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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Hola a todos! Gracias por leer y por cmentar, sus comentarios alimental al fic. y a su autora :)

 

Lory B.




Olfatee ese rastro de inmediato y entonces el sabor de su sangre se posó en mis labios, reclamo estos y me di cuenta de que era su sangre, él había vuelto a mi.... Él... Vi si rubia cabellera tupida de rizos y los ojos velados, era él... Glenn!
- Hola mi amado Sídney.
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- Entonces cual era la sorpresa....
Miré a Sid que estaba en una posición muy relajada y tenía los ojos cerrados, acaso era posible? Me acerque a él y lo toque con suavidad, seguía frío como un tempano pero este se miraba muy apacible.
- Sid!- Dije bajito - Sid! Sid!- Un par de veces más.
Pero el espectro no respondió, comencé a preocuparme pues sabía de antemano que era imposible que él estuviera dormido, Sid no era capaz de dormir así que esa posibilidad era nula. Comencé a moverlo con más fuerza para intentar hacer que reaccionara.
- Sid! Vamos Sid despierta! Vamos!
Golpee sus mejillas con suavidad y lo moví un par de veces mas pero nada que daba señales de vida. En mi cabeza comenzó a formarse una idea terrible y más o menos absurda...Sid había muerto! Sid se había muerto en mi cama! Ay Dios! Ay Dios! No!
-Abrázame...
Susurro él y mi mirada se centró en su persona.
- Sid?
- A...Braza...Me...
No había abierto los ojos ni un poco, no se había movido de posición ni nada o parecía estar consciente. En definitiva Sid estaba dormido.
- Sid estás dormido? - Pregunté de manera boba, y aunque dicho cuestionamiento venía a más por obvias razones, me pareció en ese momento una pregunta sensata, por lógica él no contesto, solo seguía ahí tendido durmiendo tranquilamente.
- Sid?
Este en un movimiento rápido me pego a él sin abrir los ojos y se acomodó bien.
- Sid espera!
- Abrázame...
Dijo una vez más y yo tuve la oportunidad de mirarle de cerca. Estaba dormido en verdad! No que los espectros no dormían? Quizás tenían que hacerlo cada cierto tiempo, pero por que Sid no me lo había dicho? Quizás le había dado pena, no? Algo podría avergonzar a Sid? No estaba seguro de que existiera algo que pudiera poner en vergüenza a Sid, él era un sinvergüenza sin remedio.
Miré su rostro más de cerca, yo había tenido la oportunidad de verle dormir en Northumberland en su castillo cuando se lo pedí justo cuando caí completamente enamorado de él pero incluso ahí se miraba más muerto que dormido; más ahora era diferente, Sid estaba dormido en verdad, se movía e incluso hablaba dormido. Solté una risita pues jamás creí que él fuera de ese tipo de personas, por fin algo vergonzoso que reprocharle! Pero caray qué mala suerte! Mira que dormirse cuando estoy así vestido y peor aún con ganas de orinar, yo no podía zafarme de su abrazo y tampoco es como que quisiera mucho por que ahora temía despertarlo. No! No quería despertarlo, se miraba tan tierno dormido que sentía como cada fibra de mi ser se hinchaba más y más de amor por él.
Me estire un poco para besarlo en la frente y también en su nariz respingada. Me gustaba mucho Sid, dudaba que a alguien no le pudiera gustar un hombre así. Pero esto iba más allá de lo físico, lo amaba tanto que daba miedo. Le desabotone los primeros tres botones de la camisa para que pudiera estar más cómodo y con mucho esfuerzo y paciencia le quite el cinturón, Sid tenía un cuerpo delgado pero era muy fuerte, él si poseía una cintura esbelta, miré la mía y comencé a pensar en ponerme a dieta, yo ya no era tan joven como él; aunque dijera que era siglos mayor a mí, eso que importaba! Su cuerpo era el de un mocoso apenas veinteañero y eso era mucho decir , el mío ya había alcanzado los treinta años y me había puesto más robusto, y con apenas 1, 69 ya tenía los 79 kilos encima, eso desde la última revisión de Samael donde esté se había negado por enésima vez a recetarme inyecciones de testosterona bajo el alegato de que en mi caso había más riesgos y no era necesario. Tonto Samael!
Intenté zafarme del abrazo de Sid una vez más y apenas si pude conseguirlo aunque de esa lucha salí sofocado. Fui al baño, oriné y luego me cambié de ropa, mire de lejos al ángel que dormía en mi cama y sonreí, me acerque despacio y acaricié sus bucles negros, olían delicioso! Le quite el moño de listón que siempre traía y su melena se rego por la cama y la almohada haciéndose más densa y espesa. Wooow! Era increíble que Sid tuviera tanto y tan largo el cabello. Un aroma cítrico y de maderas se esparció por mi habitación perfumándola por completo. Yo acaricié su melena y deposite un beso en su mejilla. Luego de eso fui a quitarle los zapatos para que pudiera descansar mejor.
Sus zapatos de Testoni eran la prueba infalible de que Sid gastaba a lo piedra, usualmente los usaba un par de veces y los desechaba de quién sabe qué manera.
- Por dios!- Dije al ver que calzaba del 48- Sid eres un niñote!
Este se movió de posición y me alarmó que se pudiera despertar pero eso no sucedió, parecía muy cansado. Al fin le quite ambos zapatos y lo mire así tan frágil, pocas veces Sid se miraba tan frágil, tan inofensivo o inocente era la palabra quizás. No podía quitarle más ropa, en primera por que no creo que mis fuerzas me lo permitiesen y en segunda por que en verdad no quería despertarlo, aunque tampoco creo que dejarlo dormir en traje era tan buena idea pero que más podía hacer?
Resolví que era mejor que durmiera aunque fuese vestido, así que fui por una colcha mullida y lo arrope cuando volví a escuchar.
-Abrázame...
De inmediato apague la luz y me metí a la cama con él, me asegure de que estuviera bien cubierto con la colcha y me cubrí yo con ella también, luego lo abracé como me pedía.
- Shhh, aquí estoy Sid, duerme tranquilo- Dije en un susurro al tiempo que le acariciaba la mejilla con el dorso de la mano.
Este no se despertó, de nuevo me pasó el brazo de manera inconsciente y siguió sumido en aquella paz.
Su rostro de ángel sereno sacado de una pintura de Leonardo o Miguel Ángel era una fantasía para mis pupilas, Sid, un Leviatán todo poderoso descansado en mi cama, a mi lado, uno de los siete espectros más poderosos estaba rendido a mi merced en un plácido sueño y yo amaba a este ángel caído, lo hacía como nunca había amado a nadie más, como nunca quizás podría amar a alguien, lo hacía así desde hacía diez años, y había sufrido y penado este amor, y lo había buscado como un loco desesperado y había casi muerto por el amor que le tenia a Sid, mi Sid.
- Te amo Sid- Le susurre aliento con aliento- Te amo.
Entonces él contestó aquello.
- Glenn.
Un corazón en algún lugar dentro de mi se rompió en miles de pedazos.
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Del libro de Kuri.
