Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Faraón por Ckonny Nickole

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

¡Hola! ¿Quién es la que se le ocurre subir un fanfic en plena época de exámenes de fin de semestre en mi penúltimo año de universidad? Pues yo. Para que vean que se puede hacer varias cosas al mismo tiempo si confían en ustedes mismos (?)

Quiero agradecer como siempre lo hago a todas las personillas que están apoyando el fic desde el comienzo y a las que acaban de ingresar también, me hacen muy feliz sus comentarios (aparte que a mí me da igual si dejan comentario estúpido o no entremedio, a una como autora le gusta leer sus pensamientos jajaja <3)

Aviso desde ya que yo ya estoy terminando el fic  (si porque tengo varios capítulos adelantados) y les aviso que largo largo no es, no pasará de los 10 capítulos o menos.

 

Ah y otra cosa, para la gentecilla que tenga como miedillo de seguir leyendo quiero que sepas que mi estilo es sufrir en todoooo el desarrollo y al final como que entre si y no (?) recuerden que si algo hardcore hubiese en el fic para eso estaría las advertencias previas en la descripción del fic. El sexo no cuenta como advertencia porque somos todos ya grandes y peludos y pues ustedes saben, y si no, pues, igual sé que siempre lees lemon de todas formas.

 

Sin nada más que informar, espero que les guste esta actualización de Viernes por la noche! 

Faraón

Capítulo 5.

Egipto nunca había lucido tan majestuosa como en los últimos días con el Faraón haciendo acto de presencia ocasional por la ciudad para tomar constancias de las peticiones de sus súbditos y administrar los asuntos económicos de los comerciantes siempre acompañado de su guerrero personal que también servía de intermediario para acceder al faraón.

El pueblo podía notar como Egipto tomaba más vida que antes y fue cuestión de tiempo que motivados por la expansión varías aldeas cercanas se unieran a la ciudad en busca de refugio a cambio de favores por lo que la idea de demoler partes de la gran muralla que protegía a la ciudad de los males externos no podía ser ignorada.

Sasuke no podía dejar de pasar largos ratos en el balcón de su palacio vigilando atento las secciones desprotegidas de su aldea mientras la muralla iba ampliándose para ganar más territorio y así cayeran los nuevos habitantes. Naruto siempre a su lado admiraba la extensión y la rapidez con que los obreros construían la muralla que en cuestión de meses estaría completamente cerrada otra vez.

— ¡Son los mejores ‘ttebayo! —Decía Naruto luego de que una sirvienta llegara con la información de los kilómetros alcanzados hasta ahora.

Sasuke, que descansaba en una de sus sillas de oro hizo un gesto con la cabeza en señal a la chica para que se retirara.

—Pero eso no proporciona seguridad, Naruto —Comentó el Faraón inquieto buscando con la mirada la de su amante sentado a su lado que le tomó de la mano buscando reconfortarlo. Sasuke instintivamente volteó a todos los lados buscando a alguien que pudiese verlos pero al no encontrarlo permitió el contacto de manos entrelazando sus dedos con los contrarios— Desde que llegaste el pueblo no ha tenido la necesidad de rendir ninguna batalla por el poder hasta ahora, pero con la muralla deshecha en los rincones del Este los enemigos podrían considerar la posibilidad de entrar en el territorio y eso me inquieta.

Naruto, que conocía como trabaja la estratégica mente de su faraón intentó visualizar una guerra aproximándose a lo lejos sin conseguirlo.

— ¿Pero qué a ti no ha de inquietarte? —Se bufó Naruto consiguiendo que el Faraón le apretara la mano con fuerza— ¡Agh! ¡Lo siento, lo siento! —Se disculpó de inmediato haciendo un puchero— Mierda Sasuke, podrías ser más cariñoso conmigo…

El Faraón arqueó una ceja— Eres un guerrero —Replicó— Deberías estar acostumbrado al dolor.

El rubio refunfuñó cosas por lo bajo, quejándose.

El faraón podía escuchar perfectamente todas las cosas que el Uzumaki decía causándole gracia que no exteriorizó. Se concentró en memorizar con la mirada el rostro de su guerrero esperando que este volviera a poner la atención en él consiguiéndolo de inmediato. Naruto dejó cualquier molestia de lado para sonreírle tranquilizadoramente antes de acercar su rostro al contrario para soplarle, molestándolo.

