Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Faraón por Ckonny Nickole

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Dije que volvería el Viernes y aquí estoy. Agradesco a toda la gente que le ha dado su apoyo a este fanfic que escribo en mis ratos libres desde el celular :'v (El cual me borró varias palabras el capitulo anterior por cierto)
Esperando que les guste este capitulo, espero que tengan una muy buena noche, y sino, pues... tienes examenes la otra semana asi que estudia (?)

Faraón.

Capítulo 3.

Sasuke había descubierto con el paso de los días que Naruto tenía más madera de monarca que él. Su guerrero se había vuelto el favorito del pueblo, dado a que se la pasaba dando vueltas por las calles ayudando en todo lo que pudiese ganándose el cariño y respeto de las personas.

El Faraón por su parte, seguía escondido detrás de las frías paredes de su palacio evitando tener más contacto con cualquier persona que no sea Naruto. No podía confiar en los demás.

Había crecido en ese lugar, convivido toda su vida con esa misma gente. La misma gente que causó una revuelta contra su familia que terminó con la muerte de su padre en la calle central de la ciudad, su hermano desterrado y su madre rendida ante el suicidio por la desesperación. Si él había sido la excepción era por ser tan solo un niño cuando ocurrió la masacre que no paraba de perseguirlo, cuya sensación paranoica se volvió peor cuando a los veinte años ascendió a ocupar el puesto de su padre y ahora tres años después de ser el gobernante seguía viviendo con temor a la gente de su propio pueblo.

¿Quién sabe en qué momento planearan una revuelta en su contra? El día menos esperado, alguien podría entrar a su recamara mientras dormía y lo asesinaría para luego exhibir su cuerpo como premio por toda la ciudad.

Es por eso que evitaba salir a toda costa durante el día. Pero esa  no era la mejor forma de impedir el peligro pues una vez le llegó el rumor de que un aldeano había osado comentar que el Faraón les tenía asco y por eso no se aparecía ante ellos los plebeyos.

Ese mismo día, con el terror moviéndose por dentro de su cuerpo, anunció ante el pueblo que les daría el día libre a todos y duplicaría las ganancias de este bajo la excusa de que estaban celebrando una fecha memorable de una historia falsa que su ingenio le permitió crear.

Ese había sido un acto desesperado y cobarde, pero no por eso menos necesario.

— ¿Otra vez te torturas en silencio?

La voz de Naruto lo sacó de sus perturbaciones y en cambio cerró los ojos a gusto al sentirlo acercarse hacia él. La mano del rubio le acarició uno de sus brazos apenas se sentó a su lado en la banca de su jardín trasero donde guardaban a los animales que criaban.

—La gente no para de comentar sobre las fiestas de la siguiente semana en tu nombre ‘ttebayo —Anunció Naruto irradiando buen humor— Y no paran de preguntarme si esta vez asistirás, ¿Es enserio, Sasuke? ¿No asistes a tus propias fiestas?

La reciente información le hizo abrir los ojos exasperados.

— ¿Ellos se quejaron? —Preguntó tan sereno como siempre, pero por dentro estaba preocupado de que la respuesta sea afirmativa.

—Quejarse no, pero igual ‘ttebayo. Deberías asistir.

La pesadez en el cuerpo del Faraón se volvía a hacer presente, lo suficiente para obligarse a sí mismo a recargarse en el hombro de Naruto en busca de un consuelo silencioso instintivo. Naruto que no necesitaba palabras para comprenderlo le abrazó hacia sí viéndolo atento.

Ninguno de los dos reparó en el hecho de que sus contactos con el tiempo se habían vuelto demasiado íntimos y fácilmente mal interpretables, pero estaban tan a gustos el uno con el otro  pese a sus personalidades y estatus social que no le daban vueltas al asuntos.

— ¿Qué sucede, Sasuke? Sabes que puedes confiar en mí, ne. Anda —Pidió el rubio más preocupado que antes. Desde que llegó que notó la actitud de su Faraón con los demás demasiado extraña y tensa, como si el chico temiese de algo grande a lo cual intentaba escapar— ¡Agh, se supone que soy tu protector! ¡¿Cómo sabré de qué mal protegerte si no me lo dices?! —Exigió escuchando la exhalación de Sasuke que no le devolvía la mirada y solo se mantenía viendo al carnero que se acercaba de vez en cuando hacia ellos.

—No quiero asistir —Fue la sincera respuesta del Faraón.

— ¿Y por qué no? ¿Acaso ellos no son suficientes para su alteza?

