Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Promesa de vida, rota en una noche. (YuriOnIce) por Roronoa D Hinata

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola, disculpen la tardanza!


Esta vez el capítulo lo hice un poco más largo... pronto subiré la otra parte.


Espero y se entienda, esta vez la narración será hecha por tres personajes,


Yuuri, Victor y Yurio.


Espero les agrade....

...

(Yuuri)

Estaba más que confundido. Estaba asustado de Victor y sumamente feliz de que Yuri llegará. Por desgracia este incidente terminaría arruinando todo lo que estaba planeando. Mi cabeza me dolía de solo pensar todas las posibilidades.

-Espero que Yurio esté bien.

Hiroko-san había salido hace unos minutos para reanudar sus tareas. Me ordeno no salir hasta que Nishigori me diera permiso.

Decidí tomar nuevamente una ducha, una ducha helada. Estaba esperando que así mi mente se despejase. En eso escuche unos pasos en mi habitación. Podría ser Nishigori, pero no era normal que el entrase sin tocar.

Oí como se abría la puerta y entre en pánico. Olvide poner el seguro de la puerta.

Estaba asustado y muy desubicado, cerré los ojos, esperando que nada saliera mal de esto. Escuché que abrían la puerta, pero no escuche que siguieran caminando dentro del baño. Me animé a abrir los ojos. Miré a la puerta y entre el pequeño hueco de la puerta pude ver Yurio quien solo evitaba mirar adentro.

-Prepara tus cosas. Nos iremos mañana temprano.

Cerró la puerta sin escuchar si quiera una palabra mía.

¿Irme? ¿En serio me iría con Yurio?

Cerré la llave del agua, mis ojos se enfocaban en la pared del baño. Unas gotas de humedad resbalaban por mi cuerpo y en el muro de azulejo.

¿Qué está pasando?

Hace unos días todo era normal… ¿Quién estaría cuidando de Victor si no soy yo?

Salí del baño y comencé a vestirme. Estaba muy asustado de todo lo que pasaba, podía sentí como me temblaban las manos y las piernas.

¿Qué haría si la familia de Yuri no me aceptará? ¿En dónde acabaría? ¿Cómo le diría al señor Nikiforov que traje a un chico a su casa y todo termino de esta manera? ¿Qué diría Victor de todo esto? ¿Dónde quedaba yo en este caso? ¿Qué acaso Yuuri no tenía derecho a elegir? Pero… ¿De verdad tenía la opción de negarme?

Tenía miedo de regresar a la calle.

Una imagen en mi mente detuvo mis demás pensamientos.

¿Cómo sería capaz de romper mi promesa con la señora Dasha?

Me coloqué el saco y mientras lo abrochaba, salí de mi cuarto a toda prisa. Me tope de frente con Pichit.

-Yuuri… tus lentes.

Me regresé al cuarto los tomé, los mire unos segundos antes de volver a ponermelos. Estaba tan distraído que los olvide por completo.

Cuando volví a salir noté que Pichit no tenía esa alegría y esa positividad que tanto lo distinguía.

- ¿De verdad te tienes que ir?...

No sabía cómo responder, ni yo se la respuesta…

-Perdón.

Solo ignoré la pregunta y seguí caminando a la cocina. Tenía que seguir con las tareas, quizá de esta manera dejarían que me quedará… ¿No?

Agh… ¿A quién trato de engañar?

Quería buscar a Yurio y preguntarle qué ocurrió cuando me fui. Caminaba a la cocina cuando me topé con Nishigori. Seguramente me regañaría. No detuve mi paso, quería evitar hablar con él y así fue. El solo miro a la pared del pasillo y yo seguí. Llegué a la cocina y no encontré a nadie. Me detuve un segundo en el lugar donde siempre me sentaba, ese lugar que siempre estuvo reservado para mí en esta casa. Conforme lo pensaba, cada vez sentía más la necesidad de hablar con Victor y de todo lo que sucedería a partir de hoy.

