Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Promesa de vida, rota en una noche. (YuriOnIce) por Roronoa D Hinata

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Está vez tengo mucho que decir y que agradecer pero, de momento daré explicaciones sobre el capítulo.

En este capítulo desidí enfocarme en las ideas de Victor, me fue un poco complicado pero espero tener un resultado favorable. Empieza con una narración de un recuerdo de Victor y continua con el caminando por la casa. Procuré retomar algunos detalles de capítulos anteriores, sin mas que decir de momento. 

Gracias por seguir leyendo.

---

 

 

Aquella mañana la familia se encontraba de luto, la gran mayoría eran conscientes de la situación… Situación que… En vez de hacer más tolerable le dolor, hacía más y más grande esa herida.

Una mujer como ella no merecía esto.

Un joven paseaba su platinada cabellera en los amplios pasillos de la casa Nikiforov. Sus pisadas eran toscas e inquietas. Cabizbajo, ocultaba su mirada tras la larga melena. Llegó a la habitación principal, la puerta se encontraba medio abierta. Era su oportunidad, necesitaba hablar con él, con el hombre que le había dado la vida. De repente, justo cuando estaba a punto de tocar el picaporte...

Un doloroso y cortante gemido se escuchó, acompañado de un llanto desgarrador.

El joven se detuvo en seco, reconocía aquellos sonidos. Era su padre quien lloraba… El entendía ese sentimiento. Ambos acababan de perder a la mujer más importante de sus vidas.

El siempre lucía como un hombre fuerte y lucía ligeramente indiferente ante lo que sucedía… ¿Quién mejor para entender a su padre, que su propio hijo? Quien todo el tiempo lo veía, veía a aquel hombre que lucía bastante ocupado; a pesar de ello, siempre encontraba un espacio para su familia.

Era un hombre admirable y difícil de alcanzar. Todos esperaban que el fuera igual a su padre; solo que nadie pensaba en la carga que el chico llevaba en sus hombros por tratar de alcanzar a alguien como él.

Que tonto había sido.

Solo eso resonaba en sus pensamientos. ¿Cómo pudo pensar que a su progenitor no sentía nada?

Poco a poco su cuerpo cedió a la gravedad, dejando caer su peso en las rodillas, estaba cansado de fingir, estaba cansado de fingir que no le dolía. No estaba seguro si era correcto entrar, su padre necesitaba a alguien fuerte y Victor también.

Esta vez ninguno de los dos cumplía con los requisitos.

Quizá las cosas empeorarían si entraba…

Quizá las cosas serían más fáciles si evitaban afrontarlo…

No tenía sentido. Él quería apoyar a su padre, pero le faltaba la voluntad para hacerlo. Optó por dejar a su padre llorará tranquilo y en silencio. Victor era consciente de su dolor y dejó caer unas cuantas lágrimas, que poco a poco se desvanecían.

Aún era débil, se sentía impotente. Se sentía inútil ante el dolor.

Estaba decidido, protegería a su padre, era una promesa.

Mientras más lo pensaba, sería mejor evitar darle problemas a su padre. Pichit y Yuuri aún eran niños. Sería difícil tratar con ellos, tendría que enfrentarlos algún día. Su madre quería protegerlos y Victor cumpliría con eso. Debía ser fuerte, ahora no solo era por la casa Nikiforov. Tendría que ser el pilar de la familia algún día, tendría que cuidar de todas esas personas.

Aquellos varones quienes sufrían separados por una puerta, se encontraban atados por la sangre y por el amor a la misma mujer.

Aquel amor que se definiría con una simple palabra con un enorme significado, Ágape.

Las noches pasaron, los meses pasaron, los años pasaron.

Victor se convirtió en el hombre que tanto esperaban. Educado de manera distinta que los demás; aun así, afectado por la sociedad, quien ahora solo se dedicaba a etiquetar.

Omegas, betas y alfas.

Poco a poco el joven muchacho se sentía más y más podrido. Era otro más del montón.

Los recuerdos fluían continuamente por su cabeza, lo perseguían a donde fuera, recordándole que podría ser cada vez más infeliz… A no ser…

—Victor, ponte los pantalones por favor.

Un pelinegro lo bajo de su nube, un joven quien estaría cumpliendo dentro de poco su quincuagésimo aniversario. Lucía frío, era estricto, algo directo… Pero por dentro, era una persona dulce y consentidora.

Victor conocía esa naturaleza y lo hacía sentir especial.

