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El infame por Flor de Loto

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Notas del capitulo:

Lo sé, me tarde una eternidad en actualizar. u.u

Pero en modo de compensación, ¡subiré dos capítulos en vez de uno!.

Espero que les guste...

Los ojos verdes de Lord Falcón se habían oscurecido y una leve capa de sudor cubría su frente.

 

_ ¡Miente!. Marcus es un chico bien educado, ¿ en verdad creé que abandonaría su casa para fugarse con este… este villano?

 

_ ese comportamiento no concuerda con Marcus _ dijo el señor Langhy mirando al hombre Moreno que estaba parado a lado de la chimenea _ nos mostró el certificado de matrimonio, milord, lo cual comprueba que está legalmente casado con mi hijo, ¿ pero como se que Marcus estuvo de acuerdo en casarse con vos?. Que yo sepa, ni siquiera lo conocia.

 

_ en eso se equivoca, señor_repuso Lucio.

 

_ ¡el maldito lo ha secuestrado!_ grito Falcón_ es el Diablo en persona. Todo el mundo conoce su reputación.

 

_lord Falcón, comprendo su disgusto pero el mio es mayor, y aquí todos somos caballeros_ replicó el señor Langhy.

 

_ por favor discúlpeme, señor_ dijo Falcón entre dientes.

 

_ vuelva mañana y podrá hablar usted mismo con Marcus, señor, el mismo lo tranquilizará.

 

_¡No! _ Falcón se colocó entre el señor Langhy y Lord Tregell _ deja que lo traiga ahora. Se lo suplico señor Langhy, no permita que Marcus sea violado por este hombre. Miré nada más como ésta vestido de seguro se preparaba para la tarea_ lo miro con ojos de preocupación_ si el a participado voluntariamente como dice ¿ porque no quiere traerlo?.

 

_lord Falcón tiene razón. No voy a quedar tranquilo sin antes ver a mi hijo, déjeme oírlo de sus labios, entonces le creeré_estaba pálido y tenía grandes ojeras.

 

Lucio susurro unas palabras a su mayordomo_ como lo desee, señor Langhy.

 

_si has tocado un pelo de la cabeza de mi prometido...

 

Lucio lo miro con frialdad _ Marcus ahora es mi esposo, Falcón.

 

Se sentía la tensión en la habitación.

Llamaron suavemente la puerta, se abrió y apareció Marcus. A Lucio se le dio un vuelco el corazón al verlo, pequeño y delgado, su bata le cubría desde los hombros asta la punta de los pies. Sus ojos de color miel brillaban a la luz de las velas y su pelo rubio estaba revuelto. Tenía todo el aspecto de acabar de ser amado, Lucio se olvidó de todo y lo miro como si fuera la primera vez, preguntándose como podía ser aquel chico su esposo.

 

_ Lucio _dijo el y se colocó a su lado_¡por Dios!_ exclamó el señor Langhy.

 

_ya ve Lord Falcón _dijo Lucio _ Marcus es mi esposo en todo el sentido de la palabra y por voluntad propia.

 

_¿es verdad, Marcus?¿te has fugado voluntariamente con Lord Tregell?_ observaba con atención el rostro de su hijo.

 

_si padre, lo siento _repuso el_ no pretendía hacerle daño a madre ni a ti.

 

El señor Langhy movió la cabeza despacio_ Marcus ¿como has podido?, Creí que conocía a mi hijo pero parece que me equivocaba.

 

_No, padre_ Marcus hizo un movimiento hacia él pero Lucio lo detuvo.

 

_ Marcus querido, debes decirnos la verdad _ dijo Falcón

 

_ Lucio dice la verdad_ Marcus tomo la mano de su esposo_ me he casado con el porque lo amo y por esa misma razón me he entregado a el. Es mi esposo y no lo puedes cambiar por más que lo desees.

 

Lucio sintio el temblor de la mano de él y supo lo que le costó decir esas palabras.

 

_ lo siento padre espero que puedas perdonarme.

 

Falcón no pudo aguantar más su furia_¿y yo que Marcus?¿donde están tus palabras de perdón hacia mi?¡¿no te importa haberme humillado públicamente?!. Te he dado mi corazón Marcus y tu me lo pagas asi, ahora te vas con Tregell porque prefieres a un Conde antes que un humilde barón. ¡hay un nombre para los donceles como tú!.

