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MI ULTIMO RENACER por LILITH_HIWATARI

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Capítulo 7: En este extraño mundo.

"No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay."

 

 

-          ¿Por qué no comes? – pregunto Booboo al darse cuenta que de hecho la comida seguía intacta en el plato de Carlos.

-          No tengo mucha hambre – murmuro sin animo empujando la bandeja de comida y tomando su bebida para distraerse con algo dulce.

 

Sabía que mentía Libby le había contado sobre su casi nula alimentación y lo que el sicólogo dijo pidiéndole de favor hacerle comer algo, lo que fuera, por eso había ido ahí en primer lugar, un restaurante de comida rápida, sabía que no era lo más nutritivo pero esperaba que al menos una hamburguesa o las papas le abrieran el apetito a Carlos como cualquier adolecente, en su lugar el niño se aferraba a su batido de chocolate bebiéndole muy lentamente.

 

Booboo suspiro dejo la mitad de su hamburguesa en su plato nuevamente y se levantó ante la mirada incrédula de Carlos, este le vio caminar nuevamente a las cajas y esperar pacientemente en seguida regreso y empujo otro plato en su dirección, esta vez lleno de pequeñas bolitas irregulares.

 

-          Come – insistió y aun que su voz sonaba firme esto no parecía una orden, no al menos como las de Mal.

 

Carlos dio otro sorbo a su bebida, miro a Booboo que parecía totalmente tenso en su silla y la nueva comida ofrecida, ni siquiera quería preguntar que era, no es como si fuera veneno, no, había quedado claro desde hace tiempo que este chico era confiable, o al menos lo suficientemente seguro para aceptar comida, la mirada insistente y tal vez un poco anhelante de Booboo le hicieron decidirse, con mucha lentitud casi como si fuera la decisión más difícil que pudiera tomar Carlos estiro la mano para tomar una de esas bolitas y metérsela a la boca.

 

Fue algo completamente nuevo, tenían un sabor a pollo pero algo más, picaban pero no demasiado e incluso había un pequeño toque de queso, esas cosas eran deliciosas por lo que no pudo esconder su emoción y gusto al deleitarse con ellas.

 

Eso fue suficiente, Booboo sonrió al ver que Carlos finalmente comía algo con verdaderas ganas, se repitió que no era saludable darle palomitas de pollo pero al menos el chico estaba comiendo, si aún se aferraba a su batido e ignoraba las papas pero al menos comía algo, Carlos no termino todo el plato aún no estaba acostumbrado a comer tanto pero no pudo negar que no lo disfrutara, decidió no presionar su estómago y hacerlo comer de más o vomitaría seguro y eso solo le traería problemas con el chico frente a si, chico que no paraba de verle comer y sonreír gustoso. 

 

Estaba algo incómodo, verse observado así, pero no era como cuando Cruella le miraba comer cuando ella lo hacía había cierta burla en su mirada, malicia sobre la cantidad de días que lo mataría de hambre antes de darle otra comida adecuada, en el rostro del moreno solo había satisfacción pura y una pisca de algo que no podía entender, aun le era difícil entender esto de las emociones positivas, el siguió bebiendo el resto del batido ignorando la mirada de su acompañante, incluso cuando pidió otra bebida y fue dada con tanta facilidad trato de no sentirse extraño.

 

Mientras Booboo sentía que había logrado con éxito su buena acción del día darle de comer a ese niño, para Carlos aún se le dificultaba entender que no tenía que mendigar por la comida y que definitivamente no tenía que “pagarle” por esta con ninguna clase de favor, si el empujo que le dio Booboo en el estacionamiento cuando empezó a tocar sus pantalones fue un claro mensaje.

 

El mundo aún era extraño y confuso para él, nuevo y aterrorizante.

 

Odiaba ser tocado por extraños y sin embargo anhelaba sentir dicho calor.

 

Carlos solo  quería tener lo que era normal para él.

 

Aunque eso significara ser usado.

******************

 

-          Come algo –murmuro Jay mirando al pequeño niño frente a él.