Naruto esperó que Sasuke se enojara y lo mandara al demonio pero en lugar de eso se quedó perplejo al ver como este simplemente pestañeó, moviendo los finos labios en una pequeña sonrisa que le pareció la más hermosa del mundo y una invitación a besarlo por lo que no dudó en acortar su espacio personal para robarle un beso que el Faraón detuvo luego del primer roce de ambos labios.

No lo entendió. La mirada oscura estaba estática en un punto indefinido que Naruto no tuvo que voltearse a mirar para saber que era la puerta decorada por hilos de oro.

Los pasos sonando tras de esta y las voces femeninas de las sirvientas escuchándose por el pasillo cotilleando sobre algo que debió haberles llamado la atención. Ambos se quedaron tiesos, como si olvidaran respirar hasta que Sasuke lo terminó de empujar por el hombro exigiéndole silenciosamente que se alejara y volviera a su posición de antes.

— ¿Crees que…?

—No —Negó el Faraón sabiendo a lo que su amante se refería— Tómalo como un recordatorio a la discreción que debemos tener.

El guerrero sintió que le devolvía el alma al cuerpo. Por un momento había creído que el rechazo de Sasuke era porque alguien los había visto. Joder, el faraón realmente no bajaba la guardia en ningún momento y lo agradecía.

—Esto es un asco ‘ttebayo. —No pudo evitar quejarse. A Naruto le encantaría poder pasearse con Sasuke como cualquier pareja normal y llenarlo de atenciones sin la preocupación latente de que alguien los condenara por ello.

Sasuke no opinó nada al respecto pero no por eso no podía estar más de acuerdo. A su cabeza siempre venia el pensamiento de que ¿Qué pasaría si vivieran en otro lugar? Si él no fuera faraón ni ningún personaje importante podría hacer lo que quisiera realmente y nadie podría castigarlo con tanta severidad como su propio pueblo.

Si tan solo no hubiese heredado el destino de su familia podría vivir tranquilamente con Naruto que siempre le mostraría una sonrisa alegre en lugar de la decepcionada que ahora mostraba ante él por el cansancio de ser consciente de que no estaban solos.

—Ne, Sasuke —Le llamó Naruto por fin pasándose una mano por el cabello frustrado— ¿Qué tan malo sería que nos descubrieran?

El nombrado abrió los ojos exasperado preguntándose inmediatamente lo mismo, intentó no encontrar una respuesta correcta para evitar responderle al rubio pero si la tenía y se maldijo por ello.

—Nuestra sangre no ha de ser mezclada —Respondió— Si en la tierra nos hacen con divisiones que el cielo establece, estas deben respetadas.

Naruto se levantó de su lugar para encararlo— ¡Pero tú no has respetado esas reglas por estar conmigo y aun nadie te castiga ‘ttebayo! —Gruñó— Probablemente a nadie más que a ti le importa, Sasuke. ¡¿Qué si el Faraón sale con su guerrero?! No es como si en la historia otros hombres no hayan compartido lazos como los nuestros —En medio de su desgaste el rubio tomó por los hombros a Sasuke que seguía sentado en su silla de oro obligándolo a que lo mirara de frente y dijera lo que sea que este tuviese que decir al respecto— ¡Tú eres el que no para de preocuparte por estupideces!

Sasuke, quien había quedado momentáneamente mudo ante las palabras del rubio olvidó qué era la serenidad y la paciencia que lo caracterizaba al encontrarse a sí mismo temblando sin razón aparente ¿Miedo? ¿Nervios? ¿Qué sería? Las palabras de Naruto eran tan peligrosas como ciertas, tan llenas de razón como equivocadas.

—No puedo.

Sasuke respondió y Naruto frunció el ceño molesto. Podía sentir  como las manos del rubio apretaban con más fuerzas sus hombros.

—Mierda, mírame y dime qué es exactamente lo que piensas —Uzumaki era poco de tratar con brusquedad a una persona y mucho menos si aquella era alguien que le importara demasiado pero esta vez el coraje estaba tomando posesión de él.

