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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Proximo capitulo: La historia de amor de  un angel. El maestro K. VS Steph, quien ganará?

Gracias por leer y mil gracias por sus comentarios de eso se alimenta el fic y se pone gordis!

Lory B.


- No debes tocar al maestro, tampoco mirarle a los ojos, ni hablarle sin que él te haya preguntado algo joven Joggar, tampoco está permitido que te muevas del lugar de donde yo te dejare, no debes tocar ninguna de las pertenencias del maestro, ni hablar en su dirección, tu aliento humano puede resultar desagradable para el , debes contestar con propiedad todas y cada una de las preguntas del maestro pero recuerda no hablar de mas, si el maestro se acercase a ti mantén la mirada abajo, mas bien en todo caso mantén la mirada abajo, en caso de que el maestro te tocará intenta ser discreto en tus reacciones, no debes referirte con excesiva confianza al maestro, todo el tiempo debes llamarle maestro K. o señor maestro. No debes bajo ningún motivo cuestionarlo, cuando el maestro se muestre ante ti si es que lo hace deberás permanecer quieto y en tu sitio, si el maestro K. no desea mostrarse no debes pedirle que lo haga, no debes jugar con tu manos o rascarte alguna parte del cuerpo, ni aunque tengas mucha comezón, no debes dejar que tú cuerpo humano actúe de forma impropia delante del maestro si en algún momento tienes deseos de ir al baño no debes decirlo, debes resistir; en primera por que aquí no hay un baño y en segunda por que los procesos de tu cuerpo no deben molestar en ningún momento al maestro, suficiente es que ya tu cuerpo no tenga control sobre todos sus procesos y el maestro nada tiene que ver con ellos, no debes mostrar ninguna parte de tu cuerpo al maestro a menos que el te lo ordene, no debes pensar impropiamente del maestro ni pedirle que el te muestre alguna parte de su cuerpo, tampoco debes pedirle al maestro que te de alguna muestra de su poder, o alguna muestra de cualquier otro tipo, en si no debes más que responder las preguntas que te haga el maestro de manera muy concreta, sin moverte y sin hacer ruido, si eso es! Te quedó claro joven Joggar?- Dijo Syn mientras me conducía por el pasillo oscuro y largo rumbo al encuentro con el maestro de todas aquellas criaturas.
- Puedo respirar?- Dije con sarcasmo.
- Si pero de forma silenciosa, y no, el sarcasmo no lo entiendo si eso era lo que pretendías.
- Ah!- Suspiré.
- Tampoco suspires delante del maestro no es apropiado. Ni eso ni cualquier ruido nasal o bucofaríngeo. Entendiste?
- Si señora.
- Llámame señora Syn.
- Si señora Syn.
Esta paró en seco frente a una puerta de plata enorme con un grabado de algo que parecía ser en la parte superior el cielo, había figuras de querubines y ángeles, nubes y campanas y ese grabado se iba degradando conforme bajabas la vista, abajo había llamas de fuego voraces y personas sufriendo, sus rostros lo decían todo..
- Tranquilo Stephan Joggar, vas a estar bien.
- Sss...si gracias.
- Ahora sígueme y recuerda todo lo que te he dicho.
La señora Syn tomo el porte de la puerta y empujo con poca fuerza aunque esta se miraba demasiado pesada, apenas abrió una ranura para pasar primero ella y luego yo.
No podía verse nada, adentro todo estaba envuelto en una oscuridad tan densa que sentí miedo, muchísimo.
- Aquí está el joven inglés Stephan Joggar maestro.
Dijo la señora Syn y luego me indico que pusiera una rodilla en el piso y me hincara por completo, así que obedecí.
- Bien maestro, entonces lo dejo.
Dijo de nuevo la señor Syn pero no parecía escucharse nada.
- Recuerda lo que te he dicho, no pienses, no te muevas y estarás Bien- Dijo la señora Syn a mi oído y luego de esto se marchó sin dejar escuchar sus pasos y cerrando la enorme puerta tras de sí, dejándome sumido en esa terrible oscuridad.
