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Forbidden heart por hannastony

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Notas del capitulo:

Carromato: Carro grande de dos ruedas, cubierto por un toldo y arrastrado por uno o varios animales de tiro.

Gualdrapas: Cobertura larga que se coloca como adorno sobre las ancas de las caballerías.

—¿Por qué carajos hiciste aquello? —preguntó Tony exasperado mientras caminaban para dirigirse a su lugar de hospedaje.

—¿Hacer qué? —preguntó Natasha haciéndose la tonta mientras eludía la mirada de su capitán.

—Sabes muy bien a lo que me refiero Nat, ¡era mi oportunidad!

—¿De qué? ¿De arruinarlo todo? No lo creo Tony —respondió finalmente dando la cara a aquellos ojos que la miraban ahora ofendidos por las palabras dichas—. Escucha… sé que deseabas aquello con afán, pero Steve no es un hombre cualquiera como varios, Steve es una persona tan buena que no se merece que simplemente jueguen con él por un capricho del gran capitán. Además el hombre estaba demasiado ebrio, te ibas a aprovechar de la situación —defendió viendo como Tony se quedaba sin argumentos contra aquello

Tony no dijo más, solamente pudo cruzar sus brazos con molestia mientras murmuraba una que otra maldición, dándose por vencido con la situación y percatándose como ya pronto llegarían junto con los demás de la tripulación.

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Al día siguiente Steve fue despertando muy lentamente gracias a los rayos solares que comenzaban a calar en su rostro. Trató de abrir los ojos y se dio cuenta que fue un error el hacerlo tan rápido, ya que la luz lo cegó por un momento para que después su visión se fuera adaptando poco a poco a la iluminación del lugar. Parpadeó unas veces del todo desorientado sintiendo que aun seguía dormido hasta que un pensamiento vino a su mente: Tony.

Instintivamente se paró de un brinco sintiendo como un fuerte dolor se hacía presente en su cabeza, haciéndolo quejar mientras cerraba los ojos y se tocaba las sienes tratando de apaciguar un poco el dolor.

—Yo que tú, no me levantaría tan apresuradamente —se escuchó una voz a lado y fue así como este se percató de la presencia de Bucky en la habitación, sentado a una silla a lado de la cama en la cual el rubio se encontraba.

Steve echó una mirada rápida al lugar confirmando que se trataba de la habitación de Bucky en la hacienda de este.

—¿Qué pasó anoche? —preguntó por fin el rubio con voz más ronca de lo normal debido a la resaca que lo atormentaba, recordando cosas muy vagas de lo que había pasado.

—No mucho, ingeriste demasiada cerveza y te pusiste ebrio, nada más que decir al respecto… Tony y Natasha ya se retiraron de la capital —respondió Bucky con dolor mientras veía como su mejor amigo lo volteaba a ver del todo incrédulo.

—¿Qué?

—Sí, se fueron inmediatamente después de salir del bar —continuó mientras hacia el mayor amago por no volver a llorar ante el pensamiento.

Bucky se la había pasado la mayor parte de la noche  lamentándose de su infortunado y cruel destino, peor no quería seguir con aquello, de verdad se sentía mal al respecto.

—P-pero Tony… no me pude despedir de él… —dijo Steve en voz alta mientras veía a la nada y comenzaba a sentirse bastante mal ante el hecho.

Por su borrachera ni siquiera podía recordar que era lo último que había hablado con aquel hombre que ya consideraba un amigo especial y aquello lo hacía sentir verdaderamente miserable, arrepintiéndose por sus acciones.

—No te preocupes, probablemente en tu borrachera sí hablaste lo suficiente con él de ello a pesar de que no lo recuerdes, además cuando se fue dijo que te diera las gracias por todo y que verdaderamente había sido un gusto —explicó Lord Barnes al ver como su amigo comenzaba a sentirse mal y culparse ante la situación.

Al parecer sus palabras funcionaron, ya que los músculos de Steve se fueron destensando lentamente mientras se comenzaba a relajar. Probablemente Bucky tenía razón y sí se pudo despedir, después de todo, esperaba en algún momento poder recordarlo y sobre todo, esperaba que en algún momento se pudiera volver a encontrar con él.

