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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Proximo capitulo:  Layla y Steph enfrentan las cosas pero hay un extraño mas en la asamblea de Londres que causara problemas en esta.

 

Gracias por leer y mil gracias por dejar sus comentarios que alimentan el fic.

Lory B.



Por la noche y mientras Theobald dormía en brazos de Samael, los gemelos me cuidaban el paso cuando nos dirigiamos a la playa de Dumas en Gujarat. Llegamos en un tiempo muy corto a un lugar llamado Haveli, el cual parecía una vieja mansión abandonada, aunque también me pareció una iglesia. El sitio se miraba desolado, la hierba crecía portadas partes, la piedra de los muros exteriores estaba podrida y llena humedad, la verja había asido completamente invadida por aquellas madreselvas que crecían libres, el lugar estaba abandonado.
- No estamos violando propiedad privada?
Dije en lo que yo considere un susurro y Yuri me hizo una señal de que me callara.
Continuamos avanzando hasta entrar por donde Samael nos indicó, Kuri tuvo que asirme con fuerza pues de por sí yo no podía ver tan bien cómo ellos de noche pero en cuanto entramos la oscuridad se hizo más densa y por lo poco que alcanzaba a notar adentro el lugar también era un desastre.
Justo cuando iba a hablar Yuri termino metiéndome en sus brazos y cubriendo mi boca con una de sus heladas manos.
- Sibil dime tú cual de estos entrometidos humanos se te antoja más?
- No lo sé Ammu. No lo sé ...
Las voces eran delicadas y femeninas; caían como una cascada pero era imposible saber de donde exactamente, acaso había un piso superior parchado por aquella oscuridad en el techo alto de aquella mansión?
Yo forcé la vista para ver a Samael entre la oscuridad a pesar de que estaba casi a mi lado pero el espectro no dijo nada.
Como si un objeto puntiagudo cobrará vida en el aire de arriba hacia abajo, dos hermosas morenas aterrizaron frente a nosotros, los ojos de ambas eran escarlata y brillaban con furia.
- Se arrepentirán de haber entrado a este lugar.
- Ammu! Basta!-Dijo Samael.
- Como te atreves a llevar a tus sucios labios mi nombre humano imbécil!
Una de ellas saco de la parte de atrás de su cinto una espada enorme. Sentí miedo de ella y me pegue a Yuri.
- Que lata!- Dijo Samael, y miro a Kuri que de inmediato entendió aquella señal y tomo a Theobald en sus brazos.
- Ammu, soy yo!
- Maldito cállate mi nombre!
La mujer se fue directo a Samael que sin dudar esquivo el ataque de un salto y dejó salir sus alas.
- Tonta, soy yo! Samael de Belcebú!
- Samael?!- Dijo la mujer mirando al espectro que flotaba.
Las alas de Samael eran enorme y cubiertas de negro casi al sesenta porciento.
- Samael! Eres tú!
Dijo la mujer cambiando de humor tan precipitada mente como los niños pequeños, pero la otra aún seguía dudando.
Samael bajo y Ammu se acercó a el, puso las manos en sus hombros y le acercó el rostro para olfatearle el cuello. De inmediato una sonrisa se apunto en su rostro y dijo.
- Sibil, si! Es el! Es nuestro hermano!
- Quizás si se sea Ammu, pero que hay de los otros?
- Samael que pretendes al traer hijos de Adán contigo a este lugar.
Samael suspiro y dijo:
-Aquí vamos! Esos idénticos de ahí son parte de la asamblea de Londres de la cual soy parte, el que viene dormido en brazos de aquel - Dijo enojado señalando a Theobald- Es mi humano, y les prohibido despertarlo!
- Y la niña?
Dijo Ammu señalándome, Samael tuvo que reprimir la risa no por cortesía hacia mi; sino por que Theobald dormía.
- Ese es Stephan Joggar el contratista del maestro K. Y es hombre.
- Queeee?- Dijo la chica de nombre Sibil.
- Cállate Sibil, maldición!-Susurró Samael.
- Esto no es un hombre!- Dijo y de inmediato se posicionó frente a mi- Tiene rostro de niña, cuerpo de niña mal dotada- Me puso las manos donde tenía el pecho y palpó, me miro el pecho y luego se miro ella- Además no huele a testosterona.
- Métele la mano bien- Dijo Samael exasperado.
