Caminó tanto y aun así la calzada se le hizo interminable y estresante, decidió seguir unas marcas imaginarias en el suelo y termino chocando con alguien luego de un rato.
_ Naruto, ¿no estás en casa?, es día libre._ Reconoció esa vocecilla adormilada y floja, miro al propietario por un momento e ignoró el saludo para continuar con su caminito de huellas invisibles, el otro lo notó._ ¿Te pasa algo? Luces deprimido… no me digas que Sakura te ignoró de nuevo por irse con Sasuke._ El otro continuó ignorándolo hasta que decidió tomarlo por el hombro para evitar que se fuera._ Naruto._ Dijo esta vez en un tono más serio. El rubio volteo a ver a su acosador, era Kakashi, quien le veía con su único ojito en un semblante preocupado, el ojiazul reacciono mejor esta vez y presto mejor atención a su alrededor notando que estaban en el puente rojo donde se reunían algunas veces.
_ Vaya… llegue hasta aquí y ni me di cuenta._ Se dijo distraído._ ¿Kakashi-sensei, le gusta mucho este lugar, verdad?, casi siempre nos vemos aquí._ miro a su maestro quien aún permanecía con la cara fruncida por la preocupación._ ¿Qué?
_ Algo te pasa y necesito saber de qué se trata para quitarte esa carita tan triste._ se cruzó de brazos._ A Minato-sensei no le gustara verte tan deprimido.
_ ¿No tiene algo mejor que hacer? Como no sé, entrenar a Sasuke en privado._ respondió esta vez Naruto de malas, no tenía buen humor, pero que le hablara así al peliplateado era un sorpresa ya que el Doncel demostraba en todo momento un enamoramiento de yegua joven amansada por el domador hacía Kakashi.
_ Veo que realmente estás molesto._ Se rasco la parte de la máscara que ocultaba su barbilla. Incluso un tantito descubierto de que su pupilo rubio se enterara de su entrenamiento ilícito con Sasuke, suponiendo que era un secreto al aire no tan secreto, no había nada que ocultar pero Naruto siempre fue celoso de Sasuke, así que por eso no había dicho nada._ Ya mejor dime que te pasa y prometo no volver a tener tratos especiales con Sasuke, ¿te parece?_ sobornó esta vez más tranquilo. De pronto el chico de ojos azules vio el piso un tanto angustiado en lo que un señor gordo y con grandes entradas pasaba por el puente con los brazos llenos de su despensa.
_ Kakashi-sensei, ¿puedes ser sincero conmigo?_ alegó con esa aura apenada y angustiada.
_ ¿mmm?, ¿de qué se trata?
_ ¿Crees que… s-soy, soy bonito? _ le miró intensamente y con los ojitos abnegados de esperanza y duda.
_ Eto… emh, ¡p-pues! ¡Pues Yo creo que! ¡Ajmp!_ Carraspeó exageradamente al verse en una situación, según él, muy comprometedora pero ver que Naruto parecía deprimirse decidió contestar rápido._ ¡Eres hermoso! ¡El Doncel más guapo que eh visto en toda mi larga vida!_ Expresó de sorpresa con el hombre gordo al lado de ellos viéndolo sorprendido y asqueado._ Eto… hace buen clima verdad._ Agregó, mientras él y el niño veían al señor.
_ ¡Degenerado!_ le dijo a Kakashi y siguió su camino. Dejando al peliplata con una expresión de condenado a muerte.
_ ¿Por qué necesitas saber, Naruto?, aquí entre nos, eres un tanto más vanidoso que Sakura y Sasuke juntos, no creo que tengas problemas de autoestima.
_ Eso lo sé._ Dijo con actitud fresona a la vez de que se peinó disimuladamente un mechón rebelde que le había crecido un poco más que el resto de su cabello, no era muy notable incluso para los ojos más críticos pero si para el rubio porque constantemente esa lana de pelo se le metía al ojo._ Sólo quería saber si soy atractivo para las personas más grandes.
_ Pues… muchos piensan que eres adorable, eso creo._ miro hacia arriba pensativo.
_ Es que me gusta mucho una persona mayor y quiero saber si soy de su tipo._ La mirada del Uzumaki se dulcifico y se acercó a Kakashi buscando aprobación consiguiendo lo contrario.
_ La verdad, Naruto, es que me estoy sintiendo muy incómodo con esto._ Alzo ambas palmas en modo de defensa sin ser grosero para que el más chico no se le acercara tanto.
