Hola, soy Owen, tengo 16 años, de pelo negro y ojo azules…pero, ¿a quién le importa?, lo único importante es acabar esta tarea, tal vez así deje de mirarme.
Claro, no saben de quien hablo, hablo de Edrian, mi hermano, tienen dos años más que yo. nuestro cabello es del mismo color, pero sus ojos son de un tono más oscuro. No me mal entiendan, su presencia no me molesta, lo que me incomoda es que me vea así, ¿la razón?, bueno…este… ¡al diablo!, ¡lo diré!, me gusta mi hermano, no se desde cuándo, pero nuca he podido fijarme en alguien más.
-¿Qué haces?- pregunta el, rompiendo el silencio incomodo de la sala.
-tarea- respondo seco
-¿ocupas ayuda?- pregunta, después de unos minutos de silencio.
-no- respondo igual de seco que antes
Pasa el tiempo, una vez que termino mi tarea me doy cuenta que ya son las 10 de la noche.
-¿y mis padres?- le pregunto a mi hermano, que veía la televisión
-no llegaran hoy- contesta igual de seco como lo hice yo antes
- ¿Por qué? - insistí por una respuesta más satisfactoria
-me llamaron desde un hotel en la ciudad vecina diciendo que llegaran el lunes, parece ser que quisieron extender su celebración de aniversario-dijo sin dejar de ver el televisor, segundos después volteo a verme- vayamos a dormir
-está bien, buenas noches- digo, disponiéndome a ir a mi habitación, pero siento como sujeta mi brazo, evitando que me vaya
-dormirás conmigo-dice serio, pero con esa calidez en su tono que creo solo yo puedo sentir
-¿Por qué?- pregunto sorprendido
-nuestra madre dijo que no me despegara de ti
- ¿temes que me ahogue con la lengua? - pregunto burlándome de su actitud
-no- dice serio- pero hace mucho que no lo hacemos
Su respuesta me desconcertó, era cierto que no dormíamos juntos desde que yo tenía 10, pero el que lo dijera tan de repente me resultaba extraño, sobre todo por el leve tono de tristeza con el que lo dijo, y creo que fue eso lo que me hizo hacerle caso sin chistar.
Entramos en su habitación, hace mucho tiempo que no estaba ahí, aunque me parecía un lugar extraño, debo admitir que encajaba con la actitud de mi hermano.
-iré a buscar mi pijama- dije al percatarme de haberlo olvidado
- ¿para qué? - pregunto y al momento se deshizo de su camiseta, dejando ver su torso que, desde hace años, pocas veces he tenido el gusto de verlo
- ¿piensas que dormiré contigo estando semi desnudo?
- ¿por qué no?, lo hacíamos de niños- y de nuevo, de la nada diciendo momentos de nuestra niñez en un tono tan melancólico. Lo decía tan serio, con esa mirada que me hace obedecer. Me deshice de mi pantalón, y rápidamente me sumergí entre las sabanas, pude ver cuando mi hermano se despojaba de su pantalón, quedando en un ajustado bóxer tan negro como su cabello- buenas noches- dijo una vez se acostó a mi lado.
-buenas noches- conteste dándole la espalda para dormir.
El tiempo paso, la noche comenzó a ser cada vez más fría. Me desperté en busca del reloj, pero me topé con el pecho de mi hermano, mi cuerpo estaba totalmente atrapado, nuestras piernas enredadas y mi cuerpo entre sus brazos. Y no solo eso, sus manos se encontraban bajo mi playera, podía sentir el frio de ellas.
Estar tan cerca de mi hermano me hacía pensar de más, mi cuerpo se olvidó del frio, quise separarme, pero sus brazos me sujetaron con mayor fuerza
-Edrian- susurre su nombre- sé que estas despierto, deja que me separe
No contesto, en su lugar atrajo más mi cuerpo hacia el
-Edrian- subí el tono de mi voz- hablo en serio- dije ya molesto empujándolo para separarme, pero sin previo aviso quede recostado en la cama, con Edrian sobre mi sujetando mis brazos- ¿que haces? - ese comportamiento no era normal en el- bájate- Ordene
-no- su tono serio de siempre, se quedó inmóvil, sin apartar su vista de mi
-hablo en serio Edrian, no es gracioso
- ¿qué?, ¿acaso me tienes miedo hermanito? -dijo con burla, pero era cierto, la actitud de mi hermano esta noche me desconcertaba, él no es así
- ¿qué es lo que quieres? -dije, desviando la vista hacia un lado
-estoy harto Owen- dijo serio, pero con algo de tristeza en su voz
- ¿harto de qué? - dije, esperando por fin me soltara
-de no poder hacer esto- dijo acercándose a mi rostro…y me beso, no podía creerlo, ¿era este mi hermano?, ¿Qué ocurría?, ¿estaba muerto?, sea lo que sea, no me importo, deje de pensar y me deje llevar por el beso hasta que tuvimos que volver a respirar
- E-edrian…yo
-no hables-dijo abrasándome, colocando su rostro sobre mi hombre- no hables, por favor- parecía que quería llorar- déjame estar así, ¿puedes? -su voz parecía quebrarse- en serio perdóname. Sé que está mal, no solo somos hombres, ¡somos hermanos!
- ¡Edrian! - dije separándolo de mi cuerpo, me di cuenta de que, si estaba llorando, y fue ahí, al ver sus ojos que me di cuenta de que sentíamos lo mismo- nada de eso me importa- dije, sujetándolo por el cuello. Esta vez era yo el que lloraba- te amo de la misma manera- susurre sobre sus labios antes de esta vez ser yo quien lo besaba. Parecía sorprendido, pero no era suficiente para ninguno. Abrasé su cuerpo mientras su mano se abría camino bajo mi playera, deteniéndose al llegar hasta mi pecho
- ¿estás seguro? - me pregunto agitado tras romper uno de nuestros besos
-si es contigo, quiero llegar hasta el final- respondí sonriendo al igual que él, dispuestos a disfrutar hasta que llegaran nuestros padres, y después de años ocultando lo que sentimos, aprovecharíamos el tiempo.
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