El faraón lo miró, siempre inexpresivo como una estatua que mantiene su belleza durante años— No puedo fallar a mis responsabilidades. Soy el faraón, el anuncio público de una relación de este tipo que es más que un simple capricho y curiosidad por experimentar con tu mejor amigo traería la desgracia a mi pueblo.

— ¿De “este tipo” dices? —Naruto comenzaba a perder la paciencia y Sasuke lo notó enseguida— ¿Qué diablos quieres decir con eso?

Las mejillas pálidas del moreno se calentaron al igual que sus orejas. El faraón mordió sus labios.

—Si a los demás que practican estas costumbres no han sido castigados es porque no han admitido lo que realmente significa —Dijo. Su garganta secándose inexplicablemente— No existe castigo si anuncias tu devoción hacia otro hombre disfrazado de cariño fraternal —Entornó los ojos, sus manos pálidas acariciaron las mejillas de su guerrero que comenzó a verlo distinto— Lamentablemente, cariño fraternal no es lo que yo podría decir que te tengo.

Naruto exasperado le observó sintiendo el cosquilleo incómodo en su estómago. Presentía lo que su faraón quería decirle con ello pero no estaría seguro a menos que este se lo dijera abiertamente

—Si no eres capaz de decírselo a los demás, por lo menos dímelo a mí, Sasuke —Insistió el rubio acariciando una de las manos en sus mejillas.

— ¿He de ser como un hermano a tus ojos? —Cuestionó el moreno, negándose a abrirse más de lo que ya lo había hecho con el rubio. No quería ceder, su personalidad arisca no se lo permitía.

Naruto bufó enojado— ¡Por supuesto que no! —Negó— Eres mucho más que eso ttebayo. Un hermano podría morir y yo no sufriría tanto como lo haría si tú lo hicieras, seguramente... — Los ojos azules admiraron el suelo como si fuera lo más interesante en ese momento— si tú te fueras, yo te seguiría hasta el final de los tiempos.

La confesión vino acompañada de un abrazo que Sasuke no tardó en corresponder aspirando el aroma de su guerrero que no lo dejaba de sentir tan incómodo como a gusto.

—Yo pienso igual que tú —Fue su respuesta por la cual ahora sí obtuvo un beso que no quiso deshacer. Se separó en segundos y llamándolo con la mano le invitó hacia sus aposentos dejando la guardia de la ciudad por el momento desprotegida de sus ojos.

Él no debería haber hecho eso.

.

.

.

Los camellos y las exhalaciones sorprendidas fueron el anuncio del castigo que por fin llegaba a su puerta disfrazado de un hombre alto y majestuoso, resguardados por fornidos hombres a cargo de mantener su seguridad.

Sasuke nunca creyó haber visto un soberano que le infundiera tanta incomodidad como aquel sujeto sentado galantemente delante de él. Podía escuchar claramente a Naruto pasar saliva nervioso mientras se mantenía parado a su lado atento a cualquier movimiento sospechoso por parte de los recién llegados.

—Ha pasado tiempo —Empezó aquel con una sonrisa simpática que Sasuke no creyó.

— ¿A qué se debe la visita del soberano del Sur en persona? —Cuestionó el Faraón yendo al grano, sintiendo la necesidad de sacar a aquel sujeto de su palacio por temor a escuchar algo que no debería. Pero no podía hacerlo.

El tipo solo rió negando con la cabeza como si hubiese escuchado algo divertido.

—De niño has tenido mal carácter —Comentó— Sasuke —El nombrado sintió la mirada afilada sobre él disfrazada de una simpatía fingida— He venido para aprovechar tus planes de expansión.

Naruto que se mantenía callado chasqueó la lengua presintiendo algo malo detrás de esas palabras.

— ¿Mis planes dice? —Cuestionó el moreno— No he sido yo el que ha decidido expandir su territorio. La gente que habita los pueblos desolados fue la que imploró mi acogida y yo se la he otorgado.

—Pues, si al Faraón del Norte no le molesta recibir a aquellos plebeyos que ruegan por su protección no creo que sea problema para él aceptar unificar sus tierras con las del sur a mi cargo.

