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Sus miradas se hicieron cómplices al encontrarse en la estación del tren después de seis meses, las pupilas dilatadas mostraban el deseo que sentían de poseerse una vez más, el cálido abrazo que les unió, les hizo estremecer la piel…
El camino a casa nunca les pareció tan largo, el silencio era sepulcral, y el deseo se encontraba a flor de piel, al cerrar la puerta las ropas cayeron dejando los cuerpos desnudos exigiendo el contacto ajeno, los besos eran demandantes y las caricias obligadas, no podían detenerlo ni un minuto más sentirlo dentro era lo que más deseaba y sin preámbulos se dejó penetrar.
Las ventanas de aquella habitación rápidamente se empañaron dejando ver pequeñas gotas en ellas, dentro podía escucharse la sensual melodía de sus gemidos y respiraciones agitadas, ambos sabían que aquello no era amor era solo el deseo que los consumía por dentro, era el fuego que les quemaba la piel al toque suave de sus labios, no era más que un rio de fuego que desbordado les quemaba por dentro, un fuego ardiente que deseaba ser consumido, eran tan solo dos cuerpos que se rencontraban una vez más consumidos en deseo…
-¡No te detengas!- gimió sensual
-No puedo aguantar- gimió echando su cabeza hacia atrás para evitar mirarle a los ojos, para evitar derramar la lágrima que tanto amenazaba con escapar…
Los movimientos y estocadas cada vez eran más violentas, no podía detenerlo y como rayo que cae estruendoso a la tierra y la hace temblar se echó a llorar, mordiendo su labio hasta hacerlo sangrar y sin poder contenerlo llego como algo que quema y arde, como algo que te inunda por dentro, la cálida semilla expulsada cual furiosa moja y estremece…
Sus piernas temblaban, su fuerza se había ido con el más grande y sensual orgasmo, no podía verle, prohibido besarle, pero aquella noche era diferente caer sobre su pecho estaba permitido, solo para calmar la ansiedad que le provocaba escuchar el fuerte latir del corazón ajeno.
-Dioses extrañaba esto- susurro en su oído
Cansado se limitó a sonreír de lado al tiempo que se ponía en pie y caminaba hacia el ventanal colocando su mano en el vidrio, observando las finas gotas que comenzaban a caer, como si el mismo cielo supiera la tristeza que sentía en su corazón, habían pasado ya dos años y aun dolía, aquel hueco aun se encontraba vacío y crecía tras cada encuentro casual haciéndolo sangrar cual daga que sin temor corta y desgarra…
Por su parte Shaka su confidente, salvador y amigo se acomodó boca arriba sobre las sabanas húmedas, observándole, saboreando el perfecto cuerpo delgado – ¡tengo una nueva receta que estoy seguro será un éxito en la cafetería!- hablo de pronto dejando en claro que no existía amor tan solo era un encuentro más que saciaba el deseo incontrolable de poseer y ser poseído…
-Jm- sonrió- estoy seguro que así será-respondió sin siquiera verle
-Es una receta nueva…- se puso en pie sonriendo al saber el caos que ocasionaría – que he aprendido de un chef Alemán- susurro en su odio al tiempo que se colocaba detrás abrazándole besando su cuello…
Los ojos de Camus se abrieron al escucharle haciendo a su corazón latir aun con más fuerza, la imagen de Hades cayo como rayo, nunca le olvidaría…. el verle con el delantal tratando de cocinar waffles para él era sin duda su más preciado recuerdo, cerro sus ojos evitando llorar y una vez más imaginó que aquel que le abrazaba se trataba de Hades, cediendo nuevamente ante el suave y ardiente contacto…
--oOo--
La noche en Alemania caía lentamente la habitación se llenaba de un suave olor a nardos, los preferidos para hacer dormir al pequeño Shun de apenas dos años, lo amaba con locura aquel pequeño de piel blanca y ojos color esmeralda le llenaban de alegría, podía pasar horas junto a él sin importar el tiempo…
-Vamos Shun es hora de tu baño- le levanto en brazos
-ha Ah- el pequeño balbuceaba estirando sus brazos hacia la ventana
-¡Ha! Pequeño travieso quieres observar las estrellas antes de dormir…- ante las palabras dichas el pequeño rio, Hades quien se había convertido en un padre ejemplar cumplió las exigencias de su pequeño hijo, caminó hacia la terraza donde podía sentirse el aire fresco - Mira como has crecido eres más alto y apuesto que yo- Shun reía y aplaudía al ser levantado – Eres tan alto hijo que casi tocas las estrellas-
-Mi señor-
-¡Zeros!-
-Tengo información importante para usted-
-Estoy harta de su incompetencia cómo es posible que no sepan nada aun- grito enfurecida arrojando al suelo la copa de vino que llevase consigo
-Saori debes conservar la calma estoy seguro que…-
-Todo se encuentra aquí dentro mi señor- hizo una reverencia dejando sobre la pequeña cuna de Shun un sobre blanco
-Mi señora yo…-
-No quiero escuchar tus escusas Minos-
-El hijo de Kardia Antares ha vuelto, se encuentra en… -
-Mi señor por fin lo he encontrado Camus se encuentra en..-
-¡TEBAS!-
-¿TEBAS?-
-jajaja, así que el hijo de Kardia Antares por fin vuelve a casa…- se echó a reír
Su corazón comenzó a latir desesperado por fin lo había encontrado…
Abrazo con fuerza a Shun y deposito un beso en su pequeña cabeza –Por fin podremos estar juntos, solo espera un poco más-
-Llego la hora de poner en marcha nuestro plan Thanatos por fin podre vengar la muerte mi padre
-Debemos ser discretos, estoy seguro que más que nunca los estúpidos seguidores de Kardia, estarán en guardia ahora que el bastardo de Milo ha vuelto-
- No son más que unos incompetentes, lo único que pudieron hacer estos veinte años es mantener alejado y escondido a Milo, lo único que lograron con ello fue alargar su patética vida-
-Es hora de que Hades, reclame lo que por derecho le corresponde y que el apellido de los Wyvern sea reconocido-
-Minos, Aiacos preparen todo- ordeno con una sádica sonrisa en su rostro – Juro que pagaras los pecados de tus padres, te hare sufrir tanto que desearas nunca haber nacido- pensó para si al tiempo que clavaba un cuchillo en su fino escritorio…
Emocionado tomo el sobre, dejando a su pequeño hijo en su cuna, y a paso sigiloso se dirigió a su habitación sentándose al borde de la cama, sus manos temblaban su corazón latía desesperado no podía contener la emoción y con todo cuidado abrió el sobre….
