— ¡No puede ser! Nunca…nunca me escucha… ¿Quién se cree? No dejare que me siga tratando así, él no puede y no debería…—exclame un poco nervioso. —Yo fui quien lo salvo de la destrucción de aquel día…—me senté en la cama y me recosté mirando hacía el techo. —Ya no sé qué hacer…—agarre mi almohada mientras pensaba en todo lo que había ocurrido.
Todo empezó hace 2 años antes de que empezará a hacer “mis” ya famosos “Thneeds”, estaba en mi pequeña casa alrededor de todos los árboles, mientras los pequeños e inofensivos animales me acompañaban en mi soledad, en ese entonces han de pensar que yo fui quien talo todos esos árboles que ahora ya están desapareciendo, pero no, yo no fui quien empezó todo esto…Fue Greed-ler… El salió de mi cuerpo esa noche, esa noche que todo lo tranquilo desapareció, donde me cambio por completo la vida, hasta ahora.
— ¡Once-ler, ven de inmediato a la oficina! —me grito desde afuera de su oficina.
— ¡Voy! No sé ni porque voy, al fin y acabo probablemente termine acabando solo afuera de la mansión, es capaz de correrme solo por respirar. —reclamo al caminar hacía su oficina. — ¿Puedo pasar? —pregunte.
—Recoge tus cosas, en este momento te vas de aquí—exclamo.
— ¿Qué? —pregunte algo confundido.
—Te vas, no quiero que sigas arruinando todo y mucho menos con tus niñerías, no me sirves, te tenía por negocios, o eso debería de suponer porque ni para eso me servías, no porque quisiera estar contigo— me miro seriamente.
—Pero… este es mi hogar…yo…—me acerque a él, lo empuje al suelo y me puse encima de él. —No me puedes correr de mi propio hogar, así que olvídate de que me voy…—exclame.
—No me hagas hacer cosas que no son correctas, así que, quítate de encima—mirándome con odio intentaba quitarme.
—No. —exclame.
—Muy bien…—me dijo.
En ese momento me agarro del cuello y me puso en el suelo.
—Te dije que no me hicieras hacer estas cosas—comento mientras me estrangulaba.
Me miraba muy enojado pero algo en sus ojos me sorprendió, estaba nervioso, se notaba en su rostro, su respiración, como si le diera pena estar tan cerca de mí.
—No dejare que me destruyas—se levantó y se fue directo al cuarto cubriendo su cara.
—El… ¡¿él estaba sonrojado?! —exclame confundido.
Esa tarde me quede en su balcón, mirando como talaban todos esos árboles, tenía miedo de ya no ver más en un futuro así que conserve una de sus semillas por seguridad. Regrese al cuarto y al entrar lo vi acostado durmiendo, me acerque cuidadosamente a él sin hacer ruido para no despertarlo, lo mire y sentí como si mi corazón estuviera exaltado.
— ¿P-porque me siento así? —me pregunte mientras me sentaba en la cama. —No puede ser que…No, solo estoy un poco alterado, es todo. —exclame y me acosté a su lado. Mirándolo directamente me acercaba un poco más a su rostro, se notaba sus grandes ojeras por no dormir y acaricie lentamente su rostro hasta que…