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MI ULTIMO RENACER por LILITH_HIWATARI

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Capítulo 3: Carlos de Vil.

 "La casualidad no existe, todo surge de la más profunda fuente del destino"- Ferrik

 

 

La rutina no había cambiado desde entonces todos los días una copia exacta del anterior, cada mañana un enfermero entraría con una bandeja de comida y retiraría la anterior, cada día la comida era devuelta intacta o al menos en su totalidad, a veces el agua o jugo estaba terminado, Carlos no se molestaba en comer nada solo apagar su sed de vez en cuando, en su lugar pasaba horas abrazado a sus piernas en su esquina favorita, la más alejada de la puerta sumiéndose en sus pensamientos, llorando en silencio ansiando su regreso a un mundo donde no era bienvenido.

 

Cada tercer día el mismo doctor entraría por la puerta traería una silla consigo y trataría de hacerle hablar, cada vez con métodos diferentes siempre con el mismo resultado, el silencio cortante de su parte.

 

Entonces no-Jay había aparecido le llevo chocolate, logro una reacción en él y le llamo por su nombre real, al principio se asustó, creyó ser descubierto se veía ya siendo enviado a una celda por tomar la identidad de otro, se vio torturado hasta darles una respuesta satisfactoria, Carlos lleno de pánico miro al joven frente a el listo para recibir el primer golpe, nada de eso paso el otro chico solo le observo fijamente y volvía a darle dulces para después marcharse.

 

La siguiente vez que aquel doctor entro por esa puerta y le llamo Carlos supo que fue delatado, más las palabras del doctor estaban llenas de incredulidad, le miraba con curiosidad como un experimento, con una fascinación enfermiza que le estremecía, solo había visto esa mirada una vez, y fue con su madre cuando ella olvido que era su hijo y tomándole de los cabellos le dijo que sería una bonita alfombra, Carlos recuerda como la locura nublo la mente de su madre ese día e intento matarle al no reconocerle.

 

Ahora ese doctor le miraba igual, como si quisiera abrir a Carlos y ver su interior, desmantelar lo que tenía y dar con la solución a un gran enigma, el simple hecho de verse como un animal en observación le recordó un poco a Auradon, a la escuela donde todos vigilaban sus movimientos listos para echarle de vuelta.

 

-          Buenas tardes Cameron – llamo el doctor nuevamente  - ¿o prefieres Carlos? – Carlos entonces centro su atención en el hombre, buscando una manera de eliminarlo si se convertía en una gran amenaza – escuche que tu nombre es Carlos ¿estoy en lo correcto? -  ese debió ser No-Jay, el traidor debió decirle todo tras salir ese día  sabía que no debía confiar en el – tu madre es Cruella de Vil ¿te gustaría hablarme sobre ello? – el viejo doctor no creía mucho la teoría del joven sobre la otra personalidad de Cameron, era algo  tonto crear una personalidad después de años de abuso para finalmente ser llamada como un personaje de ficción, hubiera tenido más sentido si este otro ser se presentara con otro nombre o en más ocasiones y hasta ahora solo parecía hacerlo después de su intento de suicidio – no se mucho sobre ella, solo que gustaba de perros – empujo nuevamente por que si existía una posibilidad de que realmente fuera otra personalidad debía hacer algo la madre de este niño había amenazado con demandar a su institución durante todo este tiempo y estaba seguro que lo haría si no lograba algo.

 

Carlos rodo los ojos ante este intento patético de conversación, realmente empezó a sentir ganas de golpear al hombre tal vez si lograba engañarle podría tomar su silla y golpearle hasta la muerte, hasta enseñarle lo que realmente gustaba de hacer Cruella.

 

-          ¿Desde cuándo estas aquí Carlos? – la pregunta le saco de sus pensamientos confundiéndole mucho – ¿crees que podría hablar con Cameron?, es seguro aquí y nadie va a hacerle daño – ahora si estaba muy confundido, no comprendía por que pedían hablar con Cameron no era como si lo tuviera escondido,  era Carlos y ese otro chico no estaba ahí, ojalá lo estuviera y así no tendría que pasar por todo ese infierno – nadie va a hacerle daño – insisto el doctor – no hay necesidad de que lo protejas – fue entonces cuando todo tuvo sentido.

 

Había leído un montón sobre el tema, sobre trastornos psicológicos nada más llego a Auradon, cuando le señalaron y hablaron sobre ser igual a su madre, sobre la posibilidad de que la locura le alcanzara y terminara siendo un psicótico, hizo su investigación y supo que su madre no siempre fue una mujer desquiciada, de hecho por muchos años fue una respetable mujer de la industria de la moda con un gran impero algo que ya sabía pero no conocía del  todo un día unos pequeños cachorros de Dálmata llegaron a su vida y arruinaron su cordura, un día fue internada en una institución mental justo como lo era él y al siguiente enviada a la isla, sin sus medicamentos Cruella fue consumida por la locura, el gran y benevolente rey Adam envió a una mujer enferma a una prisión sin cuidados y dejo que maltratara de su pequeño hijo.