Los ojos negros se abrieron sorprendidos ante aquella propuesta que no se esperaba oir, y que en fondo esperaba que fuera una broma. Una de mal gusto.

— ¿Con qué propósito haría aquello?

—Para formar una nación poderosa —Respondió el tipo seguro de sí mismo, con esa maldita sonrisa altanera que solo invocaba a la desgracia— Podríamos apoderarnos de todo Egipto, ser más grande que el imperio romano —El tipo alzó ambas manos al cielo imaginándose a sí mismo en su propio olimpo lleno de sirvientes y poder— Tu ejercito con el mío harían la potencia que este continente necesita para hacerse notar de los demás.

Sasuke que mantenía las manos cruzadas a la altura de su boca cubriéndola apretó sus dedos en un intento de controlar cualquier emoción que pudiese sentir en ese momento. Observó por el rabillo del ojo a Naruto a su lado que parecía aún más tenso que él mismo, pero que al sentir que lo estaba mirando se volteó hacia él interrogante como si temiese de la respuesta que pudiera dar.

—El virreinato no es algo que me gustaría experimentar con mi pueblo —Dijo admirando lo dura que se volvía la expresión de ese hombre— He de rechazar la oferta de gobernar a su lado.

El tipo se inclinó hacia adelante aparentemente cansado y suspiró— Mira niño —Sasuke supo que no podía replicar ante esa falta de respeto dado a que el sujeto delante suyo era mucho mayor y compartían el mismo cargo en sus tierras correspondientes—  La unión no tiene que ser específicamente con ambos gobernando una sola tierra.

— ¿Entonces qué significa?

El Faraón se hizo un poco hacia atrás en su silla, sintiendo como Naruto daba un paso hacia adelante alerta. Naruto era como un zorro quien se ponía en posición de defensa listo para atacar en cualquier momento si veía que la situación lo ameritaba.

—Mi hija —Explicó el tipo— Te doy a mi hija en matrimonio como símbolo de alianza entre ambos reinos. Si ha de rechazarla, lo tomaré como una acción de desprecio hacia mi persona y he de verme en la necesidad de responder trayendo la guerra a sus tierras.

Sudó frío. Su garganta la sintió extrañamente seca ante ello.

— ¡¿Qué?! —Gritó Naruto llamando la atención de los presentes. Sasuke estaba tan impactado con aquello que no replicó de inmediato— ¡Usted no puede hacer algo como eso ‘ttebayo! ¡Estas demente!

— ¿Quién es este plebeyo inmundo que osa juzgarme? —Cuestionó el invitado con molestia hacia el faraón que se mantenía mirándolo fijamente como si quisiera desnudarle el alma.

—Naruto —Gruñó Sasuke para que el otro le pusiera atención pero el rubio le ignoró.

— ¡Soy un soldado! ¡Soy su soldado! —Señaló a Sasuke— Si usted piensa que puede venir ante mi faraón para amenazarlo con algo tan grave como un anuncio de guerra ¡CULPANDOLO A ÉL DE ESO SI ES QUE SE NIEGA A CASARSE CON SU HIJA! —Naruto a este punto se había acercado lo suficiente al tipo para que los guardaespaldas de este le empujaran sin cuidado.

—Naruto —Insistió Sasuke tomándolo del brazo para que retrocediera pero el rubio lo apartó fulminando a los tipos que no le importaría molerse a golpes con estos con tal de que dejaran darle su merecido al bastardo de su amo— ¡Uzumaki, vuelve a tu puesto! —Ordenó el moreno ahora si levantándose hablando en serio apretándole con fuerza el brazo con su mano.

El rubio sorprendido por la reacción de su amante refunfuñó por lo bajo haciéndole caso pero no por eso dejando de mirar con rabia al tipo que sonrió con sorna, burlándose de él.

—Vaya, es toda una fiera —Comentó el sujeto despectivo— De seguro lo compraste a un altísimo precio, ¿De qué tribu dices que viene?

—Señor —Sasuke le interrumpió indignado— Con el respecto que debería tener al estar parado en mis tierras, le pido que no se meta con mis asuntos.

