Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulces Memorias [Milo x Camus] por Pandy

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Ta cute, de ese tiempo donde escribía cosas cookies~ XD
Dulces Memorias


Hoy es uno de esos días en los cuales...no quisiera ni hablar. Ya van varios años de tu muerte, de verdad que aún me duele lo has de resentir en tu tumba. Estoy parado frente a tí o a lo que queda de tu esencia y los recuerdos invaden mi mente como nunca antes lo habían hecho. Me hiere recordarlo todo...pero a la vez me hace feliz.


Cuando te conocí Camus...eras la persona más fría y antipática el mundo, quizás llegue a odiarte. Me tratabas mal y me lastimabas con tus palabras aunque nunca lo demostré...aún a pesar de eso me fue gustando tu frialdad, eso fue lo que me enamoró de tí. Cuando eso comenzaba yo no sabía que me pasaba...te veía a lo lejos y las piernas me temblaban, las manos me sudaban y mis labios titiritaban de tan solo pensar en un beso tuyo.


Un beso tuyo… ¡cuanto añoraba yo uno de esos! Y se me cumplió pasado unos días cuando me armé de valor y decidí enfrentarte y declararte todo lo que me hacías sentir. Recuerdo que me llené de rabia cuando reíste con sorna delante de mí y para demostrarte que no me intimidabas...te besé tan profundo como el corazón me dio. Te sonrojaste, y luego me diste una bofetada solo para que yo de nuevo violara la selladura de tus labios que poco a poco comenzaron a ceder. Aquel día pensé que sería el mejor de mi vida pero...cuando te pedí que fueras algo mío solo te excusaste con que tenías cosas que hacer.


Te seguí hasta tu templo y te encontré llorando, arrojando cosas al suelo. Me miraste ofendido por atreverme a invadir tu intimidad y me soltaste un puñetazo en pleno rostro. Te quedaste petrificado al ver de mis labios correr un hilillo de sangre y te dista la vuelta rompiendo en un llanto más desconsolador que el de antes. Yo era tu único motivo para llorar. Me acerqué a tí y rodeé con mis brazos tu delgada y pelirroja figura...quede envuelto en tu aroma y en todo el deseo que en mis venas hacías correr.


Me miraste con los ojos humedecidos y me dijiste claramente que no me podías amar. Tantas emociones en un mismo día podrían haber acabado conmigo...primero felicidad luego... ¿dolor? ¿Frustración? Te pregunté el por qué y tu respuesta fue tonta para mí aunque seria para los demás...éramos dos hombres. Recuerdo con exactitud mis turquesas abrirse de par en par y sucumbir ante tu rostro encantadoramente preocupado. Acaricié los tersos mechones de tus cabellos y hundí mi respiración sobre tu cuello. Susurré un 'no seas tonto' en tus oídos y vibraste en mis brazos.


Me descontrolé totalmente y ese sentimiento te lo pasé a ti también pues de la nada robaste de mis labios unos cuantos besos tímidos a los cuales respondí con total ternura y amor. Me ofreciste tus labios como acto de perdón...


Te amaba y no podía evitarlo.


Te hice mío aquella noche, te entregaste completamente a mí y eso comprobaba que me mentías; Sí podías amarme.


El día siguiente estabas completamente adormilado por el cansancio y no me hacías mucho caso. Luego te pusiste serio y a empujones me sacaste de tu habitación. Eras tan impredecible, eso ya me lo tenía esperado, solo faltaba el momento en el cual deberías estallar. Te la pasaste todo el día de muy mal humor, haciendo gestos negros con la cara pero por dentro yo sabía que sentías otra cosa.


Te estabas perdiendo de amor por mí...y eso comenzaba a gustarme día a día más. Pasaron los días, las semanas y unos cuantos meses hasta nuestra primera pelea. Aún la recuerdo a la perfección: Me diste un par de bofetadas por llegar con aliento alcohólico a visitarte, ni siquiera me dejaste explicar, actuaste como todo un amo del drama. Comenzaste a echarme en cara cosas que yo no sabía que te disgustaban de mí y para ser sincero, tuve miedo de que todo acabara por un error mío.


Desconfiaste mucho de mí después de aquella vez que no acabo nada bien por supuesto. Los celos me corroían el cuerpo al verte sonreírles a los otros y me daban ganas de pelear con todos y cada uno de los que siquiera osaban a mirarte. Más me contenía, mi orgullo comenzó a ganar más que mi corazón y lo que sentía por tí. Te volviste más distante conmigo, solo me hablabas para tener sexo. Ni siquiera era hacer el amor, solo era el 'acostón' como vulgarmente comenzaste a llamarlo.


Te desconocí del todo, no tenías nada que ver con aquel muchacho frío y serio...ahora eras un ofrecido y vulgar...te comenzaron a perder el respeto poco a poco al punto de que tu reputación fue tal como la que yo tenía y que decidí abandonar por tí, pero eso no te importó en lo más mínimo...Exploté solo aquel día en que me sentí el más humillado de todo el mundo: Estabas en la cama con ese, el fulano de la tercera casa...lo odié con toda mi alma y me arrojé a los golpes contra él. ¿Como diablos se le ocurría meterse con Camus, Camus que era mío y solo mío?