Siempre lo observaba con detenimiento, esta vez sus ojeras eran mucho más notorias. El nombrado jovencito se acercó a la ventana y abrió la cortina de golpe. Su piel se veía extraña, no parecía estar durmiendo lo mismo y la luz lo confirmaba.

A veces se sobre exigía.

Victor estaba cerca de los diecinueve años, sus responsabilidades crecían con el pasar de los días.

En ocasiones se sentía solo, muchos creían que él era una especie de dios, siempre lo tuvo todo…

Ahora él era catalogado como alguna vez y al día de hoy lo fue su padre. Esa figura inalcanzable, esa figura intocable que ahora, conocía el peso que llevaba.

….

 

 

 

 

(Victor)

Comencé a reír, estaba feliz de estar cerca de él, lo tomé de la cintura y lo abracé.

—Yuuri estas engordando.

Me miró con recelo. Estaba haciendo pucheros, era un chico normal, cuando los nervios se apoderaban de él solía subir de peso.

Me agradaba hacerlo enojar. Sobre todo, cuando estábamos solos. Me encantaba pasar el tiempo con Yuuri, pero ahora solo era un recuerdo más… Un recuerdo que permanecía en mi mente y sabía que no podría repetir.

Caminaba por el pasillo, repasando algunos recuerdos que sin duda o en su gran mayoría, Incluían a Yuuri.

A veces no comprendía. Todos lo admiraban, era una persona importante para la casa. Era feliz viéndolo crecer, aprendimos juntos y a pesar de que le pedí que dejará de servir a la casa para estudiar, él se negó. Era bastante terco, en eso nos parecíamos mucho.

Lo que no entendía, era ¿Por qué Yuuri seguía aquí?

Era extraño, pensaba que sería temporal y a pesar de que en el fondo no lo quería dejar ir… Esperaba que siguiera su propio camino.

Estaba nervioso, me encontraba en un limbo del que no podía escapar. Tenía que elegir entre mi familia y Yuuri, quizá para muchos la respuesta sería fácil. Simplemente no podía dejar a mi padre así o a Yuuri así.

No era fácil hablar de mi padre, entendía que a veces era cortante, era un tanto oportunista, pero también era humano. No por nada mi madre lo había elegido como su pareja. Muchos creían que era un matrimonio arreglado, que la alfa más elegante y hermosa de todas se encontraba con un alfa de alto estatus.

No era tan fácil.

Ambos sufrieron antes de poder estar juntos, era una linda historia. A pesar de todo ellos no presumían su relación, simplemente lo demostraban y yo era prueba de ello.

Mi padre era bastante estricto y sus muestras de afecto eran… ¿Indirectas?

Un hombre los suficientemente ingenioso para hacer cosas por otro sin que estos se dieran cuenta. Seguramente mi madre lo notó, sin apariencias, todo era real. Sabía que aquellas fantasías eran reales, esos cuentos del felices para siempre.

Aún con ello, mi “Historia” no concordaba con ese estereotipo.

Un omega que, por razones del destino se encontraba con un alfa quien resultaba ser su pareja destinada y con el tiempo eran unidos por un vínculo.

¿Dónde quedaba ese cliché?

Me trague tanto esa historia que me confíe. Me dejé llevar por esos cuentos y no vi lo que tenía en mi nariz. Me repetía insultos a cada segundo ¿Por qué tuvo que terminar todo así?

Mucha gente solo veía el exterior; solo se dedicaba a ver a aquel alfa que tanto alababan, esa familia perfecta que se encontraba en la cima. ¿A quién queríamos engañar?

Éramos más que eso, cometíamos errores juntos, hacíamos tonterías y sufríamos. Mi familia no solo era mi padre. Eran las bases que mi madre había forjado, incluso el apoyo que mi padre le dio a la señora Babicheva. La gente decía que era mero negocio lo que mi padre hacía. Fue más que eso, ayudo a la familia de Mila y les dio una nueva oportunidad. Mi madre seguramente deseaba la felicidad de mi padre.

Éramos problemas y locura, esfuerzo y trabajo. Todos miraban lo que hacíamos como si fuese fácil, pero implicaba trabajo, gran parte del mérito era debido a Yuuri.

Seguía meditando, paseaba por los pasillos dirigiéndome a aquel lugar. Pasé por la biblioteca, donde miré el gran tablón de madera.

Yuuri… Suspiré.

En realidad, la tranquilidad que me daba estar con él no tenía comparación.

En una ocasión me acompaño durante la noche, estuvimos sentado frente a frente a pesar de ser su día libre. Únicamente una lámpara alumbraba nuestros rostros. Él estaba leyendo un libro. Ahora no recuerdo el nombre, pero se veía bastante centrado.