 

Y aquel día tenían un gran festín, Jay había logrado robar un montón de papas y pescado frito de Úrsula, Mal tomo una botella llena de cerveza de la taberna de Gastón y Evie tenía los pastelillos de la única panadería de la isla.

 

Cada uno de ellos robo algo de comer y se habían reunido en su caza del árbol para planear su siguiente golpe y de paso comer algo, no compartir, los villanos no compartían simplemente negociaron e intercambiaron porciones de comida entre ellos.

 

-          No tengo hambre – murmuro Carlos sintiendo nauseas ante aquélla visión de comida, no es que fueran asquerosa esto era la isla si pero uno se acostumbra cuando vives en ella.

 

La comida simplemente era una tortura para el pequeño y definitivamente no quería comerla, el simple hecho de meterla su boca podría disparar amargos recuerdos y vomitarlo todo, Jay le mataría entonces por desperdiciarla así, por lo que se negó, Jay le miro por unos segundos tal vez estudiándole finalmente el chico mayor se encogió de hombros y tomo su porción de comida.

 

Carlos solo desvió la mirada, Jay siguió como si nada, Mal probaba uno de los pastelillos y Evie bebía con la nariz fruncida la cerveza, era mucho mejor que el agua, no era sano, no era algo que un chico acostumbrara comer pero eso era lo que tenían y Carlos lo rechazo.

 

Esa fue de las pocas veces que veía amabilidad en ellos, fueron esos momentos los que le daban la esperanza vacía de realmente pertenecer a algo.

 

Eso fue lo que le convenció que ser jodido como una puta por Jay era lo mejor que podía conseguir.

 

******************************

 

-          Estoy cansado – murmuro el joven llevaba lloriqueando desde hace horas - mi mochila pesa – gruño haciendo un puchero quedándose quieto -  cárgame – pidió al joven que se detenía frente a él enarcando una ceja – Booboo – llamo otra vez quien tomo su mochila para dejar de escucharlo quejarse.

 

Carlos suspiro aliviado y empezó a andar más ligero apuntando a todo con su cámara. 

 

-          No puedo creer que lo hayas traído – murmuro molesta la chica, al ver las acciones de su novio.

-          Megan por favor ya pasamos por esto – suspiro el chico a su novia no queriendo debatir con los mismos argumentos – necesita distraerse, alejarse de la escuela.

-          Unos niños lo molestaron wow que horrible – mascullo de mal humor – es la secundaria Booboo, los chicos son crueles será peor en la universidad.

-          Le encerraron en un pequeñísimo armario por horas – más a su novia no parecía  impresionarle - es claustrofóbico – evito gritar pues el niño en cuestión estaba delante de ellos tomando fotografías totalmente emocionado.

-          No es tu responsabilidad cuidar de el – finalmente su novia sentencio deteniendo su marcha y mirándole fijamente.

 

Abrió la boca para intentar rebatir su argumento, decir cualquier cosa pero sabía que en parte tenía razón, no era su culpa que Carlos tuviera ese enorme equipaje, que su carga emocional fuera tan grande que le obligaba a cerrarse al mundo y que le hubiera elegido a él precisamente  para confiar, Booboo sabía que nada de eso era su culpa y que definitivamente no era su responsabilidad, pero si le abandonaba ahora, si renunciaba y simplemente daba la espalda jamás podría volver a ver a Cameron, y no podía abandonar a su amigo, no sabiendo lo infames que eran aquellas personas.

 

 No podía dejar a Cameron a merced de ellos, de Mal, de Evie, de Jay, no cuando fueron ellos quien tanto dolor le causaban a Carlos, no cuando ese niño se despertaba a mitad de la noche gritando, tenía que ganar la suficiente confianza de Carlos para que este le dijera como traerle de vuelta, como recuperar a Cameron, hasta entonces mantendría la boca cerrada y ayudaría a ese niño a superar su miedo.

 

-          ¡Booboo! – la voz insistente de Carlos finalmente le saco de sus pensamientos, su novia aun le veía pidiendo respuestas pero ese niño gritaba a todo pulmón su nombre.