 

_¡ Falcón!_ dijo Lucio _ no te atrevas a hablarle asi a mi esposo.

 

Falcón siguió sin hacerle caso_ el solo te quiere porque eras mío y créeme si te digo que…

 

Lucio atacó. Su puño alcanzó a Falcón en la barbilla.

 

Se llevó la mano a la mandíbula _¡fuera de mi casa!_ grito Lucio.

 

Falcón miro la sangré manchada en sus dedos_ no creas que te vas a salir con la tuya Tregell. Esta vez has ido demaciado lejos.

 

_¿y que piensas hacer?_ sugirió Lucio.

 

_lo descubrirás pronto, Tregell_ Falcón camino hacia la puerta_ y en cuanto a ti, querido_miro a Marcus _ ya puedes comenzar a rezar, por algo lo llaman el infame. Lamentarás el día en el que lo preferiste a mi_ giró hacia la puerta_ vamos señor Langhy ya no queda nada más que hacer esta noche.

 

Lo último que vio Marcus de su padre fue su rostro pálido y lleno de dolor. Se cerró la puerta y se quedó solo con su esposo.

 

 

Lucio estaba de pie en la ventana de la biblioteca, con los pensamientos llenos en el chico que yacía arriba: Marcus Tregell, su esposo.

Había sido él quien había convencido a Falcón y a su padre de que el matrimonio era real; volvió a oír sus palabras « me he casado con el porque lo amo », Dios sabia cuanto le habría gustado que pudiera ser cierto. Pero era algo que no podía pedirle a Marcus, le había prometido seguridad y eso era lo que le daria. El trato no incluía nada más.

 

Un matrimonio para hacer que Falcón se arrodillara de una vez por todas, eso era lo que quería. El recuerdo de la mano de Marcus en la suya, el dulce olor a flores que le rodeaba, la sensación de su pelo sedoso… Lucio serró los ojos. No podía tener esos pensamientos, volvió y se sirvió una copa de brandy y se sentó en su sillón esperando que pasará el resto de la noche.

 

Marcus daba vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir. Legalmente era el esposo de Lucio, pero no lo sentía así. Seguía sintiéndose el poco atractivo señorito Langhy, el mismo de siempre.

 

Su cama estaba vacía y se sentía solo, ¿dormiria él?¿el hecho de estar casado con el significaría algo más que solo protegerlo de Falcón?

Se preguntó porque le interesaba tanto protegerlo, tanto como para casarse con un doncel de una posición inferior, tan poco atractivo que no había conseguido atraer el interés de ningún caballero aparte de Lord Falcón. Marcus tenía la sensación de haberse metido en algo muy oscuro, donde no había respuestas a sus preguntas.

 

Pensó en sus ojos azules y la perfección de sus rasgos. Pensó también en el calor de su mano y en la gratitud que lo miro después de que se fueran Falcón y su padre. Lucio Tregell había despertado algo profundo en el y eso no formaba parte del acuerdo. Matrimonio de conveniencia, mejor eso que lidiar con Falcón. Deberia estar contento, pero no lo estaba. Cuando consiguió dormirse, lo hizo pensando en el hombre fuerte y moreno que se había convertido en su esposo.

 

 

A la mañana siguiente Marcus y Lucio desayunaron sentados uno frente al otro. El olor a huevo y a pan recién hecho impregnaba el aire, Lucio se sirvió café.

 

_¿has dormido bien?_pregunto. Marcus asistió _ si gracias ¿y tu?.

 

_muy bien, gracias_ mintió el_ quizás sea mejor que nos alejamos un tiempo de Londres. Tengo una casa no muy lejos de la costa, puede que te guste bañarte en el mar.

 

¿baños en el mar? Marcus intento estar complasido_ suena bien, ¿cuanto tiempo estaríamos afuera?_ Lucio se encogió de hombros _ unas semanas.

 

Bien, pero..._el sonrió con nerviosismo _ no tengo nada más que la ropa que llevo puesta.

 

_eso se puede remediar. Compra todo lo que quieras sin importar lo que cueste nos iremos dentro de tres dias_ yo no… no pretendía que..._ se sonrojó el.

 

Lucio frunció el seño_ ¿que pasa?¿quieres más dias para comprar?.

 

_¡Oh, no!_ lo miro avergonzado _ no es nada. Mejor me voy, me espera un día largo_ Marcus sonrió y escapó del comedor.

