Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tsukki!! Drabbles por Nova22

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Descubrí que soy pésima escribiendo Drabbles T-T este capítulo es demasiado largo para ser un Drabble, pero, a mi parecer, demasiado corto para llamarlo OS.


Probablemente los siguientes capítulos tengan una extensión similar a este, lo siento (?


De igual forma espero que sea de su agrado :3 

Besos (BokuTsuki)


Tenía quince años cuando recibió su primer beso; fue suave, con un ligero sabor a sudor y nervios adolecentes, nada del otro mundo; un primer contacto torpe, movimientos inexpertos y una lengua atrevida que trató, sin éxito, de sumarse a la ecuación. No hubo choques eléctricos  en su piel, ni mariposas en el estómago o vio luces de colores frente a su ojos, pero si hubo calor; uno que aumentaba exponencialmente y que les impidió apartar las manos de sus cuerpos y separarse de la boca contraria hasta que alguien irrumpió al depósito donde estaban.


“Vergonzoso”


Su primer beso no fue nada especial, pero si algo impactante para un muchacho de su edad y que marcó su entrada a un nuevo mundo.


Hubo otros chicos después de ese primero, no tenía una larga lista digna de un conquistador, pero si hubo más de uno y  por supuesto, muchos más besos; ardientes como el fuego, dulces como la miel, atrevidos, salvajes, violentos, más y más besos que no conocían la timidez, besos que superaban con creces a los anteriores.


“Genial”


Tsukishima no era una persona exigente, pero si tenía un estándar; estándar que todas sus anteriores parejas habían cumplido e incluso superado. Entonces ¿Por qué rayos salía con alguien como Bokuto Kōtarō?


Un débil gemido escapó de sus labios, apoyó las manos contra el colchón impidiendo que el peso sobre su cuerpo le hiciera caer de espaldas y elevó las caderas frotando su entrepierna contra la erección contraria. Las inquietas manos de Bokuto ya le habían despojado de todo salvo la ropa interior, prenda contra la que batallaba negándose a liberar sus labios, lamiéndolos con desesperación.


El rubio sintió sus dientes rozarle y un escalofrío recorrió su cuerpo; iba a pasar otra vez − Bokuto...san...− jadeó Tsukishima.


El mayor dejó salir un gruñido como respuesta, no lo estaba escuchando. Mordió su labio superior pasando inmediatamente a succionar el inferior entre sus dientes y, tal y como supuso que ocurriría, le dio un fuerte mordisco. Tsukishima maldijo a causa del intenso dolor antes de que su cuerpo reaccionara y pusiera distancia entre los dos.


“Fatal”


− ¡Maldición! − exclamó llevándose una mano a la boca, sintiendo la ligera hinchazón de su piel bajo sus dedos. Sabía que eso pasaría − ¡Me mordiste otra vez!


− Lo siento, me deje llevar − se disculpó inclinándose para evaluar el daño por sí mismo − Esta bien. No está sangrando, solo está un poco inflamado. − Bokuto lo miró apenado − Lo siento, tal vez sane más rápido si le doy un beso.


Tsukishima le dio una mirada furibunda, otro beso y terminaría arrancándole el labio − Dejémoslo hasta aquí, estoy cansado. Vamos a dormir. − dijo recostándose sobre uno de sus costados.


Bokuto permaneció inusualmente callado, ni siquiera se movió de su sitio; Tsukishima sabía lo que eso significaba y entonces comenzó la cuenta regresiva “tres, dos, uno”


− Pero, Tsukki − se quejó dando ligeros saltitos sobre la cama que le hicieron voltearse boca arriba sin esfuerzo − No hemos tenido sexo en un mes.


− ¿Y de quien es la culpa? − contraatacó con claro tono de sarcasmo.


− Puedo hacerlo bien esta vez − murmuró inclinándose sobre él.


Tsukishima apoyó una mano sobre su pecho − Ya no quiero hacerlo − todo el calor de su cuerpo había desaparecido con ese mordisco, ahora solo estaba molesto.


− Solo un beso − Bokuto tenía bonitos ojos, de un impresionante dorado que destallaba más que el oro y si apartaba los ojos podía encontrarse con un cuerpo muy bien moldeado, cuyos duros músculos se tensaban contra su palma haciéndole flaquear − Solo uno ¿Si? Prometo hacerlo bien.


Ambos ya estaban desnudos y Bokuto ya estaba sobre él, tan cerca que podía sentir el calor que irradiaba su cuerpo, el mentolado aroma del dentífrico en su aliento y sus músculos presionarse contra su cuerpo…¡Demonios! Ya lo tenía − De acuerdo − ya lo conocía, no iba a dejar de molestarlo − Pero si vuelves a morderme voy a hacer lo mismo contigo, pero no en tu boca.