-          Mierda – murmuro al ver como efectivamente Carlos le llamaba desde lo más alto de una de esas enormes rocas, formaciones rocosas que se extendían por el horizonte, Carlos estaba ahí levantando el brazo para llamar su atención antes de tomar una fotografía en su dirección y salir corriendo – ¡demonios! – grito soltando las  mochilas para correr tras el conociéndole se tiraría por el barranco o algo estúpido pues ese niño tenía un ligero instinto suicida.

 

Megan se cruzó de brazos molesta enojada al verlo botar sus cosas y salir corriendo a escalar la estúpida roca y luego seguir su camino, no podía entender por qué su novio perdía tanto tiempo en ese niño, dejando trabajos atrás, aplazando más proyectos y ahora cuando finalmente tuvieron sus vacaciones ese chiquillo se las arregló para tener un colapso nervioso y pegarse a ellos como una lapa, estaba harta, realmente frustrada por todo.

 

Carlos solo corría, el cálido viento quemaba sus mejillas placenteramente, solo había tenido que deshacerse de  su mochila y escalado esa roca para descubrir que se extendía más allá como un camino, escucho a Booboo llamándole lo que hizo que se detuviera eso y el enorme espacio que había de ese lado hasta otra saliente rocosa, sonrió calculando  que podía llegar más allá miro sobre su hombro al chico que intentaba alcanzarle retrocedió un poco y entonces salto.

 

Fue como estar nuevamente en la isla, como aquellos momentos que realmente eran dignos de recordar, donde corría sobre los tejados perseguido por maleantes, con la satisfacción de escapar no solo de su verdugo sino también de los brazos de la muerte por no caer al vacío, era como ser libre, casi como convertirse en viento, logro caer del otro lado en ambos pies felicitándose mentalmente por no morir como hacia cada vez Carlos volvió a correr para llegar más allá.  

 

Mientras Booboo sufría un mini infarto al verlo saltar así tan descuidadamente, estas eran sus vacaciones y ya estaba en peligro de muerte, genial podía ver los titulares “Booboo Stewart actor de televisión muere al caer de unas rocas por seguir a su mejor amigo durante sus vacaciones en Uta”, ok tal vez exageraba  no habría titulares, como fuera también salto, tal vez era realmente estúpido pero lo hizo, él se encargaría de lanzar a Carlos por el precipicio por hacerle saltar, mas al verlo de pie frente obviamente el precipicio con los brazos estirados corrió simplemente corrió a detenerle.

 

Le abrazo por la espalda, Carlos se estremeció ante eso, sobre todo porque fue jalado de sus pies y tropezaron al suelo, miro entonces sobre su hombro solo para ver como Booboo le miraba, su rostro estaba pálido entonces se volvió rojo y su nariz se frunció, sus cejas se juntaron y sip, estaba molesto.

 

-          ¿Qué rayos Carlos? ¡no puedes salir corriendo así! – grito molesto pero sin dejar de aferrarse al niño – ni saltar así – y el agarre se apretó un poco – esto no es un patio de recreo pudiste morir – le miró fijamente la ira aun burbujeando en sus venas – pude morir – sentenció.

 

Carlos solo inclino la cabeza, noto como aún seguía en brazos del joven y sobre su regazo desde donde habían caído, le miro durante unos segundos y entonces se inclinó para darle un beso que debido al ángulo le dio en su barbilla, Booboo le soltó entonces poniendo distancia y levantándose a un molesto.

 

-          Ni siquiera lo pienses – murmuro molesto - ¿Qué rayos intentabas con eso? – volvió a preguntar regañar.

-          La vista – Carlos se encogió de hombros y abrazo sus piernas mirando nuevamente al barranco a sus pies, pero fijo su vista al horizonte – es hermosa – Booboo levanto una ceja incrédulo, pero al ver como el niño volvía a tomar la cámara e inmortalizar el momento suspiro derrotado.

-          Si lo es – sonrió sentándose a su lado, Carlos sonrió jaloneo su banda en su cabeza y el solo le empujo juguetón.

