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OUR LAST 48 HOURS por kyuketsuki chan

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Notas del capitulo:

Hola, sé que no hay excusa que valga sí que, más vale tarde que nunca. Lestraigo la última parte de la historia. Y dos canciones que me gustaría que escuvhen mientras leen.

Forever More de James Ingram

In Your Eyes de Onew

Jinki se sentó al lado de Jonghyn sin decir nada, dejando que el muchacho continuara con su melodía. Suspiró, había escuchado lo último de la conversación que mantenían los amigos; sintió una punzada de celos y enojo al verlos tan cercanos, y que Kibum se rompiera una vez más por lo que había ocurrido años atrás.


Miró de reojo al compositor, quería saber porque todo había acabado así, suponía que Minho tendría conocimiento de aquello, pero deseaba que alguno de los dos involucrados se sincerara con él. Todos sabían que Key y Jong se traían algo, por mucho “skinship” que hicieran o pequeñas miradas que se echaran, era obvio que los dos sentían algo, estaba ahí. Una mañana Jonghyun había llegado alegremente al ensayo y en la hora de descanso se había acercado al de mirada felina para preguntarle si deseaba salir con él a cenar, el joven sonrojado había asentido y lo que restó del día fue interesante.


Un mes de puras salidas al cine o a cenar, todo iba de viento en popa para ellos, jamás había visto tan felices a los dos jóvenes; le gustaba verlos así. Todos se divertían al hacerles burla a los dos, Kibum contestaba, Jonghyun ni si quiera se inmutaba, y aún así todo era cariñitos por aquí y por allá, mimos, palabras dulces, etcétera. Tres meses más tarde, todo se había desmoronado.


Recordaba aquél día a la perfección. Jonghyun le había pedido ayuda a él para que los cubriera, planeaba llevarse a Kibum de descanso unos días a una cabaña cerca del lago que su hermana le había hecho el favor de alquilar; Jinki pensó que podría cubrirlos todo el fin de semana, a final de cuentas, ninguno de ellos estaba ocupado. Había visto a Kibum sonreír con un brillo especial en los ojos y Minho molestándolo juguetonamente hasta que la pareja se había ido.


En la tarde del sábado, él se encontraba en la sala con Taemin viendo la televisión, cuando escucharon la puerta abrirse con brusquedad y ser azotada segundos más tarde; el menor se había levantado de su lugar y antes de poder hacer algún otro movimiento, Key había entrado hecho un mar de llanto, les miró y preguntó por el rapero, el Maknae le había contestado que se encontraba en su cuarto, ni un gracias había pronunciado; sólo había corrido a la habitación del joven y se habían encerrado todo el fin de semana. Horas más tarde después de la llegada del chico, había llegado Jonghyun con cara de pocos amigos, Taemin había preguntado por lo sucedido, el cantante sólo respondió con reticencia:


—Se ha acabo, me voy a la cama —y justo como Choi y Kim, el otro se había encerrado todo el fin de semana.


Siguió con la mirada perdida, había escuchado a Kibum reclamarle a Minho que el “intentar” no llevaba a nada, ¿qué era lo que Jonghyun había “intentado” hacer?, ¿qué era lo que Minho quiso “intentar”?


—Algo no va bien —comentó Taemin.


—Lo mismo digo —apoyó Jjong.


—Es acerca de Kibum —contestó indeciso de continuar, pero al ver al cantante dejar todo de lado, decidió que lo haría—. Minho lo abrazaba, él lloraba; sólo escuché cuando Key le recriminaba a Minho acerca de no intentar, y hacer las cosas directamente.


Jonghyun tragó duro, Taemin y Onew le miraron con atención, y antes de que pudiera hacer o decir algo, Minho aparecía frente a ellos con una maleta en manos.


—Lamento interrumpir —anunció con una mirada avergonzada, Taemin le instó a que continuara—. El mánager ha llegado por mí, me ha dicho que después de dejarme en la sesión, vendrá por ustedes.


— ¿Ya, tan pronto? —dijo el menor de los Lee.