Por la tarde.
- Kuri!
- Pero eso no me gusta Beni!
- Comete las verduras o no habrá postre!
- No quiero! Saben feo!
- Pero te hacen bien! Son muy buenas para tu digestión y además tienen nutrimentos que necesitas!
- Pero no me gusta el sabor! No hay nutrimentos en algo más sabroso como papas fritas o helado?
- Kuri!
- No quiero! Cómetelo tu!
- Basta de berrinches!
- No quiero!
- Kuri!
- Beni!
- Kuri!
- Abrázame- Dije en voz baja.
- Ah?
Me quedé callado ante la incomodidad de tener que pedirle aquello, yo jamás había tenido que pedir afecto, siempre lo había tenido gratis pero ahora era diferente y aunque no me desagradaba del todo en si me costaba aún tener que pedir las cosas.
- Que dijiste Kuri?
No quería repetirlo pero sabía que Ben me haría decirlo tarde o temprano.
- Que me cómo esa cosa asquerosa si me das un abrazo.
Este se sonrojó y yo siempre temeroso de un rechazo miré hacia otra parte. Luego Ben se sentó a mi lado y me acerco la cuchara a la boca.
- Bien.
Dijo con ese rostro sereno. Yo lo mire también y no parecía enojado o molesto.
- En serio?
Este asintió.
- Anda dale.
- No me estás engañando?
- No Kuri, cuando te he mentido?
Me quedé mirándolo fijamente, era cierto Beny jamás me había mentido pero aún tenía miedo de perderlo por mis caprichos bobos.
- Ben no tienes que hacerlo si no quieres, bien sabes que no es una orden.
- Lo sé.
Un silencio se hizo presente entre nosotros y yo agache la mirada.
- Tampoco tienes que hacerlo si no quieres o solo por que te lo pido, Ben.
Este guardo silencio, lo sabía, lo hacía por que yo se lo pedía.
- Entiendo...Olvídalo de igual forma lo comeré- Dije y este tomo mi mejilla con su suave mano obligándome con dulzura a mirarlo. Yo ya no poseía fuerza en absoluto así que cedí fácilmente y este estaba aliento con aliento conmigo.
- Siempre eres tan tonto.
Su respuesta y su voz no pudieron ni predecir lo que vendría. Este me dio un pequeño y casto beso en la comisura de los labios.
-Ben...
- Kuri, come quieres?
No supe que decir o hacer, solo obedecí, no podía reponerme de aquel beso, en si no había sido un gran y lujurioso beso, ni tampoco un beso dulzón de esos que te hacen sentir asco, había sido... Perfecto.
Este me dio la cucharada de comida y un par más, yo la tragué sin rechistar y cuando termine mis verduras Ben dejo el plato en la mesita de cafe, me tomo por los hombros y me recargo en su pecho de manera que pudo abrazarme.
- Así está bien?
No supe si todo aquello había sido por que lo sentía o por alguna especie de compasión hacia mi, pero aunque siempre había sido un ente de grandes ambiciones aún a pesar de ser humano, en ese momento me sentí satisfecho, no quería nada más en el mundo que estar en sus brazos. Ben... Te amo pensé al cerrar los ojos.
- Kuri estás bien? Si sabe muy feo no te lo tragues, escúpelo.
Abri los ojos y lo mire con timidez.
- Ah?
- Si sabe tan feo no te lo comas- Dijo el preocupado.
- Por?
- Como que por? Estas llorando!
Dijo el secándome los ojos.
Note que era cierto, estaba llorando! Lloraba simplemente de felicidad!
- Beni, quédate conmigo hasta que me vaya- Dije sin pensar.
Este hizo una mueca de no comprender pero apenas le bastó unos segundos y frunció el seño.
- Ah! Tonto! Que no te vas a ir! Ya te dije que vas a vivir lo suficiente como para que me harte de ti de nuevo!
Yo me quedé mirando de nuevo al italiano que de un momento a otro comenzó a ponerse rojo y dijo.
-Ben...
- Ahora debes comer postre!- Dijo a manera de calmar un poco la conversación- Claro a menos que no quieras?
- Si quiero, gracias!
Dije más calmado. Ben sonrió con nervios y recogió los demás platos para ir de inmediato por el postre a tropezones y chocando contra la pared.
Me pareció hermoso aquel instante, el sol pegaba como pocas veces en Londres, yo estaba sentado en un camastro de jardín que Ben había comprado para mí, para que pudiera sentarme en el balcón de mi casa que daba hasta el jardín, antes un palacio de inverno y ahora transformado en un palacio de Venecia. Beni había comprado muchas plantas y flores para que mi habitación tuviera colores y vida, además de que la vista hacia el jardín era algo único ya que antes solo era un trecho de jardín medio muerto y él le había resucitado con su toque especial, con ese calor con el que reanimaba todas las cosas y el paisaje de la vista de mi casa nunca se había visto tan vivo, nunca me había hecho sentir así de liviano. Podía imaginar la costa de Italia y él y yo viviendo una vida sencilla y tranquila, nuestros niños jugando abajo con Roja, él y yo sentados en el balcón que miraría hacia alguna pequeña plazuela llena de italianos un domingo por la tarde. La gente comprando todo tipo de cosas en Madrid, en Argentina o en Angola, niños de la mano de sus padres, una bandada de pájaros que viene desde la soleada Cuba y trae consigo ese aire fresco, fiestas sin fin, sentí un calor interior intenso, era una vida hermosa y entonces no necesitaba nada más. No quería dinero, ni poder, ni nada de esas tonterías, quería sus caricias sencillas y sus besos, quería sostener su mano y pedirle que fuera mío lo que durará...
- Kuri?
Abrí los ojos y miré sus ojos aguamarina que parecían preocupados.
- Kuri te sientes bien?
Sonreí con sinceridad.
- Si, Ben por que?
Este ya más tranquilo dijo.
- No por nada, mira te traje natilla de vainilla!
- Quiero! Se ve deliciosa.
Él comenzó a darme cucharadas pequeñas de aquello que sabía delicioso y lo termine rápidamente pero pedí un poco más.
- Solo por que te has portado bien.
Ben bajo hasta la cocina y yo volví a ver el paisaje. Todo era un sueño, o eso me parecía, unos pajarillos aterrizaron en el balcón y saltaban alegres.
- Que felicidad!
Miré al cielo azul de Londres y agradecí.
- Gracias por darme con quién compartir estos últimos momentos.
Beni entro de nuevo en la habitación y se sentó frente a mí.
- Ya no quedo mucha, quizás para que cenes un poquito, bien?
Yo asentí y con con singular alegría, en verdad la natilla que Ben preparaba era la mejor!
- Cuando termines te cambio y te duermes un rato bien?
- No quiero dormir.
- Solo una pequeña siesta Kuri, por que siempre me das la contraria?
- Pero es que si me duermo....- Solté de repente y sin pensar.
- Si te duermes que?
No dije más allá, solo baje la mirada apenado.
- Kuri, dime. Anda!
- Ben... Yo, no... No quiero que te vayas, por favor quédate cerca.
