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Perfectas fantasías por fantasma kum

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Notas del capitulo:

Mantenerse lejos de Minho era la cura imediata a sus lujuriosas fantasias. Lograr hacerlo era lo dificil. Porque cada vez que Kibum veia a ese hombre hermoso... su mente tomaba control y la realidad se disfuminaba.

-¿entonces... aun no te han llamado? - key miro a Taemin de reojo mientras seguía chequeando las reservas frente a su computadora.

-no kibum y le pregunte a varios... por lo menos y al parecer de esta área fuiste el único -

-a eso se le llama suerte Key – Nicole comento codeandolo cómplice

-¿suerte? - cuestiono Tae – tal vez este seleccionando gente para desaparecer – bromeo tapando la sonrisa maliciosa – sabes lo que dicen... quien lo trata no vuelve a ser el mismo -

-idiota – rio por las ocurrencia del mas chico.

habían pasado varias semanas desde que kibum había sido llamado al despacho del sr Choi y algo con el pasar de los días lo había empezado a preocupar. Pregunto a algún que otro compañero y nadie había sido llamado al despacho. tal vez solo llamaba a alguien por área como había dicho Tae y el se estaba preocupando por nada. Lo bueno que no se lo había vuelto a cruzar, si bien sus locas fantasías nocturnas no paraban, el hecho de no volver a verlo lo dejaba mas tranquilo ya que no era nada bueno perderse en sus locuras estando dentro de su trabajo.

 

-¿es tan guapo de cerca como se ve de lejos? - indago la chica

-es intimidante – respondió Taemin

-¿y tu como sabes? -

-porque el me pidió a mi que fuera en busca de kibum -

-si... es intimidante – reconoció key. Aunque también era extremadamente guapo y con una voz increíblemente seductora y una mirada y una boca.

-vaya, parece que si da miedo – susurro Nicole – mira como te pusiste de solo recordarlo-

 

key se maldijo mentalmente. Pensar en ese hombre lo hacia excitarse... para su buena suerte tanto Taemin como Nicole creían que su cara azorada era causada por el impacto de haber sido llamado al despacho de Choi y no por lo que su mente atolondrada había imaginado.

 

-hablando del mismo diablo – murmuro Taemin, haciendo que kibum lo mirara confundido.

-caballeros... señorita – la voz sonó clara del otro lado del lujoso mostrador de recepción.

-Sr Choi – dijeron los tres empleados al unisono parándose deprisa para reverenciarse.

 

Minho paseo sus ojos por los tres empleados deteniéndose en kibum

 

-Sr Kim – saludo con una sutil sonrisa, haciendo que key respondiera sonrojado con una respetuosa inclinación de cabeza – por favor continúen con su labor - los tres empleados así lo hicieron. Kibum enfoco su mirada en la computadora sin embargo perdió noción de lo que estaba haciendo y los dedos que teclearon nerviosos - ¿ señorita? - cuestiono mirando a la chica.

-Jum, Nicole Jung, Sr – respondió tímida.

-bien señorita Jung, tenemos una reserva muy importante ….-

 

kibum no supo porque las palabras de Minho había empezado a disfumarse, pero por el rabillo del ojo podía ver esos esponjosos labios moverse de manera encantadora, pudo observar como las manos distinguidas gesticulaban con cada palabra dicha... esas manos y esos dedos que en su imaginación lo habían acariciado por debajo de su remera.

 

“kibum... ¿te puedo llamar así?”

 

Mierda. Se llevo una mano al pecho sintiendo como su corazón latía desbocado... el debía... el debía salir de allí, antes de que su mente tomara control y todo se desbordara.

 

-Taemin... yo... - murmuro al oído de su compañero evitando que su jefe escuchara.

-¿estas bien? - indago preocupado al verlo inquieto.

-si... solo necesito ir al baño... hazte cargo un segundo – sin esperar respuesta se puso de pie no sin antes reverenciarse a su jefe y salir lo mas rápido posible.

 

 

Dentro del inmenso y estilizado baño kibum mojo su rostro. Esto era el colmo... el solo escuchar su voz, el solo verlo había logrado las imágenes lujuriosas de sus fantasías volvieran a su cabeza para tormentar su cuerpo.

 

-calma kibum – se dijo a si mismo mirándose al espejo – pronto se ira y tu volverás como si nada – acomodo los cabellos negros que se habían pegado a su frente. Los ojos rasgados color café aun brillantes y las mejillas ruborizadas a causa de sus pensamientos no daban ningún indicio de calma.

