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Rubí Sangrante por evolet kun

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El silencio, eso era lo que habitaba en el comedor, a Minato eso le extrañaba demasiado, más que cenar tarde, llegando a casa agotado de su trabajo imaginaba que su linda esposa y su lindo hijo estarían lavando ya los trastes, puesto que él había llegado tarde a cenar, cuál fue su sorpresa al entrar a su casita y ver a Kushina platicando casi en susurros con su vástago de un tema que simulaba ser muy importante, el resultado; todavía no comían cuando él llegó.

La Uzumaki se levantó apresurada para servir la merienda, cambiando nerviosamente de conversación antes de que él preguntara si quiera de qué hablaba con Naruto. Se sentó en el mismo sitio que su señora y su bebé sin decir nada se recostó en su regazo, el otro rubio ya sabía lo que quería su niño, consuelo, así que le acaricio las sienes en completo silencio, y ese ambiente se mantuvo aun sobre la mesa.

Era extraño ciertamente puesto que su familia era muy extrovertida, pero concluyo a que su hijo había tenido un mal día, uno muy malo ya que Naruto era muy optimista incluso en las peores situaciones.

_ Naruto, hijo, no haz tocado tu trenza de chocolate, ¿está todo bien?_ Dijo por fin Minato, no aguantando tanta quietud, pues estaba acostumbrado al jaleo que armaban su esposa y su hijo juntos. El último picoteaba con desanimo su postre con el tenedor.

_ Sieh_ con la otra palma recargaba su barbilla y parte de su mejilla, haciéndola ver regordeta por la presión.

_ tal vez quieras que te prepare otra cosa, ¿quieres ramen? Creo que tengo algunos narutos en el congelador._ Aseguro Kushina.

_ No tengo apetito de ramen, Ka-chan_ En la misma pose.

_ ¡haaahp!_ Aspiro aire anonadado el cuarto kage, ya que era sumamente rarísimo que su retoño rechazara deliberadamente su comida preferida._ ¡Naruto! ¿¡No estas enfermo!? ¡Nunca te niegas el ramen de tu madre!_ Le tocó la frente para ver si tenía fiebre y la pelirroja le dio un manotazo para que soltara la cara al chiquillo.

_ Déjalo tranquilo.

_ ¡Pero si sólo estoy cerciorándome de que no se sienta mal, Kushina!

_ no tengo tanta hambre, comí mucho por la tarde, ¿puedo retirarme?_ Ambos padres lo miraron y asintieron al mismo tiempo.

[***]

Entrando a su habitación solitaria en completa oscuridad, una ligera luz de luna se colaba por la persiana mal cerrada y rota de la ventana a lado de la cama, dio unos cuantos pasos con sus pies descalzos a su escritorio de estudio ya que eligió encender la lamparita que estaba sobre la mesa que la del foco de la alcoba, iluminado con rayos amarillentos tenuemente la recamara.

Se desvistió poco a poco, recordando los desaires del día y lo que pudo haber sido… Itachi-san llevándolo hasta la puerta de su casa y quizás despidiéndose con un beso; el lugar de la caricia sería donde el Uchiha quisiera, cualquier parte de su cuerpecito experimentaría la miel de los labios de su querido con gran regocijo; su mano, sus mejillas o su… ¡Frente! Porque un beso en la boca sería demasiado pronto por parte de Itachi-san, él es tan educado. Pero bueno, ya nada se podía hacer, sólo seguir adelante.

Se quitó la camisa queda en pantalones y con el corpiño doncelino que su madre le obligaba a usar.

¡Pup!_ Un ruido en la ventana se dejó oír, Naruto no se intrigo demasiado y lo dejo pasar pero el golpe se repitió y fue a ver por fin, alzando la persiana rota un poco para ver hacia afuera. La leve luz de la lámpara de estudio alumbraba una parte de un objeto inanimado en el alfeizar pero no supo que era, abrió la ventana de par en par encontrando una deliciosa paleta de hielo doble, las que le compraba su padrino Ero-senin cuando venía de visita. Había un papel doblado debajo de éste. Sin importarle que fuera de noche ni que lo vieran en corpiño se asomó por la ventana para intentar encontrar a alguien sospechoso que fuera el dueño del tal ofrenda pero identifico silencio así que tomo las cosas, cerró de nuevo la ventana y bajo la cortina.