Este y yo nos miramos por unos instantes y continuó dándome de comer. Luego de eso me alzó en brazos y yo proteste.
- No! Ben! Por favor!
- Kuri necesitas un cambio, vamos no me lo hagas difícil.
- Ya no quiero estar acostado, Ben por favor! Quiero estar un poco mas ahí, solo un poco mas!
- Bien, pero no te puedo cambiar ahí sentado, vamos coopera por favor.
Ben me depósito en la cama y luego de acomodarme comenzó a bajar mis pantalones. Yo no quería portarme mal con él pero ya no quería estar en cama, estaba muy fastidiado y sensible, comencé a pensar cosas idiotas que exprese por bocón.
- Ya debería dejar de existir.
Dije en voz baja esperando que esté no me hubiera escuchado pero este bajo la mirada intentando esconderla de la mía.
Sabía que lo había estropeado una vez más, este fue al baño y trajo toallas húmedas, yo no podía cubrirme la cara de la vergüenza, al parecer estaba en mi el siempre arruinar las cosas. En tanto Ben me aseaba en silencio.
- Ben... Lo siento, fui un tonto yo...
- Kuri, no voy a dejar que te vayas, no está en mis planes me escuchaste?
Dijo él de manera sería mientras colocaba abajo de mí cintura todo en su lugar. Su molestia fue evidente, tanto así que no me atreví a decir algo más.
-Y sabes algo?
Dijo mientras terminaba su tarea de cerrar mi protector y subirme la ropa, yo estaba muy apenado por haberlo hecho enojar, sabía que no debía expresar esa clase de cosas por impulso. En si amaba más estar vivo de esta manera aunque fuese en un cuerpo que no sirviera de nada que vivir una eternidad como espectro pero yo y mi gran bocota que actuaba o decía cosas sin pensar! Ben no volvió a preguntar aquello, terminó su trabajo y se colocó a un lado de donde yo estaba, me incorporó aún con la mirada escondida, le había herido. Kuri idiota!
Quería mover mi mano, quería obligarlo a mirarme! Mi cerebro trabajo rápidamente para ordenarle a mi cuerpo que se moviera, que lo metiera entre mis brazos aún en contra de su voluntad y lo besara, que lo amara en ese instante mismo! Pero las terminales nerviosas no recibieron mensaje alguno y ni mi mano, ni mis brazos se movieron.
Ben se inclinó en torno a mi y me dijo al oído.
- Ya te quiero mucho como para dejarte ir.
El solo hecho de escuchar aquello me hizo sentir un idiota y de inmediato me disculpé.
- Ben! Perdona soy un estúpido, siempre digo las cosas por impulso o irá pero lo cierto es que...
Este no espero a que terminara mi discurso y me abrazó.
- Se que estás desesperado Kuri pero quédate aquí quieres?
Nos quedamos así un buen rato, yo no había podido contestarle algo y él no quiso decir más. Luego de eso me tomo en brazos y me devolvió a mi camastro.
- Bajaré a la cocina un poco, lavo la loza y regreso.
Aún se sentía aquel halo de tristeza en ambos así que lo deje ir. La tarde se dejó venir rápidamente y con ella el sueño que causa una comida muy pesada y deliciosa. Al despertar estaba de nuevo en mi cama, él estaba ahí leyendo un libro de cuidados para pacientes con discapacidad móvil, que aburrido.
- Ben, deja de leer esa basura!
- Kuri! Despertaste!
- Ben tengo hambre y sed- Dije sin reservas- Quiero una malteada de chocolate y banana y un emparedado.
- Bien, voy a prepararlo- Respondió él aún nervioso por lo que había sucedido hacia unas horas, no quería cargarle más la mano así que decidí que no diría más y actuaría con naturalidad.
Este dejó su libro a un lado de otro que me pareció muy familiar, flores bordadas en la portada de piel! Oh por Dios! Era ese libro! Era el libro! El libro que Elliot escribía para mí! Ajá! Lo había descubierto leyendo el libro prohibido!
Este no demoró mucho en subir a mi habitación y entonces agudice la vista y lo mire con picardía.
- Te traje la malteada doble, y el emparedado es de carnes frías y tres quesos, se que te gusta mucho el queso...Que?
- Que de que?
- Que de que de que Kuri?
- No se, dime tú Ben.
- No se tampoco.
- Y entonces?
- Entonces que Kuri? Ya enloqueciste o que?
- Hambre!- Proteste ante su insistencia de hacerse el desentendido.
El puso la bandeja en mi cama y tomo el control a manera de apretar el botón para que la cama quedará en una posición más derecha, la cama era una de hospital que Ben había comprado para mí para que fuera más fácil poder maniobrar con mi cuerpo inservible, este se sentó frente a mí.
- Que quieres primero?
- Malteada!
Las malteadas que Ben preparaba eran deliciosas y me habían causado muchísima adicción.
De un sorbo me bebí casi un cuarto de la malteada, causándome frío en el cerebro.
- Waaaaaaa, duele pero es delicioso!
Ben hizo una mueca de incredulidad y dijo.
- Despacio.
Este acercó el emparedado a mi boca y le pegue una buena mordida.
- Mmmmh!
- Kuri come despacio. Te he dicho que la comida no se va a marchar a ninguna parte!
- Mmmshi, como shea mmmh- Dije mientras seguía masticando.
Ben terminó de darme de comer y acercó la malteada de nuevo.
- Por dios Ben, como pudiste ser pobre tanto tiempo cocinado de esa manera?
- Ah? Que quieres decir?
- Que fuiste pobre por que quisiste, debiste poner un negocio de comida y malteadas.
- Acaso eres bobo Kuri, no sabes que para poner un negocio se necesita dinero?
- No propio si consigues inversionistas.
- Un banco nunca invertiría en algo así.
- Amo tu pequeña mente calenturienta pero no deja de ser una mente pequeña.
-Ah?
- Si yo hubiera sido tu, hubiera usado como inversionistas a amigos o esa señora que los cuidaba, con apenas 250 euros hubiera comenzado a vender emparedados y otros 250 que invirtieran las malteadas aunque fuesen pequeñas.
- Y en que local?
- En ninguno.
Puse los ojos en blanco y comencé a explicarle estrategias de negocios que hubiera podido usar con un capital pequeño. Ben a pesar de todo siempre prestaba mucha atención y aunque si discutió conmigo un par de cosas de las cuales terminó rindiéndose.
- Y yo como iba a saber eso?
- Por eso es importante que estudies economía y finanzas. No debes malgastar tu joven vida estudiando medicina.
- Pero...
- Así podrías tener mucho dinero y saber cómo hacerlo rendir.
Este sonrió con melancolía y supe que de nuevo había metido la pata en el sentido menos literal posible.
- Eso es cierto Kuri pero a mí no me importa el dinero, he pasado muchas penas debido a que no lo tengo eso es cierto pero he pasado peores cuando no puedo ayudar a alguien a quien quiero. Ni aunque hubiera tenido millones hubiera podido comprar la salud de mi mamá o alegría para apagar la pérdida de su muerte, tampoco cuando Roja enfermaba, dime algo; acaso las enfermedades ceden ante el poder de una billetera bien rellena? El dinero no es malo, no lo tomes así, pero no me sirve para todo, no me sirvió cuando estabas ahí tirado en la calle, no me sirvió cuando quería que reaccionarias y por más que tuviera no me serviría sin ti.