Trataba con unas cuentas de la empresa de mi padre. Me divertida observar sus expresiones. Cambiaban de manera entretenida conforme seguía leyendo, estaba tan centrado en ello que me ignoraba por completo.

Sabía de una forma u otra que Yuuri era preciado para mi padre. Era importante para mi madre y tenía muchas virtudes en la que mi madre lograba destacar. Mi padre nunca se lo comentó a Yuuri, era estricto, pero jamás se atrevería a tratarlo mal. Actuaba como su padre en ocasiones y solía llamarle la atención de vez en cuando.

Nunca lo hizo frente a Yuuri, mi padre siempre presumía de su mayordomo principal. Era uno de sus más grandes orgullos.

Era curioso verlos juntos, recurría constantemente a él en ocasiones. Yuuri era bueno a analizando las situaciones, de vez en cuando pedía su opinión. En cierto modo, el representaba a los clientes de mi padre, en específico a los omegas. Buscábamos tener una empresa abierta para todos. Sin embargo, no siempre nos lo permitía la sociedad. 

Mi padre quizá no estaría contento con la noticia que le daría, pero estoy seguro de que no sería capaz de lastimar a Yuuri. Probablemente se molestaría y me diría miles de veces:

 “Te lo dije”

Lo repetiría sin cesar hasta que encontrara una solución. Jamás me gustó la idea de etiquetar a la gente de esa manera. No solo era un “género”, poco a poco se volvía una forma de vida.

Para mí era complicado tratar con la gente, los alfas eran en su mayoría nefastos, pero nosotros mismos teníamos la culpa. Eran pocos los alfas que se ganaban el respeto de la gente, eso explicaba porque eran pocos mis amigos.

Tendría que pensar en que hacer con la familia de Camille. Esto sería lo más complicado. Era la cereza en el pastel. No me preocupaba ella del todo. Me preocupaban las represalías.

¿Qué debería hacer?

Era consciente de que se lo tomarían a mal. Dejar a una alfa como ella por un omega.

Era uno de los mayores pecados en este mundo, si de verdad existía el destino ¿Por qué la gente se molestaba con ello?

Era consciente de que los ataques no serían totalmente dirigidos a mí, sino a mi padre. Pero, si era un hombre lo suficientemente competente, podría arreglar las cosas.

Podría cumplir mi promesa. Podría proteger a mi padre.

Seguramente el chico Plisetsky pensaba que era un idiota, un idiota que no sabía lo que quería. Puede que él no fuese el único que lo creía.

Después de pensarlo mucho, si sabía lo que yo quería. Lo que no sabía era cómo demostrarlo. ¿Quién debería ser en este caso? ¿De vería ser un alfa? ¿De vería ser la cabeza de la familia Nikiforov? ¿Debería ser un buen hijo? ¿O debería ser un buen padre?

Estaba confundido, seguía pensando todo esto, al fin había llegado al jardín. Todos esos recuerdos y pensamientos de camino para acá me habían revuelto el estómago. Me sentía agotado de la misma rutina.

¿Yo pedí que esto pasará?

¿Quería que las cosas fueran diferentes?

¿Yo quería que se rompiera la rutina?

Bien, ahora lo tenía.

¿Qué más necesitaba?

Me posé frente a las rosas. Estaban hermosas, pero lucían tristes. Siempre con esa belleza y aun así aparecían que era el peor día de sus vidas. Parecía que extrañaban a Yuuri.

—Creó que no fui el único que pensó en venir

Miré a la entrada del jardín.

—Padre…

No estaba muy seguro ¿el destino me sonreía? ¿o acaso me odiaba?

—Tenía rato que no te veía aquí.

Me temblaban las manos, ésta era mi oportunidad.

—Victor… ¿Quieres explicarme con sinceridad que paso con Yuuri Katsuki?

Maldición…

Tragué saliva.

—¿Lo sabes?

Con una sonrisa pícara me sonrío.

—¿Crees que no notaría el extraño olor de un chico al que conozco desde niño? ¿acaso crees que no me percataría que mi hijo, quien siempre replicaba cuando le pedía que se alejará de cierto omega, repentinamente no dijera ni una palabra?

Me dejo sin palabras.

—Me subestimas jovencito.

Algo en mí se tranquilizó.

—Bien… Sabía que esto pasaría…

 Estaba un poco confundido. Si el ya lo sabía, ¿Por qué no dijo nada?