 

Entendió entonces lo que estaba pasando, el tono incrédulo del doctor al decir su nombre, la mirada evaluadora, las preguntas incesantes sobre su madre, ellos creían que era una clase de personalidad alterna, un ente creado para mantener a salvo la cordura de Cameron, no pudo evitar bufar ante esto, por un segundo entonces creyó que eso podía ser posible, miro sus manos e imagino ser solo eso una invención de la mente de un niño herido, tal vez no existía, tal vez su mundo no era real y solo fue un pensamiento que desaparecería de la noche a la mañana.

 

La simple idea lo aterro, incluso después que el doctor había dejado  cansado de ser ignorado Carlos no podía dejar de pensar en que no era real.

 

No-Jay apareció al día siguiente pero esta vez le ignoro por completo inclusos sus dulces, el pensamiento de no ser nada era mucho más abrumador ahora, los chocolates fueron dejados como una ofrende pero esta vez Carlos no se apresuró a guardarlos, esa noche el agua en su vaso permaneció intacta.

 

La depresión volvió a reinarle, no solo era el hecho de que nadie vendría por el si no que ni siquiera era real, pero la herida en su pierna había dolido un infierno, las quemaduras contra su piel también, los latigazos de su madre y los golpes de todos aquellos hombres, la sonrisa maniática de Jay aun fresca en su memoria, no, él no era una invención, era real, tan real como el dolor en su cuerpo, Carlos de Vil existía se dijo nuevamente y al igual que su madre terminaría perdiendo la cordura en ese manicomio, a menos que hiciera algo al respecto.   

 

No-Jay se cansaría de su silencio dejando de venir, la madre de Cameron dejaría de llorar por él y se ocuparía de la otra chica, los doctores se rendirían dejándole en esas preces solo, Carlos dejo incluso de levantarse de la cama, se quedó ahí pensando en su muerte inminente en esas cuatro paredes.

***************

Carlos

 

La voz de Cruella resonó por la pequeña habitación, Carlos paso un brazo sobre sus ojos aun dolido de la espalda baja, se había dado vuelta desde hace rato y solo quería dormir maldita sea, hacia demasiado frio y estaba muy cansado.

Carlos

 

-          Tu madre está llamado – Jay a su lado resoplo molesto  vistiéndose rápidamente, abrochando los botones de su chaqueta para cubrirse del frio en el exterior – no puedo dormir así – murmuro.

-          Ya se callara – respondió mirando fijamente a Jay, al joven que hace un momento le jodia contra el colchón y ahora parecía listo para irse.

-          Igual me voy -  termino de abrochar sus pantalones y colocar sus botas – ve a distraerla – ordeno colocándose la gorra en su cabeza tomando cuidado de cubrir sus orejas, él debía tener mucho frio si hacia eso.

-          Podrías quedarte – murmuro inseguro odiándose tras decir aquellas palabras.

-          Y que dormir en esa cosa – frunció la nariz señalando el viejo colchón lleno de bultos.

-          Mejor que una alfombra vieja – susurro sin darse cuenta de lo que decía.

-          Dormiré con Mal – finalmente respondió con suavidad, como si no quisiera admitirlo – ella es suave y caliente – y Carlos le lanzo una mirada interrogante – y su madre no está gritando cada cinco minutos – señalo justo a tiempo Cruella volvió a llamar a Carlos – ve afuera – volvió a ordenar y Carlos suspiro pesadamente empezando a cambiarse, su trasero aun doliendo, las marcas en sus caderas empezando a amoratarse, todos las marcas que gustaba de dejar Jay.

 

Cuando finalmente se vistió y logro ponerse de pie lanzo una maldición pues el daño era mucho peor de lo que pensaba, esa noche Jafar había echado a Jay por alguna razón estúpida y Jay siempre era muy áspero en esas ocasiones, por lo que cuando Jay se presentó en la puerta de su casa y le empujo hasta su viejo colchón no había dado explicaciones solo le jodio con fuerza, no había palabras, no hubo “ Buen chico”, “lo haces bien” o incluso maldiciones, solo el empuje de Jay fuertemente contra el sin delicadeza alguna.

 

Carlos se levantó para salir por la puerta “secreta” de su habitación e ir a distraer a su madre quien seguramente gritaba por alguna estúpida razón, el la escucharía, oiría sus gritos y regaños y aceptaría su castigo mientras Jay se escabulliría a dormir abrazado con Mal, su estómago se retorció ante esto, ante la extraña relación con la chica.

 

-          Quédate – murmuro Carlos finalmente apretando con fuerza el marco de la puerta intentando mirar al suelo y no atreviéndose a ver a Jay, Carlos era pequeño y frio no emanaba tanto calor como Mal, ni tenía una cama suave como Evie pero deseaba desesperadamente que Jay se quedara, que lo sostuviera en sus brazos como hacía con esas chicas,  solo deseaba sentirlo cerca,  solo quería imaginar lo que era sentirse amado, porque en esos momentos, los cinco minutos tras el sexo, cuando Jay llegaba a su liberación y se dejaba caer contra el cuerpo de Carlos,  cuando sus pieles se abrazaban Carlos podía imaginar que alguien le quería, en esos cinco minutos Jay era cálido, a veces murmuraba un elogio, a veces solo besaba sus hombros con suavidad, una vez incluso le abrazo con fuerza, en esos cinco minutos Carlos se decía a si mismo que alguien realmente quería sostenerle.

