Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

LO QUE YO MEREZCO (Gafou) por LILITH_HIWATARI

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

así que estoy lo siento, enserio lo siento mucho y sé que no debo poner escusas pero es que si estaba tan entusiasmada con este fic, llena de ideas e incluso ideas para otros de esta pareja, corrí a escribirlas todas pero se me fueron de las manos, simplemente un día no más inspiración para esto y mejor espere a que algo de esa inspiración llegara, mejor eso a traer chanderas para ustedes, deben saber que este fic ya termino en mi cabeza, solo tengo que escribirlo pero simplemente no salen, eh tenido problemas con este y con mis otros fics Jaylos pero ahora si estoy empezando a sacar capítulos, espero que mi inspiración no huya pronto y al menos pueda escribir este fic, los otros se quedaran en recuerdo si es que no logro completarlos.

 

De nuevo lo siento. 

Capítulo 3: ¡Que muera ya!

 

“La furia nos hace decir tantas cosas, cada quien decide si debe escucharlas o no.”

 

  

 

No eres lo suficientemente bueno.

 

Desde el incidente de su primer amor, su padre cambio hacia él, su trato se hizo más osco, más oscuro, nada de lo que el pequeño niño hacia le era suficiente.

 

El hijo inútil de tu madre

                                                  

Culpado a su madre de cada pequeño error.

 

Hazme sentir orgulloso Gastón.

 

Llevándole a cazar y entregándole el arma para que disparar al pobre animal indefenso.

 

Te convertiré en un hombre

 

Azotándole  con la correa de cuero cada que le veía mirar de más a otro chico, cada que creía que disciplinarlo era necesario.

 

Los hombres no lloran, los hombres no son débiles.

 

Aquellas palabras que se convirtieron en un mantra todo el tiempo.

 

Un verdadero hombre no ama a otro hombre.

 

Y se lo repitió tantas veces, cada vez que se miraba a un espejo, cada que miraba por error a otro chico, Gastón llego autocastigarse repitiéndolas sin parar.

 

Las mujeres solo sirven para ser usadas Gastón.

 

Murmuro su padre una noche, llegando borracho tras empujar a su madre contra la cocina, levantándole el vestido y violándole sin importar que lo viera todo, sin importar que su esposa llorara.

Tener hijos, cocinar y limpiar para eso está una mujer.

 

Y su padre solía repetir eso cada noche, subiendo sus botas sucias a la mesa mientras su madre calentaba la cena para aquel que no tenía hora de llegada.

 

Casarte no significa que tengas que pasar toda tu vida con solo una mujer.

 

Recuerda a su padre empujarle a un burdel cuando solo tenía doce, empujándole a una mujer mayor para hacerle hombre, para que finalmente conociera lo que era tener una mujer.

 

¿Qué rayos es un Lefou?

 

Le pregunto molesto un día tras escucharle hablar de él con su madre, entre susurros y secretos.

 

Aléjate de ese chico.

 

Gastón fue empujado a un árbol durante otra cacería por su padre al discutir la extraña amistad con el chico y aun que quiso defenderle Gastón simplemente no pudo.

 

Si no lo solucionas yo lo hare.

 

Y Gastón mintió, hablo de lo bien que lucía junto a alguien como Lefou, de lo magnifico que resaltaba comparado con un chico tan poca cosa, esa noche Gastón salvo la vida de Lefou por primera vez realmente.

 

Mi hijo el soldado ve y pelea por tu nación, no lo arruines esta vez.

 

El consejo paternal que escucho antes de marcharse junto a otros jóvenes en la guerra,  ni siquiera pudo abrazar a su madre.

 

No seas débil.

 

Se repitió cada noche en la trinchera.

 

Los hombres no lloran.

 

 Cuando la desesperación de la muerte colgaba sobre sus cabezas.

 

Los verdaderos hombres no temen.

 

 Cada que miraba a su alrededor y  veía sangre junto a cuerpos esparcidos sin vida.

