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No confíes en nadie. por yuxiel ucegui

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Notas del fanfic:

¡Hola!, no no he desaparecido aun sigo en este mundo de la escritura, tengo tanto sin escribir que cuando regreso tenia que hacerlo con una adaptación de una película. Si son curiosos solo deben googlearlo xD.

Este fic esta enteramente dedicado a mi gran amiga de apodo “Kororo” apodo dado por mi claro, que te pensaste corazón, que te ignoraba de a gratis?, No, estaba escribiendo, poseída por la musa y pensando en T y H juntos xD, espero que esto sea justo lo que querías y lo que has estado pensando, ya viste la peli, sabes a grandes rasgos lo que pasa, no obstante diré que habrá grandes cambios a partir del segundo capítulo, aunque ahora no lo parezca.

En fin, espero que si alguien entra a leer no quede desencantado y que sea justo lo que espera, como tuve problemas con las etiquetas y demás, diré que es un Stony con algunas sorpresillas por ahí, saludos!

Notas del capitulo:

Lo de siempre, nada es mío, nada con fines de lucro, solo lo uso con fines recreativos, bla, bla, bla…

El tenue murmullo de los pájaros cantando llegó rápidamente a sus oídos, despertándolo de manera abrupta de aquel hasta entonces pacifico sueño, sentía el cuerpo entumido y por alguna razón había mucho calor alrededor de su cuerpo, abrió los ojos sintiendo como su mejilla parecía estar entumida y el movimiento de los músculos de su cara resultaba algo en verdad doloroso. Sus manos que hacían la vez de almohadas improvisadas se mantuvieron muy quietas en su lugar  y respiro de forma lenta y pausada finalmente enfocando de manera nítida la vista.

Había una pared blanca frente a él blanca y llena de luz, probablemente de alguna ventana, y el sonido incesante de los pájaros ahora fuera de la inconsciencia del sueño le parecía que llegaba de manera nítida y extraña !Pájaros! en la tercera torre de aquel viejo complejo de departamentos, ¿En el séptimo piso? Llevo su mano al dorso de su mejilla en un acto reflejo, la boca le sabia levemente a cobre, la cabeza le daba vueltas y en ese momento fue consciente del hecho que se encontraba totalmente desnudo debajo de aquellas suaves sabanas. Seguramente se había vuelto a perder en alcohol la noche anterior, miro hacia abajo a la altura de su vientre y una mano lo apresaba con posesividad.

-          Maldición.-

Mascullo por lo bajo al ver que las pruebas le indicaban cada vez con más vehemencia que se había pasado de copas. Justo hoy que tenía el examen final del parcial de Química, el Señor Roberts lo mataría si volvía a llegar tarde a clase, volteo de manera rápida el rostro para mirar al desconocido al lado de él, seguía dormido “Perfecto” pensó. En su mente solo había un pensamiento y ese era el de huir de aquella habitación, con sumo cuidado retiro la mano de aquel hombre de su cuerpo y se deslizo por las suaves sabanas de seda color crema. Sus pies descalzos hicieron contacto con la duela de madera, sentándose sobre la cama noto que había una sabana extra o tal vez fuera una manta delgada como fuera le serviría para envolver su desnudez alzo la vista recorriendo la habitación y el instinto lo llevo a una puerta al lado de lo que parecía ser el armario, por alguna razón fue a ella dejando de tras solo el leve seseo que hacia la tela al rozar contra la madera.

Al entrar a la habitación descubrió que era el baño y un mural de fotografías adornaba la pared junto al espejo  sobre el lavabo ero lo primero que atraía la vista por su manera a típica de irrumpir en el ambiente.

- ¿Qué?.- su cuerpo se paralizo al ver lo que aquellas imágenes tenían para mostrarle y se acerco deprisa hasta ellas para poder verlas a detalle. Era aquel desconocido a su lado, en todas y cada una de ellas... Aquel sujeto con un traje militar desembarcando de un barco y el felizmente entre sus brazos, ambos dentro de un globo aerostático con la imagen de la bandera estadounidense en el globo. Tomo con vehemencia una en donde solo aparecía el rostro sonriente con ojos azules y mirada llena de amor: “Steve” decía una pequeña nota sobre un postick amarillo al lado de la pictórica sonrisa. “Steve, es tu esposo” le aclaraba otra nota más sobre una fotografía con una luz anaranjada de fondo y en primer plano sus manos tomando el rostro sonriente de “Steve” … ambos con trajes, el tenia un traje blanco y Steve un traje militar de gala obscuro.