- Que?- Proteste yo y la chica me metió la mano por dentro de la ropa interior y palpó mi sexo.
- Por Satanás! Quien hizo está atrocidad? Qué monstro le quito eso?
Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas ante el comentario; me sentí avergonzado.
- Ya déjenlo en paz! - Dijo Samael y la chica saco su mano de mi interior, en tanto Yuri me acunó en sus brazos.
- Está bien Steph- Me susurraba al oído- Está bien.
- Vengo a ver a mamá y por Lilu.
- Pues tu y el rubio pueden pasar pero...
- Pasaremos todos!- Ordeno Samael con ira contenida.
- No pueden- Dijo Ammu- Sabes bien que los varones están prohibidos del Lilim.
- Theobald es mi humano y no está prohibido.
- Si pero los gemelos guapos de allá si!
- Mamá me dejaría traerlos.
- Si, pero nos pondrá una tunda cuando te vayas así que no pueden pasar y sabes de sobra que aquí en Haveli habitamos muchas y que si bien es necesario te detendremos.
- Adelante!
Dijo Samael invitando las al combate.
- Esperen... Esperen...
Dijo Yuri aún dándome palmaditas en la espalda para reconfortarme.
- Que sucede guapo?
- Por que no solo dejan pasar a uno de nosotros?
- Ah?
- Si bueno mis hermosas Lilims lo que sucede es que el humano de su hermano está comprometido mentalmente, ha quedado con el pensamiento de un humano de apenas dos o tres años y es muy difícil controlarlo a veces, parte en culpa de que su hermano Samael que se la pasa mimándolo- Las mujeres dirigieron su mirada a Samael como si comprendieran- Y bueno Steph es también todo un caso... No saben lo torpe que es, por Satán en menos de cinco minutos puede ser un desastre total! En fin créanme hermosas Lilims que aunque seamos espectros no es suficiente con uno solo de nosotros para vigilarles, así que les imploro que mi hermano Kuri sea el que acompañe a Samael, Kuri sabe bien como tratar con Steph y sus rubias boberías y con el mimado Theobald.
Mire a Yuri furioso, yo no era tan torpe y el también iba a seguir aquellas bromas de rubios de Kuri?!
- Eso suena más razonable pero...- Dijo Sibil.
- Está bien. - A completo Ammu- Pero yo seré la que los lleve hasta el Lilim, cualquier cosa sospechosa mató al humano mentalmente comprometido... Y tu humano y el espectro viajarán como indica las reglas.
- Bien - Dijo Samael con la cabeza gacha.
Yo no fui llevado con los demás sino me dejaron en libertad junto a Samael.
Mientras el bote cruzaba a toda velocidad el mar Arábigo Samael me explico que en el Lilim, la isla donde vivía su madre Lilith, la primera mujer, los hombres no eran bienvenidos, hombres hijos de Adán por supuesto, obviamente Theobald era un hijo de Adán aún a pesar de su mentalidad y Kuri estaba encarnado en el cuerpo de uno a pesar de su esencia de Espectro.
En tanto yo, este sin trastabilleos me puso claro aquello, que era debido a que yo ya no tenía testículos que produjeran semen era que mi olor a las Lilims les resultaba inadvertido y que cuando una lilim deseaba a un castrado, el olor que provenía de este era ácido, podía quemarlas... Aún a pesar de su sinceridad brutal; agradecí a Samael pues sentí que este me había mostrado todo aquello en una manera más amable que de costumbre y me sentí mal hacia Layla, este pudo leer mi pensamiento y decir.
- No la mal entiendas Stephan ella pensaba todo aquello que te dijo de que los testículos no te hacían varón... Pero en su naturaleza está enfermar ante tu olor actual, ella te deseaba tanto que yo mismo pude escuchar hasta Londres como su espíritu se quebraba cuando el maestro te pidió esa ofrenda.
Solo pude callar ante su discurso.
Tardamos alrededor de cuatro horas en llegar a la isla de las Lilims la cual no podía distinguirse entre la negrura del cielo y el mar, quiera meter mis dedos para acariciar el mar y hacerle saber a Sid que lo amaba y que estaba buscándolo pero antes de poder siquiera tocar el agua Samael me detuvo.
- Estás aguas son territorio Lilim, lo mejor es que no lo hagas.
- Comprendo.
Llegamos a un pequeño puerto que se caía de viejo y Samael bajo en sus brazos a Theobald que aún dormía.