Sus ojos derramaron un par de lágrimas al verle era él, era Camus perfecto como le recordaba –Pronto estaremos juntos, nunca más te dejare-
Decidido, ordeno sus cosas y salió a paso firme esta vez nadie le detendría…
-oOo-
El calor en Tebas era insoportable, aquella mañana el termómetro marcaba 37 °C, odiaba salir y que el sol oscureciera su piel, sin embargo tenía en claro cuál era su misión y nunca dudaría en dejarle solo ni un segundo…
Por un instante detuvo su caminar para poder observarle, toda su vida se cuestionaba si era correcta la tarea impuesta, -¡debes cuidarle, incluso si es necesario dar tu propia vida a cambio de la suya!- aún no podía entender sus palabras por que cuidar de él hijo del que alguna vez fue su líder, por que perder todo por él…
-¡Hasta cuando buscaremos a tu amigo imaginario!- bufo molesto saliendo de sus pensamientos –¡Renuncio!-
-Solo un poco más, estoy seguro que si buscamos podremos encontrarlo...-
-Por qué tenemos que ir en busca de quien sabe quién que viste en el tren, quizá todo fue un sueño o una alucinación, observa mi piel es un desastre, el sol la ha dañado esto te costara bastante caro- señalo con el dedo sentenciando al rubio quien solo podía sonreír,
-Flash Back-
-No entiendo por qué tenemos que hacerlo, todo fue un compromiso entre nuestros padres, me reúso a cuidarle-
Se levantó del suelo con las ropas sucias, cubierto en sudor y su labio sangrante
-No puedes renunciar, si lo haces yo mismo te matare- le amenazo con una larga catana
-No es justo, por que Milo puede divertirse y yo…-
-Milo no se está divirtiendo, él también se está preparando sobre sus hombros pesa una responsabilidad aun mayor a la suya-
-No, no me reusó no quiero darlo todo por él- gruesas lagrimas corrían por sus mejillas
-¡Basta!- le abofeteo- No necesitamos a alguien tan débil como tú, eres una vergüenza- grito al tiempo que apuntaba un arma en su cabeza ante la vista de los demás niños que al igual que Afrodita entrenaban arduamente sin importar la sangre en sus rostros, la suciedad y el sudor.
-Albafika estaría muy avergonzado de ti- al escuchar el nombre de su padre sus ojos se abrieron de par en par, haciéndole recordar que tenía que vengar la muerte de su padre, seco sus lágrimas con el dorso de la mano y se puso en pie. –Estoy listo Manigoldo-
-¡Cid continua con el entrenamiento!- ordeno al tiempo que acariciaba la cabeza del pequeño con una gran sonrisa en su rostro – Estoy seguro que desde donde te encuentras observas con orgullo a tu hijo Albachan pensó para sí al tiempo que giraba las grandes ruedas de su silla…
-END FLASHBACK-
-Dioses, al menos descansemos un poco- término suspirando cediendo ante la petición de Milo quien no dejaba de pedirlo con muecas de tristeza.
Y así tras caminar varios minutos por fin decidieron entrar en una modesta cafetería ya que el sol era insoportable.
-¡Dioses! ¡por fin!-
-Nunca antes había visto este lugar, “Flor de Loto”-
-Flor de loto, flor negra, flor roja que más da el nombre, estoy sediento, que no hay nadie que atienda aquí- hablo molesto al tiempo que golpeaba la mesa
-Lamento la demora dígame en que le puedo ay..-
-Quiero un té helado, con hojas de menta y una rodaja de limón a un costado-
-ju… jugo de manzana-
-Date prisa muero de sed- ordeno haciendo un ademan con la mano sin volver el rostro a él joven rubio quien llegase a atenderlos.
-Suficiente no pienso atenderles-
-Shaka está de mal humor esta mañana, deja yo lo hare –
-Té helado y jugo de manzana- hablo dejando las bebidas en la mesa
Sin prestar atención a Milo quien con ojos brillantes le observaba con el corazón agitado y las manos temblorosas, por fin le había encontrado, solo deseaba un pequeño toque así que tembloroso sujeto su mano haciéndole volver el rostro tan solo para que ambas miradas se encontraran denuevo…