Sin preámbulos Draco le cerro la puerta a las narices del Auror.
Con fingida calma, Draco se dirigió hacia Tomyn. Por su parte el pobre elfo estaba temblando de miedo a medida de que su amo se acercaba.
Draco se quedo unos segundos en silencio, para luego apretar los cachetes del elfo con sus palmas y exclamar en un susurro exagerado;
-¡¿Porque no me lo dijiste?!
-A-amo...D-Draco!...
Draco bajo al elfo para hablar consigo mismo.
-Es cierto, debí saberlo. Me estabas tratando de decir algo cuando bajaba las escaleras- se giro al elfo, quien trataba de decidirse si debía permanecer en su sitio o hacer algo útil- Tomyn... ya hablamos de esto.
La criatura lo miro con confusión.
-Debes decirme las noticias con precisión, no provoques alargues. No soy mi padre, no voy a asesinar al soldado mensajero.
-¿A-asesinar al soldado?¿Señor?
-No importa, solo tratada de...
-¡Amo Draco-!
-¡Dejame terminar!Trata de decirme las cosas en...
Antes de que pudiera terminar su sermón, un invitado inesperado estaba a solo cuatro metros de esa charla.
-!Malfoy¡
Draco se giro con sorpresa y termino su dialogo a nadie en general y bajando con derrota sus brazos.
-...en el momento...
Potter estaba sacando un pergamino de su túnica de auror, cuando el rubio volvió a girarse a su elfo.
-¡¿Porque no me lo dijiste?!
El elfo también dejo caer sus brazos con derrota.
Vaya complicación es esta, pero ya llegaremos a un acuerdo, antes que nada. Ese invitado tenia que irse inmediatamente.
Sin preámbulos, Draco saco su varita y elevo el cuerpo del salvador del mundo mágico hacia la salida.
-¡¿Que demo-?!¡MALFOY BAJAME EN ESTE INSTANTE!
Aun con su mano dentro de los bolsillos de su túnica, salieron fuera de la mansión. Draco se permitió cierto placer al dejarlo caer en el pasto.
Y mas placer aun cuando esta inoportuna persona se dirigía de regreso a su puerta solo para recibir un nuevo portazo en las narices.
Draco tenia muchas cosas que hacer como para ocuparse de eso.
Los gritos indignados de Potter se hicieron escuchar.
-!Me abres la maldita puerta en este instante, Malfoy¡
Tomyn no quería hacer enojar a su amo, pero su deber de elfo domestico le obligaba llevar al invitado sano y salvo fuera de las propiedades.
Salio hacia afuera, y se apareció a las espaldas del mago.
-Señor...
decir que Harry se asusto no es necesario mencionar.
-Seria prudente de que se retirara, señor. El amo Draco va a recibir a un invitado muy importante.
Harry volvió a buscar en sus bolsillos mascullando un “Invitados de los Malfoy...” y desplegó ante el elfo una infalible orden de allanamiento escrito en un pergamino amarillento y firmado.
-Traigo una orden conmigo para entrar a Malfoy manor.
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La escena con Potter no fue desagradable, solo inoportuna y sin importancia.
Cuando su elfo regreso con la noticia de la orden que trajo consigo el auror, Draco ordeno que lo alojara en la biblioteca y que le informara que hablara con el después de la cena.
Robert llego a tiempo, pasaron al comedor y charlaron sobre trivialidades.
-Te lo digo Draco !los juguetes sexuales son peligrosos¡
Robert Burke a sus 81 años de edad se había casado 6 veces y divorciado 5. y trataba de cubrir toda la vida sexual que no tubo en su tiempo de cazador.
Su invitado era conocido por muchas cosas, por sus libros sobre las nuevas criaturas de clase cinco y sus tiempos de cazador de dichas criaturas.
También por su segunda esposa, que resulto una arpía pero eso es lo de menos. Fue un pésimo matrimonio.
-Yo no tengo experiencias con ellos, Rob.