Se sentó al borde de la cama con los pies en la fría madera, vio la paleta de hielo doble, extrañado de tener una entre sus manos, era sabor mandarina, no era su favorita, usualmente comía la de menta o chicle, pero igual no le disgustaba. Cambio su atención por el papel doblado, tenía algo escrito, dejo la paleta a un lado de sus muslos y desdoblo el papel leyendo.

Lo siento

El rubio se sobresaltó pues lo que decía la carta era una frase simple y con profundo sentimiento a su parecer pues cada letra estaba marcada con intensidad y a su vez escrita con rapidez exquisita por la premura del tiempo en que la nota fue hecha.

En su mente pensó en las posibles personas que le darían un presente así de bonito, ya que no había duda de que el helado fuera para él, dejarlo en el alfeizar de su ventana, de su cuarto, era alguien que sabía dónde vivía.

 

_De alguna forma te lo compensare, lo prometo.

A su mente llego el recuerdo de Itachi diciéndole esas conmovedoras e inequívocas palabras. Y supo enseguida que fue él el que fue hasta su casa a altas horas de la noche para dejarle ese regalo de disculpas.

Sonrió dulcemente enternecido leyendo la cartita muchas veces para acercarla y presionarla en su pecho con bella pasión. Luego rompió la envoltura de la paleta y la saboreo de sopetón con las mejillas sonrosadas y con los ojos cerrados para aumentar la sensación del caramelo, después se regocijo sobre la cama dando pataleos para eliminar la intensa alegría que le inundo.

[**]

Mientras tanto en la casa tradicional Uchiha, Itachi era el último en llegar luego de terminar su pequeña aventura por el condominio de los Uzumaki, caminando con sutileza para no hacer ruido.

_ Itachi._ Habló su padre en tono duro. No quedándole remedio entró a lo que era el comedor, con su Oto-san y hermano sentados a la mesa ya cenando y con su madre sirviendo la comida._ ¿Dónde andabas?

_ Me mando a llamar el Hokage. Iré a cambiarme y regreso para cenar.

_ Quédate así, sólo deja la espada por un lado y siéntate a comer de una vez._ dictaminó su papá con autoridad, no dándole alternativa.

_ Sí, hijo, se te enfriara la comida, vamos siéntate._ Obedeciendo en su acción vio a su ototo que comía en completo silencio y en propiedad. Suspiró cansino al recordar lo acontecido.

_ “pobre Naruto, él es tan dulce”_ recordó las preciosas sonrisas que el chico doncel siempre tenía para él, incluso en sus días más atareados su dulzura era un delicioso bálsamo tranquilizante para su estrés. Sonrió con agradecimiento. 

[**]

Minato se levantó con ganas de probar algún postre esa mañana para desayunar, encontrando a su mujer ya arreglada en la cocina, agitando una cuchara fervientemente sobre un bol para revolver las claras de huevo a punto de nieve.

_ Kushina… ¿tenemos algo dulce?

_Creo que hay un poco de nieve en el congelador._ Respondió sin interrumpir su tarea, el pelirrubio acató lo dicho, abriendo la puertita, al momento de destapar un envase de napolitano encontró chicharos fríos, gesticuló desilusión, pero su emoción se pasó al instante al ver una paleta doble de hielo, tomándola de la pequeña esquina del congelador.

_ ¡oh! ¡Buen premio me eh encontrado!_ Al parecer alguien más ya la había probado porque la envoltura estaba rota pero no se veía en mal estado. Un poco deforme pero aun comestible. Antes de que diera el primer bocado unos pasos rápidos y bruscos se escucharon a lo lejos, de su mano fue arrancada la piruleta y terminó por morder el aire causándose un terrible dolor de dientes._ ¿Q-que paso?_  Luego de su confusión miro a su chaval que le dedicaba un ceño fruncido y con el dulce en una mano.

_ ¡No toques! Dattebayo, es mi paleta, To-chan_ Exigió infantil.

_ Hahaha_ Rascándose la nuca nervioso._ Lo siento hijo, no pensé que te molestara, ¿eh?_ viendo como su hermoso hijito guardaba el helado de vuelta en el plástico y lo ponía con mucho cuidado en la nevera, en el mismo sitio en el que se encontraba antes._ ¿P-pero, no te la comerás?