—Te acompaño —se ofreció Jinki, Minho le dedicó una mirada indescifrable, que no pasó desapercibida por los otros dos.


—No hace falta hyung, gracias. Nos vemos en tres días —dijo dirigiéndose al mayor. Salió sin más que decir.


—Quizá no sea bueno dar un consejo, y menos yo de entre todos. Pero creo que es hora de que dejes de lado todos tus miedos y tus dudas, y vayas por lo que te hará feliz. —comentó despacio el compositor.


—Hyung, no lo eches a perder, estoy harto del melodrama entre estos —dijo el menor señalando a Jong y Key—. Ve por él, incluso si ahora no fue ese momento, pienso que el programa del viernes te hará recapacitar. Sólo piensa, ¿qué pasaría si él se fuera, que harías?


—Intentaré averiguarlo en estos días —contestó Jinki.


—No lo intentes, hazlo. —Contestó Kibum saliendo de la cocina. Jonghyun le miró y sonrió; el de mirada felina sólo le dedicó una mirada de enojo y se volvió para seguir con la limpieza. Taemin bufó.


—Sería buena idea, si todos aquí siguiéramos nuestros propios consejos —soltó con desdén—. Tengo sueño, iré a descansar un rato.


Los demás pasaron una hora y media envueltos en un silencio incómodo.


***


Los tres días habían sido extenuantes, Lee Taemin lo podía asegurar. Sus hyungs estaban insoportables, ya ni siquiera sabía en qué momento llegaría el fin de semana para poder ir a descansar en su departamento, lejos de todo ese melodrama. Sabía que después de la conversación que tuvieron los cuatro, todo había terminado mal.


Sus mayores nunca le tomaban en cuenta para ese tipo de asuntos, sospechaba que era porque todavía le veían como el pequeño con corte de hongo que había debutado con ellos a casi nueve años; pero él ya no lo era, y estaba harto. Podía imaginarse todo lo que habían pasado Jjong y Key, después de todo, ese mismo lunes había salido la noticia de que el mayor de los Kim estaba saliendo con una actriz; pensó que tal vez Kibum se había enterado de alguna u otra manera, por eso todo había terminado así. Fue partícipe de todas las veces en las que Jonghyun había intentado explicarle las cosas al joven, pero él se negaba a escucharlas. Un mes después de la tormenta, vino la calma; Kibum le ofreció a Jong continuar como amigos si eso no afectaba más la relación del grupo, el cantante sólo había asentido y continuaron como si nada; hasta ese día.


En cuanto a la relación entre Minho y Jinki no sabía mucho, pero podía ser muy observador, esos se habían hecho muy cercanos después de que se quedaran a vivir sólo ellos dos en el departamento de los cinco. Podía decir que mientras Kibum, Jonghyun y él intentaban hacer sus vidas solos, Minho intentaba ayudar al líder a salir de los momentos pesados que lo habían estado atormentado; supuso él que todo ese cariño y entendimiento de compañeros y amigos se acababa conforme iban pasando los meses; a tal punto de abrirle paso a los sentimientos románticos que se tenían el uno al otro.


Después de que se fuera Minho y su mánager pasara por ellos una hora después, todo se encontraba en tensión. Kibum y Jonghyun volvían a ni siquiera dirigirse la mirada, Jinki regresaba a esos momentos de reflexión que lo sacaban de toda actividad a su alrededor. Hubiera deseado ser él el que tuviera la oportunidad de pasar las últimas horas con Minho; pero entendía las razones de éste para haber pensado primero en su líder. Esperaba que Onew no hubiera tomado una decisión precipitada o que Minho encontrara el valor suficiente para hablar; de no ser así, él haría algo por arreglar todos y cada uno de los malentendidos del grupo.


Por su parte, Minho intentaba mantener sus nervios al mínimo. Deseaba que llegara el viernes, pero a la vez no lo hacía; no podía evitar imaginarse mil y un posibilidades de lo que ocurriría ese día. Se había esperanzado en algo a lo que jamás había recibido una respuesta. Por eso estaba que se moría de ansiedad.