Nunca antes había escuchado a Naruto hablar en ese tono peligroso de voz. No le gustó en lo más mínimo. El rubio sin embargo no se apartó de su lado y se quedó tal como estaban siempre con la mirada fija en su rostro. Podía sentir esos ojos azules analizando cualquier expresión que hiciese.

—No importa si son o no suficientes para mí, soy yo el que caerá bajo la furia de sus manos cuando ellos consideren que les soy insuficiente.

—Mierda, Sasuke. Te juro que a veces no te entiendo nada ‘ttebayo.

—Ellos podrían asesinarme cualquier día —Ahora sí Sasuke se apartó y se levantó. Hablar de su más grandes temores aunque sea con Naruto era demasiado— Cualquier mal paso que dé será un incentivo para causar una revuelta en mi contra y por eso los evito.

Naruto sorprendido, no quiso quedarse callado para dar su punto de vista— Pero, ¿No sería mejor formar lazos con ellos y así ganártelos?

— ¡No!

La voz ronca hizo eco en el palacio, pero como todos vieron a Naruto ir hacia Sasuke nadie se atrevió a ir a interrumpir la plática de ambos a menos de que alguno estuviera en peligro.

El rubio por su parte, impresionado por el desliz de su Faraón que siempre lucia sereno e inmutable cayó en cuenta que estaba adentrándose demasiado en las preocupaciones que el otro no quería mostrar.

Sasuke le daba la espalda agarrando sus brazos con sus propias manos apretándose un poco en castigo a su boca desobediente.

—Sasuke… —Naruto lo llamó con voz tranquilizadora.

—No, Naruto. Vete.

El rubio nunca había sido el más obediente y esta vez no haría la excepción. Se acercó al moreno poniéndose frente a él para que lo observara.

—Faraón —Lo nombró. Sasuke sabía que no podía huir de Naruto cuando este lo nombraba como debería hacerlo— Huyendo solo quedarás como un bastardo ‘ttebayo. Deberías ir aunque sea por unos momentos a saludar a las personas.

—Es fácil para ti decirlo, no estás en mi lugar y no entiendes mis motivos…

—Yo te protegeré, Sasuke —Aseguró Naruto interrumpiéndole— Haría cualquier cosa para verte feliz en tu día, no me despegaré de tu lado ‘ttebayo ¡Y hay del que se atreva a pasarse de listo o hacer algo peligroso cerca de ti porque lo aniquilaré con mis propias manos!

Sasuke titubeó sin saber qué hacer. Naruto tenía razón, llevaba años evitando esa fiesta y algún día su actuar sería cuestionado cruelmente debido a su ingratitud.

—Maldición, no necesito que me protejas.

Había dicho, pero Naruto sonrió sabiendo que mentía.

.

.

.

La semana de las festividades en su nombre llegó tan rápida como fue expandido el anuncio de que el Faraón si asistiría a las ceremonias correspondientes.

La gente se mantuvo escéptica pero no por ello menos animada a adornar la ciudad y sacrificar sus mejores ganados en honor al monarca que les hacía llevar una vida tranquila libre de guerras.

Naruto se mantuvo esperando fuera del palacio, justo en la puerta de entrada de esta a su Faraón para escoltarlo. Para esa noche, el rubio se había esmerado en su aspecto trayendo un traje un poco más pesado y de un azul fuerte, el color de la soberanía haciéndole destacar entre los demás pobladores a pesar de que no tener sangre real.

No podía evitar juguetear con sus pies nervioso. Exactamente no sabía si Sasuke se arrepentiría a última hora pues su malestar era notorio cada vez que alguien hacía mención sobre la festividad. No quería obligar al moreno a asistir pero tendría que hacerlo pues este ya había anunciado su presencia y sería descortés fallar a su palabra.

—Luces como un novio desesperado por ver a su mujer —El comentario de su compañero de batallas, Shikamaru, le hizo sonrojarse hasta las orejas. El chico sin dejar su expresión de aburrimiento bostezó.

— ¡C-como! —Lo señaló exasperado— ¡¿Cómo dices eso ‘ttebayo?! ¡Si Sasuke te escucha te matará! —Lejos de negar cualquier cosa movió los brazos histérico reclamando. Es que enserio, si Sasuke lo hubiese escuchado Shikamaru estaría barriendo la lana de las ovejas en el patio de atrás de por vida.

Shikamaru hizo un gesto con la mano restándole importancia. Iba a continuar alegando cuando escuchó las exclamaciones de unas cuantas personas que se estaban paseando por el lugar terminando los últimos detalles.