 

Ellos se quedaron un rato más ahí, cuando finalmente Carlos murmuro un “voy a tomarte una fotografía” y se levantó para alejarse para que Booboo saliera en la toma, tomo varias, muchas de ellas del chico mirándole y sonriéndole, otras donde simplemente admiraba el horizonte y su favorita de todas fue aquella donde el mayor se acercó a él y le jalo obligándole nuevamente al piso con él, solo salieron sus pies, sus tenis y pantalones verdes junto a su suéter negro con el horizonte y una roca en forma de arco, una de las peores fotos, y sin embargo era su favorita, porque en ese momento cuando la foto fue tomaba Booboo le estaba abrazando mientras despeinaba su cabello en venganza por hacerle correr y Carlos había empezado a reír tan fuerte que manoteando tomo una fotografía.  

 

Solo salían sus pies y un montón de rocas, pero para el significaba mucho más.

 

Más tarde descubrieron que había otra forma más fácil de acceder a esa parte del camino y que Megan no estaba muy feliz de haber traído la mochila de su novio todo el camino y aunque afortunadamente su padre iba con ellos este tampoco lucia muy feliz de traer el equipaje de Carlos, por suerte decidieron acampar ahí pues durante la noche la temperatura descendería a un ritmo alarmante y querían evitar congelarse.

 

Megan fue mucho menos feliz cuando su novio trato de explicarle nuevamente por que Carlos no podía usar una tienda de campaña solo  por ser claustrofóbico.

 

Aquella relación poco a poco empezaba a fragmentarse mientras una nueva nacía, una que definitivamente estaba basada en mentiras.

 

****************

 

Booboo despertó a mitad de la noche, dándose cuenta que alguien faltaba a su alrededor, se sentó de inmediato al recordad a Carlos, salió entonces de la tienda poniéndose solo su abrigo sintiendo como el frío de la noche golpeaba su rostro.

 

-           ¿Carlos? - llamo despacio – ¿Carlos? -  volvió a hacerlo cuando no obtuvo respuesta,  recordando el incidente de esa tarde corrió en dirección  donde seguramente estaría el niño, incluso en la oscuridad se las arregló para llegar hasta él, con solo una pequeña lámpara de su celular  y la luna iluminando  lo encontró en la misma empinada roca de esa tarde.

-          ¿Carlos no me has escuchado llamándote? -  Pregunto soltando un suspiro cuando ese niño solo seguí mirando a la nada, no le que de otra más que subir de  igual manera hasta su lado.

-          Quería tomar una fotografía - Suspiro el niño cuando sintió al otro ahí- Pero está demasiado oscuro.

-          Necesitas un flash -  y diciendo eso usaron su teléfono para producir dicho flash y sacar una foto medio decente - Es lo mejor que podemos conseguí a menos que quieras regresar por el flash de la cámara.

-          Quiero quedarme un poco más - Murmuro Carlos -  Vuelve iré en un rato.

 

Booboo solo suspiro y volvió a acomodarse para seguir mirando el oscuro horizonte, pasaron varios minutos así, tal vez horas, el frío se hacía más intenso Booboo empezó a sentirlo filtrarse sus ropas, sus manos ya estaban heladas cuando a su lado sintió temblar a Carlos.

 

-          Por dios ¿dónde está tu abrigo Carlos? -  Miro al pequeño niño, apenas si llevaba una pequeña camisa y pantalones ropa que le obligo a ponerse pues el niño quería dormir solo un bóxer y camiseta.

-              Olvide tomarlo - Respondió como si nada sin despegar la vista de la cámara como venía haciendo desde hace tiempo solo ahí, mirando las fotografías que había tomado todas de ese día.

 

Entonces sintió como Booboo a su lado murmuraba entre dientes y el ruido de ropa rozando la piel cuando algo cálido se puso en sus hombros supo que le había dado su chaqueta y fue extraño realmente aún no se acostumbraba a eso, a ser cuidado, a ser tratado como un ser humano.

