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Vinculados por koru-chan

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Capítulo veintiocho:

 

Decisiones [Parte dos]

 

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Posiblemente, si mi hermana no estuviera en trabajo de parto, yo aún estaría debatiéndome en el sí debía hablar con Akira o procrastinar el momento con debates mentales que me hacían confundir aún más. Quizás este era el empujón que necesitaba para plantarme frente a él sin incomodidad y con una situación en común de la cual sostenerme.

 

Como siempre, jamás atendió su teléfono. Claro, y cómo lo haría si era bastante tarde. Pasaba de la media noche; hora en la cual, la mayoría del tiempo, el chico tocaba con su banda. Inevitablemente me vi obligado a pisar 1991, naufragar en medio de la muchedumbre y buscar al futuro padre.

 

Al ingresar al recinto me vi envuelto por tonadas y aquella voz que ya conocía. Gazette estaba en escena. Caminé un tramo pegado a la muralla trasera donde estaba más despejado y así alejarme de la aglomeración mientras escuchaba de fondo como el vocalista hacia una introducción a la siguiente canción. Aquella melodía melancólica del inicio no la conocía,  y al parecer, la muchedumbre tampoco porque, a diferencia de otras veces, no se oía al público corear el tema junto a la voz característica de la banda. Seguro era nueva. Y la multitud parecía completamente enternecida por el tono vocal, los instrumentos acordes y la suavidad armónica del conjunto. El clímax de la canción fue dura como su esencia, pero aun así no dejó de lado aquella tristona tonada.

 

Los observé desde atrás. Tocaron un par de canciones después de aquella bonita balada finiquitando, así, su presentación. Los artistas bajaron de la plataforma y, como siempre, se reunieron en un costado junto a la barra para tomar un par de bebidas, hablar con sus fans y compartir entre ellos.

 

Miré el precario escenario como era apoderado por otra agrupación para luego volver mi vista hacia mi objetivo. Inspiré profundamente sintiendo como aquel primer paso hacia la barra se me hizo dificultoso. Alcé mi vista en medio de mi trayecto reticente deteniendo mi marcha de golpe. El rubio no se encontraba junto con el grupo. Lo busqué con la mirada, estaba seguro que lo había visto tomar una lata de cerveza y, ¿luego…? Di un par de pasos observando los alrededores, hasta que lo vi al extremo opuesto al de ventas de bebidas. Akira hablaba de forma muy íntima con una chica delgada de cabellos rojos y largos. La joven parecía una modelo con aquel negro y ceñido vestido corto. La estridente música era una excelente excusa para que la parejita estuviesen muy adheridos el uno con el otro. De vez en cuando se acercaban a hablarse al oído hasta que, al final, la coquetería mutó cuando la distancia fue nula y la chica besó al chico. El bajista no se alejó y la pelirroja concluyó sonriendo sobre los labios ajenos.

 

Debía admitirlo, algo en mi pecho picoteó.

 

Contraje mi teléfono en mi palma cuestionándome vivazmente el porqué aquel chico era así; por qué decía y hacia cosas de forma poco sólidas, y porqué yo me estaba debatiendo sobre algo tan propio de él. Fruncí mis labios y tras un suspiro me mofé de mí mismo. Akira era así y yo era un tonto.

 

Me di media vuelta. Debía ir con Lucy; no me podía dar el lujo de perderme en mis pensamientos ni martirizarme por algo tan recurrente e insignificante. Mordí mi pulgar. Sí, eso haría. Cuando estuviera al tanto de los sucesos, me dedicaría a localizar al músico. Por ahora, sólo me marcharía. Me autoconvencí sintiéndome extraño.

 

Caminé hacia la salida repitiéndome mentalmente que todo aquel desvío había sido una pérdida inútil de tiempo y una muy mala decisión de mí parte. Caminé buscando el contacto de mi hermana, pero en mi transitar distraído me topé con un conocido. Despegué el auricular de mi oreja y murmuré su nombre completamente inaudible.

 

Uruha, quien estaba junto a la salida apoyado de la muralla, alzó su diestra en forma de saludo. Bebió un trago de la botella de su cerveza, de una conocida marca y se excusó del trio de chicos con el cual platicaba. Me miró lleno de preguntas tatuadas en sus ojos mientras se acercaba a mi cuerpo estático.

 

—¡Hey!—saludó con su vista en los alrededores seguro buscando al bajista cerca de mí—. ¿Qué haces aquí?—abrió sus ojos como si recordara algo y un deje de molestia se apoderó de su rostro—. Buscas a Reita—afirmó serio mientras yo abría mis labios, pero de estos no salió sonido alguno. Sólo me dediqué a negar con duda. Mi obvia presencia ahí me delataba; mas, a estas alturas, ya no quería hablar con el músico. Me sentía traicionado de una cierta y rara forma porque definitivamente no debía sentirme así—. ¡Ah! Ahí está. ¿Qué está haciendo ese hijo de…?—murmuró posando su mano en mi hombro cuando intenté seguir mi dirección hacia la salida—. ¡Reita! ¡Hey, idiota!—hizo señas y luego me miró—. Ahí viene… ¿Estás bien?—volví a despegar mis labios sin saber que decir nuevamente, pero después de ese trance mental recordé a Lucy y el verdadero motivo de mi presencia ahí.

 

—Mi hermana va a tener a su bebé—murmuré como autómata.

 

—Mierda—dijo el castaño mirándome fijamente.

 

—Sí. Akira no contestaba su teléfono, no me quedó de otra más que venir—formó una “o” con su  boca asintiendo—. Así que me tengo que ir…—murmuré lo último cuando de repente sentí un cosquilleo en mi espalda. Hubo un silencio entre los dos. Entonces me giré y me encontré con el rubio quien me observaba algo impactado por mi presencia. Uruha se llevó mi atención cuando se aproximó a su compañero y éste palmó el hombro del bajista y se sumergió entre la masa oscura.

 

—¿Qué estás haciendo aquí?—habló sin aliento. Mis ojos chocaron con los pardos y mis labios hicieron una línea recta. Suspiré largamente y hablé:

 

—Te llamé…—comencé—. Estoy acá por Lucy—el chico frunció el ceño y su rostro viajó hacia la escandalosa agrupación sobre la tarima. Éste terminó negando y sonriendo con frustración—. Comenzó con contracciones seguidas hoy en la tarde y la llevaron al hospital. Tendrá a Erika—vi como su rostro asintió decepcionado. Al parecer éramos los dos en la misma situación.

Notas finales:

Hola, ¿cómo están?

Cuando estuve editando me fijé que tuve un error; esta parte debió haber ido con la anterior actualización. No quise colocar esta con la parte tres que nos queda porque iba a ser muy largo para editar. Así que como resultado, tuvimos una parte corta. Lo menciono por si se preguntaban qué pasó.

Por otro lado, les tengo una mala o una buena noticia, no sé como quieran verla ustedes.

Contabilicé los capítulos que me quedaban por escribir antes del final y, sin contar este extenso capítulo, nos quedan entre tres o cuatro actualizaciones. Me falta escribir el capítulo final porque el resto ya lo tengo listo. Esta semana me lo pasé escribiendo para ya ir calmando mi cerebro con tanta palabra.

Es bueno llegar al final, pero es triste dejar esta historia atrás…

Hasta la próxima. Un beso.

PD: Me pueden leer por Wattpad. Mi usuario es Koru-chan.


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