Fue ahí, cuando ya se encontró más calmado que pudo notar el estado de su amigo a lado de él. Se encontraba completamente desalineado, con el cabello revuelto, pero sobre todo, se encontraba con los ojos rojos e hinchados, sin brillo alguno expresando con claridad el dolor de una perdida.

—Hey Buck, no creo que sea definitivo. Ellos viajan mucho ¿no? No sería raro que volvieran a la capital —dijo Steve tratando de ahora el reanimar a su hermano.

—No es solo eso… ella no quiso quedarse conmigo, se lo propuse pero ella prefirió irse. Lo nuestro acabó, talvez para siempre… —justificó el caballero mientras daba un largo y sonoro suspiro—. Nunca debí de ilusionarme tanto con ella.

—No hables como si ello fuera definitivo. Talvez no era el tiempo en el cual ustedes debían de estar juntos, talvez en un futuro se vuelvan a encontrar y las cosas cambien para ustedes. Bucky, yo creo fielmente en la idea de un amor verdadero y no exagero al decir que la forma en la que ambos se veían era realmente algo especial. Todo pasa por algo —dijo Steve con esperanza viendo como sus palabras habían llegado hasta el corazón de su amigo, haciéndolo por fin levantar la mirada.

—Tienes razón, seguramente el destino nos volverá a unir, porque de algo estoy completamente seguro y es que ella es la mujer de mi vida, y no me quiero rendir a esa idea tan fácilmente —dijo finalmente con optimismo mientras confiaba en esa idea.

No es como si planeara seguirla por el mar para estar juntos, lo mejor sería que dejara que las cosas tomaran su curso natural y que la vida misma, si así era destinado, se encargara de devolverla a sus brazos.

—Pues bueno, hoy se casa alguien especial y hay mucho por hacer —sentenció Bucky con renovada jovialidad mientras se levantaba de su asiento y le dirigía una sonrisa a su amigo, viendo como este al haber escuchado la mención de su boda suspiraba con verdadera incredulidad.

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Las horas pasaron y los claros colores del día comenzaron a opacarse en el atardecer que lentamente se comenzaba a hacer presente, seguida de una oscuridad que caracterizaba la llegada de la noche.

Todo el día los vengadores lo utilizaron para prácticamente repasar su plan de ataque y tener todo en orden para el momento en el que ya hicieran su asalto. Todo el material y caballos que utilizarían para su robo los habían conseguido robándolos al igual que hicieron con la carroza costosa que habían estado usando para pasar desapercibidos como “familia noble” (que por cierto esta ya la habían devuelto anónimamente). No planeaban llevarse ninguno de los caballos o carromatos con ellos, ocupaban demasiado espacio, por lo que una vez que descargaran sus robos, los dejarían ahí parados en la capital, esperando que los dueños los encontrasen.

Como ya venían planeando días anteriores, realizarían el golpe y robarían solo aquellas familias que fueron seleccionadas para sufrir el poder de la tripulación, incluidos ahí, los Carter. La familia Rogers y Barnes no fueron seleccionadas, ya que Tony desde siempre decidía que solo atacarían aquellas familias en las cuales el dinero que tenían estuviera manchado de sangre, fraudes y robos. Dinero sucio que aquellas familias nobles presumían como si fueran santos.

Tony sabía que todas aquellas familias e incluso las no seleccionadas estarían en la catedral festejando la estúpida boda que se estaría llevando a cabo en el mismo momento en el que ellos atracarían en silencio, por lo que todo, absolutamente todo estaba a favor de ellos, cada cosita había sido estudiada con precisión para aquel día y no se permitirán fallas.

Los vengadores se encontraban todos reunidos alrededor de una mesa en la cual estaba esparcido un mapa de la capital con todos los puntos clave marcados, con sus ropajes de piratas ya puestos, ropas que usaban comúnmente cuando no se tenían que disfrazar. Tony se había vuelto a poner toda su joyería de vuelta, adquiriendo nuevamente su aspecto de pirata y capitán. Este mismo ya se había encargado de formar diferentes grupos para el asalto a las diferentes familias, él sabía que entre menos llamativos y más rápidos fueran todo sería mucho mejor.