En el mejor de los casos, Jinki asistía, hablaban por horas y horas, llegado el momento de confesarse su hyung aceptaba sus sentimientos y todo acababa como debía. En el peor de los casos, Jinki no asistía, los productores decidían que lo mejor sería que pasara más tiempo con alguno de sus familiares o haciendo cualquier otra cosa, él quedaba con el corazón roto, pero no le guardaba rencor alguno al líder, suponiendo que tenía sus razones para no haberse presentado. Había hecho un tercer escenario, en el cual sí llegaba a la grabación, pero al momento de la confesión, nada fluía como debía y terminaba de una manera un tanto rara. Suspiró, sin duda alguna, esos tres días habían sido una tortura para los cinco.


Llegado el viernes todos estaban realmente agotados, dos de ellos con los nervios de punta por lo que podría o no pasar en la tarde noche; y aun así, todo siguió su curso. Jinki había asistido a una sesión fotográfica por la mañana, Kibum había tenido reunión con el elenco de su nuevo drama, Jonghyun y Taemin habían pasado toda la mañana en salas de grabación para sus nuevos discos.


El mánager había recogido a Onew y a Key de sus respectivos compromisos para llevarlos a la empresa donde tendrían otra sesión exhaustiva de ensayos para los siguientes conciertos, y en el caso de Jinki, decidir si asistir o no al programa. Durante el camino al lugar, el de mirada felina observaba con atención al líder, todos y cada uno de sus movimientos; tenía que preguntarle, quería que todo saliera a la perfección para los dos, incluso si no había una confesión de por medio, esperaba que al menos fuera capaz de acompañarle en esos momentos.


Había hablado con Minho la noche anterior para saber cómo se encontraba, el joven sólo rio nerviosamente asegurándole que no había de que preocuparse:


—Lo que tenga que pasar, pasará.


Kibum se había quedado sin palabras ante esa respuesta y después de un rato le aseguró que todo saldría bien al día siguiente, al final, los dos terminaron conversando de esto y aquello hasta que los dos caían de sueño, se despidieron, no sin antes Key asegurarle a Minho que él estaba ahí para cualquier cosa que necesitase, el moreno rio de manera floja y contestó con un “También te quiero”. Ahora miraba al mayor de Jinki y no podía evitar cerrar su boca, al menos tenía que asegurarse de que nadie saliera lastimado ese día.


—Hyung.


— ¿Qué ocurre? —contestó mientras bloqueaba su celular y le dedicaba toda su atención.


— ¿Irás, verdad?


—Aun no sé.


— ¿Por qué?


—No es tan sencillo, tenemos ensayo y no sé de a qué hora vaya a acabar; además, no sé si en mi agenda hay algo más que deba cubrir.


El de mirada felina bufó y torció los ojos, no podían ser sus excusas menos creíbles: —Lo que digas.


—Es verdad.


—Ya. Ahora repítete eso las veces necesarias, hasta que realmente te lo creas.


Jinki observó como el menor comenzaba a ponerse los audífonos y la música a un volumen un poco alto para su gusto, dando por terminada la conversación. No había pensado que el chico se molestaría por su respuesta; era verdad, al menos hasta cierto punto, sus demás razones simplemente eran tontas o las pequeñas dudas que seguían dándole vueltas en la cabeza, no deseaba arriesgarse a perder algo que valía demasiado para él.


Llegaron una hora más tarde a la empresa. Vieron que había más camionetas estacionadas al pie de las escaleras, demasiada gente iba y venía sin siquiera tomarles en cuenta; Key observó con demasiado interés la escena, Onew había detenido la vista en alguien, el chico a su lado decidió seguir su mirada, hasta dar con Minho, quien estaba sentado en el piso, con sus audífonos y los ojos cerrados –suponía- disfrutando la canción.


—Vamos, Taemin y Jonghyun ya han de estar en la sala de ensayos —comentó el chico, sacando de su mundo al mayor. Sin decir otra palabra se dirigieron al elevador, lo último que vio Onew, fue al rapero poniéndose de pie y caminar al lado del mánager, pasando por alto todo lo demás.