— ¿Mh? —Curioso se volteó a ver qué sería lo que estarían mirando abriendo los ojos exasperado por la sorpresa al ver a Sasuke por fin aparecer por las puertas, atravesándolas galantemente como si ninguna perturbación lo acogiese.

Su vestimenta de color negro parecía combinar tan maravillosamente con su piel blanca que parecía iluminarse por los detalles de sus joyas de oro y la coronilla en la cabeza reemplazando el enorme tocado de tela que usaba en algunas ocasiones.

Naruto se sonrojó ante tal maravillosa imagen, de aquel Dios de su vida a quien no tardó en ir a acudir para ofrecerle su compañía y lealtad absoluta.

—Wow, Sasuke. Estoy impactado —Exclamó anonadado una vez estuvo cerca del Faraón viéndolo de pies a cabeza, notando lo afilados y perfectos que lucían los rasgos de los ojos del moreno con esa tinta resaltándolos— Wow, ‘ttebayo… —No sabía por qué pero empezó a reírse sonriendo como idiota.

Sasuke simplemente alzó una ceja y notando algo fuera de lugar en el ropaje de su protector le acomodó la túnica en la zona de los hombros.

— ¿Cuál es el trayecto destinado? —Preguntó viendo disimuladamente hacia las calle principal del pueblo en donde varias personas le estaban mirando tan curiosos como maravillados pues al no dejarse ver mucho probablemente esta era la primera vez que veían a su Faraón.

Sasuke no podía evitar sentirse una especie de atracción turística.

— ¿El qué? ¿Trayecto? ¿Tenía que hacer eso?

Rodó con los ojos con hastío— ¿Cómo es que no te he mandado a los cerdos?

— ¡Pero Sasuke! —Gritó Naruto y se percató de que no debería haber gritado el nombre del monarca— Digo, ¡Faraón! Pensé que daríamos vueltas por todos lados ‘ttebayo. Anda, son tus fiestas, no seas aguafiestas.

Sasuke prontamente sintió que era una mala idea haber aceptado, pero ya estaba afuera y varios lo habían visto. Si se devolvía podría generar un muy mal entendido. Maldito Naruto.

— ¡Anda, vamos! —Insistió Naruto ahora agarrándolo del brazo para que caminara de una vez.

Varias personas se les quedaron viendo sorprendidas por la familiaridad con la que se llevaban pues Naruto le gritaba y Sasuke le gritaba de vuelta. Una escena que no se veía siempre, algunos cuchicheos se hicieron esperar pero nada de qué preocuparse.

— ¡Que viva el Faraón! —Gritaron los aldeanos al verlo por fin en la feria y se acercaron de inmediato para ofrecerle todo tipo de cosas que le tenian como obsequios.

— ¿Eh? Oye, mira eso es genial ‘ttebayo —Naruto estaba demasiado encantado recibiendo toda clase de cosas pero rápido notó la incomodidad que su Faraón intentaba ocultad.

El cuerpo de Sasuke se había puesto tenso al estar rodeado de tanta gente y casi sintió la imperiosa necesidad de huir de una vez, pero no podía moverse, estaba rodeado de todos lados mientras un montón de personas le gritaban cosas que no entendía. Instintivamente alzó un brazo para apartar a alguien que estaba más cerca de lo normal y muchas personas tomaron ese gesto como que estaba aceptando los regalos y empezaron a dejarle cosas en su brazo izquierdos tanto ropa colgando de este como joyas de metales pesados.

Estaba aterrado la verdad, pero cuando Naruto empezó a reírse de él acercándose con muchas cosas en los brazos sintió que le volvía el aire al cuerpo.

—Hey, lo marean —Se quejó el rubio frunciendo el ceño intentando imponer respeto— Vamos Faraón, tenemos cosas que supervisar —Dijo ocurriéndosele, entregándole a otro soldado que los seguía las cosas que les habían entregado y disculpándose con las personas se llevó a Sasuke a caminar por las calles intentando mantener a raya a cualquier sujeto que se acercara demás.

Era un idiota, no sabía que su Faraón reaccionaria de esa forma al estar rodeado de personas. Aun este seguía sin decir media palabra, como si fuera una maldita estatua majestuosa andante.

—Tranquilo, Sasuke. No te harán nada, no estando yo cerca —Lo reconfortó acariciándole el brazo como siempre lo hacía y sintió el cuerpo del Faraón destensarse pero no dijo nada al respecto.