Kuri me aferro contra el.
- Será mejor que te sujetes bien Steph, este lugar puede ser peligroso.
Yo obedecí y avanzamos por la playa la cual marcaba su territorio de manera salvaje pero firme, cuando está termino nos adentrarnos en un espeso bosque con árboles raros, yo desconocía el por qué esa flora habitaba ahí; pero no deseaba preguntar a la nativa de ese lugar. El bosque se abrió a unas estrechas planicies costeras, una meseta de piedra caliza hacia donde nos condujeron a través de la entrada de una cueva kárstica.
En verdad estaba tan oscuro que tropecé un par de veces y ante los gruñidos de nuestra guía Kuri me llevo en sus brazos. Yo no deseaba eso pero no tuve más remedio que aceptar.
Al fin salimos de aquella negra penumbra a una playa donde una pequeña y vieja barquita nos esperaba.
Abordamos y la chica tomo los remos, yo mire a Samael pensando si sería correcto que ella remara pues no era caballeroso y ella estalló en risas.
- Dile que cuide su mente al mocoso, esos pensamientos impíos no deben venir de alguien que ya no figura en la lista de prioridades de una mujer.
Su comentario me molesto sobremanera y recargue mi mejilla en mi mano mientras miraba hacia otro lado.
La chica remó por espacio de media hora, la verdad me sorprendió su fortaleza de brazos pero bueno al fin y al cabo era un espectro no?
A lo lejos unas farolas se dejaban ver, una isla se iluminaba como si hubiera un carnaval.
-Ese es el Lilim- Dijo Kuri con un aire fúnebre.
Conforme nos acercamos a la playa de aquel sitio, la cual parecía deshabitada la verdad se iba reflejando más y más. Un montón de niñas de edades entre los tres y once años deambulaban por aquí y por allá agitando sus brazos en señal de bienvenida.
- Ammu!!!
Decían y gritaba exaltadas.
Al fin desembarcamos y Ammu saludo a algunas pequeñas en un lenguaje raro, ellas le correspondieron en un saludo que daba la apariencia de que le respetaban mucho y luego nos miraron con asombro mientras se cuchicheaban entre ellas.
Recorrimos gran parte de la isla que era una combinación de bosque espeso y frondoso con selva húmeda y tropical... Como podían existir dos ecosistemas de ese tipo juntos?
Al fin llegamos a lo que parecía ser una cascada y unas mujeres exuberantes y pálidas salieron a recibirnos, saludaron a Ammu en ese idioma de nuevo y luego una de ellas dijo.
- Así qué es Samael de Belcebú, nuestro pequeño hermano.
- Lamia.
Lamia era una mujer pelirroja de ojos escarlata con grandes pechos y una cintura diminuta. Un ideal masculino sin duda.
La mujer dijo una palabra a Ammu y está se retiró. Luego se dirigió a Samael en aquel lenguaje y este asintió y nos ordenó.
- Vayan a dar una vuelta por ahí.
- Ah?
- Yo primero me presentare ante mi madre y luego los alcanzó.
- Pero...
- Kuri por favor cuida de Theobald y que ni el, ni Steph hagan tonterías, las pequeñas Lilims pueden parecer inofensivas pero no lo son.
Kuri asintió y tomo a Theobald entre sus brazos.
Samael beso la frente de su humano y de inmediato partió con la mujer, en cambio Kuri, Theobald y yo no nos alejamos más allá de la orilla de la cascada y nos quedamos esperando...
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Del Libro de Samael.
Reencuentro.
Llegue a la sala del Edén De Noche que era donde permanecía mi madre desde hacía siglos.
- Madre- Hablé en un idioma antiguo, muerto- Madre Lilith, la noche te cubre con su belleza.
Los ojos mordaces de mi madre que habían permanecido inmóviles desde mi entrada se fijaron sobre mi con rabia, lo peor que un hombre humano, demonio o espectro podía hacer era hacer enojar a la primera mujer.
- Madre...
- Samael, señor de las moscas....
Dijo su mente y sentí que estaba en peligro, fije la mirada en el suelo a manera de presentar mis respetos y note que Layla estaba tirada a un lado del trono de zafiro color negro de mi madre. Su cabello cobre estaba enmarañado y vestía con uno de esos vestidos franceses que le lucían tan bien pero este estaba completamente deshecho, cortado, y sucio, se miraba como una muñeca rota y el reparar en ello me hizo bajar la guardia.