Acabé golpeado y trastabillado pero con la frente muy en alto...te tomé fuertemente de un brazo y te arrastré hasta mi templo, en lugar de un golpe que fue lo que sinceramente me dijiste que esperabas, recibiste el abrazo más acogedor de toda tu vida entera, en el que dejé ver que lo que sentía por tí iba más allá de los limites del amor... ¿pero por que hablo de limites? Creo que no tiene y ese día te lo demostré, perdonarte todas y cada una de tus tonterías, aunque ahora fuese más propenso a ser traicionado...eso no importaba solo me importabas tú...


Las cosas dieron un giro drástico...eras más dulce y gentil conmigo, nada del arisco de antes. Me atendías como mi buen novio que eras y del caballero de Géminis no supimos nada después de dos semanas de reconciliarme contigo. Y yo estando tan iluso y embobado contigo que no me percaté que aún tenía problemas y no necesariamente era que me traicionarías de nuevo.


Una nueva batalla comenzó, todos fuimos llamados a la pelea...nos enfrentamos uno a uno con los niños de bronce y llegué a conocer a tu alumno, que a pesar de ser serio y cortante no dejaba de proteger a los que amaba: tal y como yo hacía contigo. Pero me pediste que lo dejara pasar para que midieran frente a frente su poder y accedí no sin rezongar, pues ya tenía miedo de perderte. Las dudas invadieron mi cabeza...si lograron llegar hasta el octavo templo... ¿que les costaría subir cuatro templos más? No mucho, pues tres de tres de nosotros no les dieron guerra y los otros dos solo combatimos por unos instantes...


Temblé de pies a cabeza cuando sentí tu cosmos aumentar y reducirse notoriamente. Entonces...te fuiste de mí.


Sentí mi vida caer, hundiéndome en la depresión, quería morirme...creí que bien podría vivir sin ti pero era imposible, todo se convirtió en una oscuridad infinita.


Estuve desolado por varios meses, encerrado solo en mi habitación enfrentando que ya no te vería nunca más. Varias tonterías pasaron por mi cabeza pero ninguna se me grabó tanto como la de sustituirte por alguien más...Simplemente no podría ni yo mismo me daba cuenta de que te amaba...sin medir o pensar en las consecuencias...


Entonces llegó una noche cálida de verano, aparentemente tranquila...apareciste
como un halo de luz por mi ventana dejándome completamente paralizado, pensando en matar a quién me estuviese jugando una broma de tan mal gusto...te acercaste medio atontado por mi reacción pero me ganó más el sentimiento al sentirte próximo y mi corazón comenzó a latir desbocado...me explicaste con pocos detalles la prorroga que Hades-Sama les había otorgado...aún y con el corazón hecho añicos de pensar solamente que tenía que enfrentarme a tí...te besé, estabas helado...y con tu voz cortada por el llanto me pediste que te llenara de calor...y en efecto, lo hice.


Por que te amaba y por que fue mejor que la primera vez...Quizá esta sería la última y puse todo mi empeño en que salieran bien las cosas, en que te dieras cuenta que sin tí no puedo vivir...que tan solo me mantenía vivo en ese justo instante para ver si lograba infartarme de tanta felicidad y morir contigo para poder estar a tu lado aún después de la muerte.


Esa noche fue mágica y sensacional...fue especial, por que seguías siendo tú...amanecimos en la misma cama abrazados el uno con el otro y me dijiste que por favor no tomara eso como una despedida sino como un hasta luego. Te acaricié el rostro con ambas manos y estallando en lágrimas te prometí que no lo tomaría así y que esperaras por que algún día estaría contigo.


La batalla nuevamente comenzó, me enfrente a tí corazón pero solo por obligación...si tú me lo hubiese pedido yo mismo le cortaría la cabeza a Athena y bien sabía de tus intenciones...pero tenías que disimular los observaban por eso comenzaron a morir los demás. No te negaré que si te comencé a desconocer otra vez pero cuando Athena me ordenó no acabar con ustedes en ese instante no me detuve por ella, sino por tu rostro suplicante.


Una vez más te tuve en mis brazos, subiendo las escaleras y me decías cosas llenas de amor en los oídos, sin que los demás se percataran. Ibas casi muriendo y me embargó el dolor más profundo en mi cuerpo. Tomé un desvío llegando a tu templo pues teníamos que subir desde Virgo y con la voz más dulce que pude decir acabe diciendo te quiero a los cuatro vientos, para tu sorpresa y para la mía pues aquel traidor y Mu estaban a unos metros nuestros.


Te sonrojaste con violencia, tal y como ese Camus que me cautivó más aún con esa carita inocente...seria pero el fin inocente. Las horas pasaron terriblemente rápido, te me estabas yendo y lo peor es que no pude estar contigo.


Lamentablemente no morí, pero espero ansioso el día en el cual pueda volver a acurrucarte en mis brazos tal y como en mis sueños he deseado.


Cuando te amé Camus... ¡que va! Ha sido desde toda la vida.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).