-  No, no, no… ¿Que está pasando?.- La confusión se planto en su rostro y pudo captarla en primer plano al ver su reflejo en el espejo quedando aún mas perplejo y confundido al ver sus ojos cafés rodeados de pequeñas arrugas y su rostro libre de la barba que en el pasado le había costado tanto cuidar y mantener. Su reflejo no era el de un anciano pero claramente no tenía los 20 años que su mente le decía y no había ningún examen que estuviera esperándolo en la universidad. La angustia y la incertidumbre de no saber lo que estaba pasando con su cuerpo y mente le hicieron obviar el detalle que su rostro lucia amoratado con el pómulo derecho hinchado.

Volteo despacio sabiendo que la única persona que pudiera darle respuestas seria aquel desconocido que había dejado en la cama, con paso lento y mucha cautela asió con fuerza la manta que cubría su cuerpo, como si esta hubiera dejado de tener una consistencia suave y liviana para convertirse en de alguna manera un escudo que pudiera protegerlo de aquella locura que estaba ocurriéndole.

- Tony.- escucho en cuanto empujo un poco la puerta del sanitario y esta cedió mostrándole la misma habitación de la que hace unos minutos había huido pero que ahora parecía totalmente distinta, tan ajena a él y a la vez tan familiar embargando su cuerpo de una sensación extraña he incomoda que hizo que su vista se nublara por un breve segundo y su garganta se cerrara. No, no se pondría a llorar, “todo tiene una solución”. Se dijo mentalmente: aquel extraño… “Steve” Su mente le recordó de mala gana le daría respuestas, entro a la habitación y observo como le esperaba sentado en la cama, luciendo paciente y cansado a la vez, un poco triste podría decir si no estuviera totalmente aterrado.

 

- ¿Quién eres tú?.- rogo una explicación que el mayor claramente había estado esperando por el lenguaje corporal que mostraba.

 

- Soy tu esposo, Steve.- el mar azul contra la tierra café hicieron contacto, Tony en busca de reconocimiento y Steve como un medio para calmarlo y crear confianza entre ellos.- nos casamos en el  2003.- despacio son hacer movimientos bruscos el aparentemente soldado se incorporo de la cama tendiéndole una bata rojiza para que el menor pudiera cubrir su cuerpo con mayor confort. – Tony tienes 40 años- sus palabras tuvieron un efecto inmediato al desencajar el rostro del nombrado y mostrar un rictus de incredulidad y miedo, dejando entrever aquella montaña de sentimientos que embargaba a el menor. En otro tiempo una sonrisa en los labios del hombre frente a él se hubiera instaurado, tiempos más felices y fáciles en el que no pasaban por esta rutina día con día-. Sufriste un accidente Tony, uno muy grave. Tuviese muchas heridas – Dijo con pena en su palabras y su mirada haciendo que el menor se sintiera totalmente desubicado – Te cuesta recordar las cosas… todo en realidad, solo puedes almacenar la información por  un día y cuando despiertas vuelves a olvidar todo… regresas a tus 20 años.- los brazos de Steve que  rodearon su cuerpo se sintieron tan fríos e impersonales como aquella tela que ahora cubría su desnudez y que su inquita mente había notado que tenía su nombre bordada en ella. Negó con la cabeza mientras se sentía incomodo dentro de aquel abrazo que lo sostenía con fuerza siendo consciente de como la mano suave pero fría de su “marido” le acariciaba la mejilla- estas bien, solo debes confiar en mí.-  siguió negando por un momento ausente de aquella habitación, lejos en algún lugar de su mente en donde tratara de darle sentido a lo que su marido le decía, intentando buscar entre los recovecos de su memoria el tiempo perdido, los labios del mayor sobre su sien fueron lo que lo trajeron al presente y las palabras ”Te amo” resonaban en su cabeza haciendo un inquietante eco en su corazón.