− D-de acuerdo − susurró terminando con la poca distancia que los separaba.


Sus besos eran…No eran los mejores besos que había recibido; abría demasiado la boca, sus dientes casi siempre rozaban con los suyos y el área alrededor de su boca terminaba cubierta de saliva, no podía negar que era intenso, tanto que terminaba mordiéndole y rompiendo el momento la mayoría de las veces, y sus manos, a pesar de que sabían dónde tocar, eran extremadamente inquietas. No se preocupaba por la técnica como Akaashi lo hacía o lo invitaba a participar en una lucha de poder como Kuroo, incluso Kageyama tenía una cualidad que le resultaba atractiva al momento de besar, pero Bokuto…Bokuto era malo.


Entonces ¿Por qué seguía con él, quien claramente era pésimo en eso?


− Dijiste que solo sería un beso − jadeó Tsukishima. Los labios del mayor se encontraban succionando la piel de su cuello donde su pulso latía, era su lugar más sensible. Se sentía demasiado bien.


− No me has apartado, así que creo que está bien.


Un gemido se escapó de sus labios, tendría que haber dicho algo al respecto, pero se sentía bien y no quería que parara; su cuello era uno de los puntos que la boca de Bokuto sabia como tratar. El área detrás de su oreja le hacía temblar de placer, la succión en el lóbulo de su oreja le hacía gemir de agonía y era una deliciosa tortura cuando mordisqueaba sus pezones. Lo desarmaba por completo.


− Bo-Bokuto…ya…− su respiración era entrecortada y una fina capa de sudor cubría su cuerpo, y había algo peligroso en ese dedo que acariciaba el contorno de su entrada − Ya es suficiente…detente − sus labios se movían cada vez más y más abajo invitándolo al abandono, pero no iba a ceder – Bokuto…− la  mirada del bicolor se oscureció y era malditamente atractiva mientras le observaba elevar sus caderas, lo hipnotizaba – Es…espera, no…ahí no…


Sus manos se aferraron a la sabanas y su espalda se arqueó en un ángulo que parecía imposible ante el primer lengüetazo – No…No…No pares…Maldición, no pares − todas sus defensas se perdieron en esa boca suya tan hábil y moría de ganas por ser devorado por él. – Maldición…Maldición…Te amo…− gimió con el placer quemando en cada poro de su piel, rápido, duro, sin tregua y voraz, Bokuto atacaba su entrada disparando sensaciones y gemidos que se estrangulaban en su garganta y lo enloquecían.


 Su lengua torturaba con cada lento, pero certero movimiento, su boca le succiona a besos húmedos y no pudo evitar apretar los dientes deseando más contacto – Métela hasta el fondo – gimoteó.


Bokuto alzó la vista hacia él y esbozó una sonrisa de satisfacción que lo irritó, odiaba cuando le hacía rogar. Iba borrar esa sonrisa cuando fuera su turno y pudiera montarlo.


Tsukishima contuvo un grito ahogado ante un certero toque sobre su próstata y empujó su trasero hacia adelante pegándolo más a su cara. Magnifico, no podía encontrar otra palabra para definirlo. Era una maravilla, le hacía sentir codiciado y le daba la satisfacción que tanto había estado buscando.


Bokuto podía ser malo besando, su técnica era pésima, sin embargo tenía una cualidad que lo diferenciaba de los demás, una que le hacía ver mucho más que chispas de colores frente a sus ojos y por la cual esos tres años de noviazgo y dos de casados habían valido la pena. Usaba su maldita lengua mejor que nadie...


“Maravilloso”


Se mordió los labios en un vano intento por reprimir el potente gemido que anunciaba su liberación. Era demasiado bueno, lo transportaba a otra dimensión; le dejaba sin habla, nublaba su vista y le hacía perder la razón. El deseo hervía en su interior, quemándole con la expectativa de una larga noche en sus brazos. Nunca podría cansarse de eso.  


– También te amo – dijo con voz ronca antes de lamerse los labios; Tsukishima siguió el sensual movimiento de su lengua hasta que volvió a su cavidad bucal y sonrió.


Lo amaba. Era molesto e infantil, pero lo amaba.


Antes de conocerlo jamás se habría imaginada que existían besos que no se daban en la boca.


Y haberlo descubierto con él fue lo mejor que pudo haberle ocurrido...no lo cambiaría aunque tuviera la oportunidad.


“Maravilloso, simplemente maravilloso”

Notas finales:

>3< Gracias por leer >3<


¡¡Hasta la próxima!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).