 

No puedes amar a otro hombre.

 

Se repitió al buscar a Lefou, al darse cuenta que solo peleaba para tenerlo a salvo. 

 

No lo arruines.

 

No pierdas.

 

No seas un don nadie.

 

Sé un héroe.

 

Jamás te casaras con mi hija.

 

Gastón había fallado.

No es una bestia Gastón, tu sí.

 

Gastón  no era un héroe.

 

Mata a la bestia consigue a la mujer.

 

La voz de su padre no dejo de animarle aquella noche.

 

Cobarde.

 

Cuando huía asustado al ver la muerta tan de cerca, cuando algo de claridad parecía cruzar por su mente.

No eres mi hijo.

 

Cuando levanto el arma y dudo en disparar a la bestia, a aquel ser que había ganado realmente la atención de Bella, el disparo.

Vencido por una patética Bestia.

 

Su padre decepcionado justo cuando caía al vacio, a la muerte.

 

Él tiene razón no eres merecedor de nada.

 

Y recordó a Maurice negándole la mano de Bella, a su padre mirándole con decepción  aun mientras estaba muriendo.

 

¿Cómo podría querer ella a un inútil como tu Gastón?

 

Bella no le quería, lo sabía, siempre lo supo, y él tampoco la quería, solo era un ideal, solo busco complacer a todos, pero ya era muy tarde tenía que darse cuenta justo ahora, justo cuando iba a morir,  era inútil, patético,  totalmente insuficiente y sin embargo solo lamento una cosa.

 

Lefou

 

El único que vio más allá de él, el que se quedó a pesar de su arrogancia extrema, que le empujo a ser mejor, que le animo cuando tenía miedo y se desesperaba, quien lo tranquilizo cuando perdía los estribos.

Lefou

 

Murmuro antes de sentir la muerte llegar.

Lefou

 

Repitió otra voz dulcemente, palabras sobre una oportunidad, sobre aprender una lección, sobre redimirse.

No lo olvides Gastón.

 

Llamo la misma voz y el intento abrirlos ojos, enfocar quien era, pero su cabeza dolía horrores, se preguntó cuándo la muerte llegaría, cuando dejaría de sentir dolor o si acaso este era su castigo.

 

Gastón

 

Ahora era diferente, una voz menos dulce, más grave, pero incluso más cálida, la preocupación emergiendo de sus labios,  diciendo su nombre con verdadera devoción.

 

¡Gastón!

 

El conocía esa voz, solo que no podía ubicarle, si tan solo pudiera.

 

¡¡¡Gastón!!!

 

Despertó sobresaltado bañado en sudor y lágrimas, el dolor en su pecho era mucho mayor que antes, podía sentirlo todo,  escuchar el crujir de sus huesos al caer contra el piso de piedra, las espinas de los arbustos enterrándose en su piel, la sangre emanando de su cuerpo, todo con tanta claridad que volvería loco a un hombre, podía sentirlo, repetir esos momentos segundo a segundo tan específicamente que le causaron pesadillas.

 

Lefou estaba ahí, sosteniéndole, aferrándose a su pecho con suavidad para que despertarlo, el hombre tenía la mejilla roja y Gastón tardo unos minutos en enfocar bien su rostro, en mirar la habitación, en darse cuenta que incluso ahora después de todo Lefou seguí a su lado.

 

Gastón volvió a recostarse entre palabras tranquilizantes del hombre más bajo, se dejó envolver por la efímera seguridad, empujo las voces de su padre, de sí mismo de los fantasmas de sus pecados, se dejó envolver por la nada, por la ansiada muerte que lo rechazaba.

 

 

********************

 

-          Es suficiente Gastón – hablo el pequeño hombre entrando a la habitación después de ver salir a una  de las criadas con gran velocidad – ella solo intenta ayudarte – suspiro – aquí debes comer – se sentó entonces a un lado de la cama tomando el plato de sopa y dándole con una chuchara, pero Gastón solo empujo dicho plato tirando todo sobre las sabanas, sobre el piso negándose a seguir comiendo - ¿por qué haces esto Gastón?

