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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Hola a todos.

Al fin se fue Julio! Y bueno es fin de capitulo doble, espero les guste y bueno aunque parezca disco rayado, gracias a los que leen y mils gracias por sus comentarios que son los que hacen crecer el fic! Gracias!

Lory B.



El puerto de Civitavecchia era un sitio impresionante era tan alegre, concurrido y bullicioso aún de noche que Italia se me antojo como un lugar donde todo el mundo vivía feliz y en paz. De inmediato nos estaban esperando tres coches alfa Romeo spider de color blanco, que eran custodiados por lo que parecía ser un grupo de la policía de Italia, esos uniformes negros con la franja roja y sus capas perfectamente bien almidonadas, los sombreros, todo me pareció tan irreal que sentí que cuando terminara la película en la que estaba inmerso me sentiría extraviado. Uno de los oficiales se acercó a los gemelos y les entregaron las llaves de uno de los vehículos, los gemelos no dudaron en tomarlas y abordar uno de ellos, Elliot pidió la llave de otro y de inmediato se la entregor03; a Kanon y Layla hizo lo mismo.
- Vamos Steph tu vendrás conmigo.
- Ah?! Pero ...
- Y esos amables hombres son del cuerpo de carabineros que es un órgano de seguridad del estado, en italiano se dice Arma dei Carabinieri. Redoblaremos tus lecciones de italiano- Dijo sonriendo.
Suspiré y aborde el vehículo. Layla me indico que me abrochara el cinturón de seguridad y así lo hice, pero el ruido del motor del carro donde Kuri iba al volante me distrajo, caray iba a exceso de velocidad, yo calculé que había acelerado de cero a más de doscientos en menos de tres segundos, luego Kanon dio marcha a su vehículo pero este a menor velocidad, más o menos se fue de cero a cien en un par de segundos, a mi me daba miedo la velocidad así que mire a Layla y está adivinó mi pensamiento.
- Descuida, yo sé que te da miedo pero te prometo ir despacio, lo más despacio que pueda.
Yo asentí y trague saliva, está encendió en coche, sonrió de lado y aceleró de cero a cien, definitivamenter03; el alfa Romeo era un coche esplendido, cero vibración o sonido del motor, me gustó mucho el coche, aunque de la conductora no podía decir lo mismo; digo no quería sonar como un macho pero Layla era mujer! Varias veces la vi distraída a velocidades superiores de los ciento ochenta, tomo curvas de una manera salvaje y además puso en el radio romances italianos que aunque no entendía simplemente sonaban melosos, en fin. Llegamos a la cuidad del vaticano en una hora casi, a un hotel de lujo que quedaba a pocos pasos de la iglesia de Santa Maria della Pace, todas las suites estaba reservadas para la asamblea, yo ya sabía que estos tíos no podían ser más excéntricos y ridículos pero ahora yo venía con ellos, que vergüenza.
- Debes dormir Steph.
- Pero... Cuando iremos a ver al maestro?
- Hoy no, eso es seguro.
- Bueno pero debemos crear una estrategia no?! Reunirnos para hacer un plan o algo...
- No, duerme, lo mejor es que descanses.
- Pero Layla, que van a hacer? Acaso irán a dar una vuelta por toda Italia? No irán a ver al maestro K. sin mí y regresar por la mañana a decirme que ya está arreglado o si?
- Steph sabes por que usamos los coches para llegar hasta acá en lugar de usar nuestra velocidad que hubiera sido más efectiva?
- No, supongo no había pensado en eso, quizás por que yo vengo y la verdad eso de viajar a la velocidad de la luz no es lo mío.
- No Steph, quizás yo hubiera podido traerte en carro en lo que los demás llegaban pero mientras estemos en Roma y en la cuidad del Vaticano, nadie de nosotros puede usar sus poderes, el día que veamos al maestro K. nada más con entrar a su santuario ni siquiera seremos capaces de poder leer tu mente o la de cualquier humano, el poder del maestro invalida el de cualquier espectro en su radio, quizás solo funcionaria entre nosotros, pero los espectros guardamos bien nuestros pensamientos; es por eso que debes tener la seguridad de que no iremos a verle sin ti, de hecho nadie saldrá de sus aposentos hasta mañana por la noche que nos llegue el citatorio de que el maestro K nos va a recibir. Lo entiendes?