¿De verdad él no podía estar sin mí? Él ya era un adulto… era él o era yo el que no queríasoltarlo..

Pedirle disculpas por no cumplir mi promesa. Tomé una bocanada grande de aire, erguí mi cuerpo y a un paso firme seguí caminando hacía su habitación.

¡Aclararía todo esto! ¡Estaba decidido! ¡Estaba preparado para enfrentarme a Victor más que nunca!

Estuve a punto de sujetar la perilla cuando mi memoria me hizo una mala jugada y recordé el instante en que yo no podía hacer absolutamente nada frente a un alfa como Victor. Cuando Yurio tuvo que venir a mi rescate.

Tomé aire otra vez y abrí…

No había nadie. Cerré la puerta nuevamente y al voltear Yurio estaba detrás de mí. Me asuste, pero me sorprendió la cautela con la que había llegado.

-Estaré contigo, me haré responsable de lo que hice.

Me sentía en shock, de alguna forma sabía que él lo hacía con sinceridad, sonreí y lo abrace, estaba asustado, tenía miedo, quería estar lejos de los problemas y solo me podría tranquilizar en los brazos de Yurio. El correspondió a mi abrazo algo dudoso, poco a poco sentí como me apretaba más y más fuerte.

Hable con Victor, parece que entendió que era necesario esto.

¿Victor?

-Está de acuerdo en que te vayas conmigo, al igual que su padre.

Me aferre más y más a él.

-Supongo que prefieren deshacerse de los problemas…

Pero no puedo creer que Victor dijera eso.

Ahora me sentía estúpido.

 ¿¡Pero que esperabas Yuuri!?

Solo pude enterrarme más y más en el pecho de Yurio… Jamás creí que esto terminaría así.

 (Yuri)

-No podía ser duro con él, estaba confundido como yo, pero nos tendríamos el uno al otro…

No podía darle la espalda como me la dieron a mí, de esa forma solo provocaría que lo lastimaran. No permitiría que alguien que me dio la mano cuando más lo necesitaba, saliera herido de esta manera.

Estaba más que furioso con los Nikiforov, en especial con el anciano bastardo y su estúpido hijo. Yuuri no era un estorbo, era un ser humano, omega o no, él era un ser humano.

Aun me preguntaba cómo decírselo a mis padres, no estaba muy seguro de poder hacer bien las cosas, pero ya no estaba comprometido y probablemente estaba preocupados por eso.

¿Qué les diría?

“~ ¡Miren! ~ ¡un omega me recogió de la calle y por casualidad acabe mordiéndolo!”

¡¡¡NO ME JODAS!!!

Tendría que ser bastante firme y directo, pensar bien las cosas. No quería preocuparlos, ni lastimar a Yuuri. Haría lo posible por que él se fuese sin ver a esos hombres.

Quizá Yuuri no era el mejor, pero estaba seguro de que mi madre me apoyaría y a fin de cuentas Yuuri y yo podríamos estar juntos. Mi madre era una beta con carácter de alfa. Estaba casi seguro de que apoyaría mi decisión; aun pareciendo una mujer tan fría, era alguien bastante sentimental. Tenía que hacer lo posible, tenía que protegerlo.

El señor Nikiforov me pidió no hacer nada inapropiado en su casa. Podría pasar la noche aquí y mis padres vendrían en la mañana. Lo apropiado había sido irnos antes, logré negociar con él, quería que Yuuri se despidiera de sus compañeros y tuviera tiempo de empacar correctamente.

Me presto un teléfono para contactar a mis padres.

Les acabe mintiendo a ambos.