Tal y como lo había dicho Kibum, cuando llegaron a la sala Jonghyun y Taemin ya se encontraban calentando. El Maknae los miró de reojo y buscó la mirada del menor de los Kim, quien al captar su mirada sólo negó, el menor suspiró y siguió con lo que hacía.


Unas horas más tarde y todos se encontraban descansando, cada uno en una esquina del lugar; no sabían que decir o hacer para que ese ambiente de pesadez desapareciera de una vez por todas.


—Jinki —llamó el mánager, todos prestaron atención—, date precisa, te esperan dentro de media hora.


El líder sólo asintió y prosiguió con su celular. El menor de los Lee aventó su botella de agua a donde estaba el mayor, espantando a todos.


— ¿Qué rayos te sucede? —preguntó enojado Onew.


—No, ¿qué rayos te sucede a ti?


—No entiendo y será mejor que te expliques.


—Eres un idiota, ¿lo sabías? Sólo es un programa de televisión, sólo eso, ni que fuera realidad todo lo que está pasando.


— ¿Perdón?


—Lo que intenta decir Taemin, es que nada te cuesta ir allá y grabar quince minutos de una conversación normal, dar las gracias e irte de allí —explicó con tranquilidad Jonghyun.


—No es tan sencillo.


— ¿Qué está en juego? —preguntó Kibum acercándose al líder, este le miró perplejo— Hay algo que te molesta que salga a la luz, por eso no quieres ir.


—No hay nada en juego.


—Bien, entonces ve.


—Es que no puedo.


— ¿Por qué?


—Yo no… yo…


—Ves, ni siquiera puedes dar buenas razones —obvió el menor.


—Lo que yo creo, es que te detienen todas esas dudas y esos miedos de que salgan a flote todos tus sentimientos hacia a él, que Minho los note y te rechace y te humille frente a todos —comentó Jonghyun.


—A que dio en el clavo, ¿no es así, hyung? —dijo Taemin. Onew los miró con frustración, jamás pensó que sería así de transparente con sus sentimientos; lo que más le aterraba ahora era que si ellos se habían dado cuenta, cabía la posibilidad de que…


—Él ni siquiera se lo imagina, es tan obtuso como tú. —Comentó Kibum mirándose las uñas.


—Simplemente lleva una conversación normal con él, como si fueran esos viejos amigos que se reúnen después de tanto; de todos modos, Minho seguirá sin darse cuenta y todo transcurrirá de manera amena.


Jinki suspiró, quizá Taemin tuviera razón, quizá todos la tuvieran.


—Entonces, ¿qué decides Hyung? Sólo te quedan diez minutos.


***


“Pensé mucho el  lugar dónde pasaría mis últimas horas y me di cuenta de que además de pasar mucho tiempo en mi cuarto, también lo hago en las salas de ensayo. Y creí que sería genial venir aquí y terminar todo aquí”.


Minho moría de los nervios, su líder llevaba diez minutos de retraso y comenzaba a perder las esperanzas de que el mayor se apareciera por allí.


—Minho, comenzaremos a grabar ya —anunció la directora del programa.


Él prosiguió escribiendo en el diario que le habían entregado al inicio de las grabaciones. Mientras lo hacía ni siquiera se percataba de que la puerta del salón era abierta hasta que escuchó unos pasos torpes entrar; al levantar la mirada, sonrió:


—Jinki… —le llamó, el nombrado le sonrió de vuelta— Lee Jinki —se levantó con un poco de pesadez, le saludó con demasiado entusiasmo y le abrazó, el abrazo fue algo espontáneo en los dos; Minho cerró los ojos intentando disfrutar más la cercanía de su hyung. Se soltaron lentamente y sin querer romper el contacto, el rapero tomó suavemente la mano del mayor para poder sentarse. Indicándole lo que hiciera lo mismo.


“No miento en estos momento cuando digo que podemos predecir nuestras acciones y lo que vamos a decir con sólo una mirada. Aunado al hecho de que hemos estado juntos por mucho tiempo”.


— ¿Qué hiciste hoy? —preguntó Jinki sin dirigirle la mirada. “Bien, todo tiene que fluir de manera normal”, se dijo mentalmente.