- ven.-  Lo tomo de la mano para salir de la recamara y atravesar un pasillo.- ¡Vamos! Quiero mostrarte algo.- Steve lo guio a lo que la decoración le indicaba debería ser el comedor junto a una hala que era la cocina.- esta es nuestra casa.- informo mientras dirigía sus pasos hasta la mesa y le indicaba que se sentara en la silla frente a él.

Cuando Tony era niño la casa de sus padres siempre había lucido pulcra e impecable, excesivamente ordenada casi como una maquinaria de algún  antiguo reloj alemán. Demasiado asfixiante para un pequeño de apenas 4 años que lo único que quería era correr y brincar en cada oportunidad que tuviera, lleno de deseos de recorrer el mundo o por lo menos sentir la suave brisa que movía las hojas en el jardín y que se encargaría de traer un olor herbal en su cabello, un olor a vida a… libertad. En lugar de sentir el pasto haciendo cosquillas en la planta de sus pies, sentía la fría temperatura del cristal de aquel ventanal enorme que siempre se mantuvo cerrado mientras la imagen de unos pequeños ojos cafés y mirada triste le devolvía reflejo al niño encerrado en aquella jaula de oro

- ¡Tony!...  - una cálida voz femenina le llamaba instando al niño a voltear su rostro… - ¡Tony!. Esa voz se volvió difusa y rápidamente se convirtió en un bramido ensordecedor que lo espabilo asustándolo al sacarlo de aquellos recuerdos repentinos.- Tony te quedaste meditabundo…- La realidad era realmente cruel al irrumpir en sus fantasías, en un mundo en el que no era el ideal pero al menos en esos recuerdos el sabia quien era y en donde se encontraba.

Steve lucia totalmente diferente parecía que se había cambiado de atuendo y ahora vestía una polera casual color verde botella de mangas largas con jeans de mezclilla algo ajustados y un saco obscuro que le daban un toque elegante pero formal. Tony se pregunto mentalmente cuanto tiempo había pasado dentro de su ensoñación para que el más alto tuviera el tiempo necesario para alistarse- Toma, este es un álbum que hemos ido creando, es la manera que tienes para recordar nuestra vida juntos.- tomando asiento a su lado iba pasando pagina tras pagina explicándole las imágenes-. Nos conocimos en tu último año de la maestría, en la universidad  yo asistía al departamento de ingeniería aplicada como consultor del ejército y tú eras un atrevido y visionario pasante que osaba meterse en aprietos.

Su historia era acompañada por fotos que parecían viejas por la calidad de las estas y que se veían desgastadas y dobladas en las esquinas delatando el uso y las incontables veces que tuvieron que ser manipuladas para lucir así. Un pensamiento lleno su mente horrorizándole al percatarse de los indicios del tiempo- ¿No es la primera vez que me lo explicas verdad?.- pregunto con miedo y angustia en su voz sintiendo una presión aun más agobiante al ver la mirada triste de aquellos ojos azules.- ¿Cuanto?.-

- Nueve años Tony.- la angustia se instalo en su garganta y por un momento no fue capaz de recordar como respirar. Steve puso una mano sobre su brazo tratando de brindarle apoyo y con paciencia le sonrió – Tranquilo amor, estas bien, cuido muy bien de ti…- volvió a rodearlo con sus brazos encerrándolo en ese cálido lugar en donde lo mantendría seguro y no permitiría que nada ni nadie volviera a lastimarlo- Te amo.- murmuro sobre su cabello castaño el cual besaba y Tony tuvo que darle la razón, Steve debía amarlo bastante para pasar por esto cada día. Casi una década perdida de su vida… perdida día con día.

Steve tenía que ir al trabajo, lo hacía como capacitador para una empresa de seguridad privada le platico mientras lo veía preparar le desayuno e indicarle donde se encontraba todo en la cocina por si tenía hambre más tarde, entre miradas de amor de el mayor y mas anécdotas de cómo era su vida Steve tomo el saco que se había quitado y lo llevo hasta el living en donde había un pizarrón grande.

- Este es tu organizador así como una lista de todo lo que puedas llegar a necesitar, mis números de contacto en caso de alguna emergencia.- Tony se acerco curioso al ver que el pizarrón estaba lleno de información- “Empacar”… ¿Para qué?- cuestiono extrañado de ver aquello como una tarea pendiente.