- Ok, lo entiendo.
- Vamos duerme un poco, seguro estás cansado.
- Más o menos.... Layla te puedo pedir un favor....- Dije apenado.
- Si, me quedaré a tu lado hasta que te duermas.
Yo sabía que ella había leído en mi cabeza, pero no me molesto en absoluto, se tendió a mi lado y yo la abrace, tenía una fantasía; éramos recién casados y estábamos de luna de miel en Roma, quizás sería nuestra primera noche durmiendo juntos, quizás lo hubiésemos hecho muchas noches antes de la boda, Layla río por lo bajo y me concentre en dormirme, era un poco vergonzoso pensar en esas cosas y que ella lo supiera.
- Steph... Si algún día te cansas de Sid y buscas otro romance yo te lo puedo dar también, te prometo lo haremos mucho antes de la boda.
- Ah?!
Ella me beso la mejilla y me dijo.
- Buenas noches.
Supuse era mejor no seguirle la plática, pues dentro de mi pecho yo sabía que ahí estaba el lugar de aquellos ojos lilas y aunque como todos los humanos yo fantaseaba con cosas hermosas, en realidad yo solo amaba plenamente a una, Sidney.
Desperté por la mañana, Italia era muy calurosa y soleada, que distinta de Londres era! Me gustaba mucho Londres pero un poco de sol al año no me vendría mal eh? Ya estaba dispuesto el desayuno en el lobby de la suite así que comí toda clase de delicias italianas y me cambie dispuesto a hacer un poco de turismo por la cuidad santa. Vaya que ocurrencias de tener a los demonios guardados en la misma cuidad donde estarían todos los santos eh?! Había pensado mucho en qué clase de lugar sería aquello donde su maestro se hallaba, seguro algún tipo de cueva o un cementerio quizás, a Sid le gustaban mucho los cementerios, su voz vino a mi cabeza entonces....
" Es silencioso y barato"
Me estremecí de solo recordar su voz, ya pronto estaría junto a él, eso me emocionaba y también a mi cuerpo; así que antes de salir tuve que darle un pequeño gusto, nada extravagante cómo volver a introducirme cosas pues después de tal vergüenza Elliot quiso jugar el papel de mi maestro y trajo toda clase de juguetes raros para mi, eso me pareció un plan mañoso y más cuando se ofreció a enseñarme como usarlos.... Y como no podía tener ese placer, al menos si podía lograr correrme un par de veces.
El sol estaba en su máximo, sería mediodía cuando salí del hotel y decidí dar una vuelta, camine unos bloques a la redonda, era simplemente sorpréndete y hermosa la iglesia de santa María della Pace , algo espectacular, era sencilla su fachada pero las obras de Rafael Sanzio eran algo increíble. Me di un tiempo para visitar con calma la iglesia y luego salí de ahí con rumbo a la Vía Guiseppe Zanardelli guiado por el navegador de mi teléfono, cruce el puente Umberto I que era el que cruzaba el río Tiber y admiré la arquitectura de la Piazza dei Tribunali, los rostros de aquellos nobles jueces de la antigua Roma que te recibían con amabilidad y las fuentes adornadas que eran remansos de paz. Seguí por la calle de Lungotevere Prati la verdad estaba muy emocionado haciendo turismo por mi mismo y aún con mi poco italiano logré llegar a la cuidad del Vaticano, realmente estaba muy, pero muy cerca del hotel, caminé toda la vía Della Conciliazione hasta la Piazza San Pietro, era espléndida! Más que eso, me sentí tan vivo cuando me pare en medio de la Piazza , los rayos del amable sol de Italia me hicieron sentir vivo, me daban su calor y bueno si había venido a Roma lo menos que podía hacer antes de irme a meter en cualquier agujero donde fuese que la cede estuviera era disfrutar el país.