Cerré los ojos y apreté los puños, tenía muchísimo miedo de estar ahí pero tenía que ser valiente, recordé sus lilas e intenté tranquilizarme, en cualquier momento el maestro me preguntaría algo de suma importancia y yo tendría que responder con certeza, así que decidí esperar el momento .... El cual se hacia largo.... Y más largo y más largo.... Cuanto tiempo había esperado?
Demonios! Ya me dolía la rodilla! No creo pase algo si me siento en el piso a esperar pensé así que baje mi trasero y me senté a esperar. No supe ni cuánto tiempo había pasado pero calculaba yo que había estado esperando por más de dos horas... Qué sucede? Pensé, acaso es esto una broma? O será una prueba ? Tengo sed, y además ya me cansé de estar esperando en la oscuridad, que sucede? Ojalá hubiera al menos un poco de luz....
De golpe las velas se encendieron y la habitación quedó un poco más iluminada. Woow! Era una habitación asombrosa el techo estaba pintado con lo que parecía ser un fresco del cielo, pero no solo era un techo, eran una serie de bóvedas enormes , con más y más cielo raso que parecía tener un efecto de que se movia naturalmente, serían quizás siete u ocho bóvedas , en medio de ese enorme lugar había una cama de proporciones gigantescas con su dosel de color escarlata, en la cama había alguien sentado, tuve miedo pero decidí acercarme, por todo el lugar había baúles con papeles , monedas, joyas, alfombras finas, vasijas antiguas, parecía una colección de objetos valiosos de un museo, había telas diversas, estatuas de leones y animales diversos, incluso mitológicos, había flores y cajas con listones de satín, antes de llegar a la cama aquella había un escritorio demasiado parecido al de Sid, con papeles regados por doquier, tinta, pluma y un sello.
La habitación era un total caos que se miraba tan hermoso en conjunto que uno no daba crédito de si ese desastre estaba planeado para lucir así de fenomenal o solo era parte de la casualidad.
Al fin me acerque a aquella cama y me arrodillé ante la persona que estaba ahí sentada sin mirarla.
- Soy Stephan Joggar, he venido por que usted me lo solicito maestro.
Me quedé arrodillado esperando escuchar la voz del representante del mal en la tierra, de aquel maestro implacable de voz sórdida; más sin en cambio nada se escuchó, me quedé arrodillado como por espacio de quince minutos y al fin voltee a ver a la persona que estaba frente a mi.
- Ah?!
Era Sid! Bueno, no era Sid, Sid, era una estatua de Sid! Una de tamaño natural que estaba ahí sentado pensando, con la mirada perdida, sus ojos, sus ojos miraban hacia la nada, sus manos estaban relajadas sobre sus muslos, Sid! Mi corazón Mi corazón sintió ese dolor, Sid dónde estás? Me puse en pie para tocar aquella hermosa figura, sus cabellos recogidos en media coleta, incluso la estatua estaba tan completa que llevaba el listón, la estatua parecía ser de plata, era tan hermosa y tan parecida... Tome sus manos y las besé, pegue mi frente a la suya, estaba helada como la del verdadero Sid y cerré los ojos.
- Sid, te amo tanto, estoy tan perdido...-Dije en un suspiro y bese sus labios, sentí como me refrescaban, me senté a su lado y me recargue en su hombro, era delicioso el perfume que emanaba de esa cama, heliotropos, vainilla y jazmines.
- Sid, estás aquí en verdad. Gracias Sid, muchas gracias .
Tome su mano y cerré los ojos solo para intentar imaginar su voz, sería genial poder dormir en esta cama a su lado.
- Digno para Belfegor, no para un Leviatan.
Me pegue de inmediato a Sid ante esa voz extraña, fue un susto tremendo, entonces escuche como alguien daba cuerda a un juguete y una melodía comenzó a sonar, era una caja de música, por Dios que hacía yo sentado ahí? De inmediato me rendí torpemente en el piso.
- No, no lo hagas.
- Mi nombre es Stephan Joggar maestro K. soy de Londres, tengo 28 años, me gusta mucho comer y antes ver la tele; pero ya no soy así, ahora tengo otros pasatiempos y he venido desde Londres pues por que ... Bueno yo...
- Basta Stephan, se quien eres y qué haces, no es necesario que te presentes.
- Lo... Lo siento!