Dijo él y su mirada se nubló.
- Que pequeña mente...- Dije de manera apenas audible y este me miró con frustración- Que pequeña mente.
- Lo sé, quizás por eso...
Pero yo lo interrumpí.
- Que pequeña mente la mía caray!
Este no pudo ocultarme su gesto de sorpresa al escucharme decir eso.
- Por eso estoy como estoy! Ay Ben que haría yo sin ti?
- Kuri...
- Eres más listo que yo, eso no es justo!
Dije cerrando los ojos mientras disfrutaba de mi malteada.
- No lo soy!
- Si lo eres y es por eso que comprendes tan fácil esas cosas y también es por eso que me es fácil querer...- Paré ahí pues sabía que le incomodaba que yo dijera aquello- Es por eso que me es fácil ambicionarte de esa manera.
Abrí los ojos y este mostró una sonrisa tímida pero de felicidad tan auténtica que me gustó más, me volvía loco por Ben a cada minuto que pasaba con él.
- Además no creas que no he notado que ya compartimos un gusto como lectores, en definitiva te vuelves más listo cada día!
- Un gusto como lectores?
- Acaso crees que no iba a mirar que mi libro estaba ahí?
Este se puso rojo de inmediato y dijo.
- Cual libro?
- Mi libro llamado Loto de Cristal.
- Que?! No! Claro que no!
- Ese libro no estaba ahí.
- Claro que sí!
- A que no?-Dije de forma provocativa- Dime algo, disfrutaste la lectura?
- Yo no leí esa porquería de libro! Es un libro horrible para retardados!
- Eso significa que te encantó- Dije dándole el último sorbo a mi malteada.
- Kuri idiota!
Este me arrebato el vaso, lo puso en la charola junto al plato y se levantó furioso.
- Espera Ben!
Este se paró aún dándome la espalda y yo dije.
- Apuesto a que te desagrado por que el protagonista vive cosas que tú aún no y que quisieras vivir- Dije de nuevo cavando más mi tumba.
-Osh!- Dijo este furioso y se marchó dando un portazo dejándome ahí casi toda la tarde.
- Ben... Ben! Vamos! Ser calenturiento no es un pecado o bueno si, pero así me gustas!
Grite pero este no volvió, maldición! Eso suponía estar muy aburrido toda la tarde o eso pensé pues apenas pasaba media hora y yo estaba a punto de quedarme dormido del aburrimiento cuando se presentaron aquellos indeseables.
- Lamento la intervención su majestad, no es necesario que se levante.
Dijo el chico de cabellos blancos.
- Sergei!
Detrás de la cortina de mi habitación salió aquella pequeña de ojos nublados, la hermana y amante secreta de Ivka, Ivanka.
- Pero que...
- Oh! Creo que su alteza no se había dado cuenta de que estábamos aquí; ha estado demasiado tiempo como humano su majestad.
- Que... Que quieren?!
Dije en tono iracundo.
- Nada, hemos venido a ayudarle; claro por un pequeño favor, nada que no esté en el poder de su mano.
Miré a Sergei y a Ivanka, ella no tenía un gesto humano, parecía más bien una muñeca de tamaño natural, del de una niña de seis o siete años.
- Que es lo que quieren?
- Bueno, la verdad es que venimos a terminar con su sufrimiento, un miembro de la realeza Rusa no debe estar en tan terribles condiciones, no lo cree así su alteza?
Lo mire con ira y este siguió adelante unos pasos hasta mi cama, se sentó delante de mí y acarició mi mejilla con suavidad, su tacto estaba helado.
- Mi señor, le ruego me escuche bien, esto no es nada más por una gloria vana de la asamblea es por usted, mírese nada más, está cansado y no puede luchar más, ni siquiera puede moverse. Me da pena ver a su alteza ahí postrado, no merece usted eso.
- Y que merezco Sergei? Ser traicionado?
- No es traición si es por amor, aunque no lo crea su majestad, aún le amamos, y a su hermano también, después de todo fue gracias a él que la asamblea se hizo así de poderosa no?
Este continuaba con sus caricias y yo intenté huirlas hasta que el menciono a Yuri.
- Dígame su majestad, acaso no lo extraña?
- Yo...
Recordé su rostro y su sonrisa y mi corazón se estrujó.
- Yo siempre lo voy a extrañar...
Dije con la cabeza abajo.
- Entonces por que se resiste a desaparecer? No sería mejor si se convirtiera en nada? En polvo o nada? Así aunque sea en su memoria podrían vivir juntos por siempre. Dígame su majestad no vale la pena todo eso por alguien a quien ama?
- Alguien a quien amo...
Entonces vino a mi mente Ben, hacia un rato me había dicho que no me fuera "Se que estás desesperado Kuri pero quédate aquí quieres?" Ben que me cuidaba con tanto esfuerzo y dedicación, yo... Yo no podía irme o dejarlo pues lo amaba.
- Es una lástima majestad, pues su imagen hubiera permanecido intacta por siempre en mi memoria como ese espectro fuerte, pero ahora lo tendré que recordar de este modo lastimero. Tanta belleza apagada... Es una pena enorme para mí.
- Haz lo que vengas a hacer! Sid te va atrapar antes de lo que pienses! Quizás ya esté aquí!
- El Leviatán?
Su rostro reflejaba sentir pena por mi y eso me molestó.
- Su alteza, el terrible Leviatán no vendrá a ayudarlo, me temo que lo hemos sedado muy bien y en demasía y por ahora duerme en paz como un pequeño humano recién nacido.
- Que?! Que le hiciste a Sid?
-Nada malo, él podrá ir a buscarnos cuando desee, pero por ahorita necesitábamos charlar con su majestad a solas.
- Como dormiste a Sid?
- Me temo que esa información es confidencial su alteza pero todo es la misma cosa y ese Leviatán está sumergido en la pesadilla que Ivanka le hace ver en este momento.
- Que?!- Voltee a ver a Ivanka y está ni se inmutó.
- Ahora sea bueno su majestad y díganos dónde está el premio del maestro, la reencarnación de Allen.
- Reencarnación? De que demonios...
- Su majestad me conoce bien cierto? Es por ello que sabe que no cultivo mucho el hábito de la paciencia.
- Pero... De que...
- Buscamos al que tiene la sangre de Allen, aquel en el que reencarno y que ahora es premio del maestro K.
- Y yo como voy a saber!
- Por que su majestad no me puede engañar y aún teniendo años de vivir lejos se bien que usted sabe dónde está esa criatura.
- Yo...
- Además no crea su alteza que hemos venido en son de paz, nuestras órdenes son muy precisas y si es necesario tendré que deshacerme de ese chiquillo Italiano que está abajo leyendo un libro de perversiones.
Ben! No! Pensé de inmediato.