-          Quiero ir a casa – gruño molesto -  no puedo permanecer ni un minuto más aquí, es fastidiosamente abrumador – termino con dramatismo.

-          Necesitas recuperarte, por eso estas aquí – volvió a explicarle usando ese tono dulce como si fuera un pequeño niño.

-          Puedo hacerlo en casa – insistió.

-          Estas bien atendido aquí, hay personas que…

-          No quiero a esas personas y ellas no me quieren aquí – bufo exasperado -  por favor Lefou evitemos excusas tontas, sabemos muy bien que ellos desean acercarme cuanto antes de aquí, no voy a recibir su lastima – termino apretando los dientes.

-          Esto no es lastima, ellos no te culpan por lo que hicisteis – mintió porque era mucho más fácil que todos le culparan a él en lugar de asumir su propia responsabilidad, incluso el rey Adam le había culpado y el mismo antes de entender su participación en esto.

-          ¿Y que hice según ellos? – bufo enojado.

-          ¿Qué hiciste Gastón?, ¿enserio preguntas que? – le miro incrédulo - atacaste al príncipe de la región, armaste una turba y la guiaste al castillo – enumero, realmente no quería discutir eso, no mientras Gastón estaba en ese estado pero este hombre lo estaba empujando y Lefou había tenido mucha tensión últimamente.

-          ¡Era una bestia peligrosa! – grito en su defensa y si, Lefou podía ver el punto en esto y entenderle un poco solo un poco.

-          Encerraste a Bella y su padre en el carruaje del asilo – le recordó porque había más cosas que simplemente atacar a la bestia posiblemente peligrosa.

-          La puse a salvo – Lefou le miro incrédulo porque Gastón realmente parecía creer sus palabras, era como si no entendiera lo que estaba mal.

-          Dejaste a Maurice con los lobos – Gastón le fulmino con la mirada  peleando por buscar las palabras correctas – estuvo mal y lo sabes – Lefou no quiso decirlo, no quiso señalar el otro error de su buen amigo.

-          Quiero ir a casa Lefou – suspiro Gastón aun con ira pero sabiendo que necesitaba estar en el lado bueno del hombre.

 

Y el asintió agradeció a Bella y Bestia su hospitalidad, se fueron al día siguiente, regresando a la vieja casa de Gastón, aquella llena de polvo, por suerte no había sido vandalizada, algunos de los ciudadanos no estaba muy contestos con Gastón pero ninguno quiso destruirles, aún tenían cierta vergüenza de la última revuelta.

 

El Rey Adam los dejo ir, ni siquiera ordeno castigo alguno para el hombre aun cuando todos su sirvientes lo pidieron, no, finalmente lo había comprendió, entendió y vio ahora tras ver a Gastón  y sus heridas resultantes que él pudo ser quien terminara así o peor aún como una bestia sin mente propia, Adam tuvo que ser maldito y casi morir para comprender sus errores, Gastón había levantado al pueblo en su contra sí, cometido en cierta forma traición a su autoridad pero si el jamás hubiese mantenido cautivo a Bella nada de esto pasaría, el sería una bestia si solitaria  pero no hubiese obligado a una joven a sacrificarse por su padre.

 

El infame príncipe malcriado había aprendido que todo esto solo era consecuencia de sus actos, Gastón podía ser un hombre arrogante pero no era tan diferente a sus propios inicios, miro al hombre que partía desde el enorme ventanal de su castillo y le deseo de todo corazón  la mas gran de las suertes, podía sentir la magia emanando de él, Diez años estuvo rodeado de ella, diez largos años queriendo escapar como para no reconocerla, pero si Gastón no quería que nadie supiera sobre su propia maldición no sería el quien la señalara, en su lugar  suplico a Dios por el perdón de su atacante , porque no tuviera que sufrir diez años con ese largo suplicio.