El tipo observó detenidamente como el guerrero del faraón posaba confianzudamente su mano sobre la de Sasuke que seguía agarrándolo del brazo haciéndole una suave caricia con el pulgar sobre el dorso en señal de afecto. Ese contacto que no debería ser permitido entre un simple guerrero y un faraón como aquel no pasó desapercibido ante sus ojos.

—Tomaré sus dichos asuntos como la razón para no aceptar la mano de mi hija, si es que se niega.

Sasuke lo comprendió. Tanto así que soltó a Naruto de inmediato y se recompuso en su silla como queriendo guardar una distancia prudente con este.

—Si he de negarme no será por las razones que pareciera que se está formando —Negó de inmediato, aterrado con que el sujeto descubriera la relación que tenía con su soldado— Si he de negarme es porque realmente no estoy interesado en ello.

El sujeto se carcajeó— ¿Seguro que no está interesado? Yo creo que si piensa en el matrimonio —La mirada maliciosa se concentró en el rubio guerrero— Solo que con una especie inferior a la suya.

Naruto apretó los dientes y si no fuera porque Sasuke soltó una risa que nunca creyó oír antes le hubiese partido la cara a ese tipo, en cambio sus pensamientos agresivos fueron reemplazados por la confusión. ¿Por qué aquel sonido que debería demostrar felicidad en Sasuke sonaba cruel y desgraciado? Odió por ese momento oír a Sasuke reír.

— ¿Qué ideas se está haciendo, Faraón? —Cuestionó Sasuke sonriendo a su manera. Sus labios ladeados, sin mostrar sus dientes y la mirada afilada como si le hubiesen dicho algo sumamente interesante— ¿Ha de culparme de tener una relación prohibida con mi guerrero? Podría condenarlo a vivir encerrado bajo una pirámide por tal falta de respeto —Ahora fue Sasuke quien apretó los dientes— Usted sabe que ese tipo de relación está prohibida y sinceramente, a mí no me interesa en absoluto.

El Uzumaki sintió que se le encogía el pecho y apretó con fuerza sus puños intentando no exteriorizar el dolor que le causaban las palabras de su amante. Quiso gritarle, quejarse y reclamar por su inconciencia pero apenas abrió la boca para replicar se encontró con los dedos del moreno apretando con fuerza la madera de su silla, como si con ello intentara desfogar una molestia reciente.

 El hombre pareció satisfecho con aquello— Pues tenga mis más sinceras disculpas —Por lo menos tuvo la decencia de disculparse y se levantó al ser avisado por uno de sus guardias que el sol comenzaba a ocultarse— Pero, insisto en obtener una respuesta de su parte, Faraón —Insistió el sujeto cuando el moreno se levantó de su puesto también— ¿Aceptará usted mi propuesta o…— Hizo una pausa volteando a ver a Naruto— sucumbirá a las consecuencias de una guerra inminente? Como usted me dejó ver está libre de compromisos y he sido yo un desgraciado en creer por un momento que no es fiel a las leyes humanas. No demos más rodeo al asunto y acepte lo que le ofrezco, sinceramente es lo mejor para ambos —Dicho esto, el tipo estiró la mano esperando que el otro la aceptara cerrando el trato.

Sasuke escuchó a Naruto gruñir disconforme detrás de él y sentía la mirada pesada sobre él exigiéndole que no cayera ante las provocaciones de ese sujeto. Vaciló, pues sabía lo que realmente quería responder pero sus palabras no lograban ser articuladas. Estaba atrapado.

Estaba de la misma forma en la que vio a su padre asesinado junto al cuerpo de su madre siendo exhibidos ante su presencia mientras los viejos ancianos del pueblo le decían entre susurros confidentes que cuando creciera evitara hacerlos enojar como sus padres lo habían hecho o de lo contrario su suerte sería la misma.

Si la desgracia caía por una mala decisión, él también caería junto a ella. Su vida, sus planes, ¿Por qué la ilusión de vivir tranquilo fuera de ese pueblo se hacía más fuerte que nunca pero a la vez tan descabellada?

Sintiendo que a alguien se le cortaba la respiración, sin notar que era él mismo quien olvidaba que era respirar. Alzó la mano estrechando la contraria en señal de que aceptaba la propuesta.