Sentí los brazos delgados y poderosos de mi madre. Esta me apretó con excesiva fuerza contra su pecho, para un humano común le hubieran roto las cervicales pero a mí me pareció un gesto de ternura.
- Eres un espectro cruel Samael, por que no venías a verme? Acaso ya no me amas?
- No, mama, no es eso, lo sabes! Es solo que...
- Te castigare después pues ahora quiero tenerte cerca como cuando eras un pequeño.
Me pegue a mi madre y estuvimos así un largo rato. Esta al fin me soltó, me dio uno de sus apasionados besos en los labios y yo le correspondí con la misma pasión, luego me tomo de la mano y me condujo hacía su trono, retomo su lugar no sin hacerle una dulce a caricia a Layla en las mejillas y me invitó a sentarme a sus pies. Accedí con gusto; una lluvia de recuerdos vino a mi de cuando yo habitaba el Lilim, donde usualmente era un lugar pacífico y maravilloso. Aquellas noches donde todos nos sentábamos a escuchar los cantos de mamá a sus pies y ella algunas veces accedía a ponernos en su regazo y más a mi pues se notaba que yo era de su particular predilección.
- Has venido por Lilu mi pequeño?
- Así es madre, seguro sabes que no he venido solo y además también seguro ya conoces la historia del por que Lilu está así.
- Si, conozco todo aquello, incluso que has traído a mi casa al premio de Lucifer.
- Madre discúlpame, pero no era mi intención.
- Has hecho bien mi pequeño Samael, Lilu debe entender como enfrentar esta situación y esto debe servir a las demás como una valiosa lección.
- Madre...
Me metí en sus brazos fuertemente y está me devolvió aquel gesto de cariño.
- Samael, no quiero que te vuelvas a ir del Lilim, no quiero que vayas a cometer una tontería que no pueda yo reparar.
- Madre! Acaso tu....
- Yo quisiera que ni tú ni tus hermanas tuvieran que pasar alguna pena nunca, pero por desgracia llevan mi maldición y eso es algo que no puedo evitar. Samael se que no puedo retenerte en el Lilim pues tú ya tienes a alguien que deseas cuidar, solo quiero que me digas... Si yo... Si yo puedo hacer algo por ti. Lo que sea Samael, lo que sea para que tú...
- Madre por favor, para!
- Mi pequeño, mi niño!
Su abrazo se intensificó de una manera que era destructiva.
- Mama- Dije suspirando.
- Lentamente mi pequeño hijo... Luego ya después será todo tan rápido y a la misma vez; que no podrás saber qué sucede...Todo se vendrá abajo.
- Mamá.
- Shhh quizás sea la última vez que te tenga cerca de mi pecho, mi Samael, te he amado desde siempre, un espectro tan hermoso como tú en verdad que no pude haber pedido más. Dime hay algo que pueda decir o hacer para que no hagas una locura?
Negué con la cabeza.
- Tan enamorado estás del humano?
Asentí sin mirarla.
- Bien- Dijo ella separándome con suavidad de su pecho, beso mi frente y repuso- Samael, quisiera conocerlo... Quiero comprobar que sea digno de ti.
- Si mamá.
- Ahora trae al humano, deseo verle y tu hermana seguro también...
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Sentí un tirón en el cabello que me hizo despertar de inmediato. Escuché las risas pero apenas abrí los ojos supe de quién eran aquellas risas burlonas.
- Despierta Steph, donde está mi Samael? Dónde estamos?
Theobald tenía su rostro frente al mío, tan cerca que pude saborear su aliento afrutado y tras de el un grupo de quince o veinte niñas pequeñas que morían de risa.
- Que esperas ve a buscar a Samael, me muero de hambre! Quiero unos huevos con tocino.
- Eh?
Las risas estallaron y ninguna de ellas nos perdía la pista, voltee a ambos lados para buscar a Kuri y nada que estaba.
- Emmh disculpen señoritas, saben ustedes donde fue el chico peliazul que estaba con nosotros?
Algunas estallaron en risas preciosas como ellas y otras se tapaban la pequeña boca con la mano para evitar reír. Una de ellas emergió de la parte de hasta atrás y dijo.
- Mi nombre es Lotta, soy hija de la primera mujer , y yo hablaré contigo nena.
- Espera un segundo niña, me dijiste nena?