- Seguro Syn te dio severas instrucciones de que hacer y cómo comportarte conmigo cierto?
- Emmmhh si maestro- Pero era muy tarde ya había desobedecido la mayoría de las instrucciones, me mordí el labio, seguro me acusaría con la señora Syn.
- Te equivocas Stephan aquí la única autoridad soy yo y por lo tanto con quién alguien te tendría que acusar es conmigo comprendes? Syn te dijo todo eso por que es su deber, pero yo te pido que te levantes y te comportes como usualmente lo haces.
- Ah?!! Si, si señor.
La voz del maestro era algo raro, no tenía un toque definido solo era suave, me gusto aunque sentía curiosidad de saber cómo luciría este.
- Así que quieres verme eh? Los humanos son siempre tan curiosos.
- No, no es eso maestro - Dije agachando la mirada.
- No?
- Bueno si, pero es que yo... Se supone no debo pedírselo...
- Te he dicho que seas tú mismo Stephan. Te lo acabo de decir, ahora responde tienes curiosidad de verme? No tienes miedo de como pueda lucir el espectro del mismo diablo?
- Si... Bueno si, aunque - Moví mis manos de manera nerviosa- Aunque también tengo miedo, pero... Tendría que confiar más en mi valor y apostarle todo.
- Supongo eso es cierto, dime algo Stephan; llevo rato mirándote y veo que te gusta mucho mi réplica de Leviatán.
- Ah?- Llevaba rato mirándome? Por que no me había hablado? Era eso una prueba acaso?
- No Stephan, no era ninguna prueba, solo quería mirarte, eso era todo.
- Perdón por curiosear sin permiso pero ya me había aburrido de esperar.
- Descuida sabía que eso harías y me dio oportunidad de observarte y leerte mejor.
- Ah?
- Leviatán me lo contó todo a su manera.
- Sid....- Mire la estatua y desee tocarla.
- Te gusta mi estatua no es así?
- Si, pero me gustaría más el original.
- Lo se, igual a mi.
La caja de música se escuchaba por toda la habitación, un sonido alegre y triste era el que envolvía con su canción.
- Si deseas beber algo, en mi escritorio hay bebidas y comida humana.
- Sssi Gracias- Dije aún sin poder ubicar al maestro.
Fui hasta el escritorio y era cierto! Tenía cajas con tangerinas, las mismas que tenía Sid en su escritorio aquella noche de brujas, mi corazón se estrujó con tantos recuerdos, respire hondo, Sid estoy vivo... Estoy vivo....
Tome una bebida y la destape, le di un trago, estaba fresca! Qué delicia!
- Aquí abajo todo se conserva fresco- Dijo la voz del maestro- Estamos más abajo de la necrópolis vaticana, a un paso del infierno.
Yo intentaba saber dónde estaba, recorría la habitación haciendo mi mejor esfuerzo con la mirada.
- Así que de verdad quieres verme Stephan Joggar.
- Si, si maestro K.
- Bien pues aquí me tienes.
- Ah? Dónde?
- Stephan estoy aquí arriba, solo mira arriba.
Comencé a buscar pero nada, entonces una farola encima del dosel escarlata dejó ver una figura que parecía acostada en el dosel.
Intenté acercarme pero esta se desvaneció junto con aquella luz.
- Aquí Stephan Joggar- Dijo una voz en el escritorio que estaba a mis espaldas, trague saliva y gire con cuidado los talones tratando de no tropezar del miedo.
Una jovencita de no mas de diez u once años con cabellos largos , lacios y negros como la noche su frente adornada por ese flequillo recto , sus ojos lilas que eran tremendamente parecidos a los de mi Sid, con la única diferencia que estaban enmarcados por unas ojeras terribles, como si estuviera enferma, unos labios finos y delgados con un brillo rojo sangre, pálida muy pálida piel y excesivamente delgada casi al punto de quebrarse, era una niña que parecía que moría.
- Tu crees que puedo morir Stephan Joggar?
- Ah no! No es eso lo que dije... Lo que pensé, más bien olvídelo maestro, por que usted es el maestro no es así?
- Yo soy.
- Discúlpeme entonces...
