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No me llames Vitya. por MissBlueCaterpillar

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Como si de la tensión de la tarde hubiese sido inexistente, Yuuri dejó caer la cabeza hacia atrás olvidando la incógnita de la reserva de Viktor y dejó que lo hiciera a su antojo.

Viktor acariciaba la piel del creciente sexo de su amante por encima de la tela de los bóxers y Yuuri sentía cómo toda la sangre se concentraba más debajo de su vientre; movió su cadera, ansioso.

Viktor rio y se apresuró a deshacerse de la fina tela que bloqueaba acceso a su objetivo.

Rozó la punta con su lengua arrancándole un delicioso gemido a Yuuri, que respiraba con dificultad ante la sensación húmeda de la lengua de su entrenador, y lo que al principio eran pequeños jadeos no tardaron en volverse gemidos frecuentes y desesperados cuando sintió que Viktor lo devoraba entero. Yuuri enterró sus dedos en las sedosas hebras del cabello plateado y se aferró a ellas como si la vida se le fuera si lo soltaba, Viktor hallando su desesperación más excitante.

- Vamos, Yuuri... dilo- Viktor exigió desde abajo

- V-Vitya... ¡Ah!

Al escucharlo Viktor gimió con la erección de Yuuri dentro de su boca, provocando vibración y electrizando todo su cuerpo en respuesta.

- ¡Vitya! No pares, por favor...

El tono suplicante de Yuuri tenía a Viktor al borde de la locura, no recordaba haberse puesto así antes. El castaño se despojó de la ropa que cubría su torso y con sus manos acunó el rostro de Viktor, levantándolo para quedar de frente y besar su boca con un hambre que ninguno de los dos conocía hasta el momento. Realmente sentía que iba a comérsela.

- Vitya...

- Yuuri, no abuses...

Viktor se levantó sin dejar de besar a su prometido mientras se quitaba la ropa con su ayuda, su erección volviéndose dolorosa debajo de la tela. Dejó un pequeño empaque cuadrado en la encimera.

Yuuri frotaba ambos miembros con una mano mientras Viktor introducía dos dedos en la boca de Yuuri, tratando de no sucumbir ante la deliciosa imagen que tenía enfrente; sus ojos entreabiertos cegados por una neblina de deseo y su saliva escurriendo por una de sus comisuras. Los gemidos de ambos resonaban en la habitación y las ventanas estaban empañándose.

Después de unos minutos, Viktor sacó sus dedos de la boca ajena para sustituirlos por la propia, mientras los llevaba a su entrada, preparándose solo.

Yuuri permanecía expectante. No tenía experiencia en esas cosas, así que se limitaba a seguirle el juego a Viktor o incluso a seguir órdenes. Solo eso estaba esperando, un nuevo movimiento.

Viktor abandonó su boca para besarle el cuello y tratar de no devorarlo, dio sutiles mordidas marcando su paso por ese exquisito lugar y siguió besando cada vez más abajo para volver a complacer a Yuuri sobre sus rodillas.

Lamía y succionaba su longitud, mientras que con una mano acariciaba la propia y con la otra introducía sus dedos en el manojo de nervios entre sus nalgas.

La vista desde arriba era demasiado para los ojos de Yuuri. Su amante sobre sus rodillas dándole placer oral mientras se complacía a sí mismo era una invitación a correrse ya mismo. Pero no quería, y sabía que Viktor no iba a permitirlo de todas formas.

- Yuuri, no te escucho...

- V-Vitya... m-más, por favor... Vitya...

La desesperación de Yuuri le sonaba exquisita, estaba pidiéndole más incluso aunque no sabía qué significaba "más". ¿Más de su lengua? ¿Más de sus caricias? ¿Más espectáculo de él tocándose?

"¿Más qué, Yuuri?"

Yuuri hacía un esfuerzo sobrehumano para no terminar en la cara de su amante, su aguante físico no se traducía precisamente en retener sus orgasmos por mucho, y lo peor (¿o lo mejor?) era que Viktor sabía lo que hacía. Lo trabajaba muy bien.

Con su entrada dilatada, Viktor se puso de pie y le dio la espalda a Yuuri, poniéndose de rodillas sobre el desayunador y entregándole una vista de ensueño que hizo palpitar su virilidad.

Viktor seguía jugando con sus dedos en su entrada, llamando a Yuuri sin pronunciar palabra.

- Yuuri, por favor...- sus gemidos eran cada vez más delgados y suplicantes

El semblante de Yuuri cambió. Sabía lo que venía y no podía desearlo más. La piel de porcelana de su Viktor que al tacto era como la de un durazno se le antojaba comérsela a mordiscos y quería marcarlo esta vez. 
Se acercó con premura a su espalda y comenzó a besarla con furia, mordiendo cada centímetro que se encontraba aún sin tocar. Le arañaba las piernas y las caderas. Metió sus dedos en la jadeante boca de Viktor, quien los recibió desesperadamente y los mojaba gustoso.

Con su mano libre azotó las nalgas de Viktor sonoramente, arrancando un delicioso grito ahogado que vibraba en sus dedos. Lo repitió sin piedad sobre la piel ya enrojecida, y podía sentir lágrimas derramándose en sus dedos secos.

Todo eso estaba haciendo dudar a Yuuri de su propia cordura.