Ansiaba la compañía de Sid, quería tomar su mano y pasear bajo el sol con el, quería besarle a media Piazza.... Ay por dios! Qué cosas tan cursis y disparatadas pensaba! Calma Stephan! Cálmate! Me di un par de golpes en el rostro para despertar cuando torpemente choque con un hombre.
- Lo.... Lo siento...- Dije pero este solo gruñó un par de cosas que no entendí.
- Mi sento più, sei una stronza!!!
- Lo siento! Lo siento!- Dije alejándome al ver la cara del hombre, era terrible. Creí haber tomado la misma salida de regreso pero no fue así y terminé perdido en una estación de nombre Termini o eso pude leer, maldición era un idioma tan diferente!
- Caray ahora tendré que tomar un taxi.... Y seguro son caros...
Busque mi billetera para saber cuánto efectivo traía, era muy difícil para mi no poder contar en libras esterlinas, los Euros eran demasiado problemáticos pero en tan solo un instante supe que estaba en más problemas de los que creí... No traía mi billetera conmigo, no estaba! Comencé a buscar desesperado en mis bolsillos pero nada, busque una y otra vez incluso mire al suelo, carajo! No! No! Me deje caer rendido en la parada del autobús. No traía ni un euro! Ni un miserable euro! Dónde se me habría podido caer? Maldición! Maldición!
No! No me puedo perder, vamos que no soy una criatura pequeña, quizás si pregunto a un policía, estos me puedas ayudar, incluso quizás como los Bobbies ( Bobbies es el sobrenombre con el que se le conoce a los policías británicos) me puedan auxiliar hasta mi hotel. Si, no me iba a quedar llorando de brazos cruzados! Llegaría por cuenta propia al hotel!
Camine mientras buscaba a algún policía pero solo me metí entre calles a lo bruto y después de media hora de caminar me puse a llorar.
- Dammi il tuo denaro! Ora!
- Ah?! Dis.... Disculpe estoy perdido... Yo...- Dije secándome las lágrimas- Yo estoy....
- Dammi il tuo denaro! Ora!
- Ah?! No, yo no entiendo, mire yo estoy perdido...
El hombre era enorme y musculoso, su cabeza estaba rapada y sus ojos decían que no estaba ahí para ofrecerme ayuda. Un segundo después comprobé aquello, cuando el enorme hombre me propino un empujón que me mandó de un sentón al suelo.
- Pero.... pero....
- Denaro!- Estiro su mano hacia mi- Oraaaa!-Grito furioso.
-No... no le entiendo yo...
El miedo se disparó dentro de mi, el corpulento hombre elevo el brazo de forma amenazante y yo cerré los ojos, " Sid, ayúdame lo prometiste"
- Rápido! Rápido!
De una manera brusca tomo mi brazo y me jalo para que corriera junto con el, abrí los ojos al sentirme de pie y le seguí el paso, era un chiquillo de apenas unos 15 años o menos quizás pero corría como alma que llevaba el mismo diablo.
- Rápido, rápido! Qué nos siguen!
No sabía para donde pero este se metía entre plazas, callejones e incluso nos metimos a una fuente, yo volteaba para confirmar que aún nos seguían y si, venían tras de nosotros en un Fiat color guinda que se veía de principios de los noventa.
- Carajo!- Dijo el chico de cabellos castaños claro- Donde estas? Dónde la dejé! Carajo!
- Ahhh...
De improviso giró en un callejón muy estrecho en el cual quedamos aliento con aliento, mi respiración estaba agitada, el, en cambio parecía normal, su rostro era bastante lindo, sus ojos aguamarina eran preciosos y enormes, no pude evitar pensar que era un " Cara de niña"; en cambio el dijo.
-Hush!- Me tapo la boca con su mano, la cual era al parecer más grande que la mía y miro de lado.
De inmediato paso rápidamente el Fiat con aquellos hombres gritando y haciendo escándalo, yo me quedé tan inmóvil como mi acompañante y por suerte estos no nos vieron.
- Vamos, hay que encontrarla pronto o si no cuando regresen habrá problemas.
- Ah?
- Vamos! Aprisa!
Este tomo mi mano, su mano era cálida, era tan raro sentir el roce de otro ser humano.