Comenzaron a caminar entre las calles repletas de personas que no paraban de invitarlo a probar cosas y pedir la opinión de su majestad sobre algunos temas. Sasuke respondía a secas pero a la gente parecía bastarle.

Definitivamente Naruto pensó que las festividades no eran lo de Sasuke y decidió terminar con la agonía de este cuando se dispusieron a dar una última vuelta agarrándolo del brazo sin miramientos obligándolo a seguirlo en silencio.

 — ¿Qué diablos haces? —Siseó el Faraón sorprendido por el actuar de su protector.

Naruto le envió una admirada en advertencia que luego se suavizó— Vamos a otra parte.

—Pero tú dijiste que viniera —Le recordó el moreno confundido por esa decisión. Él aguantándose su estancia en la fiesta y Naruto de la nada decidiendo que era suficiente ¿Qué diablos le pasaba a ese tipo?

—Pero no pensé que realmente tendrías un problema, bastardo.

No supo interpretar las palabras de Naruto, por la forma ruda en la que le estaba hablando y decidió aguardar hasta ver qué era lo que estaba pensando el rubio. Se sorprendió un poco al ver que este lo conducía al antiguo establo en la casa del comerciante del cual lo había rescatado.

—Shhhh, ‘ttebayo. Si nos ven el viejo me mata —Pidió Naruto cómplice entrando despacio al establo encontrando lo que buscaba— ¡Gama, te extrañé! —Gritó al ver al camello que comía paja sin ninguna reacción al verlo.

Sasuke se acercó dubitativo pero con el corazón en la mano— ¿Qué vas a hacer, Naruto?

—Calmar tu dolor, Sasuke.

Cuando Naruto montó al animal y lo invitó estirando la mano a que lo acompañara sobre este dudó. Se tardó unos momentos antes de decidirse en sucumbir y sentarse con el rubio delante de este. Joder, nunca había montado uno de esos porque siempre le había parecido incómodo y lo era.

Los brazos de Naruto no tardaron en agarrar la soja atada en el hocico del animal y Sasuke sintió que sus brazos eran apretados por los de Naruto que se acomodaba en su espalda en una especie de abrazo reconfortante.

— ¿A dónde vamos? —Preguntó con curiosidad.

—Afuera un ratito.

— ¿Por qué?

—Solo es un paseíto ‘ttebayo, no te voy a raptar.

Sasuke se decepcionó por dentro de que eso no fuera lo que iba a pasar.

Naruto echó a andar sin permiso al camello que comenzó a moverse sin prisa hacia las afueras de la ciudad por el desierto cuya puesta de sol podría apreciarte a lo lejos hundiéndose entre las dunas.

Se sumergieron en un silencio cómodo en el que solo eran ellos dos, sintiéndose físicamente cerca del otro. Naruto había apoyado la barbilla en su hombro y Sasuke se había echado hacia atrás disfrutando del paseo aunque no hubiese nada asombroso en ello.

—Tu… —Empezó Naruto dubitativo en romper el silencio pero se decidió— Odias ser el faraón ¿Verdad?

Saberse al descubierto no le importó en ese momento.

—Lo detesto —Admitió afligido.

Naruto buscó su mirada y él se lo permitió al girar la cabeza recargándose en el hombro de este. Sus contactos visuales parecían decir más que cualquier palabra.

— ¿Entonces por qué sigues gobernando?

—Por mi familia, el honor como el Hijo de Ra me ata a este pueblo maldito. Si he de morir, sé que será en manos de mi pueblo desconforme.

Naruto puso una expresión tan triste que le obligó a levantar una mano y posarla en su mejilla, remarcando con sus dedos esas extrañas marcas en la piel bronceada.

—Pero… ¿Porqué ‘ttebayo? No lo entiendo —Musitó Naruto, pareciendo sufrir las peores calamidades mentales.

—Yo tampoco lo entiendo, Naruto —Se sinceró, dejando que el otro conociendo todos sus miedos— Haría cualquier cosa con tal de negar el poder que me fue concedido pero mi sangre me ata al trono. A mi destino.

—No digas eso ¡No lo digas!  —El rubio alzó la voz molesto— Nada malo te pasará, Sasuke. No conmigo cuidándote, te lo prometo ‘ttebayo. Te lo prometo.

Naruto juntó sus frentes cerrando los ojos con pesar. Sasuke le imitó queriendo confiar en su compañero que no paraba de murmurar cosas intangibles pero que sabía que eran maldiciones a su destino.