El plan era el siguiente: Loki y Thor se encargarían de asaltar dos de aquellas familias nobles y poderosas, Natasha junto con Peter se las tendrían que arreglar para asaltar a otras dos familias seleccionadas. A Tony este hecho le daba un poco de pendiente, Peter aún era nuevo en ello, sin embargo debía de aprender y ellos, al ser sus objetivos los más cercanos al muelle, serían los responsables de una vez acabado llegar al barco para preparar y tener todo listo en el momento en el que quisieran zarpar.

El último grupo seria conformado por el mismísimo capitán, Clint y Bruce. Era el grupo más numeroso, pero ello se debía a que ellos serían los encargados de saquear la enrome mansión de los Carter. Esta contaba con más seguridad y riquezas que cualquier otra, por ello era la más importante y sobre todo la más difícil de robar, estableciendo que para ello necesitarían dos carromatos y no solo uno como los otros grupos.

—Nuestro punto de reunión será ya dentro del navío, quiero que eviten el confortamiento directo, eso nos quitaría mucho tiempo y tenemos que hacer esto rápida y silenciosamente.  Escúchenme bien, su prioridad principal será que NO LOS ATRAPEN, si tienen que dejar todo el botín de lado para ello háganlo, no me importa, lo único que necesito es que para cuando yo llegue al bote ya todos estén ahí para partir, con o sin riquezas, sé que pueden hacerlo —mandó Tony mientras le echaba una mirada de confianza y seguridad a cada uno de los presentes—. Los oficiales no deben saber siquiera que es lo que está pasando, para cuando ellos se den cuenta nosotros ya estaremos a varios kilómetros lejos de aquí ¿me oyeron? Una confrontación con ellos solo llamaría más la atención.

Al decir aquello Tony pudo ver como todos y cada uno de los presentes asentían con determinación y seriedad, sabiendo lo que venía a continuación. Por algo eran los piratas más temidos y difíciles de atrapar.

—¡Vengadores! —gritó el capitán levantando su espada.

—¡Unidos! —gritaron con fervor todos los demás completando  y levantando sus espadas y armas dirigidas hacia el centro.

—A trabajar —dijo Tony para sí mismo mientras una ladina sonrisa se formaba en su rostro, sabiendo la diversión que se venía a continuación.

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Bruce venía manejando un carromato, Clint el otro y Tony venía siguiéndolos montado en un caballo propio color marrón con las patas y frente pintadas color blanco.

Para esa hora seguramente todos ya estarían camino o en la ceremonia de Steve con Sharon, esperando a que la misa comenzase. Tony alejó por completo el tenue recuerdo de Steve que se le vino a la mente y siguió cabalgando directo a su destino.

Al momento en el que ya se estaban acercando al gran aposento fue Tony les hizo una señal a sus amigos para que se pusieran las pañoletas en su rostro, cumpliendo la función de cubrir su identidad y aparte, ser útiles al momento en el que utilizarían las bombas de gas para que ellos no se vieran afectados por estas.

Aceleraron el paso sabiendo que lo primero con lo que se toparían seria la gran reja que daba entrada al lugar custodiada por dos guardias, vestidos con sus elegantes armaduras y lanzas. No pararon hasta divisar el primero obstáculo que se interponía ante ellos.

Los guardias vieron como unos sospechosos se comenzaban a acercar a la entrada, haciendo que ambos se pusieran en guardia y apuntaran con sus lanzas esperando cualquier señal que les dijera que debían de atacar. Lamentablemente los hombres no sabían siquiera con lo que se estaban enfrentando y fueron demasiado lentos al reaccionar, por lo que Tony indicó a Clint el momento exacto en el cual debía de disparar sus flechas para darles justo en un lugar que los dejara fuera de combate pero que no atentara contra sus vidas.

Todo pasó con velocidad. Clint sin parpadear tomó una flecha y la disparó dando en el blanco, repitiendo la misma acción en un segundo, siendo demasiado preciso a pesar de que se había encontrado un tanto alejado de sus objetivos y manejando al mismo tiempo el carromato.