- Nos iremos de viaje cuando regrese del trabajo, es nuestro aniversario.- el semblante confundido del menor lo hizo lucir especialmente perdido ahora que el castaño había decidido rasurarse la barba luciendo su rostro liso.- No te preocupes es un buen lugar y te va a gustar… es una sorpresa.

Le guiño el ojo de manera coqueta mientras con sus manos rodeaba la estrecha cintura acercando su cuerpo al del menor, inclinando su rostro para casi juntar sus frentes. Tony se sintió incomodo y su cuerpo reacciono en instinto tomando una postura rígida y distante aun dentro de aquel contacto tan intimo causando que el semblante sonriente de Steve se tornara en un triste y desilusionado alejándose de él- Te amo Tony-. Musito suavemente haciendo que el menor se odiara por hacerlo sentir de aquella manera mientras Steve se marchaba despidiéndose escuetamente al atravesar la puerta frontal.

- ¡Maldición!.- Juro el menor mientras mordía su labio en un acto que realizaba cuando la frustración lo embargaba. Suspiro con fuerza reteniendo por un segundo de más el aliento y dejando escapar con vehemencia el aire de sus pulmones, rogando porque eso calmara su mente y cuerpo. Comenzó a mirar a los alrededores percatándose de que la casa en la que se encontraba era amplia y muy bien amueblada pero con un aspecto frio e impersonal, por un momento la imagen de la pulcra casa de sus padres volvía a invadir su memoria y las ganas de llorar volvieron a él con más fuerza… volteo a la ventana de la sala y el reflejo de aquel pequeño enjaulado se confundía con su imagen adulta y asustada.

El sonido del teléfono lo saca de aquella muy inoportuna visión y lo hizo dar un salto al no esperar aquello, volteo confundido y siendo guiado por el sonido encontró el objeto de su búsqueda en el dormitorio en el cual había despertado esta mañana, provenía del teléfono fijo que se encontraba en el buro al lado de la cama- Bueno.- contesto sin saber que esperar.

- Tony soy el Doctor Banner, sé que no sabes quién soy pero, quiero ayudarte a que recuperes tu memoria.

El menor abrió con fuerza los ojos mientras se aferraba de manera inconsciente al teléfono entre sus manos.- S-steve no me dijo nada de esto.- Menciono con inseguridad.

- No sé si Steve sepa de esto Tony… hemos estado viéndonos todos los días desde hace algunas semanas.- esa información lo tomo por sorpresa y le produjo una mala sensación, porque se lo ocultaría a Steve- Tony, necesito que hagas algo, ve a tu armario y busca en el.

El menor no tuvo tiempo de aclarar todas las dudas que iban creciendo en el cuándo se encontró así mismo en la búsqueda de aquel armario, su armario. Volteo por todos lados pero las cuatro paredes le parecían iguales- La puerta más cercana al baño.- escucho la voz de Dr. Banner y de inmediato se dirigió hacia ella encontrando su ropa y pertenencias que parecían ser de él, rebusco con desesperación no encontrando algo que pudiera parecer importante hasta que en el piso debajo de algunas mantas dobladas una caja de zapatos llamo su atención. Cayó de rodillas al suelo y la abrió con el corazón bombeándole con fuerza en el pecho producto de la adrenalina. –¿Ya encontraste la cámara?.- Dijo la voz del otro lado de la línea al momento que entre sus manos sostenían una pequeña cámara de video y asintió sin ser en un primer momento consciente que el Dr. No podía verlo.- Si, si.- confirmo agarrando el teléfono con una mano pues había estado sosteniéndolo solo con su hombro entre su oreja.

- Mi nombre es Antoni Stark tengo 40 años y sufro de amnesia, todas las mañanas me despierto creyendo que tengo 20 años y que me espera una vida por delante cuando la verdad… es que ya paso… cuando esta noche valla a dormir olvidare todo lo que hice durante el día, todo lo que aprendí, todo lo que viví se borrara durante mi sueño, yo… ¡Ya viene!

Su imagen congelada en la pequeña pantalla de aquella cámara mostraba angustia y miedo, justo como en este momento, aun le costaba verse en el espejo y aceptar que su rostro se veía con el doble de años que su mente le decía pero, verse en ese video… le había dejado la piel enchinada. Durante la cinta su voz se escuchaba susurrante y volteaba constantemente, como si hubiera estado tratando de evitar llamar la atención.

