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No solo son sombras por Valsed

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No solo son sombras

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Arigato a: Hannah_chan y a Fine_June por sus rr ^_^.

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Advertencia: HieiXKurama, YoukoXShuuichi Minamino

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Sus amigos se habían marchado, no supieron decirle nada sobre Hiei; dejándolo aun mas preocupado.

Se levanta, aun se siente cansado, pero confía en que podrá encontrar algo que le indique donde esta Hiei.

Un aire frío, la ventana ha sido abierta, voltea a ver, esperando que sea...

Pero...

Alguien detrás de él...

Se le hace extrañamente familiar, demasiado.

Intenta girar, pero una manos sujetan su abdomen, no puede moverse, un cálido aliento en su cuello.

-he deseado tanto verte con mis propios ojos- las manos se cruzan juntando ambos cuerpo – he deseado tanto tocarte con mis propias manos- palabras acompañadas de caricias sobre la ropa – he deseado tanto... probarte-

Kurama es girado, y sus pensamientos le niegan quien enfrente esta, no puede creerlo, es imposible.

-qué tal Suuichi?- una maliciosa sonrisa, ha conseguido lo que quiere, pero aun desea mas.

-You... Youko?-

-así es- de un fuerte empujón el pelirrojo cayo en la cama, sin esperar a que reaccionara, Youko sujeto a Kurama de las muñecas y se coloco encima de él.

-pero... pero cómo?-

-sch, no es eso lo que quiero escuchar- se agacho quedando ambos rostros muy pegados –mientras evitaba que nuestras almas se volvieran a fundir, escuchaba esos exquisitos gemidos que emitías, saberte excitado me excitaba a mi-

-haa- un gemido de la boca de Kurama al sentir una mano en su miembro sobre su ropa.

-ese demonio te ha disfrutado- la mano recorre un camino que la ropa no puede impedir

Kurama siente una fría mano en su piel, en su vientre moverse, rozando partes sensibles –mmm-

-pero ahora me toca a mi-, lo besa. Kurama se siente mareado, esta confundido, no puede haber dos él.

-alto- pronuncio entre gemidos, su cuello ha sido explorado por esa boca.

-por que habría de detenerme?- una mano acaricia el blanco rostro, hilos rojizos enredados en los largos dedos.

-qué pasa?, cómo es que...?-

-te creía astuto, así como yo, por eso te escogí, pero veo que no- una larga garra ha desgarrado la camisa del pelirrojo, permitir ver el hermoso cuerpo, sentir la suave piel.

Una mordida en la oreja, Kurama no puede dejar de sentir placer, cada parte, cada toque, conocía sus puntos sensibles.

-no nos fundimos, una parte de mi permaneció intacta en lo mas recóndito de ti, cuando aprendiste a amar a los humanos, me encerraste como el ladrón que soy, pero gracias a esa pócima, mi mente retorno, me escape, solo aguardando el momento de recuperar mi cuerpo-

Una mirada sorprendida, toda una vida sabiéndose conciente de quien fue, usando los poderes como propios, permitiéndole conocer su mundo, pero... para qué?.

-los demonios que has matado en este tiempo, yo los he estado guardando, fundiéndolos para el momento en que mi espíritu obtuviera el poder necesario, y observa, siente- una mano llevada al fornido pecho, haciéndolo acariciar sobre la blanca tela –por fin soy libre-

-es... es...-

-no digas imposible- se inclina, dejando ambos cuerpos muy cerca. La dulzura de la rosa, la suavidad de sus pétalos, y la peligrosidad de sus espinas –porque esa palabra no es la adecuada-

-entonces has... revivido-

-así es-

-pero por que has venido a mí, si yo soy tu?-

-no, eso no es del todo cierto- un brazo apoderándose de la curvatura de la cintura, obligando a ambos cuerpos juntarse mas.

-qué es lo que quieres?-

-bueno, te explicare como humano que tu eres- la mano libre, recorre lentamente el otro rostro.

Kurama no ha hecho intento alguno para liberarse, el saber que ha pasado le es más importante, además de que...

-estuve ahí, ayudando a que tu madre te tuviera, estuve ahí, ayudándote en la escuela, en los quehaceres de la casa, te ayude a crear un prestigio, y estuve ahí cuando decidiste robar ese espejo y después cuando te convertiste en un esclavo del renkai-

-yo...-

-sch, aun no acabo- su cuerpo gira quedando boca abajo, había sido un movimiento demasiado rápido –conozco todo de ti, te he visto, te he sentido, y te he... deseado- la tela se abre paso a una mano invasora, ha encontrado el camino.

