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Dazzle por CVainamoinen

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Dazzle.

 

-Prometiste ir temprano a la cama hoy..

Seunghyun alzó la mirada, primero a su novio y después al reloj que tenía colgado en una de las paredes de su oficina, comprobando que casi daban las dos de la mañana. Suspiro hondo, negando suavemente pues no tenía manera de explicarse a aquello.- El trabajo me absorbe.- El rubio rodó los ojos y, con un sensual movimiento de cadera se acercó a él, sentándose sobre el escritorio para confrontarle de la mejor forma que podía.- Jiyong, bebé, sabes que me encantaría pero…

-Pero, papi…-Jiyong mencionó con tono infantil, dejando caer intencionalmente un hombro de la bata blanca que había anudado de forma floja para que justamente eso pasara.- En verdad, en verdad lo necesito.

El pelinegro suspiró, y tomó su taza de té negro para beber un poco y volver a concentrarse en los papeles frente a él.

Jiyong entrecerró los ojos, a él nadie lo rechazaba.

Hizo una pequeña mueca y se puso de pie al tiempo que se quitaba por completo la bata, dejando al descubierto su cuerpo que solamente era adornado por joyas. Una cadena llena de diamantes que caía desde su cuello, por el medio de su pecho plano y alrededor de la delicada cintura. Otra, se unía desde sus caderas hasta cada uno de sus muslos, dejando el resto de su cuerpo completamente desnudo.

Seunghyun hizo uso de todo su autocontrol, pero de reojo pudo ver el destello de las piedras preciosas sobre la piel pálida, aun mas preciosa, del menor. A Jiyong no le gustaba perder, y sabía que con aquello puesto, el mayor no tenía oportunidad de ganarle esa.

Nuevamente se acercó a él, y se sentó a horcajadas sobre su muslo cubierto por el fino pantalón de vestir que aun llevaba puesto.- Lo quiero, lo necesito tanto. -Murmuró sobre el oído, sonriendo sobre este cuando sintió un escalofrío recorrer al contrario, quien aún se empeñaba en ignorarlo.

Con suavidad, abrazó al mayor por el cuello y comenzó a moverse en la pierna ajena, rozando en un principio su miembro semi erecto contra la cadera ajena.- S..Si…

Seunghyun cerró los ojos por un momento, pues sabía que su propio miembro estaba reaccionando ante aquellos gemidos.

Mientras tanto, Ji separó más sus piernas para frotar su trasero abierto contra la pierna ajena, cosa que sacudió de una forma excepcional al mayor pues sintió un objeto áspero entre las suaves nalgas. Le tenía intrigado, pero no quería dejarse caer ante el rubio tan pronto.

-Papi, ¡Oh, papi! -Gimió Jiyong sobre el cuello ajeno, más cuando frotó su dulce culo en la pierna de su novio. Se convulsionó ligeramente en un espasmo delicioso, aferrándose más con su brazo libre al mayor mientras chupaba su dedo pulgar.- Se siente tan bien…-Dejó un beso tembloroso en la mejilla de Seung, arqueando la espalda cuando el plug que ocupaba su trasero pegó de lleno en su próstata.

Choi se mordió el labio inferior y bajó la mirada a las caderas ajenas que se movían con furia sobre su muslo, humedecido por cierto, seguramente por el lubricante que Ji había usado para meter lo que fuera que tuviera en el culo.- Pareces una perra haciendo esto, ¿Lo sabes, no?

Por el tono que usó, Jiyong rio victorioso entre suaves gemidos, frotando de igual manera sus pezones contra la piel cubierta por la camisa de Seung.- Soy tu perrita, ¿No? Ah, ay.. -Ladeó el cuello, frunciendo el ceño de forma sensual cuando sintió la conocida presión que le anunciaba que su orgasmo estaba próximo a llegar.