-¡Hazlo o vas a acabar como yo!
-¿Y eso que tiene de malo?
No le molestaba en absoluto terminar como una de las pocas personas que admiraba.
La charla continuo hasta que llego el postre.
Todo iba bien hasta que Potter decidió utilizar su presencia para unirse a la mesa. Apartado y comiendo su propio postre.
-Me has dejado esperando por tres horas Malfoy.- el pobre parecía no tener otra escusa para no comer solo en la biblioteca.
-Como quieras Potter, permiteme presentarte a uno de los escritores mas aclamados de Europa. Rob, este es Harry Potter, mago que derroto a Voldemort y que sigue soltero aun en sus 30 años de edad.
El moreno no estaba nada feliz con su descripción.
-¡Tengo 28!- fue lo único que pudo decir.
-¿A Ud le agradan las japonesas, Señor Potter?
La cara de confusión de Potter hizo que el rubio le aclarase la situación.
-Rob esta tratando de librarse de su nueva esposa, y vino para disfrutar de una buena charla y en busca de una solución para ello- agito la mano para quitar importancia- y cree que tu eres mi solución y planea presentártela con la esperanza de que seas el gusto preciso de la Señorita Kumon.
-...
Potter se quedo sin palabras.
Y si el día aun estuviera insatisfecho de sorpresas, Tomyn apareció nuevamente ante Draco. Muy nervioso y tembloroso.
-Amo Draco...
-Una vez mas Tomyn, debes decirme las noticias de inmediato.-le dijo el rubio.
-Eso es justamente lo que iba a hacer, oh! amo Draco, tiene que saber que...
-¡Dímelo de un vez!
-El señor Potter...
Ese elfo tenia serios problemas con las noticias. Tal como sucedió durante todo el día, el elfo no logro informar a Draco a tiempo.
Harry estaba consumiendo su postre con un tenedor.
Un tenedor.
Y una de las ordenes de Draco en esa tarde, fue precisamente no dejar ningún tenedor a la vista de Robert Burke.
¿Quieren saber porque?
Robert vio el tenedor justo cuando el elfo comenzó a hablar con Draco en susurros.
Al otro lado de la mesa, el invitado de Draco y probable futuro amante de su esposa tenia un tenedor en una de dos manos.
Un maldito tenedor.
Antes de que nadie pudiera reaccionar, el anciano dio un grito gutural y comenzó a lanzar al Auror todo cubierto que tenia a la mano, incluso lanzo en su dirección su postre sin terminar.
Draco lo vio y analizo todo, desde el ataque de rabia del viejo Rob hasta la pequeña arma que tenia Potter en su mano para defenderse de los proyectiles de ese anciano loco.
Un tenedor.
-¡¿Porque no me lo dijiste?!
Tomyn estaba a punto de explicarse cuando Draco le dijo “No importa” y le ordeno que le trajera una taza de té.
Potter necesitaba una lección desde que tomo la decisión de ir a su casa como si se creyera el dueño del mundo, eso o solo el placer de acomodarse y disfrutar del pequeño intercambio de generación.
-Amo Draco...
El elfo volvió con su té, que olía maravillosamente.
-Gracias Tomyn.
Le dio un sorbo y noto como las especias de oriente inundaban su paladar. Ese es un excelente té.
-Amo Draco, ¿Desea que yo...?- el elfo dejo su pregunta al aire y apuntando a la pelea que aun se estaba gestionando.
-¿Mmm? No, dejalo. Se van a agotar en algún momento.
La criatura hizo gala su gimoteo de incertidumbre típico de los de su especie.
-Puedes retirarte, Tomyn.
Desapareció al instante de que un plato se quebrase en su lugar.
Draco siempre se preparaba para esos casos, así que ordeno de que los platos fueran de aspecto caro, pero no eran nada mas que platos comunes y de cerámica. Nunca esta de mas tenerlos en casa.
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No sabia lo que estaba sucediendo.
