Pasaron muchos años desde la presentación, aun hoy en día el heredero disfrutaba de todos los regalos que le dieron ese día y fueron tantas las ofertas de matrimonio de reyes y nobles de todos los reinos del mundo para su hijo con sus hijos donceles y tantos los ofrecimientos, que los reyes decidieron que al cumplir 21 años, el mismo Naruto escogería a su pareja y sería por amor, al fin y al cabo el chico estaba más que bendecido por el dios sol y su elección, cualquiera que fuera sería la correcta.
-Naruto ¿Qué haces? Nuestra madre te está buscando – Sai nació dos años después que naciera Naruto, el segundo hijo varón de Fugaku y Minato.
-Solo me buscan porque el rey A está aquí con sus hijos donceles Bee y Darui – Naruto le respondió a su hermano que venía a buscarlo, todas las semanas mínimo un rey o algún noble llegaba con sus hijos o sobrinos donceles para que “mágicamente” él decidiera casarse, estaba harto de esa situación.
-Además ambos están horribles – Naruto soltó la carcajada con el comentario de su hermano, Sai sonrió al hacer reír a su hermano mayor, antes se sentía celoso del rubio porque todo el mundo venía a verlo exclusivamente a él y los regalos eran solo para el rubio, a veces creía que sus padres no gastaron ni un centavo en su hermano mayor por todos los regalos que ha recibido a lo largo de su vida, el asunto es que ahora entendía que esa gente solo quería a Naruto por lo que significaba y es que su hermano era famoso en el mundo y se decía que tenía poderes mágicos impresionantes, cosa que nunca había visto si le preguntaban.
-Me lo imagino el rey A no es muy agraciado que digamos – Ambos rieron y Sai le mostro a su hermano un lodo de aspecto horrible y negro, el menor tenía una idea de cómo hacer para que su hermano pasara desapercibido - ¿Qué es esa cosa?
-Es tu cabello – Sai no dijo nada más y le aventó la mezcla en la cabeza, Naruto grito pero el chico no hizo caso y se lo esparció por todo el cabello, a los segundos Naruto tenía en vez de cabello rubio, el cabello negro.
-Sai ¿Cómo? – Pregunto con asombro, tener el cabello oscuro le daba lo que siempre ha querido, pasar desapercibido.
-Pues ahora sabrás que es ser normal – Era impresionante como pensaba eso, siendo que al ser príncipe y parte de la nobleza no era muy normal que digamos.
-Gracias – Le dijo de corazón Naruto, Sai le entrego ropa para pasar desapercibido y también cogió para él, le mostraría a su hermano el reino de una forma que el rubio jamás ha visto.
Izuna pisaba el reino después de veinte años, pero esta vez las cosas eran muy diferentes, ya no era un niño bastardo, ahora era el consorte del duque real de Suna, se había casado con él cuando Sasuke tenía tres años y Gaara dos.
Rasa enviudo al nacer Gaara y como necesitaba quien lo cuidara él se ofreció, igual quería ayudar, desde ahí un sentimiento agradable surgió hacia el rey mutando lentamente en amor el cual era correspondido por el rey. Se casaron y ahora eran una pareja muy feliz. El hijo mayor de Rasa, Kankuro, se había casado con el rubio de su reino y ahora reinaba, por esa razón era que ahora podían ir a visitar a su hermano y resto de la familia.
-Cariño – Rasa le hablo a su esposo, apenas habían entrado a la ciudad principal y sus guardias ya habían perdido a Sasuke y Gaara, ese par le iban a sacar canas verdes.
-No están en ningún lado – No pregunto sino que afirmo, el varón asintió a lo que decía y suspiro – Por ahora mándalos a buscar con los guardias y nosotros vamos a hospedarnos, mi hermano nos espera.
-No deben estar muy lejos – Izuna sonrió, su esposo aunque era muy recto, también era muy consentidor con sus hijos, incluso con Sasuke que no era su hijo de sangre.
-Cierto, además mi hermano también enviara gente a buscarlos – La pareja se encamino al castillo con un par de guardias mientras el resto iban en busca de los dos donceles escurridizos, que aunque ya estaban en edad casadera aún seguían haciendo travesuras como cualquier niño.
Sasuke y Gaara corrían por el lugar riéndose de todo y nada, haciendo una carrera entre ellos, era la primera vez que salían del reino Suna y se divertían en grande. Su hermano estuvo reacio a dejarlos ir y es que al igual que su padre, era muy consentidor y sobreprotector con ellos.
-Vamos no seas tan delicado – Sasuke se burló de su hermano que ya iba cansado de tanto correr.
-No puedo dar un paso más – Gaara se quejó y se sentó en el pasto, recostándose de paso. Le dolían los pies de tanto caminar y eso que antes se quejó porque le dolía el trasero de tanto estar sentado y es que Konoha no era nada cerca.
-Eres un quejón – Sasuke se rio de su hermano, aunque admitía que también estaba cansado, llevaban rato recorriendo el lugar y tratando de alejarse lo más posible de los guardias que seguro sus padres enviaron para buscarlos. Se sentó al lado del pelirrojo a mirar el lugar.
-Es hermoso este reino – Gaara comparaba su hogar con el lugar en el que ahora estaban, Konoha era hermosa pero claro que no cambiaría por nada Suna.
-Lo es y mamá está muy feliz de venir a visitar a la familia – Ellos habían escuchado muy atentamente en todo el viaje (porque no podían hacer nada más) como su madre les contaba de todo lo que había en el reino y de su familia, sobre todo de su hermano Madara que los chicos recordaban de cuando iba a visitarlos y como no si el hombre llegaba con su consorte llenos de regalos fabulosos para los tres.