Caminamos deprisa buscando no sé qué, yo seguía afectado, pero no tanto como para no darme cuenta de que me había sucedido un pequeño accidente, por que siempre me pasaban estás cosas cuando tenía miedo? Vino a mi mente el oficial June Whipperr03; y no tuve ni la más remota idea de por qué, pero era una especie de recuerdo cálido, entonces me aferre más a la mano de aquel desconocido.
- Al fin aquí está!
Yo estaba ya exhausto y mire el motivo de su alegría. Era un vieja bicicleta que parecía que en cualquier momento se iba a destartalar, suspiré.
- Vamos! Vamos sube!
Este se montó y me señalo la parte de atrás .
- Vamos!
No estaba muy seguro de si debía hacerlo, estaba mojado, incómodo y además de que esa cosa en una bajada se iría derecho al río.
- Ahí están!- Gritó el conductor del Fiat guinda.
- Benedetto, fermarsi ora!( Detente ahora!)- Gritó el hombre corpulento que yo conocía.
Me trepe de inmediato y este salió disparado a una velocidad bastante buena, yo me aferre a el, tenía mucho miedo de esos hombres, en tanto el chico pedaleaba con todas sus fuerzas.
- Sid... Ayúdame!- Rezaba yo en voz baja.
- Benedetto!
-Siamo spiacenti, questo non è possibile!( Lo siento eso no es posible) - Grito el niño en tanto yo cerraba los ojos, mi pantalón estaba ya muy húmedo pero no me podía controlar.
- Sujétate fuerte!
Yo obedecí y apreté los ojos al ver la inclinación de tal pendiente, no quería ver nada de nada.
- Non osate saltare!!!(No te atreverás a saltar!!!) Benedetto!!!-Grito el musculoso calvo
Solo sentí ese impulso y como mis cabellos flotaban, algo me daba la idea de que volvamos y cuando aterrizamos bruscamente termine mojándome por completo más aún así no quería abrir los ojos . No sé por cuánto permanecí así de aferrado a su cuerpo hasta que su voz me hizo reaccionar.
- Hey, ya puedes bajar...
- Ah?!- Abrí los ojos y le solté.
Dios, estaba hecho un desastre, me puse de color rojo de inmediato y este se bajó de la bici y me dijo.
- Ven, vamos a casa de mi hermana .
- Ahhh...
Comencé a mover mis manos con nerviosismo .
- Te ha sucedido un accidente verdad? Descuida, en casa de mi hermana podrás cambiarte de ropa.
- Gracias.
Camine tras de él por lo que parecía ser un vecindario nada seguro y en lo que llegábamos a casa de su hermana el dijo.
- Eres británica verdad?
- Ah?- Me mostré sorprendido- Como....-Dije en un tono quedó.
- Tu acento. Es demasiado británico- Dijo volviendo para mostrarme una sonrisa amable- Una chica extranjera tan linda no debería andar sola por un país que no conoce sabes?
- Chi.... Chica?- Alce la voz .
- Eres muy linda y por eso eres blanco fácil....
- Ah?! Espera!!! - Dije con desesperación.
- Ah? Qué sucede preciosa?
Me molestaba sobremanera que pensara que yo era una chica. Me detuve en seco y me cruce de brazos .
- Ah? Vamos, ya estamos a unos metros, vamos! Acaso no estás incómoda con ese pantalón mojado?
- Ah?!
Mire de nuevo el piso y mis ojos se encontraron con la mancha, que vergüenza, no! Esto no podía ser posible, me había ganado frente a un niño, entonces algo en mi cabeza se iluminó.
- Te sucede algo?
Negué con la cabeza y este avanzo de nuevo, la verdad la situación era muy vergonzosa y se me había ocurrido fingirme una chica para intentar suavizarla.
Una mujer de unos cuarenta años se asomó por una de las tantas ventanas de un edificio color marrón y le gritó algo al niño en italiano, yo ni siquiera supe que era; pero este le respondió con mucho entusiasmo.
Nos adentramos en un edificio bastante viejo, se notaba un lugar nada opulento sino todo lo contrario, subimos seis pisos y la mujer ya estaba en la puerta esperándonos.