_ ¿Por qué? Sólo estamos platicando_ Lo pensó mejor._ Un momento. ¿¡Piensas que hablo de ti no es cierto!? Ese tipo tenía razón, eres un degenerado._ Frunció los ojos como rendijas hasta parecer un gato dormido.
_ Le pediste matrimonio a un hombre mayor, me celas de Sasuke todo el tiempo y me haces preguntas de este tipo, ¿Qué creías que iba a pensar?
_ ¡Tenía 5 años, No sabía lo que hacía!, ahj… Bueno no importa, solo contésteme, por favor._ Perdonó el malentendido de su profesor con buen ver.
_ Bien, pues primero que nada, ¿Cuántos años de diferencia tiene el tipo contigo?_ Inesperadamente el ojiazul se sonrojó y giro dándole la espalda al ojinegro._ -espero que no sea 10 años mayor que tu_ suplico calmado.
_ En realidad, me gana con 5 años._ dijo como si fuera un pecado grandísimo.
_ oh bueno, es un chaval como tu entonces._ Respondió aliviado.
_ ¡No es un chaval!_ Giró de nueva cuenta para quedar en pose defensiva ante su maestro._ ¡Es todo un hombre experimentado! De 17 años…_ Se cruzó de brazos y giro la carita digno y con fresismo.
_ O-okey, Naruto.
_ ¿Tienes algún consejo bueno que darme?_ Alzo las manos en su dirección como si esperara un objeto tangible que resolviera su problema amoroso._ Por favor, Kakashi-sensei, tu eres un cuarentón solterón que lee los libros pervertidos que escribe mi padrino, alguna idea has de tener._ Lo cierto es que esas fuertes descripciones no eran tan halagadoras pero aun así al ojinegro se le hizo mala leche no ayudar a su pupilo.
_ De acuerdo, déjame pensar._ Y cerró su único ojito mientras meditaba y le relejaba la brisa a la cara._ ¿Qué tal una transformación? Los chicos de tu edad aman hacer cambios de look.
_ ¿no sería eso demasiado drástico?, es decir, quiero que me note pero no para que vea que estoy desesperado.
_ Quizás solo algo sutil, juega con sus sentidos, como el tacto o el olfato._ Señaló su propia y talentosa nariz._ aunque no lo creas eso puede ayudar también y bastante._ Dijo seguro y con una confianza tan descuidada que el pequeño Doncel no lo dudo.
_ ¡Tienes razón! ¡Gracias, Kakashi-sensei!_ Antes de que se fuera patosamente como acostumbraba a correr el peliplata lo detuvo llamándole.
_ ¡Espera! ¡Naruto!.
_ ¿Sí, Kakashi-sensei?_ Ambos quedaron parados uno enfrente del otro, tan derechitos y bien quietecitos, la diferencia de altura era notable, aun así un aire fresco paseó por el puente rojo soltando algunas hojas traviesas que llevaba consigo atravesándose entre los dos, Naruto vio tan claramente a Kakashi frente a sí aun con las hojitas, levantando su pulgar hacia arriba y el ojo cerrado formaba una pata de gallo que demostraba apoyo.
_ Buena suerte, ¡sé que lo conseguirás!_ Y al Naruto enfrente de Kakashi se le enredaron un par de las hojas en su cabello.
_ ¿De verdad lo crees?_ sonrió zorrunamente._ Gracias._ Y se fue corriendo, el ojinegro se sintió orgulloso de poner en buen humor al hijo de Minato-sensei y como auto recompensa sacó su saga favorita de Icha icha.
[2]
Naruto siguió el consejo que le sugirió su maestro y de los ahorros que tenía en su monedero de ranita se compró unas sandalias nuevas que dejaban más al descubierto su pie, como el tobillito y el dorso y arco de su pie. Además de comprarse un perfume algo carito pero que bien valía la pena con olor a frambuesas y limón, un aroma sutil y muy atractivo en un chico de su edad, como bien le dijo Kakashi-sensei decidió jugar con los sentidos del chico que le gustaba y que mejor que el olfato, además, Itachi-san, ciertamente era muy observador así que notaria los cambios disimulados de si y se daría cuenta de sus puntos fuertes; como el que tenía bonitos pies y que la frambuesa le sentaba bien. Lo último dicho por su mami y ella tenía buen gusto en algunas ocasiones.
Al día siguiente aplicaría su confabulación.
Cuando llego a casa de nuevo, muy animado y su bolsita de compras su madre no evitó preguntar.