A mis padres les dije que los Nikiforov me habían hecho el favor de cuidarme, cosa que era en parte cierta. Al Señor Nikiforov y a su hijo les dije que había llegado lejos con Yuuri. No era verdad, nos detuvimos antes. Algo me decía que, si no lo hacía, probablemente las cosas se habrían complicado aún más…

No conocía a los Nikiforov, solo de nombre. Era imposible para mi pensar que Victor Nikiforov, el hombre que tanto oía hablar maravillas, era cuidado personalmente por un omega…

Para mí era normal que un beta cuidará de las cabezas de la familia, era mal visto ver a un alfa y a un omega juntos. Sin embargo, no creo que nadie notase la naturaleza de Yuuri a simple vista

El acuerdo era llevarme a Yuuri conmigo y fingir que nada de esto paso. Alejarme de las visitas de esta tarde y evitar todo tipo de rumores. Les importaba más la reputación que el bienestar de Yuuri. No podía dejarlo con personas así.

Solo eran otros alfas que se creían superiores a los demás.

Lo pensaba, lo pensaba y seguía sin entender, ¿Qué ganaban con tener a Yuuri tan cerca de Victor? ¿Sería posible que él se encargará el apetito sexual del famoso Victor? Yuuri no parecía ese tiempo de persona, en mi mente era difícil concebirlo así, aun con tan poco tiempo de conocerlo.

La fama de “semental” de los Nikiforov había llegado hasta mis oídos… Yuuri no parecía experto en ello en lo más mínimo… lucía asustado en su lugar. ¿Así actuaban todos los omegas?

No sabía nada de Yuuri, ni de esta familia. Algo me decía que no era correcto dejar a Yuuri junto a Victor…

¿Era Yuuri mi pareja destinada?

No entendía su relación en lo más mínimo. Victor no aparecía alguien que tuviese fetiches, quizá lo juzgaba mal… Solo se me ocurría que le gustaba jugar con Yuuri.

Me perdí en mis pensamientos…

Deje de abrazar a Yuuri y lo tome de las mejillas, unas lágrimas brotaban de sus ojos. Parecía un cachorro de esa manera. Sus lentes estaban empañados. Comencé a jugar con sus mejillas, el solo me miraba con esos ojos vidriosos y con esa expresión tan inofensiva.

Se veía bastante tierno, me preguntaba quién era el adulto en este caso.

Suspire.

-Te ayudaré a guardar las cosas, ¿todo está en tu habitación o necesitas que te ayude llevando algo más?

El no quitaba esa cara… estaba a punto de golpearlo si seguía así.

Solté sus mejillas, le retire los lentes y los limpie con la ropa que traía puesta, se los coloque de nuevo y note el enrojecimiento en sus inflamados cachetes. Seguía con su mirada en mi cara, se estaba volviendo incomodo… Con mi dedo índice y el pulgar le solté un golpe con en la frente.

-Perdón yo… Necesito ver a mi familia y despedirme.

¿Familia?

Entendí a lo que se refería. De verdad era alguien completamente diferente a lo que esperaba. Mi primera impresión fue que estaba cerca de un confiado estúpido, de esas personas de las que “les toman el pie en lugar de la mano”. Luego me di cuenta que era alguien recto y de fuertes principios.

Las cosas no son lo que parecen… Espero equivocarme con los Nikiforov… Si seguía así me traerían problemas graves…

 

(Victor)

Estaba en completo shock. Mi cuerpo me pesaba y me empezó a doler la cabeza.

-Mila, saca a los demás de aquí. Ustedes dos diríjanse a la sala de estar. No quiero que nadie se acerqué a menos que yo lo ordene. ¡Yuuko! Eres la encargada de eso.

Mila estaba temblando, se llevó a Yuuko y Pichit de ahí.

Estábamos sentados en la sala de estar. El mocoso tenía una postura bastante arrogante, eso solo era señal de problemas.

- ¿Tienen algo que decirme?

El asunto era serio.

- ¡Padr…!

-… A sumo la responsabilidad de esto.

Me interrumpió el rubio antes de terminar. Era bastante agresivo y directo.

-Bien… ¿Por qué dices eso?

El chico bajo la mirada al piso y dijo bastante serio.