- Tony, paso por ti a tu casa.- se escucho la voz profunda de el Dr. Banner y después el tono intermitente que hacia el teléfono para indicar que la llamada había sido finalizada, un pitido apagado desde el piso donde había dejado el teléfono en un momento que no recordaba y que le confirmaba que todo esto era muy real…

El tenue murmullo de los pájaros cantando llegó rápidamente a sus oídos, despertándolo de manera abrupta de aquel hasta entonces pacifico sueño, sentía el cuerpo entumido y por alguna razón había mucho calor alrededor de su cuerpo, abrió los ojos sintiendo como su mejilla parecía estar entumida y el movimiento de los músculos de su cara resultaba algo en verdad doloroso. Sus manos que hacían la vez de almohadas improvisadas se mantuvieron muy quietas en su lugar  y respiro de forma lenta y pausada finalmente enfocando de manera nítida la vista.

Había una pared blanca frente a él blanca y llena de luz, probablemente de alguna ventana, y el sonido incesante de los pájaros ahora fuera de la inconsciencia del sueño le parecía que llegaba de manera nítida y extraña !Pájaros! en la tercera torre de aquel viejo complejo de departamentos, ¿En el séptimo piso? Llevo su mano al dorso de su mejilla en un acto reflejo, la boca le sabia levemente a cobre, la cabeza le daba vueltas y en ese momento fue consciente del hecho que se encontraba totalmente desnudo debajo de aquellas suaves sabanas. Seguramente se había vuelto a perder en alcohol la noche anterior, miro hacia abajo a la altura de su vientre y una mano lo apresaba con posesividad.

-          Maldición.-

Mascullo por lo bajo al ver que las pruebas le indicaban cada vez con más vehemencia que se había pasado de copas. Justo hoy que tenía el examen final del parcial de Química, el Señor Roberts lo mataría si volvía a llegar tarde a clase, volteo de manera rápida el rostro para mirar al desconocido al lado de él, seguía dormido “Perfecto” pensó. En su mente solo había un pensamiento y ese era el de huir de aquella habitación, con sumo cuidado retiro la mano de aquel hombre de su cuerpo y se deslizo por las suaves sabanas de seda color crema. Sus pies descalzos hicieron contacto con la duela de madera, sentándose sobre la cama noto que había una sabana extra o tal vez fuera una manta delgada como fuera le serviría para envolver su desnudez alzo la vista recorriendo la habitación y el instinto lo llevo a una puerta al lado de lo que parecía ser el armario, por alguna razón fue a ella dejando de tras solo el leve seseo que hacia la tela al rozar contra la madera.

Al entrar a la habitación descubrió que era el baño y un mural de fotografías adornaba la pared junto al espejo  sobre el lavabo ero lo primero que atraía la vista por su manera a típica de irrumpir en el ambiente.

- ¿Qué?.- su cuerpo se paralizo al ver lo que aquellas imágenes tenían para mostrarle y se acerco deprisa hasta ellas para poder verlas a detalle. Era aquel desconocido a su lado, en todas y cada una de ellas... Aquel sujeto con un traje militar desembarcando de un barco y el felizmente entre sus brazos, ambos dentro de un globo aerostático con la imagen de la bandera estadounidense en el globo. Tomo con vehemencia una en donde solo aparecía el rostro sonriente con ojos azules y mirada llena de amor: “Steve” decía una pequeña nota sobre un postick amarillo al lado de la pictórica sonrisa. “Steve, es tu esposo” le aclaraba otra nota más sobre una fotografía con una luz anaranjada de fondo y en primer plano sus manos tomando el rostro sonriente de “Steve” … ambos con trajes, el tenia un traje blanco y Steve un traje militar de gala obscuro.

-  No, no, no… ¿Que está pasando?.- La confusión se planto en su rostro y pudo captarla en primer plano al ver su reflejo en el espejo quedando aún mas perplejo y confundido al ver sus ojos cafés rodeados de pequeñas arrugas y su rostro libre de la barba que en el pasado le había costado tanto cuidar y mantener. Su reflejo no era el de un anciano pero claramente no tenía los 20 años que su mente le decía y no había ningún examen que estuviera esperándolo en la universidad. La angustia y la incertidumbre de no saber lo que estaba pasando con su cuerpo y mente le hicieron obviar el detalle que su rostro lucia amoratado con el pómulo derecho hinchado.