- Ah?- La pequeña de piel nívea y ojos carmín me miro extrañada- Tu voz...
- Yo no soy una niña, soy un...
Me quedé pensando en aquello que me faltaba .
- Jajajaja- Estalló Theobald en risas- Es niña! Es niña!
- Basta- Le indique a Theobald con la mirada y señalándolo, luego volví el rostro hacia la pequeña Lotta- Soy un varón no una niña y ...
- Hea!
No terminé la frase cuando Lotta emitió un grito y estás me miraron con una evidente y pesada desconfianza; eso además de que tomaron palos y piedras para su emboscada; entonces comprendí que había sido un error enorme mostrarme como un varón.
- Que hace un hijo de Adán aquí?
Estas direccionaron sus armas no solo a mi sino a Theobald también el cual se pegó a mi y dijo.
- Steph, tengo miedo.
- Tranquilo... Todo estará bien.
Theobald temblaba como gelatina del miedo y para mi desgracia yo era el que estaba a cargo de la situación.
- Sabían que aquí lo hijos de Adán no son bienvenidos?
- No son bienvenidos!- Comenzaron a corear las niñas.
- Así que...- Dijo la pequeña Lotta- Vamos a aleccionarlos un poco, claramente los hijos de Adán no están bien criados.
Estas niñas a pesar de su corta edad ya eran unas feminazis. Me dio miedo pensar en lo que podían hacerme si pudieran leer mis pensamientos.
- Es hora de comenzar .... A ellos!
Las niñas alzaron sus palos contra nosotros y un par de piedras volaron en nuestra dirección, rodee a Theobald por los hombros para intentar cubrirlo con mi cuerpo. Cerré los ojos y pensé en Sid, pensé en lo que me había prometido, Sid, Sid lo prometiste.
Un estruendo general se escuchó y apreté más los ojos sujetando al ojiverde contra mí, no sentí ningún tipo de dolor así que quizás ya estaría muerto debido a la lapidación.
- No seas rubio Steph, jamás permitiría que estás mocosas te tocaran.
- Ah?- Abrí los ojos sorprendido, era cierto estaba vivo! Theobald tiritaba aún de miedo en mis brazos pero gracias a Kuri seguimos vivos.
- Basta mocosas o les daré su merecido!
- Un hijo de Adán amenzandome? Que ridículo!
- Más ridícula eres tú mocosa; que no te das cuenta que humano no soy.
- Mentira nos quiere engañar! No debes sumestimar a las hijas de la primera mujer.
- Es subestimar- Dijo Yuri exasperado- Y ustedes son las que se subestiman solas!
- Ya verás!- Dijo Lotta con una rabia que se derramada en sus gestos faciales.
En un movimiento que yo pude percibir esta se lanzó contra Kuri y yo grite.
- No!- Me lance a interponerme entre ellos pero Kuri ya había desaparecido- Kuri es una niña!
- Basta!
Se escuchó la potente voz de un tercero que yo bien conocía.
- Samael!- Grito Theobald con emoción.
Samael apareció sujetando por la muñeca a la niña que colgaba como un trapo al viento .
- Otro hijo de Adán?! Nos invaden!
- No seas cabeza dura Lotta, soy Samael hijo de Lilith y no te permito que toques a mi Theobald - Dijo señalando al aludido- Ni al rubio tonto- Dijo señalándome a mi.
- Oye!- Proteste .
- Y ese?- Dijo Lotta señalando con el pulgar a Kuri.
- Todo tuyo pero piénsatelo dos veces ya que el no es un humano sino un espectro muy poderoso.
- Que? Es en serio?
- Si! Y ahora ve que te inventas de distraccion pues nosotros estamos muy ocupados.
La pequeña Lotta nos miro y suspiro, luego se acercó a mí con precaución y una pizca de curiosidad, me olisqueo el cuello y dijo.
- El no es hombre Samael.
Samael me miro con prudencia, yo sabía que intentaba mediar sus palabras. Intenté hacerme el fuerte pero no resultó y terminé agachando la mirada.
- Lo es, no nació bestía como yo, ni maldita como tú, Stephan es humano y conserva esa cualidad.
Mire a Samael mostrando mi agradecimiento por sus palabras.
Lotta me sonrió de una manera divertida y pícara y dijo.
- Igual me gusta, es lindo, cuando sea grande me voy a casar contigo rubiecita.
- Ah? Cómo?