Hablaron en italiano, me parecía que se saludaban, la verdad yo nunca había puesto atención en las lecciones y ahora sufría de un terrible arrepentimiento.
- Ven preciosa, te voy a presentar a mi hermana Mannina.
- Ah... Mucho gusto - Dije con una voz apenas perceptible.
- Yo también- Dijo la mujer que apenas hablaba bien mi lengua materna.
Pasamos al departamento, era pequeño y las paredes eran de un yeso frágil. Ellos siguieron hablando en italiano en lo que yo inspeccionaba con la vista la habitación, era muy sencilla, cortinas color verde, muebles en ocre, el piso se miraba igual de desgastado que las paredes , calculé que el edificio tendría unos 50 años o más, muebles muy viejos y desparramados por doquier daban la sensación de ser mas una bodega que una casa.
- Ven, ven, tenemos un baño, ven!
La señora muy amablemente me llevo al baño y dijo:
- Pobrecita, te asustaste, Roma peligrosa, tú no salir sola, peligroso.
Agradecí su esfuerzo de al menos querer comunicarse conmigo. El baño era pequeño pero tenía una ducha, está dispuso la ducha para que me aseara.
- Agua caliente aquí- Señaló una manija- Tu necesitar algo solo decirlo, si?
Yo asentí y ella salió, me quite la ropa húmeda y me di una deliciosa ducha, la verdad es que era justo lo que estaba necesitando, incluso me pase un tiempo bajo la regadera para relajarme.
Salí y abrí la pequeña ventana que había para que el vapor saliera...
- Que rico!- Me estire.
- Preciosa te he traído una....
La mujer había entrado y yo aún no traía una toalla ni nada, sus ojos me miraron, primero chocaron con los míos, luego se posaron en mi pecho y finalmente bajaron hasta mi sexo.... Me sentí avergonzado de inmediato y me tape con la toalla.
- Tu.... Tú ser....
- No, no es lo que...
- Tu eres hombre?!
No parecía enojada sino todo lo contrario comenzó a reír.
- No !
- No?
- Bueno s,i pero yo no intentaba engañarlos, en serio, es solo que el dio por sentado que yo era chica y yo ...-Dije hablando entre dientes y tartamudeando.
- Jajaja esto no antes me había pasado nunca.
- Por favor no se ría, yo solo...- Me cubrí la cara de la vergüenza. Por que a mi?
- Tranquilo nene, si hablas así de rápido no te entiendo, pero descuida....
- El- Señale afuera - Creyó que yo-Me señale a mi mismo- Era mujer, yo no le dije que era mujer. Yo....
- Tranquilo, tu estás a salvó, aunque ya estás grande para que te mojes no?
- No fue a propósito- Dije entre molesto y avergonzado.
- Hablar italiano?
- No, no lo hablo.
- Lo entiendes?
- No, no lo entiendo.
- Eso es problema.
- Por favor - Rogué- Necesito regresar al hotel.
- Bien, aunque yo ropa de hombre no hay aquí. Tendrás que usar lo que sea.
Yo asentí sin saber bien de qué se trataba.
- Cuando salgas hay comida.
- Gracias.
- Y no tengas cuidado, que yo nada diré sobre que eres hombre. Será mas divertido cuando Beni se de cuenta solo....
- Ah?!
Terminé más arrepentido que nada, la verdad cómodamente me hubiera ido con los pantalones húmedos a vestir aquello .
Un vestido color rosa con unos vuelos que daban más abajo de la rodilla, mangas abombadas cortas y un cuello cursi, unas calcetas hasta los muslos de color morado con franjas, con unas zapatillas amarillas adornadas por un pompón blanco en la punta. Que vergüenza, esto no podía ser peor.
- Te ves hermosa!- Dijo el chico mirándome con un halo de esperanza.
- Toma, esto falta- Dijo la mujer y me ayudó a colocarme un mandil almidonado en color amarillo, si había dicho que no podía ser peor, si podía. La mujer se me acercó al oído y me susurró.
- Te pusiste la ropa interior?