— ¿Hoy? —Minho le miró con curiosidad, el mayor seguía sin mirarle—. Yo… En la mañana estuve con Jaedong hyung, hicimos algunas apuestas y una cámara oculta para una fan… Y —Onew le dedicó una sonrisa soñadora, le encantaba cuando su compañero le contaba su día con lujo de detalle, con esa vivacidad que le caracteriza.


“Minho es con quien vivo en el dormitorio y compartimos habitación siempre que vamos a Japón. Me hace sentir más seguro cuando nos preguntamos cosas tan sencillas como: ¿Qué tal estuvo tu día? O ¿Qué tal dormiste?”.


—Bien, ahora…


— ¿Cuánto tiempo nos queda?


—Nos queda todavía un buen rato —le aseguró con una sonrisa—. De todos modos, lo que cuenta es que hayas venido.


—Vine tan pronto como pude.


—Je, gracias —sonrió con nerviosismo, miró su diario y se lo entregó—. Mira esto, me lo dieron.


—Oh, ¿te lo dio una fan? ¿Fue un regalo? —preguntó Onew sin siquiera mirarlo; Minho simplemente suspiró y volteó su mirada al techo, esto le estaba costando trabajo, más porque el mayor evadía a cada instante su mirada.


—No, no es eso. Cuando las cuarenta y ocho horas comenzaron recibí esto  —Onew asentía mientras comenzaba a hojear la libreta—. Es un sentimiento extraño, ¿sabes?


— ¿De verdad? ¿Sientes como su estuvieras limitado?


—… Sí —le salió en apenas un susurro.


—Esto quiere decir que obtendré un cuarto de los ingresos —comentó sin más, Minho comenzó a reír.


—Eres muy ingenioso. Estás diciendo que el cálculo ahora es que está entre cinco, estás diciendo que se convertirá en cuatro. —Jinki comenzó a sonrojarse “no lo había dicho por ingenio, sólo no sabía que decir”.


—Cierto.


—Pensar en cálculos o en la economía del hogar es un poco molesto ahora. —comentó con un deje de molestia, se había comenzado a dar cuenta de que a su líder no le interesaba estar ahí con él; lo único que había logrado era incomodarlo un poco más. Ahora se arrepentía.


>>He pensado en ello, ¿sabes? El tema de irme y ver qué es lo que dejo atrás. Claro que también he pensado mucho en mi familia y en los miembros del grupo; en nuestro debut que fue en el 2008 hasta ahora, como es que hemos estado juntos por todo ese tiempo y me dije: “¿qué pasaría si de repente desapareciera y ustedes estuvieran en todo esto sin mí?”. No sentiría ningún pensamiento de ustedes hacia mí y de repente comencé a sentirme culpable. —comentó con un nudo en la garganta, el líder sólo le miraba con atención, no quería demostrar que también le dolía el sólo pensamiento de estar sin él como compañero de grupo.


—El tiempo que me queda son nueve horas, y después de ello desaparecería; y los miembros, ustedes permanecerían aquí sin mí. —Jinki sólo asintió.


— ¿Nuestras memorias de ti desaparecerían también? —preguntó por curiosidad, el moreno le miró molesto y golpeó el suelo, tenía que comportarse.


—No, todavía tendrían esas memorias —contestó—. ¿Por qué se irían las memorias de mí?, ¿me quieres olvidar?


—No, claro que no —contestó un poco alarmado.


—No, ¿entonces? —sólo calló, no quería decir el otro motivo.


—Sólo… es que no es algo en lo que haya pensado, y haciéndolo en este momento, creo que todo mi mundo colapsaría —se dio cuenta del significado de esas palabras, agregó con excusa—. Es sólo que somos personas con las que pasamos más tiempo que con la familia. Nos vemos cunado despertamos, estamos juntos hasta irnos a dormir, y así varias veces. Hemos estado así por casi diez años*.


—Eso es cierto.