 

La vida siguió su curso, el pueblo entero se dividió, entre los que culpaban a Gastón por sus decisiones y le ignoraban y los que aun admiraban justificándole y que eran civilizados con él, pero nadie ayudaba realmente, nadie se preocupó por el gran héroe de guerra lastimado y Gastón pronto se vio rodeado de aquellas miradas que siempre detesto, de odio, de decepción, de lastima, Gastón dejo de salir y eso lo volvió agrio y gruñón.

 

El ambiente en su casa se hizo más tenso, Lefou paso más tiempo cuidando de su amigo que viviendo su vida, se vio inmerso entre el auto desprecio por seguir arrastrándose detrás de Gastón y el ser infravalorado por él, Gastón nunca agradeció, nunca se disculpó, y eso solo ocasiono largos silencios, avivando las llamas de un rencor que estarían a punto de explotar.

 

Hasta que lo hizo.

 

Gastón no sabía por qué Lefou estaba tan enojado, por que seguía insistiendo que perdió el juicio esa noche, que por primar vez había visto su verdadero rostro.

 

-          ¿Lo has olvidado? Me abandonaste a mi suerte – grito ya sin poder retenerlo más, no comprendía porque Gastón seguía así, por que seguía empujándole y siendo con osco, con el que se quedaba a pesar de todo-  pude morir.

-          No sea ridículo Lefou no ibas a morir por un par de teteras – gruño molesto, frustrado por que Lefou fuera tan necio, era el la única víctima solo evitan verlo, el un gran héroe ahora un invalido que apenas si podía valerse por sí mismo.

-          Esto es grave Gastón, me traicionaste, me has dejado y tan estúpido que soy sigo aquí ayudándote – señalo las lágrimas ya picando en sus ojos por salir -  bella tiene razón no tengo por qué soportar esto.

-          Yo te traicione, no me hables  mí de traición mi amigo – y la cólera exploto en cara de Gastón, el recuerdo de aquella otra mujer.

-          Eh sido  leal a ti toda mi vida Gastón

-          ¿Leal? – dijo con sarcasmo -  ¿tu leal?  - ahora bufaba - Salve tu vida incontables veces en la guerra y como agradeciste mi buena voluntad – gruño -  robaste a una de mis mujeres.

-          ¿Que? – Lefou le mira realmente incrédulo, las lágrimas ya hace rato que se resbalaban por sus mejillas.

-          La única que al igual que Bella me ignoro – le recordó.

-          No puedes ser serio – suspiro negando con la cabeza cando finalmente recordó de quien hablaba - ella te aborrecía yo no te robe nada.

-          Te encamaste con ella, no mientas me lo dijo todo antes de salir del pueblo confeso que preferirá tu atención a la mía – y agito su mano buena para finalmente golpearla contra la mesa  tirando el vaso que en esta estaba y el jarrón favorito de Lefou -  tú la robaste de mí.

-          Ni siquiera te interesaba tenías como veinte mujeres a tus pies – le recrimino.

-          ¡Ese no es el punto! – grito indignado.

-          Ese es el punto, solo la querías porque se negó – le recordó totalmente furioso por a actitud tan infantil de su amigo – ella, no te quería – grito  para recordar entonces el momento en el castillo -  por eso me abandonaste – murmuro comprendiendo, no queriendo aceptar que Gastón  le guardara rencor por algo tan estúpido, habían sido años desde entonces y nunca pareció importare realmente -  por una tontería que paso hace años.

-          Te pusiste del lado de Bella, intentaste defenderla de mí, fue como regresar en ese entonces – apretó e puño de su mano -  solo reaccione por la ira.

-          Pude morir – le recordó.

-          Eso no hubiera pasado – rodo los ojos.

-          ¿Cómo estas tan seguro? Me abandonaste – empujo su dedo sobre su pecho olvidado las heridas, los vendajes en el pecho de su amigo, los que hace no más de unos minutos  había puesto -  me dejaste a mi suerte.