 

-          En la isla, cuando la presión era demasiada y la pequeña habitación detrás del armario de mi madre era asfixiante siempre corría hasta un acantilado - Empezó a relatar sin saber porque - Me gustaba ir a ahí, a escuchar el viento soplar entre los viejos y muertos árboles, el mar golpear contra las rocas bajo mis pies y ver desde lo lejos más allá de la barrera a Auradon – levanto la mirada posándola en el horizonte como si pudiera verlo nuevamente, ver a Auradon -  Incluso de noche la ciudad era iluminada con faroles, luces que se sentían cálidos un contraste a la helada isla - Y su voz parecía totalmente destrozada casi muerta - Imaginaba lo diferente que pudiera ser mi vida si mi madre y yo viviéramos ahí – suspiro suavemente - Que tal vez ella me amaría – el agarre en su cámara se apretó con fuerza algo que Booboo noto - Por un segundo no importo que me lastimara, no importaba Gastón, Jafar ni todos ellos, en ese instante todo lo que podía ver era a mi madre y yo viviendo bajo una de esas cálidas luces – Booboo volvió a sentirse molesto al recuerdo de aquellos que le lastimaron - Jay me siguió un día, su padre fue muy áspero conmigo y solo quería alejarme – sonrió con frialdad - Algo debió ver en mi rostro pues pensó que me arrojaría al vacío, ¿Como si fuera hacerlo? - soltó una carcajada vacía - ¿Como si mi vida me perteneciera? - Y esta vez fue mucho más fría y vacía que nunca -  Jamás le haría eso a mi madre – aun después de todo este tiempo Carlos la seguía llamando así a Cruella, la mujer que le destrozo la vida - Mi trabajo era mantener sus cosas a salvo y yo… Todo mi ser le pertenecía, ¿Por qué habría yo de ir en contra de eso? – se quedó callado un minuto -No lo entendía, me sujeto con fuerza e impidió que saltara – sonrió otra vez - El solo quería conservar su juguete, es difícil encontrar a alguien tan sumiso y servicial en la isla, alguien que no te apuñale mientras le das la espalda – sus hombros cayeron librando la tención -  Supongo pensó que le pertenecía.

-          No perteneces a nadie Carlos – finalmente encontró la voluntad de hablar tras aquel  relato, el nudo en su garganta pasándosele.

-          Te equivocas – le miro - Son suyo – volvió a ver a la nada - De cada uno de ellos – su mano se levantó entonces para jalar la manga de su ropa y mostrarle aquellas cicatrices que Booboo conocía - Grabaron marcas en mí para recordarlo, Mi madre, Jafar, Gastón todos ellos incluso Jay y Mal lo hicieron.

-          Ya no estás en la isla o Auradon ya no perteneces a ellos – Booboo tomo su brazos cubriendo las marcas con su mano en un intento de consolarle - Estas a salvo ahora.

-          Supongo que ahora te pertenezco - Sonrió con falsa felicidad.

-          No me perteneces a nadie – insisto con voz firme soltándole.

-          Cierto – cerro los ojos volviendo a abrazarse a sí mismo -¿Porque abrías de querer a alguien tan roto como yo?

-          Carlos eso no es lo que quería decir – de inmediato dijo pues el chico parecía tan desolado.

-          ¿sabes por qué gustaba de ir ahí?  - pregunto ignorando su respuesta - Porque por un segundo podía fingir que nada importaba – dijo totalmente en un susurro para quedar en silencio, Booboo busco algo que decir, algo que ayudara a la situación que hiciera sentir menos solo a Carlos, aquel chico empezaba a replantearse eso de pedirle regresar a su mundo para buscar a Cameron, sabía que no podía hacerlo si le causaba tanto dolor -  Regresemos  antes de que te congeles y tu amada novia este quejándose – finalmente Carlos se levantó  para regresar al campamento.

-          ¿Carlos? – Booboo le tomo  del brazo para detenerlo  aun buscando las palabras de consuelo y sus miradas se encontraron fijamente perdiéndose en los ojos del otro, mirando dentro de sus almas, la luz de la luna iluminado esos enormes ojos. Aquellos que se hacen cada vez más brillantes intensos bajo sus pestañas, un fuego en sus entrañas empezaba a formarse, el mismo que sucedía siempre que lo miraba de aquella forma, aquello que le hacía perder el control, ira burbujeante en su sangren lista para explotar.