—Y en el modo en que lo vea, si a este punto de mi vida tú te fueras, mi vida se sentiría vacía y me sentiría traicionado, pensando “¿Por qué tuviste que irte primero?”. —Minho sintió todo el peso del enojo de su compañero, no sabía cómo cambiar de tema, no quería, menos ahora que comenzaban a ir por el rumbo de los sentimientos, pero tenía que hacerlo, encontraría otro momento para hablar de ello.


“Antes de debutar, practicábamos canto de ésta manera, juntos. Nosotros no sabíamos nada en ese momento. Y también puedo recordar cómo era yo en aquellos tiempos y como era Hyung”.


—Estando en el cuarto de canto, recordé aquella vez que cantaste esta canción… no recuerdo el nombre, era de James Ingram.


— ¿Forever more?


—Sí, Forever More. Es buena —comenzó a sonar la melodía por todo el cuarto, esa era la canción que deseaba dedicarle aunque fuera de manera indirecta—. ¿La canción era así de triste?


—Pues sí.


— ¿En serio?


—La canté de manera en que tú pudieras sonreír, lo hice de manera cómica.


—Ahora lo noto, cantaste algo así —comenzó a imitarlo, comenzaron a reír y a corear la canción, el ambiente se había comenzado a relajar—. Me hace recordar la época en la que éramos trainees. Pero de la canción que realmente vivo embelesado es de tu primer solo.


—In Your Eyes. —comenzó a tararearla.


—Sí, de ella, me gusta mucho. Realmente me gusta, porque fue la primera vez que estuve como rol principal en un drama; era mi tema, sentí que debía hacerlo realmente bien, estaba actuando sólo y además tenía que representar bien el nombre del grupo, pensé en que debía de superar las expectativas de los demás. Tú sabes que lo que es filmado en un día, es lo que sale en ese momento; así que mientras observaba la grabación apareció esta canción y pensé “Oh, ¿dónde he escuchado esa voz?” y entonces recordé que eras tú. En ese momento estaba conmigo nuestro mánager y le pregunté si sabía de ellos, el sólo se encogió de hombros  y me contestó que él tampoco lo sabía pues estaba estancado conmigo.


Comenzaron a reír, siempre había sido así su mánager, respondiendo con sarcasmos o haciéndolos reír con su humor negro.


—No sabíamos acerca de ello, y continuamente escucho la canción porque me da fortaleza; es por ello que me gusta mucho, me levanta el ánimo.


—Bien, será mi regalo para ésta situación.


—Oh, ¿En serio? La pondré en este instante.


—Puede que no lo deba hacer, pero te lo he prometido.


—Está bien. —contestó con una sonrisa infantil. Jinki comenzó a cantar la canción mientras el joven a su lado lo miraba con ensoñación, le encantaba la voz de su hyung, le encantaba haber logrado que los momentos incómodos hubieran terminado.


“Empaticé con él sin que los dos nos diéramos cuenta. Me encontré a mí mismo mirándolo, sólo a él; y pensaba en lo micho que quiero recordar a esta persona por mucho tiempo. Y ese sentimiento de que si él estuviera por irse, es del tipo de persona que te gustaría que permaneciera en tus memorias por mucho tiempo. Él es una gran persona para mí”.


“— ¿Qué te gustaría decirle a Minho?”.


“—Lo primero que se me viene a la mente es gracias, gracias por significar tanto para mí. Cuando estoy sólo en el dormitorio, él es el primero en estar ahí para mí, sin importar qué”.


—Si hubiera una oportunidad, haría un esfuerzo por hacer que el tiempo dure un poco más para poder hablar con todos ustedes, porque es como si los miembros siempre cubren las partes que me faltan. Mientras llenamos los espacios vacíos y crecemos juntos. He aprendido mucho de ustedes; es increíblemente preciado para mí. En algún punto, e incluso si estamos en el mismo grupo, me convertí en un fan de todos los miembros, quiero apoyarles siempre y ser el fan más dedicado y fiel que tengan. Quiero que estemos juntos por un largo tiempo.


—Gracias —contestó con una sonrisa—. ¿Sabes? Vine aquí sin grandes expectativas, pero ahora estoy muy agradecido.


— ¿Por qué viniste sin muchas expectativas?