-El día de ayer Yuuri me ofreció pasar la noche en la casa debido a mi situación. Por motivos personales acabe fuera de casa. Cuando estaba a punto de dirigirme a la cama Yuuri entro en mi cuarto. Las cosas se salieron de control y termine formando un vínculo con él.

¿Yuuri estaba marcado por él?... ¿C-cómo era eso p-posible? Mi cuerpo sintió una descarga eléctrica recorriendo mi cuerpo, al punto que no me respondía. Mi estómago se retorcía y me sentí mareado, con náuseas y más enfermo que nunca. Quería fingir que esto no estaba pasando.

- ¿Qué tan lejos llegaron?

Lo miraba esperando una negativa, rezaba porque así fuera… Cada segundo que el guardo silencio me causaba estragos en el estómago.

Asintió.

Quería despertarme en este instante. No soportaba el dolor de cabeza. Algo en mi interior pedía a gritos que fuese mentira. La desesperación, ansiedad, angustia, dolor, rencor, confusión y todo lo existente llenaron mis pensamientos. Sentía como en mi interior algo se desgarraba.

-Esto será un problema muy grande… El celo de Yuuri no estaba muy cerca, es probable que el este bien…

-En realidad tuvo problemas con su celo el día de ayer, por eso no asistió conmigo a la junta.

No sabía de donde había sacado las fuerzas para hablar, mi garganta se estaba secando, no entendía nada de lo que pasaba. Solo podía pensar en el collar de la mañana y en que podría a ver evitado que pasará.

-Entonces estamos en problemas… Victor te advertí sobre esto, afortunadamente no fuiste tú el que lo hizo…

- ¿¡AFORTUNADAMENTE!? ¡¿Qué le hace creer que Yuuri es una especie de desgracia o infortunio?!

Mi padre rio levemente.

-Es un omega, a estas alturas y con el compromiso de mi hijo, habría arruinado el trato que tenemos en pie. Hubiese sido un estorbo.

Estaba temblando, nunca había estado ansioso de esta manera. Su agresividad aumentó, en especial en su tono de voz.

- ¡Bien! Le propongo algo, si me deja llevarme al “ESTORBO” sin objeciones, no diré nada sobre esto, me encargare de lo demás.

Mi cabeza no lo soportaba más. Mi padre, lucía bastante interesado en el rubio.

- ¿Exactamente como piensas hacerlo? ¿Qué clase de poder tienes para que yo pueda confiar en tu propuesta?

Me puse de pie para dirigiré al baño, estaba a punto de vomitar. Quería tomar un poco de aire cuando alcance a escuchar:

-Soy el heredero de la familia Plisetsky.

 

 

 

Iba en camino a la oficina de mi padre, en uno de los autos de su empresa. Estaba perdido viendo por la ventana, aun con el sol en todo su esplendor, algo me hacía odiarlo.

-Ese chico rubio tiene bastante coraje, supongo que el señor Yakov lo está haciendo bien, aunque… ¿escapar de casa?… ¿No es algo precipitado?

No tenía ganas de responderle a mi padre. A mi parecer, acababa de vender a Yuuri al enemigo para poder evitar conflictos. Estaba enojado con él, pero estaba más enojado conmigo por no decir absolutamente nada.

-Victor, es hacer esto es lo correcto.

¿Qué era “Hacer lo correcto” en estos momentos?

No estaba seguro, solo pensaba en lo que diría mamá.

¿Qué hubieras hecho tú? ¿Habrías dejado que se levaran a Yuuri de esta forma?

 

 

(Yuuri)

Preparaba mis cosas, Yurio estaba ayudándome con las cosas. Comencé a sacar algunas cajas que tenía guardadas y a revisarlas.

-De verdad tienes únicamente trajes y tus uniformes de trabajo.

Me di la vuelta y lo miré. A pesar de lucir bastante delicado hacía movimientos muy bruscos y tenía mucha presencia… Era muy ruidoso. Definitivamente era un alfa.