 

Todo se detuvo en un instante Carlos se levantó en sus pies y presiono su boca con la de él sellándola en un beso. Su experta lengua acaricio sus labios más antes de siquiera pensar en responderle el contacto se perdió, Carlos se alejó de él empezando a dirigirse al campamento.

 

-          Booboo - No fue hasta que Carlos llamo su nombre que noto que había estado ahí parado tocando sus labios, se dijo que eso no significaba nada, que alguna clase de magia extraña le había hechizado para casi pensar en responder ese beso, aun no entendía la extraña influencia que tenía el niño en el pero era demasiado tarde para pensarlo, el frío volvió a recordarse que ya lidiaría con eso mañana y se supuso entonces a seguir a Carlos de vuelta a la tienda.

 

Carlos por su parte sabía que había desperdiciado un gran momento, aun no entendía como sucedía pero pudo ver en los ojos de Booboo el mismo deseo salvaje que muchos otros le mostraron, sabía que sería empujado y jodido contra la roca o un árbol un paso más a su plan.

 

Pero entonces la cálida chaqueta en sus hombros le hizo sentirse extraño, le beso entonces, no para ofrecérsele, no hubo lujuria, solo un beso para sacarle de aquel trance, esa noche estaba demasiado cansado.  Esa noche fue como aquellas en la isla donde solo se quería olvidarlo todo.

 

A la mañana siguiente ninguno de ellos menciono aquel beso, ni la extraña conversación.  Carlos lo agradeció en silencio.

*************

 

Tras las agotadoras vacaciones  donde paso todo el tiempo quejándose, Carlos estaba feliz de estar de nuevo en un lugar con WiiFii no pensó en cuento extrañaría esa comodidad hasta que bueno la perdió  Booboo solo lo había llamado bebé llorón, así que estaba de vuelta en casa, sonriendo, con miles de fotografías que imprimir y colgar en su pared, con nuevo recuerdo que debían sustituir a los viejos, cuando se miró al espejo  y todo su buen humor se desvaneció.

 

Su cabello, sus rizos negros que ahora eran parte de él se desvanecían y un platinado muy conocido lo remplazaba, jalo sus caballos con horror al darse cuenta de lo que sucedía, la magia de Mal se estaba desvaneciendo, cualquier hechizo que lanzo ella para que luciera parecido a este Cameron se estaba perdiendo, sus ojos le devolvieron la vieja mirada de su yo anterior, estos se hicieron más oscuros y enormes como un cachorro apaleado, abrió su boca solo para notar que sus dientes estaban afilados.

 

Estaba asustado, lo iban a descubrir, notarían que no era Carlos y entonces iban a echarlo, por dios lo torturarían al saber que era un reemplazo, jadeo pensando en todo el dolor que tendría y sin entrar más en pánico tomo su teléfono, tardo unos minutos pero finalmente alguien contesto

 

-          Carlos acabamos de vernos – murmuro el joven tomando el teléfono totalmente cansado.

-          ¡Mi pelo esta blanco! – le corto  con desesperación – Booboo – dijo su nombre con miedo – mi cabello es blanco, mis dientes también cambiaron, ellos sabrán que no son Cameron.

-          Tranquilo – Booboo se levantó de la cama donde pensaba dormir una siesta completamente alerta – escucha ¿alguien te vio? – pregunto por qué sabía que esto era una posibilidad que algún hechizo cubriera sus reales facciones solo rogaba porque no cambiara tanto, de una forma que no pudiera ocultar.

-          No – dijo cada vez más calmado – acaba de notarlo y se desvaneció frente a mí, solo volvió a ser blanco – jadeo cerrando los ojos al estar frente al espejo – ellos van a echarme cuando sepa que no soy su hijo – dijo con urgencia.

-          No lo harán – lo tranquilizo buscando sus llaves – porque no lo sabrán iré ahora mismo quédate en tu habitación.