—No lo sé, simplemente lo sentí así cuando supe que tenía que venir.


—Creo que estoy más agradecido que tú.


—Tener este tiempo para hablar es bueno, incluso si sólo es para el programa.


—Definitivamente.


—Expresando todos mis pensamientos, y desde mi corazón, es difícil. Y bueno… no hay nada que quisieras decirme, como: “Me estás haciendo daño” o “Lo bueno que eres hyung”, las cosas que hago bien. Lo guardaré en mi corazón.


“Para mí, SHINee es familia, si estuviéramos a punto de irnos, me sentiría realmente desolado y triste, solamente puedo desear en que no nos separemos jamás”.


—Yo… sinceramente, totalmente, me agradas* mucho  —le dedicó la sonrisa más brillante, Onew solo le sonrió de vuelta, sabía que él era completamente sincero; sólo deseaba haber tenido el mismo valor que él para confesarse—. Gracias por pasar mis últimas cuarenta y ocho horas conmigo.


Jinki le dio su mano, se sonrieron un buen rato, en lo único en lo que podía pensar el mayor era en que deseaba tener más charla con él, quizá poder decirle todo lo que le hacía sentir, lo que significaba para él y el dolor que sintió al pensar en que él desaparecería de su vida para siempre.


Los productores los miraban con una sonrisa, pensaban que eran un magnífico dueto, que tenían una bella amistad, la productora del programa los observó con atención, sabía que debía dejarles un momento a solas; pidiéndole al mánager de los chicos que los dejara platicar un rato más y pidiendo a los sonidistas que apagaran todo micrófono, ella misma desconectando todas las cámaras, decidió darles ese momento que necesitaban para continuar con sus confesiones. Sonrió, les dedicó una última mirada, y salió de la sala.


—Lo decía en serio —comentó Minho después de que el líder soltara su mano—. No lo digo en manera de que sólo me agradas como un compañero o amigo; de verdad me gustas hyung.


— ¿Por qué yo?


—Siempre fuiste tú, no importaba en donde me encontrara, incluso si estabas justo a mi lado, dos años después de que debutáramos; me encontré a mí mismo extrañándote, pensando en ti, en tú sonrisa, en tu voz, en tus abrazos, en tus palabras de aliento.


—Pero, ¿por qué?


—Simplemente sucedió así, no podía indicarle a mi corazón a mi mente que te dejaran a un lado, que te ignoraran. Eres una gran persona, eres lo mejor que me ha pasado; no importaba si sólo te tenía como un amigo o compañero de grupo, mientras te tuviera a mi lado, me sentiría completo y agradecido.


—Yo… yo no sé…


—No importa si no sientes lo mismo que yo, sólo quería que lo supieras. Tomé este programa como una excusa para poder demostrarte lo mucho que significas para mí, pero creo que fue mucho para ti, lo lamento.


—No lo lamentas, no lo haces. Tú sólo querías meterte en mi cabeza como lo haces siempre, invadir cada parte de mi ser, volverme loco con la idea de que te perdería en nueve horas, ¿acaso tienes una maldita idea de lo que tuve que pasar y el valor que tuve que tomar para venir aquí y grabar esto? —Minho iba a contestar, Jinki no lo dejó—. No, no lo sabes, siempre estás ahí, en mis pensamientos, en mis acciones, en los regaños de los demás. No quería presentarme porque sabía que sería duro para mí.


>>Comencé a darme cuenta de esto justo después de que la invitación llegó. Lo único que pensaba es que era algo absurdo en lo que habías decidido participar; después de ver que estabas ahí en el departamento, mientras dormías, mis pensamientos comenzaron a volverme loco, en todo lo que podía pensar era en ti sonriendo, en ti cantando, en ti bailando, tarareando, rapeando, escribiendo, leyendo, durmiendo; me volvía loco, porque sólo quería que esas sonrisas, esos pensamientos, esas miradas, esas bromas las compartieras conmigo y nadie más.