- Que me voy a casar contigo y tendremos bebés.
- Pero ...
- Por que así lo quiero!
- Pues mucha suerte por que es medio inútil pero en fin, ahora a volar!
- Samael no nos trates como niñas, hermano mayor- Exigió Lotta dando la media vuelta y sacándole la lengua.
- Anda Steph vamos, es tiempo de que Layla y tú arreglen las cosas.
Yo asentí y eché un último vistazo hacía la dirección que había tomado aquella pequeña.
Samael nos condujo hacía lo que parecía ser una caverna al lado noroeste de aquella isla, me aferre a Kuri y este se aferro a mi debido a la intensa oscuridad que reinaba ahí, inclusive sentí como el aire se hacía más y más denso, a Samael y a Kuri no parecía importarle a mucho pero Theobald se revolvía en sus brazos constantemente lo cual confirmaba que este no era un sitio para humanos.
Al fin a lo lejos una luz se pudo divisar una luz mínima.
Conforme caminamos se hacía apenas visible, un lugar como un Edén vacío, a nuestros pies una alfombra de césped verde natural, florecillas silvestres se dejaban ver cómo puntos intermitentes; a los lados había dos árboles con el tallado de una serpiente enroscada en cada uno de ellos, eran unos manzanos preciosos. En medio de ellos en un pequeño pedestal tumbada al lado de un trono de un negro intenso, ahí estaba Layla? No! No podía ser ella. Los cabellos cobre enmarañados por completo, el vestido color blanco roto, todo, era nada más un recuerdo de trapo de lo que había sido un vestido de fina hechura, labios opacos y ojos sin ese brillo carmín, sus ojos estaban sin vida.
- Dime algo Steph, aún sientes miedo de Lilu?
Recordé el momento en que Layla había hecho aquello, violación? No creo, pues yo estaba ardiendo en deseos pero al escuchar que ella ya no me deseaba por que ya no tenía mis testículos, entonces sentí repulsión, no quería que me tocará, sentía deseos sexuales en oleadas, así como tristeza e ira. Había sido un momento horrible.
Pero al verla así, tan vacía, tan sin vida... Yo estaba aún enojado y un poco dolido pero amaba a Layla, después de todo ella era la que siempre me había cuidado, ella siempre fue la que me defendió de Samael e incluso de Ephy, Layla siempre había estado ahí para mí, incluso cuando yo creía que no, cuando había hecho aquella estupidez de ir a ahogarme, ella había arriesgado su vida por mi salvándome de aquel mar impetuoso, ella había quemado sus alas. Usualmente era yo el que daba problemas todo el tiempo y quizás solo entonces está era una única oportunidad de poder hacer algo por ella. Y si así era entonces lo haría, vencerá mi miedo, mi coraje y mi tristeza.
Mire a Samael y dije.
- Déjalo en mis manos.
Sus incisivos se asomaron y el asintió.
-Bien no olvides sangrar. Vamos Kuri, te presentaré a mi madre.
- Wow! En serio?
Los tres se retiraron de aquel lugar por una dirección diferente, no comprendí lo que quiso decirme al último así que intente reflexionarlo por unos momentos y luego de eso comencé a quitarme la ropa.
Me desnude completamente y mire mi sexo, siempre buscando encontrarlo como antes pero siempre obteniendo la misma respuesta.
Suspiré y me acerque a ella, me daba coraje verla en esos trapos hechos girones, esa no era mi Layla así que le arranque la ropa con una facilidad poco natural, como si yo hubiese sido un hombre muy fuerte.
Su cuerpo desnudo era una oda a la belleza de siglos pasados, su carne blanca y joven, ser joven por siempre parecía tan ideal pero seguramente era tan fastidioso. Intenté poner orden en cada uno de los cobrizos hilos de su cabellera.
Al fin me hinque frente a ella, mire aquellos ojos vacíos y tuve ese extraño presentimiento de que si no hacía algo pronto ella se marcharía lejos a un lugar de su mente donde no podría seguirle.
- Layla- Dije yo acariciando su mejilla- Layla no sé si estuvo bien que sucediera eso entre nosotros lo que si se es que no estuvo bien que fuera de esa manera, pero... También se que no quiero perderte, Layla eres tan valiosa, tan preciada para mi, te amo tanto, y quiero que regreses con nosotros y me ames de la forma en la que quieras amarme, no me importa pero por favor no nos dejes...No me dejes Layla... No me dejes Lilu.