Al ya estar frente a la gran reja los piratas fueron disminuyendo su velocidad. Tony en una rápida maniobra se bajó de su corcel y manualmente abrió las rejas por completo, dejando paso para que sus compañeros se introdujeran, nuevamente acelerando el paso.

Tony al ser precavido con dos certeros golpes fue que dejó completamente inconscientes a los dos guardias que se encontraban ya tirados en el piso, tomó nuevamente su corcel para montarse en él y alcanzar a sus compañeros.

Ellos sabían que debían de recorrer un muy largo y extenso camino de jardines antes de llegar al gran majestuoso aposento, sin embargo, habían estudiado con precisión la distancia de este camino, por lo que antes de llegar fue que pararon por completo todos sus corceles, devolviendo el silencio al ambiente, querían ser discretos después de todo.

Como ya habían planeado, los tres bajaron de sus transportes y lentamente fueron avanzando al hogar, escondiéndose entre los árboles y arbustos, siendo tan silenciosos como un felino asechando a su presa. Cuando menos lo sintieron ya se encontraban frente a la residencia, custodiada por ahora innumerables guardias que no se podían dar el lujo de contar. Los tres estaban escondidos entre los arbustos, por lo que no habían sido vistos por ninguno de esto.

Tony echó una rápida mirada a Bruce dándole la aprobación. Este asintió con seguridad para después comenzar a activar las bombas de gas y pasarle unas cuantas a Clint, para que entre los dos, comenzara a arrojarlas hacia sus víctimas.

Bruce había desarrollado un mecanismo en el cual al momento de activar las bombas, estas dejarían escapar el gas unos segundos después, dándole tiempo a ellos para que no les explotaran en la cara.

Fue así como los guardias que se encontraban por los alrededores comenzaron a ver como de la nada empezaban a caer piezas completamente desconocidas para ellos, pero con forma ovalada. Miraron curiosos estas, sin saber qué eran en realidad… 1, 2, 3 segundos… ¡BOOM! Estas explotaron dejando salir velozmente todo el gas adormecedor, creando en todo el lugar una especie de niebla, esparciéndose a una velocidad increíble.

 —¡Estamos bajo ataque! —gritó a sus compañeros el que parecía ser el líder de los guardias, pero ninguno de ellos tuvo tiempo siquiera de contratacar, al haber respirado este gas provocando que uno a uno fueran cayendo inconscientes.

El líder por más que resistió tampoco pudo evitar sucumbir ante los efectos de ese vapor extraño que había respirado, por lo que en muy poco tiempo inevitablemente también cayó, sintiéndose mareado, inconsciente y abrumado.

Tony al cerciorase que la mayoría ya estaban fuera de combate, y los que no ya se encontraban en severas alucinaciones, fue que hizo una seña con su brazo a sus compañeros para lo que seguía a continuación.

Bruce, se fue directo a por los corceles y carromatos para acercarlos a la puerta de entrada, mientras que los otros dos se adentraron en la vivienda para comenzar a saquear. Clint iría por el sótano, en el cual con previa información adquirida ya sabían que ahí se encontraba una gran caja fuerte con seguramente grandes tesoros, para Clint no sería ningún problema abrirla, y Tony se dirigiría alrededor del hogar, husmeando por las habitaciones principales robando todo tipo de joyerías y cosas de valor que se interpusieran en su vista.

Así fue como cada quien se dirigió a su tarea. Clint y Tony al momento de entrar se encontraron con el personal de sirvientes y mucamas, que los veían verdaderamente aterrados, sintiendo su vida correr peligro y con claras razones.

—Manténganse quietos si no quieren morir. No estamos aquí para atentar contra sus vidas, pero si se resisten las cosas podrían resultar muy mal —habló Tony con voz autoritaria y atemorizante viendo como todo el personal de los Carter asentía, algunos con los ojos llorosos, mientras se hincaban y se ponían en total sumisión.

El capitán le echó una rápida mirada a Clint, viendo como este asentía y corría en dirección hacia su lugar asignado. Tony vio como Bruce se adentraba para vigilar a los sirvientes y fue así como él también puso manos a la obra y subió hacia las habitaciones dirigiéndose primero a la habitación del matrimonio Carter.