-Yuuri…

- ¿Qué ocurre?

-Aún no sé nada de ti.

En efecto, él tenía razón… Me puse de pie he hice una reverencia hacía el.

- Gusto en conocerte, mi nombre es Yuuri Katsuki, soy originario de Japón; crecí, fui educado y criado en esta casa por la señora Dasha Nikiforov; trabajo de mayordomo, mis mejores amigos y familia trabajan aquí, me gusta la jardinería y el servicio. Mi comida favorita es el katsudon, no recuerdo nada de mis padres sanguíneos, me gusta leer en mis días libres, no tengo una preferencia musical, soy muy estricto con los horarios, subo de peso con facilidad… soy un omega y actualmente estoy en algún tipo de relación complicada con un tipo extraño llamado igual que yo.

Se me quedo viendo con una cara un tanto infantil y extraña. No pude evitar reír. Cuando deje de reír el solo hizo una mueca y suspiro.

-Supongo que es mi turno. Mi nombre es Yuri Plisetsky…

- ¡¿QUÉ?!

- ¡Oeh! Al menos déjame acabar…

Estaba sorprendido, Plisetsky… Había hecho citas para el señor Nikiforov con un señor llamado Yakov, a quien jamás he visto en mi vida, pero ese apellido era bastante conocido entre las empresas del señor Nikiforov.

Me miro molesto esperando que le dejará seguir.

- ¡Ah!... Perdón, perdón…

Suspiro nuevamente y continuo.

-Soy hijo único, criado por ambos padres y mi abuelo, me gusta todo lo que tenga estilo, no como la ropa que me prestaste. Nací crecí y me críe en Rusia, mi comida favorita es el pirozhki; le ayudo a mi padre a manejar su empresa, no tengo muchos amigos, me gusta escuchar música en mis ratos libres, soy un alfa, estuve comprometido. Ahora estoy metido en problemas con un mayordomo que actúa como si fuese un adulto, pero a pesar de su edad aun es un niño.

-Ja, mira quien lo dice…

-¡¡HAH!!...

Un golpe en la puerta interrumpió nuestra pelea.

- ¿Podemos entrar?

Era la voz de Yuuko… mi habitación era un desastre. Me daba un poco de pena que la vieran así. No podía negarme después de todo.

-Adelante.

Entraron Pichit, Nishigori, Yuuko, Hiroko-san, Toshiya-san y tres pequeñas sombras que se abalanzaron sobre mí. Sabía que las trillizas estarían bastante desanimadas si no me despedía de ellas. Yurio me dijo que nos daría tiempo y salió del cuarto.

Lo más difícil del día había sido la despedida, pero Yurio me dijo que me daría la libertad de verlos las veces que quisiera. Estuve un rato con ellos, Pichit fue por Yuri, el regreso y seguimos guardando las cosas. No eran muchas, pero pasamos un rato en familia. Ese era un recuerdo que no quería olvidar nunca…

Habíamos terminado cuando. Tos regresaron a sus labores y poco después Hiroko nos llamó para comer antes de que comenzaran a llegar las visitas.

Disfrute mucho de mi última cena con ellos, me dolía mucho pensarlo, pero lo disfrutaba como nunca. Justo cuando comenzábamos a recoger los platos, casi era hora de las visitas. Yurio se tuvo que retirar a mi cuarto, fui con él y me cambie de ropa rápidamente.

Me retiré y me despedí de Yurio, le presté algunos libros mientras estaba fuera.

Tenía que actuar como si nada, para evitar sospechas.

Me las tenía que ingeniar para desaparecer de un día para otro. Estaba en la entrada, uniformado y listo para servir.

Escuché unos pasos apresurados y enérgicos, abrí la puerta.

Entro el mejor amigo del señor Victor, quien gozaba de molestarme. Estaba por inclinarme como era costumbre, pero sus brazos no me lo permitieron.