>>Justo ahora, en la grabación tuve que controlar mis sentimientos y emociones, me dolió mucho Minho, pensar que tú te pudieras ir antes que yo… No quiero, no deseo eso, no sabría cómo salir adelante; es como lo que dije, mi mundo colapsaría porque faltas tú, porque faltaría esa chispa que tienes en mi vida todos los días al despertar y antes de ir a dormir. Te extrañaría como nadie más lo haría. Porque te quiero… porque…


Minho lo observaba mientras se desahogaba, no sabía lo mucho que le había hecho pasar en esos días, y cuando escuchó el “te quiero”, no lo soportó más, agarró la cara de Onew y juntó sus labios. En principio el mayor intentó alejarlo, no podía creer lo que estaba ocurriendo. Finalmente se dejó llevar, los labios del menor eran suaves, tenía un pequeño sabor a cereza, quizá porque el menor siempre comía pequeños dulces cuando estaba nervioso. El mayor llevó lentamente sus manos al cuello del moreno, quería profundizar más el beso, quería que sus cuerpos formaran sólo uno.


Choi comenzó a acariciar de manera lenta y suave la espalda de su líder, lo había deseado como nunca, y justo en ese momento, en el que sólo existían ellos dos; en aquel mundo que era sólo para ellos, se dejaron llevar, sin tapujos, fuera de dudas o temores, sus cueros se convirtieron en uno sólo, sorprendiéndose de que encajaran tan bien.


—Me gustaría pasar el resto de mi vida contigo, no importa si sólo son nueve, cuarenta y ocho horas, uno o varios años más; estaré bien si estás a mi lado. —comentó Jinki recostado en el hombro desnudo del chico. Minho sonrió, él también lo deseaba, no importaba donde, el día o la hora, sólo si estaban juntos. Le besó la cabeza y suspiró, mientras acariciaba la espalda del mayor.


Todo había salido bien, todo estaría bien de ahora en adelante, estando juntos. Gracias a esas últimas nueve horas ficticias, los dos sabían lo que tenían, y nadie se los quitaría. Porque gracias a eso, ellos supieron aprovechar sus últimas cuarenta y ocho horas juntos.


***


La sala de ensayos se encontraba en absoluto silencio, el mánager se había llevado a Taemin para la sala de grabaciones, tenía un álbum que terminar. Jonghyun y Kibum se habían sumergido en un silencio que no sabían cómo debían rellenar, incluso si era buena idea comentar algo; el menor suspiró y comenzó a guardar sus cosas sin prestarle atención a las miradas que le dirigía el cantante.


— ¿Crees que todo haya salido bien? —preguntó sin más Jjong. Key suspiró y paró sus movimientos—. Ya sabes, en la grabación de Minho y todo eso.


—Espero que sí —contestó y prosiguió guardando sus cosas.


—Kibum.


—Jonghyun.


—Yo —Key le miró directamente; Jonghyun perdió un poco de esa valentía que lo había asaltado minutos antes—… Te extraño, nos extraño.


El de mirada felina suspiró: —Yo igual


—Quisiera que estuviéramos juntos; ser felices, como espero que lo estén ellos ahora.


—Lo sé.


—Yo no quería estropear las cosas aquella vez, siento que no he pedido los suficientes “perdón”, y jamás lo serán.


—También lo sé.


— ¿Crees que seríamos capaces de retomar todo, donde lo dejamos? —preguntó esperanzado.


Kibum le miró con atención, Jonghyun había mantenido en toda la conversación la distancia que los separaba, el menor lo agradecía; sin que el compositor se percatara Key se acercó hasta él, tomó su mejilla delicadamente y buscó la mirada del más bajo, éste intentó rehuirla pero no lo logró. El chico se percató que los ojos de Jong estaban un poco húmedos, comenzaría a llorar en cualquier instante. El joven le dedicó la sonrisa más sincera que pudo, era de aquellas sonrisas que hacían que todo en su mundo brillara, y el mayor le dedicó una igual; le soltó lentamente la mejilla y se giró, antes de irse le dijo:


—Dejemos que el destino decida. —y salió de la sala.


Jonghyun solamente sonrió, decidido que esta vez, no lo dejaría ir.


FIN

Notas finales:

Eso fue todo, gracias por leer. 


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