—Déjame compartir tu dolor Sasuke —Decidió Naruto intentando estúpidamente encontrar una forma de hacer un poco mejor la vida de su Faraón— Pídele a los Dioses, a Ra, ¡A QUIEN SEA! Que me permita llevar a mis hombros aunque sea una parte de su peso en ellos.

Sasuke no podía ocultar su sorpresa por la determinación de Naruto por lo que se le escapó una risa algo cruel pero que era la más sincera que podría tener en ese momento.

—Si serás, idiota.

— ¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! ¡Hablo enserio ´ttebayo!

—Lo sé y eso es peor —Lo molestó el de ojos negros. Naruto hizo un puchero molesto— Solo quédate conmigo siempre a mi lado, como justo ahora estamos.

—Mi Dios está haciéndome una petición después de todo —Se burló Naruto sonriendo con pesar pero rápidamente su sonrisa cambió a una enérgica— ¿Quieres dar paseos eternos conmigo?

Ladeó una sonrisa— ¿Me sacarás de mi imperio a escondidas todos los días? —Cuestionó.

—Si mi Faraón lo desea —Naruto afirmó viéndole profundamente— Yo lo haré.

Sasuke aprovechó su cercanía para echarle el aliento sobre los labios del rubio que estaban tan cerca de ellos que le ponían nervioso.

— ¿Qué clase de pacto con el diablo es este?

—No lo sé ‘ttebayo, pero me gusta.

A Sasuke también le gustaba.

.

.

.

El tiempo comenzó a transcurrir entre paseos y paseos. Nunca antes había aprendido tantas cosas de su pueblo y sus alrededores desde que Naruto comenzó a sacarlo a escondidas durante la noche.

Pero sin duda, lo que nunca creyó que aprendería sería lo que Naruto y él comenzaban a experimentar de forma peligrosa.

—Vida no podrá surgir de esto —Fue lo que alcanzó a decir cuando Naruto dejó sus labios para buscar aire.

Ambos acorralándose en un rincón escondido del palacio, demasiado pegados al otro. Naruto había buscado su cuello para besarlo con adoración mientras Sasuke mantenía la mirada fija en el pasillo temiendo que alguien los descubriera.

—Por supuesto que sí —Afirmó Naruto sujetando una de sus manos acariciándola con cariño— Mi vida y la tuya surgirán de esto.

—Ambos seremos castigados —Siguió Sasuke, poco importándole estar acariciando con su mano derecha el brazo desnudo de Naruto mientras este volvía a acercar su rostro al suyo— Naruto… —Gimió por lo bajo.

—No importa, Sasuke. No importa ‘ttebayo —Repitió el rubio incontable cantidad de veces— ¿Qué importa el castigo si podemos sentir esto juntos? ¿O acaso soy el único que ama al otro?

Sasuke no quiso admitir nada en voz alta. Se preguntaba en qué momento exactamente los dos habían sucumbido al deseo del otro y compartir lazos que no deberían.

—No nos pueden descubrir —Advirtió el Faraón, aun ansioso por la idea de que alguien los estuviera viendo.

—Ya lo sé —Se molestó Naruto obligándolo a que lo viera de frente y dejara de distraerse con cualquier otra cosa que no era él— Tus placeres son los míos, Sasuke.

—Mi placer está en tus manos, Naruto —Sasuke ladeó la cabeza dejándole ver una gran porción de piel entre su cuello y su hombro que Naruto había besado con esmero desde hace rato— Yo soy el Dios a quien debes complacer y servir.

Naruto sonrió con malicia.

—Eres un Dios bastante exigente ‘ttebayo —Se rió el rubio, atrayéndolo hacia él para abrazarlo con cariño. Como si el moreno siempre hubiese sido la persona más cercana que tenía.

Sasuke se sintió de la misma forma y por eso le correspondió el abrazo.

—Déjame alejar esos miedos de tu cabeza, mi Faraón.

Naruto había pronunciado aquello, mientras ambos se observaban el alma por medio de sus ojos.

El Faraón creyó que realmente era a él a quien un Dios le estaba engañando para poner en riesgo su vida y no le importaba.

Porque si algún día llegara a morir, obligaría cruelmente a que Naruto lo acompañara al inframundo y así asegurarse de tenerlo por siempre en sus manos.

 

Continuará…                                                                                       

 

Notas finales:

Nos vemos el proximo Viernes! <3 que tengan un feliz findesemana! Y PONGANLE GANAS 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).