-aahh- un dedo en su entrada, su cuerpo se sacude –no-

-te prometo mas placer que la que ese demonio te da- ya otro dedo ha entrado, se mueven con rapidez, una parte de Shuuichi quiere detenerlo, pero es una parte muy débil.

-detente-

Sabe bien que no podrá detener a Youko, pero...

Ya no hay mas ropa, y el demonio zorro, se introduce lentamente, gemidos lo acompañan en su invasión. Sus movimientos lentos, sus manos sujetando firmemente el delgado cuerpo.

Acelera su vaivén, tocando en cada ocasión esa parte sensible provocando gritos placenteros, lo disfruta, sabe que lo tiene a su merced, lo conoce tan bien.

La culminación llega al mismo tiempo, sus cuerpos sudorosos se curvean al derramarse; Youko ahora ha poseído a Shuuichi.

Ambos cuerpos recostados en la cama –eres mío- le reitera su estado, demasiado cansado para hablar, pensar, se deja llevar por el sueño.

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Desea seguir durmiendo, pero algo le incomoda, se frota los ojos, a su observador le parece tierno, pero no lo conmueve. Hay mucha luz, pero se acostumbra con rapidez, descubre entre la luminiscencia a la persona plateada.

La realidad es incrédula.

-escogí bien- supone lo que le quiere decir

Su posición en la ventana, una imagen eterea –qué has hecho con Hiei?- permanece sentado en la cama, las sabanas difícilmente cubren su desnudes

-ese pequeño demonio de fuego- lo mira, es tan pesada –me persiguió así que tuve que hacerme cargo de él-

-tu no podrías vencerlo-

-claro que si, sobre todo cuando tengo una ventaja- su paso sensual, se acerca cual cazador, Shuuichi se intimida, no es fácil estar del otro lado –él te ama, no te haría daño- lo toma del mentón, llevando a las miradas enfrentarse –lo que él no sabe es que esta parte no es la que lo ama-

Un golpe a la mano, su rostro a sido liberado –qué le hiciste?-

-no te preocupes no le haría daño, aun lo amas, y no me gustaría verte triste- no sabe si es ironía. Las manos en los hombros llevándolo a acostarse –porque yo me amo a mí mismo, entiendes lo que te digo- un beso profundo, no quiere la respuesta porque la sabe.

Las manos exploran lo conocido, su cuerpo subido a la cama, sometiendo al otro –espera- jadeando, logra hacerse espacio.

-aun estoy cansado-

-ya veo porque ese koorime te critica por ser un débil humano, pero realmente a mi no me importa- comienza con sus besos, su posesión sobre ese cuerpo.

Kurama no sabe que pensar, que hacer, una vez fueron uno, es esto una traición al amor de Hiei?

Alguien lo sabe?, pero Kurama tendrá que descubrirlo.

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Todo el cuerpo le pesa, pero por algo tan insignificante no se detendría. Ambas manos en el húmedo piso, y con gran templanza, se levanta. No sabe cuanto tiempo ha permanecido ahí, pero por el malestar en su cuerpo sabe que bastante.

Por el cielo diría que acababa de llover, eso fue lo que lo despertó.

Ya se ha fortalecido, pero aun permanece recargado en el árbol cercano de donde despertó. Vaya, no es un lugar cómodo, pero para pensar con urgencia no se necesita de uno especial, menos ahora.

Ha visto a dos Kuramas.

Un Youko, que casi lo mata, que no le daba respuesta, y aun Kurama inconsciente en su departamento.

O seria solo uno, pero... que él...

No sabia ni en que pensar, no era posible que viera ‘dos Kuramas’, no quería creer que Kurama lo atacara. Es más fácil pensar que un enemigo se hizo pasar por Youko.

Si eso, eso fue.

Buscaría las respuestas en la persona que debía de tenerlas.

Y recibido con la ventana abierta, encontró a Kurama, aun recostado en la cama, seria que aun no despertaba, y donde estaban los chicos?, Esperaba que lo cuidaran.

-Kurama- se le acerco lentamente, su sentido de alerta activado, esperándolo encontrar solamente dormido. Una mano en el hombro, y un suave movimiento –Kurama?-

-mm?- los parpados temblar, el movimiento antes de poder contemplar las bellas esmeraldas.