 

Jay rio, fríamente soltó una carcajada ante las palabras de Carlos.

 

-          ¿Porque habría yo de hacer eso? – sonrió con frialdad mirando a Carlos a los ojos quien finalmente le miraba, y Carlos quería gritar, quería pedirle que se quedara,  porque así lo deseara, porque lo necesitaba tan desesperadamente como él lo hacía, porque simplemente tenerlo  cerca era mejor que estar completamente solo. 

 

¡¡¡Carlos!!!

 

-          Ve – ordeno la sonrisa borrada ya de su rostro y la molestia ya empezando a mostrarse, Carlos no dijo nada solo salió de la habitación para hacer frente a su madre.

 

Ni siquiera escucho porque estaba tan molesta.

Ni siquiera sintió el calor de los cigarrillos apagados a su piel.

Ni siquiera puedo dormir esa noche.

 

Porque la soledad era más grande pero el dolor de verse rechazado así por la única que persona que creyó podría entenderle fue mucho peor.

 

*******************

Carlos se quedó mirando el techo blanco de su habitación, se sintió enfermo los recuerdos de su vida, de Jay, no ayudan para nada solamente reforzaban la idea no había nada aquí para él, al igual que con su mundo, a estas alturas su madre debe odiarle y le cortaría la garganta si se aparecía en la isla, su madre tenía razón era completamente inútil.

 

No merecía ser un de Vil.

 

No… se repitió mentalmente.

¡No!...  volvió a gritar esa pequeña voz que hace años dejo de escuchar.

 

-          ¡No! – dijo en voz alta.

 

Su madre fue una de las villanas más temidas y volátiles de la historia, ella no tenía magia o pociones como la reina malvada, no podía volverse un enorme dragón como Maléfica o una enorme serpiente escupe fuego como Jafar, no, su madre era humana y aun que cayó por simples cachorros esto se debió en gran parte a su locura, antes de eso Cruella  era una mujer poderosa, su imperio formado por millones dentro de la industria de la moda como una gran portada, un telón que escondía realmente a una organización criminal.

 

Fue mucho más fácil acusarla de intentar matar uno pobres cachorros a que las autoridades reconocieran que una gran red de tráfico de pieles y animales exóticos pasaba bajo sus narices teniendo como cabeza a Cruella de Vil, todos sus contactos dieron la espalda a esta mujer y simplemente dejaron que cargara con la culpa, el verdadero imperio de Vil se desvaneció en el aire sin ser reconocido oficialmente.

 

La sangre de esa gran mujer corría por sus venas, las de una villana que hubiera logrado más de no ser por su locura, podía imaginarse naciendo en Auradon, siendo como esos príncipes nacidos en lujos y bañados en regalos costosos, mientras su madre era una gran  influyente en moda, se vio incluso siendo amigo de Chad y Audrey y compartiendo su disgusto por ver venir a niños de la isla, se vio ser iniciado como sucesor de Cruella y amado por ella, mostrándole el gusto por las pieles y como con su gran cerebro la hubiera ayudado, ella lo menciono una vez, le hablo sobre un tío tan inteligente que pudo ayudar a mejorar su impero, Carlos hubiera hecho eso por ella, pero en su lugar Cruella  perdió el juicio y se dejó vencer por unos imples cachorros.

 

Incluso en la isla rodeada de grandes villanos Cruella supo escalar las altas esteras y llegar a ser importante para alguien como Maléfica, incluso la gran emperatriz del Mal sabia evitar a la desquiciada de Vil.

 

Él era su hijo, Carlos Oscar de Vil era su nombre, sobreviviría, lograría salir de ese cuarto y engañaría a todos para finalmente tener los que deseaba, era hora de actuar como un villano, de convertirse en lo que todos esperaban de él.

 

Al ver a no-Jay entrar por la puerta sonrió, ese instante el chico era su boleto de salida, tal vez no era Jay posiblemente fuera tan bueno como muchos Auradianos pero si algo podía hacer Carlos era seducir con maestría a un hombre, iba a engañarle, lo usaría y cuando estuviera fuera del hospital simplemente le apuñalaría para liberarse, no es que le fuera muy difícil su parecido a Jay le haría mucho más fácil matarle para luego botarlo, igual que hicieron con el pero esta vez Carlos obtendría su libertad.

*********************

Después de enterarse de que Cameron posiblemente tenía una personalidad llamada Carlos, intento entender lo mejor que pudo al personaje, leyó cada papel que cayó en sus manos sobre la psicología de Carlos de Vil estuvo tan desesperado que incluso uso internet, así descubrió que googlear el nombre de su personaje de ficción era igual de malo que googlear el suyo, pero no tenía tiempo para horrorizarse sobre el material en su mayoría porno que encontró de Carlos y mucho menos de Carlos y Jay, ya habría tiempo para eso tal vez, ojalá nunca, lo importante ahora era enfocarse en Cameron.