Tanto Tony como Clint traían amarrados en sus cinturones largos sacos de tela en los cuales guardarían todo lo hurtado, por lo que cuando Tony entró a la habitación principal fue que con velocidad comenzó a guardar en los sacos todo aquello que viera hecho de oro, plata o bronce e incluso dinero.

Acabó pronto, dejando completamente limpia la habitación de riquezas. Había llenado dos costales enteros, por lo que salió, aventó estos por las grandes escaleras hacia Bruce, viendo como este los tomaba para poder subirlos a sus transportes y con ello se dirigió a la otra habitación importante del lugar, la habitación de la señorita Sharon Carter.

Entró y se impresionó bastante de ver como esta tenía muchísimas más joyas y riquezas que la habitación de sus padres. La mujer contaba con demasiada joyería, tanta que hasta era ridículo, pensó Tony.

No se entretuvo más y comenzó a buscar y hurtar en cada cajón posible del lugar. La habitación y las prendas contenían el olor de aquella mujer rubia y Tony al haberse quitado su pañoleta estando dentro para respirar con un poco más de facilidad fue que percibió la fragancia de esta e inevitablemente frunció la nariz con disgusto y asco, recordándole ese olor a aquella mujer que para ese momento seguramente ya estaría en el altar con Steve, viéndolo tan guapo e impecable como siempre, con su sonrisa noble y sincera, mientras vestía seguramente un traje digno de un caballero que lo haría lucir incluso más guapo. 

Sacudió su cabeza para alejar nuevamente aquellos pensamientos, volvió a ponerse su pañoleta y siguió rebuscando hasta en el lugar más recóndito de aquella habitación, sacando nuevamente dos sacos completamente llenos de fortuna.

Salió y repitió la acción de hacer rodar sus sacos por las escaleras cayendo nuevamente hacia Bruce. Como ya no había habitaciones en las cuales buscar fue que bajó con destreza deslizándose por uno de los barandales de las escaleras con agilidad hasta quedar frente a Bruce.

—¿Cómo va “ojo de halcón” —preguntó Tony refiriéndose al mismo Clint, ya que cada uno de los de su tripulación contaba con un apodo para llamarse así al momento del atraco, así como a él lo llamaban “hombre de hierro”.

—Muy bien, abajo se encontró con más guardias pero se pudo deshacer de ellos fácilmente con sus flechas. Ya ha sacado 3 costales llenos de diamantes y monedas de oro, al parecer esa caja fuerte estaba bien provista —reportó Bruce mientras miraba a su capitán con tranquilidad, sabiendo que todo iba  de acuerdo al plan.

Tony asintió satisfecho notando como Clint se unía a ellos, cargando con otros dos costales llenos.

—Voy a necesitar ayuda, a penas llevo poco más de la mitad, estas personas son ricas a otro nivel —sentenció Clint mientras se acercaba, algo agotado por todo el peso que tuvo que cargar.

Tony aun no terminaba de revisar toda la residencia, estaba seguro que en otras habitaciones se esconderían más tesoros de los ya adquiridos, pero supuso que sería de más provecho ayudar a Clint a vaciar aquella caja fuerte, al fin y al cabo tenían buen tiempo y podría revisar las habitaciones faltantes una vez que hubiera terminado de ayudar a Clint.

Sin embargo algo sucedió, algo plenamente imprevisto e improbable para los piratas… se escuchó el sonido de una gran campana a lo lejos.

“¡Talán, talán, talán!” tres veces seguidas, después de una pausa para después volverse a escuchar el sonido de la campana tocando tres veces seguidas, y así sucesivamente.

Tony abrió los ojos con sorpresa, susto e incredulidad. Él sabía que era aquel sonido y de donde provenía. Era la campana principal que se encontraba al centro de la capital, en lo más alto. Gracias a su gran tamaño y posición era que cuando esta se tocaba, podía ser escuchada por todos los habitantes de la capital, siendo esta la más importante usada para anuncios públicos, llamados, o en ese caso, informar a todos los habitantes que la capital se encontraba bajo ataque. Eso era lo que significaban los 3 toques seguidos, un ataque.

