El luto duro toda una semana, después de eso pasó todo un mes hasta que los duques reales Madara y Hashirama se retiraron a su casa en el campo para descansar de todo lo que había pasado, volverían para el cumpleaños y coronación del príncipe, pero mientras tanto volverían a su hogar, sin ellos Izuna y Rasa decidieron irse y es que la tensión siguió por todo ese tiempo y ahora muy “amablemente” les insinuaban no quererlos ahí.
-Sasuke, Gaara nos vamos está tarde, despídanse – Rasa no dejo lugar a replica y los chicos asintieron, Izuna se estaba encargando de todos los preparativos y cargar todo su equipaje.
-Iré a despedirme de Sai – Gaara le dijo a su hermano y le sonrió – Supe que Naruto está en la biblioteca, solo.
-Gracias – Sasuke salió corriendo en dirección a la biblioteca, era en el último mes el único lugar donde podría verse con el rubio a solas por lo menos unos minutos donde hablaban y se regalaban uno que otro beso.
-Gaara – Sai entro al salón donde estaba el pelirrojo, este se lanzó a sus brazos besándolo con ganas, era la última vez que lo vería y no sabía a ciencia cierta en cuanto tiempo más volvería a verlo.
-Mi amor, nos vamos está tarde – Eran las ocho de la mañana y sus padres cuando terminaran de empacar todo se despedirían de sus anfitriones, quienes estarían felices de verlos partir.
-Iré en cuanto pueda, lo juro – Si pudiera se iría con ellos en ese momento, pero no podría dejar a su hermano a su suerte, Naruto no soportaría esa tortura solo y él estaría ahí para el rubio y Gaara lo sabía y eso lo hacía amarlo más.
-Te estaré esperando – Se iban a volver a besar pero un escándalo los distrajo, siguieron el ruido que los guio hasta la biblioteca y lo que vieron no les gustó nada.
Naruto sintió como la puerta abrirse y alzó la mirada con alegría, parado en la puerta estaba el amor de su vida, se levantó y sin mediar palabra lo abrazó y besó con ganas, Sasuke respondió de la misma forma.
-Te extrañe – Naruto volvió a besarlo, no se habían visto en días y es que sus padres no lo habían dejado solo ni un segundo.
-Yo a ti también y te extrañare más ahora que nos vamos – Sasuke abrazó a Naruto aún más fuerte y escondió su cara en el pecho del varón – Está tarde nos iremos.
-Voy a ir por ti y serás mi consorte real – Naruto le levantó el rostro y limpio las lágrimas que surcaban las mejillas de Sasuke, el doncel sonrió y se besaron de nuevo.
-¿Qué está pasando aquí? – Minato había estado buscando a su hijo y un empleado le había mencionado que lo había visto en la biblioteca, al llegar presencio como su hijo prometía matrimonio a ese doncel y se besaban, ese chico era igualito a su madre.
-Mamá – Naruto abrazó más a Sasuke cuando Minato entró y se acercó con la firme intención de separarlos.
-FUGAKU – Gritó el consorte real muy fuerte, agarrando un brazo del doncel menor y sacándolo del abrazo de su hijo.
-¿Qué crees que haces? – Naruto intento acercarse a Sasuke pero el rubio doncel se puso en medio, al momento llego Fugaku analizando la situación.
-Tu hijo se estaba besuqueando con ese fácil doncel y prometiéndole matrimonio – Minato le contó y el color subió en el rostro del rey por la ira.
-¿Es cierto? – Pregunto Fugaku mirando fijamente a su hijo.
-No – Interrumpió Sasuke quien había sido dejado de lado todo ese tiempo – No soy un doncel fácil a pesar de que ustedes me estigmatizan por mi concepción.
-Eres un bastardo muchachito y no tienes derecho de hablarme así – Fugaku lo miro con rabia pero un golpe en el rostro lo mando al piso, Naruto respiraba de forma acelerada y aún con el puño en el aire miro con ira a su padre.
-Es mi futuro consorte, te prohíbo hablarle así – Fugaku se levantó acumulando fuego en sus manos pero Sai se atravesó y lo detuvo.
-Padre contrólate – Gaara fue con Sasuke y lo abrazó aunque Naruto estaba delante en forma protectora. Al instante llegaron Rasa e Izuna entrando de igual forma a la biblioteca, afuera los empleados estaban pendientes de todo lo que pasaba.
-Quiero que se vayan ahora – Fugaku le hablo a Rasa saliendo de la biblioteca, llamo a diez guardias – Lleven a los príncipes a sus habitaciones.
-¿Qué? – Pregunto Sai siendo detenido por sus propios guardias, los soldados trataron de sacar a los varones pero necesitaron más de ellos para lograr hacerlo. Rasa no permitió que su familia se metiera.
-Esto no se quedara así – Naruto lo grito antes de que un guardia lo noqueara, fue a él a quien no podían controlar y por esto tuvieron que recurrir a ese método, Minato se recostó contra la pared y volteo a mirar a ese doncel que tantos problemas les había causado, el chico lloraba mientras era arrastrado por su madre, sintió por primera vez que estaban fallando.