 

No entendía como Cameron pudo crear algo tan importante de prácticamente de la nada, entonces recordó que durante las grabaciones, fiscas grabaciones de Descendientes 2 Cameron hablaba demasiado con Melissa casi discutiendo un montón sobre los personajes eh imagino que tal vez ella le había pasado información exclusiva, pero no era como si pudiera llamar a su puerta y decir “Hola ¿puede decirme todo lo que hablo con Cameron sobre Carlos de Vil?”, no claro que no eso era muy tonto y estúpido y era exactamente lo que iba a hacer.

 

Así es como terminó ahí, frente a la casa de Melissa y la razón parecía regresarle, entro en pánico y estuvo a punto de salir corriendo pero entonces la puerta se abrió y ya no hubo vuelta atrás, averiguaría lo que necesitara para ayudar a Cameron.

 

-          Así que me estaba preguntando – Booboo está realmente incomodo una taza de té en sus manos y una casa vacía -  ¿podría hablar con usted sobre usted sabe sus personajes del libro? – tomo un sorbo de su té para parecer educado aun cuando odiaba el té.

-          Booboo ya le dije a Sofía que no voy a revelarles nada de lo que viene para sus personajes, tienen que esperar – respondió la mujer rodando los ojos, así que parecía que Sofía había estado intentado averiguar sobre la siguiente entrega de la saga, fantástico ahora sería más difícil que esta mujer le soltara algo.

-          No quiero saber sobre lo que pasara – hablo demasiado rápido - más bien prefería escuchar sobre el pasado de ellos.

-          Bien  - suspiro la mujer dejando su taza en la mesita de centro - ¿qué quieres saber sobre Jay? – le miró fijamente.

-          De hecho me preguntaba sobre Carlos – trato de parecer causal aunque por dentro gritaba “dígamelo todo de una maldita vez” se dijo que debía tener autocontrol - sobre él y  Cruella.

-          Bueno ella lo trata como un sirviente y…

-          Si esa parte lo sé – la interrumpió sintiéndose avergonzado por ser tan grosero de inmediato - pero no tiene notas o algo que omitió en el libro para niños, algo como una parte siniestra – eso la sorprendió no esperaba que alguno de ellos pensara más allá de los libros inocentes -  el lugar es una prisión y pues tal vez fueron expuestos a más violencia de la que dicen los libros – la mujer se le quedo mirando tras unos largos minutos, bebió de su té y salió de la sala para regresar con un bonche de hojas algo arrugadas.

-          Descendientes originalmente fue escrita como una crítica  al  gobierno  y su sistema penitenciario – empezó a hablar entregándole las notas -  de cómo en algunas prisiones como en México los reclusos viven con sus familia incluso niños, en cuba  son sentencias de muerte ya que cada reo es rebajado de las peores maneras – Booboo alternaba su mirada entre las hojas y la mujer tratando de poner atención a sus palabras suprimiendo la emoción que sentía por tener al fin algo de información confiable - al principio tome personajes infantiles para crear una sátira de cómo serían estas prisiones en mundos perfectos como los cuentos de hadas, en como los gobiernos ignoraban el sufrimiento de su pueblo en estos lugares solo por los crímenes que cometieron mientras su mundo permanecía perfecto, a nadie le intereso  - suspiro -  luego Disney compro los derechos pero dijo que era muy oscuro que necesitaba una versión más dulce para llevarla a la pantalla y publicarlo, así nació la versión que conoces ahora.

-          Entonces ellos estuvieron expuestos a peligros constantemente.

-          Niños nacidos en una prisión, ¿que bueno puede salir de eso? – dijo ella recargándose más en el sofá y perdiendo la mirada en una de las fotografías de sus hijos, Booboo solo la miro intentando descifrar lo que empujo a esa mujer a escribir sobre algo tan cruel -  aquí Mal estuvo a punto de ser violada muchas veces – ella se recompuso de inmediato señalando las hojas -  Evie era completamente anoréxica y Jay – miro por un segundo al joven - bueno era un asesino a corta edad.

-          ¿Qué hay de Carlos? – insisto.

-          Carlos – dijo su nombre tranquilamente -  mi personaje favorito – admitió pensativa -  tiene un gran secreto, Carlos era una chica originalmente se vestía como varón para evitar ser víctima de abusos después me di cuenta que eso no importaría en una prisión así que lo deje siendo varón, Carlos era mi mejor personaje aquel que demostraría lo mucho que puedes dañar a alguien  y aun así seguir destrozándole – y había una extraña mirada que Booboo no pudo descifrar en Melissa cuando hablo sobre aquel pecoso.

-          ¿Por qué? – pregunto sin querer conocer la respuesta.

-          Carlos era el ejemplo perfecto del niño abusado que piensa que es lo único que puede hacer, que es tan normal ser abusado que simplemente termina buscándolo, porque lo único que conoce – suspiro - al llegar a Auradon el shock sería tan grande que no lo soportaría.

-          Lo mandarían de vuelta – asintió Booboo revisando las notas.

-          No – y aquellas palabras hicieron que Booboo la mirara - Carlos iba a terminar muerto, cuando Maléfica interrumpe el castillo mata a mucha gente, Carlos iba a correr con ella porque no quería elegir el bien o el mal y simplemente lo matarían.