 

 

El reloj marco las tres de la tarde y Falcón no se había levantado de la cama. No había podido pegar un ojo desde que había vuelto de la casa de Tregell, la furia se lo había impedido pero ahora estaba más sereno y podía pensar mejor.

El conde había arruinado sus planes, Marcus Langhy ya no sería suyo, su cuerpo tierno he inocente pertenecían a Tregell.

Descarto su primer intento de retarlo a un duelo y matarlo, Falcón no era tonto. Tregell era más fuerte y tenía mejor punteria. Pero había otros medios, como el engaño y el soborno para cazar al conde.

Pensó en Marcus y como temblaba cuando lo tocaba, lo deseaba y lo tendria, el hecho de que fuera el esposo de Tregell serviría para que la experiencia fuera más dulce.

Despues de tantos años el juego volvía a empezar.

 

 

El viaje asta la casa de campo de Tregell era largo y agotador. A Marcus le dolían los huesos del cansancio que sumaba el hecho de que últimamente dormía muy poco. Cada noche tenía pesadillas en la que Falcón lo miraba con lujuria prometiéndole que no escaparia, se despertaba sudando frío y temeroso de cerrar los ojos.

 

Lucio estaba sentado frente a él, la luz del sol que entraba por la ventanilla del carruaje iluminaba su hermoso rostro durmiente. Marcus lo miro.

El sueño lo hacía ver menos severo, como si solo encontrará paz mientras dormía. Cuanto más miraba Marcus, más descubría que no podía apartar la vista. Sus dedos ansiaban tocar la barbilla, la nariz, los labios…

Aunque el interior estaba fresco Marcus empeso a sentir calor. Miro y siguió mirando. Estaba considerando la longitud de sus piernas cuando se dio cuenta de que el ya no tenía los ojos cerrados, sino que lo miraba con diversión.

 

Sus ojos se encontraron. El sonrio_¿tienes calor?_pregunto. Marcus se sonrrojo.

 

_estoy bien gracias_¿lo había visto mirarlo?. La sonrisa de Lucio se hizo más profunda.

 

¡Oh Dios!, Marcus se apresuró a mirar por la ventanilla y se esmeró en tener la mirada bien apartada de él.

 

 

A la anochecer habían llegado a un pequeño pueblo, donde se quedaron en una posada para pasar la noche.

 

_¿ vamos a compartir habitación?_ Marcus miro sorprendido a su esposo que había entrado detrás de él y cerrado la puerta.

 

_no es seguro dormir solo_ dijo él _pero…

 

_nada de peros. Estarás seguro, no soy el monstruo que la sociedad creé. Volvere abajo para que puedas desvestirte, cierra la puerta y no habrás a nadie que no sea yo._ Marcus asintió con la cabeza y el se marchó.

 

Cerro la puerta con llave y se acercó a la cama, paso las manos sobre las sábanas. Todo estaba limpio, aunque algo gastado por el uso. Tanta sencillez le resultaba sorprendente en un conde.

Se apresuró a desvestirse y se labo un poco, luego se colocó el camisón. Las sábanas estaban calientes, estiro las piernas y se relajó. Por primera vez en días Marcus se durmio en cuanto puso la cabeza en la almohada.

 

Sonó un golpe suave en la puerta. Abrió un ojo adormilado, la almohada era muy cómoda y las mantas calidas_ Marcus _ susurro una voz.

 

Salió entre las sábanas y camino hacia la pueta_ Marcus, soy Lucio_ abrió la puerta y lo observó entrar. Solo había una cama, así que espero a ver cuál era la intención de su esposo.

 

Avanzo asta la silla colocada frente la chimenea. Se quito la corbata y luego el chaleco, abrió el cajón de la cómoda y saco una manta. Se quito las botas, se sentó en las sillas y se tapo con la manta.

 

_buenas noches_ dijo el y cerro los ojos. Marcus habrio la boca pero volvió a cerrarla.

 

_buenas noches_ contesto al fin.

 

Se acostó y miro la figura de su esposo en la silla. La cama era espaciosa y caliente. Si le ofrecía compartirla, podría interpretarlo mal. Cerro los ojos, aunque los abrió varias veces para ver la figura de lucio. Luego lo invadió el sueño y no los abrió más.

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Notas finales:


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