La familia Suna salió en menos de diez minutos con unos Sasuke y Gaara llorando a mares hasta que se quedaron dormidos, por unas cuantas horas el silencio reino en el carruaje donde iban, hasta que Izuna lo rompió.
-No hagas nada – Le advirtió a su esposo, este lo miro analizando la situación por muchas razones.
-Jamás me habían humillado así, pero eso no es razón para entrar en guerra – Rasa suspiro por eso, él no era un chiquillo que peleaba por esas idioteces, pero eso no se quedaría así.
-Cuando Fugaku y Minato vengan arrastrándose a nosotros no me detendrás al decirles sus cuantas verdades – Le advirtió y su consorte sonrió con picardía.
-Te apoyare cuando ese día llegue – La pareja se besó y abrazados continuaron el camino, durmieron un rato y al anochecer pararon un momento a descansar y hablar con sus hijos.
-Deben saber hijos que apoyaremos todas las decisiones que tomen y si quieren estar con los príncipes de Konoha no los detendremos – Rasa empezó la conversación haciendo que los donceles se miraran consternados.
-¿No estás enojado? – Pregunto Gaara con algo de esperanza.
-Oh sí, estoy muy enojado – Rasa les aclaro – Pero no con ustedes ni con Naruto y Sai, sino con los reyes de Konoha.
-¿Qué haras? – Pregunto Sasuke asustado, ellos habían estudiado mucho y sabían que por menos se desataban guerras entre naciones.
-Me voy a regodear en su arrepentimiento cuando se den cuenta lo equivocados que están y quiero estar en primera fila cuando se arrodillen a sus pies pidiendo su perdón – Rasa les hablo con una sonrisa medio siniestra haciendo reír a Izuna que de paso hizo reír a Rasa y después a los donceles menores.
-Yo también quiero verlo – Izuna reconoció eso – Mientras no haremos nada.
-Esperaremos a que vengan a rogarnos – Sasuke hablo y Gaara se rió con ganas, esa idea le gustaba y mucho, ya habían dejado atrás la depresión y ahora se les restaba esperar, la conversación fluyo más rápido y mejor, el resto del viaje fue ameno donde pasaron un gran tiempo en familia.
Muy lejos de ahí, en Konoha las cosas estaban muy mal y todos lo sabían, sobre todo porque grises nubes gruesas ocultaban el sol por segundo día consecutivo y la alegría parecía haber dejado el lugar, todos hablaban de lo que había pasado y el gran escándalo que se había creado alrededor del obvio romance entre el príncipe heredero de Konoha y el doncel hijo de Izuna Uchiha, las personas especulaban que los reyes no aprobaban su relación por su parentesco sanguíneo.
En el castillo las cosas estaban peor, todas las personas hablaban por los pasillos pero detenían su cotilleo para ver pasar a los reyes y cuando pasaban de largo volvían a hablar. A Minato no le importaba realmente, en ese momento iba camino hacia la habitación de su hijo menor, ninguno de los príncipes había salido de su respectiva habitación ni el día anterior ni ese día, así que llevaba comida para ellos, aún en contra de su esposo.
-Naruto – Minato toco la puerta pero n recibió respuesta, toco por unos minutos hasta que se rindió notando que su hijo no abriría, así que se encamino hacia la habitación de su hijo menor, pero obtuvo el mismo resultado, derrotado dejo la comida en el corredor y volvió a su habitación a pesar de ser solo las cinco de la tarde.
Naruto estaba en su habitación acostado, todo su poder estaba concentrado en cerrar la puerta. Estaba pensando en todo lo que había pasado, ahora lo entendía y es que Sasuke no había sido reconocido por su padre varón y por eso sus padres lo estigmatizaban, él lo sabía ahora pero su amor por el doncel no había disminuido ni un poco, es más, ahora lo amaba aún más.
-Sasuke – Suspiro el nombre del doncel al que tanto amaba, estaba realmente dolido, por haber sido separado del doncel de esa forma, de no ser apoyado en su amor por sus padres pero sobre todo le dolía como su padre estuvo dispuesto a atacarlo con su fuego.
Por su lado Sai no podía creer todo lo que había pasado, esperaba que todo mejorara pero la verdad no sabía cómo y lo peor es que sentía ira contra sus padres, algo que jamás había sentido y dolía, dolía mucho.
Fugaku suspiro al volver a su habitación, ningún aldeano había querido hablar con él, todos exigían al príncipe y los empleados cotilleaban a sus espaldas, por otro lado su consorte no le hablaba y sus hijos no habían salido de sus habitaciones, las cosas estaban muy, muy mal.
-Minato – Llamo a su consorte quien le daba la espalda.
-Vete – Ni siquiera le miro al decirlo, era la primera vez que Minato lo echaba de la habitación en todos sus años de casados, el pelinegro no dijo nada y salió, desde ayer estaban en esa situación con su consorte y la verdad tanto caos lo tenía agotado.