En señal de que prefería sacrificarse en lugar de traer la desgracia a la gente de su pueblo.

A la gente que podría crucificarlo por una mala decisión. Porque su miedo era mucho más fuerte que su convicción y sus verdaderos deseos.

El tipo dijo algo que no entendió pues el mundo alrededor suyo pareció detenerse. Los pasos alejándose por el pasillo y su respiración agitada, nada fue peor que al voltearse a mirar por donde habían salido los sujetos dió con la estupefacta de su guerrero que con su expresión ensombrecida evitó soltarle cualquier comentario que quisiera escapársele y lo abandonó dejándolo solo con su agonía.

Naruto caminó casi corriendo por todo el palacio dirigiéndose al campo de entrenamiento que a esa hora estaba vacío y golpeó todo lo que estuvo a su alcance para descargar su furia. Seguía sin poder creer lo que había sucedido.

—Mierda —Gruñó golpeándose con la cabeza con una pared cercana— Mierda, mierda…

 Su faraón lo había traicionado. Sasuke, a quien el día anterior había confesado amarlo acababa de aceptar casarse con una desconocida sin dar pelea. ¿Era este el castigo que su Faraón siempre anunciaba que vendría por sus actos? Si era así, dolía. Dolía como los mil demonios.

Ojalá pudiera volver a perderse en el desierto y morirse mientras intenta cruzarlo.

Si hubiese sabido que su amor se transformaría en este sentimiento inmundo lo hubiese evitado. ¿Por qué? ¿Por qué cuando creyó que por fin había encontrado la paz luego de las penurias había resultado solo una falsa ilusión engañosa?

Estuvo mortificándose con sus pensamientos hasta entradas de la noche en donde aun sentía que tenía la energía suficiente para seguir moliendo su cuerpo en un entrenamiento exhaustivo buscando causarse dolor por medio del cansancio para distraer su cabeza sin éxito. Todo era Sasuke, todo su mundo se trataba del Faraón a quien no podía aceptar que decidiera casarse por miedo a una amenaza de guerra.

El miedo de Sasuke realmente era algo serio, pero no creyó que a ese nivel.

Pero no por eso resultaba ser menos doloroso para él.

—Naruto —Escuchó la voz de aquel a quien no quería ver y le ignoró siguiendo con las flexiones que le hacían latir el corazón con fuerza por el desgaste físico que estaba haciendo.

Sasuke que había tardado varias horas en asimilar por completo lo sucedido, por fin se dignó en ir a buscar a Naruto. Sabía que lo que había hecho no era correcto, ni para Naruto ni para él mismo pero no podía combatir ante ello. No podía, Ra sabía que no podía.

Sin embargo ahí estaba, buscando a su amante después de haberlo negado e ignorado al aceptar aquella propuesta obligado por sus temores.

—Naruto —Insistió acercándose.

El rubio se levantó, dejando el ejercicio y Sasuke pudo notar como aquellos brazos temblaban exhaustos. Cuando intentó tocarlo su guerrero lo apartó de un manotazo impidiendo el contacto.

—Naruto no…

—Faraón —Gruñó el rubio despectivo— Me parece que usted no debería estar en el mismo lugar que un soldado a estas horas de la noche sin nadie vigilando su protección, podría ser malinterpretado a ojos ajenos ‘ttebayo.

Aquellas palabras enojadas hicieron que el faraón mordiera sus labios inquieto. Podía reconocer la decepción y la ira en Naruto.

—Ra sabe por qué lo hago…

—Ra también sabe de lo nuestro —Espetó Naruto— ¡Ra sabe de toda la mierda del mundo! —Se volteó para encararlo— ¿Por qué Sasuke? —Preguntó dolido— ¿No he sido lo suficiente realmente? ¿He hecho algo por la que merezca ser castigado de la forma en la que lo estás haciendo? —Notó como su faraón enmudecía cabreándolo— ¡CONTESTAME!

—No, Naruto…— Respondió Sasuke— Tú no podrías ser castigado por mí por nada en el mundo. Cualquiera menos tú…

— ¡PERO LO HACES ‘TTEBAYO! —El rubio se jaló los cabellos frustrado— ¡¿Todos mis esfuerzos fueron en vano?! ¡Dime, bastardo! ¡¿QUÉ MI AMOR NUNCA FUE SUFICIENTE EN REALIDAD?!