Me aferre tan fuerte a ella, maldición! No quería perder más personas queridas.
- Por favor Lilu, por favor!
Hundí mi cabeza en el cuenco de su cuello delgado y llore.
Nada sucedía, comenzaba a sentirme desesperado pero entonces recordé las palabras incomprensibles de Samael.
Quizás si le daba a beber mi sangre como a los vampiros de las películas de antaño ella reaccionaria.
Busque con que herirme pero nada, no había ni un objeto de metal o algo filoso, busque en las hojas de aquellos manzanos. Nada! Intenté morderme un dedo como en las películas de acción hacían para escribir con su sangre mensajes pero me dolió tanto y no conseguí nada así que solo pude rascarme, recordaba que desde que había perdido la razón y hasta que fui recuperándome Layla y mi mamá tenían que cuidar que no me rascara constantemente hasta sangrar así que comencé a rascarme el dorso de la mano y aunque me dolía lo conseguí. Rasque más hasta que una pequeña gota escurrió , luego otra y otra más.
Me acerque a ella y la metí entre mis brazos.
- No es mucho lo que puedo ofrecerte Lilu solo puedo ofrecerte mi sangre pero vuelve por favor.
Olí su pelo cobrizo, cerré los ojos y llene mi nariz del aroma de su pelo, hija del árbol de manzanas.
Abrí los ojos en respuesta a la mano que se había alzado en mi espalda.
- Stephan...
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Del libro de Sid
Dialogos I
- Te había estado buscando mi señor Leviatán.
- Y por eso tenías que acosarme desde Los Cabos hasta aquí?
- Me siento muy apenada por ello.
- Seguro que si.
- Un hermoso sitio muy hermoso este de Bahía Málaga, Colombia es un gran lugar.
- A que has venido, que quiere Nefy ahora?
- Mi maestro Ran me ha mandado pues quiere reunirse con usted en Asunción Paraguay.
- Paso, gracias.
- Mi señor, me temo que tendré que seguirlo ante tal rechazo.
- No se te olvide con quién hablas Noon.
- No lo olvidó mi señor Leviatan, es solo que si me permite decirlo los dos maestros Leviatán que quedan para este momento saben que su corazón tiene un nuevo dueño, alguien que es su fuego y el dueño de su único deseo, pero usted sabe que eso es imposible no es así? Un Leviatán y un humano?
- Que demonios quieres lograr con esto Noon?!
- Nada mi señor, solo que atienda lo que le estoy diciendo, el humano y su señoría son de dos mundos diferentes, aunque el humano pueda alcanzar el corazón del señor Levitan de la Antártida, usted podrá alcanzar el caprichoso corazón de un ser humano? Acaso es usted objeto de su más apasionado fuego? De sus humanos deseos?
- Lárgate Noon, o llegarás en pedazos a tu amo.
- Mi amo Leviatán de la Antártida, mi amo Ran lo esperará en dos semanas en las ruinas jesuíticas a la media noche, está muy interesado de hablarle y también de escuchar, el amo Ran lo quiere así.
- Es todo?
- Si mi amo. Con su permiso.
Esta se marchó en silencio.
La luna brillaba en lo alto, no había más que dolor y errores, trazaba un viaje para buscar lo que había enterrado hacia ya muchos años presa del odio y el rencor de Glenn, el había sido mi fuego, mi deseo más íntimo y el dueño de mi corazón pero yo jamás logré estar cerca de ser alguna de aquellas cosas para el, si yo bien sabía que era muy tarde para pensar aquello tan solo recordar al rubio me hacía arder, sus caderas pequeñas, sus hombros redondos y sus cabellos rubios y largos. Stephan Joggar.
Nos habíamos separado hacia casi ocho años y ahora podía ver qué no podría ser de la misma forma que había sido con Glenn, pues de alguna forma sabía que cada respiración de Stephan, cada uno de sus movimientos y cada centímetro de su piel seguía siendo mío, estaba muy seguro de aquello y yo lo llevaba tan dentro de mi, no había nada ni nadie mas. Esta era la manera de amar a Stephan y así lo quería yo de esta manera.
Tomaría mi tiempo, viajaría despacio y por las noches hasta Paraguay, igual tenía que cruzar para llegar a la Patagonia. Stephan Joggar, dime por que el? Pregunte al cielo nocturno, por que el?

 

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