-          ¿Por qué? – le miro horrorizado.

-          Por qué un niño tan roto como Carlos no puede ser salvado – sentencio bebiendo nuevamente su té, sin saber por qué la ira creció en su interior Booboo apretó las notas en su mano furioso porque alguien con Carlos fuera creado simplemente para ser desechado, porque no tuviera una oportunidad para vivir.

 

*****************

Cameron estaba actuando muy raro, realmente raro, no el tipo de raro al que ya estaba acostumbrado, ni siquiera raro como cuando empezó a andar en las drogas no, esto era otro nivel de raro, en cuanto  entro a esa habitación y Cameron reconoció su presencia algo en sus modos cambio, los hombros del niño se aflojaron y por primera  vez desde que le vio nuevamente Cameron cruzo la habitación hasta el sin siquiera sobornarle con chocolate, de hecho le había tomado por la camisa y guio hasta su cama obligándole a tomar asiento y sentándose a su lado de igual manera.

 

-          Hola – saludo el niño finalmente mirándole desde sus enormes estañas, su rostro lucia aun frágil y pálido seguramente por la falta de sol y de comida.

-          Hola – respondió el animado de que su amigo finalmente empezara a mejorar - ¿Cómo estas hoy?

-          Mucho mejor ahora que estas aquí  - y la sonrisa que le dio fue simplemente asombrosa, Cameron estaba hablando más que solo un par de palabras,  había usado toda una frase Booboo reprimió el impulso de celebrar aquel avance – todo aquí es tan aburrido – murmuro Carlos acercándose demasiado a su espacio personal.

-          Tal vez si cooperas con el Dr. Stone empezaran a dejarte salir a sala comunal – le miro sonriente – sería bueno que algo de sol te diera – y levanto su mano para tocar su mejilla, no fue una caricia solo un toque como cuando revisas a alguien enfermo pero eso no evito que Carlos se inclinara y tomara esa mano entre las suyas llevándola a sus labios besándola – ejem – murmuro incomodo por la situación - ¿te traje más chocolate? –  de inmediato alejo su mano levantándose de golpe para poner distancia vio a Cameron hacer un puchero pero lo ignoro y entrego la bolsa con golosinas al niño – agregué nuevos sabores, incluso de menta - señalo.

 

Carlos tomo la bolsa mirándola con curiosidad, saco una pequeña caja roja y la abrió estaba llena de bombones de chocolate sonriendo tomo uno entre sus dedos para metérselo a la boca, pero sus dedos tardaron más de lo necesario dentro de ella y su lengua salió finalmente para dar unas ultimas lamidas a estos todo sin perder contacto visual con Booboo.

 

Obviamente aquello fue muy extraño, en primera porque Cameron jamás había actuado así de raro, en segunda porque Booboo no era tan ajeno como todos creían eso era un clásico coqueteo  su novia lo hacía todo el tiempo y si era sexy pero viniendo de su mejor amigo, casi hermano era extraño, su estómago se contrajo y no fue precisamente por placer, no, de hecho fue algo completamente confuso que no podía describir.

 

Carlos comió toda la caja todo de forma tan obscenamente posible que empezaba  incomodarle pero se mantuvo firme y trato de no mostrar su desagrado, Carlos por su parte tomo el extraño nerviosismos de no-Jay como una pequeña victoria pensando que estaba surtiendo efecto, entonces Booboo empezó a hablar para llenar el silencio incómodo y la hora de visita paso como si nada, cuando se fue estaba a punto de irse Cameron se levantó y acerco a él para despedirse levanto una mano como intentando tocarle pero se congelo justo antes de siquiera acercarse a su pelo, en su lugar sus dedos se deslizaron suavemente por su brazo y murmuro un “hasta pronto”.

 

La próxima vez Booboo le trajo una revista, era súper aburrida para Carlos trataba sobre motos y esas cosas y cuando Booboo empezó a  hablar sobre estas y diferentes programas de televisión Carlos resistió el impulso de rodar los ojos en su lugar decidió llamar su atención acurrucándose en su costado y suavemente posando una mano sobre su muslo, él lo noto pero nuevamente lo dejo pasar, el hacer contacto con otros era un progreso y aparte de hablar con Booboo Cameron no lo hacía con nadie ni su madre.

 

Cuando la mano de Carlos empezó a deslizarse por su muslo interno Booboo se levantó otra vez de golpe busco más chocolates y se marchó de la habitación, casi había temido asustarle cuando este chico regreso minutos después con una botella de agua bebiendo tan rápido que casi se ahoga, Carlos entonces le quito la botella para aferrase a su mano, pasaron el resto del día sentados así, tomados de la mano.

 

La siguiente vez Booboo entro a la habitación para ver a Cameron vistiendo únicamente la playera blanca de sus ropas, el pantalón reglamentario estaba tirado en una esquina, Cameron estaba acostado boca abajo en la cama, la revista en sus manos y parecía que leía tranquilamente sus piernas se balanceaban en el aire lo que ocasionaba que la playera se levantara lo suficiente para dejar ver sus pálidos muslos, cuando pregunto por los pantalones Cameron se encogió de hombros y menciono tener calor, lo cual era imposible porque de hecho estaba haciendo fresco.