Solo fue hasta el lugar en donde Malfoy tenia su reunión para recordarle que aun existía y que tenia un tema importante del que hablar.
“Como la probabilidad de tu arresto”
Y solo obtuvo humillación. !El no es un solteron¡
le gustaba mucho su vida como para compartirla con alguien.
¡Tenia aventuras de vez en cuando!
El invitado importante de Malfoy era muy raro, el se esperaba alguien mas importante. Pero ese anciano tenia unas galas muy desinformales.
Tenia aun todo su cabello, pero lo llevaba despeinado y su pollera abierta.
Y cuando le insinuó estar con su esposa quería volver a la biblioteca y marcharse.
Todo sucedió demasiado rápido, y ese lunático le lanzo cubiertos y platos.
¡El no hizo nada!
No podía hechizarlo, nunca hechizaría a un anciano si no era necesario.
¡Pero que molesto!¡Y aun mas Malfoy!
Que no hizo otra cosa que sentarse cómodamente y beber su taza.
-¡Malfoy!¡¿No vas a ayudarme?!
-Se va a cansar dentro de un minuto, tu solo aguanta.
Que maldito.
Pero como dijo Malfoy, el viejo se detuvo cuando no encontró nada mas que arrojar. Trato con la silla, pero era tan pesada que lo pensó mejor y se sentó en ella.
-Maldito enviado...-murmuro el anciano. Su rostro estaba tan rojo como una lampara.
¿Que?
-Antes de que comiences a enjuiciar te pondré al tanto.- ese era Malfoy que ya volvió a sentarse cerca del viejo.
¿Como puede hacerlo?
Ahora que lo piensa bien, Malfoy también se a vuelto un poco raro.
-Mi querido y algo antiguo amigo, fue un gran cazador hasta hace algunas décadas. Lamentablemente en su ultima búsqueda se metió en un problema con Tritón; el señor de los mares, y desde entonces cualquier objeto que se parezca a un tridente lo pone un poco nervioso.
-¿Un poco nervioso?- repitió Harry.
-No seas maleducado, Potter.
-Tu jamas podrías lamerle un solo glúteo a ninguna japonesa, Jamas!
“Bien, en este mundo yo soy un maleducado”
A esas alturas de la noche, le dolía mucho la cabeza.
Cuando abandono el comedor, lo ultimo que supo fue que Malfoy enviaría a su casa al anciano. El por su parte estaba tan cansado que recorrió la mansión a oscuras y entro a una de las habitaciones.
Si el imbécil lo despertaba el hablaría por fin la razón por la que estaba allí, lo interrogaría y averiguaría la razón detrás de todo.
Pero hasta entonces, solo quería dormir.
Cuando el moreno se lanzo a si mismo encima de una cama grande, sucumbió rápidamente al bendito mundo de los sueños.
-------------------------------------------------------------------Lo siento mucho, Draco.
Era la tercera vez que Rob se disculpaba.
-Mi amigo, jamas te pregunte porque utilizas calcetines de distinto color y no preguntare ahora nada. Y cuando te conocí, nunca te disculpaste por nada, no comiences ahora.
-Hace tiempo que no veo un tenedor...
-No me sorprende ¿Quieres llevarte uno de recuerdo?
El mayor lo miro con diversión.
-Hablando de eso- dijo Draco- ¿Cuando me contaras lo que paso con Tritón?
-Esa información puede valer millones de galeones...
-No me hagas saltar en mi propio patio.
Los dos hombres rieron.
Ambos se despidieron cuando una japonesa muy joven los esperaba en las rejas de la mansión, y se llevo a Rob consigo.
¿Fue una buena cena?
Claro que si!
Si, Draco Malfoy cambio después de la guerra. Ya no era ese adolescente cabreante y mimado. Muchas cosas pueden pasar en 11 años.
Desde la remodelación de una mansión con milenios de antigüedad hasta seguir la corriente de los genios locos.
Pero esta época es otra.
Una de las mejores se puede decir.
Todo comienza con la quiebra del profeta...