Sacó sus dedos de la boca del ruso y los introdujo al ya abusado botón de nervios que lo esperaba palpitante, logrando dirigir una deliciosa sinfonía de gemidos que solo lo ponían a prueba.

- Sí, Vitya... me encanta verte así...

- ¡Yuuri! N-no te detengas...- Viktor gemía con la voz enronquecida, loco ante cada movimiento que su amante realizaba detrás de él, la incógnita del qué haría después lo excitaba al borde de las lágrimas- ¡Más rápido, Yuuri!

Como si temiera a que se desvaneciera en ese momento si no cumplía su deseo, los movimientos de los dedos de Yuuri se volvieron más bruscos y rápidos, logrando complacer a Viktor de manera inmediata y haciendo sus gemidos cada vez más arrítmicos y errados.

Yuuri quería acabar con su propio letargo, estaba desesperado; sacó los dedos de la entrada ajena, cabellos plateados sacudiéndose en protesta.

- Paciencia, Vitya...

Yuuri se inclinó para quedar a la altura de las nalgas de Viktor, verlo en esa posición tan vulnerable sobre sus rodillas y con su rostro contra la mesa era excesivamente tentador y su paciencia se estaba agotando. Con la inerte compostura Yuuri no reparó más que en abusar de su amante con la boca, acariciando su entrada con la punta de su lengua y estrujando sus nalgas con cada mano, Viktor al borde de colapsar sobre sus rodillas, llorando.

El juego no duró mucho, producto de la impaciencia de Yuuri por llenar a su amante y saciarlos a ambos.

- Vitya...

El brazo del moreno se estiró hacia la encimera y se apresuró a deshacer el pequeño empaque, extrayendo el contenido con cuidado y deslizando la delgada capa de látex lubricado a lo largo de su pene.

Sintiendo la punta entrando, Viktor ya estaba perdiéndose y no se reconocía a sí mismo. Quería gritar muchas cosas al aire, quería perder por completo la compostura y decir cosas que pudieran apenar a Yuuri a la mañana siguiente, pero no iba a pasar, le había dado algo que no iba a desaprovechar y probablemente iba a arrepentirse un poco después. Le dio poder sobre él, poder que ahora que sabía lo que "Vitya" de los labios de Yuuri provocaban en él, iban a representar frustración posteriormente.

- ¡Yuuri! A-ah... Todo... D-dámelo todo...

- Vitya... ¡VITYA, PÍDEMELO!

Los gemidos de Viktor resonaban en los oídos del japonés; la voz ronca, su cabello revuelto, su rostro empapado de lágrimas de placer y su piel irritada estaban descontrolando a Yuuri; comenzó a embestirle agresivamente.

- Eres tan estrecho, Vitya...

Ya no sabía qué hacer, sentía que gemir no era suficiente. Viktor estaba quedándose sin voz, y suplicaba con la poca que le quedaba. Le suplicaba no se detuviera.

- ¡Yuuri! Y-Yuuri, voy a correrme-

- Vitya...

Yuuri quería correrse también, pero no quería dejar de escuchar el suplicante hilo de voz de Viktor, sus cuerdas vocales raspándole.
Con un agarre fuerte, Yuuri giró a Viktor sobre su espalda y siguió embistiéndolo rápido y fuerte, pasando una de sus piernas por encima de su hombro, penetrando más profunda y frenéticamente. 
Yuuri no quería perderse por nada del mundo la cara de Viktor al terminar. Quería ver su semen explotando en su vientre y sus ojos nublados de descontrol, su expresión perdida y leer su nombre en sus labios cuando alcanzara su clímax.

- ¡Yuuri! ¡Yuuri, a-ahí! ¡Justo ahí! ¡YUURI!

Viktor gritó el nombre de Yuuri unas cuantas veces más mientras el dulce punto que lo conducía al extremo era abusado una y otra vez por sus embestidas, Viktor sin saber qué más decir se limitaba a gritar el nombre del otro, mordiendo sus labios intentando no volverse loco de verdad.

Después de unas cuantas embestidas más, Viktor se vino abundantemente sobre su propio vientre, gimiendo el nombre de Yuuri de la manera más deliciosa en la que lo había hecho en todo ese rato. Aun así el castaño no se detuvo, y siguió embistiéndolo, aun abusando del punto tan placentero que había hallado, Viktor aferrándose a los bordes de la mesa, sudando y con la cara empapada en lágrimas. Ya no podía más, pero no quería que se detuviera. Unos minutos después Yuuri también se corrió en el interior de un exhausto y jadeante Viktor tratando de recuperar el aliento, sintiendo que la vida se le iba a escapar si no recuperaba el ritmo de su respiración. Apenas podía moverse y las piernas le temblaban.

Yuuri se dejó caer sobre Viktor, manchando su propio vientre con el orgasmo ajeno, sincronizando sus respiraciones y entrelazando sus dedos.

Un suspiro desordenado dejó las bocas de ambos cuando Yuuri salió del interior de Viktor, cansado y flácido. 
Yuuri se quitó el preservativo y le hizo un nudo. Permanecieron así en un lapso de unos diez minutos antes de levantarse y dirigir sus pasos a la ducha. 

Notas finales:

Lamento muchísimo la demora. Aquí está la bendita actualización.


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