Volteo despacio sabiendo que la única persona que pudiera darle respuestas seria aquel desconocido que había dejado en la cama, con paso lento y mucha cautela asió con fuerza la manta que cubría su cuerpo, como si esta hubiera dejado de tener una consistencia suave y liviana para convertirse en de alguna manera un escudo que pudiera protegerlo de aquella locura que estaba ocurriéndole.

- Tony.- escucho en cuanto empujo un poco la puerta del sanitario y esta cedió mostrándole la misma habitación de la que hace unos minutos había huido pero que ahora parecía totalmente distinta, tan ajena a él y a la vez tan familiar embargando su cuerpo de una sensación extraña he incomoda que hizo que su vista se nublara por un breve segundo y su garganta se cerrara. No, no se pondría a llorar, “todo tiene una solución”. Se dijo mentalmente: aquel extraño… “Steve” Su mente le recordó de mala gana le daría respuestas, entro a la habitación y observo como le esperaba sentado en la cama, luciendo paciente y cansado a la vez, un poco triste podría decir si no estuviera totalmente aterrado.

 

- ¿Quién eres tú?.- rogo una explicación que el mayor claramente había estado esperando por el lenguaje corporal que mostraba.

 

- Soy tu esposo, Steve.- el mar azul contra la tierra café hicieron contacto, Tony en busca de reconocimiento y Steve como un medio para calmarlo y crear confianza entre ellos.- nos casamos en el  2003.- despacio son hacer movimientos bruscos el aparentemente soldado se incorporo de la cama tendiéndole una bata rojiza para que el menor pudiera cubrir su cuerpo con mayor confort. – Tony tienes 40 años- sus palabras tuvieron un efecto inmediato al desencajar el rostro del nombrado y mostrar un rictus de incredulidad y miedo, dejando entrever aquella montaña de sentimientos que embargaba a el menor. En otro tiempo una sonrisa en los labios del hombre frente a él se hubiera instaurado, tiempos más felices y fáciles en el que no pasaban por esta rutina día con día-. Sufriste un accidente Tony, uno muy grave. Tuviese muchas heridas – Dijo con pena en su palabras y su mirada haciendo que el menor se sintiera totalmente desubicado – Te cuesta recordar las cosas… todo en realidad, solo puedes almacenar la información por  un día y cuando despiertas vuelves a olvidar todo… regresas a tus 20 años.- los brazos de Steve que  rodearon su cuerpo se sintieron tan fríos e impersonales como aquella tela que ahora cubría su desnudez y que su inquita mente había notado que tenía su nombre bordada en ella. Negó con la cabeza mientras se sentía incomodo dentro de aquel abrazo que lo sostenía con fuerza siendo consciente de como la mano suave pero fría de su “marido” le acariciaba la mejilla- estas bien, solo debes confiar en mí.-  siguió negando por un momento ausente de aquella habitación, lejos en algún lugar de su mente en donde tratara de darle sentido a lo que su marido le decía, intentando buscar entre los recovecos de su memoria el tiempo perdido, los labios del mayor sobre su sien fueron lo que lo trajeron al presente y las palabras ”Te amo” resonaban en su cabeza haciendo un inquietante eco en su corazón.

- ven.-  Lo tomo de la mano para salir de la recamara y atravesar un pasillo.- ¡Vamos! Quiero mostrarte algo.- Steve lo guio a lo que la decoración le indicaba debería ser el comedor junto a una hala que era la cocina.- esta es nuestra casa.- informo mientras dirigía sus pasos hasta la mesa y le indicaba que se sentara en la silla frente a él.