Era completamente absurdo, para que las autoridades se percatasen de que ellos estaban atracando debieron de haber sido informados con anterioridad y aquella era una posibilidad realmente incierta. ¿Por qué? Tenían todo tan meticulosamente planeado y no había forma de que los oficiales los descubriesen o supieran sus planes.

Tony dejó de preguntarse cosas como esas al percatarse como aquello hacia que todo cambiara y que si no actuaba con rapidez, podrían llegar a ser arrestados e incluso asesinados. Ya tendría tiempo después de averiguar cuál había sido su falla, por ahora debía de actuar. Volteó a ver a Clint y Bruce, como estos de repente lucían asustados y acorralados, sabiendo el significado de aquellas campanadas.

—¡Escúchenme! Aquí es donde terminamos, no alcanzaremos a saquear toda la residencia ni toda la caja fuerte, de igual forma ya llevamos suficiente. ¡Debemos apurarnos si no queremos ser alcanzados! —exclamó Tony volviendo a tener el control y la compostura, viendo como sus palabras alentaban a sus amigos y asentían sin pensárselo dos veces—. ¡Retirada!

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Se encontraba frente al espejo de su habitación, viendo su reflejo que lo miraba con pesadez.

Steve después de haber conversado con Bucky fue que se dirigió directamente a su vivienda en el cual sus padres ya los esperaban para arreglar solo los últimos detalles de lo que sería su ceremonia de bodas.

En eso se le fue todo el día, arreglando y organizando todos los preparativos para la boda y la fiesta consiguiente a esta, hasta que poco a poco fue oscureciendo en las calles y su madre Lady Sarah le sugirió que ya sería tiempo para comenzar a arreglarse.

Esta vez las mucamas del hogar sí tuvieron que arreglarle para que se viera plenamente impecable, ayudándole con su peinado, vestimenta etc. Con la ayuda de varias sirvientas fue que rápido lo dejaron listo, vistiéndolo elegantemente con un traje azul marino con blanco, detallado con dorado al ser de oro los botones, hombreras y demás.

Fue así como ahora se encontraba solo en su habitación, sin poder dejar de mirar el cómo sus expresiones lucían levemente afligidas. Se supone que aquel seria el día más feliz de su vida ¿no?, entonces ¿Por qué se sentía de aquella manera? Prácticamente se sentía igual de decepcionado que la vez en la cual sus padres le comentaron que debía de contraer matrimonio con una completa desconocida.

Las cosas habían cambiado y mucho. Aquella desconocida ahora ya no lo era, en cambio se había convertido en una muy preciada e importante amiga y persona para él, no obstante, no sentía aquella característica seguridad con la que se debe de contar al momento de dar un paso tan importante.

La quería, estaba más que seguro que quería a Sharon, era muy hermosa, inteligente, amable y sobre todo, era una mujer correcta, recta, con modales y moral. Era la esposa perfecta para alguien como él que también contaba con la personalidad característica de seguir las reglas y estatutos de la gente noble, entonces, ¿Qué era lo que le sucedía? ¿Por qué estaba dudando?

No pudo seguirse atormentando en su propia soledad al escuchar como alguien más entraba a su habitación, viendo por el espejo como se trataba de nada más y nada menos que su mejor amigo, que había sido acompañado por una mucama que al ver como Lord Barnes ya se encontraba dentro de la habitación, se despidió agachándose en un gesto cordial.

—Hey fortachón, todos te están esperando abajo, al parecer eres el ultimo que falta por lo que me ofrecí con Lady Sarah a venir yo mismo por ti —habló Bucky mientras veía por el mismo reflejo a su amigo y se sentaba en la silla más cercana.