- Que no te engañe este cuerpo aniñado, yo soy el maestro de todos los espectros y todos ellos me aman y me temen, tú sabes por qué soy yo su maestro? Alguien te lo ha dicho? Tú sabes por qué su maestro luce así?
- No, no maestro K. nadie me lo ha dicho.
- Yo te lo diré Stephan Joggar pero siéntate por favor.
La joven me indico un banco de terciopelo y oro; yo asentí y obedecí está fue a un lugar oscuro de la sala y regreso con una de esas cajas musicales en la mano, apenas note sus vestidos, era un vestido hecho en seda y satén adornado con muchísimas perlas blancas, me pareció un vestido hermoso muy apto para alguien como ella.
- Gracias Stephan, es un imperial pearl syndicate gown, adaptado para mi.
- Ah!- Olvidaba que podía leer mis pensamientos...
- No lo olvides Stephan, ahora...- Dijo ella sentándose tras de su escritorio- Te diré un secreto que ningún humano libre sabe, y ese es el por qué yo soy el maestro de los espectros. Sabes bien que existen muchas asambleas en el mundo cierto?
Yo asentí .
- También sabes que para poder ser una asamblea reconocida deben contar al menos con cinco espectros de príncipes verdad?
- Si, con el espectro de Asmodeo, con el de Belfegor, con el de Belcebú, los de Mammon y con el de Amon.
- Si, esos son todos los espectros mínimos que requiere la constitución de una asamblea legítima. Opcionalmente están los espectros de Leviatan pero de ellos solo hay cuatro y ahora solo tres, pero como bien sabes una asamblea es más fuerte si tiene un Leviatan aunque si no lo tiene y cumple con sus mismos cinco espectros está bien. Dime lo comprendes?
- Si.
- Pero dime algo, tú sabes cuántos son los príncipes demonios?
- Ah... Siete creo...
- Entonces estarás de acuerdo nos falta uno, uno que pertenece a todas las asambleas del mundo pues de su estirpe solo hay uno nada más, y ese espectro soy yo Stephan, yo soy el maestro K. o Kyrie que es el caso vocativo del sustantivo griego Kyrios que es igual a señor y significa ¡Oh Señor! Yo soy el espectro del ángel caído o la luz más bella, soy hija de Lucifer y es por eso que soy su maestro.
- Hija de ... De Lucifer?! Ella era la reencarnación de Lucifer?
Las piernas me temblaban horrible.
- Exactamente, yo soy fruto de su esencia, ser de su ser, el ángel mas hermoso, he existido desde hace muchísimo tiempo Stephan, tanto que Leviatán apenas es un niño a comparación mío, muchos siglos he visto ascender y descender y también muchos espectros, vi al hombre nacer, crecer y morir, en tiempos en los que ya nadie se acuerda era yo libre pues ningún espectro estaba encarnado, las cosas eran más sencillas en ese tiempo, la luz del sol, la brisa de la tarde, el perfume de la tierra húmeda que era apenas un recién nacido, el tiempo siempre es implacable, quizás el tiempo sea la peor amenaza de todos los males sobre la tierra, con la formación de imperios, la agricultura, la rueda, el fuego! El hombre que caminaba erguido y orgulloso, Jesucristo, la colonia, la inquisición, el locomotor, modernidad y las tarjetas de Moisés, se decretó que para sobre guardar el libre albedrío humano el maestro debería encarnar en forma humana, no más libertad, no más, me vi obligado a encarnarme en un cuerpo que representará de manera digna al espectro del que provengo, jamás hubiese elegido yo este cuerpo, sabes? Usualmente cuando un espectro encarna un cuerpo humano lo hace con la única condición de que el cuerpo que encarnará sea el de un humano limpio de pecados y bondadoso, es por eso que usualmente se eligen los cuerpos más jóvenes, por lo demás si se cometen errores como el de Asmodeo, de encarnar en un niño es por prisa y no por elección propia, pero en mi caso el cuerpo es elegido con sumo cuidado, debe ser un cuerpo que resista una presencia como la mía, que es demasiada energía; además de que sea hermoso y cumpla con una serie de requisitos que no son fáciles de asimilar para la mente humana. Cuando pude encarnar a esta niña un tiempo después se me informo que era mandato divino que yo permaneciera bajo la mezquita de La Meca, la más sagrada de todas las mezquitas del Islam cuyo nombre Masjid al-Haram significa “Mezquita Sagrada” o “Gran Mezquita” y donde está la Kaaba, el cual es el más sagrado de todos los lugares del Islam al ser considerado la “Casa de Dios”, ahí estuve durante cientos de años paseando aún a la intemperie pero luego se me ordenó permanecer en Akshardham, esta vez sin salir del templo, una gran pena para mí pues sus jardines y botánica eran algo exquisito y único, me gusta tanto el aroma de las flores...- La chica hizo una pausa y finalmente prosiguió- Finalmente se me confinó al encierro bajo la cuidad santa, el Vaticano, permanentemente custodiado por representantes humanos de cada una de las religiones. Confinado a solo traspasar esta puerta y no más allá de la primera que es donde viste por primera vez a Syn, el maestro K. Maestro de los espectros de demonios y el espectro descendiente de Luzbel tiene prohibida la salida más allá de estas paredes, a menos que sea algo de extrema urgencia para este; pero esas cosas no suceden a menudo, de hecho solo un par de veces he abandonado este sitio, un par de veces en una eternidad....
