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El peso de mi libertad por MaggMagg

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Notas del capitulo:

(Capítulo resubido)

Kai y Brooklin bajo el cielo Londinense intentan seguir separados. Mystel y Wyatt se esforzarán por borrar los recuerdos o al menos por un poco e atención...

 

-No tan deprisa Kai… -La habitación tenía el aire tibio y el olor a sal y colonia inundaba el lugar

-Tú eres el que no deja de moverse… lo ves?....-El ruido de dos cuerpos frotándose en medio de un caos de sábanas acompañaba al de los incesantes suspiros y resuellos

Las manos del chico, que estaban agarrando las mantas con fuerza, se aferraron al cuerpo níveo que en ese momento lo poseía

-Kai… ah!....no tan rápido… ah!....- jadeantemente, las palabras eran dichas con las exhalaciones impredecibles, mientras él perdía el sentido de lo que significaban, hablando inconscientemente.

-…Así?... aah… se… sé que ya no tienes idea… lo que dices… tu cuerpo es el único sincero…- sus manos, a ambos lados de su amante, le servían de soporte para mantenerse a escasos milímetros del susodicho, hablando con una voz baja y profunda, que sólo enloquecía a su presa, mientras mantenía un vaivén acelerado con movimientos cortos e impredecibles

-…No te alabes… del too… todo, no me conoces tan bien como… ah ah…ah… crees…-el orgullo del chico no lo dejaba ni en esa situación donde no parecían muy fiables sus palabras. Dominado y entregado a la extasiante sensación de sentir al joven ruso en su interior, moviéndose frenéticamente sin saber quien imponía el ritmo, con el cuerpo ardiendo desde dentro, aún así podía desafiar al de orbes grana

-… ja, de verdad eres… ingenuo… Eres sólo mío, Masefield- una estocada fue más profunda que las demás

-Ah!...

-No lo olvides…- besó esos labios ya hinchados y se abrazó firmemente del cuerpo agitado y exhausto que tenía bajo de si… Como tantas veces antes

 

Ese día, Londres era un mar de gente y paraguas andando juntos en las calles. La mirada de todos era hacia el piso donde debían ver para no resbalar, sin embargo, haber levantado la vista un segundo, habría hecho la diferencia para él.

-          Kai, pensé que no querrías venir hasta acá

-          Por qué no?

-          Por... bueno, ya sabes, él vive aquí

-          Wyatt, Inglaterra es un país entero, Londres es una ciudad grande y yo tengo asuntos que atender. No iba a dejarlo sólo por algo tan absurdo como eso

-          ...tienes razón, vayamos por allá...- El castaño caminaba al lado de Kai a través de la multitud en Picadilly Circus

-          ...No tenías que venir

-          ¿te molesta?- su gesto denotó incomodidad y nerviosismo

-          No

-          Entonces no lo entiendo...

-          Viajaste desde Japón conmigo hasta aquí, sin tener asuntos en este lugar. Ni siquiera es viaje de placer y sólo estaremos un par de días

-          Si, pero sólo ahora conozco Londres... no importa si es por un par de horas o minutos, sabes, porque de otro modo no habría venido. Además no tenía deberes de ningún tipo- su sonrisa era radiante, tanto que por un momento el ruso se olvidó de las nubes grises y goteantes que estaban sobre su cabeza.

-          ... Vamos, falta poco- escuchar el optimismo de Wyatt le daba ánimos, incluso dejaba de estar irritable a causa de todo y su gesto se relajaba, aunque la voz era tan firme como siempre

-          ...Au!, lo siento, disculpe...- Wyatt chocó contra uno de los transeúntes sin que este volteara la vista siquiera un segundo hacia él-... ¿será por el clima que los ingleses son tan fríos?

-          Wyatt, no te quedes atrás- hablando de gente fría….

-          Eh, sí, voy. Kai, podemos ver lo del hotel?... es que mi…- el sonido de esa voz se perdió entre el murmullo general. Quién lo habría pensado, Wyatt en pleno Londres y acompañado por él… Seguía siendo el mismo idiota que antes, ruidoso y torpe, sin embargo estaba con Kai…              

 

No estaba de humor para esperar  a que Mystel hiciera su aparición ese día, así que fue a perderse a mitad de la concurrida calle donde no conocería a persona alguna. Su desazón iba en aumento mientras el recuerdo del Fénix y su sueño de en la mañana lo atormentaban.

Pero la vida tan mísera que era con él desde siempre, lo acorralaba ¿Quién iba a pensar que justamente lo encontraría allí, viéndose igual de imperturbable que siempre, es más, hasta sereno al lado de ese insignificante sujeto?