 

Y Carlos asintió colgando y cerrando la puerta, se negó cuando su madre lo llamo a comer algo diciendo que estaba lleno y espero pacientemente, en cuanto Booboo apareció en la puerta de su casa resistió el impulso de salir corriendo y espero hasta que este subiera a su habitación, en cuanto lo vio Booboo soltó un suspiro de alivio pues Carlos no había cambiado mucho,  aún era más bajo que el algo que Cameron no era pero además de su cabello y dientes no había mucha diferencia por lo que sin pensarlo busco una de las gorras que sabía Cameron tenia y escondió los cabellos del joven, luego lo saco de la casa y llevo solucionar el problema.

 

Lo llevo con un dentista, busco uno que fuera totalmente confiable y le explico que su amigo había tenido un momento de locura afilando sus dientes y ahora se arrepentía, el viejo doctor les miro levantando una ceja, murmuro algo sobre los jóvenes excéntricos y acepto ayudarle.

 

Carlos no quiso que Booboo lo dejará, pues este tipo tendría cosas filosas cerca de su boca por lo que tras una larga discusión el doctor se cansó y lo sedo por completo, cuando despertó sus dientes eran completamente normales, de hecho su sonrisa era mucho más blanca y hermosa, Booboo agradeció al doctor y pago el servicio mientras empujaba a Carlos en el auto, luego lo llevo a su departamento donde sabia no estaba su novia que suerte y lo llevo al baño.

 

Le mostro entonces la bolsa que consiguió mientras estaba en el dentista y saco el tinte para el pelo, pronto tras un largo enjuague los rizos de Carlos eran nuevamente negros, Booboo le advirtió de tener cuidado que debía volver a teñirlo y que al menos no tendría que retocar sus raíces pues estas eran negras completamente.

 

-          Al menos no tienes barba -  bromeo al ver como Carlos sonreirá por los resultados.

-          Son lampiño no tengo mucho bello – le recordó acariciando sus brazos donde apenas si una suave capa de bello le cubría – y si lo tengo es muy delgado.

-          Igual siento que no te quedaría una barba completamente negra.

-          No sería negra – Carlos dejo de mirarse en el espejo y se giró a verle – bicolor recuerdas – señalan su cabello – seria blanca con raíces negras.

-          Estas mintiendo – le miro el joven no creyendo ni una sola palabra.

 

Carlos levanto una ceja y sonrió entonces, rayos su sonrisa era tan brillante en esos momento que casi lo deslumbra, tomo su mano entonces y antes de que se diera cuenta la estaba metiendo en sus pantalones y joder estaba a punto de tocar su pene, Booboo jalo su mano con tanta rapidez que fue cómico.

 

-          ¿Qué rayos Carlos? – pregunto confundido.

-          Estoy mostrándote lo bicolor que es mi vello – señalo con la vista abajo y Booboo le siguió antes de darse cuenta y ahí lo vio, el pelo de Carlos realmente se decoloraba y su cabeza no era la única, aparto la vista por que era grosero mirar la entre pierna de otros pero había logrado captar la pequeña mata de pelo blanco con raíces negras de su pubis.

 

Booboo salió del baño completamente rojo de la vergüenza mentiras Carlos reía, minutos después Carlos se sentó en su regazo le miro sonriente y sin más le beso, y Booboo se congelo por que Carlos estaba besándole, ahí en el sofá, en su departamento que compartía con su novia, la cual podía llegar en cualquier momento y verlos.

 

-          ¿Si entiendes que tengo novia cierto? – le empujo porque claro que eso era importante de remarcar.

-          Jay las tenía no es como si esperara algo diferente  - se encogió de hombros acariciando su mejilla con suavidad inclinándose para besarle otra vez.

-          Deberías – dijo esquivando el beso -  te mereces algo mejor – le detuvo de las caderas pues el chico empezaba a encimársele más si es que se podía -  no eres un objeto Carlos, eres una persona, un ser maravilloso que merece ser amado también – le dijo con seriedad mirándole directamente a los ojos.

-          Nada de mi lo es – respondió bufando, como si fuera ridículo que alguien pensara eso de Carlos.