-¡Yuuri! ¿Cuánto tiempo? ¿y Victor?

No tardo nada en empezar su típica rutina, apenas había tocado el vestíbulo y ya estaba tocando mi trasero.

-Lo siento señor Giacometti pero el día de hoy Victor llegará un poco retrasado y le agradecería que dejara de tocarme.

Me soltó y camino a dentro, colocándose al centro del vestíbulo con una mano en la cadera. Era algo extravagante, probablemente más que Victor.

-… Es extraño que él se atreva a llegar tarde…

Estaba en problemas…

-… Pero es más extraño que aún no te allá tocado, si fuera yo probablemente…

Ahí estaba, era una persona directa y agradable.

-Lo siento Chris, pero Yuuri tiene algunas cosas que hacer y no podemos retrasarlo más.

- ¡Mila te vez más linda que nunca!

Le agradecía mil veces a la señorita Mila por salvarme de esta, Christophe Giacometti era un alfa de clase alta al igual que la familia Nikiforov y fácilmente podría notar lo que sucedía si seguía cerca de él.

Junto a la señorita Mila subio a la sala de estar, mientras yo esperaba a los demás invitados y dirigía la casa Nikiforov por última vez.

Quería hacerlo mejor que nunca y dejar una buena impresión.

Escuche otro coche arribar al lugar, estaba muy nervioso porque las cosas se salieran de control. Abrí la puerta y pude ver a Victor. Estaba frente a mí, algo en mi estaba asustado, pero esta vez era diferente ¿Qué pensaría el de mí?

Me miro y sonrió.

-Me alegra que estés bien.

Se dirigió a la sala tranquilamente. Solo podía ver su escultural figura desaparecer por las escaleras… ¿Qué acababa de pasar? De todas las posibles reacciones que esperaba, esa estaba muy por fuera de mi lista. Ese era el Victor que conocía… ¿Cómo pude ser tan idiota?

- ¡Yuuri!... ¿Qué te ocurre?

Pichit se acercó a mí, no noté su presencia hasta después de que me hablo.

- ¿Estas bien? ¿Tienes fiebre?

¿Huh? De que hablaba, me sentía bien.

-Tu cara esta roja, no deberías forzarte tanto si te sientes mal.

Solté la puerta, coloqué de golpe mis manos en mi rostro, ¿de verdad estaba sonrojado?

-Katsuki, ábreme la puerta.

Era el señor Nikiforov, acababa de meter la pata…

Rápidamente abrí y me incliné.

-Disculpe señor, no se volverá a repetir.

-No es como si fueses a quedarte de todas maneras.

Sin mirarme me reprimió y siguió su camino.

Esas palabras, viniendo de él, eran una cuchillada en mi pecho. Siempre había hecho bien las cosas, en especial por que esperaba su aprobación y justo el día que me voy…

Sentí una mano en mi hombro.

-Gracias Pichit.

Me sonrió y se retiró.

Estaba preocupado por ellos, tendrían que adaptarse y soportar los caprichos de Victor, llevar ese apretado itinerario y organizar la boda. Hablaría con Pichit para darle los detalles y me disculparía con la señora Camille por tener que dejar mi trabajo repentinamente.

Me preguntaba como lo haría… ¿Qué le diría? Decirle que me despidieron heriría mi orgullo… Si la excusa fuese mi celo, podría regresar después de un tiempo y no tendría sentido… y decir que había decidido “tener una vida nueva” sería muy repentino y patético. Olvidé preguntarle a Yuri cual sería la excusa y yo no tenía una buena excusa planeada.

OÍ un par de tacones subiendo por la escalera. Estaba seguro de que era la señorita Camille. Sostuve la puerta y me incliné.

-Bienvenida a la casa Nikiforov, la esperan el señor Victor y los demás invitados en la sala.

No hizo ningún gesto y siguió caminando. Era una persona bastante arrogante. Una de las pocas ventajas de no estar aquí, era no volver a tratar con ella.