- Ben... Que nombre más común y simple.
- No toques a Ben!
- No lo haré siempre y cuando su alteza coopere bien.
- Lo... Lo haré, pero no toques a Ben... Júralo por Dios!
Este y la pequeña hicieron una mueca al escuchar eso y yo dije de nuevo.
- Juralo por...
- Bien lo juro, ahora dígame dónde está ese muchacho Allen nueva generación?
- El... Él está en Chile, el Leviatán lo llevo allá para ser protegido por las lilims- Esto lo dije con el afán de proteger al corazón de Sid y de inmediato evoque la imagen de Sally y me concentre en ella sin más detalles, conocía bien la mente de Sergei y era listo, mucho más de lo que aparentaba, este tenía su mirada fija en mi pues seguro estaba sondeando mi mente pero yo solo pensé en Sally y como pensar en otra cosa fue imposible, solo hubo una imagen que encontró.
- Cabellos ébano?
- No leas mi mente! Te lo prohíbo!
- Tengo la imagen ya fija su alteza, y ya se dónde está. Ha sido muy amable su majestad y en serio me da pena lo que estoy a punto de hacer.
- Dijiste que no tocarlas a Ben.! Lo juraste por Dios!
De nuevo la mueca de dolor de parte de ambos y este tomo el control de mi cama y la bajo a manera de que quedara recostado.
- En verdad siempre será para mí de la realeza, usted y su hermano ahora que reina en los infiernos, siempre serán sagrados.
Dijo al tiempo que besaba mi mano y me acariciaba los cabellos, yo sabía que este me iba a matar, sabía que ese era mi fin y no habría más, una rápida lágrima se apareció rodando por mi mejilla y luego otra.
-Alabados eternamente sean los príncipes de Mammon Yuri y Kuri.
En ese momento Sergei cerró los ojos y comenzó aquel dolor, el oxígeno se agotó en un instante, la sangre se agolpo en mi cerebro y mis miembros se tensaron, la visión se volvió borrosa y sentía que mi cabeza estallaba junto a mi corazón pero me calle, guarde silencio para que Ben no su subiera, era muy peligroso ponerlo en esa línea, mi boca se torció en una mueca que dolió y entonces en medio de todo aquello supe que había un espectro de muerte en mi habitación, el frío que estos traían consigo era evidente, un último pensamiento vino a mi... Perdón mi amado Ben, tampoco pude cumplirte a ti el quedarme... A tu lado.
Luego de eso cae en la oscuridad, de la que quizás jamás debí haber salido.
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Breves notas de Benny.

- Maldito Kuri! A ver si ya se aburrió lo suficiente como para pedirme perdón, mira que decir que leo eso en voz alta.... Bueno, si le di una hojeada pero era solo para saber su nivel de perversión. Carajo! Capaz que se le ocurre intentar todo eso conmigo! No! No Señor!
Subí la escalera hasta su habitación para cambiarlo y darle de cenar, lo había tenido castigado toda la tarde sin irlo a ver, a ver si así el príncipe de la avaricia se dignaba a pedirme perdón de una buena vez, llevaba una bandeja llena de verduras gratinadas, una crema de champiñones y la poca natilla que había quedado para castigar su habladurías al doble, Kuri detestaba las verduras pero no era yo tan ruin de dárselas así nada más, al menos para que no se pusiera a llorar y a hacer un berrinche le había puesto quesito y especias pero al píe de la puerta me arrepentí.
- Kuri... Espero ya te hayas arre...
Vi que su cama estaba en una posición diferente a como la había yo dejado y este no se movió al oírme.
- Kuri?
Me acerque poco a poco y lo que vi me hizo tirar la bandeja.
- Kuri tenía los miembros rígidos, su boca salivaba a raudales y de su nariz corría un hilo de lo que era su sangre y un líquido extraño, sus ojos estaban nublados.
- Kuri? Kuri! No me hagas estás bromas que no te perdonaré.
Dije tocándolo e intentando moverlo, pero estaba helado.
- Dios mío! Dios mío! No!
De inmediato lo metí a mis brazos y besé sus cabellos.
- No! No! Idiota! No me dejes! No!
Sentí un dolor horrible, por que me había ido de su lado? Por que? Entonces y de repente un fuego se encendió en mi cuando vi que de su aliento aún salía un poquito de aire. Miré su pecho y aunque el movimiento era casi imperceptible, lo vi... Respiraba!
- Ni creas que te voy a dejar irte con él!
Tome el teléfono y llamé al hospital, no me importó ni un poco, pedí un helicóptero ambulancia que no tardó en llegar y aterrizar en el estacionamiento, que para ese entonces ya había sacado con ayuda de los empleados todos los coches a la calle sin importar lo que les pasase.
En menos de tres minutos estábamos aterrizando, lo bajaron de inmediato y creí que ahí estaría el señor Kanon para recibirlo pero no estuvo, pregunté por él pero nadie sabía dónde se encontraba así que acepté la ayuda de cualquier médico.
De inmediato en cuanto lo ingresaron, le llame a Steph.
- Bueno?
- Steph?
- Benny que sorpresa! Cómo estás?
- Steph, ayuda... Por favor!
______________________________________________________________________________-

- Sid! Sid! Despierta! Vamos!
Maldición, este seguía dormido, llevaba desde ayer en la noche durmiendo y comencé a preocuparme, quizás Sid estaba enfermo o algo así, este hablaba aún en sueños y llamaba a ese hombre pero ahorita no era momento de dejarme llevar por los celos que sentía sino de ayudar a Kuri y a Benny.
- Sid vamos! Despierta! Despierta!
Me trepe en él y aún así no despertó en absoluto. Caray! Que iba a hacer?! Entonces me vino a la mente aquella idea.
Baje rápidamente hasta la cocina y tome un balde, subí a mi habitación directo hasta la ducha y lo llené con agua helada.
- Ay Dios ayúdame- Recé y con el balde desbordando lo lleve con trabajos hasta mi cama, miré a Sid que estaba plácidamente dormido, en otras circunstancias lo hubiera dejado dormir cien años si quisiera pero esto era de vida o muerte, así que me improviso le tiré el balde de agua encima y para mi sorpresa y tal como se esperaría de un humano reaccionó.
Sus alas se desplegaron dejando un regadero de plumas por el lugar, sus ojos brillaron feroces y este gruño un poco.
- Arghhh!
- Sid! Calma!
En cuanto me miró, bajo la guardia y guardo silencio unos momentos, parecía sentirse fuera de lugar.
- Steph?
- Sid...
Seguro había estado soñando con él y al despertar y verme la desilusión lo había arrasado.
- Y el conjunto sexy?
- Ay Sid...- Dije ya no soportando mas- Es Kuri...
- Que sucedió?
- Es que cuando estabas dormido, Benny llamó diciendo que Kuri se había puesto muy grave y...
- Que? Dormido?
- Si, dormiste mucho.
-Que?!
Sid se miró y miró a su alrededor, comenzaba a asustarme.
- Cuanto tiempo estuve así?
- Día y medio pero eso no es lo importante, lo importante es que Kuri...