 

Lo ignoro y volvió a sentarse en la cama con él con Cameron gustoso de tener su atención, las cosas fueron normales una vez más hasta que Cameron mancho su boca con demasiado chocolate y sin pensarlo Booboo le ayudo a limpiarlo con su manos, Cameron tomo su mano entonces y sin dejar de mirarle directo a sus ojos limpio sus dedos con la lengua, uno a uno muy lentamente para terminar metiéndoselo a la boca y chuparlo con suavidad.

 

Fue como entrar en un trance, había algo hipnotizante en los ojos del chico, un deseo extraño nació en su interior, empujarle, golpearle contra la cama y manchar toda esa hermosa piel pálida con  moretones, pintarle en su sangre y hacer una bella obra de arte, Booboo empujo otro dedo entre sus labios y el deseo aumento cuando Cameron simplemente se dejó hacer, tomo entonces su mandíbula con la mano con brusquedad y cuando este saco la lengua buscando aquellos dedos sintió  hervir su sangre con un sentimiento extraño, con el deseo insano de destrozar a ese pequeño.

 

Cameron jadeo entonces, su mano estaba causándole mucho daño en su rostro y aquello fue suficiente para traerle de vuelta, Booboo se levantó más rápido de nunca miro con horror las manchas rojas de su mano en la pálida mandíbula del niño y se horrorizo, salió de ahí lo más rápido posible, corrió al baño y lavo su cara para despejar su mente, no entendía de dónde venían aquellos pensamientos, el siguió repitiendo la escena en su mente una y otra vez durante todo el día preguntándose ¿el por qué actuaba así?

 

No vio como Carlos sonreía tras verlo  partir sabiendo que estaba logrando su cometido, todo estaba funcionando, su madre siempre le dijo que era entrenadora, que domaba perros con facilidad, Carlos fue maldito de una forma muy inusual, él podría domar a cualquier bestia sin importar lo salvaje que fuera, siempre y cuanto se concentrara lo suficiente para hacerlo en un hombre debía primero sacar ese lado salvaje, exponer el más profundo instinto  asesino del ser humano y entonces podría someterlo, lamentablemente Carlos era demasiado joven e inexperto, nunca pudo realmente hacerlo, siempre tenía demasiado miedo, siempre demasiado débil y hambriento, en su lugar Carlos solo era la presa perfecta, las personas enloquecían a su alrededor ante su mirada y el pobre y pequeño Carlos nunca supo cómo defenderse.

 

Ahora eso no importaba, Carlos estaba dispuesto a sufrir cualquier agresión si con eso lograba salir de ahí, tenía la esperanza de que Booboo terminaría deseándole tanto como todos aquellos de su pasado que lo sacaría, después se encargaría de escapar, de correr y ser libre por ahora terminaría de seducir a Booboo y si tenía que sangrar para eso no le importaba.

 

Carlos estaba preparado para todo… menos para eso…

 

-          Lo siento – murmuro Booboo la siguiente vez que le visito, los moretones en su rostro aun marcados le hacían lucir mucho más enfermo, era una de las desventajas de ser el, su piel se marcaba casi al instante – no sé qué me paso, no debería haberlo hecho – y Cameron le miro confundido no entendía por qué no-Jay se disculpaba, si lo había maltratado pero él lo quería, le empujo a hacerlo y de hecho debió ceder a mucho más pero aquí estaba este chico luciendo totalmente con remordimiento por tal cosa.         

 

Negó con la cabeza y volvió a pedirle sentarse a su lado, intento nuevamente abrazarle, toco otra vez su muslo pero esta vez Booboo se negó a mirarlo.

 

-          Por favor deja de hacer eso – suspiro no-Jay mientras empujaba su mano lejos de su cuerpo – sé que no lo haces consiente – Carlos quería bufar ante esto – pero no quiero lastimarte – no parecía mucho, de hecho había escuchado esas palabras antes estaba seguro pero jamás sonaron con tanta sinceridad  como ahora, Carlos se congelo y dejo de comportarse así por el resto del día.

 

La próxima vez no-Jay se detuvo a media conversación, las cuales siempre solían ser de él hablando de todo y nada y le pregunto qué quería, pregunto si necesitaba algo, si quería una revista diferente o un libro, por primera vez alguien ponía sus necesidades sobre las de él y eso le confundió mucho.

 

Las visitas incluso se incrementaron y cuando un libro sobre sobre ciencias robóticas cayo en sus manos Carlos se sintió extraño, porque no-Jay le había conseguido lo que pidió, la próxima vez el chico llevo con una tableta electrónica llena de juegos porque Carlos se aburría y decía extrañarlos, incluso se la dejo para que jugar sin el ahí, cada vez era más y más extraño, cada momento que pasaba con ese otro chico le hacía preguntarse cuando lo obligaría a algo, porque este joven seguía dando sin tomar y eso en su experiencia duraría mucho tiempo.