—No estoy seguro de querer dar este paso —confesó finalmente después de una pausa mientras se mantenía firme en el espejo, haciendo contacto visual con el castaño solo por el reflejo—. Es decir, quiero a Sharon, en serio la quiero y la aprecio, pero ¿la amo? ¿Esto que estoy sintiendo es lo que se siente cuando amas a una persona? Pensé que sería más fuerte, más intenso, más apasionado…

—Talvez tienes razón y no la amas —completó Bucky mientras veía seriamente el rostro de su amigo—, pero puedes aprender a hacerlo. A decir verdad Sharon es muy guapa y sobre todo, es una buena mujer, no creo que te cueste trabajo el enamorarte de ella día a día, son cosas que repentinamente y cuando menos te des cuenta pasaran —Bucky recordó mentalmente el cómo había conocido a Natasha. Ciertamente lo suyo fue amor a primera vista, pero él estaba seguro que habría otras formas de poder caer en el amor.

—Lo sé, es solo que… este día debería ser sumamente especial, debería de sentirme nervioso, ansioso, feliz y sinceramente no me siento así en estos momentos —admitió Steve mientras bajaba la mirada con resentimiento.

—Steve, de nada sirve que te comiences a atormentar con ello, no hay nada que podamos hacer para cambiar las cosas—habló Bucky teniendo nuevamente la mirada azulada de su amigo posada en él, sabiendo a que se refería con ello.

Al final Bucky tenía toda la razón, incluso si no le agradara ni un poco la mujer con la que se iba a casar no podía hacer nada, ya que aquello estaba arreglado incluso antes de que Steve pudiera dar cualquier opinión al respecto. El rubio se recordó una vez más porque estaba haciendo aquello, por su familia y por su estatus social, debía de hacerlo incluso si ello significaba dejar toda posibilidad de encontrar su amor verdadero.

Pero no debía de ser negativo al respecto, Bucky tenía razón y a pesar que aún no estuviera completamente enamorado de Sharon, él sabía que ella también lo quería y mucho, y al ser su personalidad tan parecida a la de él en varios aspectos, podía y aquel matrimonio funcionar y mejor de lo que Steve pudiera imaginar.

Steve suspiró una vez más, dejando salir con ello todos sus pensamientos que solo le atormentaban la mente.

—Vamos, que la boda no se completara si no está el futuro marido presente —bromeó Steve relajándose y viendo como Bucky le dedicaba una tenue sonrisa.

Así fue como ambos bajaron a encontrarse con el matrimonio Rogers. Antes de salir rumbo a la catedral, Lady Sarah le dio un tierno beso en la mejilla a su hijo mientras le tomaba el rostro con delicadeza y le decía que lucía como un auténtico príncipe. Joseph en cambio solo le dio una mirada de aprobación.

—Estoy orgulloso de ti hijo mío, estas poniendo el apellido Rogers muy en alto —dijo Joseph con voz severa, viendo como Steve solamente asentía con la misma seriedad.

El matrimonio Rogers y Bucky subieron a una de las ostentosas carrozas con las que contaban, mientras que Steve había preferido montar a Snow, habiendo sido este decorado con gualdrapas del mismo color y materia que el traje de Steve, luciendo realmente majestuoso con sus riendas doradas contrastadas con el color blanco de su pelaje.

Sin más fue que todos se encaminaron a la catedral. Al llegar Steve se pudo percatar que talvez él sí había hecho a esperar a todos los demás, ya que la catedral se encontraba llena de gente, con la mayoría de las familias nobles ya presentes. Incluso vio como la carroza de los Carter ya se encontraba ahí, sin embargo no había visto a Sharon al estar ella todavía dentro de su transporte, seguramente esperando a que Steve llegase para poder adentrarse después de él, como estaba establecido en el ritual, sin embargo, una vez que Sharon se percató de que Steve ya se encontraba presente fue que olvidó aquello y bajó de su carroza con ayuda de su lacayo, luciendo para cualquier par de ojos un precioso vestido de bodas color blanco, con un velo de encajes del mismo color cubriéndole la cabeza y dejándose caer al compás de su cabello con elegancia y gracia.

Sharon al hacer contacto con la mirada de Steve no dudó en dedicarle una gran y sincera sonrisa. Para ella sí era el día más feliz de su vida, ¿quién se quejaría de casarse con hombre tan más guapo y noble? Ella sí estaba segura de que amaba al rubio y el contraer matrimonio con él no hacía más que acelerar su corazón como loco. Por fin Steve seria solamente de ella, por fin Steve le pertenecería por completo, por fin.