 

Entonces el sonido de la puerta abrirse llamo su atención y la persona entrando lo dejado pasmado.

 

Por el reflejo del espejo podía ver al hombre alto y gallardo. Ese hombre del cual había escapado.

 

-Sr Kim – la voz grave le atontaba las reacciones, esa voz hacia que su respiración se arremolinara justo a la altura del pecho al punto que de manera automática se llevo la mano sobre este – Sr Kim ¿se siente bien? – volvió a decir embrujándolo aun mas…

- yo – balbuceo dando se vuelta para verlo.

 

 

Minho estaba allí vestido con un traje gris que de seguro costaría más de tres meses de su sueldo, con los grandes ojos observándolo curioso y a la vez estricto, con el cabello oscuro perfectamente acomodado… tan bien parecido era el causante de todos sus desordenes mentales.

 

Mas el causante de sus perfectas fantasías estaba mirándolo con una extraña indagación. Tal vez se deba por que él había dejado su puesto de trabajo de manera precipitada, el debería ser profesional y cumplir con corrección su horario… sin embargo esta allí intentando calmar sus perversas utopías.

 

-podría decir… que no, que no se ve bien – como canto hechicero de sirena salía la voz de los gruesos labios mientras su boca se adornaba con esa sutil y seductora sonrisa.

-estoy… estoy bien Sr – kibum reconoció su tono entrecortado, tan poco seguro, tan contrarios a las palabras que acababa de emitir, al punto que sus manos se aferraron del mármol del lavamos que estaba tras él, agradeciendo internamente que este mueble le surtiera de un sostén cuando el sabia que en cualquier momento sus piernas flaquearían.

-Veo – murmuro con diversión plasmada en el rostro, levantando una de sus cejas sin apartar su inquisidora mirada sobre el – tal vez… quizás tal vez – y mientras hablaba sus pasos lo condujeron paulatinamente frente a kibum – necesites algo de ayuda –

 

Demonios…

 

Algo se disparo en el cuerpo del muchacho más bajo, algo potente, como adrenalina pura inyectada directamente en su corazón. Los ojos rasgados parpadearon atónitos mientras las pupilas se dilataban a causa del estremecimiento causado por esa encantadora manera de hablar, esa boca que tan bien emitían las palabras, unas palabras que habían muerto sobre su oído izquierdo.

 

¿Cuándo se había acercado tanto?

 

En qué momento se había puesto a tan corta distancia que el solo hecho de mirarlo hiciese que notase cuan fascinantes eran las vetas chocolates de esos grande ojos. En qué momento el joven heredero había ladeado la cabeza regalando el cálido aliento sobre su cuello.

 

-esto… creo que podría ayudarte – murmuro sobre su quijada, kibum exhalo abstraído al notar como esas manos hábiles aflojaban con tranquilidad el nudo de su corbata, soltando así el primer botón de la camisa que se cerraba sobre su garganta – así está mucho mejor ¿no crees? – hablo sobre la piel blanca enviándole tantos escalofríos que su cuerpo tembló en sintonía y más aun cuando los dedos acariciaron su definida mandíbula

- ¡Ho dios! – exclamo como un lamento, casi como gemido contenido… no había manera que sus piernas pudiesen sostenerlo si el personaje de sus placeres lamia su cuello degustando tan descarado su piel.

 

La mano experta se paseo por su torso acariciándolo lentamente, quemando a través de la tela de la camisa. Esto era ilógico, era absurdo…era su fantasía más profunda, era su placer mas oculto haciéndose palpable… haciéndose tan tangible y tan abrazador que podía quemarlo vivo.

 

kibum sentía que en cualquier segundo su poca cordura se disipara y caería sobre ese hermoso hombre arrancándole los finos trajes, el sentía que el cualquier instante abordaría esa boca que ahora se dedicaba a rozar su cuello, sentía que nada anhelaba mas que enredar su lengua con aquella que tallaba con esmero su mandíbula. Absorto y shockeado a lo único que podía atinar era a aferrarse mas fuerte del mueble tras él, respirando pausadamente para no sonar indecoroso y cerrando los ojos para así evitarse mirarlo de manera impúdica.

 

-eres un pecado… eres el deseo mismo y lo sabes – murmuro haciéndole cosquillas, haciendo que su entrepierna latiera dolorosamente, su cadera por si sola busco contacto y lo encontró, lo encontró en ese muslo enérgico, en ese que apenas rozo lo hizo enardecer – mira lo duro que estas, que provocador de tu parte, tan descarado -se sintió arrastrado hacia uno de los cubículos del baño, sintió como lo aprisionaba por detrás mientras desabrochaba su bragueta.

