Hoy no… hoy no tengo ganas de levantarme, ¿por qué nos tenemos que levantar temprano? Tenemos veinticuatro horas para hacer todos los pendientes, tampoco es como si todo el mundo durmiera las ocho horas que se supone necesitamos para rendir, y no es que piense que no las necesitamos pero me parece toda una grosería andar por la calle a las seis de la santa madrugada, a esa hora aún ni siquie… - ¡RING RING!
- ¡Ayyy! – Se escuchó el chillido por todo el edificio seguido por el golpe de un celular impactado contra el piso rebotando como si de una pelota se tratara – Carajo –respondía la llamada entre berrinches
- ¿Aló? ¿Director Hwang?... No, no… Ya voy en camino de hecho… ¿Qué? Nadie me dijo que el ensayo sería más temprano… ¡No! No le estoy gritando, disculp… Llego en veinte minutos.
Y así, el joven fastidiado colgó su celular para cambiarse a la velocidad de la luz, estresado como nunca y con el tiempo encima.
Mientras corría en un pie procuraba tomar del licuado de verduras que sostenía con una mano, con la otra acomodaba su tennis del pie que le estaba faltando para conservar el equilibro, agitando su hombro acomodaba el tirante de su maleta para que quedara justo en su clavícula y en cuanto terminó de beber el licuado al llegar al final del pasillo cerró la puerta de un manotazo solo para que el azote de la misma contra el marco le hiciera saber que la había cerrado bien.
Trotando y su respiración como si estuviera corriendo llegó después de diez cuadras al metro donde tuvo que esperar al menos cinco minutos para tomar camino entre carreritas contra otros civiles y la compra de una botella de agua en aquella máquina expendedora que ya se estaba descomponiendo.
Era un día fresco pero el sol ya empezaba a calentar la ciudad, Eunki usaba joggers no muy holgados, que aun así le quedaban un poco flojos por ser tan delgadito y una sudadera que ya le estaba haciendo sentir calor entre toda esa gente dentro del metro y para colmo, iba todo de negro, como si quisiera absorber todo el calor del sol de aquel día que pintaba a ser caluroso.
Después de unos minutos llegó al gran teatro, los carros de todos sus compañeros que tenían uno se encontraban estacionados en los alrededores de la manzana, haciéndolo sentir miserable por unos segundos
- El personaje principal y el único que no tiene carro, ¡Faltaba más!
Entró, saludó al staff, dejó apresurado la maleta en una butaca y fue corriendo hacia el escenario donde ya estaban reunidos sus compañeros listos para ensayar
- ¡Yo doy gracias a Dios que ésta sea la última función!, señorito, que cree que por ser el personaje principal, ¿Tiene derecho a llegar tarde?, pues déjeme informarle que todos llegaron hace ya media hora -Decía en tono regañón el director medio mal humorado, como si Eunki llegara siempre tarde a los ensayos
- Le pido una gran disculpa pero es que usted no me avisó que comenzaríamos una hora más temprano –se defendía
- Director Hwang, si me permite… -interrumpía la discusión un jovencito tímidamente -recuerde que nos avisó a todos del cambio de horario cuando Eunki estaba hablando con el coreógrafo… el realmente no sabía
Los tres se quedaron mirando uno al otro, los tres pensando como continuar, Eunki había dejado en claro que fue un malentendido, su compañero intervenía por él a pesar de ser la persona que menos hablaba entre todo el elenco y por otro lado el director pensaba si tenía ganas de seguir regañando a una sola persona cuando podía regañar al elenco completo y con un megáfono… no era una decisión muy difícil después de todo.
- Está bien, mi error, Eunki vaya y suba que su micrófono ya está listo, y usted Chen Le vaya con los de su escena, no sé si se dio cuenta que los dejó parados por venir a abogar por su ídolo – concluyó el director después de calmarse un poco.
Después de la leve discusión, todo iba normal, ensayo todo el día, maquillaje, peinado, vestuarios, pruebas de sonido, la función… aplausos, aplausos y más aplausos, la parte favorita de Eunki, el momento donde recibía el amor y la admiración de la gente, el momento donde se sentía amado y reconocido, aunque eso no fuera lo que había buscado desde el principio, ahora Eunki estaba feliz y conforme con lo que tenía, al menos, profesionalmente.