-          Porque a diferencia de lo que todos creen sé que puedes cuidarte solo – Gastón se mantuvo firme, de hecho hincho más el pecho suprimiendo el dolor al respirar -  eres un soldado Lefou el mejor que eh conocido después de mi obviamente, estarías bien.

-          Yo no robe a tu mujer, ni iba a hacerlo con Bella – hablo bajito la ira poco a poco secándose.

-          Lo sé – asintió igual de suave-  la bestia lo hizo.

-          Es un príncipe.

-          Un príncipe  egoísta que redujo a la pobreza al pueblo – y nuevamente había elevado la voz, Gastón no entendía por qué Lefou ahora defendía al infame hombre -  nadie parece recordarlo ahora, el hambre, el frio, todos los niños que se perdieron por que no tenían suficientes alimentos en su mesa – le recordó, debía hacerle entrar en razón, en hacerle ver al cruel gobernante que les hizo vivir un martirio.

-          Él ha cambiado ahora – volvía a defenderlo.

-          ¿Cambiado? – y la ira ahora era el doble, porque Lefou seguía haciendo eso, empujado, seguía poniéndose de lado de alguien más, porque ahora defendía a otro hombre, porque era como si le abandonara -  eso no regresa todos los años que perdimos – gruño furioso-  todas esas vidas.

-          Bella dice que todos merecemos una segunda oportunidad – Lefou hablo tranquilo, ya no quería pelear, solo quería regresar a como era antes, sabía que era imposible pero lo deseaba tanto que estaba dispuesto a retroceder, a incluso ignorar la falta de disculpa de Gastón si podía a tener su antigua vida, o al menos algo de ella.

-          No pareció pensar lo mismo de mí – sus palabras eran frías, recordando el momento, la única vez que Bella le visito para dejarle claro que no era bien recibido que la única razón por la que estaba ahí era por Lefou, eso y la bondad del príncipe.

-          Fuiste demasiado lejos.

-          Una vida de proteger a esta villa Lefou – las palabras ahora salían rotas su mirada se perdía en la lejanía casi delirante - toda una vida y en una sola noche lo perdí todo, solo por  un error.

-          Fueron varios en realidad – señaló el pequeño hombre en un susurro sin querer realmente.

-          La muerte hubiera sido un mejor destino a esto – acepto finalmente Gastón levantando su brazo donde las vendas envolvían el muñón, el precio de pagar por su vida.

-          Gastón – Lefou trato de acercarse entonces de consolarle hablando con suavidad.

-          Vete – pero Gastón le empujo con su mano sana - ¡Sal! - Grito rompiendo la jarra de agua azotando lo que tenía a la mano -   ¡¡Ahora!! – y cuando finalmente escucho la puerta cerrarse las lágrimas de impotencia finalmente resbalaron por su rostro.

 

Gastón levanto su rostro solo para ver el espejo, el enorme espejo que tanto había amado en sus días de gloria, pero no había rastro alguno del hombre que fue, en su lugar un hombre roto le regreso la vista, su cuerpo lleno de nuevas cicatrices que no era portadoras de orgullo y honor, su pierna cojeante y su brazo faltante solo lo hacían lucir tan demacrado, la enorme cicatriz que cruzaba por su ojo causándole esa pequeña ceguera, Gastón grito con rabia entonces tomo lo primero que encontró y la lanzo contra el espejo haciendo que este se rompiera en mil pedazos y cuando intento llegar a él para terminar de romper lo que faltaba resbalo con su pierna mala.

 

Era realmente triste una escena penosa de presenciar el hombre fuerte y vigoroso ahora estaba en el suelo indefenso como un bebé, lloriqueando por no ser capaz de dar un par de pasos sin ayuda, solo se quedó ahí, grito y lloro, lanzando el vaso de madera en dirección al espejo nuevamente, tratando de recomponerse a sí mismo.