Tuvimos un momento de padre a hijo, a pesar de la duración… Me sentí reconfortado.

Le platiqué lo que sucedió, omitiendo ciertos detalles por obvias razones. Se dedicó únicamente a escucharme, haciendo gestos ocasionales y haciendo preguntas poco recurrentes.

Suspiro y me miró a los ojos.

—Ya es hora de que tomes tus propias decisiones.

Hizo una pausa y se quedó mirando las rosas.

—Quizá no era como yo lo quería, pero tu madre quería que fueras feliz a cualquier costo. Prometí que te protegería siempre. Me las arreglaré según la decisión que tomes, pero tendrás que afrontar los problemas y consecuencias bajo tu propio riesgo. Ya eres un adulto Victor.

Me echó una última mirada y se retiró.

Espere unos momentos hasta que deje de oír sus pasos. Me sentía mal por dejar a Chris de esta forma, pero necesitaba meditar esto solo.

Recuerdo bien aquella vez cuando niño.

Mi madre me pidió aprovechar cada momento. Me dijo que un día encontraría el amor, cuando le pregunte que debería hacer solo me dijo. —No necesitas buscar a las mariposas, solo necesitas cuidar del jardín y ellas vendrán a ti

Ahora entendía a lo que se refería, pero no sabía que esa mariposa cuidaba del jardín en mi lugar.

Un peso había caído de mis hombros, mi padre de alguna forma entendió lo que había pasado. Era cuestión de pensar cual sería mi siguiente movimiento.

Era mi decisión…

¿Pero Yuuri estaría de acuerdo con ella?

Era al que menos quería lastimar.

Debía ser un tonto, algo en mi sentía que no lo estaba dando todo por Yuuri, ¿Tenía que dejarlo todo de lado para estar con él? Tendría la oportunidad de estar con el gracias a mi padre…

¿Qué me preocupaba con exactitud?

Lo pensé un buen rato, trataba de serenar mi mente, pero me era difícil. Ese olor a jazmín solo me recordaba a Yuuri… Lo extrañaba en muchas maneras…

Me preocupaba el vínculo, me preocupaba la salud de Yuuri, las posibilidades de formar una familia, las medidas que tomaría la familia de Camille, me preocupaba que esta vez tomaría una decisión que marcaría no solo el futuro de Yuuri y el mío, sino del bebé que venía en camino…

Pero…

Era muy probable que tuviera miedo que él no quisiera regresar…

Tenía miedo de perder a Yuuri.

----

Notas finales:

Rezó por que el capítulo fuera de su agrado, estoy agradecida con las personas que han votado y comentado en esta semana. He estado muy ocupada y mi cuerpo ya no reacciona muy bien por las tardes.

Victor tuvo un gran impacto en mi como personaje, espero por lo menos darles una pequeña parte de esa personalidad que tanto me agrado en la serie.

Ahora si viene mi letanía. 

Espero lo lean hasta el final.

Tengo dos cosas que mencionar esta vez. Publicando mi historia también en otro sitió. Recibí una ayuda muy grata que me encantaría agradecer públicamente, solo que no mencionaré el nombre sin su autorización. 

Se ofreció a ayudarme con mi redacción y gramática, ha sido de mucha ayuda y jamás espere toparme con alguien así. De corazón y por milésima vez gracias.

Tocando otro punto, no publiqué el martes debido a que no me sentía con ganas de escribir. El fandom de Yuri on ice es de los más lindo con los que me he topado, pero en ocasiones suceden cosas que desatan las tormentas de arena. Con esto me refiero sobre los audios del museo, me duele un poco saber que se crearon rumores sobre el audio de Chris y Victor, donde según varias fuentes no fue verdad y solo se dijo para causar polémica y para recibir visitas.

Estoy segura que la gran mayoría del fandom no es así pero, no me gustan ver las peleas donde se insultan y acaban metiendo en problemas a personas como Kubo o Sayo. Ellas dijeron que cada quien podía creer lo que quisiera para evitar estas peleas. Sólo lo escribo con intensión de que al menos unas cuantas personas consideren lo que dice antes de comenzar una pelea.

A veces este tipo de peleas acaban hartando al autor y haciendo que haga su historia sin la misma pasión con la que empezó. Me paso con el fandom de Bleach y no quiero que le pase lo mismo al fandom de Yoi. Quizá esto no tenga importancia para muchas personas, pero para mi lo es. 

Después de todo también parte de mis lectores forman parte de este fandom.

Gracias por tomarte la molestia de leer el episodio y leer hasta el final esto.

De corazón, gracias.

 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).