Se quedó de piedra cuando los vio y no pudo evitar estorbarle al castaño quien quiso disculparse a la vez que él reemprendía el paso para pasar inadvertido. Lo logró, claro, pero unas ansias horribles se apoderaron de él, ¿había escuchado hablar al castaño de un hotel?...

-          “Cálmate, cálmate, cálmate…”- seguía caminando entre multitud que ahora en vez de ser un refugio se convertía en obstáculo para alejarse de aquello, mientras se clavaba las uñas en las palmas inconcientemente.

Esquivaba, como podía, a todos esos bultos frente a él, chocó un par de veces antes de llegar a la esquina más próxima y cruzar. Sin poder evitarlo, volteó y lo vio de frente. Esos ojos intensos y crueles se toparon con los suyos, agua, por un instante. La sangre se le heló y la fuerza le abandonó. Un pinchazo le atacó de pronto el pecho y volteó, echando a correr en dirección contraria a Kai, internándose en el corazón de la ciudad.

 

-          Kai, ¿estás bien?…- en la habitación del Hotel Radisson Edwardian Leicester Square Wyatt miraba preocupado a su amigo

-          Sí-dijo en automático pues sabía que a su amigo no le podía sacar la vuelta tan fácil

-          Creo que… Brooklyn estaba dando un paseo hoy…-levantó la vista de su equipaje y lo miró atento. Había acertado, no había sido una ilusión ver al inglés en plena calle

-…-el ruso lo miró suspicaz, pensó que sólo él había visto al pelirrojo

-No entiendo por qué pero te sigues escondiendo

-          ¿de qué?

-          De lo que sientes, Kai. Es normal que te duela, pero no lo demuestras y… y no soporto verte así…- Kai sólo tragó fuerte y desvió la mirada. Natural que siguiera sufriendo, pero cómo le gustaría poder consolarle… Para nadie era un secreto que estaba detrás del ruso

-…nos iremos mañana por la tarde, así que tienes el día pero vuelve antes de las 6- se sintió avergonzado de aquellas palabras, más porque eran ciertas y se había dado cuenta lo que Brooklyn había hecho en él, sólo ahora se sentía tan sólo cuando lo había visto: lejos de él. Se había dado la vuelta para salir de la habitación cuando Wyatt lo detuvo apenas con un suave tirón de sus ropas

-          Kai... a dónde… ¿a dónde vas?

-          Quiero cenar

-          mentiroso…

-          me apetece el bar-dijo secamente y salió

 

Por alguna razón, Wyatt había dado al clavo, estaba evadiéndose, minimizando el dolor, la angustia, el sufrimiento en general. No podía menos que concederle la razón al llamarle mentiroso, pero no lo haría en voz alta, claro.

Bajaba por las escaleras, absorto en sus pensamientos sin prestarle mucha atención a la dirección que tomaban sus pasos. Ni siquiera notó que abandonaba el hotel en el que se hospedaba por esa sola noche, pensado en lo de recién.

Brooklyn Masefield se había aparecido de la nada haciendo que se descolocara. Una cosa era saber que, posiblemente, estaban compartiendo el mismo uso horario, y otra muy distinta comprobar que compartían hasta la misma avenida… Tan lejos y tan cerca… ¡maldición! Había tenido unas ganas locas de ir hasta él y besarle…  tocarle, apenas, sólo un poco…y a la vez de correr en dirección contraria, pero en medio de la decisión se había quedado clavado en ese sitio hasta ver cómo el pelirrojo se perdía del todo entre la masa, sin mostrar nada más que sorpresa. Nada más. Y había pensado, momentos después, que todo había sido un sueño, una mera ilusión… Pero Wyatt lo había visto y eso descartaba que hubiera tenido una visión.

  “Dejarte ir… no juegues conmigo”-pensó con amargura ya en medio de las calles londinenses. Su soledad era algo que a veces parecía tan desastroso como en ese momento. “Deberías desaparecer, desvanecerte en el aire que me ahoga… no todo lo contrario, Masfield… no debería ser de este modo, debería poder cenar con Wyatt, por eso vine, para seguir mi vida y olvidar, incluso para usarlo si me daba la gana, para poder pasar de ti, porque ahora soy libre de ti. Tanta libertad que ahora no soporto… ”

Ahora que sus pensamientos se mezclaban sin control, sus ideas llegaban deprisa sin dejar que madurara una para atender la siguiente. Ahora pensaba en cómo se le daban las cosas siempre hasta el punto de huir, pero esta vez había sido diferente, le habían pedido irse. Mejor dicho, Masefield había sido tan posesivo con él que no había quedado otra salida. Los sentimientos tenían contrapunteos, por un lado se sintió abandonado, también traicionado, dolido, difamado, pero pensó que sería mejor de ese modo y aún sintiendo ese deseo tan férreo por el dueño de esos ojos mar, rompió toda comunicación con él. Todo había desaparecido en medio del sentimiento de rabia y tristeza. Pero el haber destruido todo cuanto tuvo al alcance en esa habitación no quitó el pasado, no borró las marcas.