- ¿Irán a la fiesta de despedida? Será en el hotel Park Hyatt, el director hizo reservación del salón de eventos – Preguntaban entre compañeros del elenco
- No se podía esperar menos del director, un hotel de cinco estrellas
- ¡Uy! Y no has visto el salón de eventos, será la única vez en tu vida que te sentirás verdaderamente elegante
- ¿El director habrá pagado todo?
- Yo creo que la misma gente que trae con él ayudó a organizar, como él ya se va a retirar…
- ¡Bueno, bueno! ¿Van a ir o no?
- ¡Claro que sí!, los grandes musicales se despiden festejando el éxito a lo grande – Fanfarroneaba Eunki mientras terminaba de ponerse sus prendas deportivas
- Entonces, nos vemos en una hora, no más no menos – acordaron todos mientras se iban cada quien para arreglarse y lucir como nunca en la fiesta de despedida del musical y también, del director.
Eunki regresó a casa gracias a un compañero que vivía por la zona, lo dejó y rápidamente se metió a bañar, y ahí estaba, bajo la regadera, el lugar donde fluyen como nunca los pensamientos además de la cama, sobre la almohada antes de irnos a dormir.
Estuvo bien Eunki, salió muy bien, otro logro a la lista, un año de presentaciones no es cualquier cosa y mi cartera se siente halagada… ¿Debería descansar?... No, no me debo descuidar, un descanso me puede costar un papel igual de importante que en Ghost, aunque no es como si tuviera otro proyecto en las próximas fechas… ¡No Eunki! No has tocado suficientes puertas, debería seguir haciendo audiciones después de esto, ¿O regresar a la escuela de ballet? Quizá Lady Kim necesite un maestro para todos esos grupos, aunque preferiría seguir en los musicales, es mi vida, además la escuela de ballet inicia niveles cada primero de mes… ¿A qué estamos hoy? Junio, Junio… ¿Junio 16? Wow, hace ya cinco años de produce 101, del pequeño Eunki que quería ser idol, cuántas cosas no pasaron por eso, igual quedar en el lugar 14 no fue tan malo después de todo, mírate, no fuiste idol pero te abrió camino en el mundo del teatro, eres tan bueno como todos ellos solo que no tan perseguido por la gente. Si… lo hiciste bien.
Y así, después de quince minutos duchándose, o más bien dicho pensando en mojado, Eunki escogió el outfit de aquella prometedora noche, definitivamente iba a lucir los zapatos Jimmy Choo que había comprado en Europa, un traje formal negro que un sastre confeccionó para el como regalo por su cumpleaños número veintiséis, se puso su loción favorita y la cera para el cabello con el olor más deleitante que encontró en la tienda, por aquello de que fuera a sudar. Fue recogido fuera del complejo de departamentos por el mismo amigo que lo había dejado y partieron hacia el Park Hyatt.
El salón de eventos era de lo más grande y elegante, tenía un piso oscuro y brillante, una parte tapizada en suave alfombra azul noche y la pista de baile tan lustrada como para interpretar un tango, elegancia digna de un hotel tan caro y prestigioso. Había ya mucha gente, además de todos sus compañeros del musical, había otros artistas que habían trabajado con el Director Hwang, otros directores amigos del mismo y otro montón de gente de renombre. Eunki paseaba solo por el salón mientras saludaba grupos de personas y hacía reverencias a quienes no conocía, se sentía observado de momento, hasta que pasó a ser algo extraño pues a lo lejos una presencia de cabello rojo no le quitaba los ojos de encima, para despistar la situación Eunki rápidamente se dejó servir una margarita por uno de los meseros que andaban rondando al servicio de los invitados, pues no quería empezar la noche con bebidas pesadas, bebió un trago y siguió caminando cada vez más lejos del hombresillo de cabello rojo, en su camino vio al director Hwang acompañado y se aproximó a saludar.