Este de inmediato se puso en pie y me tomo en brazos.
- Sid!
- Maldición!- Dijo y salió volando desde mi ventana, una de sus alas choco contra el marco y le hizo un ligero destrozo.
- Sid! Espera! A dónde vamos?
- Cierra los ojos Steph.
- Tu ala está bien?
- Eso no es importante, ahora debemos llegar hasta donde están Kuri y Ben.
Sid llegó conmigo en menos de dos segundos al techo del hospital pero no me bajo, continuamos hasta encontrar a Benny que estaba llorando desconsolado en una sala de espera vacía.
- Benny! Sid bajame!
El espectro obedeció y yo corrí a abrazar al italiano que en cuanto nos vio, se desplomó en llanto.
- No creen que sobreviva, no hay esperanzas.
Dijo destrozado. Yo lo pegue a mí y comencé a llorar con él.
- Donde está?
- Aún en el quirófano.
- Maldición!
- No pude encontrar al señor Kanon ni comunicarme con él, le dejé un mensaje...
- No te molestes Kanon no te va a contestar.
- Que?!- Dije yo- Por que?
- Por que algo muy malo debió sucederle. Esperen aquí.
Sid se marchó con rumbo hacia la oficina del director y yo me quedé consolando a Benny.
- Todo va a salir bien, Benny, tranquilo.
- Ay Steph, no quiero que se muera, no quiero! No podré soportar el dolor!- Dijo tirándose al piso.
Sentí horrible de verlo así, seguro para este punto Benny ya estaba amando a Kuri mucho y su corazón se quebraba.
Sid regreso ya cambiado y usando zapatos pues de la prisa ni siquiera se había puesto.
- Voy a entrar.
- Pero...
- Benny debes descansar, ve a una habitación a recostarte, Steph llévalo.
- Que? No! Yo me quedo aquí!- Dijo Benny.
- Nada puedes hacer por él, pero yo sí y te ordenó que vayas y esperes en una habitación.
- Vamos Benny, será mejor así.
- No!
- Si no vas muchacho, le diré a una enfermera que te sede.
- Que?
- Vamos Benny.
- No!
Este comenzó a luchar cuando Sid lo tomo por el brazo y le dio una palmada en la nuca, de inmediato el cuerpo de Benny calló inerte pero Sid lo subió a sus brazos y lo llevo a una habitación. De inmediato llamo a una enfermera y está apareció unos segundos después.
- Dígame Doctor.
- Tuvo un episodio psicótico. Necesito que le aplique dos miligramos de Lorazepam.
-Si, Dr.
La enfermera salió y Sid me dijo.
- Cuídalo bien Steph quieres?
- Si!
- Vendré en un rato.
- Sid?!
Este volteo a verme y yo dije.
- Que pasa?
- Nos emboscaron, Steph.
- Que?!
- La asamblea de Rusia vino a tomar la vida mortal de Kuri.
- Que... Pero... Pero...
- No te preocupes quieres? Yo te voy a proteger. Te lo prometo, cueste lo que cueste.
Este dio media vuelta y yo sujete la mano de Benny, ellos estaban aquí y todos corríamos peligro ahora, sentí un escalofrío. La enfermera llegó y le aplicó el sedante al castaño. Me quedé con él durante cuatro horas, pobre Benny se miraba muy cansado y deshecho, seguro la noticia de la salud de Kuri lo estaba matando, pensé que sentiría yo sí algo así le pasará a Sid, verlo consumirse poco a poco sin poder hacer nada, la ansiedad que tenía cuando el se había marchado se hizo presente, respire hondo, le dije a mi cabeza y a mi corazón que todo estaba bien, que él iba a estar conmigo pero algo me decía que no por mucho.
Cuando el efecto del sedativo iba pasando llegó Sid completamente cambiado de ropa, traía una camisa blanca y un traje negro, venía sin corbata pero su cabello venía atado en el listón carmín de siempre, olía delicioso y sus zapatos eran nuevos.
- Como está el chico?
- Apenas va despertando de la sedación. Y Kuri?
-Salió hace una hora de cirugía.
- Como está.
- Al menos vive.
- En serio?! - Dije con una pequeña ilusión.
- Pero aún así su estado es grave, demasiado.
- Ah?
- Está en estado vegetativo.
- Ah? Que...
- Kuri está ya muy perdido, tiene un daño cerebral irreparable. El lado izquierdo de su cerebro está casi muerto y él derecho apenas si tiene funciones básicas.
- Eso quiere decir que...
- Eso quiere decir que o Kuri vuelve a ser espectro o muere.
Me quedé helado ante su respuesta, Kuri, no!
- Pero no voy a dejar que eso suceda, mañana mismo parto hacia Rusia.
- Sid!
Este se arrodilló y tomo mis manos.
- Todo va a estar bien, te he dicho que nadie puede derrotarme por que te tengo a ti.
Sus lilas me dieron esa mirada que era solo mía y entonces este se paró de improviso y dijo.
- Intenta que esté tranquilo y calmado, Kuri necesita que todos lo estemos, volveré al rato por ti e iremos a casa.
- Si!
Este dio media vuelta y yo como un impulso me paré y le abrace por la espalda.
- Sid!
Este se quedó un momento quieto y luego se giró y me besó. Su beso era tierno y lleno de amor, al final nos separamos y dijo.
- Te amo, te amo demasiado para perder, todo va a estar bien.
Sid beso mi cabeza y se marchó.
Yo esperé a que Benny se despertara por completo, lo que le llevo unos 45 minutos o más.
- Steph... Kuri...
- Tranquilo Benny, Kuri está vivo.
Aún no estaba en su control total pero al escuchar esto su cara fue de alivio.
- Quiero verlo, cómo está?
- Está...- No sabía que decirle así que dije lo que me pareció más propio- Estable.
Este se levantó poco a poco y dijo.
- Que hora es?
- Van a ser las cuatro de la mañana.
- Quiero ver a Kuri.
- Ok pero espera un poco a que termine el efecto del sedante.
Este obedeció sin gana y cuando ya pudo ponerse en pie le acompañe a buscar al doctor que estaba encargado, el doctor Keesman
Este nos pasó a su oficina y nos preguntó nuestros nombres, se los dijimos y de inmediato nos informó de la situación.
- Está mal, el chico sigue grave, lo hemos podido estabilizar apenas y sin certeza de que a cada minuto no cambie eso, el chico tiene un daño cerebral severo, ha quedado en estado vegetal y si despierta quedara como un recién nacido, no volverá a hablar o a comer por si mismo solo tendrá las funciones más básica que es la de respirar y la de parpadear pero ahora mismo está conectado a un ventilador por medio de una traqueotomía y así será hasta dentro de mucho tiempo.
La cara de Benny con cada palabra se agrietaba más y más, era evidente su tristeza.
- No sé si han pensado la posibilidad de...
- No!- Dijo de tajo.
- Bien, solo lo decía por que en estos casos la calidad de vida se deteriora bastante. Él es joven y bueno eso ayuda a que sobreviva pero no cambiará el que nunca más volverá a ser lo que era antes.