Yo asentí, no era agradable pero no iba a ir por ahí usando un vestido y sin nada debajo.
- Vamos preciosa come algo.
Ambos me señalaron un asiento en la mesa y fui. La mujer me sirvió de comer, al menos algo bueno, pasta y ravioles, que rico! Yo podía parecer una mujer pero comía en definitiva como hombre y me comí cinco platos de todo.
- Vaya... Qué apetito-Dijo el chico sorprendido- Dime dónde te estás quedando?
Pensé la respuesta pero la verdad no lo sabía, no recordaba el nombre del hotel.
- No lo sé...
- Algo que recuerdes que haya cerca?
- La iglesia!
- Cual?
- Mhhhhh
Trataba de recordar el nombre cuando la señora se me acercó y me hizo una coleta alta, la ato con un listón amarillo y remato con un moño esponjado.
- Mhhh creo era... Santa Maria de no se que... Según estaba cerca del vaticano.
-Santa Maria della Pace! Lo tengo! Te ayudaré a regresar a tu hotel preciosa!
Me sonrojé de que me dijeran esas cosas, yo no era un mujer... Pero quizás comprendía lo que ellas sentían cuando nosotros decíamos eso, vaya era muy diferente estar en el otro lado.
Terminé de comer y sentí sueño pero tenía que regresar, eran más de las cuatro, todos esos meses en cama me había dejado la costumbre de hacer siesta pero ahora me era imposible.
- Ah, propósito preciosa cual es tu nombre?
- Ah?
Ambos me miraron, el con curiosidad y ella con picardía.
- Me llamo Stephy.
- Stephy? - El pensó un poco en el nombre y ella sonrió- Yo soy Benedetto Romaggi. ella es
mi hermana Mannina Gabardi.
- Gracias a ambos- Dije apenado.
- Debes tener cuidado, como es que terminaste en la estación de Termini?
Yo expliqué que había hecho y por donde estaba paseando. Y el hacia de traductor para que su hermana comprendiera bien mi discurso.
- Seguro fue un carterista, esos tipos se alimentan de turistas del vaticano, pero descuida hermosa, te llevaré a tu hotel.
- Gracias....
- No olvides regresar antes del anochecer Benedetto-Sentenció su hermana.
- Si Ninna- Dijo a su hermana y luego me dijo - Anda hermosa.
Yo mire a su hermana y esta me sonrió, yo me sonroje .
En una de las habitaciones un lloriqueo comenzó a sonar y la mujer se levantó.
- Vete, y no regreses muy tarde.
- Si.
Este se levantó y me indico que lo siguiera. Yo fui a despedirme de la mujer.
- Gracias y en cuanto pueda le devolveré la ropa.
- Si, no problema, te luce mejor que a mí.
- Ah?! Gracias, gracias por todo.
Bajamos de nuevo hacia la calle y este me invitó de nuevo a subir a su bicicleta.
- Sujétate Stephy.
Así lo hice, pedaleó hasta la estación de Re di Roma y en un callejón escondió la bici.
- Vamos a ver si esta vez recuerdo la calle- Dijo sonriendo y me tomo la mano. Abordamos el tren hasta llegar a la estación de Lepanto, la verdad estaba tan nervioso por las miradas de los jóvenes romanos que ni me di cuenta de cuando o como habíamos llegado. Salimos del metro y caminamos por la Via Marcantonio Colonna hasta llegar a la Piazza Cavour, rodeamos y ahí estaba el ponte Umberto I.
Al fin llegamos al hotel a las seis y media de la tarde, el sol estaba aún intentando esconderse pero no era una tarea muy fácil .
- Te pagaré algo de dinero por traerme, espera aquí.
- No es necesario lindura fue un placer y no salgas sin tus padres.
- Ah?!
Este me ofreció la mano en señal de despedida y yo le correspondí con una sincera sonrisa de agradecimiento.
- Steph, donde estabas?!
- Ah?!
Esa voz... Voltee y Yuri me miraba dentro del lobby del hotel de una forma terriblemente hostil, miro a Benedetto de la misma forma.
- Ahhh... Yuri- Dije yo apenado de que me descubriera ante mi acompañante- Es que...
