Corría en las calles sin importar nada, sin importar que estuviera empapado hasta las medias o que simplemente sus pies ya no pudieran dar una paso más. Finalmente y soltando un suspiro de sus delgados labios, dejó caer su cuerpo afuera de esa casa que conocía tan bien.
–Byun Baekhyun, tendrías que haber vuelto hace ya media hora, ¿Sabes cuan enojado está el jefe?–escuchó mientras sentía como aquel chico alto y grande lo cargaba entre sus brazos–te dije que yo podía ir… ¿Te lastimó mucho?–negó con la cabeza mientras abría sus ojos que hasta el momento había cerrado, para poder darse cuenta que ya estaban dentro de la casa.
Kris lo dejó caer en el sillón que se encontraba cerca y con el poco de fuerza que le quedaba logró sacar aquel paquete de su bolsillo trasero.
–Me dio todo–le dijo extendiendo su brazo para poder alcanzárselo a Kris que estaba parado mirándolo fijamente.
Y sin decir mas solo sintió como sus parpados le pesaban mucho, luego todo se volvió negro.
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Terminando de verificar que hasta el ultimo paquete de aquel polvo blanco estuviera en orden finalmente se pudo sentar tranquilo, para recordar instantáneamente su otra preocupación. Sin esperar más y soltando un jadeo sacó su celular del bolsillo trasero de su jean, teniendo que levantarse un poco para así poder hacerlo, sus ansias crecieron mas al ver su pantalla que estaba llena de llamadas perdidas y casi saltando sobre aquella silla de metal se apresuro a llamar a aquel numero.
–¿Cómo está?–.
–Por lo menos te puedo decir que mejor que la ultima vez, le estuve cuidando algunas heridas pero…–.
–Mierda, Luhan ¡¿Pero qué?!–
–Cálmate Chanyeol… sabes que no soy bueno soportando tus griteríos de infante mal parido, en fin, pasó lo que temías que pasara, ya sabes… lo volvieron a violar pero al parecer no está muy herido solo totalmente agotado, llevo atendiéndolo desde hace un rato pero sigue sin despertar y según lo que me dijo Kris que es quien lo cargó hasta su habitación llego hace dos horas–.
–Ok, ya voy para allá–.
Apenas terminó de decir aquellas palabras tiró aquel aparato hacia una de las ventanas haciendo que esta se quebrara totalmente, sentía como toda la ira empezaba a recorrer todo su cuerpo, y sintiendo impotencia… Esa asquerosa impotencia, que le recorría como sangre en sus venas y que parecía no quererse ir, finalmente salió de aquella habitación tirando la puerta.
–Hey, quédate aquí hasta que venga el jefe ¿Entiendes? No quiero problemas Xiumin–lo miró con furia, como solía hacer con todos, pero bueno parecía que ahora si intimidaba, porque al ver la mirada de suplica de aquel chico frunció mas el ceño.
El no era un monstruo… ¿O si?
Sin pensar mas salió corriendo hacia el estacionamiento donde tomo su moto y empezó a conducir como el loco desquiciado que ese mundo le había vuelto, simplemente tenia tantas ganas de matar a todos y que el mundo solo quedara así… de el y de Baekhyun, aunque los dos ya estuviesen tan rotos por lo menos quería salvar lo poco que quedaba ¡Porqué mierda! Sabia que algo aun quedaba.
Frenó de golpe haciendo que casi se cayera de la moto, pero sin importarle nada más se bajó de esta y corrió hacia la puerta la cual empezó a tocar sin descanso, otro día… otro día de su maldita vida en el que se olvidaba las llaves, las cuales cada vez parecían ser mas necesarias que nunca.
–Tu… en serio estas loco ¿No?– al sentir como la puerta se abría y por impacto su puño, con el cual estuvo tocando la puerta caí a un costado de su cuerpo, abrió los ojos y lo miro fijo para luego pasarse de largo y empezar a correr a su habitación.
Al entrar a aquella habitación que conocía tan bien y verlo en la cama con los ojos cerrados, los labios rosados levemente abiertos y su entrecejo fruncido sintió como sus lagrimas se empezaban a formar sin siquiera poderlo pensar, volteándose un momento para cerrar aquella puerta tocó su pecho empezando a sentir como su corazón parecía querer explotar, le estaba doliendo.
–Baekhyun…–susurró.
Empezó a caminar hacia el a pasos lentos y tan torturosos porque para el su amor era así… una hermosa tortura, al llegar a un costado del cuerpo de Baekhyun y ver mas cerca su hermoso rostro… aquel rostro que no se merecía sufrir, aquella pureza que a pesar de todo nunca se iba, sus rodillas no lo soportaron y cayo sobre el frio piso pero sin dejar de mirarlo. Mientras los minutos pasaban y sus lagrimas no dejaban de salir, simplemente no podía dejar de sentir aquel horrible dolor en el pecho, tomo la mano del contrario sujetándola fuertemente ¡Pero que miedo tenía de perderlo! Y cuan posible que era ello. Baekhyun como siempre estaba frio y el como siempre tan caliente.
–Te amo… y aunque te lo diga mil veces para mi nunca será suficiente, si pudiera hacer algo para que tu… tu mi ángel seas libre lo haría, pero cada día que pasa me siento mas impotente que el anterior y mi única razón de seguir eres tu, pero ni siquiera deseándolo podre hacerlo… me odio, odio al mundo… yo…–
–Ch-Chanyeol…–
Sintiendo como algo le era regresado a su ser se levantó para abrazarlo fuertemente, porque Baekhyun era el único que tenía aquella parte de el… aquella llamada sentimientos, aquella por la que dicen muchos uno puede llamarse “Humano”.
–Te extrañé mucho Channie…–sintió como aquellos finos dedos se hundían sobre sus hebras y lo acariciaban suavemente–¿Cómo te fue?–una sonrisa se formo en sus labios, a pesar de lo mierda que todo era sabia que su bebé siempre le haría la misma pregunta, a pesar de todo… Baekhyun nunca cambiaría.
–Como siempre, pero veo que a ti no te fue muy bien, te prometo que esta semana no harás nada mas, digo haremos porque yo me quedaré a cuidarte–lo soltó por un momento para mirarlo fijamente.
–Pero… te terminaran regañando y yo no quiero eso Channie, además sabes que mi cuerpo es muy fuerte y–lo besó así callándolo, empezando un rose de labios sin lujuria alguna, sino mas bien demostrando todo el amor que sentía por el.
No podía, no podía y no quería soportar que su bello ángel le dijera eso, a el no le importaba sufrir el doble o el triple… lo mínimo que había logrado por lo menos quería que fuera para algo.
–Estás muy frio, como siempre–le sonrió grande y levantándose para rápidamente recostarse a su lado, le volvió a mirar intentando transmitirle todo lo que sentía–.
–Es obvio, estaba esperando a que mi grandulón llegara para calentarme–le sonrió de igual manera y como siempre Baekhyun puso su cabeza sobre su pecho–te amo–.
Puso su mano sobre los cabellos de este y empezó a acariciarlos, al fin se sentía en paz, seguro… tranquilo, cerró sus ojos y esbozo una sonrisa enorme que sabia muy bien que Baekhyun también la tenia sobre sus hermosos labios.
–Yo también…–.
Porque eso era lo que quedaba a pesar de todo, quedaba el amor.