 

Por su parte Lefou escucho cada ruido, cada golpe y casi corre a la habitación, cuando finalmente se animó a hacerlo escucho los quejidos de Gastón, el llanto que no había visto desde la guerra, desde aquellos momentos de desesperación de su gran Capitán por no poder mantener a sus hombres a salvo, por las pesadillas que lo siguieron todo el campo de batalla, Lefou no entro, se aseguró de no causarle más pesar al verlo de esa forma vulnerable.

 

Más tarde entro, limpio cada parte de la destrozada habitación e ignoro al hombre que ahora estaba en la cama, seguramente se había arrastrado hasta ella, luchado su camino, pero no dijo nada, ni al día siguiente cuando noto los ojos rojizos de este, o l siguiente cuando vio a frustración en los ojos de su amigo al no ver cierto objeto a su lado causa de su ceguera.

 

Ellos decidieron ignorar lo obvio, si con eso podía aliviar aunque sea un poco a Gastón Lefou actuaría como si todo estuviera bien, hasta que todo se complicó nuevamente.

 

Regreso a casa como de costumbre luego de mercado, tras revisar los libros de la taberna, no era un secreto que era analfabeta pero Lefou sabia contar muy bien, por lo que llevar las cuentas financieras era algo que siempre hizo para Gastón y sin el para ir y venir a la taberna era el quien debía atenderlas, tomo el paquete de cartas que llegaron ese día y se sorprendió al reconocer su nombre en una de ellas, de inmediato la llevo a Gastón esperando que su amigo le pudiera dar sentido a todas esas palabras.

 

-          Gastón ¿qué es lo que dice? – pregunto finalmente tras ver leer con algo de dificultad al hombre que pasaba ahora su rato en la cama, ya podía caminar pero prefería estar ahí donde nadie pudiera verle desde la ventana del segundo piso.

-          Nada importante – le restó importancia lanzando la carta  en su dirección y aun que Lefou quiso saber insistiéndole el hombre negó.

 

Finalmente tras algunos días la curiosidad de saber lo que decía la carta fue más grande y decidió buscar a alguien que la leyera, cuando se enteró de contenido nuevamente se molestó con Gastón.

 

-          Me mentiste – le recrimino al entrar a la casa, Gastón ahora estaba  frente a la chimenea con una coma de alcohol algo que realmente no le era recomendable pero el hombre hacia lo que quería.

-          Al fin regresaste estoy muriéndome de hambre  - le gruño en respuesta tomando un sorbo de su cerveza.

-          ¿Porque me has engañado? Dijiste que no era nada  - ignoro sus palabras y se plantó frente a el - no tienes ningún derecho Gastón – empujo la carta en su pecho - lleve la carta con Pére Robert y la ha leído para mí, ¿por qué no me lo has dicho?

-          Te dije que no era importante y realmente no lo es – dijo como si nada.

-          ¿No es importante? – pregunto incrédulo - ¿No es importante? – levanto la voz agitando las manos en frustración - Gastón es una carta de  Eleonor.

-          ¿Ese nombre debería significar algo para mí? – dijo haciendo una mueca obviamente reconociéndolo pero negándose a admitir.

-          Sabes bien que lo hace – empujo un dedo en su pecho -  ella está muerta.

-          Y como dije carece de importancia – gruño dejando se tarro en la mesa y tomándole del brazo.

-          ¡Gastón! – gruño intento zafarse pero aun con un solo brazo este hombre era muy fuerte -  Tu grandísimo egocéntrico engreído – golpeo su pecho con suavidad claro aún estaba herido -  he velado por ti, tome cuidado de tus heridas aun cuando todos hablan de tener que abandonarte.

-          Tienes una deuda conmigo – le recordó acercando al pequeño hombre, por alguna razón el recuerdo de esa mujer le hizo creer que Lefou le abandonaría, le dejaría como todos y en su pánico quería mantenerlo ahí mismo.