_ No, la dejare ahí, así que no te la comas, ¿oíste To-chan?_ Advirtió como una mami que amenaza a su vástago con un castigo, lo cual era factible en ese momento ya que el guapo rubio mayor estaba aún en pijama, viéndose más relax y chaval, ciertamente a la Uzumaki le causo risa interior al ver tal hecho.

_ Naruto, te quedaras a desayunar, ¿de acuerdo?

_ Pero ya voy un poco tarde_ dijo acercándose al tostador para meter un pan.

_ ¡De ninguna manera lo pienses!_ Amenazó, su retoño tenía la costumbre de comer sólo una tostada y escaparse por la ventana cuando iba tarde._ Te quedaras a comer, de todos modos, Kakashi-kun es un tardón, tú mismo has dicho que siempre llega tarde así que no te castigara ni nada, ¿verdad, Minato?_ El mencionado se sentó en el comedor a leer el periódico asintiendo sin prestar mucha atención._ ¿Ya ves? Dattebane, ahora siéntate.

 [***]

En el viejo puente de la aldea, Haruno y Uchiha esperaban pacientes a su maestro tardón, lo inusual era la ausencia del compañero rubio, idiota pero puntual.

_ Ni Naruto ni Kakashi-sensei han llegado, ¿¡pero que se creen!?_ El apuesto pelinegro no le respondió, en su pose desinteresada. La niña le miro de reojo intrigada y luego se le mojaron las bragas al saber que estaba a solas con Sasuke, decidida empezó su cortejo.

_ Sasuke-kun, ¿te gustaría que después de la misión nos vayamos juntos?

_No._ La chica se deprimió con un aura azulada que lo demostraba.

_ ¡Hola, buenos días Sakura-chan!_ llegó de repente el rubito con la emoción contraria a la que sentía la peirrosada.

_ ¡Cállate, Naruto!_ Le respondió enojada la fracasada. Pero al doncel no se le bajaron los ánimos para nada y continúo caminado feliz, hasta cruzarse con su otro compañero.

_ Hola Sasuke_ Le saludó con los ojos como rendijas y con voz acida, no recibió respuesta. Después retomo su buen humor viendo el agua correr bajo el puente, admirando su propio reflejo, sintiéndose mucho más hermoso. Minutos más tarde llego Kakashi.

_ ¡Ohayo!_ saludó sin vergüenza.

_ ¡Llegas tarde!_ Señaló molesta nada más la pelirosada, algo extraño en realidad, porque el ojiazul acompaña en el drama. Los tres voltearon a ver al chico doncel que seguía aletargado en su reflejo. El peligris le dio los buenos días exclusivamente para que fuera consciente de su presencia y le reclamara también en vez de eso…

_ ¡buenos días, Kakashi-sensei!_ Respondió extasiada mente feliz. Los demás se quedaron en silencio sin saber el porqué de su buen humor.

_Muy…bien_ dijo el peliplata confundido_ De acuerdo, seguiremos con los preparativos_ Carraspeo un poco_ Se nos encomendó ir a las casas del área sureste para ofrecer  nuestros servicios a los ciudadanos, debido a que reprobaron el examen y siguen siendo Genin no nos darán otro tipo de misiones por ahora._ un gran silencio se dejó oír después de eso, de nuevo, los dos ojinegros y la única chica miraron sin tapujo al chico rubio y bajito, el cual prestaba atención a lo mencionado por su mentor pero no exclamó quejas como era su tradición.

_ ¿Qué?_ cuestionó entre fastidiado y confundido de que lo vieran con sospecha, como si esperaran algo de su persona.

Media hora después estaban los tres niños arrancando la hierba mala de un jardín trasero en la casa de la señora fea, decía Naruto, la última vez corto por error las plantas buenas y la mujer le dio tremendo coscorrón pero había aprendido la lección y fue más cuidadoso, de vez en cuanto sacaba de su bolsillo la notita dejada por Itachi y su corazón se desbordaba de alegría. 

Notas finales:

holi gente sexy, eset es el último capitulo que publico hasta nuevo aviso, no se congelara el fanfic, digamos que es la primera parte de la temporada, hasta diciembre o el proximo año talvez ya lo tenga listo y terminado, escribi los actuales capitulos en vacaciones de verano y pues estoy estudiando :´v y como todo estudiahambre no tengo tiempo de ser libre :´v , asi que sean pacientes :3, quiza para octubre, en el cumpleaños de Naruto tenga un One-shot, esta en proceso pero sera finalizado a la brevedad, nos vemos ;)


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