- No, él se pondrá bien y yo lo voy a cuidar y proteger por que él está peleando por vivir.
- Bien.
Benny se miraba molesto por el comentario del doctor y yo dije a manera de calmar la situación.
- Disculpe doctor podemos verlo?
- Si, pero solo uno, me gustaría mucho saber quién se hará responsable de él.
- Yo- Dijo de inmediato Benny.
- Bien; el joven Santinni me explico la situación así que de inmediato tramitaré todo para que su estancia sea lo mas cómoda posible.
Este nos guió hasta la habitación se Kuri, era bastante amplia el recibidor tenía una sala de café y una pequeña cocina, un televisor de cristal y dos sofás enormes donde bien cabían cinco o seis personas.
-Por favor uno espere aquí.
- Yo- Dije aceptando la instrucción y me senté en el sillón.
Apenas se abrió la puerta se escuchó el ruido de las máquinas que sustentaban la vida de Kuri. Me quedé esperando un rato ahí pensando en Kuri, recordé aquella época en la que tomábamos té con Ephy, su sonrisa, sus ojos azules oscuros y esa forma tan particular y alegre de ser.
- Kuri...
La puerta se abrió de nuevo y salió Benny llorando, el doctor lo acompañó hasta que se sentó a mi lado y me condujo adentro.
El lugar estaba algo vacío, había un carro con muchos medicamentos y al lado de cada extremo de la cama había dos monitores, supuse que uno monitoreaba su ritmo cardíaco pero los otros ni idea. Su cama era bastante grande para la pequeña cosita que se había vuelto Kuri, el cual estaba ahí envuelto en mantas, al verlo sentí un nudo en la garganta, su cuerpo se perdía entre los tubos que lo mantenían vivo, busque su rostro entre las mantas y lo hallé, tenía los ojos abiertos, como si mirara hacia la nada.
- Está despierto! Tiene los ojos abiertos!
- Si, pero ya no está consciente.
Acaricié su mejilla y note que traía un collarín cervical rígido por donde uno de los tubos se metía hacía su interior. Toque su pecho, Kuri era puro hueso ahora. Busque su mano y me dio mucha pena verlo así, no soporte mucho más allá de darle un beso en la frente y marcharme.
Al salir de la habitación de este Benny ya parecía más tranquilo.
- Dos enfermeras lo monitorean desde su puesto que es contiguo así que descuiden, volveré en un rato para darle su pase permanente.
Dijo el doctor y Benny asintió.
- Benny cómo estás?
Este asintió sin decir una palabra.
- Benny yo te ayudaré en lo que sea.
- Gracias Steph, gracias.
- Todo va a estar bien.
- Lo sé- Dijo aún con ese gesto desgarrador- No voy a dejarlo ir, lo voy a cuidar hasta que se harte y se ponga bien.
- Bien dicho Ben.
- No lo voy a dejar rendirse, él va a regresar a mí.
- Si, veraz que así será.
Nos quedamos en silencio hasta que regreso el doctor y le dio el pase de familia a Benny por la madrugada.
- Ah lo había olvidado, me dijo el joven Santinni que él es hijo del señor Stewaert y que él prefería que todo su aseo lo hiciera usted y su comida se la administrará usted también, así que adaptaremos esa cuestión con la enfermera encargada pero si tiene alguna duda o cuestión no dude en venir a mi oficina a preguntarme.
Benny asintió y el doctor se marchó.
- Steph, te molesta que entre un rato, quiero estar con él?
- No, no! Para nada Benny, ve! A Kuri le gustaría mucho tu compañía.
- Gracias.
De inmediato ingreso y yo me tiré en el sillón, estaba muy cansado y triste así que caí dormido enseguida.
Apenas si sentí a Sid, que antes del amanecer me alzó en brazos, entre abrí los ojos y sonreí. Tranquillo corazón él esta con nosotros.
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Notas de Benny.
Daño cerebral severo, ha quedado en estado vegetal y si despierta quedara como un recién nacido, no volverá a hablar o a comer por si mismo solo tendrá las funciones más básica que es la de respirar y la de parpadear...
Pegue su frente a la mía, y le dije.
- No me importa, te lo juro que no Kuri, yo te voy a cuidar para siempre, no me importa como quedes solo por favor no me dejes solo. Tu no.
Bese su frente una y otra vez, acaricié sus mejillas y las besé.
- Quédate conmigo por favor, lucha por tu vida, hazlo por mí si? Por favor, quédate, que sin ti estoy completamente perdido, sin ti no me queda nada más.
No quería llorar en su presencia pero no era justo lo que ese ruso idiota me había hecho! Me había enamorado y ahora quería abandonarme. Sentía rabia y dolor, quería reclamarle el que me dejara solo, pero estaba demasiado triste para eso, quería besarlo y quedarme así, junto a él para siempre.
El señor Sid vino antes de que el sol se pusiera y habló conmigo.
- Ben, tienes la obligación de ser fuerte.
Asentí y él siguió.
- Hoy por la noche parto a Rusia, esto que le sucedió a Kuri no fue por qué su cerebro fallara sino lo hizo su propia asamblea.
- Que?!- Dije tapándome la boca para evitar alzar la voz en demasía.
- Kuri fue atacado por su propia asamblea y ellos no dudarán en volver a atacar, Kanon está desaparecido, necesito que lo encuentren, yo no puedo quedarme a hacerlo, necesito que lo encuentren, las cosas se salieron de control y el plan fracaso tal y como lo habíamos trazado.
- Lo encontrare señor Sid.
- Lo último que te diré es que Kuri te protegió a ti y a Roja con dinero pero será sólo tuyo.
- Que?
- Yo protegeré a Steph y a Roja, si algo sale mal, si tú te ves en peligro huye con Theobald a donde está Jasy Jatere, él te ayudará, el pasaje está reservado y abierto en primera.
- Pero...
- Roja y Steph irán a México, ahí los cuidarán también.
- Pero...
- Descuida, Ben, con lo que acaban de hacer no saben con quién se metieron. Pero necesito que me jures aquí ante Kuri que si las cosas salen mal harás lo que te dije.
- Pero...
- Él estaría más tranquilo.
No lo deseaba, no quería hacerlo pero miré a Kuri, tenía ese gesto perdido y pensé en todo lo que este había hecho por mí.
- Lo juro.
- Bien. Cuídalo bien.
El señor Sid salió y tomo a Steph en brazos y yo solo pude decir en voz baja.
- Buen viaje signore Sid y que Dios lo acompañe.
Algo en mi interior se cerraba, era el momento de demostrar verdadera fuerza.
- Descuida Kuri yo te voy a proteger ahora amor.
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Esa sensación deliciosa, un cosquilleo que se sentía muy bien, apenas me hizo abrir los ojos cuando vi a Sid que se había echado mis piernas a sus hombros.
- Sid...
Este me dio un beso intenso y sentido.
- Te amo Steph, nunca lo olvides, te amo demasiado.
- Sid, hazlo, por favor.