Cuando Tony era niño la casa de sus padres siempre había lucido pulcra e impecable, excesivamente ordenada casi como una maquinaria de algún  antiguo reloj alemán. Demasiado asfixiante para un pequeño de apenas 4 años que lo único que quería era correr y brincar en cada oportunidad que tuviera, lleno de deseos de recorrer el mundo o por lo menos sentir la suave brisa que movía las hojas en el jardín y que se encargaría de traer un olor herbal en su cabello, un olor a vida a… libertad. En lugar de sentir el pasto haciendo cosquillas en la planta de sus pies, sentía la fría temperatura del cristal de aquel ventanal enorme que siempre se mantuvo cerrado mientras la imagen de unos pequeños ojos cafés y mirada triste le devolvía reflejo al niño encerrado en aquella jaula de oro

- ¡Tony!...  - una cálida voz femenina le llamaba instando al niño a voltear su rostro… - ¡Tony!. Esa voz se volvió difusa y rápidamente se convirtió en un bramido ensordecedor que lo espabilo asustándolo al sacarlo de aquellos recuerdos repentinos.- Tony te quedaste meditabundo…- La realidad era realmente cruel al irrumpir en sus fantasías, en un mundo en el que no era el ideal pero al menos en esos recuerdos el sabia quien era y en donde se encontraba.

Steve lucia totalmente diferente parecía que se había cambiado de atuendo y ahora vestía una polera casual color verde botella de mangas largas con jeans de mezclilla algo ajustados y un saco obscuro que le daban un toque elegante pero formal. Tony se pregunto mentalmente cuanto tiempo había pasado dentro de su ensoñación para que el más alto tuviera el tiempo necesario para alistarse- Toma, este es un álbum que hemos ido creando, es la manera que tienes para recordar nuestra vida juntos.- tomando asiento a su lado iba pasando pagina tras pagina explicándole las imágenes-. Nos conocimos en tu último año de la maestría, en la universidad  yo asistía al departamento de ingeniería aplicada como consultor del ejército y tú eras un atrevido y visionario pasante que osaba meterse en aprietos.

Su historia era acompañada por fotos que parecían viejas por la calidad de las estas y que se veían desgastadas y dobladas en las esquinas delatando el uso y las incontables veces que tuvieron que ser manipuladas para lucir así. Un pensamiento lleno su mente horrorizándole al percatarse de los indicios del tiempo- ¿No es la primera vez que me lo explicas verdad?.- pregunto con miedo y angustia en su voz sintiendo una presión aun más agobiante al ver la mirada triste de aquellos ojos azules.- ¿Cuanto?.-

- Nueve años Tony.- la angustia se instalo en su garganta y por un momento no fue capaz de recordar como respirar. Steve puso una mano sobre su brazo tratando de brindarle apoyo y con paciencia le sonrió – Tranquilo amor, estas bien, cuido muy bien de ti…- volvió a rodearlo con sus brazos encerrándolo en ese cálido lugar en donde lo mantendría seguro y no permitiría que nada ni nadie volviera a lastimarlo- Te amo.- murmuro sobre su cabello castaño el cual besaba y Tony tuvo que darle la razón, Steve debía amarlo bastante para pasar por esto cada día. Casi una década perdida de su vida… perdida día con día.

Steve tenía que ir al trabajo, lo hacía como capacitador para una empresa de seguridad privada le platico mientras lo veía preparar le desayuno e indicarle donde se encontraba todo en la cocina por si tenía hambre más tarde, entre miradas de amor de el mayor y mas anécdotas de cómo era su vida Steve tomo el saco que se había quitado y lo llevo hasta el living en donde había un pizarrón grande.

- Este es tu organizador así como una lista de todo lo que puedas llegar a necesitar, mis números de contacto en caso de alguna emergencia.- Tony se acerco curioso al ver que el pizarrón estaba lleno de información- “Empacar”… ¿Para qué?- cuestiono extrañado de ver aquello como una tarea pendiente.

- Nos iremos de viaje cuando regrese del trabajo, es nuestro aniversario.- el semblante confundido del menor lo hizo lucir especialmente perdido ahora que el castaño había decidido rasurarse la barba luciendo su rostro liso.- No te preocupes es un buen lugar y te va a gustar… es una sorpresa.

Le guiño el ojo de manera coqueta mientras con sus manos rodeaba la estrecha cintura acercando su cuerpo al del menor, inclinando su rostro para casi juntar sus frentes. Tony se sintió incomodo y su cuerpo reacciono en instinto tomando una postura rígida y distante aun dentro de aquel contacto tan intimo causando que el semblante sonriente de Steve se tornara en un triste y desilusionado alejándose de él- Te amo Tony-. Musito suavemente haciendo que el menor se odiara por hacerlo sentir de aquella manera mientras Steve se marchaba despidiéndose escuetamente al atravesar la puerta frontal.