¿Por qué dolía esas cuestiones? Sasuke se encontró a si mismo intentando acercarse al rubio que le rehuía.

—Si lo fue, Naruto. ¡Si lo es! —Respondió alzando la voz también, poco importándole que alguien le escuchara. A este punto ¿Cuál era el motivo de ocultarlo si iba a estar destinado a la desdicha con Naruto guardándole rencor mientras él finge una vida en compañía de una desconocida? — Tú haces tanto por mí y yo no he de poder devolverte todo lo que sacrificas… —Apretó los parpados y mordió con tanta fuerza sus labios que logró hacerse una herida que sangró débilmente— Es este título que nunca pedí, ¡Yo no lo quiero! ¡Si pudiese renuncia a ser el faraón lo haría pero no puedo!

— ¡¿Y PORQUÉ NO?! —Naruto igual de alterado que su faraón se plantó de frente sintiendo el escozor en sus ojos amenazando con dejar salir un par de lágrimas retenidas que quedaron libres al notar la mirada triste que le dedicaban esos ojos negros que lucían muertos en ese momento.

La agonía de Sasuke, la que rara vez dejaba lucir se hacía presente destruyéndolo. Era como si él mismo se tuviera de frente el día en que su madre murió esperando a su padre que nunca regresó de su viaje.

—Porque no puedo, Naruto… —Sasuke musitó— No puedo, Ra sabe que no puedo… —El propio faraón comenzaba a odiarse ahora más que nunca. Agitado, sentía que un colapso podría darle y casi lo deseo si eso le quitaba el sufrimiento que recaía sobre sus hombros— Mi humanidad se perdió ese día, mi derecho a elegir lo que quiero no existe, solo soy el Faraón. Sasuke no existe en este mundo, Sasuke no importa, lo que importa es la gente y sus deseos. Si pudiera renacer yo podría…. Si tan solo pudiera volver a nacer sin que nadie fuera consciente de mi existencia más que tu… 

La voz se le quebró en el momento que Naruto lo abrazó no pudiendo ser capaz de ver a quien amaba sufrir por la vida que él no eligió. Porque ambos son prisioneros jugando con fuego.

—Sasuke, Sasuke… —Repitió el rubio llamándolo tantas veces como este  había pronunciado su nombre antes— No me hagas esto. No imagino una vida sino es a tu lado, tú me salvaste, ¡Sasuke me salvó! ¡A Sasuke es a quien yo amo! —Lo abrazó con tanta fuerza que no era consciente que le estaba haciendo daño.

A Sasuke no le importó. Su ropa y su piel estaban bañadas del sudor del rubio y no le importaba. No podía rechazar completamente a aquella persona que el cielo había puesto ante sí.

— ¿Qué hago Naruto…? —Preguntó— ¿Qué debería hacer?

—No te cases —Respondió el rubio— Si no puedes hacerlo conmigo que no sea con nadie. Mi amor es demasiado egoísta para permitirlo y estoy dispuesto a hacerme cargo de las consecuencias.

—Mi tierra caerá —Insistió el faraón no queriéndose separarse de ese abrazo, como si fuera el ultimo que podría darle el rubio esa noche— La guerra sucederá si he de negarme a mi destino.

—Mentiras —Negó Naruto apretándolo aún más, acariciando la cabeza de su faraón antes de depositar un beso cariñoso en la coronilla de esta apretando esos cabellos oscuros entre sus dedos marcando su propiedad a algún ser invisible que parecía estar frente suyo queriendo robárselo de su lado— Tu destino soy yo, nadie más que yo ‘ttebayo. Yo me encargaré de que sea así.

Quiso alejarse y observarlo a los ojos, pero simplemente no pudo.

Porque sabía que su desgracia continuaría.

.

.

.

Continuará…

Notas finales:

Agradezco otra vez a todas las personitas que leen el fic y se dan el tiempito de comentar o dejar su voto en cada capítulo! Nos vemos el próximo Viernes y cuídense de los cambios climáticos. Si eres de Chile, asegura tu techo de la casa para que no salga volando :’v


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).