El mayor, sin poder contenerse ni un segundo más, le tomó por la cintura rodeada por el cintillo de diamantes, para observarle el rostro; el menor entreabrió los ojos y le ofreció una mirada sensual y una media sonrisa bastante traviesa. Seung volvió a sentir una punzada en su miembro cuando vio la sonrisa volverse una perfecta “o” y los ojos irse hacia atrás antes de cerrarse.

Todo el cuerpo de JiYong se convulsionó entre los brazos de Seunghyun cuando alcanzó aquel delicioso orgasmo, soltando un grito y mojando ahora la cadera de los pantalones del mayor con su blanca esencia.

El mayor le abrazó con fuerza, sintiendo las convulsiones del pequeño cuerpo como si el orgasmo fuera propio. Jiyong se veía tan débil y sumiso cada vez que se corría, hacia a Seung desear tenerlo siempre al borde del orgasmo para que se comportara así de dulce.

El rubio hundió su rostro en el pecho de Choi, alzando ligeramente sus caderas cuando comenzó a sentir incomodo la humedad que se había enfriado bajo su trasero.

- ¿Contento, bebé? - Preguntó el pelinegro, viéndole con una ceja alzada mientras Ji le ofrecía una pequeña sonrisa antes de levantarse de su regazo con las piernas temblorosas, inclinándose por su bata blanca y dejando al descubierto, por primera vez para los ojos del mayor, un plug con un diamante que cubría su pequeña entrada.

-Más que satisfecho.. -Le guiñó un ojo e hizo el ademán de ponerse la bata para irse, pero Choi fue más rápido en ponerse de pie y tomarle por los brazos, uniéndole los codos en la espalda con una sola mano, acercándose a su cuello y oído por la espalda.

-Primero limpias tu desastre. -Seung le obligó a girarse y a hincarse, cosa que alegró aún más al pequeño rubiecillo. Ji alzó la mirada sin borrar su sonrisa de victoria mientras sacaba su lengua para lamer la mancha con sabor a durazno que había dejado su culo en el fino pantalón.

Jiyong continuó con su tarea hasta que no sacó más el sabor de durazno de su lubricante favorito del pantalón ajeno, subiendo con sus labios húmedos hasta la mancha de semen en la cinturilla de dicha prenda. Lamió y saboreó cada gota de su esencia sin despegarle la mirada de encima a Seung, quien, con la mirada, le indicó que no eran solo esos dos los desastres que había cometido en sus pantalones.

Una vez limpia la cinturilla, llevó ambas manos al botón y cremallera del mayor para abrirle los pantalones y sacar la tremenda erección que Seung escondía en sus bóxer.

Se veía tan grande y dura, incluso húmeda en la punta.- De seguro la tenías parada desde que me viste entrar, ¿A que sí? - Burló Ji mientras deslizaba el glande el mayor sobre su mejilla fría, dejando la gruesa gota recorrerle hasta el cuello, antes de metérselo entre los dulces labios.

-Más bien, desde que comenzaste a frotarte como perra en celo. -Ji sonrió aun con más de media verga en la boca. Estaba orgulloso de sí mismo por haber logrado aquello.

Al tocar su garganta, segundos después de la sucia declaración, sacó el miembro de Seung cubierto en saliva.- Tenía que distraerte de esos papeles.. -Se puso de pie nuevamente, moviendo aun su mano por el falo completamente endurecido y sobre lubricado con su saliva.- Es una pérdida de tiempo que trabajes tanto para cubrir a tu putita en diamantes, si al final no vas a disfrutarlo.

Terminó aquello y le soltó el miembro, apoyando su pecho y brazos en el escritorio del mayor, dejando su trasero en popa esperando a ser tomado como más le gustaba.

- ¿Quién dijo que no lo iba a disfrutar? -Sentenció el mayor, moviendo ahora su mano sobre su propio miembro mientras se acercaba al rubio. Usó su mano libre para separarle las nalgas y comenzar a jalar fuera aquel plug, disfrutando de los gemidos de Ji cada vez que lo dejaba entrar de nuevo cuando estaba a punto de salir.