 

La ultima ve que le vio Booboo estaba recordando algo sobre un pastel de cumpleaños, Carlos no tenía ni idea, nunca tuvo un cumpleaños y por eso negó con la cabeza sin embargo  este solo empezó a reír relatando como cierto accidente cuso que Cameron tuviera tres puntadas justo arriba de su  tobillo, no había sido un gran accidente pero quedo una pequeña cicatriz para demostrarlo.

 

Booboo bajo entonces la mirada hasta los pies de Cameron quien los abrazaba subiéndoles a la cama, él lo vio o mejor dicho no lo hizo, no había rastro de cicatriz alguna, era extraño pues cada que hacían una estupidez Cameron le recordaba el accidente y mostraba por lo menos dicha cicatriz para hacerlo sentir culpable, siempre que quería algo empezaba con un “¿recuerdas cuando casi pierdo mi pie por tu culpa?” y era un frase que Cameron usaba amucho, era algo que siempre estuvo presente por lo que se sorprendió que dicha cicatriz no estuviera.

 

Pregunto algo entonces, algo inocente y Carlos no supo cómo responder, porque no era Cameron y no sabía a lo que se refería por lo que de inmediato Booboo supo que algo andaba mal, las risas pararon, y solamente la mirada del mayor le miro todo el tiempo.

 

-          Tienes que hablar con el Dr. Stone – finalmente dijo cambiando de tema tan bruscamente.

-          No veo por qué – dijo sin emoción alguna.

-          Si quieres salir de aquí debes hacerlo – asintió Booboo, sabía que algo extraño pasaba pero no entendía que era, ahora su prioridad era sacarle de ahí.

-          Tal vez me gusta estar aquí – se encogió de hombros por que lo último que quería era hablar con alguien más, ya era suficiente estresante hacerlo con No-Jay.

-          No puedes hablar enserio – le miro levantando una ceja – mira no puedo seguir viniendo todos los días – suspiro porque enserio tenía a su padre encima por dejar de lado su trabajo, a su novia furiosa porque pasaba demasiado tiempo ahí y a la madre de Cameron que le suplicaba cada día convencer a su hijo para hablar con el Dr. – tienes que recuperar tu vida.

-          No vengas entonces – Carlos dijo con desdén, el recuerdo de ser abandonado regreso  su mente, obviamente no era valioso para nadie – deja de gastar tu tiempo conmigo.

-          Ese ni siquiera es el punto – No-Jay le miraba molesto, al fin una emoción con la que estaba familiarizado - ¿acaso entiendes lo que trato de hacer?

-          Si  - dijo empujando la Tablet fuera de sus manos – quieres dejar de perder tu tiempo conmigo, adelante vete – rodo los ojos abrazando sus rodillas y negándose a mirarlo.

-          Eso no es lo que yo quería decir – No-Jay ahora le miraba preocupado pero eso no le importo.

-          ¿Porque habrías de quedarte? – murmuro Carlos al chico que seguía viniendo, a aquel que era muy parecido al Jay de sus pesadillas.

-          Porque quiero hacerlo – y se congelo, no esperaba respuesta alguna, no esa al menos, Carlos levanto la mirada, trato de buscar la mentira en su rostro pero no vio ninguna.

 

Sinceridad pura, preocupación, ansiedad, miles de emociones en el rostro del joven y ninguna de ellas era mentira todas cálidas, todas llenas de aquel sentimiento que alguna vez quiso tener.

 

Pero esto tenía que ser un truco, porque nadie se preocuparía de él, nadie lo necesitaba, era inútil, ¿Por qué habría alguien de quererle?

 

-          Porque me preocupo por ti Cameron – y ahí estaba la razón, el chico volvió a hablar rompiendo sin saberlo la esperanza que empezaba a florecer en su pecho, esto no era por él, nunca lo fue, el no-Jay aun pensaba en el cómo Cameron, en el otro el que era perfecto, tan brillante que su “familia” le cambio sin dudarlo.   

 

Carlos volvió a abrazar sus rodillas, ignoro los dulces ofrecidos, las palabras gentiles, incluso cuando fue llamado por su nombre nuevamente, sabía que no era suyo para tomar y sin embargo había empezado a pensar así de él.

 

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No podía entender que había salido mal, Cameron al fin se comunicaba con él y tenía que arruinarlo de alguna forma, todo era tan confuso era como si Carlos no tuviera conciencia de lo que  vivió Cameron y según los libros de sicología que leyó, bueno eran más bien artículos, en fin el punto era que la personalidad alterna tenia total conocimiento de la existencia de la otra, sabía que fue creada para proteger a su yo real y sobre todo tiene sus memorias  y sin embargo cuando menciono el incidente del pastel de cumpleaños no recordó nada.

 

Se tranquilizó pensando que era solo un desliz, tal vez lo abusos no había empezado o simplemente no fue un evento tan memorable como pensó e incluso Cameron no lo recordaba, pero entonces Cameron había actuado extraño, sus movimientos y voz dulce casi le parecieron seductores, por un instante creyó que bueno ese chico se desvestiría frente a él y se preguntó si acaso tenía que ver con lo que decían la verdadera historia que Melissa creo, solo que el tenia los escritos originales y jamás vio a Cameron con algo parecido, lo que si recordaba era verlo discutir con Melissa todo el tiempo, por lo que si quería saber cómo comprender exactamente a Carlos para tener acceso a Cameron debía saber qué información le paso Melissa.