-Me agradan – Menciono Gaara siguiendo la idea de su hermano, también estaba emocionado por llegar pero sabía que una vez se encontraran con el tío Madara no podrían ir a explorar y por eso hicieron esa pequeña escapadita para recorrer el lugar a libertad.
-A mí también – Para ninguno de los dos paso desapercibido la felicidad de su madre por las visitas de su hermano y mucho más cuando programaron ese viaje, ambos se sumieron en un silencio confortable y se recostaron en el pasto disfrutando del clima y la vista.
Naruto y Sai habían hecho muchas cosas esa mañana, fueron al pueblo más cercano y se mezclaron con la gente, Sai tuvo que usar ropa que le tapara algo del rostro, obvio la gente conocía al príncipe menor, después fueron al mercado y compraron varias chucherías, pasearon por varios lugares y Naruto pudo comprobar de primera mano la prosperidad de su reino, ahora iban recorriendo la zona veredal cerca al castillo, pronto tendrían que volver y es que su abuelo Madara los solicito para la cena y a él no podían decirle que no.
-Naruto mira – Sai señalo a los dos donceles que caminaban por el lugar, Naruto sonrió con diversión, era hora de probar las muchas teorías que tenían él y su hermano.
-Vamos – Naruto le guiño un ojo a su hermano y este entendió que era lo que quería su hermano y con diversión lo siguió, acercándose al par de donceles que caminaban sin fijarse en ellos.
-Buenas tardes – Sai saludo a los donceles que los miraron como un par de cucarachas, haciendo que Sai casi se carcajeara, Naruto sonrió por lo fácil que fue engañarlos, era obvio que los hijos del Kage A eran muy superficiales.
-¿Qué quieren? – Pregunto Darui despectivo, el tipo de la capa se le hacía conocido pero no sabía de donde y la verdad no le importaba y pues el otro pelinegro le daba igual, estaba molesto porque el príncipe Naruto no había aparecido en toda la mañana.
-Solo queríamos saludar a tan bellos donceles – Menciono Naruto cortes, aunque por dentro estaba que se moría de la risa, su hermano a su lado ahogo un resoplido por lo dicho por su hermano.
-Pues ya lo hicieron, ahora largo que no tenemos tiempo para unos pueblerinos como ustedes – Bee fue aún más grosero que su hermano haciendo que los hermanos enarcaran una ceja con ironía.
-Nosotros solo queríamos saludar, pensamos que estaban perdidos – Sai les dijo haciendo resoplar a los donceles que pensaban que cualquiera que los viera caía a sus pies enamorado.
-No seas idiota – Darui le hablo despectivo, sabían que los varones solo querían conquistarlos pero ellos estaban ahí con la única idea de casarse con el príncipe heredero Naruto o en su defecto con el príncipe Sai.
-Pues más idiotas ustedes que no son capaces de agradecer la ayuda brindada aunque no la necesiten – Esa voz llamo la atención de los cuatro de la conversación, al voltear vieron dos donceles sentados en el pasto bajo la sombra de un árbol, Sai pensó que esos si eran bellos donceles, en especial el pelirrojo de la derecha. Por su parte Naruto pensó lo mismo pero él se fijó más en el pelinegro de la izquierda.
-¿Y a ustedes quien les pregunto? – Darui le hablo otra vez despectivo ¿Quién se creía ese pelinegro hablándoles así?
-Nadie, solo que no nos parece como están tratándolos – Gaara apoyo a su hermano, ninguno de los cuatro se habían fijado que ellos estaban ahí y fueron testigos mudos de la conversación de los cuatro y no le gustó nada como trataron a los varones.
-Mejor nos vamos, por aquí hay mucho estorbo – Para nadie paso desapercibido que la palabra estorbo iba a ser otra, pero el chico vio como alguien se acercaba y cambio lo dicho, los dos donceles se fueron al llegar los guardias, Sasuke y Gaara miraron a otro lado al igual que Sai y Naruto para evitar que los reconocieran, cosa que no paso.
-Gracias – Naruto hablo después de que los guardias se fueran llevándose a los donceles (aunque no era a ellos a quienes buscaban), al momento rugió el estómago de Naruto quien sin poderlo evitar se sonrojo, haciendo reír a los demás aunque después sonó el estómago de Sai.
-¿quieren comer con nosotros? – Propuso Sasuke con una sonrisa, esos chicos por alguna razón le agradaban, sobre todo el rubio.
-No quisiéramos importunar – Sai les dijo pensando en que ya debían estar volviendo aunque estar en la compañía de esos bellos donceles le parecía genial.
-No nos importunan, aunque debemos advertir que no tenemos nada para beber y pues tendrían que acompañarnos en el pasto – Gaara respondió también con una sonrisa hacia Sai que se derritió con ese gesto y mirando a su hermano le rogo que se quedaran, el ojiazul solo suspiro y con agrado les respondió.
-Claro que aceptamos, solo déjennos ir por unas cuantas bebidas y algunas mantas para hacer mejor el almuerzo – Los donceles aceptaron y rápidamente los varones se fueron a buscar lo prometido y de paso más comida, tenían mucha hambre.
-No puedo creer que solo unas horas aquí y ya tenemos una cita doble con dos campesinos – Sasuke se rio ante la cara que puso su hermano y es que cuando dijo eso no se había dado cuenta lo que prometió.
-Oh por el dios sol, nuestra primera cita y con varones que no conocemos – Gaara se lamentó pero luego se rio, iban a buscar emociones y quien sabe, de pronto se encontraban con varones agradables, aunque sus padres se morirían si sabían lo que estaban por hacer.
-Lo sé, papá y mamá se morirían – Sasuke también se unió a la risa de su hermano, era obvio que no iban a llegar a nada con esos varones pero divertirse un rato no estaba mal, además los chicos se veían confiables y para que mentir estaban guapos.