El menor suspiró fastidiado justo antes de sentir su culo por fin libre.

Seung le volteó, acostándolo sobre su espalda en el escritorio ocupado por sus documentos. Con una fuerte palmada logró sin esfuerzo que Ji separara las piernas, dejando caer una mientras la otra la subía al hombro ajeno.

- ¿Esto es lo que querías, verdad? -Se inclinó para alcanzar los labios ajenos, dejándole un suave beso mientras Ji se limitaba a asentir antes de llevarse nuevamente el pulgar a la boca para acallar sus gemidos desesperados.- Oh, ¿El bebé quiere su chupete?

Ji asintió nuevamente, poco consiente de lo que Seunghyun le decía. Este, por su parte, le jaló el brazo para obligarle a sacarse el dedo de la boca y sustituirlo en su lugar por el plug que minutos antes le había abarcado el culo.

El rubio no se sorprendió, pero comenzó a succionar aquello como si un chupete fuera mientras acariciaba uno de sus pezones que se encontraba ligeramente húmedo por la gota de pre semen que había llegado hasta él momentos atrás.

Cerró uno de sus ojos, separando sus labios solo un momento para gemir mientras cuando el pelinegro se adentró en él.- Tómala, bebé.. Tómala entera.

Gimió nuevamente de gusto al sentir como le golpeaba justo la próstata, haciendo su miembro alzarse de nuevo dispuesto a dejarle correrse una vez más aquella madrugada.

Los ojos de Seung recorrieron el cuerpo pecaminoso de Ji, casi como un psicópata. Comenzó las embestidas fuertes y duras, como se las merecía el pequeño cabrón bajo él, mientras con la punta de sus dedos recorría el camino que hacían los diamantitos brillantes desde sus costillas, entre su pecho, hasta llegar alrededor del precioso cuello que no tardó en apretar con saña, sabiendo que aquello volvía loco a Ji.

Las embestidas se volvieron más violentas cuando el rubio separó sus labios en búsqueda de oxígeno, dejando caer el plug al suelo.

Ambos escucharon el “crack” que hizo el cristal de este al quebrarse, pero no le pestaron demasiada importancia. El menor llevó ambas manos al brazos llenó de venas que sostenía su delicado cuello que de seguro para ese punto estaría marcado por la enorme mano ajena.

-Se..Seung…

Ji cerró sus ojos, y el mayor al darse cuenta de que en verdad le costaba trabajo respirar al menor le soltó aquel erótico agarre. El rubio suspiró hondo y, como si aquello le hubiese liberado por completo, sintió su vientre humedecerse de su propia esencia.

Dios, no se había tocado.

Y, Dios, había sido tan intenso.

Choi salió de él y le obligó a regresar a la posición inicial, pero el pequeño cuerpo de Ji no pudo mantener el delicioso culo alzado, sus piernas temblaban, pero Seung le alzó las caderas para volverle a penetrar.

-Ah, ah.. Papi… ¡No más! -Rogó con los ojos llorosos del placer, arqueando la espalda involuntariamente por la ligera cosquilla que aquella posición le causaba en el coxis.

El mayor se inclinó para besar la nuca ajena, dando una última embestida antes de correrse en lo más profundo de ese perfecto culo. - ¡A..Argh!

Le dio una fuerte nalgada y se retiró para observar, mareado por las sensaciones, como su semen escurría por uno de los muslos de Ji, quién había quedado básicamente noqueado sobre la mesa.

Seung se inclinó y dejó un beso en sus glúteos, sonriendo al escuchar la risita de su bebé, quien se llevó un par de dedos entre las nalgas para sentir la exuberante cantidad de semen que se le escapaba. - Peaches and cream.. -Murmuró, volviendo a reír junto al mayor que le dio un beso más en el culo antes de ponerse de pie para cargarle sin esfuerzo.

-Hora de dormir, precioso.


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