Me dio pena escuchar su relato, su voz guardaba una tremenda soledad, era como si su sufrimiento se apoderará de mi.
- No sufro Stephan, no puedo hacerlo, ser maestro fue mi destino y para eso fui creado, es mi deber existir aquí por que la luz más hermosa así lo dijo, y yo solo debo obedecer.
- Pero, entonces si sufre maestro K. - Dije con ímpetu y luego me di cuenta de mi falta de compostura- Perdón! Perdón! Es solo que yo creo que si sufre al tener que obedecer ese mandato.
- Stephan alguna vez Leviatán te dio una orden?
- Alguna vez?! Todo el tiempo Sid se la pasaba dándome órdenes!- Dije de nuevo de manera impetuosa al recordar a Sid- Ah! Bueno no es lo que cree- Dije corrigiéndome - No es como que el me diera órdenes, órdenes, sino más bien era que se la pasaba preocupado por mis tonterías y por eso me decía que hiciera o no hiciera ciertas cosas aún así yo siempre acababa haciendo lo que quería; ósea tonterías. Esa es mi especialidad sabe?
- Si, lo sé. Pero más allá de eso, por que le harías caso?
- Pues por que el siempre se preocupaba por mi y pues yo le amo y no me gusta verle con esa cara de ogro preocupado.
- Pues yo no sufro Stephan, por que así como mi padre estoy diseñado para amar a la luz más hermosa.
- La luz más hermosa... Se refiere a...
- A Dios, Stephan, al Dios de todas las cosas.
- Entonces no fue su padre quien la encerró aquí?
- No, ángeles y demonios incluidos los espectros estamos al servicio de Dios.
- Pero...
- Descuida ya llegaremos a eso. Ahora bien dime por favor que fue exactamente esto?
La chica alargó su mano y me ofreció unas hojas. De inmediato las reconocí, era la carta que yo había "escrito" por consejo de Theobald. Mis ojos se humedecían al reencuentro con aquellas letras infames y comencé a llorar al leer la sarta de mentiras que había escrito el pupilo de Samael.
- No! Nada es cierto maestro, nada!
- Nada? Entonces cuéntame por favor como es que tú y Leviatán...
Yo le relate a ciencia cierta lo que había sucedido, intentando no dejarme llevar por mis emociones para intentar dejarle claro que Sid era el amor de mi vida.
- Entonces es cierto que el príncipe de Amon te mandó contra tu voluntad.
- Bueno si, Ephy me mandó allá pero yo entre sin el permiso a Moonlihgt y confieso que desde que vi a Sid le desee, solo que ... No soy una persona muy segura de mis sentimientos, me tarde mucho en poder reconocerlo.
Dije yo juntando los dedos índices.
- Te lo preguntaré claramente Stephan, te violó Leviatán esa noche contra tu voluntad sí o no?