-Hiei- escucho antes de ser rodeado desesperadamente por unos brazos –Hiei- escucho repetir mientras un rostro se ocultaba en su pecho.

Sin palabras, solo un pensamiento: ‘este no es el Kurama que me ataco, jamás lo haría’; sus manos capturadas en el abrazo, queriendo, incomprensiblemente, corresponder el gesto.

-me alegra verte- una sonrisa no vista –temía que algo malo te hubiera pasado-

-yo estoy bien, pero a ti qué te paso?-

-nada- su rostro tranquilo, demasiado

-cómo que nada?- él paso por muchas cosas, se la ha pasado pensando, sentirse incluso frustrado, y no recibirá a cambio un nada –te atacaron, quien fue?-

-nadie me ataco Hiei?-

-y ese sujeto que salió de aquí ese día?, ese qué se parecía a Youko y qué me ataco?-

-nadie me ataco, me desmaye de cansancio-

-cansancio?, cansancio de que?, he estado contigo los últimos días y no has hecho nada que te lleve a ese extremo-

-no lo se Hiei, deberás no lo se-

Una mirada serena, sus ojos le ocultan algo –hay algo que no me has dicho, qué es?-

Una mirada baja, unos labios cerrados, no quieren separase, pero deben de hacerlo –si te dijera que quien te ataco fue Youko Kurama?-

-tu eres Youko Kurama-

-ya no-

Es su momento de hablar, una sola pregunta lo resolverá, pero que respuesta recibirá –a qué te refieres?-

-mi alma de humano y de demonio se separaran fue parte de los efectos de la pócima de vidas pasadas, cuando me convertía en Youko, era la parte demoníaca la que dominaba, la otra estaba presente, pero no unida. Youko Kurama esperaba el momento de liberarse de su parte humana sin que nadie lo detuviera-

-quieres... quieres decir que... hay un Youko y un Kurama, cada uno con diferentes almas?-

-así es-

-pero entonces- intentaba mostrarse tranquilo, pero era algo... increíble –cómo es que...?, cómo le hizo sin que nos diéramos cuenta?-

-se mantuvo oculto, sabes que es muy asusto, permanecía dentro de mí... -

-eso, eso, si siempre fueron dos almas-

-no siempre fuimos dos almas, un tiempo ellas se fusionaron, él que tu conociste es la fusión, este que soy... - un rostro ladeado, se había dado cuenta, pero apenas lo reconocería -soy solamente humano, no tengo ninguno de los poderes de Kurama, soy... únicamente Shuuichi-

Silencio, los pensamientos iban y venían, algo tendría que formarse, un sustento a las acciones vistas.

-tengo que pensar- ver la mirada entristecida de Kur... Shuuichi le incomodaba, no le gustaba verlo así, pero él mismo necesita su tiempo.

Pero antes de llegar a la ventana.

-Hola Hiei, qué bueno verte?- la autosuficiencia desprendiéndose por completo de él –es que ya te ibas-

Una mirada en el pelirrojo, otra en quien estaba frente a él –así que es real-

-supongo que Shuuichi ya te lo contó- se acerca, el koorime no le teme, por que habría? Un mentón sujetado –pero qué tanto te contó?-

La mano retirada con brusquedad –se que ahora son dos, pero... qué es lo que se propone Youko ahora con una vida nueva?. Tu tiempo se acabo-

-si mi tiempo se hubiera acabado, no estaría aquí- se sienta en la cama, a un lado de su otra parte -he decidió rehacer mi vida- su boca se une en un beso con Shuuichi.

Hiei no sabe que pensar, le esta siendo infiel, quizás no... ya ni sabe. Youko lo ha besado, Shuuchi lo ha besado, Kurama lo ha besado, en cada una de sus facetas le ha mostrado su amor, pero ahora Kurama son dos. Y esos dos se están besando y él no esta ahí.

Youko lo disfruta, ya no era un simple beso, se devoraría al humano de manera pasional, y el publico lo hacia aun mas erótico. Solo que a Shuuichi le parecía incomodo, quería detenerlo pero no podía negar que lo disfrutaba, pero, ahí estaba Hiei, lo ama y lo estaba viendo en esa situación.

Y Hiei... solo veía, la mirada retadora de Youko observándolo fijamente, esperando alguna acción, pero Hiei no se movía, veía toda la escena inmóvil, todo ese espectáculo lo estaba... excitando.