-¿que?- pregunto perplejo.

-¿no creerás que voy a dejar que alguien te vea de este modo?-

-pero – su queja fue callada cuando tomo su quijada para guiarla a un beso sucio mientras la mano se colaba dentro de su ropa interior tomando su miembro despierto, y el jadeo que escapo de sus labios al ser tocado no pudo ser contenido.

-dije que haría hasta lo imposible para que te sintieras cómodo, y no estarías nada cómodo si te dejara de este modo... si alguien te viera de esta manera me enojaría bastante, ya que solo yo puedo verte así de necesitado, por eso es que estoy ayudandonte... kibum- ronroneo su nombre sobre su cuello – lo estoy haciendo para que te sientas mejor -La mano que lo masturbaba hacia estragos y su cuerpo hubiese colapsado si no se hubiese sostenido de aquella pared. Ser tocado por Minho, sentir el cuerpo viril pegado tras el lo volvía un idiota, un idiota tan excitado que su mente se desbordaba de placer– eres tan hermoso tan perfecto, escuchar los sonidos que haces... es realmente estimulante... - estimulante era ser masturbado por ese hombre, ese hombre al cual no dejaba de anhelar - di mi nombre... kibum – la mano acelero el ritmo y su mano misma acompaño los lujuriosos movimientos – dilo -

-Min...- el éxtasis corto su aliento – Min... ho- lo nombro con la voz rota, mientras todo su cuerpo se estremecía gracias al satisfacción liberada.

-tan sensual sr Kim-

key jadeante apoyo su cuerpo contra la pared cerrando los ojos dejando que su agitación se calmara y rogando que sus piernas aun lo sostuvieran.

 

Tokc... tock... tock.

 

¿tan fuerte aun latía su corazón?

 

-¿Sr Kim?- la voz sonó lejana gracias a su mente abrumada -¿Sr Kim?- tan lejano como un eco - ¿se encuentra bien? –

 

tock... tock... tock...

 

Ese no era su corazón... ese sonido era de una puerta al ser llamada.

 

Kibum abrió los ojos alarmado. Aun en su mano había resto de su propio semen, aun su cuerpo se encontraba conmocionado. Pero Minho no estaba tras el, Minho no estaba respirando sobre su nuca, ni tocándolo de la manera mas deliciosa. Minho estaba del otro lado de la puerta del baño... llamando su atención

 

Mierda... mierda … mierda.

Supo que el ardor en sus mejillas era su propia vergüenza. Rápidamente tomo un poco de papel para limpiarse sus manos, mas veloz se acomodo las ropas. Respiro una, dos y una tercera vez antes de salir de allí.

-Sr kim, estaba a punto de llamar a un medico... ¿se encentra bien?-

-si Sr – balbuceo sin mirarlo ¿como hacerlo después de lo que había hecho?

-cuando lo vi salir tan repentinamente de recepción pensé que estaba descompuesto-

- no Sr Choi, ya mismo vuelvo a mi puesto de trabajo – rezo para que sus nervios no lo traicionaran.

-¿esta seguro? Esta sudado y sonrojado ¿tal vez tenga fiebre?-

-yo - al levantar la vista pudo ver como lo miraba con algo de curiosidad. Carajos... ¿sudado? ¿sonrojado? Mierda si se había masturbado pensando en su jefe en su lugar de trabajo y para su maldita suerte este casi lo había pillado. Maldita sus fantasías tan reales, maldita y estúpida su mente que se dejaba llevar a ese punto. El estaba jodido, realmente jodido.

- Sr Kim, usted es uno de mis mejore empleado y si necesita retirarse porque no se siente bien... yo...-

-no – respondió rápido y mojo un poco su rostro. Roboticamente seco su cara y realizo una reverencia, tratando de no parecer tan incomodo… tan idiota… tan idiota al punto de perderse en una obscena alucinación – juro que estoy bien – acomodo su corbata, acomodo sus cabello y antes de huir de allí le dedico otra reverencia – disculpe Sr Choi, ya mismo vuelvo a mi puesto de trabajo –El nombrado sonrio en respuesta  asintiendo con la cabeza. Permitiendo a kibum correr de allí, preso de una vergüenza que no lo abandonaría con facilidad…

 

Prefecto kibum… prefecto... el idiota mas grande de este planeta.

 

 

 

Notas finales:

Hermosa mia, gracias por tu incondicional compañia... es tuyo.


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