- No señora- Dije con firmeza y seguridad- No me violó, pues cuando vi sus ojos, me quedé hipnotizado ... Yo ... Me sentí atraído hacia la paz que emanaba de el, estaba asustado quizás si, pero el era un querubín como el de las pinturas de allá arriba, cuando él me tomo, yo quería negarlo con todas mis fuerzas maestro K. En serio quería negarlo pero sentí un placer que antes no había sentido nunca, un éxtasis enorme; por lo cual pensé que morir hubiera sido mejor, las cosas no volverían a ser igual, nunca y lo sabia!
- Por que prometiste matarlo?
- Por que el ya me había matado, aún lo hace con su ausencia maestro. Sus huellas... Puede usted verlas impresas en mi piel?
- Si, puedo verlas.
- Podrá imaginar que yo puedo ser tonto su majestad pero incluso un tonto como yo sabría que después de ese placer experimentado en las manos de Sid, nada volvería a ser igual. Y no lo fue ...
- Tu le amas ahora mismo Stephan?
- Si maestro, mucho.
- Te duele amar a un Leviatán?
- Demasiado.
- Y por que lo haces ? Sabes que el que permanezcan juntos es algo imposible verdad?
- Que? Pero por que?-Su pregunta me tomó por sorpresa.
- Demasiadas razones en contra pero te diré las más importantes que nunca jamás cambiarán. La primera es que él es un Leviatán y tú un humano.
- Pero eso que tiene que ver su majestad?
- Tu vida es muy corta Stephan, demasiado, que crees que ocurra con Leviatán cuando tú mueras? Apuesto a que solo has pensado en tu propia felicidad nada más, descuida, ese comportamiento es muy humano y seguramente estás muy feliz de saberte dueño del corazón de un Leviatán pero que pasará en unos cien años que tú hayas muerto? Si Leviatan sigue en este mundo el va a sufrir, y sufrirá mucho, quizás no pensaste en aquella promesa de matarlo es una esperanza idiota para el; tu la hiciste por que tú tienes dada por sentada la muerte, pero él no, tú encendiste esa esperanza y ahora enciendes la del amor en Leviatán y ninguna de las dos será posible, sabes de qué manera lo herirá eso? Incluso cuando Leviatán vino frente a mi para el encuentro con Nereo, incluso cuando había una sentencia de muerte que ejecutar sobre su ser, yo creí que la carta era la razón por la cual estabas cumpliendo tu promesa y a pesar de eso me hubiera costado mucho terminar con su existencia, luego me di cuenta de que incluso si Leviatán lo desease, nadie podría matarlo, no tu, no Nereo, no yo. Por que así está previsto por Dios pero entonces... Cuando te vayas, y el se quede, que quedará más bien de el?
- Perdón majestad, también pediré perdón a Sid por no poderlo matar, se que no había pensado en lo que usted me indica pero es que yo de verdad deseo estar con el, yo de verdad le amo y de ahora en adelante me será imposible cumplir mi promesa, yo, no puedo vivir ya sin Sid, sin importar el poco tiempo que me quede.
- Eso nos lleva a un segundo punto en contra y que viene a ser el mismo, Leviatán es un espectro y tú un humano, tu amor por Leviatán puede durar toda tu vida si así lo deseas pero el es la primera línea a suceder a su padre. Si en cien años, cincuenta años, veinte años, dos años o mañana mismo fuera llamado a eso se terminaría todo, él tiene ese deber de suplir al actual Leviatán sin pretextos de ninguna índole. Dime lo sabes cierto?
- Si, bueno no sabía tanto así pero tenía una idea... Pero si yo firmó un contrato con Sid, el...
- El de igual manera tiene que asistir a servir a la luz más hermosa. Leviatán sería tu prestatario y tú su prestador más jamás serás su dueño.
- Lo se ....
- Menos ahora Stephan; menos ahora sin un contrato.
- Yo...He venido por eso maestro, quiero firmar el contrato con Sid.
- Eso es verdad?
- Si.
- Bien. Y eso nos lleva a la última razón y quizás la más poderosa.
- Cual?
- Que Leviatán es mío y yo no te lo voy a dar Stephan.
Sus palabras pegaron como agua helada a mi cabeza. Qué era lo que había dicho?!
- Que Leviatan es mío, mío nada más y no pienso cederlo.


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