_ ¿Pensé que estarías fuera todo el día? ¿Sólo fuiste a gastar tus ahorros?_ Le dijo su madre quitada de la pena y con una acento de mamá sabelotodo. Pero Naruto no iba a caer en su trampa, no le diría que fue al barrio Uchiha para salir con Itachi-san y que luego tuvo una plática casi obscena con su maestro así que decidió dar una respuesta corta.
_ Sip, Ka-chan, eso hice._ En ese momento la pelirroja estaba lavando los trastes y vio a su hijo medio molesta porque no le creía del todo, sabiendo que su niño era un travieso de primera. El Doncel lo sospechó porque a su mami se le formo una vena vertical a mitad de la frente que servía para controlar la expresión de su cara y no fruncir el ceño como naturalmente los hombres lo hacen, era la misma venita que se le hacía hermosamente a Sakura cuando se enojaba con él._ Si quieres me voy, ya que mi presencia te molesta tanto.
_ En vez de que te acomidas a ayudarme con el quehacer de la casa te quieres largar de nuevo a vagar a la calle._ Soltó mientras iba al refrigerador. El ojiazul hizo puchero y ojos aburridos de no darle gusto a su madre con nada._ Ten… llévale el almuerzo a tu padre, lo va a necesitar._ Le extendió un bento en una tela azul marino con los remolinos Uzumaki._ ¡Y no te lo vayas a comer!
[3]
Naruto no estaba muy seguro de entrar a la torre Hokage, desde que su padre se enteró de sus sentimientos por Itachi-san las cosas con su querido To-chan habían sido un poco incomodas a su parecer, su dulce papi siempre era muy amable con él pero cuando se trataba de otros chicos lindos tendía a exagerar.
Ante todo conservaba su misma aura gentil y una sutil expresión de alteración en su rostro era lo único que mal formaba solo un poquito su aura. Lo bueno era que Minato es muy profesional y no tiene ningún tipo de represaría contra el heredero Uchiha así que por ese lado Naruto podía estar tranquilo pero en lo que no estaba cómodo era estar asolas con su padre.
Tocó a la puerta con un poco de miedo interno mientras con la otra mano sostenía el bento del nudo de la tela.
_ Adelante._ Escuchó la voz apacible de su padre dándole permiso. Entró con cuidado y camino en silencio hasta el escritorio, el otro rubio no se había molestado en levantar la mirada porque estaba muy concentrado escribiendo en unos papeles pero cuando lo hizo no reaccionó de la forma tranquilamente entusiasta que Naruto esperaba, en vez de eso le habló en tono calmo._ ¿Vienes a que te dé una misión?_ Era evidente que el ojiazul mayor sabía del día libre de su hijito, en ocasiones el retoño solía pedirle que le diera misiones para él sólo a lo cual Minato se negaba.
_¡N-no!... Sólo…s-sólo vine a traerte el almuerzo que dejaste en casa._ Se lo extendió de repente asustando un poco a su padre que aunque inmutable no se lo esperaba.
_ Está bien, déjalo ahí._ Señaló cualquier lugar de la mesa y el Doncel lo puso en la esquina. De inmediato el Hokage notó algo en su niño._ Ven aquí_ Le pidió calmo y con la mano le hizo el gesto, fue tan tranquilo y autoritario que se figuraba a un suspiro interrumpido, el pequeño Uzumaki rodeó el escritorio y se acercó a su To-chan un poco temerario, sin embargo su papi hizo una acción muy dulce._ Tienes hojas atoradas en el cabello, ¿Dónde estuviste?_ Dijo con dulzura mientras le miraba de una forma paternalmente tierna en lo que le quitaba las hojas una a una con la más deliciosa delicadeza para no despeinar a su niño Doncel.
_ Gracias Papi._ Dijo Naruto atontado. Minato le agarro suavemente del hombro.
_ Naruto…_ Reclamó delicadamente.
_ ¿Sí, To-chan?_ miraron sus ojos azules, las preciosas joyas que el cuarto había heredado a su hijo.
_ Prométeme una cosa, ¿está bien? _ Afuera el sol acicalaba la ventana tenuemente permitiendo que se hiciera una sutil sombra a los dos rubios en ¼ de su perfil.
_ ¿Qué cosa? Dattebayo.
_ Prométeme que te enamoraras de un hombre que te acaricie igual que Yo cuando te quito estas hojas del cabello, aunque use su mano para matar o herir a otros.
_ ¿Y Porque es necesario que me toque igual que como haces tú?_ Cuestionó esta vez Naruto, con su tierna inocencia de 12 años.
_ Porque así sabré que te ama tanto como lo hago Yo y que nunca te hará daño, ¿lo entiendes?
_ Sip, entonces te lo prometo.