño tan mimando!››

     ¿Qué se supone que era? ¿Haruno la transportista? Le cobraría la gasolina a ese insolente.

    

     Cuando me recuperé estaba tendido en el sillón y una manta me cubría del frío aire acondicionado. Miré por la oscura ventana, pensé que estaba polarizada, pero ya había oscurecido. Sasuke se encontraba en el escritorio recién bañado y hasta hace unos segundos debió estar escribiendo en su computadora portátil. Me miraba juguetón.

     —Ahora el que se quedó dormido fuiste tú —dijo arrogante. —Creo que estamos a mano.

     —Cállate. —Me senté medio desnudo, Sasuke me puso los calzoncillos antes de acostarme.

     —Puedes tomar un baño si quieres, esa bañera inteligente es increíble. Arroja burbujas de masaje y las sales de baño son tan relajantes.

     —Todo esto es fruto de tu trabajo, Sasuke, intenta seguir esforzándote.

     —Nara no me vencerá esta vez. —Dicho eso comenzó a escribir.

     Acepté el baño que me ofreció Sasuke.

 

     Tuve que regresar a la editorial ese día para presentar mis horarios semanales que, por cierto, estaban incompletos, lo gajes de escaparse en horas de trabajo. Después de sobornar a la secretaria de control laboral con cupones de descuento en restaurantes, me dirigí a hablar con el director Hatake.

     —Sabe, siento que para el siguiente lanzamiento de Uchiha deberían expandir más el número de ejemplares por edición y…

     —Y tener características igualitarias en el lanzamiento nacional y un precio equiparable entre ambos —dijo el director como si se lo hubiera aprendido de memoria.

     —Pero ¿cómo?  —pregunté anonadado.

     —Llegaste tarde, hace poco vino Nara Shikamaru junto con su editora Haruno Sakura a pedir lo mismo que tú. Normalmente no soy tan flexible con los caprichos de los escritores, pero hay otro factor interesante en todo este asunto. —Al ver que no entendía lo que trataba de decirme, agregó: —Programé el debut de la nueva escritora para la misma fecha del lanzamiento.

     —¿Nueva escritora? ¿Ya hay fecha para la novela de Sasuke y Nara?

     ¿A caso era la aspirante que mencionó Haruno en aquella ocasión? Demasiada información para procesar.

     —Así es, el lanzamiento de los tres es el quince de Julio.

     —¡Es en menos de mes y medio! —salté de mi asiento. —Sin mencionar que tener a tres autores publicando el mismo día es perjudicial para el merchandising de la editorial.

     —De eso me ocupo yo, tú deberías meterle presión al escritor Uchiha. La editora Haruno hará lo mismo con Nara Shikamaru.

     No entendía nada, él se limitó a sonreír complacido. Parecía que se divertía con nosotros.

     La puerta sonó detrás de mí. El director indicó que pasaran. Acompañada del extraño y callado editor de la sección de acción Shino Aburame, estaba una joven esbelta de largo cabello rubio y ojos color aqua. Se veía tan elegante y frágil.

     —¡Ah! Llegaron en momento justo —el director Hatake se levantó de su silla. —Editor Uzumaki, permítame presentarle a la nueva escritora de Konoha. Yamanaka Ino.

—Fin del capítulo Siete—

Notas finales:

Gracias por leer

No olviden dejar sus comentarios, me ayuda a mejorar. 


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