- ¡Maldición!.- Juro el menor mientras mordía su labio en un acto que realizaba cuando la frustración lo embargaba. Suspiro con fuerza reteniendo por un segundo de más el aliento y dejando escapar con vehemencia el aire de sus pulmones, rogando porque eso calmara su mente y cuerpo. Comenzó a mirar a los alrededores percatándose de que la casa en la que se encontraba era amplia y muy bien amueblada pero con un aspecto frio e impersonal, por un momento la imagen de la pulcra casa de sus padres volvía a invadir su memoria y las ganas de llorar volvieron a él con más fuerza… volteo a la ventana de la sala y el reflejo de aquel pequeño enjaulado se confundía con su imagen adulta y asustada.

El sonido del teléfono lo saca de aquella muy inoportuna visión y lo hizo dar un salto al no esperar aquello, volteo confundido y siendo guiado por el sonido encontró el objeto de su búsqueda en el dormitorio en el cual había despertado esta mañana, provenía del teléfono fijo que se encontraba en el buro al lado de la cama- Bueno.- contesto sin saber que esperar.

- Tony soy el Doctor Banner, sé que no sabes quién soy pero, quiero ayudarte a que recuperes tu memoria.

El menor abrió con fuerza los ojos mientras se aferraba de manera inconsciente al teléfono entre sus manos.- S-steve no me dijo nada de esto.- Menciono con inseguridad.

- No sé si Steve sepa de esto Tony… hemos estado viéndonos todos los días desde hace algunas semanas.- esa información lo tomo por sorpresa y le produjo una mala sensación, porque se lo ocultaría a Steve- Tony, necesito que hagas algo, ve a tu armario y busca en el.

El menor no tuvo tiempo de aclarar todas las dudas que iban creciendo en el cuándo se encontró así mismo en la búsqueda de aquel armario, su armario. Volteo por todos lados pero las cuatro paredes le parecían iguales- La puerta más cercana al baño.- escucho la voz de Dr. Banner y de inmediato se dirigió hacia ella encontrando su ropa y pertenencias que parecían ser de él, rebusco con desesperación no encontrando algo que pudiera parecer importante hasta que en el piso debajo de algunas mantas dobladas una caja de zapatos llamo su atención. Cayó de rodillas al suelo y la abrió con el corazón bombeándole con fuerza en el pecho producto de la adrenalina. –¿Ya encontraste la cámara?.- Dijo la voz del otro lado de la línea al momento que entre sus manos sostenían una pequeña cámara de video y asintió sin ser en un primer momento consciente que el Dr. No podía verlo.- Si, si.- confirmo agarrando el teléfono con una mano pues había estado sosteniéndolo solo con su hombro entre su oreja.

- Mi nombre es Anthony Stark tengo 40 años y sufro de amnesia, todas las mañanas me despierto creyendo que tengo 20 años y que me espera una vida por delante cuando la verdad… es que mi vida ya paso… cuando esta noche valla a dormir olvidare todo lo que hice durante el día, todo lo que aprendí, todo lo que viví se borrara durante mi sueño, yo… ¡Ya viene!

Su imagen congelada en la pequeña pantalla de aquella cámara mostraba angustia y miedo, justo como en este momento, aun le costaba verse en el espejo y aceptar que su rostro se veía con el doble de años que su mente le decía pero, verse en ese video… le había dejado la piel enchinada. Durante la cinta su voz se escuchaba susurrante y volteaba constantemente, como si hubiera estado tratando de evitar llamar la atención.

- Tony, paso por ti a tu casa.- se escucho la voz profunda de el Dr. Banner y después el tono intermitente que hacia el teléfono para indicar que la llamada había sido finalizada, un pitido apagado desde el piso donde había dejado el teléfono en un momento que no recordaba y que le confirmaba que todo esto era muy real…

Notas finales:

Ya había olvidado lo tediosos y complicado que era subir por esta página y lo complejo de etiquetas y todo eso, bha! Hasta la próxima!!


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