Entonces lo vio, mientras Youko recorría el pecho del pelirrojo, Hiei encontró las esmeraldas, escuchaba los gemidos, pero esa mirada, le estremeció, parecía llenarse de culpa, suplicaba calladamente que se detuviera.

Y esta vez no se quedaría inmóvil.

Un rápido movimiento, katana en mano se lanzo contra el kitsune, pero Youko lo esquivo ágilmente.

-vamos Hiei, no deberías ser tan celoso, solo soy yo, Youko, es que ya no me amas?-

-yo amo a Kurama, no a Youko ni a Shuuichi-

-que cruel eres- se burlaba, aun más al ver la lagrimas derramadas en Shuuichi –creí que amabas todo de Kurama-

-el todo exactamente- era difícil concentrarse, los opuestos lo confundían, quería ser duro para enfrentar al demonio, y quería ser consolador para el humano. No podía hacer las dos cosas, era frustrante –buscare la manera de que sean uno otra vez-

Un brinco con dirección a la ventana, pero un látigo en su tobillo le impidió salir

-yo no lo permitiré, volveré a tomar el control, y recuperare mis tesoros-

De un movimiento de espada, corto el obstáculo y salió, Youko corrió tras de él, Shuuichi se levanto, pero seguirlos le era imposible.

Hiei se alejaba deprisa, no le huía a Youko, lo enfrentaría si tenia que hacerlo, pero la convivencia con la parte humana de Kurama le hacia preocuparse por las personas que estaban cerca.

Salieron de la ciudad, demasiado lejos de cualquier cosa, menos de su rival, una enseñanza que aprendió de Kurama, del humano protegiendo a los suyos.

-así que quieres pelear- el youko sonrió, su látigo sujetado con ambas manos, su altiva presencia contemplando a su contrincante y rival.

Dudaba, si, lo hacia, una vez deseo enfrentarse al legendario Youko, quería conocerlo, y lo hizo, se hicieron socios, amigos y amantes, por que ahora lo hacían enfrentarse?

-te venceré-

-si así lo quieres, lo lograras- lo sabia, conocía todo de él, como el Kurama que fue –pero la victoria será únicamente mía, al igual que Shuuichi-

Pelear contra Youko para obtener a Suuichi, pero él no quería eso, mucho le había costado aceptar a Kurama como kitsune y como humano, como para que ahora le salieran con esto.

Toma con firmeza el mango de su katana, que fastidioso es pensar, que molesto es sentir y aun mas confundirse por el amor, que tonto fue en aceptarlo, pero ahora es demasiado tarde para negarlo, amaba con todo su ser demoníaco, hacia tiempo se había dado cuenta, lo hacia inmensamente feliz, pero ahora…

… ahora…

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Corría, corría todo lo que su cuerpo inmerso en la debilidad humana le permitía, ahora mas que nunca odiaba ser humano, pues corría sin dirección, no sentía sus presencias, solo seguía un presentimiento, el que le corazón le decía, pero también sabia que su corazón no quería verlos pelear entre ellos, entonces… a donde lo llevaba su corazón?

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Dura pelea, la ventaja se notaba, Youko sabia llevar muy bien su juego.

-maldita sea- Hiei se levantaba con dificultad, las heridas decoraban su cuerpo pintándolo de rojo

-sabes Hiei, te daré un consejo- lo aprisionaba con su látigo –no tienes motivos para pelear, vamos, prénsalo bien, por que peleas?, Por Kurama? Por Shuuichi y Youko juntos?, yo Youko deseo matarte mientras te veo sufrir-

Mas laceraciones en el koorime, Youko era demasiado fuerte.

-piensalo Hiei, podría perdonarte la vida, si prometes alejarte de Shuuichi- sonrisa de satisfacción, una de sentir el triunfo cerca.

A caído de rodillas, el látigo liberando su cuerpo, las palabras revolverse en su mente, si Kurama ya no lo ama, si ya… no es quien él ama, para que luchar?.

-Hiei- sus ojos enfocando al pelirrojo, se le nota cansado, sus ojos mas brillantes que nunca, pero él no es el Kurama que quiere, solo es Shuuichi, y él de haya es solo Youko.

El zorro plateado ha desaparecido su arma, toma lugar entre humano y koorime.