Steve le regresó la sonrisa con nobleza, para después echar un vistazo a todos los invitados que comenzaban a adentrarse a la iglesia. Pasó un tiempo para que todos los presentes ya se encontraran dentro y justo cuando la familia Rogers comenzaba a dar pasos para adentrarse también fue que un sonoro sonido se hizo presente para los oídos de todos.

“¡Talán, talán, talán!” una pausa, y una vez más “¡talán, talán, talán!”

Todos los presentes, incluso los Rogers y los Carter, comenzaron a entrar en un verdadero pánico, mostrando gestos enteramente asustados, con miedo y angustia. Pues claro, todos sabían que significaban aquellas campanadas.

Gritos, murmuros y llantos de temor se dejaron escuchar y los invitados comenzaban a salir de la catedral con terror de qué era exactamente a lo que se estaban enfrentando.

Pasaron muy pocos minutos y de la nada llegaron cuatro oficiales montados en sus corceles, rodeando a la multitud para informar de la situación a los guardias del lugar y que estos pudieran proteger a toda costa a las familias nobles.

 —Mis Lords y Ladys, no entren en pánico, nos encontramos bajo un atraco masivo, se reportó una advertencia acerca de las familias las cuales estaban siendo atacadas, al parecer esta información es verídica y los oficiales encargados de la seguridad ya se encuentran camino a arrestar a aquellos rastreros ladrones. Por su seguridad no se muevan de aquí, nosotros nos encargaremos de la situación —habló el líder de los oficiales calmando a la gente.

Steve no se pudo calmar solamente con aquello. Él era un caballero, un caballero con un deber de proteger y cuidar, estando listo para el ataque en cualquier momento, por lo que se dirigió directamente a aquel oficial para conocer la situación.

—¿Qué familias se encuentran bajo ataque? —preguntó con convicción y mirada seria.

—Hasta ahora se han reportado la casa Münsterberg‎, Reginar y Carter, no conocemos detalles al respecto, solo con la información obtenida sabemos que nos enfrentamos a piratas expertos en esto y que han dejado a estas casas completamente indefensas, atacando la seguridad de manera impresionante. No sabemos a quienes nos estamos enfrentando, pero al ser un ataque de esta magnitud me temo que nos enfrentamos a Los Vengadores, la famosa tripulación de la cual se cuentan historias y hazañas innegables —contestó el oficial mientras trataba de lucir seguro, fallando el intento al mostrarse verdaderamente nervioso y con algo de miedo—. Debemos de ser hábiles si no queremos que se salgan con la suya.

Steve no necesito escuchar más para tomar una decisión. No necesito el permiso de nadie, no necesito que nadie le mandara a hacer aquello, simplemente supo lo que tenía que hacer.

Pidió prestada la espada del oficial, tomó a su blanco corcel y se montó en este, sintiendo al héroe que llevaba dentro salir al rescate. Lamentablemente no contaba con su armadura de caballero en el momento, pero sabía que se las podría apañar solo con la espada.

—¡Steve! ¡¿Qué crees que estás haciendo?! —preguntó su padre al ver como este ya se encontraba arriba de Snow.

—Lo siento padre, tengo un deber —declaró con voz imponente, dejando en claro que nada le haría cambiar de parecer.

Echó una rápida mirada a Sharon, pidiéndole disculpas por aquello, viendo como esta se encontraba asustada, presionando ambas manos contra su pecho. La rubia no dijo nada, sencillamente le dio a Steve un asentimiento de aprobación, comprendiendo que él cómo caballero tenía el derecho y deber de salir a ayudar a los oficiales.

Steve sonrió levemente por aquello, de verdad Sharon era una buena mujer. También echó una rápida mirada a su mejor amigo Bucky, que este lo miraba con entera preocupación pero haciendo exactamente el mismo gesto que Sharon, aprobando también su decisión.

Y así fue como Steve comenzó a cabalgar lo más rápido que pudo directo a lo que sería un enfrentamiento directo con aquellos temibles y fuertes piratas.

Notas finales:

Me quería esperar unos tres días para subir el capítulo pero no pude con la emoción. Espero sus comentarios con ansias : )


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