 

O al menos eso tenía sentido en su cabeza, por lo que sin pensarlo más marco de inmediato el número de Melissa.

 

-          Hey Melissa – saludo rápidamente – soy Booboo, sé que es tarde pero realmente necesito preguntarte algo – se apresuró antes de que la mujer le colgara. 

-          Booboo ¿tienes idea de la hora que es? – murmuro molesta  mirando el reloj donde afirmativamente era demasiado tarde para hacer caso de estos chicos.

-          Lo sé, enserio lo siento – trato de sonar realmente sincero cuando no le importaba mucho- pero necesito saberlo – suspiro - ¿Qué fue lo que le dijiste a Cameron sobre Carlos de Vil? – pregunto con esperanza – exactamente que le conto.

-          Enserio quiero colgarte ahora mismo – sonaba realmente enojada, mas luego de unos instantes suspiro – Cameron jamás me pregunto por su personaje Boobo.

-          Pero pasaba todo el tiempo discutiendo contigo – insistió ahora más confuso – solía decirme como ciertas escenas estaban fuera de personaje.

-          No sé cómo lo sabía – suspiro ella – pero Cameron siempre sabia cosas sobre cada personaje que no estaban revelados aun – recordó molesta – creí que robaba mis notas o miro mi libreta, él lo negó claramente – rodo los ojos al recordar el enfrentamiento que tuvo con el niño – pero ¿de qué otra forma obtenía toda esa información? – Booboo al otro lado de la línea empezaba a procesar esa nueva información tratando de recordar cada momento exacto en el que Cameron hablo sobre los chicos de la isla – incluso supo que originalmente  Úrsula tenía  un hijo varón en lugar de Uma.

-          ¿Está diciendo que nunca le hablo sobre Carlos? – pregunto con algo de incredulidad – ¿que jamás le mostro sus notas?

-          Eres el primero al que se las muestro – respondió con cansancio – no sé cómo lo hacía pero era como si los hubiera conocido – el tono de voz de ella se hizo un poco tranquilo mientras recordaba – a veces me daba la impresión de que realmente trato con ellos, ¿extraño no? – soltó una pequeña risa – como si eso fuera posible – siguió hablando hasta que noto que el otro chico se había quedado callado - ¿Booboo?

-          Si lo siento – respondió de inmediato – gracias de nuevo y lamento haberla molestado por nada – murmuro una última disculpa y colgó el teléfono.

 

Se quedó mirando el teléfono por demasiado tiempo, las palabras de Melisa repitiéndose en su mente, ella jamás le conto una palabra de Carlos a Cameron y sin embargo le conocía muy bien, el chico que había visto en el hospital esa tarde era exactamente como lo describía en el libro, cada movimiento, cada mirada, era Carlos de Vil, no entendía como Cameron sabia sobre esto, como pudo crear una perfecta personalidad tan fiel a las notas si jamás las había visto.

 

No lo hizo.

 

La respuesta le lleno de confusión y shock, porque no era posible,  no podía ser verdad, rápidamente corrió a buscar las hojas esparcidas en su escritorio y busco  en las notas las partes donde describían cada una de las cicatrices en el cuerpo de Carlos, tomo entonces la fotografía que robo de la estación cuando nadie miraba haciendo una comparación.

 

Ahí estaban, la cicatriz del gancho de Garfio a su costado, la quemadura donde un lunar especialmente grande había existido destruido por Cruella por que se parecía a una mancha de dálmata justo debajo de sus costillas, si hubiera tenido en su poder el informe completo o al menos las fotografías que le tomaron en el hospital podía jurar que cada una de las cicatrices estaría detallada por Melissa.

 

Eso solo podía significar una cosa, algo increíble y sin embargo posible.

 

Este no era Cameron.

 

Él era Carlos de Vil.

Notas finales:

Recordatorio Melissa de la cruz es la autora de Descendientes, ignoro si tiene un personaje favorito.

 

Cruella como un criminal jefa de una organización de trafico de pieles, en la película de Glenn Close Cruella como ya eh dicho es mucho más interesante, tiene un imperio de moda y si gusta de pieles como para traficar con ellas, así que me dije ¿por qué no exagerarlo? yey!!!

 

Carlos y sus momentos de auto odio lo amo, así como que llame a Booboo no-Jay.

 

Como recuerdan todos los chicos de la isla tienen maldiciones, Carlos no iba a ser la excepción, después de todo es hijo de uno de los grandes, lamentablemente la maldición de Carlos no es tan “agradable” como los demás.

 

Booboo finalmente ha descubierto que este no es Cameron yey!!! Puntos por descubrirlo en el tercer capítulo, aunque Jay desconfió desde el primero pero para ser justos Jay tenía la ventaja de saber de los desmayos de Carlos y la existencia de magia, para Booboo fue más difícil de entender.

 

Una galleta?

Una opinión??

Unos tacos al pastor???

Mas chocolates para Carlos????

 


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