- Tu, quien eres?- Dijo Kuri comportándose de una manera un tanto grosera y hostil.
- Me llamo Benedetto Romaggi y acompañé a esta dama pues estaba perdida .
- Suban los dos, Steph, Layla está preocupada por ti, y tu chico sube.
- Que?!- Dije alarmado- No! Él me ayudó, vamos, el no tiene nada que ver en esto.
- Steph.... Obedece- Gruñó el gemelo.
- Pero...
- Descuida - Dijo Benedetto con una sonrisa.
- Ahora!- Alzó la voz Yuri... Yuri? Yuri había alzado la voz? Yuri no era así, aunque yo estaba seguro al cien qué era el y no Kuri, no sabía por qué tenía ese comportamiento y no me gustaba nada.
- Vamos hermosa- Dijo Benedetto y me tomo la mano.
Abordamos el elevador y Yuri nos separó las manos.
- No toques con tus sucias manos propiedad ajena.
- Ah?!- Se sorprendió Benedetto.
Una vez en la suite de Layla, ella estaba en la en el balcón mirando la cuidad con melancolía, al entrar nosotros, ella se metió en la habitación para recibirnos.
- Steph por que nos haces eso? Por que siempre desobedeces?
- Layla yo...
- No fue su culpa señorita. Vaya...Wow es una princesa...
- Ah?
La cara de Benedetto era de auténtico amor por Layla, el mismo efecto que había causado en uno de mis amigos hace tiempo, si, podía aún recordar esa ocasión, los ojos de Benedetto no podían parar de brillar e iluminarse al verla.
Ella le dirigió una profunda mirada también y se dirigió a él en un perfecto italiano. Yo como no entendía no me ocupa de ellos pues Layla se miraba tranquila y también Benedetto lo único que me ocupaba era de la mirada hostil de Yuri hacia Benedetto. Qué le sucedería?
Layla río un poco con el joven,a fin de cuentas parecían pasarlo bien.
- Steph, le he ofrecido a este amable y lindo joven darle una recompensa por traerte de regreso y proteger a ti; mi hermana más pequeña pero se ha negado!
- Ah?
- No, fue un verdadero placer conocerle a usted princesa y a su hermana.
- Vaya que bien habla usted- Dijo Layla.
- Muchas gracias princesa, me he esforzado mucho en aprender el idioma y otros tantos.
- Que tantos conoce?
- Ah princesa; puedo hablar con fluidez español, inglés, francés, portugués, chino mandarín, japonés y finlandés. Además de mi lengua materna el italiano.
- Que?! - Dije en un grito.
- Vaya es sorprendente, tus padres deben ser muy estrictos con tu educación eh?
- No princesa, en absoluto.
- Entonces?
- Pues los aprendí por cuenta propia.
- Queeee????- Grite más fuerte horrorizado- Pero si apenas eres un niño!!
- Eso no es cierto pequeña, tengo 27 años.
- Waaaaa- Yuri me tuvo que sujetar pues casi me desmayo.
- Pequeña estás bien?
- Si, Si- Dije aún débil.
- Bueno entonces al menos déjame invitarte a desayunar mañana Benedetto?-Insistió Layla.
- Es muy amable princesa pero trabajo como guía de turistas y no puedo darme ni un descanso.
- Ah? Así que es por eso que hablas tantos idiomas.
- Si, por eso y por que me gusta mucho aprender. Pero tengo una familia a la cual ayudar y no puedo fallarle.
- Es una lástima- Dijo Layla- Pero si te decides toma- Layla le extendió una de sus tarjetas y este la tomo.
Ella le dijo algo en francés y el le contesto con una extrema facilidad, que envidia, Benedetto sabía tantos idiomas.
- Ruso no sabe- Dijo Yuri en mi oído y metiéndome entre sus brazos, se estaba comportando tan raro que me parecía alguien desconocido.
- Bien me voy!
- Te acompaño abajo- Ofrecí.
- No! Tú te quedas- Dijo Yuri- Yo iré con el.
- Pero...
- Te quedarás!- Me grito el ruso con una expresión que yo nunca le había visto. Me dio mucho miedo y me quedé parado conteniendo la respiración.