- Hong Eun Ki, de usted estábamos hablando – exclamaba alegre el director mientras lo tomaba confianzudamente por la parte de atrás del cuello
- Director Hwang, buenas noches – Respondía Eunki mientras miraba a quien acompañaba al director
- Eunki, él es Kwon Min Sun, es un buen amigo, por algunos años trabajamos juntos en distintas obras y musicales, incluso hicimos un monólogo juntos, ¿No? ¡Jo, jo! Muy bueno que estuvo, le estaba hablando de tu desempeño, se mostró algo interesado después de verte actuar esta noche
- Director Kwon, mucho gusto, me halaga saber que le ha gustado la presentación
- Sí muchacho, bailas excelente, y al cantar no te quedas atrás, por estar en el extranjero no había venido a ver el musical pero me alegra que haya llegado a tiempo para ver la última función de la obra de este viejo, y sobre todo, para verlo a usted jovencito, que me ha cautivado y definitivamente me gustaría que audicionaras para mi próximo proyecto
- Director Kwon, es todo un honor para mí que me considere a pesar de que sea la primera vez que me ve en escena… - Eunki estaba emocionado por la oferta, aunque ni siquiera sabía de qué se tratara el proyecto del Director Kwon ni su forma de dirigir, el saber que se le estaban abriendo más puertas y quizá a papeles importantes lo hacía sentir mejor que nunca
- ¡Vaya muchacho! Sí que sabes cómo aprovechar las oportunidades, ustedes dos deberían reunirse y conversar sobre esto, yo iré a saludar al resto de mis invitados
- Adelante, director Hwang y gracias, muchas gracias – Dejó ir el muchacho al director mientras emocionado regresaba a su conversación con el señor Kwon
- Mira muchacho –comenzó a explicar el posible nuevo jefe de Eunki – Esta vez se trata también de un musical, es un drama en todos sus sentidos, un drama de un amor imposible
- Bueno, estoy familiarizado con las historias de amor director, sobre todo con las trágicas, Ghost lo era
- Me quedó claro, y tal vez suene cliché este tema de amor imposible, pero me encanta la libertad de pensamiento, así que creamos una historia sobre el amor imposible de dos hombres
- Oh… y-ya veo, un amor imposible, por tratarse de dos hombres
- Así es, en una época donde querer a alguien de tu mismo sexo era causa de muerte
- S-suena interesante director, me encantaría leer su obra lo más pronto posible para conocer la historia y sus personajes
- ¡Qué oportuno deseo!, y me he preparado bien, ¿Te importaría acompañarme a mi habitación? Ahí tengo una copia del libreto
- No hay problema director, vamos
Ambos fueron tranquilamente hacia la habitación que estaba en el segundo piso, por lo que no les tomó nada de tiempo ir y regresar al salón con el libreto en mano para poder leerlo y discutirlo juntos. Sin embargo, al entrar al salón, un joven muy guapo, alto, más alto que el director Kwon, más alto que Eunki y de cabello rojo como el mismo fuego de las velas en cada mesa, volteó a verlos y con una expresión de interés se quedó viéndolos fijamente mientras comenzaba a sonreír
- ¡Zhu! Acércate muchacho, ven para acá – exclamaba emocionado el director Kwon hablándole al muchacho que no estaba a más de tres metros de ellos
- Director buenas noches – hizo una reverencia frente al director y a Eunki, mirándolo como lo había hecho un rato antes de su encuentro - Soy Zhu…
- Zheng Ting – Continuó Eunki mirándolo sorprendido y fijamente a los ojos
- ¿Se conocen? – preguntó curioso el director
- Te acuerdas de mí, Hong Eun Ki- Replicó el pelirrojo con la sonrisa más brillante que las estrellas
- Sí, Jung Jung – soltó una risilla al pronunciar el alias del pelirrojo- y sí director, nos conocemos de hace algunos años atrás, éramos buenos compañeros
- Pero qué sorpresa tan grata, hoy parece ser mi día de suerte
- ¿Por qué lo dice director?
- ¡Porque no hay mejor manera de que los protagonistas tengan química al actuar en una obra cuando ya se han conocido por años!
- ¿L-los protagonistas? – Preguntó nervioso Eunki apretando la copa entre sus dedos mientras sacaba conclusiones de lo que había insinuado el director Kwon
- Los protagonistas- suspiró e hizo una pausa – Hong Eun Ki, te presento al amor de tu vida…