Solo me faltaba que llegará el señor Altin.

Justo cuando eso pasaba por mi mente, escuché una moto aproximarse.

El conductor se quitó el casco y bajo de la motorizada.

Un joven de buen porte, bastante masculino y bien parecido subió por las escaleras. Por su forma de caminar y presencia era definitivo que era un Alfa. Al llegar a la entrada se detuvo.

Yo me incliné.

-Bienvenido a la casa Nikiforov, mi nombre es Yuuri Katsuki estar…

Note que, si mano estaba frente a la mía, estaba confundido.

- ¿La vas a tomar o no?

Tomé su mano y apretó de ella.

-Mi nombre es Otabek Altin, es un placer Yuuri Katsuki.

Esto era muy extraño, jamás había conocido un alfa que hiciese ese tipo de cosas, mucho menos con un desconocido. Probablemente creía que yo era un beta; pero no se detuvo ni siquiera a pensarlo.

-Lo esperan en la sala de estar, permítame acompañarlo.

Subió las escaleras detrás de mí, estaba un poco nervioso. Traía el collar puesto. El probablemente se daría cuenta…

-No esperaba que el mayordomo principal fuese un omega.

Esperaba que por lo menos no fuese grosero conmigo después de saberlo.

-Me alegra que los Nikiforov no sean como los demás alfas.

Llegamos a la entrada, abrí la puerta y le cedí el paso.

-Gracias Yuuri.

Otra vez me estaba sorprendiendo, me trataba con total naturalidad. No parecía alguien presuntuoso o falso; de hecho, parecía serio… lo suficiente como para dar miedo. Estaba listo para seguir instrucciones del señor Nikiforov.

Estaban todos listos, no soy consciente de lo que hablarían en esta reunión, esto sería asunto suyo y ya no mío. El señor Nikiforov saludaba a sus invitados junto a Victor. La señorita Mila parecía nerviosa y algo sonrojada. Servía los aperitivos, cuando sentí una mirada en mi espalda. Seguí esa mirada y me topé con Camille, ella era conocida del señor Giacometti. No conocía su relación, pero cada que el comenzaba a molestarme era detenido por ella.

El señor Giacometti era como un niño en ocasiones, entendía por qué el y Victor se llevaban tan bien. Chris sería socio de Victor y al hacer este “trato”; como ellos llamaban a la boda, Chris también estaría involucrado.

La cosa era simple, ellos aparentarían ser una familia feliz, mientras Victor y Chris dirigían la empresa Nikiforov. El trato y beneficios eran justos para ambos. Por lo mientras, la familia Altin sería apoyada económicamente. Esto solo ocurriría si la señorita Mila aceptaba casarse.

Según entendí, la familia Altin tuvo problemas económicos a causa de tratos con otra compañía. Esta vez parecía que se asegurarían de evitar algún tipo de estafas por medio del matrimonio.

Se dedicaron a hablar de meros negocios, yo solo esperaba parado junto a la puerta. Era un poco intimidante para mi estar en un cuarto lleno de alfas, pero no era algo desconocido para mí. Casi todos eran de mi agrado y no parecía importarles que un omega los atendiera, obviamente estaban sus excepciones.

Cuando estaba a punto de concluir la junta y ya todos se estaba preparando para salir de la habitación, el señor Nikiforov toco el tema que rogaba todo el rato, se le olvidará.

-Camille, a partir de mañana otra persona se encargará de la organización de su boda, Katsuki dejará de servir a esta casa hoy por la noche.

De golpe todos voltearon a verme, estaban un poco impactados con la noticia, el único que evito verme a toda costa era Victor.

Chris me miro y miro al señor Nikiforov.

- ¿Puedo preguntar por qué?

No sabía cómo responder

-Será trasladado a otro lugar, no es necesario preocuparse. Me prometieron que cuidarían de él.