No supo cómo en aquella ocasión llegó hasta la vivienda de sus compatriotas, en medio de la madrugada, esperando encontrar algo que le mantuviera en pie y alejara la pesadumbre, sin embargo al final sólo salió tras cruzar unas cuantas palabras. Así terminó con Wyatt, un chico que muchos no soportaban y que sin embargo él consideraba un amigo, quizá debido a lo que había padecido en el pasado debido a la admiración que le tenía y hasta ese momento sentía. Sin embargo no era ningún secreto que el castaño lo veía como algo más que un amigo, y en ese momento necesitaba algo así, alguien que le llenara el ánimo y el ego de sí mismo.

Londres vino poco tiempo después, por unos asuntos con un viejo socio de su abuelo había tenido que ir y como Wyatt no lo dejaba ni a son ni a sombra, y como eso en realidad no le molestaba tanto, lo había llevado. Ahora venía el pensar en ese chico. ¿Por qué había accedido a llevarlo consigo? Se sentía solo, sí pero ¿por qué Wyatt? Brooklyn lo detestaba, desde que lo conoció le exigió expresamente no verlo. ¿Era eso? ¿Estaba, a caso, probándose a sí mismo que ya no estaba más atado a los designios del inglés? ¿O acaso no era mentira lo que una ocasión le dijo el mismo Wyatt?

-Sé que me quieres Kai, por eso es que me permites estar cerca…

 

Le quería… ¿le gustaba? ¿Por qué le había venido a la cabeza acostarse con él cuando le pidió que lo dejara acompañarlo? Antes aún de conocer al pelirrojo ya tenía lazos con el castaño, ya habían pasado cosas difíciles entre ellos y aún después de eso se hicieron amigos, pero lo cierto era que Kai adoraba saberse deseado y necesario para alguien, sin embargo no pudieron tener nada más que la amistad debido a muchas cosas como la distancia y la suerte. Y a pesar de todo, seguía allí. Wyatt Smith siempre le había seguido los pasos.

********

-Brookly, ¿qué te pasa?- dijo una animada voz al ver al pelirrojo tumbado en el pasto aún húmedo

-Nada, Mystel…- respondió sin mucho convencimiento

-… Amigo…- no supo qué decir y sólo se recostó a su lado, sintiendo la tristeza que emanaba su amigo

-Mystel, ¿por qué sigues aquí después de casi 2 meses?

-Mm eso es lo que te tiene así? Estoy aquí por ti

-Pero debías irte hace casi los mismos 2 meses

-…No te lo tomes a mal, no es que quiera adueñarme de ti ni nada, es sólo que no tengo mucho que hacer en mi país, ¿te molesta?

-No, en absoluto… ¿Qué dice tu novia?

-… ja, ¿en relación a qué? Tranquilo Brook, esto no tiene que ver con ella

-Lo sé… Vi a Kai, está con Wyatt-soltó de pronto

-¡¿Qué?! Pero si él estaba en Japón, ¿no?

-pues están aquí… Es gracioso, no tenemos que ver pero tuve ganas de írmele encima a ese idiota de Smith- dijo con un contrastante tono de desinterés terminando con una pequeña sonrisa

-Brooklyn… ¿por qué tú y él se separaron?

-¡¿qué importa?! Ahora él está ocupado en algún hotel de Londres junto a su “amigo”…

-No perdió el tiempo, al parecer ustedes son iguales…

-… Tal vez sí…- se puso en 4 sobre el rubio y, aún dominado por los celos y el coraje comenzó a provocar a su propio amigo

-Hey… ¿tan mal te sientes?... aum…-cerró los ojos ante las caricias lujuriosísimas que el mayor le hacía a la par que le devolvía el gesto

-¿Eso te importa tanto?... ¿mm?

-No en realidad… desquítate conmigo cuanto quieras…

 

Mientras la cosa avanzaba, el poseedor de Zeus sólo sabía que no era Kai quien estaba bajo su cuerpo, que no eran sus gemidos los que escuchaba y no eran sus manos las que lo recorrían.

“Desvanécete, Kai, déjame aunque sea por este momento, déjame hacerlo con Mystel y no con alguien que simplemente no eres tú…”

Pero en todos sus intentos simplemente quedó la sombra de Kai…

Notas finales:

¿Algún viejo seguidor?

Espero les agrade ^.^


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