-aquí ya no hay nada para ti- Sus ojos carmín ya no ven al humano, solo a aquel despiadado Youko narrado en bocas de demonios que lo alababan.

Pero en su pecho aun queda algo muy fuerte latiendo muy fuerte y diciendo que aun hay algo que queda ahí, solo que aun no lo ha visto.

-Hiei- nuevamente su nombre, la preocupación se escucha en tan solo cuatro letras, ahí esta el humano que aprendió a amar, el que le enseño a amar y lo ama.

-cual es tu decisión Hiei? Irte para siempre o morir?-

Un pie con firmeza en el piso, se levanta, lo ha comprendido –yo…-

-no lo lastimes- Shuuichi se ha colocado enfrente, defendiéndolo con su débil cuerpo humano –somos completamente opuestos, tal vez no tenga poder alguno para enfrentarte pero ten pos seguro que haré cualquier cosa para que no lastimes Hiei-

Eso era lo que necesitaba, lo que necesitaba confirmar.

Necesito a Youko para ser fuerte, pero necesita a Shuuichi para poder vivir. La decisión esta dada. El jagan se ha abierto, mas poderosa que nunca ahora que tiene un nuevo objetivo. El dragón en su brazo cobra fuerza, tiene hambre y devorara a su victima.

Youko intenta contraatacar, pero… Hiei es más fuerte.

A vencido.

Esta cansado, del Youko ya no queda rastro, Shuuichi se deja caer en sus rodillas, no puede ver su rostro.

-estas bien?- intenta ser frío

-si- lo mira de reojo –su separación de almas fue un éxito-

Da unos pasos y se deja caer sentado a su lado –que bien-

Sus esmeraldas miran el cuerpo lastimado –ya no podre curarte, no… recupere mis poderes, ya no puedo invocar plantas- su mirada baja, la voz apagada –ya no te soy útil-

Esas palabras le llaman la atención, mira fijamente el rostro entristecido –hn, nunca lo fuiste- Ahora tiene toda su atención –hace mucho tiempo que las habilidades de Youko comenzaron ha ser innecesarias-

-Hiei- nuevamente los ojos humedecidos.

-fuiste capaz de enfrentarte con nulas oportunidades de sobrevivir, eso es…- guardo silencio, comprendió que estaba siendo demasiado hablador, una maldición a los débiles pero hermosos sentimientos humanos.

-Hiei, Kurama- dos voces se escucharon acercarse.

-qué paso? Están bien?- Yusuke y Kuwabara llegaron donde ellos.

-ellos si que son útiles, llegan cuando todo se acabo- una sonrisa cómplice

-si serás Hiei, a donde íbamos a llegar, si solo sentimos su ki y la de Kurama, es que acaso tuvieron una simple discusión- Yusuke contraatacaba la ofensa.

-los tortolitos tienen problemas- dichas con ironía, pero que ciertos eran.

-idiota-

-que has dicho enano?-

-por cierto- el detective detuvo su acostumbrada discusión –Kurama te veo extraño, no puedo sentir tu ki-

Un suspiro, la mirada en el cielo, sabiendo la larga explicación que tendría que dar, además de ciertas cosas que tenia que omitir, ellos no sabían de su profunda relación; una buena amistad, era todo lo que sabían.

-podría contarles todo- una mirada a Hiei y el ‘todo’ queriendo decir de más.

-yo ya me voy, has lo que quieras- se levanta

-Hie espera, estas herido- sus manos sujetándolo

-estaré en la casa, así que apurate en explicar- y de un brinco desaparece de la vista

-éste no cambia, pero…- una mirada profunda en el pelirrojo –por que dijo la casa, en vez de ‘tu’ casa, he Kurama?-

El nerviosismo, no se había dado cuenta de ese detalle –bueno, les explicare, pero…-al fin se levanta –vayamos a un lado mas cómodo, no se me hace un buen lugar para platicar-

-no nos estarás dando rodeos-

-no, como crees Yusuke?- comenzó a caminar con pasos presurosos

-Kurama qué escondes?-

-nada, les dije que les contaría-

-Kurama, esperanos-

Vio a los tres alejarse, antes de continuar su camino, el departamento seguía tal cual lo dejo, lo esperaría, pero primero pensaría en la cosas que pasaron, seguramente Kurama también necesitaría pensarlo, pero algo se había dado cuenta, y es que aun sin poderes seguía siendo Kurama.

Su Kurama.

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Fin

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