Este me dio otro beso y de una estocada firme me la metió toda, yo me aferre a él con todas mis fuerzas, no quería saber nada de guerras en Rusia o de asambleas, quería su amor. Sid era generoso en ello y meem bestia justo como me gustaba, acaricié su espalda fuerte y larga y él me embistió más rudo; tanto así que con un par de estocadas me vine.
De inmediato me giro y comenzó a besarme la espalda y a trazar un camino de besos hacia abajo mientras sus dedos se metían en mi.
- Te amo Steph siempre lo haré, siempre.
- Te amo Sid, te amo.- Dije sintiendo una inmensa tristeza en el corazón.
Este llegó con su boca a mi entrada que no tardó en derretirse debido al intenso trabajo que hacía su lengua y sus labios. En cambio yo intentaba sanar aquellas heridas que él iba dejando con cada beso, con cada toque de sus manos, esos estigmas que nadie podía adivinar que eran hechos por un ángel caído.
Aquello duro hasta la tarde noche, yo estaba rendido y mientras estaba metido en sus brazos Sid pronunció aquello:
- Steph, parto esta noche a Rusia.
- Que?
- Kuri no tiene tiempo y si no acabamos con aquella asamblea será nuestro final, puedo aceptar el mío pero jamás aceptaré que te hagan algo.
- Pero... No! No puedes dejarme de nuevo!
Dije con aquella angustia desatada.
- Steph, Steph, tranquilo, yo voy a regresar.
- No!- Dije aferrándome a él- No! No puedo soportarlo Sid.
De inmediato y sin ningún tipo de vergüenza me puse a llorar.
- No! No me dejes!
- Steph. Calma.- Dijo este mientras me acariciaba el cabello- Calma.
No podía creerlo, él se iba de nuevo, me dejaba atrás y yo tendría que ir a buscarlo por que no podía sin él, mi respiración se agitó y comencé a hiperventilar.
- Calma, ven acá.
Dijo este que me tomo por las axilas y me subió a su regazo.
- Escúchame bien Steph, si me quedo Kuri se muere y además tú, Roja y todos a los que amo pueden estar en peligro y sobre todo tu. Por favor, dime que me puedo ir y que tú vas a estar bien, que vas a dormir bien y a comer bien y a cuidar bien de nuestra Roja.
Yo me metí en sus brazos y dije.
- Ya no sé cómo hacerlo. No sé cómo vivir sin ti Sid, no te vayas.
- Entonces eso es lo que deseas?
Yo pensé que era injusto que me tuviera que separar de Sid pero... Luego se me vino a la mente Kuri, él estaba luchando por su vida y además tantas veces este me había salvado arriesgándose a sí mismo y aún peor vinieron a mi las palabras de Yuri, " Por favor cuida a Kuri" Quizás solo me lo había pedido en el viaje pero yo lo había prometido, además Benny, su rostro destrozado por el dolor y también estaba Roja, ella adoraba a Kuri y seguro estaría muy triste si a este le pasará algo, no podía ser yo tan egoísta, tenia que ayudarles en algo, tenía que, aunque sentía que mi corazón se rompía sin él, tenía que dejarlo ir. Aquellos pensamientos me hicieron abrazar a Sid con todas mis fuerzas y ponerme a llorar más.
- Sid jurame por lo que más quieras que regresaras.
Le dije entre un llanto sofocante.
- Steph?
Yo le miré y sus lilas también decían que lejos uno del otro era una tortura.
- Tendría que jurarlo por ti, tu eres lo que más quiero.
- Entonces hazlo!
Este me miró, y me besó de golpe con ternura.
- Te lo juro- Dijo al separarnos- Steph te amo, te amo demasiado y es por eso que soy fuerte, es por ti que puedo hacer cosas increíbles.
Sus palabras me hicieron mal y me refugie en su pecho a llorar.
- Te amo Sid, te amo!
- Te amo Steph, tu eres mi todo.
Nos quedamos así un buen rato, yo no deseaba causarle a Sid ni a nadie más molestias pero es que mi cuerpo nada más no quería separarse de él y fue cuando esté comenzó a moverse que por instinto lo aferre más.
- Perdón!- Dije con la voz entrecortada.
Sid me abrazó y me dio un beso apasionado y lleno de amor, luego de eso me acunó en sus brazos y se levantó con todo y mi peso.
- Te amo, voy a volver. Dime que lo entiendes?
Yo asentí y este dijo.
- Dímelo Steph, dime qué entiendes que te amo y que volveré.
- Lo entiendo.
- Di que te amo más que a mí propia existencia.
- Me amas....Ah?- Yo estaba sonrojado.
Este se quedó esperando y yo al ver sus lilas repetí aquello con más seguridad.
- Me amas más que a tu existencia.
- Y?
- Y vas a volver.
- Bien.
Este me puso en la cama de nuevo y tomo su ropa de la parte inferior, yo lo miraba vestirse, Sid no está en mi el rendirme, no lo hice en la Antártida y no lo haré, te juro que esperaré por siempre!
- Eso me hace muy feliz Steph, mucho!
Dijo él, que había leído mi mente.
Este término de vestirse y tomo su saco para ir a sentarse en la cama frente a mi, me dio un beso tierno y me dijo.
- Steph, por favor se cuidadoso, está vez no hay nadie que te cuide, por favor, no hagas cosas por ti solo. Debes cuidarte mucho pues si algo te pasa Roja se queda sola y yo me volvería loco, desaparecería de inmediato, por favor; prométeme que no te vas a poner en peligro nunca, que estarás aquí en tu casa y trataras de hacer una vida normal; yo regresare, pero dime qué no vas a hacer algo que te ponga en peligro.
- Prometido- Dije con algo de vergüenza.
- Te amo- Dijo el de los ojos lilas y pego su frente a la mía- Te amo Stephan, lo nuestro es para siempre.
Te amo Sid, lo pensé tan fuerte que mi cabeza estallaría, dentro de mi ese amor se estaba derramando, mientras inundaba todo lo que quedaba a su paso.
Él se levantó y dio media vuelta pero yo alcance a sujetarme de su muñeca.
- Sid?
Dije con la vista abajo y este se giró.
- Me da un beso más... Por favor?
De inmediato este me metió a sus brazos y yo me aferre a él y a ese último beso, Sid te amo, decían mis labios y mi cuerpo y todo mi ser.
Este me aferró por la cintura y sentí como si me elevará pero no abrí los ojos, solo le dejé mi amor en ese beso.
Al fin necesite oxígeno y nos separamos, entonces me di cuenta de que estábamos afuera de mi casa, en la calle, yo ya había vivido esto y mi corazón se estrujó.
Un beso en la frente y luego de eso... Él desapareció de nuevo dejándome ahí, con su saco puesto a los hombros.
- Sid... - Susurre yo, pero él se había ido de nuevo.
Comencé a caminar, pero está vez sentía un gran peso sobre mi, está vez no podía perderme por que yo lo había prometido y por qué tenía a alguien a quien proteger, miré la ventana de Roja y sentí ganas de llorar pero solo pude ver al cielo oscuro de Londres y pedir a Dios que me lo regresará pronto... Pronto.

 

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