Sabía que esa declaración levantaría un poco las sospechas. Pero era la mejor forma de evitar preguntas innecesarias. El ambiente se rompió cuando un joven con pelo rubio y un mechón rojo abrió la puerta de forma brusca.

- ¡Señor Otabek, por que no espero el auto!

Era bastante joven, traía un uniforme de mayordomo similar al mío, le faltaba el saco y traía la camisa arremangada, llena de un líquido negro. El señor Altin parecía… ¿sorprendido? No estaba seguro…

-Se estaban tardando demasiado y ya era tarde.

El chico parecía enojado, miré al señor Nikiforov que parecía disgustado. Entendía esa reacción, tome al chico del hombro y le susurre que se detuviera y pidiera una disculpa por interrumpir. En efecto lo hizo y lo acompañe fuera del lugar.

Lo llevé a la cocina, mientras me aseguraba que la comida ya estuviera preparada, él se sentó en la mesa y recargaba la cabeza sobre sus manos.

Parecía deprimido, entendía que acababa de cometer un gran error que le costaría a su maestro arreglar. Me paso cuando niño, mientras acompañaba a la señora Dasha, ella fue muy amable conmigo en ese momento. Ella solucionó el problema, problema que no quería repetir y con el que Hiroko-san me ayudo a no volver a cometer.

-Descuida a todos nos ha pasado alguna vez.

Quito las manos de su cara y me miró.

-Yo solo quería hacer bien las cosas, el primer día que acompañara al señor Otabek tenía que ser perfecto y todo estaba saliendo mal. Primero el accidente…

- ¡¿Qué accidente?!

Él Lo decía tan tranquilamente…

-A pocas calles de salir de la casa Altin tuvimos inconvenientes con el coche, lo trate de arreglar junto con el chofer. Cuando me di cuenta, no había nadie en el coche y la puerta estaba abierta. Entonces entendí que fui muy tonto al dejar que el señor Otabek se retrasará.

Realmente estaba preocupado.

-No hiciste nada mal para ser tu primer día. Yo metí la pata varias veces en mi primer día. ¡Ni siquiera sabía que hacer!

El solo pensar en esos días me daba nostalgia, mientras más y más lo pensaba menos ganas me daban de irme.

Le pedí a Hiroko que le dieran ropa limpia y un lugar donde asearse, salí a la habitación para limpiarla mientras los invitados cenaban en el salón. Al entrar, me topé con Victor. Que parecía estar bastante distraído.

-Se supone que debería acompañar a sus invitados maestro.

Me miró seriamente.

- ¿De verdad te tienes que ir?

Tenía que evitar demostrar mi deseo de quedarme.

-Es lo mejor para todos.

- ¿Y qué hay de mí?

… Siempre me hacía esto… Eso me pasaba por consentirlo tanto…

-Victor yo…

- ¡O es que te importa más un tipo que acabas de conocer que yo!

Era como un niño en ocasiones, pero solo lo hacía conmigo.

-No, yo sol…

- ¡NO TE HE DADO PERMISO DE IRTE!

Otra vez, mi cuerpo no dejaba de temblar… No sabía cómo responder. Repentinamente se calmó y con un tono más dulce me dijo.

-… Perdón Yuuri, no era mi intención hacerlo… Es solo que no concibo seguir todo esto sin ti.

Me acerqué a él tomándolo del rostro.

-Victor puedes hacer muchas cosas de mí, eres un hombre capaz de todo… Es tu oportunidad de formar una familia y encontrar la felicidad.

Le sonreí y lo solté. Esta era mi forma de despedirme de él, pero si seguí con mis labores o esto se podría complicado.

Sentí su peso en mi cuerpo, me estaba abrazando…

- ¿Qué pasaría te pido que lo hagas conmigo?

...

Notas finales:

Aquí termina, espero continuar pronto...


Me fue un poco difícil dar a entender las relaciones entre todos y las actitud de cada uno sobre la situación.


Gracias por leer.


Ya se viene lo bueno.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).