- Vamos.
Benedetto se despidió con la mano y siguió al gemelo.
- Layla ese era Yuri?
- Si- Dijo esta- Steph ven a mi lado.
Yo fui hasta donde estaba Layla y ella puso una gran cara de melancolía.
- Steph, por que me desobedeces?
- Ah?! Yo no hice nada malo Layla, me perdí, un tipo me robó mi cartera.
- No te dije ayer que nadie saldría de sus aposentos?
- Si, bueno pero no creí que eso me incluyera.
- No acaso ya eres parte de la asamblea?
- Si, bueno eso creo.
- Ya eres parte de esta asamblea Steph, y es por eso que me duele más que a mí lo que voy a hacer ....
- Ah?!
Esta tomo mi muñeca y me jalo hacia sí regazo boca abajo, que? No iba a hacerlo, no podía...
- Si puedo y lo haré - Dijo levantando las capas de mi vestido.
- Layla, suéltame! No te atrevas...
- Steph al parecer es la única forma de tratar contigo eh?
Bajo mi ropa interior hasta mis muslos dejando mi trasero al aire.
- Layla suéltame ya! -Pataleé
- Basta Steph, luchar no te servirá; sabes de sobra que tú fuerza es mínima a comparación de la mía.
- Estás abusando...
- Créeme Steph, este no es el tipo de abuso que me gustaría hacerte, solo es disciplinarte.
- No es cierto, no soy un niño pequeño para que me hagas esto.
- Pues te comportas como uno.
Ella comenzó a darme palmadas en el trasero, dolían demasiado, incluso dolían muchísimo más que las que me había dado Kanon hace un tiempo.
- Suéltame! - Intenté zafarme pero en un segundo ella me sujeto el brazo a la espalda.
- Yaaaa!!! Yaaaa me duele mucho!!!
Me revolqué sin resultado alguno y terminé llorando y berreando.
-Ya, ya por favor, prometo obedecer, en serio! Layla por favor! Me duele....
- Vaya, pero si solo fueron 20 nalgadas.
Dijo al tiempo que me soltaba el brazo y dejaba de ponerme presión, entonces me deje caer derrotado.
- Lo siento....- Dije aún lloriqueando.
- Stephan solo quiero que entiendas que es muy peligroso lo que hiciste? Steph, por favor piensa antes de actuar.
- Perdón..- Dije incorporándome.
- No llores, solo piensa, si Benedettor03; no hubiera interferido, ese hombre te iba a hacer daño, por favor- Dijo jalándome a su pecho - Por favor piensa las cosas un poco más, piensa en tu seguridad, que haríamos nosotros si te pasa algo, tu mamá, que haría Sid.....
-Layla!
- Nadie de nosotros es tan fuerte para aceptar perderte.
Por que tenía que ser yo tan idiota? Parecía que nunca entendía las cosas importantes.
- Perdón Layla.... Me perdonas?
Ella se separó de mi y beso mi frente.
- Lo siento en verdad, yo soy muy tonto pero de verdad no quiero causarles tanto pesar .
- Ok. Pero entiende este viaje no es fácil, para nuestra fortuna no te paso nada malo.
- Más que ese vestido en el cual luces hermosa.
Yo voltee y Kuri estaba en la puerta.
- Te ayudo a subirte las pantis?
- Déjame en paz Kuri. Me voy a cambiar...
- No, por que?! Tú castigo por tu desobediencia será quedarte así!
- Más castigo?- Dije molesto y con el trasero aún adolorido y rojo. Layla tenía las manos más duras que Kanon.
- Quieres que te cure el trasero? - Dijo Elliot que entró por la puerta.
- Ah no! Elliot no puede curarte! -Exigió Kuri.
- Yo no tengo la mano tan dura Steph, que quisiste decir con eso eh?1-Se encendió Layla.
- Nada ! Nada! Yo...
- Mi amada Lilu.
Al escuchar esto todos dirigimos la mirada a la mujer sentada en el balcón, aquella que tenía esos ojos escarlata y aquella carta dorada en sus manos.

 

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