-          Sabe  bien nuestro buen Dios que ya eh pagado esa deuda durante todos estos años – volvió a empujarle -  tres días Gastón llevo de retrasó tres días – levanto su manos con frustración logrando que finalmente Gastón lo sentara en su regazo -  ¿por qué no me has dicho nada? – jadeo la impotencia ya manifestándose con lágrimas en sus ojos - ¿Por qué sigues siendo tan egoísta? – pregunto con suavidad y Gastón se sintió de alguna forma feliz, orgulloso de ver rendido a Lefou.

-          No tiene nada que ver conmigo  - dijo con suavidad viendo el shock en los ojos de su amigo.

-          En honor a nuestra amistad debiste decir algo – y ahí estaba nuevamente la recriminación, el dolor en sus palabras, Lefou aún no entendía, no comprendía lo que pasaba, Gastón se levantó entonces ignorando al pequeño hombre en su regazo y le dejo caer en el suelo -   debiste decirme que tengo una hija – y sus palabras sonaron tan esperanzadas, anhelantes que le gustaron nada a Gastón.

 

Le miro, levanto la barbilla apretando los dientes, tomo un último trago de su cerveza y lanzo el tarro con fuerza contra el suelo ante la atenta mirada de Lefou, pensó en decir algo, en herirlo para sacar algo de frustración pero Lefou solo desvió la mirada al suelo, la carta apretándose entre sus manos, se fue, camino lo más firme que pudo tragándose el dolor de su pierna mala y se encerró en su habitación para ignorar a su compañero, para ignorar a esos sentimientos.

 

Para dejarse envolver en su propio desprecio y auto odio.

 

Para repetirse que no necesitaba de su pequeña Lefou.

 

Notas finales:

Aquí se empieza a poner lo bueno.

 

Fueron diez años al parecer para los habitantes del castillo el tiempo no paso de lo contrario Chip hubiera crecido, pero para los de la villa si, diez años, en diez años pasan muchas cosas, muchos pudieron haber muerto de vejes, que un día regresar a ser humano y descubras que tus padres murieron en la villa, tal vez uno de ellos era el único sostén de su familia y esta murió o decidió irse lejos, tal vez alguno de los hombres estaba casado y su esposa tuvo que abandonar con sus hijos cuando su marido desapareció de sus recuerdos, nadie pensó en esto?? Bestia con su egoísmo o mejor dicho la hechicera porque en si los sirvientes no tenían nada que ver robo diez años de la vida de las personas y aun así todos parecen estar bien con eso, que alguien me explique???

 

La señora pops afirma que es su culpa por dejar que el padre de Adam lo convirtiera en egoísta y malvado pero la verdad es que no es así, ellos son sirvientes y aun que hubieran querido ayudarle no podían, porque no tenían autoridad para criar o enseñar al príncipe, si alguno de ellos lo hubiera intentado seria despedido o simplemente Adam los ignoraría por que creció en un mundo de riquezas y los sirvientes eran solo eso sirvientes que obedecían sus órdenes él no debía hacerles caso, si después parece escucharles pero eso es tras tenerlos diez años como única compañía, aun así ningún sirviente pudo evitar que Adam se volviera egoísta porque era noble y su voz no valía.

 

Tengo una teoría tal vez un poco rebuscada de que Gastón era de hecho Bisexual, al menos el de Luke Evans ( 2017) en la película animada Gastón durante su canción levanta una banca con las tres Bimbettes, las chicas súper enamoradísimas de él, pero en la nueva versión Gastón ignora a esas chicas y aun que las mira parece estudiarlas finalmente se decide a levantar a otra mujer y sorpresa a Lefou, él se inclina para levantar a su amigo, un hombre y si tal vez es tonto pero Gastón levanta tanto a un hombre y una mujer por lo que Gastón bien podía ser Bisexual mientras que el animado completamente Heterosexual, además hay que pensarlo Gastón es tan egocéntrico y se siente la última coca cola del desierto por lo que para que limitaría su atención en la mitad de la población cuando puede tener ambas???

 

 

Una galleta?

Un chocolate??

Un Lefou para Gastón???

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).