-          Lo eres – dijo con total franqueza -  y no dejare que nadie diga lo contrario, ni siquiera tú.

 

Y Carlos sintió un pequeño calor en su pecho al ver a este chico decir algo así, tan decidido sin una gota de sarcasmo o mentira, algo cálido una pisca de esperanza tal vez, mas nuevamente se negó lo empujo en su interior y se dijo que no era real, que no debía albergar tal cosa, Carlos se cerró por completo otra vez, sonrió vacíamente y bajo de su regazo y se acercó a la puerta.

 

-          Ya debo irme – murmuro, Booboo suspiro dolido porque este chico huyera no entendía por que Carlos no creía esto pero asintió y lo llevo a casa.

 

****************

 

-          Repasemos de nuevo – le dijo en su próxima visita - ¿tomaras clases de ballet aun cuando no quieres? – Booboo le miro levantando una ceja incrédulo.

-          Libby insistió – se encogió de hombros seleccionando en la computadora las fotografías que imprimiría de su viaje.

-          No tienes que hacerlo si no quieres puedo hablar con ella  - le dio una salida para no tener que obligarle a pasar por eso, sabía que bien que Carlos no gusta el baile tanto como Cameron.

-          No, yo  quiero hacerlo – respondió de inmediato dejando de mirar la pantalla y girando para enfrentarle -  hacer esto por ella.

 

 Booboo no lo entendía, Carlos podía ser libre aquí pero algunas costumbres eran difíciles de romper, patrones como despertarse a mitad de la   noche a  fregar pisos en  la cocina o esconder dulces bajo su cama, costumbres dañinas como evitar comer, odiar la comida, complacer a su madre era una de esas.

 

Pero  Cruella no estaba aquí,  no tenía que ser el sirviente de alguien y por alguna extraña razón la necesidad de complacer a los demás estallaba en su interior, solo con ella claro, Booboo siempre le dio opciones era fácil estar con él, Maya era demasiado joven   y no era una amenaza para su persona, Víctor, jamás fue bueno con los hombres este simplemente le daba espacio y aun que se habían distanciado debido a sus traumas jamás lo tomo a mal. 

 

Libby por otro lado era la figura maternal que nunca tuvo realmente, pero que de igual manera era aquella a la que debía complacer por eso cuando esta le informo sobre las clases de danza acepto sin negarse, solo hasta que volvieran a abrirse las   audiciones para la escuela real, Carlos esperaba que para entonces  alguna universidad lo aceptara, aun no tenía planes para regresar a la secundaria esperaba fervientemente que le educaran en casa, recibir su diploma por correo y Libby dejara que fuera a ella. 

 

Espera que de alguna forma le permitiera continuar, pero si tenía que tomar clases de danza e ir a la universidad lo haría de cualquier forma.

Notas finales:

Notas:

 

Carlos tiene neofobia alimentaria más adelante hablaremos de esto.

 

Como saben la magia de Mal no iba a durar, ella creyó enviar un muerto por lo que la magia se desvanecería además no tiene forma de hacer que el hechizo permanezca para siempre solo las maldiciones y esto no lo era por lo que Carlos empieza a mostrar como es y bueno alguien debe ayudarle a encubrirlo cierto, el color de Carlos es negro de ahí sus raíces pero se decolorar al ir creciendo parte de su maldición, es una suerte que sea lampiño o su barba seria de dos colores lol.

 

Carlos quiere complacer a Libby, necesita complacer a las personas a su alrededor, a la figura materna.

 

Así que Booboo si fue de viaje en sus vacaciones a acampar con su padre y su novia y no se quien más hubo fotos y todo pues aquí Carlos fue con ellos wii!!!!, no nada que ver con sus vacaciones en Perú, chicos estamos muy lejos de eso aún, aún no se ha graduado, aún no ha ido de viaje con Karan y Sophie a México, sorry pero en este fic apenas estamos como a principios de años, por si no lo notaron Carlos paso navidad en la clínica internado, si muy triste.

 

Una galleta?

Una opinión??

Unos tacos al pastor???

Mas chocolates para Carlos????

 


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